- Resumen
- Introducción
- Desarrollo
- La Fisiología Estomatológica
- Traumatología Estomatológica
- Estomatología Preventiva
- Alteraciones estomatológicas
- Funciones del odontólogo en la preservación de la salud oral de los atletas
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
Datos históricos revelan las primeras referencias del deporte, concentrándose en la fabricación de protectores bucales. Los pocos estudios e informes clínicos de casos disponibles, subrayan el tratamiento de lesiones traumáticas intrabucales a dientes y estructuras de soporte. En nuestro país no existe ningún centro que se dedique a la estomatología deportiva, esto motivó a los autores a la realización de esta revisión bibliográfica, con el principal objetivo de describir la relación entre la Estomatología y la práctica de los diferentes deportes y actividad física. La odontología en el deporte puede ser definida como una disciplina especializada cuyo fin es seleccionar, orientar, supervisar a los deportistas en los certámenes. Se concluye que la estomatología se relaciona con el deporte, esencialmente con la fisiología, como en el buceo, la traumatología, como en las fracturas dentomaxilofaciales, y la prevención, con el uso de protectores bucales. Se consultaron 22 bibliografías tanto impresas como digitales.
Palabras Claves: Medicina Deportiva, Estomatología Deportiva, Traumatismos Dentales, Protectores Bucales.
Podemos decir en forma general, que la palabra deporte se considera como representativa de ejercicios físicos intensivos que aumentan la soltura, agilidad, destreza y concentración de la persona y que es practicado con la finalidad de resistir la fatiga, vencer dificultades y competir. Su origen y práctica datan de tiempos remotos. Encontramos datos de las primeras manifestaciones deportivas referentes a gimnasia higiénico-médica hacia el año 2700 AC., en las civilizaciones chinas y japonesas y también en Egipto. En los Estados Griegos los juegos se desarrollaron en homenaje a sus dioses y periódicamente realizaban fiestas deportivas, entre las que se destacaban:LOS PITICOS: en honor a Apolo Pitio en Delfos.LOS ISTMICOS: dedicados a Poseidón en Corintio.LOS MENEOS: en homenaje a Hércules en Argólida.LOS OLÍMPICOS: los más famosos, en homenaje a Zeus en Olimpia (Elide).Sin embargo no se quedó en la antigüedad la práctica del deporte, sino que llegó hasta nuestros días, con la participación de todos los países en olimpiadas, campeonatos mundiales, eventos regionales. Del mismo modo que se fue desarrollando la práctica deportiva, así también se fue perfeccionando la atención especializada a los deportistas, de este modo fue surgiendo la medicina deportiva.1
La Medicina Deportiva es la especialidad médica que estudia los efectos del ejercicio del deporte, en general, de la actividad física, en el organismo humano, desde el punto de vista de la prevención y tratamiento de enfermedades y lesiones.
En algunos países el médico deportivo es preferentemente un médico clínico, en otros es un médico traumatólogo que se dedica a atender lesiones del deporte o también se trata de un especialista o subespecialista en ergometría o pruebas de esfuerzo, en rehabilitación de pacientes diabéticos, o en prevención de enfermedades cardiovasculares. Ramas y disciplinas de la medicina deportiva pueden incluir a básicas (Anatomía, Fisiología, Biomecánica del ejercicio, etc.), clínicas (Prevención, tratamiento y rehabilitación de lesiones y enfermedades) así como ciencias aplicadas (Psicología, Nutrición, Entrenamiento en el deporte, Metrología, Cineantropometría, etc.). Los principales cometidos de la medicina deportiva son: misión preventiva, misión orientadora, misión curativa.2
Por datos históricos se sabe que las primeras referencias del deporte, se concentraron en la fabricación de protectores bucales. Los pocos estudios e informes clínicos de casos entonces disponibles subrayan el tratamiento de lesiones traumáticas intrabucales a los dientes y estructuras de soporte. En 1983 en los EE. UU se fundó la Academy for Sports Dentistry, que con muchas críticas inicia y aún continúa su labor. Pero la estomatología del deporte debe abarcar mucho más que la fabricación de protectores bucales y el tratamiento de dientes fracturados.
El empirismo fue hasta hace poco un pobre conductor en el manejo de estas lesiones, se impone en la actualidad tener conocimientos especializados para atender al paciente que ha sufrido una lesión traumática en el área orofacial por la práctica de una actividad deportiva de riesgo debe ser considerada una situación de emergencia y el paciente debe ser atendido por un Odontólogo el cual debe ser parte fundamental en un servicio de medicina deportiva.
Para proteger la boca y los dientes de lesiones graves, debería usarse un protector bucal, durante todas las actividades deportivas o recreativas, especialmente en actividades donde existe contacto potencial con otra persona. El protector bucal puede evitar lesiones serias. Los protectores bucales separan eficazmente a los dientes del tejido blando de la cavidad bucal y así evitan heridas y hematomas en los labios y en las mejillas, sobre todo en aquellas personas que usan aparatos ortodóncico.3
En nuestro país la profesión odontológica apoya unánimemente el uso de protectores bucales en varias actividades deportivas. Los protectores bucales deberían usarse en los siguientes deportes: fútbol americano, lucha libre, béisbol, hockey, artes marciales y boxeo. Muchas de las lesiones de los dientes, la boca y la cabeza, podrían prevenirse con el uso adecuado y continuo de un protector bucal.
En nuestro medio no existen instituciones que se dediquen a investigar aspectos de esta disciplina ,incluso en nuestro país no existe ningún centro especializado, a pesar de no existir instituciones el Dr. Orlando Pablo de Cárdenas Sotelo, quien fuera especialista en estomatología , administración y organización en salud, estrechamente vinculado al movimiento deportivo cubano. Se destaca al innovar el protector de boca utilizado por los boxeadores cubanos, y también patentiza la boquilla de snorkel de los cazadores.( submarinos. Por su dedicación y aporte es considerado una gloria del deporte cubano.
El poco conocimiento de este tema en los estudiantes de pregrado, nos motivó a realizar el presente trabajo, esperando contribuir a la difusión del tema en los estudiantes.
OBJETIVOS
Describir la relación entre la Estomatología y la práctica de los diferentes deportes y actividad física.
Identificar los diferentes tipos de lesiones estomatológicas que pueden ocurrir durante la práctica y competencia deportiva.
Mencionar los métodos de prevención que se usan en el deporte para prevenir lesiones buco-maxilofaciales.
Actualmente en la mayoría de los países se mantiene un solo tipo de historial médico de los deportistas. Se reconoce, sin embargo, que la medicina del deporte y la odontología son complementarias y que es necesario mantener tanto una ficha clínica dental como un historial médico. Las asociaciones dentales nacionales deben proporcionar a los odontólogos toda la información concerniente a la protección buco-dental. Se lleva a cabo un examen dental y sistemático inicial para identificar cualquier condición que pueda contraindicar, de manera permanente o temporaria, toda participación en actividades deportivas o de educación física.
Toda información en la ficha dental inicial debe ser puesta al día después de cualquier incidente o accidente que implique una lesión en la cabeza o el cuello, a fin de evaluar la gravedad de la lesión. Se llevará un registro de cualquier herida o lesión. La comparación con otros datos previos puede ayudar a definir las lesiones que ocurran.
La ficha dental del deportista debe incluir la información siguiente:
1) Nombre, fecha de nacimiento, sexo, dirección y número de teléfono.
2) Nombre, dirección y números de teléfono del odontólogo y del médico.
3) Detalles clínicos:
Dientes presentes Dientes ausentes
Dientes dañados o dientes que deben ser restaurados.
Dientes restaurados y detalles de toda restauración, incluyendo los dientes con coronas.
Prótesis presentes, sean removibles o fijas. Condiciones gingivales o periodontales.
Anomalías del tejido blando.
Detalles concernientes a la inmunización contra el tétanos y cualquier alergia a ciertos medicamentos.
Detalles de cualquier condición que pueda predisponer al participante a una herida, o que pueda contraindicar, de manera permanente o temporaria, la práctica de ciertos deportes.
4) Examen radiográfico de tipo panorámico a fin de establecer:
Una evaluación dento-máxilo-facial para futura referencia.
Detalles para la comparación clínica, de ser necesario, en caso de traumatismo.
La base para análisis futuros a fin de establecer parámetros biométricos fundamentales.4
La Estomatología Deportiva se debería dividir para su estudio en 3 aspectos fundamentales, la fisiología estomatológica, la traumatología estomatológica y la Estomatología preventiva, así mismo la dividiremos para una mejor explicación durante el trabajo.
En la caza submarina y buceo, los atletas retienen muchas horas con la mordida, una boquilla especial del equipo de buceo. Esto altera el fisiologismo del sistema estomatognático, por presión en las articulaciones temporomandibulares.
La presión que aumenta rápidamente con la profundidad producen algias y barotraumatismos dentales, explicadas por los procesos cariosos presentes; obturaciones mal adaptados, al frío puede resultar muy doloroso.
Para que los deportistas puedan desarrollar sus aptitudes físicas e intelectuales debe gozar de un perfecto estado de salud. Esto no podrá ser óptimo, sino consta de una buena salud bucodental.
Cuando hablamos de deporte en general lo asociamos a lesiones comunes y habituales, como por ejemplo las musculares, las articulares o fracturas en partes del cuerpo concretas. Pero en los últimos tiempos se ha constatado un aumento de los traumatismos dentales, cada vez más habituales en determinadas modalidades deportivas por el incremento de la intensidad y de la competitividad en el juego. Las alteraciones traumáticas pueden ser consecuencia de accidentes deportivos, especialmente en deportes de choque como el boxeo, donde pueden producirse fracturas maxilares y dentales, comprometiendo tejidos blandos asociados y la avulsión parcial o total de los dientes.5
La práctica deportiva es la causa de hasta el 40% de los traumatismos orofaciales, entre los cuales las lesiones dentales son los más comunes. Los deportes de equipo y de contacto como el rugby, el hockey hielo, el balonmano o el baloncesto tienen una alta incidencia de lesión dental. Hay otras modalidades que son de mayor riesgo e, incluso, se hace necesaria la utilización de protectores bucales, como en el caso del fútbol americano o el boxeo. Aunque los deportes de equipo son los que acumulan más traumatismos dentales, los deportes individuales, como el esquí o el ciclismo, son los que en sufren los más graves.6
Los traumatismos dentales son agresiones producidas por un impacto directo en los tejidos duros orales, ya sea porque un objeto se desplaza contra la boca o porque el deportista se golpea contra otra superficie dura. Un factor importante que incide en el riesgo de sufrir lesiones en esta zona es el crecimiento. Por este motivo los niños que practican deporte son más vulnerables que los adultos, ya que los huesos y los músculos de la boca se desarrollan a un ritmo diferente y dan pie a una mayor inestabilidad. Además, la movilidad y la coordinación de los niños es menor que la de los adultos esto hace que sufran más golpes. Cabe destacar también que los niños son más propensos a sufrir lesiones que las niñas, ya que participan de una forma más brusca en la actividad deportiva.7
Entre un 4 y un 30% de la población ha sufrido alguna vez algún tipo de traumatismo en los dientes anteriores. Los que se fracturan más a menudo son los incisivos centrales superiores y las consecuencias pueden ir de una pequeña fisura en el esmalte a la pérdida completa del diente. Las firmas de un traumatismo son frecuentemente visibles, como cuando se produce una fractura en la corona del diente, pero a veces la lesión se produce en la raíz; en estos casos resulta más complicado el diagnóstico y se requiere una buena exploración complementada con radiografías. 8
Los traumatismos dentales se clasifican en lesiones de los tejidos duros y de la pulpa; lesiones de los tejidos periodontales; lesiones en la encía o mucosa oral; y lesiones en el hueso de sustentación. Los tratamientos varían en función de su gravedad. Por ejemplo, una fractura de la corona tiene un buen pronóstico, ya que el tratamiento suele ser la reconstrucción del diente, en casos leves, con empastes estéticos y, en más graves, con coronas de porcelana. Si se sufre una fractura de la raíz, el pronóstico puede ser regular o malo y acostumbra en terminar con la extracción del diente. En el caso de las fracturas de la corona y de la raíz, el pronóstico es pésimo, ya que es una fractura longitudinal del diente y no hay tratamiento conservador posible. Finalmente, la avulsión dentaria tiene un pronóstico reservado porque es un caso especial, a pesar de que en determinados casos se puede reimplantar el diente y esperar su evolución.9
Existen factores de riesgo para lesiones deportivas, los extrínsecos, que son los predictores potenciales de lesión independientes de individuo. Son los que se vinculan con el tipo de actividad que demanda un deporte en especial. Por ejemplo Andreasen cita que las fracturas de los dientes permanentes y el hueso de soporte aumentan al máximo por lesiones de velocidad baja con las caídas. Por otra parte las heridas por velocidad elevada tienden a producir fracturas horizontales a las coronas de los dientes permanentes.
Las heridas por colisión a partir de golpes con la cabeza, el codo, o los brazos o por patadas a menudo generan, menos daño al tejido blando, pero no obstante pueden causar fracturas desplazadas, si tales fuerzas chocan contra una zona ósea pequeña. Los intrínsecos, son las características, predisponentes presentes en el participante deportivo individual. Son los rasgos biológicos y psicosociales que pudieran predisponer a una persona, en particular a una clase especial de lesión deportiva (edad, sexo, resistencia y tensión muscular, factores psicosociales, etc.)
De acuerdo con diferentes reportes se plantea que entre el 3 y 18 % de las fracturas faciales están relacionadas con los variados deporte y principalmente con deportes de contacto fuerte como el rugby, el soccer, el hockey sobre hielo, el kárate y el boxeo, a pesar de los grandes esfuerzos realizados por las federaciones deportivas para el uso de los diferentes medios de protección.10
Algunos estudios mostraron la prevalencia de lesiones dentales traumáticas en dientes anteriores que están protruidos.
En un estudio realizado por Stenger los protectores bucales redujeron la incidencia de contusiones en jugadores quienes estuvieron previamente inclinados a ellos.El tratamiento de traumas dentales, cada vez son más exigentes de ahí que se debe aplicar la tecnología más reciente, así como la operatoria dental estética, dando solución a problemas asociados como forma, posición, tamaño y color, teniendo la mira de estética, y función.
Las técnicas de reposición de fragmentos dentarios (collage) pueden aplicarse con buenos resultados funcionales y estéticos, tanto a situaciones relativamente simples, como a situaciones más complejas en la que la pulpa o el espacio biológico está afectado. Esto es cierto tanto en los dientes anteriores, como en los posteriores.
El impacto contra otro atleta son el mecanismo de lesión más frecuente, sobre todo en los grupos de combate y juegos con pelota. Las fracturas de mandíbula y cigomáticas resultan ser los patrones de fracturas preponderantes. La conducta terapéutica en estos pacientes no difiere sustancialmente de la aplicada en aquellos con lesiones producidas por otras causas. La restricción de la actividad atlética oscila entre 9 y 15 semanas después del tratamiento inicial.
A pesar de que las fracturas maxilofaciales relacionadas con el deporte, resultan menos comunes que las producidas por otras causas, estas se han ido incrementando por el desarrollo y la masividad deportiva.6
La frecuencia de fracturas faciales atribuibles a la actividad deportiva, según informes, se produce entre el 6 y 15,2 % en Japón y entre el 25 y 28,5 % en otros países. La prevalencia observada parece depender de las circunstancias de cada región en términos del número de personas involucradas, la extensión de las facilidades en la práctica deportiva y los tipos de deportes con elevado riesgo de provocarlas. Según Frenquelli y colaboradores, el fútbol provocó el mayor número de fracturas faciales en jugadores italianos (64,8 %); pero en los ingleses fueron el rugby, el crekket y el fútbol.
Estos resultados pudieran suscitar una interrogante: ¿qué deporte es el causante de estas lesiones en cada país? Todo parece indicar que depende del que sea más popular: en el nuestro, por ejemplo, el béisbol y el boxeo son los que más afectan a los jóvenes, pues suelen ser los históricamente preferidos por ellos.
En las fracturas de mandíbula, la región más dañada es el ángulo, asociada con terceros molares retenidos y fundamentalmente en atletas que practicaban deportes de combate. Tal situación permite sugerir la remoción profiláctica de los terceros molares, con la finalidad de minimizar los riesgos del atleta al sostener este tipo de fractura.
Es importante precisar cuándo el atleta puede incorporarse al deporte activo después del tratamiento inicial de la fractura, especialmente si está incluido en la pirámide de alto rendimiento. La total ausencia de participación directa en la competencia oscilaría entre 9 y 15 semanas después haberles retirado la fijación máxilo mandibular (fracturas de mandíbula, incluido el cóndilo; de Le Fort y dentoalveolares), lo cual depende de las características clínico radiográficas de la fractura, el método terapéutico aplicado, la edad de los pacientes y el deporte que practicaban. No obstante, el tiempo podría haber sido más corto si se hubiesen empleado procederes de fijación rígida (AO/ASIF) con electroestimulación en el callo óseo.7
Se sabe que si se usa obligatoriamente protectores bucales y máscaras faciales, las lesiones bucodentales por trauma disminuyen ostensiblemente, en deportes de choque. Se previene las alteraciones estomatológicas más comunes como las caries y periodontopatías eliminando el agente causal que es la placa bacteriana y con promoción de la salud.
(Prevención primaria). También mediante prevención secundaria, es decir realizando diagnóstico y tratamiento precoz, aplicación de odontología restauradora y prevención terciaria, mediante rehabilitación procedimientos endodónticos, prótesis dental.5
Hickey realizaron exámenes extensos, con cadáveres humanos y observaron que los protectores bucales reducían significativamente la cantidad de presión intracraneal y la deformación del cráneo, cuando el golpe era dado en el borde inferior de la mandíbula. La presión intracraneal causada por la deformación ósea dentro del cráneo, puede resultar en contusión si un golpe es lo suficientemente severo, de allí que el uso de un protector bucal, puede salvar al atleta de un daño potencial.
El número de lesiones dentales han sido reducidas significativamente con el uso obligatorio de protectores bucales, sin embargo otros problemas tales como caries y enfermedad periodontal son aún más importantes para los atletas, directores técnicos y odontólogos del equipo.
Para protegerse de las lesiones bucales. Se debe usar protector bucal hecho a medida por su dentista. Proporciona protección, calce y nivel de comodidad superiores, porque se ha fabricado a partir de un molde de yeso para que encaje en sus dientes. Efecto preventivo del protector bucal. El protector bucal hecho a la medida multilaminado, evita que el condilo golpee la base del cráneo en la zona de la fosa glenoidea, actuando como un amortiguador para que la fuerza no sea transmitida al cráneo. La función más importante del protector bucal es estabilizar la mandíbula y minimizar el riesgo de la contusión y las lesiones cerebrales. Aunque la mayoría de las lesiones causadas por estos traumatismos no comprometen la vida de los pacientes, por el simple por el simple hecho de ser las mas visibles del cuerpo son las que pueden causar deformidades y en gran numero de ocasiones trastornos psicológicos de la personalidad. Estos traumas que ocurren en edades tempranas dejan ver sus manifestaciones cuando el paciente es un adolescente preocupado por su estética, y en ocasiones es demasiado tarde para una solución del problema. Sin lugar a dudas, las premisas fundamentales para el éxito en estos casos son la atención inmediata, el diagnóstico preciso y la terapéutica indicada, ya sea en los servicios primarios de salud cuando sea factible su tratamiento o en un servicio especializado cuando las lesiones sean complicadas. 11
Los protectores bucales deben tener ciertas características para elegirlo las básicas son: Es esencial que un protector sea cómodo y se quede en la boca durante la actividad vigorosa y las variadas posiciones que el deporte requiere. Los deportes diferentes involucran niveles diferentes de riesgo y de lesión potencial. Con la ayuda de su dentista, usted puede seleccionar el tipo correcto de protector bucal para usted o el deporte que elija. Es el protector bucal que todo ortodoncista ha estado exigiendo.Diseñado por computador para el atleta que usa brackets, protege los dientes superiores e inferiores y evita que los brackets dañen el tejido blando. El diseño incluye surcos que encajan sobre los brackets.12
¿Qué son los protectores bucales y deportivos?
Protectores deportivos o bucales son nombres diferentes para una misma cosa: un dispositivo que se coloca sobre sus dientes para protegerlos contra golpes en el rostro o la cabeza. Los protectores son un elemento de importancia y forman parte del equipamiento deportivo que necesitan las personas que participan en un deporte que implique caídas, contactos corporales, etc. Quedan incluidos deportes como fútbol, basketball, baseball, rugby, hockey, patín, gimnasia, ciclismo de montaña o cualquier otra actividad que pueda producir lesiones en la boca.
Estos dispositivos normalmente cubren los dientes superiores y están diseñados para prevenir fractura de los dientes, heridas o mordidas en los labios y otros daños en la boca.
¿Cuáles son los diferentes tipos de protectores bucales o deportivos?
No importa qué tipo de protector seleccione pero sí deberá ser elástico, resistente y cómodo de usar.
Deberá también adaptarse correctamente y no restringir el habla o la respiración. Los tipos de protectores bucales son:
Protectores a la medida: Se diseñan a medida y se confeccionan en el consultorio de su odontólogo o en un laboratorio dental profesional. Generalmente son más cómodos y lo protejen mejor. El odontólogo toma las impresiónes de los dientes y luego construye el protector sobre ese modelo. La mayoría de los deportistas prefieren los protectores a medida porque encajan mejor y son más cómodos de usar. Sin embargo, también son más costosos.
Protectores del tipo hervir y morder: Vienen preformados, luego se hierven para calentar el plástico y, por último, se muerden para amoldarlos a la boca del paciente. Se adquieren en las buenas casas de artículos deportivos, y se ajustan mejor que los protectores comunes. Siga las instrucciones cuidadosamente y logrará un protector con buena adaptación a su boca.
Protectores bucales comunes: No son costosos, vienen preformados y listos para ser usados. Lamentablemente, con frecuencia, no se adaptan de modo correcto. Pueden resultar demasiado voluminosos y dificultar la respiración y el habla.
¿Cuánto tiempo debería durar un protector bucal?
Lo ideal sería reemplazarlo una vez por año, porque con el transcurso del tiempo se gastan y dejan de ser eficaces. El reemplazo es esencial en el caso de los adolescentes porque la boca y los dientes continúan su desarrollo hasta la edad adulta. Un gran número de deportistas en diferentes deportes cambian sus protectores bucales cada 6 meses cuando acuden al odontólogo por su revisión periódica.
Tipos de protectores bucales
Hay tres tipos de protectores bucales:
Clase I: Protectores que se venden comercialmente (Stock -Mouth Protector).
Clase II: Semi adaptables (Mouth Formed Protector)
Clase III: Aparatos individuales fabricados por un odontólogo (Custom Made Protector)
Requisitos de los protectores bucales
Los protectores bucales deben ser fabricados con materiales resistentes, que puedan ser lavados, limpiados fácilmente y rápidamente desinfectados.
Para lograr una protección máxima, y absorber y amortiguar los choques los protectores bucales deben cumplir con los siguientes requisitos:
Tener una retención adecuada para permanecer en posición durante la actividad
Permitir una relación oclusal normal deportiva
Cubrir el arco maxilar
Eliminar las interferencias.
Reproducir la relación oclusal.
Permitir la respiración bucal.
Proteger los tejidos blandos.
Los únicos aparatos que proporcionan la protección máxima requerida, y que permiten la oclusión, son los fabricados por los odontólogos, con la impresión de la boca del deportista. Existen protectores bucales especiales para los que llevan aparatos de ortodoncia. Por razones de economía, los aparatos semi-adaptables (Clase II) pueden ser recomendados para ciertas actividades deportivas de acuerdo con su posible riesgo.
Este tipo de protector tiene una aplicación muy limitada.
Parte 3 – Deportes que requieren una protección dental y bucal.
Categorías de riesgo
Hay dos grupos de actividades deportivas organizadas donde debe tenerse en cuenta el riesgo de accidentes.
1) Deportes de alto riesgo:
Boxeo inglés (reglas del Marqués de Queensbury)
Boxeo libre
Hockey
Hockey sobre hielo
Lacrosse
Patinaje sobre hielo
Rugby
Fútbol americano
Hand-gliding
2) Deportes de mediano riesgo:
Basquetbol
Gimnasia
Buceo
Paracaidismo
Equitación
Squash
Water polo
Las funciones del Protector Bucal Individual son: actuar como amortiguador y distribuidor de fuerzas y realizar la protección de los:
Tejidos blandos (encía, lengua, carrillos)
Tejidos duros (piezas dentarias)
Evita fracturas de cóndilo
Evita fracturas mandibulares
Disminuye la gravedad de una conmoción cerebral
Atenúa las lesiones en el cuello .13
Ayuda psicológicamente al deportista (se siente protegido)
Antecedentes del Protector Bucal
La medicina del deporte es una especialidad de las ciencias médicas relativamente nueva en nuestro país, el cuál día tras día a tomada mayor relevancia en la práctica cotidiana situando a la Odontología en lugar preponderante, sin embargo es importante difundir la información y el conocimiento para la aplicación en nuestra práctica diaria.
La amplia variedad de actividades humanas fuera de las tareas diarias de la vida y el trabajo incluyen la recreación, los deportes y las actividades atléticas. La importancia del significado y los vínculos de estos términos puede proveer un fundamento útil para entender y anticipar los eventos que a veces llegan a coaccionar trauma dental y a las estructuras de soporte bucales.
Los deportes de contacto como el fútbol americano, el hockey sobre hielo, boxeo y las artes marciales en su mayoría actos rituales de combate para quienes gustan desafiar su fuerza y habilidad individual en competencias atléticas. Por lo general, este tipo de atletas muestra algún tipo de lesión bucal por lo que se sugiere, el uso obligatorio de protector bucal.
El primer protector bucal utilizado en el deporte de Boxeo fue en 1913 por un boxeador Ingles y el material era de caucho, el motivo principal de la elaboración fue para protegerse los dientes de los golpes.
A principios del siglo XX, durante las primeras fases del fútbol americano, los jugadores sufrían lesiones traumáticas graves, en gran parte por la falta de disponibilidad del equipo de protección específico. A medida que el juego avanzó en el decenio de 1920, se introdujeron cojinetes y cascos de cuero, pero por lo general se ignoró la protección bucal.Aunque los protectores bucales estaban disponibles y los boxeadores los usaban desde 1913, los jugadores de fútbol americano adoptaron con lentitud este dispositivo. Esto ocurrió en parte por la resistencia entre los jugadores y la percepción de que el uso de tales protectores afectaba con su desempeño físico durante la competencia atlética. Esta actitud persistió a pesar de los beneficios para proteger la boca ante las diversas clases de lesiones menores y graves. Tales heridas siguieron aconteciendo de manera regular y durante los siguientes diez años, a través del decenio de 1940 se brindó poca atención a la protección bucal en actividades atléticas. La energía y el pensamiento de E.U. eran ocupados con la segunda guerra mundial. Con la crisis causada por la guerra, se presentó incluso una reducción en la cantidad de eventos atléticos y el número de atletas participantes, al comenzar el decenio de 1950 comenzó a florecer de nuevo el deporte organizado. La televisión llevo a los hogares el fútbol americano profesional y colegial y la popularidad de los deportes de conjunto aumentó en EU.
Posteriormente los plásticos sustituyeron al cuero para los cojinetes y cascos en el fútbol americano. El menor peso de los cascos de plástico proporcionó un recurso para anclar una barra ligera o máscara facial, a usarse a fin de evitar heridas en la cara.
La Asociación Dental Americana intervino activamente en 1950 para promover una mejor salud dental entre los atletas que participaban en deportes de contacto como el fútbol americano. En 1951 Cathcard efectuó un estudio con jugadores de fútbol americano en tres estados. Comunico que 50% de todas las lesiones en jugadores de bachillerato se ubicaban en/o alrededor de la boca. No obstante concluyó que la máscara facial sola no bastaba para impedir todas las heridas bucales. Se prestó atención a las lesiones faciales en el manual de 1954-1955 de la National Federation of State High School Association (cuerpo sector reglamentario para las actividades atléticas en los bachilleratos estadounidenses). El manual mencionaba que las lesiones dentales y faciales representaban el 53.9% de todas las heridas en el fútbol americano. En 1955, la Wisconsin IIntercholastic Athletic Association probó las máscaras faciales para el fútbol americano organizado. Hubo 61% de disminución en las lesiones bucofaciales; el informe citó: "Las máscaras resultaron ser menos eficaces en la prevención de dientes fracturados…. Los estudios sobre lesiones dentales señalaban que más a menudo son resultados de golpe por debajo del mentón".
De manera concluyente se mostró que las máscaras faciales eran una medida de protección dental (50% de eficiencia) pero el estudio indicó que el hecho de que solo era posible obtener protección dental máxima cuando se complementaba el uso de la máscara facial con la protección bucal.
Con el fin de investigar el número y la gravedad de las heridas bucales en jugadores de fútbol americano y establecer si los protectores bucales podrían disminuir o eliminar tales lesiones el Bureau of Dental Health Education formó en 1959, un comité junto con la American Association for Health, Physical Education and Rrecreatión. En 1960, el informe publicado por dicho comité encontró que cuando los jugadores de fútbol americano preparatoriano utilizaban protectores bucales o máscaras faciales, 50% de todas las lesiones ocurrían en/o alrededor de la boca. Después la House of Delegates of the American Dental Association aprobó una resolución para que todas las dependencias incluidas en actividades atléticas interescolares obligaran que los jugadores de fútbol americano deberían utilizar durante las sesiones de práctica así como en situaciones de juego protectores bucales de modo individual con ajuste conveniente.
En 1960, la National Federation of State High School Association adoptó el reglamento obligatorio, que todos los jugadores participantes en el fútbol americano organizado bajo el apoyo de 45 estados de aquel entonces, tenían que utilizar cierto tipo de protección facial. Cohen y Boush demostraron que el empleo de un protector bucal con ajuste conveniente eliminaba las lesiones bucales en jugadores preparatorianos del fútbol americano. Los resultados de tales esfuerzos dieron frutos en 1962, cuando el National Alliance Footbal Rules Comité, Constituidos por miembros de la National Federation of High School, la National Junior College Athletic Association y la National Intercollegiate Athletic Association exigieron que los jugadores de fútbol americano utilizaran protectores bucales y máscaras faciales, esta regla obligaba que "cada jugador debe utilizar un protector de boca y dientes intrabucal, que incluía una porción oclusal y labial." La NCAA, que regula los programas atléticos en las universidades y colegios principalmente necesito mucho más tiempo para adoptar los requisitos obligatorios del protector bucal y la máscara facial.
En un estudio clínico de 5 años del Dr. John Stenger en jugadores de fútbol de Notre Dame iniciado en 1958 y publicado en 1964(3), El Dr. Stenger, iniciador del concepto de fisiología dental, basó mucho de su trabajo en James B. Costen MD, un otorrinolaringólogo de la Universidad de Washington, por medio de trazos cefalométricos en radiografías de cráneos realizadas antes y después a estos jugadores, Stenger demostró las diferencias en la posición del cóndilo de la mandíbula, el hueso hioides y las vértebras cervicales (c2-c4), cuando los dientes estuvieron en oclusión céntrica( máximo contacto de las arcadas dentarias sup e inf.) Contra la utilización de un posicionador entre las arcadas (aumentando la distancia interdentaria de 2-4 mm), encontrando la disminución de lesiones en mandíbula y órganos dentarios, hay también una reducción impresionante en concusión cerebral.
La Concusión Cerebral puede ser definida como un trauma inducido causando una alteración en el estado mental que puede o no puede involucrar la pérdida de conciencia. La confusión y la amnesia pueden acompañar a la concusión, el reconocimiento de la concusión es imperativa para los entrenadores, asistentes deportivos, directores técnicos así como los atletas que necesitan recibir una evaluación oportuna y el tratamiento adecuado por parte del médico. Hickey y col. , estudiaron la relación de protector bucal y la presión intracraneal y deformación ósea en 1967. Realizo un trabajo el cual consistió en un mecanismo de producción de impacto, para desarrollar un golpe uniforme dirigido al borde inferior de la mandíbula en un cadáver masculino intacto. Se encontró una significante reducción en ambos (deformación ósea y presión intracraneal) la amplitud y duración, cuando un protector bucal estuvo colocado comparado cuando los dientes estuvieron juntos en oclusión céntrica. No fue sino hasta 1973, once años después que el National Alliance Football Rules Comitte había exigido el uso de protectores faciales y bucales, que la NCAA finalmente hizo lo propio al poner en vigencia él reglamente. En 1974 se demostró al comité que un protector bucal ajustado de manera apropiada permitiría al atleta hablar con claridad sin alterar de esa manera su función. Finalmente se aceptó la regla y en la actualidad los jugadores de fútbol americanos colegial tienen que utilizar protección bucal. 14,15
Arias (97) demuestra que la clorinación inadecuada del agua de piscinas, puede provocar acidez del medio, que va a atacar tejidos de nadadores, al practicar este deporte, varias horas diarias bajo estas condiciones, lo que obliga a prevenir lesiones de erosión dentaria por ejemplo, controlando el nivel de PH del agua de piscinas por lo menos dos veces al día y a la vez usar hipoclorito de sodio para desinfectarlo; y de ninguna manera el cloro en gas.16
Los beneficios de las bebidas energéticas para la recuperación deportiva están fuera de dudas; sin embargo, investigadores de la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos, han descubierto que su consumo continuado puede causar erosión en las piezas dentales.
Se han descrito que se presenta disfunción de ATM en atletas de caza submarina y buceadores que es ocasionada por la boquilla del tubo respiratorio, por cuanto hay que sostenerla entre los dientes durante muchas horas, lo cual lleva implícito una sobre extensión no solo por el esfuerzo, sino por evitar se escape de la boca en momentos que deben estar concentradas únicamente en la actividad deportiva. El agua fría que en la cual hacen su inmersión probablemente acentúen este problema. La situación pude corregirse mediante reposo, masaje y uso de calor y relajantes musculares. La mejor medida contra estos trastornos está en su prevención sea estando en la superficie del agua, sea bajo la superficie, además se puede confeccionar una boquilla, diseñada individualmente de acuerdo con los requerimientos de ambas arcadas dentarias del sujeto, la rehabilitación oclusal y la presencia de aparatos ortodónticos o protésicos fijos o removibles.
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