La ciudad alcanzó gran prestigio como centro religioso, además de constituir el centro político del imperio. Cada uno de los incas que moría tenía allí una casa que se conservaba para él, con todas sus pertenencias dentro incluyendo la servidumbre y sus mujeres.
Se dice que el plano de Cuzco tenía la forma de un puma y que su cabeza estaba representada por Sacsayhuamán, fortaleza planificada por Pachacútec. Entre las piernas del animal se encontraría la plaza Haucaypata.
-Cuzco: Símbolo del Tahuantinsuyo.
El historiador Franklin Pease decía que los cronistas destacaron el sentido simbólico del Cuzco como centro y origen del mundo de los incas. La ciudad misma era reverenciada y se indica que era un símbolo de todo el Tahuantinsuyo. Esto explicaría la repetición simbólica de la estructura de la ciudad en los centros administrativos incaicos. Algún cronista llegó a decir que quien venía del Cuzco debía ser reverenciado por quien iba a él, ya que había estado en contacto con la ciudad sagrada.
–Centros administrativos provinciales
Conforme se iba expandiendo el Tahuantinsuyo se fueron construyendo centros provinciales desde los cuales se administraban las diferentes regiones conquistadas. La planificación estatal implicaba el uso de maquetas de barro en las que se representaba desde valles enteros hasta un edificio, antes de empezar a construirlo. En la costa, la piedra usualmente era sustituida por el tapial o el adobe.
Tambo Colorado
Fue uno de los centros más importantes establecidos por los incas en la costa. Es un conjunto de construcciones hechas con tapiales y adobes. Aunque en algunas zonas presenta una decoración aparentemente anterior, las puertas y hornacinas tienen la forma trapezoidal típica de los incas. Se le conoce como Tambo Colorado por la pintura roja, que todavía se puede ver en sus paredes, a pesar de que también se conservan algunos muros con pintura amarilla y blanca. En torno a una plaza de planta trapezoidal se distribuyen varias estructuras entre las que se cuentan depósitos, viviendas y un edificio principal conocido como la Fortaleza.
Huánuco Pampa
Puerta inca de ingreso a Huánuco Pampa. Huánuco-Perú.
Fuerte de Samaipata, de antecedentes preincas y ocupado por los Incas. Departamento de Santa Cruz-Bolivia.
Conocido también como Huánuco Viejo. Importantísimo centro de más de 2 km² ubicado sobre una explanada a cuatro mil metros de altura. Fue establecido allí porque marcaba el punto medio del camino entre el Cusco y Tomebamba. Alrededor de una gran plaza que contiene un ushnu o estructura sobre la cual se ubica una especie de asiento, se distinguen cuatro diferentes sectores: uno de depósitos al sur, uno de confección de tejidos al norte, uno de viviendas comunes al oeste, y otro de residencia del inca durante sus visitas al sitio. En total habría unas cuatro mil construcciones dedicadas a funciones militares, religiosas y administrativas.
–Tomebamba
Túpac Yupanqui inició la construcción de este centro administrativo, desde el cual se afirmó la conquista de los cañarís y se controló el límite norte del Tahuantinsuyo. Su importancia fue aumentando rápidamente tanto que se convirtió en la segunda ciudad más importante del imperio.
-Cajamarca
Lugar de especial importancia, pues allí fue capturado el inca Atahualpa marcando el inicio del ocaso del imperio. Por aquellos momentos era un pueblo muy grande, con una plaza amurallada al centro. El Templo del Sol, el Palacio del Inca y el Acllawasi, reproducían el más puro estilo arquitectónico cuzqueño. Se dice que el fundador de la ciudad fue Túpac Yupanqui.
Otros centros administrativos y religiosos incas fuera del Cusco fueron: Samaipata, Incallajta, Tilcara entre otros.re ellos la piedra o el adobe (ladrillo de barro cocido).
1.4 construcciones religiosas.
-Vilcashuamán
Fue un centro administrativo y religioso establecido luego de que los Incas conquistaran a los Chancas y a los Pocras. Se ubica en la provincia de Vilcashuamán, en el departamento de Ayacucho, a 3.490 msnm. Según los cronistas, Vilcashuamán debió albergar a unas 40.000 personas. La ciudad estaba conformada por una gran plaza en la que se realizaban ceremonias con sacrificios, alrededor de esta se encuentran los dos edificios más importantes: el Templo del Sol y la Luna y el Ushnu. El Ushnu es una pirámide trunca aterrazada de cuatro niveles a la que se ingresa por una puerta de doble jamba, característica de los recintos más importantes. En su plataforma superior hay una piedra grande tallada de manera singular conocida como el Asiento del Inca y se dice que antiguamente estuvo recubierta con láminas de oro.
Vista del Coricancha (construcción inferior) yConvento de Santo Domingo (edificado encima del anterior) en la ciudad del Cuzco. El Coricancha fue considerado la principal construcción de todo el imperio inca, condición que perdió al ser destruido en la conquista española.
-Coricancha
Fue el templo principal del Cusco. Después de la guerra con los Chancas, Pachacútec se encargó de reconstruirlo, colocando en su interior grandes cantidades de oro y plata, tanto así, que de Inti cancha(recinto del sol) pasó a ser conocido como Coricancha (recinto de oro). Pachacútec colocó al sol (Inti), divinidad de los incas cuzqueños, en el lugar principal. Este templo es una de las mejores muestras de la fina arquitectura inca. Destaca su muro curvo hecho con una perfección admirable. Sobre los restos de los muros incas se levanta hoy el Convento de Santo Domingo.
1.5 Construcciones militares y conmemorativas
-Inca Huasi.
Está en el valle de Lunahuaná, cerca de San Vicente de Cañete. En aquella zona existía un curacazgo conocido como Guarco, que fue conquistado por los incas luego de cuatro años de tenaz resistencia. Según la tradición, Túpac Yupanqui decidió llamar a este extenso centro administrativo Cusco, igual que la capital del imperio, y quiso que sus calles y plazas llevaran los mismo nombres que las que había en él. En Inca Huasi se reproducía la distribución cuatripartita del espacio. El Complejo Arqueológico Incahuasi, cuya traducción al castellano es "Casa del Inca", se encuentra en el Km 29.5 de la carretera Cañete – Lunahuaná. Corredores y pabellones al interior del Templo del Sol. Fue también un centro de adoración, sacrificio y observación climatológica. En la parte de este complejo dedicado al Templo del Sol, se puede apreciar que las habitaciones tienen columnas de forma cilíndrica, incluso hay un recinto en el cual una de estas columnas forma parte de la pared. Aparentemente estas columnas formaban parte de unIntihuatana (Reloj solar inca).
-Saqsaywaman.
Santuario de Saqsaywaman, también llamado fortaleza ubicada en las afueras del Cusco y edificada por motivos religiosos, y no bélicos fue usado como centro de adoración al sol, resistencia militar durante la conquista de los españoles.
Sobre una colina que domina el Cusco desde el lado norte se ubica el recinto religioso de Saqsaywaman. Se compone de tres plataformas hechas con enormes muros de contención en forma de zigzag, sobre las que se ubicaron tres torreones. Los muros se hicieron uniendo bloques de piedra de dimensiones sorprendentes, algunos llegan a medir 9 m por 5 m por 4 m.
La historiadora María Rostworowski especula respecto de si Saqsaywaman fue una fortaleza militar usada para la defensa del Cusco, pues los relatos de invasión chanca dicen que éstos entraron fácilmente a la ciudad sin enfrentar una resistencia militar importante. Además, mientras el imperio del Tahuantinsuyo se expandía, no existía el peligro de ataque al Cusco. Rostworowski cree que fue un monumento a la victoria sobre los chancas, y que en las festividades se representaba allí batallas rituales. Esto además sirvió como gran ayuda a los incas a poder defenderse contra las tropas militares extranjeras.
1.6 arquitectura de elite.
-Ollantaytambo
Ollantaytambo o Ullantaytampu es otra obra monumental de la arquitectura inca. Es la única ciudad del incanato en el Perú aún habitada. En sus palacios viven los descendientes de las casas nobles cusqueñas. Los patios mantienen su arquitectura original. Esta ciudad constituyó un complejo militar, religioso, administrativo y agrícola. El ingreso se hace por la puerta llamada Punku-punku. Ollantaytambo está ubicado en el distrito del mismo nombre, provincia de Urubamba, aproximadamente a 60 km al noroeste de la ciudad del Cuzco y tiene una altura de 2.792 metros sobre el nivel del mar. Situado 600m más abajo de Cuzco, disfruta de un clima más cálido y de una tierra más fértil, que los incas aprovecharon al máximo para levantar poblaciones e importantes centros agrícolas. El valle está rodeado de escarpadas montañas que hacen que adquiera una sensación de estar en un sitio especial, pero bueno, eso no es novedad, se respira nada más entrar aquí.
-Písac
Písac (también Pisaq) está ubicado a 33 kilómetros de la ciudad del Cuzco. Su sitio arqueológico es uno de los más importantes del Valle Sagrado de los Incas. La arquitectura de Písac es mestiza, construida sobre restos indígenas por el virrey Francisco de Toledo. La belleza de sus muros, construidos con grandes bloques pétreos pulidos con extraordinaria simetría e inigualable manejo de la piedra dejan al visitante perplejo."A orillas de Willkamayu, el sagrado río dios que corre por cauces de piedra labrada dominando su furia, comienzan las franjas de luz y sombra de los famosos andenes de P´isaq, la gran ciudad de los perdices.Una urbe de leyenda que fue construida en una cresta de roca azul, casi sobre el aire para avizorar el más hermoso de los valles cusqueños".
-Machu Picchu
Machu Picchu, considerada actualmente la construcción más representativa del imperio inca, está enclavada en las faldas de dos montañas: el Machu Picchu y el Huayna Picchu. Es una de las pocas construcciones que resistieron intactas el paso de la conquista española por la región.
Machu Picchu ha sido por mucho tiempo uno de los más inquietantes enigmas de nuestro pasado. Se ubica a algunos cientos de metros sobre la margen izquierda del río Vilcanota o Urubamba, a 2490 msnm. El primer aspecto que llama la atención es su ubicación, en la cima de un cerro cubierto de vegetación y de difícil acceso. Este aislamiento hizo posible que el sitio se mantuviera intacto por cientos de años. Al principio se pensó que podría tratarse de Pacaritambo, el lugar de origen de los incas. Luego creyó que era Vilcabamba, refugio de los descendientes de los gobernantes incas. El hecho es que, hasta entonces, no se tenía noticia de la existencia de este sitio ni siquiera a través de las crónicas.
Para su estudio fue dividido en diferentes sectores, dependiendo de las características, poco o muy elaboradas, de la arquitectura. Estos podían ser el sector urbano, el agrícola, el religioso, etc. El sector agrícola corresponde a un conjunto de terrazas o andenes perfectamente adaptados a las abruptas laderas del cerro, y que se complementaban con canales. Existe un ingreso principal resguardado por puestos de vigilancia, así como una muralla que separa el sector agrícola del urbano. Al centro del sitio se ubica una plaza principal con una roca alargada parada al medio.
1.6.1 Estructura Arquitectónica de Machu Picchu.
De origen religioso – militar, la Ciudadela de Machu Picchu estuvo cercada por una gran muralla de 6 m de altura y 1.8 m de ancho. Ahora bien, de acuerdo al arqueólogo Alfredo Valencia, Machu Picchu puede ser dividido en dos grandes partes: el sector urbano y el sector agrícola. Cada uno tiene a su vez dos sub-sectores -el occidental y el oriental- que se definen de acuerdo a su ubicación en la topografía.
-El sector agrícola
El sector agrícola está dividido en alto y bajo. El alto presenta cinco recintos, la apacheta (piedra que marca un lugar sagrado), y más de cuarenta andenes. El bajo, a su vez, tiene siete recintos, cuatro canchones y aproximadamente 80 andenes. La numerosa sucesión de logradas terrazas agrícolas, conectadas algunas por escaleras de piedras empotradas en los mismos muros de contención de las terrazas a manera de peldaños y, otras, por escalinatas de múltiples gradas de piedra dispuestas a manera de corredores. El diseño de las terrazas o andenes está en perfecta armonía con las montañas que rodean el lugar, lo que le otorga aquella impresión ya mencionada de que las laderas hubieran sido esculpidas para armonizar con la naturaleza.
-El sector urbano
A este sector, marcadamente delimitado del anterior por un gran muro perimétrico, se accedía a través de una imponente portada lítica de doble jamba -detalle arquitectónico propio del estilo constructivo inca- punto donde concluye el Camino Inca que aún comunica la ciudad del Cusco con Machu Picchu. Este sector está compuesto por 172 recintos de distintas formas y tamaños, comunicados por 109 escalinatas que permitían transitar por las desniveles propios de la montaña en la que se erige Machu Picchu.
-Los Barrios
Los recintos están organizados en forma de "barrios", cada uno con funciones específicas de acuerdo a sus características formales y a las evidencias culturales encontradas en las excavaciones.
Por ejemplo, un sector estaba destinado para depósitos, sin duda, de las cosechas del maíz o de la coca que se producía en las terrazas agrícolas. Otro sector llama la atención más bien por la cantidad de morteros de molienda (16), probablemente para la fabricación de la chicha (cerveza de maíz), tan utilizada aún hoy en el mundo andino para las festividades religiosas. Un tercer sector está conformado por las viviendas de las personas que habitaban en el lugar con el fin de realizar actividades productivas especializadas, o cultos religiosos, o la administración de la producción agrícola.
-Los Acabados
Algunos recintos sobresalen por el precioso y fino acabado de sus muros, comparables con las exquisitas construcciones existentes en el Cusco, como el Coricancha o el Acllahuasi. Estos fueron, quizá, los edificios más importantes del lugar.
CAPITULO III.
1. CONSTRUCCIONES AGRICOLAS
Las terrazas incas, conocidas como andenes, son una de las obras de infraestructura y de adaptación al paisaje más grandes e importantes de la América Precolombina. La influencia del imperio incaico se extendió más allá del Perú, alcanzando territorios en los actuales Ecuador, Colombia, Bolivia, Chile y Argentina entre el siglo XV y mediados del s. XVI.
Sin embargo, el desarrollo de las terrazas no fue un invento inca, sino que se sostuvo en una experiencia de muchas otras culturas que la antecedieron, probablemente desde 900 a.C. (Mujica, 1996). No obstante, fueron los incas quienes llevaron esta técnica a su máxima expresión y la utilizaron no solamente como una forma de alimentar a su vasto imperio, sino de subrayar el carácter ritual de su relación con el paisaje.
2. Las terrazas incaicas y el paisaje cultural.
El siguiente es un extracto del interesante artículo del investigador Elías Mujica "Andenes. Arquitectura Productiva Inca." (Revista Arkinka N. 3, 1996).
Las terrazas agrícolas inkaikas tienen muros de albañilería, a veces con fina piedra canteada, y están rellanadas con capas de piedra, grava y tierra para proporcionar un drenaje apropiado.
Están equipadas con canales de regadío de piedra para distribuir el agua de irrigación y con piedras sobresalientes en la parte anterior de las terrazas que sirven como escalones (Rowe, 1963).
En la época incaica las terrazas agrícolas fueron la principal forma de arquitectura paisajista (Hyslop, 1990) y construir terrazas fue indudablemente parte del concepto inca de asentamiento (Niles, 1982) En su estudio sobre las obras agrícolas cerca al Cusco, Niles (1982) distinguió diferenciar diferentes tipos de andenes a partir de las técnicas constructivas. Los primeros y más comunes son los andenes de "producción", construidos con piedras toscas del campo y paredes relativamente bajas. Tales andenes tienden a seguir el contorno natural de las pendientes y no estaban asociados necesariamente con poblados cercanos.
El segundo tipo se conoce como "andenes de alto prestigio". Estos andenes están más limitados en extensión pero están integrados a asentamientos poblacionales. Están identificados por los muros altos hechos de piedras finamente canteadas, los que pueden inclinarse hacia la pendiente. A menudo tienen escaleras y complejos sistemas de agua, algunas veces con fuentes o "baños". Estos andenes especiales se adaptan menos a los contornos naturales y más bien moldean artificialmente las laderas de los cerros en líneas rectas, curvas y en zigzag.
En el área del Cusco los andenes de alto prestigio y sus variantes son menos comunes que los andenes de producción (Hyslop, 1990) y pueden encontrarse en lugares como Tipón, Yucay,Ollantaytambo, Písac y Chinchero, en asociación con poblaciones que podrían ser consideradas los ejemplos más finos de arquitectura incaica, construidas por los incas como residencias rurales. En estos casos los incas desarrollaron el arte de labrar la piedra y construir andenes hasta el punto en que dejó de tener un mero valor utilitario. Combinaron la apariencia estética con una demostración de poder imperial (Donkin, 1979).
Una tercera variedad de andenes es una combinación de las terrazas de producción y las de alto prestigio, en lo que al tamaño y variedad de su albañilería se refiere. Estos andenes moldean el paisaje u otras áreas abiertas en formas nuevas, pero no tan dramáticamente ni con un trabajo tan fino de la piedra como los andenes de alto prestigio.
Mucha energía humana se invirtió en la construcción de las terrazas agrícolas elegantes y en la reingeniería del paisaje, más que en la construcción de cualquier asentamiento incaico fuera de la región del Cusco. Su costosa construcción diferencia estas estancias reales de la mayoría de los asentamientos estatales.
La diversidad de edificios del Estado, construidos a menudo o parcialmente sobre terreno irregular, sugiere que la integración con el paisaje fue un factor primordial que guió su diseño. Por la importancia que los incas dieron al paisaje animado y sagrado, estos asentamientos más que otros en el Estado, parecen ser lugares donde los incas crearon una síntesis entre el ambiente y la construcción, no sólo para acomodarse a las características naturales del terreno, sino también para modificar el paisaje (Hyslop, 1990).
La conexión entre los andenes de alto prestigio con las propiedades de la realeza no explica suficientemente porqué estas elaboradas terrazas agrícolas formaron parte de los asentamientos poblacionales. La introducción de andenes en el diseño de los poblados está influenciada por aspectos de la religión inka que involucraba complejos ritos basados en el ciclo de crecimiento de varios cultivos, en los que el maíz tuvo particular importancia (Murra, 1960). El Inka y sus nobles efectuaban distintos rituales, y numerosas fuentes históricas tempranas hacen notar que tierras especiales fueron separadas para los inkas y la religión estatal. De este modo debemos considerar a los andenes de alto prestigio como lugares altamente simbólicos donde se podía sembrar maíz y otros cultivos, y donde se podía llevar a cabo rituales agrícolas en áreas cercanas a la residencia real.
3. El singular caso de maras.
Maras, ubicada a unos 40 km al oeste del Cusco es una muestra poco común de que los incas no sólo usaban los andenes para la agricultura.
Estas salineras, compuestas por unos 3000 pozos de unos 5 m2 de área promedio permiten, hasta hoy, extraer sal. El agua cargada de minerales es distribuida a través de canales y luego evaporada, obteniéndose la sal luego de su cristalización.
De acuerdo a la leyenda inca, el jefe Yucay invocó al dios Sol para que castigara a los Maras para que no puedan cultivar la tierra. Entonces una lluvia blanca cubrió la tierra.
4. CONSTRUCCIONES VIALES
Los incas construyeron grandes puentes y grandes vías de uso peatonal que les servía para trasladarse en el menor tiempo posible:
Los puentes lo construían según las características topográficas del terreno de acuerdo a los materiales disponibles en la región y la importancia de la obra. Existían 5 modelos:
4.1 Puentes colgantes:
Constituían los más abundantes y característicos en las vías estatales. Eran dos en cada lugar donde funcionaban: uno destinado al pasaje de la nobles y el otro al de la gente común, cosa que ha sido puesta en duda hace poco, admitiendo más bien por tratarse de estructuras íntegramente vegetales, de corta duración, para que nunca se detuviera el tránsito. Consistían de 2 a 5 gruesos cables de fibras trenzadas, que alcanzaban el volumen de un cuerpo humano amarrados resistentes muros de piedra erguidos frente afrente por ramas ligadas.
4.2 Puentes de troncos:
Eran los más sencillos y corrientes eran los troncos apoyados sobre rocas o torres de albañilería levantadas intencionalmente y emplazadas en sitios donde las orillas se estrechaban más. A los troncos por lo general dos o tres la extendían por los ríos. Luego atravesados ponían otros palos amarrados con cuerdas de cabuya, o de paja, o de lana, o de cuero. Encima colocaban ramas y piedras, quedando listo para el tránsito.
4.3 Puente de piedras:
Según el procedimiento anterior, sólo reemplazado las vigas por largas lozas pétreas, sobre las que ya no se necesitaban poner nada.
4.4 Puente de una o dos piedras:
Los royos o huaros se reducían a un cable tirado de una margen a otra, pero atados fuertemente a árboles, o pilares, o muros de piedra construidos exprofesamente. Por el referido cable se deslizaba una canasta de miembros suspendidos por una argolla de madera, con una persona y cosas metidas en la cesta.
4.5 Puentes flotantes:
Los confeccionaban ligando balsas de totora y luego una capa de tierra, quedando expedidos para el servicio flotando sobre las aguas. En el Tawantinsuyu se nombra dos puentes: el Desaguadero y otro en balsas en el río Marañón.
4.6 El capac ñam y los otros caminos.
El camino del inca se encuentra empedrado en gran parte y tiene varios metros de ancho. Paralelo al camino del inca, existió un camino que unía las localidades costeras, que en aquellos tiempos eran denominadas «yungas».
Este camino costero estaba unido al Capac Ñam por varios caminos transversales que incluso llegaban hasta las selvas y el Gran Chaco (Argentina, Bolivia y Paraguay). En el caso del camino costero, no estaba empedrado pero sus bordes se encontraban delimitados.
Los cronistas españoles describieron con elogios el Capac Ñam, algunos exaltaban su «excelente» funcionamiento mientras que otros destacaban su rectitud en algunos tramos y su limpieza, añadiendo que podían cubrir grandes distancias en corto tiempo y con un esfuerzo mínimo.3 Según Bernabé Cobo los caminos incaicos se estrechaban al pasar por los valles y quebradas, además el cronista describió que los caminos tenían altos muros que en algunos casos tenían pintados animales y seres monstruosos, estos muros servían para que los ejércitos pasaran sin dañar los cultivos.
Se sabe que los «curacas» estaban obligados a ordenar el mantenimiento de las vías cercanas a sus dominios, limpiando la acumulación de tierra en los caminos, el reparado del empedrado y la limpieza de las acequias que protegían los caminos. La apariencia de los caminos al salir de los valles era distinta, puesto que las vías se hacían más anchas y era muy común ver unos apilamientos de piedras que marcaban los puntos escarpados entre los cerros, estos cúmulos eran denominados «apachetas». Como fuera señalado por George Squier entre 1863 y 1865, aquella vieja costumbre de dejar piedras en las cuestas difíciles de los caminos incaicos las convertía con el paso del tiempo en marcas, a manera de hitos, que demarcaban estos caminos.
Para lidiar con las zonas fangosas era necesaria la construcción de una base hecha de piedra tosca unida con argamasa de barro que, finalmente, era recubierta con césped, formando un terraplén. Debajo de este terraplén se hacían canaletas que permitieran eliminar el exceso de agua. Para las cuestas empinadas construían escalinatas o la surcaban con caminos en zigzag.
En general no existió un único patrón de diseño de los caminos incaicos, estos más bien se adaptaban a la topografía que atravesaban. El trazo dependía en gran medida de factores como la densidad poblacional de las zonas que se iban a conectar o la importancia económica del sitio al que se dirigía el camino. Y, si bien es cierto los incas preferían trazar sus caminos en línea recta, el terreno accidentado los obligaba a delinear sus caminos sorteando los obstáculos.
En la foto el puente colgante de Q'eswachaca hecho de una fibra de ichu denominada «qoya ichu».La renovación de este puente se hace mediante un ritual de 4 días que se ha mantenido desde el periodo incaico.
CAPITULO IV.
1. Sistemas hidráulicos
En las últimas dos décadas el mundo viene luchando contra el cambio climático. Algunos atribuyen su aceleración a la acción del hombre y otros a una acción normal de la naturaleza. Como sea, es evidente que vivimos un aumento de temperaturas que nos afecta.
Por la cadena de los andes y sus glaciares se dice que el Perú será uno de los más perjudicados por el fenómeno. El país concentra cerca del 70% de los glaciares del mundo, esta característica hace que seamos uno de los países más vulnerables. Se habla de adecuación al cambio climático, algo que nuestros antepasados ya realizaban de forma espectacular.
Si elaboramos una línea del tiempo y colocamos en él nuestro relativo corto pasado, y lo hacemos coincidir con la línea de los procesos climáticos en la Tierra, es probable que nuestros antepasados hayan lidiado con una naturaleza hostil que obedecía a un cambio climático quizás menos evidente que el que experimentamos ahora; con menos argumentos científicos y técnicos, pero con una gran fortaleza que ahora no tenemos: la visión mística de los astros, la veneración a los recursos agua y tierra y, sobre todo, el respeto a la naturaleza que se evidencia en la manera como "gestionaban" la cuenca.
Hablar de las prácticas de siembra de agua que realizaban nuestros antepasados tiene que relacionarse con la visión de cuenca que ellos tenían en la práctica.
-Las partes altas de las cuencas estaban completamente forestadas o con presencia de cobertura vegetal, tal como se evidencia en algunos lugares (Distrito de Huachos – Castovirreyna en Huancavelica) con la presencia de bosques completos de quinuales o queñua (Polylepis racemosa, P. incana), solo por mencionar una, además de una gama amplia de especies nativas adaptadas a nuestro medio que ahora simplemente se han desaparecido.
-A lo largo de los andes podemos apreciar una serie de represas que por su ubicación denominamos alto andinas, de mediana capacidad, cuya función era almacenar las aguas de las lluvias. Podemos apreciar capacidades desde unos cientos de miles de metros cúbicos hasta cerca del millón de metros cúbicos; nunca posicionadas en los cauces de los ríos, como ahora que vemos represas de gran capacidad en el eje del río (Gallito Ciego) que, por el proceso propio de erosión de la cuenca, están colmatándose y trabajan con una capacidad de cerca del 50%.
-Observatorios solares, los cuales sin ser una obra hidráulica tenían una espectacular aplicación en el control climático para beneficio de sus cultivos, registro de los principales eventos de la comunidad, cambios de estación, registro de nacimientos, entre otros usos. Una muestra es Chankillo – Casma, en Ancash, ubicada estratégicamente en las zonas menos vulnerables y de mayor visibilidad del valle.
-La ubicación de los principales asentamientos humanos estuvieron siempre en las partes altas, lejos de la fuerza devastadora de los ríos o quebradas, que tantas vidas o pérdidas económicas generan actualmente.
-Según Luis Masson Meiss, estudioso de los sistemas de andenería, en el Perú existe aproximadamente un millón de hectáreas en andenes. De ellos solo se explotan efectivamente un 25%. Llama la atención que no se cuente con un inventario actualizado y confiable de esta portentosa obra de ingeniería legada por los incas. Constituyen un patrimonio cultural sub utilizado en zonas donde prevalece la pobreza extrema por contradicción. Ejemplo de ello son los andenes de Andamarca en Lucanas, Ayacucho.
– Los sistemas de amunas, de mayor presencia en la serranía de Lima, son una práctica ancestral de recarga de acuífero, que ahora se muestra como novedosa, pero que los pre incas limeños hicieron con excelentes resultados; como hasta ahora lo practican los pobladores de Tupicocha en Huarochiri, Lima.
Este es el mejor ejemplo de la llamada "siembra del agua". Consistía en un ritual que implicaba: asambleas, limpieza de acequias y, sobre todo, veneración al agua. Antes del inicio de la limpieza de las acequias amunadoras se realizaba el pago a la tierra (apu) y al agua (yaku).
El sistema funcionaba con zanjas abiertas que siguen las curvas de nivel de las punas, lo que permitía conducir el agua de lluvia hasta un lugar llamado cochas, abiertas para recibir el agua y que luego se filtrara en la montaña para surgir, aguas abajo, como puquios meses después; exactamente cuando no hay lluvias y el estiaje es más marcado en la cuenca, de esa manera realizaron agricultura y mantuvieron al pueblo provisto de alimentos.
-Los puquios, ojos de agua, (ñahui yaku) se favorecían por la siembra del agua que realizaban nuestros antepasados en las partes altas de las cuencas. En muchos lugares donde existen estos puquios hay un descuido y deterioro de estas importantes fuentes de agua: botaderos de basura, eliminación de especies forestales que "atraen" la presencia del agua, siembra de especies foráneas (eucalipto) que, según los entendidos, funcionan como bombas consumidoras de agua.
Son innumerables los vestigios de obras descomunales como los canales de riego que, muchas veces, cruzan los andes llevando las aguas de una cuenca hacia otra (trasvases), con mejores posibilidades o potencial agronómico: suelo, clima, adaptación de especies, entre otros aspectos.
Un ejemplo vivo es el Sistema de Riego Huirucatac, en la parte alta de la cuenca del río Nepeña, en Huaylas (Ancash), donde mediante un sistema de lagunas interconectadas (Coñoc Ranra, Capado Cocha, Tocanca, entre otras), unidas por el canal Huirucatac de más de 100 km, se llevan las aguas desde la cuenca del río Nepeña hacia la cuenca del Río Santa Lacramarca.
Este es emblemático, por lo que representa unir los andes con la costa mediante venas de ríos que llevan vida a zonas desiertas. Este sistema está aún por redescubrirse y mostrar al mundo su portento y, por tanto, poner de manifiesto, una vez más, el ingenio de nuestros antepasados hidráulicos.
-Las riberas de los ríos cubiertas con especies forestales, es decir, una defensa ribereña efectiva y práctica que ahora hemos olvidado. Basta con escuchar los comentarios de los lugareños de mayor edad de las comisiones de regantes, donde hemos realizado trabajos, quienes cuentan que "antes los ríos estaban encañonados o confinados, era prácticamente imposible pasar de una ribera a otra, salvo por lugares especialmente identificados".
Ahora las riberas están deforestadas y el flujo del agua del río corre libremente, causando en los meses de lluvias desbordes que ocasionan la pérdida de suelos, cultivos, vidas y el perjuicio económico que esto representa.
-Los waru waru o camellones, son prácticas ancestrales de uso común en el altiplano, en áreas inundables o inundadas, que consisten en "jalar" tierra formando una plataforma o "cama" rodeada de agua, donde se realiza la siembra. Esta agua alrededor del waru waru crea un microclima que mitiga el efecto de las heladas, permitiendo el desarrollo de los cultivos.
-Los acueductos: son trabajos de ingeniería hidráulica que debemos revalorar y buscar que se consideren como una maravilla de la ingeniería civil, al igual que el santuario de Tipón, en Cusco.
Estos acueductos conducen las filtraciones de los ríos, Aija, Tierra Blancas y Nazca por tramos subterráneos (galerías socavón) y por tramos descubiertos (galería zanjón).
Esta es una muestra del talento científico y genial de nuestros antepasados, resultado de la aplicación de una serie de ciencias: ingeniería civil, hidráulica y agronomía.
2. Las obras hidráulicas
Los Incas no solo eran expertos esculpiendo piedras, sino también desarrollaron un sistema de riego para conquistar las dificultades ambientales que les enfrentaron. Los Andes, una región de laderas empinadas y tierra inadecuada para la agricultura, posaron un reto a los Inca. Para conquistar estas condiciones difíciles, los Inca hicieron unas terrazas a lo largo de las montañas. Para regar sus cosechas, cambiaron la ruta de los ríos para proveer canales para las terrazas. Esta innovación fue tan exitosa que muchas de aquellas terrazas todavía existen y están en uso hoy.
Las obras hidráulicas pueden dividirse en sistemas de canales de drenaje, de irrigación canales rituales. Los canales muy elaborados se encuentran en el Cuzco y en las propiedades reales. Su punto de partida es un manantial, una laguna o un reservorio, frecuentemente conectado con rocas esculpidas o entierros elaborados. En su parte media pueden tener acueductos que llevan a su primer destino, un conjunto de edificios elaborados donde se encuentran fuentes de piedra bien labrada o reservorios. De este lugar el agua pasa a los sectores residenciales y a las terrazas agrícolas. Hasta en estas terrazas puede haber fuentes labradas como en el caso de Machu Picchu.
La importancia del agua
El manejo de agua entre los incas era mucho más que una necesidad, ya que mediante esta buscaban el orden social y económico.
METÓDICOS.- Antes de ejecutar cualquier construcción los incas hicieron algunos bocetos, planes, modelos y maqueta y como sistemas de medida usaron balanzas basado principalmente en el antropometría (medidas con relación al cuerpo humano: brazos, codos, pies, pasos, palmos, etc.). Una demostración de este adelanto es la gran cantidad de maquetas que se encuentran en casi todos los museos arqueológicos del país (Perú).
Para concluir, este texto nos muestra el gran legado que dejaron nuestros antepasados no solo para nosotros sino para toda la humanidad y es nuestro deber principal cuidar la ingeniería tan maravillosa e importante que ellos nos han dejado.
3. Terraformacion y obras hidráulicas del imperio inca
Al estar basada en la agricultura, el Imperio Inca tuvo una gran inversión en infraestructura agrícola. En la cordillera de los Andes empinada, donde la buena tierra de cultivo era escaso, los incas dedicado a enormes cantidades de energía y recursos para crear nuevos campos a través de la construcción de terrazas agrícolas. Construcción de estas terrazas requiere un amplio conocimiento de la ingeniería civil y en especial hidráulica. Parte de esta tecnología puede haber sido heredado de culturas anteriores, pero ninguna de las culturas anteriores parece haber construido terrazas en la enorme escala de los Incas. Las terrazas cumplieron una serie de funciones. Creó nuevas tierras para la agricultura, estabilizado laderas empinadas y prevenir la erosión y proporciona una superficie plana sobre la que construir. Los incas no estaban contentos, sin embargo, simplemente hacían terrazas utilitarios. Muchos de los sitios más impresionantes terrazas son obras de arquitectura del paisaje famoso en todo el mundo. Sitios como los estados reales de Machu Picchu, Chinchero, Pisac y Ollantaytambo fueron construidos en terrazas, algunas de las cuales parecen aferrarse a laderas increíblemente escarpadas. Sí Cuzco y casi todos los principales sitios del altiplano fueron fuertemente terrazas, y algunos sitios como Amaru pata en el Valle del Cusco e Inti Pata cerca de Machu Picchu consistían exclusivamente de obras elaborado terraza.
Las terrazas era una tecnología muy sofisticada. En la superficie de lo que está más visible es la piedra de los muros de contención, pero por debajo y dentro de sus confines son bases elaboradas. Las excavaciones en Machu Picchu han revelado cómo se hacían las terrazas. Después de los muros de contención se construyeron sobre bases fuertes o la roca de fondo, las terrazas se llenaron primero con una capa de grava medio y luego con una capa de arena fina y grava. Por último, una capa de revestimiento de capa superior del suelo que van desde 50 centímetros hasta 1,5 metros de espesor se colocó en la parte superior de la capa de arena y grava. La tierra vegetal se llevó hasta las terrazas de elevaciones más bajas, tales como lechos de los ríos. La terraza resulta siempre bien drenado y rico en una superficie plana para el cultivo (Wright y Valencia 2000: 39,47-52). Otro aspecto de la construcción de las terrazas era esencial para el crecimiento de cultivos sensibles a las heladas como el maíz.
Los muros de contención de piedra absorbe el calor del sol durante el día y el calor irradiado por la noche. Esto podría a menudo ser suficiente para evitar que la temperatura en las terrazas de caer por debajo de cero.
4. Terrazas incas en Wiñay Wayna.
Además de la buena tierra y la luz del sol, el otro requisito importante para los cultivos era una fuente confiable de agua. En los Andes, es posible cultivar utilizando solo agua de lluvia, pero el clima es tal que la lluvia no es consistente y confiable de año en año. Para asegurarse contra las fluctuaciones del tiempo, los Incas regado muchas de sus terrazas a través de los sistemas de canales complejos y sofisticados.
Sistemas similares se utilizaron para abastecer de agua potable y para eliminar las aguas residuales y los residuos procedentes de los principales asentamientos incas. Aunque hubo abundante agua en la mayoría de los ríos del altiplano, los lechos de los ríos están tan abruptamente cortados que es imposible para canalizar el agua a través de los canales, ya que las elevaciones donde se necesita son muy superiores a los ríos. El agua se recoge generalmente de manantiales de montaña y canalizada a través de canales revestidos de piedra. Los canales que trajeron el agua a una velocidad de flujo controlada en los campos o en otros lugares donde se necesitaba. Reservorios se construyeron para controlar y almacenar agua en los sistemas hidráulicos. A menudo, estos canales llevan agua por muchos kilómetros que pasan por grandes acueductos de piedra mientras cruzaban el terreno andino empinada. El agua para las necesidades humanas diarias se accede por medio de fuentes de piedra que conectan con el sistema de canales. Estos a menudo piedras bellamente talladas creado para hacer un chorro de agua y cuenca caché rodeado de muros de piedra. La corriente de chorro de agua podría ser utilizada para llenar jarras y otros recipientes, mientras que la cuenca proporcionó agua para el lavado. No sólo los sistemas de agua tienen funciones utilitarias, eran un elemento estético importante en la jardinería Inca y la planificación del sitio.
5. Acueducto Inca en el sitio de Tipón.
Además de la construcción de terrazas y la construcción de canales, el Inca emprendió otros grandes proyectos de ingeniería civil. Los ríos se canalizaron mediante la construcción de terraplenes de piedra que se enderezó y controlados meandros o trenzados ríos e impidieron inundaciones. Esto permitió la apertura de grandes extensiones de tierras bajas para la agricultura. Un impresionante ejemplo de esta técnica se puede ver en el Valle de Urubamba entre Pisac y Ollantaytambo.
En conclusión la ingeniería hidráulica de los incas es muy importante porque contribuye parte de la ingeniería actual a través de sus técnicas y mecanismos que hasta ahora son utilizados en las diversas obras de la ingeniería. Los incas no solo se dedicaban a esculpir piedras sino que también construyeron sistemas hidráulicos, canales de drenaje y canales de irrigación entre otros todo esto son lo que nos ayudan a facilitar nuestras formas de vida.
La ingeniería civil de los incas sigue siendo una tecnología de alta calidad donde las edificaciones demuestran el conocimiento las, ciencias naturales, las matemáticas, la mecánica de fluidos entre otros.
CAPITULO V.
Autor:
Hedú Castillo Gonzales.
Lenin Carrasco Copia.
Deiler Llanos Delgado
UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE
FACULTAD DE INGENIERÍA
CARRERA PROFESIONAL DE INGENIERÍA CIVIL
METODOLOGÍA DEL ESTUDIO UNIVERSITARIO
CATEDRA: LIC. MG. WILSON EDUARDO MONTOYA TEJADA.
13/01/15.
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