Indice1. Prologo 2. Su infancia y adolescencia 3. La Autonomía y el sistema federal de gobierno 4. Congreso nacional de 1.824-1.826 5. El gobierno unitario 6. Nuevos conflictos 7. Conclusiones 8. Bibliografía
En esta monografía tratamos de exponer la acción política y humana de un hombre excepcional como lo fue el brigadier D. Juan Felipe Ibarra; que por el hecho de haber gobernado 31 años, tres meses y quince días, justifican tal calificación. Fue por eso el mandato de mayor prolongación cumplida en todo el continente aunque obviamente abarcaba solo el plano provincial, además tuvo escasas interrupciones cuyo tiempo totaliza alrededor de un año y miedo de interregno. Solo la muerte(por causas naturales) lo separó de su amado pueblo aunque su memoria perdura entre nosotros. Ibarra fue uno de los caudillos del pasado apodado "tirano" por sus enemigos quienes a través de ese mote intentaban osar su honestidad, manchar su respetable nombre; como sí Todos los mandatarios de esa época hubiesen gobernado de otra manera distinta a la absoluta y a veces imperiosa. Ante la meritoria labor, desconsuela su desconocimiento a más de 100 años de sus hazañas por haber sido (Como lo describió Orestes Di Lullo en Figuras de Mayo) "figura prócer de mayo, guerrero de la independencia, fundador de la autonomía, campeón del federalismo y altivo custodio de la santiagueñidad"
"No es el gaucho ignorante con que la leyenda negra se complace, todavía, en calificar de ese modo" Además era un hombre que supo identificarse con El gaucho para llevarlo al logro de los propósitos; Para dignificarlo, para hacerlo soldado de la patria, para crearle un espíritu y una conciencia. Es necesario revisar la historia general del país lo referente a aquel tiempo y, en ella el carácter y proceder de los enemigos del federalismo y de Ibarra Para poder juzgar sus acciones y valorar su gobierno. Supo establecer amistad con los personajes mas destacados de su época Heredia, Dorrego, Solá, Iriondo, Garzón, Lahitte, López, Ferré, hay tantos Varones que han dado testimonio de sus cualidades de Hombre culto, recto, honrado y por sobre todo humilde. Una persona que destinó a aliviar el sufrimiento de los necesitados como lo hizo también con los bienes que confiscó a sus enemigos. Desde pequeño fue amado y mostraba junto con su bizarría española la humana condición de comprender, Proteger y consolar los que esperaban su paternal Protección. Juan Felipe era prevenido, tenía el poder de presentir la agresividad instintiva de cada adversario,su alma era aguerrida por lo que podía soportar las mas duras adversidades, sin que todo ello redujera sus sentimientos hacia su familia y su fervor cristiano. He aquí la obra de este gobernante, militar, político, ciudadano, hombre y por sobre todo AMIGO.
2. Su infancia y adolescencia
Juan Felipe Ibarra, hijo del sargento mayor don Felipe Matías Ibarra emparentado con los conquistadores Ramírez de Velazco y Toledo Pimentel. Heredero de dignos blasones de la nobleza Vasco-española, sus antepasados directos se destacaron en lo catrense y lo misional hasta asentarse en las haciendas de Matará. Don Felipe Matías se casó a fines del siglo 18 con una joven llamada Andrea Antonia de la Paz y Figueroa hija de Don Francisco Solano de la Paz y Figueroa e Ilustre tronco de distinguida descendencia. Y allí también proviene sor María Antonia de la Paz y Figueroa apodada beata antula, hermana abnegada que pretendiendo difundir la labor de los jesuitas recorrió a pié en evangelizadora misión varias regiones norteñas con otras, pero después igualmente descalza se propuso alcanzar Buenos Aires dispuesta a fundar una casa de retiro y ejercicios piadosos la que una vez levantada cumpliera su fin. Aunque las causas de su beatificación se encuentran aún inconclusas en Roma. El primero de mayo de 1.787 nació en Matará (Santiago del Estero)Juan Felipe Ibarra junto con otros tres hijos, de los cuales se destacará su único hermano varón, Francisco Antonio Ibarra, compañero de campañas militares, coronel de la provincia atrozmente asesinado por los revoltosos de 1810.
Y una de sus hermanas Agueda Ibarra estaba casada con Leandro Taboada comandante de Matará y miembro de esa familia de activa figuración pública. Dichos antecedentes ubicaron a Ibarra entre los miembros cúspicos del patriciado santiagueño. Juan Felipe y su hermano crecieron captando intenciones y comprendiendo instintos de la naturaleza y acumulando sabiduría y experiencia. Habían asimilado también técnicas de cultivo y cría de animales domésticos, ciencia y secretos del bosque y de la vida de los irracionales, lo que les permitiría desempeñarse con firmeza y confianza amenguando temores. Juan Felipe aprendió a vivir prevenido, a presentir la agresividad instintiva de cada adversario y a desarrollar la prudencia que después le seria muy útil. Su cuerpo se desarrollaba saludablemente y su alma aguerrida para soportar las más duras adversidades, sin que esto redujera sus sentimientos cristianos y hacia su familia. Había entrado ya en la adolescencia y se mostraba reservado, tranquilo y formal exhibía fuerza física y moral contenidas. Con todas estas cualidades acrecía. Doña María Antonia, que a su viudez tenía la responsabilidad de educar a sus hijos en las consignas de su religión y su rango poseía la fortaleza y la perseverancia suficientes para ejercer la voluntad de su difunto esposo.
Pero no estaba sola, sino que su cuñado don Basilio, la ayudaba en el cuidado y la educación de sus hijos. Así Juan Felipe aprendió las primeras nociones al par de la doctrina cristiana, oficiaba de monaguillo, un tanto influido por su tío y más por su temperamento melancólico evidenciaba cierta inclinación hacia las prácticas del culto. Su tío cada vez más preocupado por su educación– pues ya había alcanzado los 14 años- pensó que era tiempo de su preparación general con miras a la profesión religiosa y discutió con la madre acerca de este destino. Apoyando en su intento por el otro tío del joven el presbítero Juan Antonio de la Paz y Figueroa-que oficiaba en la capilla de lojlo- decidieron enviarlo con este objeto al Colegio de Monserrat.
Su preparación militar Se alistó en 1806 a pesar de su corta edad en las milicias que reclutara, el capitán D. Alonso Araujo, para la reconquista de Buenos Aires. Ibarra en 1810,se incorpora a la expedición de Balcarce Y Ocampo. Luego entró a militar bajo las ordenes de Belgrano, en marzo de 1812 al tomar parte en la batalla de las piedras, siendo premiado con un escudo de Honor. "El Saladino Ibarrita" como lo llamaba afectuosamente Belgrano, alcanzó honores bajo su mando al participar gana de la Victoria de Tucumán logrando el título de teniente que ganó por su acción destacada y en 1813 los galones de capitán por su heroismo en la batalla de Salta. Juan Felipe combatiendo la campaña del norte, bajo las ordenes de San Martin de Guarnes y de Roundeau asiste a la derrota patriotica de Sipe-Sipe es finalmente elegido por Belgrano para ser ayudante de campo del estado mayor a partir de 1816 y de allí destinado a la defensa de las fronteras santiagueñas como comandante de abipones, en mérito a su actuación en el ejército regular de la independencia. Siendo ascendido a Sargento mayor por el general Roundeau.
3. La Autonomía y el sistema federal de gobierno
A fines de 1819 se produjo una sublemación de los partidos de Bernabe Aráoz que derrocaron al gobernador Mota Botello y pusieron al frente a Bernabe Aráoz. En Santiago continuaba Gabino Ibáñez como teniente de gobernador, Pero luego se vió obligado a renunciar por la enemistad de los pobladores. Mientras las provincias del litoral trataban de organizarse firmando pactos entre ellas, Araoz queria conformar un núcleo territorial autónomo integrado por Santiago del estero, Catamarca y Tucumán. Juan B.Alvear intercedía para la reunión de un congreso federal en Córdoba con el objeto de organizar el país con el objetivo de asegurarse la elección el Gob.tucumano envió 50 hombres al mando del capitán Juan M de Echaurri con el pretexto de escoltar al gral. Belgrano que se encontraba muy enfermo. Realizada la elección con presencia de las tropas de Echaurri resultaron electos Juan J Lami y Santiago palacio, frente a la oposición de los partidarios de la autonomía, que llamaron en auxilio al gral. Juan Felipe Ibarra. Quien marchó de inmediato rumbo a la capital provinciana, con el apoyo de las tropas del brigadier Estanislao López. El 29 de marzo de 1.820 el cabildo encargó la protección de la ciudad al cap. Echauri e instó a todos habitantes, mediante un bando a alistarse para la defensa. En la madrugada del día 31 llegó al ayuntamiento una nota del caudillo que expresaba: "No puedo ser más sensible A los clamores con que me llama ese pueblo en mi auxilio por la facciosa opinión que sufre indebidamente de V.S para cimentar de mucho su esclavitud. Me hallo ya a las inmediaciones de ese pueblo benemérito y si V.S. en el preciso término de dos horas desde el recibo de esta intimación que desde luego lo hago, no le permite reunir libremente en un cabildo abierto a manifestar su voluntad, cargo Con toda mi fuerza al momento. De los males que resulten y de todo lo demás hago responsables a los individuos de esa corporación y secuaces, como de los costos y gastos que he causado en mi marcha". El combate se dio en las inmediaciones de la iglesia de Santo Domingo y concluyó con el triunfo de Ibarra y el retiro de Echauri rumbo a Tucumán. Inmediatamente una asamblea presidida por Pedro P Gorostiaga, eligió por unanimidad al comandante Juan Felipe Ibarra como teniente de Gob.interino y proclamó un nuevo cabildo adicto a la causa de la autonomía. Ese mismo día se informó a Aráoz lo sucedido, quien en primer momento decidió no tomar medida alguna. Ibarra juró su cargo el 25 de abril, fecha en que la junta electoral, bajo la presidencia de Manuel Frías, eligió el diputado santiagueño ante el congreso que debía reunirse en San Lorenzo, según lo acordado en le tratado de Pilar. La elección cayó en el Dr. Mateo Saravia.
La Autonomía santiagueña Finalmente, el 27 de abril de 1.820,los electores, reunidos en el Cabildo proclamaron solemnemente la autonomía provincial que fue posible gracias a la férrea voluntad de los pobladores que se negaban a ser sometidos sin su consentimiento al poder de otro pueblo al que consideraban su igual, no su superior. Ello fue posible por la irrupción de Ibarra en las luchas autonómicas, ya que contaba con el apoyo popular.
Tentativas de Aráoz para dominar a Santiago Aráoz estuvo disconforme con el estado de cosas imperantes y preparó de inmediato un ejercito para oponerse a las tropas autonomistas santiagueñas. En enero de 1.821,mandó huestes Tucumanas a las ordenes del cap. Gregorio Iramaín. Ambas tropas lucharon en Los Palmares, enfrentamiento que concluyó con el triunfo de los santiagueños. Güemes, envió auxilios a Ibarra, ante la posibilidad de un nuevo ataque de las fuerzas de Aráoz. El choque se produjo en Tucumán y favoreció al ejercito local. Bustos el Gob. de Córdoba se suscribió el 3 de junio de 1821 el denominado tratado de Vinará, que detuvo momentáneamente las hostilidades. Este tratado ponía fin al conflicto entre Santiago y Tucumán comprometiéndose a la búsqueda de al organización institucional y a la elección de diputados que concurrirían al congreso que se reunirían en córdoba para organizar el país, ante el fracaso del congreso de San Lorenzo. A pesar de todo los enfrentamientos no terminaron. Sin embargo fué el 1º intento de poner fin a las hostilidades y llegar a un acuerdo.
El gobierno de Juan Felipe Ibarra Desde principios de 1.820, y una vez disuelto el gobierno nacional, las provincias debieron enfrentar sus problemas administrativos y económicos por si mismas, a la vez que enfrentar múltiples invasiones y ataques de ejércitos provenientes de distintas regiones, como consecuencia de la guerra civil en que se veía inmersa la nación. Santiago del estero no fue ajena a esta realidad especialmente a partir de la postura del Gob. Juan Felipe Ibarra, defensor del federalismo en el norte, frente a los ataques de fuerzas unitarias que disputaban por desplomar a la provincia a su causa, ya que expandido su territorio y por su posición estratégica en el centro del país, se encontraban en un lugar privilegiado en caso de ataques armados.
Primer proclama de gobierno El primer bando de gobierno con fecha de 12 de septiembre de 1.820 en el que se reglamentó la entrada y salida de persona sal territorio, que no podían hacerlo sin pasaporte; con el fin de acabar con el ocio y holgazanería, todo individuo que no fuese propietario de un terreno y no tuviese como mantener a su familia se veía obligado a emplearse por el termino de quince días. Quien no contase con los respectivos papeles era reclutado a la milicia o era trasladado a la frontera de abipones para discutir su destino. Las familias eran repartidas en casas adineradas donde se los debía alimentar, vestir, y educar. Se combatía también los juegos de azar penando a quien violasen la regla con el pago de una multa de dinero o servicio en obras públicas(2 años).
El robo de ganado era penado con cien azotes o con servicio militar por la ración y sin sueldo (4 años). Por al introducción en propiedades ajenas se castigaba con 50 azotes.
Perecimiento de Ramírez y Güemes A raíz de una emboscada el 17 de junio de 1.821 el general D.Miguel Martín de Güemes, apasionado defensor de la frontera norte de la patria a la vez protector y amigo de nuestra provincia. El 10 de julio de 1.821, fallece Francisco Ramírez antes de que la huida destacada por el "Saladino" pudiera ofrecerle el apoyo que necesitaba y ofrecerle a Santiago como lugar para su refugio, gestión que Ibarra puso en las manos de otros de sus dignos huéspedes: José María Paz que vivía en Santiago bajo la protección de su ex compañero y amigo del ejercito del Norte; como también a su enemigo Bernabé Aráoz al ser expulsado del gobierno de Tucumán.
Rivadavia logra sabotear la asamblea de Córdoba Ibarra envió a Saravia al congreso de córdoba el que se vio trabado por maniobras centralistas de los porteños ya que Rivadavia se empeñaba en hacerlo fracasar, con el fin de que la asamblea se reuniese en Buenos Aires para sacarla de la influencia de Bustos y de los gobernadores federales. A pesar de que Ibarra manifestó su ideal organizativo del país dirigiéndose al Gob. de córdoba de esta manera: " ya he dicho en otra ocasión a ese gobierno que la voluntad de mi provincia esta decidida por la instalación de un congreso general" no pudo evitar el fracaso de la asamblea.
Las aduanas interiores defienden la invasión de productos extranjeros A raíz de la ruina de la actividad industrial de las artesanías provincianas por lo cual estas para subsistir debieron adoptar el recurso que implicaba la aplicación de impuestos forzosos al comercio y del cobro de los derechos de aduana a los productos que, con fines comerciales, ingresaban o salían de la provincia. Con el fin de proteger las industrias artesanales, que habían mermado su producción como consecuencia de la invasión de productos extranjeros, especialmente ingleses el 6 de agosto de 1.822 se dictó un decreto por el que se recargaba con impuestos elevados a las mercaderías de ultramar que competían con la producción local. Debido a la escasez de metálico, como derivación de la caída del alto Perú en manos de los realistas, el gobernador santiagueño aceptó en un principio la circulación de moneda riojana, pero en 1823 decidió realizar una acuñación de moneda con el 25% de su valor por el importe de 1 real y ½ real, la"plata Ibarrista" que venia a substituir a la que antes se hacia en Potosí, por ese entonces en poder de los españoles. Esta moneda circuló alrededor de tres años.
Las instituciones en el 1º mandato de Ibarra Se basaron en el reglamento provisional nacional de 1.817. La junta eligió como representantes santiagueños ante el congreso nacional que se reunió en Buenos Aires en 1.824 a: Pedro Carol, Vicente Mena, Pedro León Gallo y Felix Ignacio Frías. En 1.826,la junta de representantes de la provincia dictó un reglamento interno y eligió nuevos Diputados entre ellos: Manuel Dorrego, Juan José Lami y Antonio María Taboada. Los diputados electos eran de distintas tendencias (unitarios y federales)a pesar del mandato explícito de la provincia en pro del sistema federal de gobierno. La nueva legislatura formó una comisión para elaborar un proyecto de constitución provincial. Pero el propósito de organización constitucional debió prorrogarse por las luchas internas que se desataron en el seno de la propia junta, entre los unitarios enemigos de Ibarra y los federales partidarios del caudillo. Por orden de Ibarra se abrió una escuela pública en el convento de Santo Domingo.
4. Congreso nacional de 1.824-1.826
Convocatoria La junta de Buenos Aires realizó una convocatoria a todas las provincias para que enviasen a sus delegados a un congreso que se realizaría en Buenos Aires con el fin de organizar el país. Por tal motivo Santiago envió a: Pedro León Gallo, Felix Frías, Pedro Carol y Vicente Mena quienes llevaban instrucciones precisas de respeto por la autonomía de la provincia y soberanía nacional.
La ley fundamental El 16 de diciembre de 1.824, luego de 4 sesiones preparatorias, nombrados presidente y vicepresidente de la asamblea Manuel Castro y Francisco Narciso de Laprida y secretarios José María Vélez y Alejo Villegas, se recibió el juramento de los diputados y se procedió a la instalación de oficial de la asamblea que se autodenominó " Congreso General Representativo de las provincias Unidas de América". El 23 de enero de 1.825 el congreso sancionó la ley fundamental denominada así por la importancia de sus decisiones. Por la que se toleraban las autonomías provinciales hasta tanto se dictase la constitución y se otorgaba provisoriamente el ejercicio del poder ejecutivo Nacional al gobernador de la provincia de Buenos Aires. La ley garantizaba que antes de sancionarse la constitución, sería puesta en consideración de las provincias.
Duplicación de la diputación nacional El 19 de noviembre de 1.826 el congreso resolvió duplicar el nº de diputados para dar así mayor representatividad a los pueblos en vista a la Constitución razón por la cual Santiago debía contar con ocho. La junta de representantes Santiagueña procedió a elegir a los nuevos diputados. Dentro de ellos se eligió a Manuel Dorrego, que fué más adelante el 1º gobernador federal de Buenos Aires. La junta de Representantes se pronunció por el sistema federal de gobierno y la independencia económica de la provincia. Santiago del estero depositaba en el gobierno central el ejercicio de la soberanía en lo referente a los negocios centrales de la nación.
Ibarra y la constitución de 1.826 Violando la opinión mayoritaria expresada por los pueblos, el congresos sancionó el 24 de diciembre de 1.826 una constitución unitaria. En esta asamblea los diputados santiagueños coronel Manuel Dorrego y Dr. Francisco Ugarteche tuvieron una destacada actuación en la defensa de los derechos de los pueblos y en la organización federal de los estados, mientras que otros como el Dr. Felix frías, pasado al unitarismo, José Neirot y Antonio María Taboada, traicionaban a quienes los eligieron y a las instrucciones que implicaban sus mandatos, por lo que el gobierno santiagueño no solo rechazó las resoluciones del congreso sino que resolvió exigirles cuentas. El congreso una vez sancionada la constitución, envió delegados a las provincias para su aprobación. Con esa misión llegó en enero de 1.827 a nuestra provincia el Dr. Manuel de Tezanos Pinto. Como respuesta al enviado Ibarra no solo rechazó la constitución unitaria sino también le dio 24 horas para salir de la provincia.
Los unitarios no pudieron imponer la constitución ya que iba en contra del sentir popular del pueblo.
Invasiones a Santiago. Renuncia de Ibarra Tras el rechazo de la constitución unitaria por parte del gobernador santiagueño, los unitarios intentaron imponer sus ideas por la fuerza. Santiago se vió expuesta a una serie de invasiones Provenientes de Catamarca y Tucumán. Ibarra se alió con Facundo Quiroga, y unidos lograron en un primer momento detener las invasiones. Pese a que una vez instalado el general José María Paz en el gobierno de Córdoba, se reiniciaron las irrupciones unitarias desde las provincias limítrofes. Juan Felipe Ibarra, acorralado por sus enemigos, desde su campamento Militar, envió a la legislatura provincial el 27 de mayo de 1.830, su renuncia al cargo de gobernador. Al recibirla, la cámara de representantes de la provincia, después de aprobar su conducta al frente del gobierno y agradecerle los servicios prestados "por el exacto cumplimiento de sus altos deberes".
En tanto que Ibarra se dirigía con 600 de sus hombres hacia Santa Fé, dónde López le brindaría resguardo, en Santiago se procedía a elegir una nueva legislatura la que después de constituirse el 10 de julio de 1.830, procedió de inmediato a nominar el gobernador propietario al mismo Manuel Alcorta, quien pese al querer alejarse del cargo debió permanecer en él.
El primer reglamento de organización política de la provincia El 26 de julio se aprobó el primer reglamento de organización política, que establecía el gobierno provincial teniendo en cuenta la división de poderes públicos: ejecutivo sería ejercido por un gobernador, a la vez capitán general, por tres años, ayudado por dos ministros, uno de gobierno, guerra y relaciones exteriores y otro de hacienda. El legislativo sería ejercido por la sala de representantes, integrado por un diputado cada curato y dos por cada curato rectoral (permanecerían por 4 años en su cargo). El judicial ejercido por un Supremo tribunal de apelaciones, integrado por el gobernador y dos vecinos, uno por cada litigante, dos jueces de primera y segunda nominación, dos regiones y un síndico.
La Liga del interior La provincia se unió así a las que obedecían a Paz, bajo cuyas inspiraciones se constituyó el 31 de agosto de 1.830.La liga interior habiendo subscripto el tratado de unión y defensa que le dio vida D. Miguel Calixto del Corro confirmando la nueva legislatura santiagueña, el 21 de julio, haciendo la reserva " que las facultades extraordinarias conferidas no aventuren alguna la aventura de la provincia" habiéndose obligado la misma a realizar un aporte de $6.000; antes, la provincia había tenido que pagar $10.000 a las tropas Tucumanas de López. Desde Santa Fé Ibarra planeaba una invasión a su provincia para recuperar el poder. Ante ello el gobernador de Córdoba envió un ejercito al mando del coronel Ramón Deheza, quien los primeros días de septiembre se hizo cargo del gobierno. De tal modo Santiago se incorporaba por la fuerza a la "liga del interior" encabezada por Paz, de carácter unitario. Este período de interrupción unitaria fue sumamente difícil para el pueblo santiagueño ya que se vio sometido a constantes saqueos y depredaciones por parte de las tropas de uno u otro bando que pujaban para apropiarse del poder.
Fin del período unitario Ante la presión de las federales, el pueblo en abril de 1.831, reunido en un cabildo Abierto, designó gobernador provisorio a Santiago de Palacio. Durante su gobierno la provincia se adhirió al pacto federal o liga del litoral firmado el 4 de enero de 1.831,por las provincias de Buenos Aires, Santa Fé y Entre Ríos. La Legislatura eligió como gobernador nuevamente a Juan Felipe Ibarra el día 19 de julio, quien no aceptó hasta tener autorización de Estanislao López, de quien dependía. Los diputados le rogaron que aceptara el cargo conforme a lo dispuesto el 27 de julio de 1.831 pero Ibarra por táctica política demoraba su aceptación al cargo. Finalmente lo aceptó el 16 febrero de 1.832 en donde prestó juramento ante la cámara de representantes como gobernador de la provincia, concediéndole el título de brigadier como forma de reconocimiento a sus benemerencias.
Segundo mandato Ibarrista Una de sus principales medidas fue ratificar la adhesión al pacto federal. Cuando Manuel de Rosas se hizo cargo por segunda vez de la gobernación de Buenos Aires, delegó en él, en nombre de la provincia el manejo de las Relaciones Exteriores. En este segundo mandato preponderó su ministro Adeodato de Gondra que se había desempeñado como legislador en el gobierno unitario y había sido el autor del anteproyecto de Reglamento político. Gondra fue el redactor de muchos documentos durante el regreso de Ibarra y en ocasiones, en ausencia del brigadier, se desempeñó como gobernador interino.
Ibarra y la organización nacional Ibarra manifestó en varias ocasiones su preocupación por no solo por la organización de su provincia sino de toda la nación; a través de una constitución que organizara un gobierno nacional y lograra unidad entre los pueblos. Y así lo que expresó en una carta que le escribió a Rosas en 1.832 "…jamás gozaremos de una tranquilidad sólida y duradera mientras las provincias permanezcan en el estado de aislamiento que hasta aquí a causado todas las guerras civiles (….) ;si carecemos de un centro común que uniforme nuestra política e intereses, si no activamos la reunión de una asamblea constituyente para tener leyes nacionales y un gobierno general suficientemente vigorizado que las haga cumplir y respetar por la razón o por la fuerza(…) si no reconocemos una autoridad superior que dirima nuestras contiendas haciéndonos conocer claramente nuestros deberes (…) cómo y cuándo podremos lisonjearnos de haber recogido el fruto de tantos años de fatigas y desvelos?…" Ibarra le pedía a Rosas por el dictado de una constitución no obstante, en el ámbito provincial no se daba los pasos necesarios para el dictado de la ley fundamental de la provincia. Ni siquiera, el Reglamento de 1.830 estaba vigente.
Medidas primordiales En 1.832 Ibarra creó la Municipalidad de Santiago del Estero y reglamentó el funcionamiento de la provincia. Entre las funciones del jefe de policía figuraban, además del control del orden de la población, el cuidado de la limpieza de la ciudad, y mantenimiento de la acequia pública. Mandó a reconstruir las iglesias de la Merced y Loreto. Sus funciones como gobernador debían durar tres años (según el reglamento de 1.830, fue reelecto en 1.835, por asambleas populares en campaña, que declararon que puede servir de ejemplo, que no reconocerá a otro gobernador sino a él otorgándole también las mismas facultades que tuvo en su primer mandato, reservándose así un gobierno perpetuo.
Medidas económicas Debido a la escasez de metálico Ibarra se vió obligado a nuevamente a recurrir a la acuñación de monedas con iguales características que la anterior. En 1.846 la declaró "moneda feble". El sistema vigente estaba subordinado a la industria Británica. Los productos industriales del Reino Unido que ingresaban a todo el territorio a través del puerto de Buenos Aires, se habían convertido en elementos de consumo para todas las clases sociales, en consecuencia, artesanías santiagueños y de otras provincias quebraron. Ya que la ley de aduanas favorecía solo a Buenos Aires, y la industria textil santiagueña había disminuido Ibarra adoptó una serie de medidas para la protección de la decadente industrial provincial. En 1.839 Ibarra prohibió la introducción de tejidos que se elaborase en la provincia y los cargamentos de ferretería y por otro decreto se aumentó los impuestos para los productos que se introdujesen por puertos que no fuesen argentinos, provenientes de Valparaíso o Cobija.
Facundo Quiroga en Santiago Los primeros años de mandato fueron de relativamente calmos para el pueblo, a pesar de que se participó en un conflicto entre los gobernantes de Salta y Tucumán. Manuel Maza envió a Facundo Quiroga como intermediario quien llegó a destino el 3 de enero de 1.835 y se enteró del trágico desenlace de la disputa, cuando, en la cárcel, fueron asesinados del Gob. Latorre y del coronel José Aguilar por los unitarios de Jujuy quienes tenían el respaldo del mariscal Santa Cruz gobernante de Bolivia que pretendía incorporar a su territorio Jujuy, que se había desmembrado de Salta.
La coalición del Norte El peor conflicto en le que se vió envuelto el mandato, fue el resultado de la conformación de la coalición del Norte contra Rosas en 1840.Todo el noroeste con excepción de Santiago quedó bajo el mando unitario, reforzado por la llegada a Tucumán del gral. Gregorio Aráoz de Lamadrid, quien había arribado al Norte en una misión encomendada por Rosas, para retirar armas de Tucumán. Pero una vez allí se pasó a la causa unitaria e inició contactos para la conformación de la coalición del Norte contra el Gob. De Buenos Aires. Los unitarios santiagueños vieron la oportunidad para aliarse con Tucumán y así planear una revuelta que terminara con el gobierno de Ibarra. Encabezados por Pedro Unzaga y José Libarona, promovieron un levantamiento en la madrugada del 25 de septiembre de 1.840. Enterado del hecho Francisco Ibarra, se dirigió al lugar de los sucesos donde fue cruelmente asesinado. Juan Felipe pudo huir hasta su cuartel general en Pitambalá. Los rebeldes organizaron ese mismo día una asamblea pública donde se nombró gobernador a Domingo Rodríguez, mientras que por una proclama, se adherían a la coalición del Norte. Pero duró poco ya que el tercer día, Ibarra venció fácilmente a los rebeldes. Los líderes fueron torturados y luego degollados o encerrados en el Fortín de Bracho como el caso de Libarona que murió loco en compañía de su esposa Agustina Palacio de Libarona.
Nuevas invasiones Santiago padeció durante un año, la ofensiva de la coalición del Norte mediante una serie de invasiones desde las provincias limítrofes. Pero ninguna pudo enfrentar la estrategia de Ibarra de "tierra arrasada", ya que los ejércitos solo encontraban campos yermos sin ganado, ni cultivos, ni personas en leguas a la redonda incluso el excesivo calor y la falta de agua jugaban a favor de los locales. Ibarra usaba la táctica de las montoneras se esperaba el momento más inesperado y se atacaba. Ante este panorama los ejércitos unitarios abandonaron derrotados la provincia. Finalmente la coalición fué desecha en la batalla de Famaillá, donde Ibarra participó con su ejercito santiagueño.
Sus últimos años Los últimos años de su gobierno, estuvieron envueltos en una relativa calma, perturbados solo por las noticias de Buenos Aires referentes a las invasiones anglo-francesas por nuestros ríos interiores. Por tal motivo Ibarra escribió una carta a Rosas con el fin de expresar su desprecio por la intervención extranjera y para ponerse a su disposición en lo que le parezca conveniente para la nación.
En consecuencia de la terrible sequía que azotó a nuestra provincia entre los años 1.847 y 1.848, Ibarra recurrió a Rosas solicitó ayuda al Gob. de Buenos Aires. Rosas, prometió el envío de 30.000 cabezas de ganado pero luego decidió enviar el importe en dinero de los 30.000 vacunos. Ibarra nombró una comisión encargada de la administración de los fondos que le enviase cada mes el Gob. de Buenos Aires. A su muerte aún quedaban más de $13.000 sobre los que se lanzaron como buitres, los gobernadores sucesores en agrias disputas recíprocas sobre este dinero. Los últimos años de su vida, pasó atendido por su esposa Doña Ventura Saravia y espiritualmente por sus amigos de siempre el fraile Franciscano Miguel López, el pbro. Pedro León Gallo, congresal de Tucumán y por el futuro obispo de Cuyo, Fray José wenceslao Achaval, que le administraron los últimos sacramentos, D. Juan Felipe falleció el día 15 de julio de 1.851 a las 10 hs. En su testamentaria, luego de haber gobernado 31 años, tres meses y quince días se señalan sus bienes: tan solo una casa y una chacra en la ciudad, la estancia de Uyamampa, los campos de jumialito y D. Juan y un terreno en Rumi Pozo que se destinaba a formar una estancia para las huérfanas que se asilaban en Belén, lo que viene a dar un rotundo Desmentido a quienes lo acusaron de falta de honradez. Sus restos fueron sepultados en el templo de la Merced vestido con el habito de mercenario, según su última voluntad expresada en su testamento.
Juan Felipe Ibarra, su destino estuvo inspirado por un fuerte carácter, propio de la bizarría española, constancia y un espíritu práctico. Fue educado en el colegio de Monserrat de Córdoba, guerrero en el ejercito nacional del norte, desde 1811 hasta 1815, en Huaqui, Tucumán, en Salta y en Sipe-Sipe, ayudante de campo de Manuel Belgrano, en 1816; comandante gral. de la frontera chaco-santiagueña nombrado por el creador de la bandera y gobernador permanente de Santiago su provincia natal, fundador y defensor de durante treinta años de su autonomía provincial. En todo su historial D. Juan Felipe Ibarra fue un celoso custodio de la soberanía nacional Y muerto Estanislao López llegó a ser "la más firme columna" de la federación en el interior. Un claro ejemplo es su actitud en la coalición del Norte en la cual Ibarra no se dejó encandilar por los cantos de sirena de los unitarios, y se mantuvo fiel a su ideario federal. Se negó a plegarse a la coalición del Norte ya que no estaba dispuesto a renunciar al ideario de toda su vida cometiendo una traición. Ibarra fue un hombre orgánico, constitucionalista y admiraba el patriotismo de D. Juan Manuel de Rosas con quién compartió el criterio sobre la oportunidad de la organización nacional, cuando expresaba: "nadie es más partidario que yo de ese bien incomparable (refiriéndose a la constitución)pero no quiero ni querré nunca que ella sea nacida de la fuerza de bayonetas… (Ella) debe ser fruto de la paz, de la calma de las pasiones, de la sabiduría y de una saludable experiencia… " Guerrero, gobernador o tirano forma parte de nuestra historia la que todos conocemos en la cual encontramos el desinterés, el patriotismo, la generosidad en aras del pueblo que tanto amó. Felipe Ibarra muestra una realidad ejemplar de su lucha internacional y civil. Y esta calificación muestra dignidad, heroísmo gaucho y argentinidad en documentos oficiales. En la misma carta Ibarra expresa su soberanía nacional refiriéndose de esta manera a los unitarios: "¿Quién creerá que se invoca con sinceridad la constitución en estas circunstancias en que la confederación argentina esta empeñada en una guerra desastrosa contra Francia y el estado oriental? ¿Quién creerá que obran de buena Fé… (cuándo), otros gobiernos están haciendo prodigios de valor y patriotismo para salvar el honor y la independencia nacional? ¿Se constituye al país haciendo causa común con los extranjeros…? ! Ese modo de hablar, mi amigo, da vergüenza…!" 1 " así hablaba y pensaba el señor santiagueño, mano dura cuando necesario, Corazón grande siempre, retoño de la infazón castellano en la estirpe argentina ". Ante esta historia aspiremos a que en Santiago prevalezca la moral en memoria de Juan Felipe Ibarra, un ser incorruptible, amante de su tierra natal. Juzguémoslo sin prejuicio y resaltará el patriota que viviera cuarenta años sobre caballo para defender su patria y pueblo. 1 Díaz de vivar
Vida de Juan Felipe Ibarra; Raúl Juárez. Historia de Santiago del estero; Alen Lascano. Historia de Santiago del estero; José Lami Hernández. Historia de Santiago del estero; José Achaval. Historia de Santiago del estero; María Tenti de Laitán Juan Felipe Ibarra y la federación del Norte; L.A.C.L. Raíces nacionales; Elvio Avila.
Autor:
Ivana Bobes