- Miguel Angel Diaz Torres y sus relatos
- Una vida apacible y el recibimiento
- Las defensas de una ciudad a punto de ser sitiada
- El fulgor de los cañones y fusiles
- La victoria
RELATO DE FICCIÓN BASADO EN HECHOS HISTÓRICOS
Miguel Angel Diaz Torres y sus relatos
Parece que cuando Miguel Ángel Díaz dejó Chiclayo, hace unos treinta años, empezó a interesarse en recopilar artículos periodísticos y fotografías relativos a su ciudad natal, en el empeño, tal vez inconsciente ,de continuar en cierta forma viviendo en ella. La aspiración, si tal fue, no es inusual y, en ciertos autores , ha dado textos como el cuento de Julio Cortázar en que París y Buenos Aires aparecen misteriosamente conectadas. Pareciera que al trasladarse a vivir en otra ciudad o lugar el individuo no puede desprenderse del todo de su espacio original y, en la instancia de los sueños, donde se transparentan tantas cosas, los tiempos y los lugares aparecen y reaparecen como señales de que el paso del tiempo no los ha borrado y que de alguna manera los seres humanos vivimos no sólo en el presente inmediato sino también en el pasado lejano, particularmente el que corresponde a los años de nuestra formación.
La recopilación a la que nos hemos referido terminó por llevar a Miguel a los terrenos de la Historia que, como sabemos, no se reduce a una reunión de papeles dispersos sino que consiste en construir a partir de los documentos disponibles una visión del proceso histórico en el que los hechos se van desenvolviendo sin término ,formando una madeja de relaciones de diversa índole (sociales, culturales, económicas, etc.), dentro de la cual nos ubicamos. Miguel advirtió que lo que hacía era algo más que un pasatiempo y que se iba convirtiendo en una dimensión importante de su manera de vivir. No sólo trabó contacto con los documentos sino también con gente muy diversa aunque ligada a los estudios históricos y comenzó a producir textos que él mismo se encargó de publicar.
Pero con el tiempo, llegó también a entender que el habitual texto histórico sólo era de interés para un círculo muy limitado de personas y que había que tratar de encontrar una manera de llegar a más personas, incluyendo gentes de todas las edades y condición.Así, le ha parecido que esa manera podría ser la de elaborar relatos de ficción basados en hechos históricos, en los cuales los elementos del discurso histórico estuviesen envueltos en un ropaje narrativo ,procedimiento que desde muy antiguo y en todas las sociedades ha tenido una notable aceptación social.
Así lo intentó en "Cuando la peste nos visitó" y lo intenta ahora con "La epopeya chiclayana". En los dos casos ha cuidado de ser fiel a la materia histórica evitando el riesgo de que las licencias que debe tomarse un autor de relatos para dar una forma narrativa a su texto lo lleven demasiado lejos. Pretende que al término de la lectura los lectores tengan una idea vívida de lo que ocurrió y comprendan que tenemos un pasado por conocer y que algo o mucho de lo que conocemos o vivimos hoy tiene sus raíces en esas épocas todavía neblinosas para la mayoría de los chiclayanos.
Luis Rodríguez Castro
octubre de 2011
LA EPOPEYA CHICLAYANA
CAPÍTULO 1
Una vida apacible y el recibimiento
Corría el año de 1867, ya en sus últimas semanas. La vida del joven Manuel Seclén transcurría sin sobresaltos, siempre con la misma rutina: ayudando a su familia en los quehaceres hogareños, llevando preparados de botica a los domicilios que los requerían , ayudando al boticario en la preparación de emplastos, dosis con esencias "mágicas" para aliviar el "cólico miserere" o llevando en brazos el frasco para realizar "sangrías".
Una tarde de comienzos de diciembre , estaban reunidos en la casa de su madre, de la calle "San Francisco" # 79, amistades como la Sra. Teodora Pantoja de la calle "Las Mercedes", don Gregorio Farro de la calle "De la Amargura" y don Pedro Altuna, quienes hablaban del tema del día:
-¿Se han enterado de que el Coronel Balta está en Cajamarca y ha vencido al Coronel Iglesias?- preguntó don Gregorio Farro mientras se cogía la barbilla como preocupado .
Don Pedro Altuna comentó de inmediato :
-Ese coronelillo , siempre causando problemas ….
Doña Teodora Pantoja lo atajó diciendo:
– Cómo puede hablar así don Pedro si cuando Balta estuvo por acá de subprefecto acabó con los ladrones.
–¡Tonterías! -replicó don Pedro- .Sólo porque terminó con las bravatas del zambo Ruiz al que el pueblo le cortó la cabeza en el parque principal.
Don Gregorio terció :
-No podemos desconocer que él, con trabajadores de las comunidades agrícolas de Chiclayo, Ferreñafe, Monsefú, Eten y Reque, desvió la acequia que corría dentro de la ciudad y evitó las inundaciones .
La dueña de casa ,doña Nicolasa Limo, tenía su propio punto de vista:
– Ay ,tan guapo que estaba en esa oportunidad don José Balta ,todavía me parece verlo con su poncho de listas rojas y blancas ,con flecos dorados ,pantalón negro estilo "waterloo" y sombrero de junco y alón .Y cuando el alcalde Juan del Carmen Gálvez lo declaró "Nuevo hijo de Chiclayo" ,se mostró muy sencillo . Es muy querido .
Don Pedro Altuna, descontento con lo que habían dicho sus amigos, volvió a intervenir :
-Lo único que les puedo asegurar es que este Sr. Balta nos va a traer problemas ; yo sé lo que les digo .Es igual de revoltoso que el Coronel Marco Barrantes ,derrotado felizmente hace un par de semanas en Lambayeque.
-No se exprese así mi querido amigo – insistió Gregorio Farro- Es sabido que Ud. y don Eladio Medina no tienen a Balta como santo de su devoción pero hay que reconocer que por estos lares es muy querido.
Nadie pudo añadir nada porque en ese momento irrumpió en la habitación el joven Manuel Seclén , todavía agitado por haber estado corriendo .Entrecortadamente, alcanzó a decir:
-¿Saben la última noticia? .El Coronel Balta está viniendo a Chiclayo y la gente piensa darle un gran recibimiento.
La noticia los dejó callados pero sólo por un momento .Pronto, la mayoría reaccionó con alegría. Sólo don Pedro Altuna dejó en claro su rechazo:
-Malos aires se acercan a Chiclayo.
La ciudad fue una fiesta durante los tres siguientes días .La gente preparó banderas , coronas, cintas y varios arcos triunfales ;una banda de músicos se puso a la espera y en la tarde del 6 de Diciembre cuando Balta hizo su ingreso con doscientos hombres maltrechos fue recibido con aplausos y vivas por los chiclayanos, hombres y mujeres de toda edad y condición social. Entre ellos se encontraba Manuel Seclén, sumado al pelotón que con su caudillo al frente se dirigía al parque principal .
En el transcurso de ese desplazamiento, el coronel advirtió la conveniencia de establecer su cuartel general en el local del colegio de "San José", amplio y estratégicamente ubicado.
-Señores- dijo poco después a los que se congregaron en el parque principal- estoy dando la orden para que mis oficiales procedan a formar las tropas de voluntarios y de civiles militarizados ; los que deseen pueden inscribirse .
El parque se convirtió en un griterío dentro del cual se podía oir voces como : "Chiclayo está contigo hasta el triunfo" ,¡Hurra por el coronel Balta¡".
De pronto, una voz estentórea se dejó escuchar :
-Dentro de dos días se celebra la Purísima , ¿qué vamos a hacer?
Balta respondió sin titubear:
-Si ustedes postergan la celebración de la Purísima, patrióticamente me comprometo a regalar para la virgen un riquísimo manto de modo que luzca buenamoza el próximo año. Consulten con su mayordomía , mañana vengan por la tarde con la respuesta. Gracias .
Como era de esperarse, el coronel ingresó a continuación a su flamante cuartel general en compañía de sus oficiales y de algunos ciudadanos que, como Manuel Seclén, lograron ingresar a empujones.
Ya instalado en una amplia oficina el coronel dio órdenes a sus oficiales : El coronel Silvestre Gutiérrez ,el comandante Rafael Venturo y los jefes Felipe Matute, Lorenzo Sotomayor y Francisco Alzamora .
-Bueno -dijo Balta- ,a todos los oficiales chiclayanos que se han unido a esta causa les pido lealtad .Después, con el triunfo sabré recompensar su valentía. Por favor, al decir el grado , griten su nombre :
-"¡Comandantes!" :
La respuesta fue inmediata:
"¡Ramirez!","¡Rivadeneyra!", "¡Zuzunaga!".
-"¡Sargentos mayores!" :
– "¡Juan Peredo!", "¡Benito Peredo!","¡José Santiago Corrales!".
-"¡Capitanes ¡" :
-"¡Felipe Ugaz!" ,"¡Luis Herrera!"
-"¡Tenientes!" :
-"¡Timoteo Montoya!" ,"¡Pedro Ruiz!"
Cuando Balta oyó el último nombre, preguntó:
-¿Es Ud. el inventor ?
-Si, mi coronel. Soy el teniente Pedro Ruiz Gallo natural de la Villa de Eten .
Balta abrazándolo le dijo:
– Teniente Ruiz cuando salgamos triunfantes le daré todas las facilidades para que desarrolle sus proyectos– y haciendo círculos con su mano alzada continuó diciendo: – que de seguro le dan vueltas en su cabeza .Me agrada la gente inventora teniente.
Emocionado Pedro Ruiz solo atinó a decirle:
– Gracias mi coronel, gracias.
Y el coronel Balta continuó dando los grados y los chiclayanos dando a conocer sus nombres.
Transcurrió una hora. El coronel Balta salió al parque principal ocupado por sus soldados y voluntarios .Mandó hacer silencio y dio la siguiente proclama:
"El jefe supremo político y militar de los departamentos del norte a las fuerzas de su mando: SOLDADOS : El noble pueblo de Chiclayo, haciendo justicia a vuestro valor y decisión por la causa de la legalidad, os ha recibido en medio de la más entusiasta ovación. Las coronas con que me han obsequiado os pertenecen de derecho, porque las habéis conquistado en heroicos combates…
Al terminar, los aplausos y las hurras y arengas fueron incesantes, la algarabía del pueblo se desbordaba y confundía con la de su ejército.
Balta regresó a su oficina y ordenó a uno de sus jefes:
-Realice un inventario de nuestro armamento y el número de voluntarios con que contamos.
-Muy bien , mi coronel – le contestó y se retiró.
Manuel Seclén aprovechó el momento para acercarse a Balta y pedirle con mucha decisión y firmeza:
-Sr. coronel, quiero ser parte de su ejército.
Al ver la convicción del jovenzuelo y tratando de no herirlo le preguntó:
– ¿En qué me podrías ser útil muchacho? Eres tan joven.
-Mi coronel- le respondió Manuel Seclén : -tengo experiencia trabajando con un boticario y corro velozmente; estoy seguro de que le puedo ser muy útil.
-Bien , muchacho, me has convencido. Vas a ser ayudante de nuestros doctores: Moncayo , Vélez y Núñez y además serás mi emisario con los puntos de combate; pero sin arriesgarte demasiado, ¿Comprendido?
Manuel Seclén bajando la cabeza le respondió, ya más calmado: -Lo prometo mi coronel .
-Como primera tarea – le dijo Balta :- Vas a recorrer todas las tiendas comerciales y les solicitarás de mi parte todas las armas blancas que tengan en venta, que yo después reconoceré la deuda.
Salió el muchacho a cumplir su misión , logrando reunir muchos objetos cortantes ,ya que la población sabía que esas eran las armas con las que iba a combatir y defender la ciudad.
Al dia siguiente, el coronel Balta continuó haciendo las coordinaciones con sus oficiales. Por el inventario que había ordenado elaborar se enteró de que sus fuerzas disponían de doscientos fusiles de marcas "Minie" y "Winchester", cien de diferentes marcas ( propiedad de los voluntarios chiclayanos) además de dos cañones de los llamados "pedreros". Y como las municiones eran escasas , ordenó que se improvisara una maestranza en el mismo colegio de "San José ",la que quedó a cargo del maestro don Juan Sierra ,agregando Balta : "En ella se repararán las armas ,se fabricará pólvora y se harán los proyectiles ".
Balta reunido con su oficialidad deliberaba sobre el asunto de la postergación de la fiesta de La Purísima .Toda su oficialidad estuvo de acuerdo con excepción del coronel Gutiérrez que fundamentó así su oposición::
-Mi coronel, es muy peligroso quitarle las celebraciones a esta gente; estos chiclayanos son muy fiesteros .Al saber que no van a tener fiesta, misa , cohetería y procesión no sabemos cómo van a reaccionar.
A lo que Balta contestó:
-No tema; cuando se actúa con patriotismo y sin engaños , cuando se lucha por la justicia y por la recuperación de los derechos conculcados, el pueblo sabe por inspiración propia lo que le conviene.
Pidió a sus oficiales que lo acompañasen a dialogar con la mayordomía que esperaba en el parque cercano rodeada del pueblo chiclayano. Y saliendo al parque hizo frente al gentío que aceptó su propuesta y lo despidió con aplausos y vivas a la revolución .
De vuelta en su cuartel general, el coronel Balta palmeó el hombro al coronel Gutiérrez al tiempo que le decía:
-Ya ves Silvestre; mi corazón me decía que no debía temer y además es de mal agüero temer a un pueblo por más religioso que sea.
CAPÍTULO 2
Las defensas de una ciudad a punto de ser sitiada
Balta preparaba la defensa de la ciudad. Ordenó que las calles "Las Mercedes" ,"San Cayetano" y "Del Paraíso" quedaran libres aunque con las bocacalles o calles transversales cerradas con todo lo que hubiere a la mano ,especialmente con hileras de adobes extraídos de las paredes cercanas que no tuvieran techo. Además, dispuso que en el colegio de "San José", las torres de la Iglesia Matriz y los altos de la casa Maradiegue, ubicada en la calle "De las Mercedes" ,se colocaran adobes y sacos de arena. Mandó también que se abriera una trinchera cerca a la capilla de "La Verónica" y que cada vecino colocara en los techos de las casas que rodeaban el parque principal sacos de arena. Todo esto se cumplió con el trabajo de más de mil personas entre hombres, mujeres y niños.
El día 10 de diciembre Balta salió a recorrer la ciudad a fin de verificar las defensas. Estando en la calle "Del Paraíso" encontró a un numeroso grupo de personas morenas que culminaban las defensas y lo hacían con tal dedicación y alegría que les dijo:
-Muy bien amigos , esta alegría que reflejan nos da energía para continuar en la lucha.
Un grupo de ellos se le acercó y una negra alta le dirigió la palabra:
-Señor coronel , su lucha la sentimos como nuestra – y volteando, preguntó al medio centenar de personas que le acompañaban:- ¿No es cierto amigos?- a lo que todos en coro respondieron:- ¡Contigo Basilia siempre!
Al darse cuenta Balta del liderazgo de aquella mujer le dijo:
-Basilia , como jefe político y militar del norte te doy el título de oficial de mando.
La negra emocionada, agradeció a Balta por tal designación y fue aclamada por los presentes.
Los accesos al parque principal habían sido restringidos y los vigías se encontraban atentos a cualquier acontecimiento desde sus puestos de observación.
En la mañana del doce de diciembre se escuchó la voz de:"¡ Alto¡ ¿Quién es?", por parte de los centinelas apostados en las entradas al parque principal :
-Soy un vigía del puesto del lado sur y traigo una información urgente.
Le fue permitido el paso e ingresó a la oficina del coronel Balta que estaba con sus oficiales preparando la estrategia de defensa de la ciudad.
-Mi coronel- dijo el vigía : -Vengo a informarle que las tropas gobiernistas han hecho su ingreso al pueblo de Reque. Están compuestas por una división de tres batallones y dos brigadas de artillería ; son como dos mil soldados bien armados y traen cuatro cañones y carretas con abundante munición.
-Bien, vigía -le respondió Balta- regrese a su puesto y manténgame informado.
El coronel Balta colocó su mano izquierda en la frente y apoyándose con el codo en su escritorio quedóse pensando un momento y súbitamente , poniéndose de pie, dijo a los oficiales con él reunidos:
-Estamos próximos a demostrar que el amor propio y el honor de un pueblo junto al ideal de su caudillo vencerán al ejército más poderoso que nos haga pelea.
Todos los oficiales gritaron juntos:
– ¡Por el triunfo de la justicia y nuestra revolución¡
Ese día tres soldados desertaron de las tropas gobiernistas para unirse a Balta.
A las siete de la mañana del trece de diciembre, las tropas gobiernistas ingresaron por el lado sur de la ciudad, al mando del coronel Mariano Pío Cornejo, ministro de guerra del general Prado. Se detuvieron en el molino del Sr. Solf cuyo propietario en persona salió a hacerles saber su oposición a que tomasen el molino como Cuartel General. El coronel Pío Cornejo fue terminante:
-Mire Sr. Solf, tengo órdenes directas del señor presidente de la república. Con o sin su consentimiento vamos a tomar el molino.
El Sr. Alfredo Solf, alterado y a gritos le respondió :
– Voy a presentar mi queja al cónsul americano , Sr. Montjoy, ya que tres de sus compatriotas laboran y pernoctan en este molino.
El coronel Pío Cornejo, en el mismo tono arrogante que ya había empleado, respondió:
-Quéjese si desea al presidente americano o a su káiser- y dándole la espalda se dirigió a sus oficiales:
-Tomen posesión del molino y emplacen las tropas a su alrededor y en la huerta contigua que me han comunicado que es de un tal Zamora y también en la compuerta.
Tal era el panorama militar. Por su parte, el pueblo chiclayano tenía fe en Balta y Balta tenía fe en su pueblo.
A las 9 de la mañana, un alférez de caballería con bandera blanca hizo su ingreso a la población, siendo conducido al cuartel general:
-Señor Balta por orden de mi superior el coronel Cornejo le traigo este sobre .
El alférez sacó un sobre de su quepí, en cuya cubierta se leía: "Señor Balta .Presente", y lo entregó a su destinatario. Balta se limitó a verlo y a devolverlo:
-"Lleve Ud. su nota señor oficial y diga a sus jefes que soy el jefe supremo político y militar de los departamentos del norte o, por lo menos, el señor coronel Balta. Que sea así rotulado y será leído" .Puede Ud. retirarse.
Nunca se comentó entre la oficialidad, ni se supo del contenido de la carta , por la energía y seriedad que puso Balta en el incidente.
CAPÍTULO 3
El fulgor de los cañones y fusiles
A las 6 de la mañana del 14 de diciembre las tropas gobiernistas atacaron por las calles "De las Mercedes" y "San Cayetano", con el objetivo de capturar la casa Maradiegue, llamada también "Fuerte Maradiegue. Encontraron una severa resistencia de parte de los soldados de Balta quienes lograron rechazarlos después de tres horas con la ayuda de voluntarios chiclayanos de la calle "San Francisco". Otro grupo de soldados gobiernistas trató de avanzar hacia el parque principal pero fue repelido por el fuego de fusilería procedente del colegio de "San José" y la Iglesia Matriz , optando el enemigo por la retirada ya que tenían ochenta muertos y a su jefe, el coronel Cornejo ,herido levemente en la sien derecha.
Balta salió de su cuartel general a recibir al Coronel Gutiérrez herido levemente y a dos soldados más, ordenando a sus médicos su atención inmediata. Llamó a un oficial y le preguntó:
-¿Oficial; hizo el recuento de las bajas?
-Si mi coronel , son veinte los muertos en nuestras filas.
Balta regresó al colegio de "San José" ,pensativo y apenado por las pérdidas de vidas humanas, sabiendo que esto era sólo el comienzo.
Por la tarde cuatro mujeres pidieron audiencia con el coronel Balta .Eran la negra Nevado, la mamá Jacoba, la negra Pitinga y la ñata Fidela. El coronel las recibió de inmediato y les dijo:
-¿Qué se les ofrece a mis guapas chiclayanas?
La negra Nevado, que era la más habladora y despierta, le respondió por todas las demás:
-Venimos donde su merced a presentarnos como soldaos-pero al ver que el Coronel Balta se sonreía agregó:- no queremos cocinar, ni lavar, queremos echar balas y meter cuchillo.
Balta las abrazó y reunió a sus oficiales para informarles:
-Serán mis ayudantes de órdenes: Tú Nevado irás a la compañía del Comandante Venturo, Jacoba a la de Peredo , Pitinga a la de Luis Herrera y Fidela a la de los Perales. Uds. serán mis ojos .Cierren bien la boca y todos los días a las seis vengan a darme cuenta de todo.
-Gracias- dijo la Nevado y cuadrándose militarmente agregó:- Semos mujeres , pero semos muy hombres.
Observaba el pintoresco nombramiento, un fotógrafo que se encontraba dentro del cuartel general .Pidió permiso para tomar una foto al Coronel Balta pero solicitó que primero le permitiesen fotografiar a la Nevado que tanta impresión le había causado.
Pidió un fusil y una canana a un soldado, se los dio a la negra y así la fotografió. Al coronel Balta lo captó de medio cuerpo , como para resaltar su chaqueta militar y su quepí:
-Gracias, coronel Balta; con estas fotos han quedado perennizados dos personajes importantes de esta revolución .
Y todos los presentes se echaron a reir.
El quince de diciembre, las fuerzas baltistas y el pueblo chiclayano sufrieron el más inmisericorde e indiscriminado bombardeo.
¡Boom¡¡ Boom¡, las bombas caían en toda la ciudad .Balta, en su lugar de combate, esperaba el ataque de los soldados gobiernistas ,pero no aparecieron. Sólo apareció el batallón "Arequipa" con una bandera blanca. Su representante dijo a Balta:
-Señor coronel venimos para pasarnos a sus filas. Yo soy chiclayano como muchos de los que conforman este batallón. Hemos conversado también con el resto de los compañeros y nos apoyan. No podemos luchar contra nuestros paisanos , sino al lado de ellos.
Balta le contestó:
– Está bien, pero como Uds. comprenderán, debemos tener absoluta seguridad de su lealtad. Tendrán que entregar sus fusiles y bayonetas y sólo dispondrán de puñales para la lucha.
Los soldados del Batallón "Arequipa" dieron su conformidad:
-Estamos con Ud. Coronel Balta , sus ordenes serán acatadas.
Al día siguiente. el capitán Luis Herrera con su patrulla interceptaron a un emisario gobiernista que llevaba dos cartas ;una de ellas llevaba la firma del coronel Cornejo e iba dirigida al Gral. don Luis La Puerta, encargado de la presidencia ,al que le daba cuenta de los acontecimientos y le solicitaba refuerzos y pertrechos para aplastar la rebelión. Ese día se registró dos civiles heridos y un soldado muerto.
Entretanto, en el "fuerte" Maradiegue los disparos se daban de ambos bandos. La negra Nevado y la ñata Fidela habían subido al segundo piso donde batieron pañuelos y banderas, quemaron cohetecillos , gritaron amenazas y bailaron la "puerca raspada" al compás de la banda de músicos del maestro Luis Lafora que la alternaba con la marinera "La Conga".
Los soldados gobiernistas que se encontraban como a 200 metros de distancia , en la prolongación de la calle "De los Salazares " se quedaban boquiabiertos al ver el arrojo de esas mujeres a las que no les importaba que las balas cayeran muy cerca de ellas.
El día dieciocho , a las cinco de la mañana ,Balta dispuso el asalto a las trincheras gobiernistas. En esa acción, el teniente Juan Peredo fue capturado y fusilado de inmediato.
En los siguientes seis días la ciudad sufrió un intenso cañoneo. Murieron quince personas incluyendo dos mujeres y tres niños, además del teniente Isidro Perales y hubieron siete heridos. De allí hasta fin de año , los días se caracterizaron por un constante tronar de cañones.
El día treinta, a las tres de la tarde, la trinchera de "La Verónica" , defendida por el comandante Venturo ,fue atacada por doscientos soldados gobiernistas que después de dos horas recibieron el refuerzo de dos compañías de Infantería, aunque al promediar las 7 de la noche, las tropas atacantes fueron derrotadas gracias a la acción de cien hombres del "fuerte" Maradiegue que con sólo puñales los sorprendieron por la espalda.
Balta ordenó a los suyos dejar las trincheras pero entusiasmados con la victoria que acababan de conseguir atacaron los emplazamientos gobiernistas del otro lado de la acequia. Las fuerzas baltistas sufrieron una de sus mayores derrotas ,muriendo el Comandante Venturo, el capitán Ugaz ,los tenientes Pantoja y Ruiz y veinticinco soldados; además, quedaron heridos el mayor Peredo ,la negra Nevado y once soldados.
Llegó el año de 1868.Un día, el joven Manuel Seclén se acercó a corriendo al puesto de Balta y le informó:
-Coronel Balta, han fusilado a unos campesinos que traían víveres al pueblo.
-Pobre gente- respondió Balta- aunque no eran soldados eran parte importante en la contienda ya que ayudaban a no dejar desabastecida la ciudad. Estoy agradecido a todos ellos, especialmente al Sr. José Mesones Ubillús que contribuye diariamente con ganado y víveres frescos además de dinero.
En ese momento, llegaron soldados con muchos heridos entre los cuales se encontraba en grave estado el oficial Luis Herrera. De inmediato, el doctor Vélez empezó a atenderlo y al ver al joven Seclén le pidió:
-Manuel ,de prisa, trae más gasas fenicadas y las llevas al doctor Núñez para que atienda a otros heridos de bala.
Los días pasaron con escaramuzas de ambos bandos hasta que en la madrugada del cinco de enero el coronel Cornejo lanzó el ataque decisivo considerando que las tropas baltistas estaban bastante debilitadas. Atacó con intenso fuego de artillería todos los puntos militares como eran el colegio de "San José" ,la Iglesia Matriz ,el "fuerte" Maradiegue y la única trinchera de "La Verónica" que continuaba ocupada.
El coronel Balta reunido con su oficialidad les dijo:
-Ha llegado la hora , ordenen que se haga mediana resistencia en el "fuerte" Maradiegue y en la trinchera de "La Verónica" y luego retrocedan hacia el parque principal. Nuestro objetivo es hacerles creer que nos están derrotando para poder llevar a cabo nuestro plan secreto.
-Sí, mi coronel- respondió el oficial Corrales- la etapa preparatoria ya se ha cumplido con la colaboración de los oficiales Zuzunaga y La Rosa.
-Bien , señores -exclamó Balta- sólo estén atentos a la señal
CAPÍTULO 4
La victoria
Al caer el "fuerte" Maradiegue en poder de las tropas gobiernistas , Balta hizo la señal convenida y desde la torre de la Iglesia Matriz se hicieron dos disparos seguidos con el único cañón "pedrero" que estaba operativo. Y no bien los disparos impactaron en el "fuerte" se produjo una gran explosión ya que los baltistas habían minado previamente el patio principal , hacia el lado izquierdo y cerca a la escalera de acceso a los altos. La explosión hizo saltar los techos del edificio , se derrumbaron las paredes del segundo piso y murieron todos los que habían capturado el hasta ese momento llamado "fuerte" Maradiegue.
Lo que quedaba del "fuerte" fue ocupado nuevamente por las tropas de Balta después de una feroz lucha con los gobiernistas.
Pese a todo, la suerte del enfrentamiento todavía no estaba definida. A la una de la mañana del siete de enero las tropas gobiernistas lanzaron un nuevo y furibundo ataque sobre las posiciones baltistas. Después de tres horas, y ante la lluvia de balas , humo y polvo las fuerzas baltistas comenzaron a ceder posiciones y desde los puntos de defensa retrocedieron hacia el parque principal .
La situación convenía a los planes de Balta que esperaba concentrar al enemigo en el parque principal .Además, así se disimulaba también la escasez de municiones que los afectaba al punto de que sus soldados tenían que apoderarse de las municiones de sus compañeros heridos o de los muertos de ambos bandos.
En la oscuridad de la noche soldados gobiernistas se disparaban entre ellos confundiendo a sus compañeros con enemigos. Otro grupo quemaba la puerta del colegio de "San José". La batalla era encarnizada. Dieron las cinco de la mañana cuando Balta martillando su revolver dijo a sus hombres:
-Este es el momento que esperaba , la victoria depende de este instante.
El cañón baltista hizo un disparo y al escucharse el estruendo todas las puertas de las casas que rodeaban al parque principal ,las de la calle "De la Merced" y " San Cayetano" se abrieron concertadamente y de ellas salieron hombres que con puñal en mano y cubiertos con sus ponchos atacaron ferozmente al enemigo, mientras cantan versos como :
-¿Qué dice del gallo el cocorocó?/Dice viva Balta, Cornejo corrio" / Ahora si la Conga ¡Ahora!.
Mientras tanto Balta y sus hombres defendían sus posiciones desde las torres de la Iglesia Matriz .Balta bajó en busca de más municiones y estaba por regresar cuando su secretario , el joven Ricardo Palma, le preguntó;" ¿Y cómo está el combate?".
-¿No oye la Conga?-le contestó Balta , dirigiéndose a su puesto de batalla.
Hora y media después había triunfado la revolución de Balta. Un reguero de sangre era visible en las calles "De la Merced" y "San Cayetano" marcando la ruta de fuga de las tropas gobiernistas que dejaban tras suyo más de un centenar de muertos.
Balta ordenó que los doscientos veinte heridos gobiernistas fuesen atendidos tan diligentemente como los heridos de su tropa y que a los más de doscientos hombres hechos prisioneros no se les maltratase.
Cinco horas más tarde, Balta lanzó su proclama de victoria:
"El jefe supremo político militar del norte al pueblo de Chiclayo : Habéis alcanzado la más grande de las victorias que alcanzar puede un pueblo casi indefenso… … CHICLAYANOS : Las balas de cañón arrojadas por las fuerzas del dictador han dejado en escombros a la ciudad; por todas partes se encuentran huellas de su destructora acción…… ¡Amigos! A vosotros deberá la república el restablecimiento del principio constitucional… …"
Después llegó a oídos del coronel Balta que los desbordes populares habían producido el asalto e incendio del molino Solf. Le preguntó al coronel Silvestre Gutiérrez :
– ¿Qué puede decirme de esto?
– Que está bien hecho – respondió Gutiérrez – por haber ayudado y acogido a las tropas gobiernistas; desde allí se hicieron los planes y se cañoneó la ciudad
Balta replicó, convencido:
-No puede ser , conozco a los gringos Solf, Edmundo y Alfredo y de seguro no tuvieron otra alternativa. Para que esto no vuelva a ocurrir ordeno que se castigue severamente a los que cometieran nuevos desmanes.
-Si , mi coronel- Gutiérrez salió a hacer cumplir la orden.
Las tropas derrotadas de Mariano Pio Cornejo se retiraron de Chiclayo sin haber sufrido molestia o persecución posterior, por orden del mismo Balta , reconociendo el enemigo su decencia personal y su nobleza militar.
Tres días pasaron desde el triunfo de la revolución cuando Balta, acompañado de su secretario Ricardo Palma, dejó el cuartel general y se dirigió a pernoctar en la casa de la familia Perales, después de haber ultimado todos los detalles de su victoria como era la ubicación de prisioneros, el recuento de armas y municiones , el abono de sueldos y pagos diversos .Conforme iba caminando por la ciudad , observaba la destrucción de la misma, las casas destruidas algunas casi totalmente. En esas circunstancias vio a Manuel Seclèn que se acercaba a saludarlo .Balta le dijo:
-Manuel , el valor de los puñales que proporcionaron las casas comerciales y que tú reuniste, ya fueron cancelados ,gracias muchacho por todo- le estrechó la mano y lo abrazó en señal de despedida.
Ya instalado en casa de los Perales dictó un decreto por el que reconocía la destrucción de la ciudad y señalaba que era obligación nacional reparar los daños para lo cual debía crearse una junta valorizadora de tales daños.
Don José Balta se retiró de Chiclayo con sus hombres, rumbo a Lima. Al pasar en su caballo por la esquina de la calle "San Cayetano" con el parque principal , seguido más atrás por la negra Nevado, un viejo chiclayano de mostachos le dijo, señalando a la mujer:
-Coronel , se va a la capital a hacer otra revolución- a lo que Balta contestó:
-Sí, la llevo para que aprenda hacer la revolución…. caliente para rechinar los dientes.
Todos los allí reunidos soltaron la carcajada y Balta agregó :
-Le prometí a la morena llevarla a Lima para que se pasee.
Así terminó esta revolución. No mucho después, Balta llegó a ser presidente del Perú cumpliendo con lo ofrecido a los chiclayanos , y éstos estuvieron orgullosos de su presidente.
NOTA:
Cuando me propuse hacer este relato, mi intención –tal como sucedió en un relato anterior ("Cuando la peste nos visitó"2010 )-fue respetar el trasfondo histórico de lo relatado.
En la búsqueda de información sobre la revolución de Balta es poco lo que he encontrado. El único trabajo extenso al respecto que conozco es "La revolución de Balta" de Augusto León Barandiarán (1949 ) que no es un trabajo propiamente histórico ,ya que su autor no era un historiador sino un literato. De paso, al decir lo anterior no trato de desmerecer su importante contribución sino que busco subrayar que su perspectiva era diferente a la de un historiador. Otro es el caso de Jorge Zevallos Quiñones cuyo libro "Historia de Chiclayo" (1995 ) dedica algunas páginas a estos hechos; esas páginas me han servido para definir el espacio histórico dentro del cual podía moverme sin que las licencias asumidas (por ejemplo, al inventar un diálogo) alterasen las líneas maestras del evento histórico.
No está de más recordar que en conversaciones amicales sostenidas hace varios años con el Sr. Zevallos Quiñones en Trujillo, él me dio a conocer que en su juventud le habían mostrado la foto de la Nevado y que además conocía quién tenía la foto de Balta con chaqueta militar , versiones que me sirvieron de punto de partida para imaginar un pasaje del relato.
Otras informaciones las he obtenido de artículos periodísticos de NIXA , Pedro Delgado Rosado y otros que escribieron sobre el tema aunque se advierte que buena parte de la información que ellos manejaron la debían al trabajo de León Barandiarán y ,claro está, a "La Conga", una de las "Tradiciones Peruanas" de Ricardo Palma quien, como sabemos, se desempeñó por un tiempo como secretario de Balta.
Espero que al concluir la lectura de este relato, los lectores conozcan un poco mejor la que quizá sea la única "epopeya" chiclayana y que sepan, por ejemplo, cuál es la razón de que la avenida Balta y la calle 7 de Enero tengan tales nombres, con la emoción de alguien orgulloso de su pasado .
Autor:
Miguel Angel Diaz Torres