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Las propiedades del vino. ¿Beneficioso o dañino?


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Conclusiones
  5. Glosario de Términos
  6. Bibliografía Consultada

Resumen

Durante muchos años ha existido la polémica referente a si el hábito de beber vino es beneficioso o dañino para la salud. El consumo habitual y moderado de vino, especialmente de vino tinto, puede producir efectos beneficiosos adicionales sobre las afecciones cardiovasculares comparados a los que producirían la misma cantidad de alcohol pero en otras bebidas.

El vino es rico en polifenoles, particularmente en quercitinas y resveratrol, los que son buenos candidatos para explicar el supuesto efecto protector del vino.

El vino partiendo de su composición cuenta con diferentes compuestos con acciones específicas sobre la salud humana: previene enfermedades como las relacionadas con afecciones cardiovasculares, formación de células cancerígenas, previene virus, combate bacterias, entre muchas otras propiedades.

A su vez el consumo excesivo es corrosivo para el bienestar de las personas.

Introducción

La historia del vino data más allá de nuestro propio conocimiento. Poetas, escritores, pintores, han elogiado el mundo del vino.

El saber del vino es tan antiguo como la propia humanidad. Por ello el vino ha marcado el carácter de las civilizaciones y los pueblos que han sabido elaborarlo y apreciarlo. Los más antiguos escritos humanos, incluyendo las tablas de arcilla cuneiforme de Babilonia, o los papiros del antiguo Egipto, contienen numerosas referencias al fruto fermentado de la vid.

La filosofía cristiana ha querido transmitirnos el concepto de la creación del vino por Noé. Sin embargo, la elaboración del vino fue práctica corriente en Oriente Medio y parte de la China ya 3000 años antes de Jesucristo. El vino se menciona más de 200 veces en Biblia, y el hecho de ser elegido por Jesucristo como parte del ritual fundamental del culto cristiano no hace sino destacar la importancia que para los judíos tenía el vino.

En la antigua Grecia y en Roma se consideraba el vino por sus cualidades terapéuticas, como un beneficio para la salud.

Con la caída del imperio romano, en la Edad Media, la iglesia es depositaria de los conocimientos de la civilización y en los terrenos de los Monasterios se cultiva la vid. Los monjes utilizan el vino con plantas medicinales para curar.

En el renacimiento las recetas médicas contenían plantas maceradas en vino con acción antiséptica, para las infecciones.

En los siglos XVII y XVIII, el agua era considerada como una mala bebida, quizás porque producía infecciones.

Los pobres, bebedores de agua, no llegan a conservar su salud. El agua pura no bastaría a los trabajadores para mantener sus fuerzas. Los ricos en cambio bebían vino y eran más longevos.

El hombre ha buscado siempre, en su alimentación, algo más que la satisfacción de una necesidad física; sino un medio de luchar contra la fatiga y las preocupaciones al mismo tiempo que una ligera y bienhechora excitación.

El vino, desde la antigüedad, esta considerado como un elemento de base en la nutrición humana. Lo citado por Oliver de Serres en 1600, en su Theatre de L"Agricultura resume una opinión general que el tiempo se ha encargado de confirmar:

«Después del pan, viene el vino, segundo elemento entregado por el Creador para la conservación de esta vida, y el primero celebrado por su excelencia».

Mucho antes, tanto como 1000 años antes de nuestra era Eclesiástico resumió: «Ve come alegremente tu pan y bebe con gusto tu vino».

Desarrollo

El vino, además de tener virtudes higiénicas y dietéticas, expresa la unión entre la tierra y el espíritu. Ningún otro producto surgido de la tierra habla más directamente a nuestros corazones, a nuestros gustos, a nuestros recuerdos o a nuestros sueños.

En los países del área mediterránea la dieta se caracteriza por poseer alimentos como el aceite de oliva, las legumbres, los cereales, el pescado azul, abundante fibra vegetal y sobre todo un consumo moderado de bebidas alcohólicas de baja graduación: el vino.

Estos factores dentro de la dieta mediterránea han determinado una menor incidencia de las enfermedades cardiovasculares así como diferentes tipos de cáncer.

¿Es el vino un alimento o no?

El vino es una sustancia natural obtenida exclusivamente por fermentación alcohólica total o parcial de uva fresca estrujada o no, o de mosto de uva.

La graduación alcohólica natural será superior a nueve grados, salvo en los vinos enverados, Chacolis y vinos dulces naturales.

Se considera alimento a la sustancia que contiene macro o micronutrientes. Utilizados para la normal nutrición humana o como fruitivos. Se consume de forma habitual con los demás componentes de una ración alimentaria, formando parte de los hábitos alimentarios de la población.

De acuerdo con esto el vino es un alimento, cuando entra a formar parte de nuestra dieta (tiene propiedades energéticas, es fruitivo, produce placer, luego es un alimento).

Para otras personas el vino es considerado tóxico.

¿Es el vino tóxico?

Veamos alguna de sus propiedades para discernir sobre este y otros criterios.

Partimos de la base del vino como alimento y como tal cubre unas necesidades energéticas, debido a su contenido en alcohol y de azucares en bajo contenido, con la excepción de ciertos vinos generosos.

Y unas necesidades protectoras gracias a sus componentes minoritarios, unos propios de la uva como vitaminas y minerales, otros los polifenoles. Así como componentes resultantes del proceso de fermentación como es la glicerina.

En cuanto a la glicerina, la cifra normal en los vinos es de 6 a 8 g/l, aunque puede variar dependiendo de las cepas, tal vez algunos vinos nobles de Burdeos puedan alcanzar valores de 30 g.

Valores importantes, si consideramos que el glicerol participa en la formación de las estructuras de los fosfolípidos de las membranas, así como en la síntesis de triglicéridos en el organismo.

Se ha establecido el efecto favorable del glicerol al captar a los ácidos grasos libres, y se ha comprobado que la ingestión de glicerol, provoca un incremento en los niveles de lipoproteínas de alta densidad HDL, que son marcadores de una protección frente al infarto.

Con respecto al aporte energético, el número de calorías que aporta al organismo un litro de vino varía de 600 a 1000 con una media de 600 para el vino tinto.

Los vinos dulces naturales, los vinos de licor, a la vez cargados de azúcar y alcohol, son los vinos más calóricos.

El alcohol etílico participa en el cumplimiento de las necesidades energéticas del individuo, dado que su valor calórico es de 7 Kcal/g (o 5,5 kcal/ml).

Según la FAO las calorías aportadas por bebidas alcohólicas no deben sobrepasar el 10% de la ración calórica diaria (establecida en 3000 kcal para el hombre adulto) lo que suponen 300 Kcal que equivale a un consumo moderado de 500 ml de vino al día de 12º G.L.

El vino por su aporte de alcohol no podría crear problema de toxicidad, ya que la capacidad oxidativa hepática en individuos normales es del orden de 5,5 a 7,0 g ETOH/hora y el hígado puede metabolizar este alcohol sin dificultad.

Hace falta sin embargo fijar los límites diarios que han de imponerse al consumo del vino, no cabe duda que es necesario no sobrepasar estos límites, generalmente admitidos por los especialistas en la materia.

Cuando se trata de sujetos adultos, en buen estado de salud y cuya ración alimenticia es suficiente y equilibrada, el organismo puede normalmente oxidar al máximo, un litro de vino para un hombre y tres cuartos de litro para una mujer. Mas allá de estos límites si una de las condiciones no se cumple (desnutrición, por ejemplo) el alcohol se oxida mediante procesos tóxicos que justifican su nocividad.

Cuando esta dosis diaria no es sobrepasada y además se tiene la precaución de repartirla entre las dos principales comidas, el vino puede entonces desempeñar su papel de alimento tónico y benéfico.

Es necesario considerar ante todo que, por regla general, el individuo normal y sano permanece entre estos límites. El alcoholismo, largo tiempo visto como una funesta pasión como un vicio, es considerado cada vez más como una enfermedad, cuyas victimas son sujetos que sufren un estado psicoafectivo y no hay ninguna razón para condenar al vino.

El consumo de alcohol, de vino y las enfermedades cardiovasculares.

Ante el hecho cierto de que la incidencia de enfermedades cardiovasculares supone una de las causas de mortalidad mas preocupantes del mundo occidental y que existen diferencias entre las distintas poblaciones frente a este problema, vamos a comentar algunos estudios epidemiológicos sobre el consumo de alcohol para después referirnos al vino.

Los estudios de población realizados han demostrado una mayor incidencia en la enfermedad cardiovascular en aquellos países con altas ingestas en grasas saturadas o animales.

Todos sabemos que la cocina francesa, comparada con cualquier norma nutricional, no puede ser considerada como una dieta baja en grasas. Sin embargo, en la actualidad Francia tiene una tasa de mortalidad derivada de la enfermedad cardiovascular que resulta ser inferior a la del resto de los países del mundo con excepción de Japón.

Este hecho se presenta pese a que el consumo de grasas saturadas (14-15% del aporte energético) y los niveles de colesterol plasmático son similares tanto en Francia como en EE.UU. y el Reino Unido. A esta situación se la llamó internacionalmente como la «paradoja francesa».

La explicación se busca entonces en la dieta de los franceses, grandes consumidores de vino.

En 1992 saltaba a la palestra que el consumo moderado de vino sobre todo durante las comidas era bueno para la salud.

Desde entonces se han publicado numerosos estudios en distintos países, en los que se han observado resultados similares con respecto al consumo moderado y regular de alcohol, es decir, que el consumo de uno o dos vasos diarios de vino, tanto por hombres como por mujeres presenta un efecto cardioprotector.

El efecto neto resultante se traduce en una reducción de la mortalidad total, lo que equivale a decir que los consumidores regulares y moderados de alcohol tienen una esperanza de vida mayor que los abstemios o los que consumen alcohol en exceso.

Por todo ello, los efectos cardioprotectores del alcohol dependerán de las dosis que se ingieran, que indica en definitiva que tanto quienes se abstienen como quienes lo consumen en exceso, tienen mayor mortalidad.

La asociación inversa entre riesgo de enfermedad coronaria y consumo de alcohol es hoy un hecho bien establecido a través de numerosos estudios epidemiológicos.

Se han propuesto distintos mecanismos para explicar la menor incidencia de enfermedad cardiovascular de los consumidores regulares y moderados de vino.

Dos de ellos se deben principalmente al alcohol: uno mediado por la acción del alcohol sobre los niveles de lipoproteínas presentes en la sangre y el otro mediado por su influencia sobre la coagulación sanguínea.

El tercer mecanismo estaría mediado por la capacidad de los componentes antioxidantes del vino de proteger de la oxidación las partículas de lipoproteínas de baja densidad.

Es decir, este mecanismo se explica por los componentes polifenólicos del vino tinto.

Entre los efectos bioquímicos y celulares del alcohol, que han sido propuestos para justificar el papel antieterogenico de las bebidas alcohólicas cabe citar en primer lugar su actuación:

1. Mejorando el nivel de los lípidos contenidos en la sangre, aumentando la concentración de colesterol en las lipoproteínas de alta densidad (HDL) y reduciendo la concentración de colesterol en las lipoproteínas de baja densidad.

2. Disminuyendo la trombosis, al reducirse la agregación de las plaquetas o trombocitos, reduciendo la concentración en fibrinógeno y aumentando la fibrinólisis.

El efecto de las bebidas alcohólicas sobre las plaquetas no parece deberse sólo al alcohol, ya que el vino es más eficiente que el alcohol puro, un efecto que inicialmente se atribuyó a los taninos.

Se han sugerido otros mecanismos para el alcohol como son por ejemplo:

  • La reducción del espasmo de la arteria coronaria en respuesta al estrés

  • El aumento del flujo sanguíneo coronario mediante la vasodilatación correspondiente.

El alcohol etílico no es el único responsable de los efectos positivos del vino en la intervención cardiovascular; de lo contrario todas las bebidas alcohólicas tendrían las mismas propiedades y esto no es así.

¿Cuál es la diferencia del vino con respecto a otras bebidas alcohólicas?

Las evidencias epidemiológicas indican que todas las bebidas (vino, cerveza y espirituosas) son similares pero no necesariamente iguales en cuanto a su actividad cardioprotectora, siendo el vino el mas efectivo.

Existen pues otras sustancias en el vino que lo hacen participar en las necesidades protectoras del organismo, los polifenoles.

Los polifenoles.

Los polifenoles son en su gran mayoría potentes antioxidantes necesarios para el funcionamiento de las células vegetales, que se encuentran en frutas y verduras, principalmente en uvas, manzanas y cebollas, y en bebidas como el té y el vino.

Los polifenoles se producen de forma natural en la uva y son los responsables del color del vino se encuentra en concentraciones de 200mg/ l en vinos blanco y 1200 mg/l en vinos tintos, valores que pueden variar en función de diversos factores (variedad de uva, proceso de vinificación, vendimia, año, etc.)

De entre estos cabe destacar los flavonoides (quercetina y catequinas), y otras sustancias de carácter fenólico como el Resveratrol (fitoalexina del estilbeno) que se produce en las cepas como respuesta a infecciones derivadas de los hongos, por ello, su concentración depende del clima, este compuesto se encuentra en la piel de la uva y aparece en los vinos que han sufrido fermentación con la piel y el tirosol e hidroxitirosol entre otros compuestos que junto a los anteriores constituyen el poder antioxidante del vino.

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Contenido promedio de flavonoles en 5 variedades de uva

Los polifenoles, en relación a su actividad fisiológica tienen, entre otros, los siguientes efectos:

Efecto actividad antiviral y antibacteriana. Se ha encontrado que ciertos flavanoides presentan actividad frente a virus del grupo gripe, poliomelitis o herpes a través de la acción inhibidora de la lipoxigenasa.

Por otro lado poseen efecto antibacteriano frente a Salmonella Shigella y Escherichia Coli. Es decir el histórico papel del vino como auxiliar digestivo está demostrado y los polifenoles erradican bacterias que normalmente provocan envenenamiento alimentario, disentería y diarrea.

Efecto a nivel del tracto gastrointestinal. Los polifenoles actúan en el último tramo del intestino. Los taninos condensados, tienen una gran capacidad de retener agua por sus muchos grupos OH, producen un aumento de la masa fecal ya que no son digeridos y facilitan la eliminación de las heces por su acción humectante. En esta acción se asemejan a los componentes de las fibras dietéticas.

Actividad antiflamatoria y antialérgica. Los compuestos polifenólicos inhiben la liberación de ácido araquidónico por parte de las células inflamadas. Por esta razón las enzimas lipoxigenasa y ciclooxigenasa disponen de menor cantidad de sustrato para la síntesis de los compuestos responsables de la respuesta inflamatoria: Endoperoxidos, prostaglandinas, tromboxanos, etc.

Otros compuestos como la quercitina inhiben la liberación de histamina y por tanto son capaces de bloquear la repuesta alérgica del organismo. El resveratrol inhibe la agregación plaquetaria e interfiere en el metabolismo del ácido araquidónico por lo que también tiene actividad antiinflamatoria.

Actividad antimutagénica y anticarcinogénica. En estudios con animales de laboratorio se ha comprobado que los flavanoides inhiben la aparición de tumores inducidos químicamente y parecen proteger al organismo de compuestos mutagénicos. Sin embargo en humanos los resultados son contradictorios y es necesario profundizar en nuevos estudios.

La actividad biológica que se atribuye a estos compuestos polifenolicos tiene su origen en propiedades tan importantes como su afinidad por las proteínas, y su poder antioxidante.

Afinidad por las proteínas.

A nivel de la pared arterial los flavonoides muestran una doble acción tisular, de una parte estabilizan las fibras de colágeno, y dan a la pared de los vasos pequeños una mayor resistencia a las hemorragias.

Esta propiedad se debe a la capacidad de estas sustancias de establecer enlaces cruzados (puentes de hidrógeno) con las proteínas de la pared.

Y de otra parte inhiben la enzima Histidina Descarboxilasa, lo que permite evitar una producción exagerada de histamina en respuesta al estrés. El exceso de histamina incrementaría la permeabilidad de la pared, que facilitaría la infiltración, favoreciendo el proceso aterogénico.

A nivel de la sangre acelerando la eliminación del colesterol. Proceso en el que interviene la vitamina C que favorece la transformación del colesterol en Ácidos Biliares. Los flavonoides intervienen como un factor de ahorro de la vitamina C en el organismo.

Podemos resumir así las funciones de estos compuestos en la

— Protección vascular

Biosíntesis del colágeno y mucopolisacaridos

— Metabolismo lipídico

— Proceso aterogénico

— Liberación de Histamina

Poder antioxidante.

Se ha estimado que aproximadamente un 2 % del oxígeno consumido por un organismo normal va a la formación de especies reactivas del oxígeno de las cuales varias son radicales libres. Cuando la generación de estos radicales libres sobrepasa las numerosas barreras de defensa antioxidantes del organismo, se produce daño por lesión química de las estructuras biológicas y a este proceso lo denominamos estrés oxidativo.

El daño oxidativo que estas especies pueden producir en las macromoléculas biológicas es de consecuencias críticas. Reaccionan con lípidos, proteínas, carbohidratos y ADN en el interior de las células y con componentes de la matriz extracelular, por lo que pueden desencadenar un daño irreversible que si es muy extenso, puede llevar a la muerte celular. Entre las numerosas patologías asociadas a estrés oxidativo están las dos principales causas de muerte en los países desarrollados: la arterioesclerosis y el cáncer, como así también otras condiciones patológicas como cataratas, artritis reumatoidea, diabetes y enfermedad de Alzheimer.

El proceso biológico de envejecimiento se acelera en función de la magnitud del estrés oxidativo al que están sometidos organismos de muy diferentes especies.

Los compuestos fenolicos del vino aislados o en conjugación se comportan como captadores de radicales libres, especies oxidantes que se generan en el organismo.

El vino tinto posee la capacidad de inhibir la oxidación de las lipoproteínas humanas a niveles muy superiores a los obtenidos por la vitamina E.

Sin duda alguna la capacidad antioxidante del vino está directamente relacionada con su contenido en polifenoles.

Otro efecto interesante es conocer como el consumo moderado y regular de vino tinto previene el daño oxidativo al ADN inducido por una dieta rica en grasa y existen evidencias que muestran el efecto protector del vino en la reducción de ciertos tipos de cáncer.

En este sentido el resveratrol ha mostrado su capacidad para inhibir la división celular. Compuesto este que a su vez juega también un papel importante en el metabolismo lipídico y en el envejecimiento.

El aporte de antioxidantes, que hace el vino tinto, protege al oxido nítrico, principal regulador de la función endotelial.

Los antioxidantes del vino tinto, polifenoles, particularmente flavonoides, serían los responsables del mantenimiento de la actividad vascular, especialmente en los individuos que ingieren dieta rica en grasa, la que induce el estrés oxidativo.

Conclusiones

En base a las evidencias aportadas por el presente estudio y a la bibliografía consultada se recomienda el consumo de:

– 1 vaso de vino tinto por día para mujeres.

– 2 vasos de vino tinto por día para hombres.

La recomendación de consumo es diferente según el sexo; esto se debe a la composición corporal que presentan los seres humanos. El cuerpo de las mujeres contiene menos agua que el de los hombres. Debido a que el alcohol se mezcla con el agua que hay en el cuerpo, una determinada cantidad de alcohol se manifiesta en forma más concentrada en el cuerpo de una mujer que en el de un hombre.

Se aconseja el consumo de vino tinto asociado a una dieta sana y equilibrada que incluya frutas, verduras, pescado, pan, quesos, aceites vegetales (dieta mediterránea). Esto requiere de una adecuada educación de la población. Se requiere informar cuidadosamente al público de los efectos dañinos de beber en exceso, y de los beneficios de beber moderada y responsablemente.

Los beneficios de beber moderadamente vino se pueden resumir en sus efectos para la salud:

  • Protección cardiovascular

  • Antiviral

  • Antibacteriana.

  • Efecto a nivel digestivo.

  • Antiinflamatoria

  • Antialérgico.

  • Antimutagénica

  • Anticarcinogénica.

Glosario de Términos

Araquidónico: Es un ácido graso esencial poliinsaturado.

Catequina: Es un alcaloide del grupo de las xantinas. Este compuesto puede disminuir las placas arteroesclerosicas, reducir los carciomas, reducir el riesgo de un accidente cerebrovascular, o una insuficiencia cardíaca, el riesgo al cáncer (la formación de un tumor), o la diabetes y la protección de la piel por un daño causado con radiación ultravioleta.

Chacolis: Es un vino blanco que se produce en el País Vasco, con producciones menores en Cantabria y Burgos (Castilla y León), e incluso en algunos lugares de Chile. Se elabora a partir de uvas verdes, lo que provoca una cierta acidez.

Ciclooxigenasa: Es una enzima que permite al organismo producir unas sustancias llamadas prostaglandinas a partir del ácido araquidónico.

Colágeno: es una molécula proteica o proteína que forma fibras, las fibras colágenas. Estas se encuentran en todos los animales. Son secretadas por las células del tejido conjuntivo como los fibroblastos, así como por otros tipos celulares. Es el componente más abundante de la piel y de los huesos, cubriendo un 25% de la masa total de proteínas en los mamíferos.

Colesterol Plasmático: Es un esterol (lípido) que se encuentra en los tejidos corporales y en el plasma sanguíneo de los vertebrados. Se presenta en altas concentraciones en el hígado, médula espinal, páncreas y cerebro. Pese a tener consecuencias perjudiciales en altas concentraciones, es esencial para crear la membrana plasmática que regula la entrada y salida de sustancias que atraviesan la célula.

Descarboxilasa: es una reacción química en la cual un grupo carboxilo es eliminado de un compuesto en forma de dióxido de carbono (CO2).

Estilbeno: Es un hidrocarburo aromático.

Fibrinógeno: Es una proteína soluble del plasma sanguíneo precursor de la fibrina, su longitud es de 46 nm, su peso 340 kDa. Es responsable de la formación de los coágulos de sangreGlicerina (Glicerol): Es un alcohol con tres grupos hidroxilos (–OH). Se trata de uno de los principales productos de la degradación digestiva de los lípidos, paso previo para el ciclo de Krebs y también aparece como un producto intermedio de la fermentación alcohólica.

Fitoalexina: Son compuestos antimicrobianos que se acumulan en algunas plantas en altas concentraciones, después de infecciones bacterianas o fúngicas y ayudan  a limitar la dispersión del patógeno.

Flavonoide: Es el término genérico con que se identifica a una serie de metabolitos secundarios de las plantas. Son sintetizados a partir de una molécula de fenilalanina y 3 de malonil-CoA, a través de lo que se conoce como "vía biosintética de los flavonoides", cuyo producto, la estructura base, se cicla gracias a una enzima isomerasa. Son una familia muy diversa de compuestos, aunque todos los productos finales se caracterizan por ser polifenólicos y solubles en agua.

Hidroxitirosol: Es un polifenol fitoquímico con propiedades antioxidantes. Después del ácido gálico, el hidroxitirosol es considerado como uno de los antioxidantes naturales más potentes.

Histamina: Es una amina idazólica involucrada en las respuestas locales del sistema inmune. También regula funciones normales en el estómago y actúa como neurotransmisor en el sistema nervioso central.

Histidina: es un aminoácido esencial (no puede ser fabricado por el propio organismo y debe ser ingerido en la dieta).

Lipooxigenasa: (Araquidonato). Es una enzima humana con un peso molecular entre 72,000-80,000 y 672 o 673 aminoácidos. Su función es la de transformar a los ácidos grasos en leucotrienos y es uno de los más recientes enfoques farmacológicos para intervenciones en un variado número de enfermedades, incluyendo el asma.

Lipoproteínas: Son complejos macromoleculares compuestos por proteínas y lípidos que transportan masivamente las grasas por todo el organismo.

Mucopolisacaridos: Son unas estructuras glucídicas, que suponen la fracción glucídica constituyente de los proteoglicanos, un tipo de biomoléculas de función estructural presentes fundamentalmente en el tejido conectivo, epitelial y óseo, así como en el medio intercelular.

Paradoja francesa: Es el nombre que se le da al hecho nutricional que se da en Francia y que no encaja con una parte de la teoría nutricional establecida. En ese país la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mucho menor que en EE. UU. aunque siguen una dieta más rica en grasas saturadas.

El irlandés Samuel Black, observador y amante de la cultura y la buena mesa gala, publicó en 1819 un artículo científico en el que hizo la siguiente observación: "Los franceses comen una gran cantidad de grasas -quesos, otros derivados de la leche completa y foie gras– y en general tienen menos ataques al corazón que los ingleses y otros europeos".Al final del artículo Black dejo entrever que el consumo de vino tinto podía tener alguna participación en el asunto.

Polifenol: Son un grupo de sustancias químicas encontradas en plantas caracterizadas por la presencia de más de un grupo fenol por molécula. Los polifenoles son generalmente subdivididos en taninos hidrolizables, que son ésteres de ácido gálico de glucosa y otros azúcares; y fenilpropanoides, como la lignina, flavonoides y taninos condensados.

Prostaglandina: Son un conjunto de sustancias de carácter lipídico derivadas de los ácidos grasos.

Quercitina: Es un flavonoide derivado de plantas en frutas, frutas como en verduras. Es el flavonoide más abundante y el más habitual en la dieta humana, destacando por su elevada actividad antioxidante. A partir de él se obtienen otros flavonoides, como la naringenina o la rutina.

Resveratrol: Es una fitoalexina presente en las uvas y en productos derivados como vino, mosto, etc., y en otros alimentos como las ostras, el maní (cacahuate) y las nueces. El resveratrol también se produce por síntesis química.

Tisular: Tejido biologico.

Triglicéridos: Son acilgliceroles, un tipo de lípidos, formados por una molécula de glicerol, que tiene esterificados sus tres grupos hidroxílicos por tres ácidos grasos, saturados o insaturados. Los triglicéridos forman parte de las grasas, sobre todo de origen animal. Los aceites son triglicéridos en estado líquido de origen vegetal o que provienen del pescado.

Trombocitos (plaquetas): Son fragmentos citoplasmáticos pequeños, irregulares y carentes de núcleo, de 2-3 &µm de diámetro, derivados de la fragmentación de sus células precursoras, los megacariocitos; la vida media de una plaqueta oscila entre 8 y 12 días.

Tromboxanos: Son eicosanoides derivados del ácido araquidónico; los eicosanoides son hormonas muy reactivas que derivan del ácido araquidónico.

Bibliografía Consultada

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Autor:

Yoel Palomino Martínez

Tutor: Prof. Principal EHTH. Sommelier Internacional. Martha Señán Hernández

La Habana 2012