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    RESUMEN

    El presente trabajo contiene los resultados de un estudio de prevalencia sobre el consumo familiar de medicamentos. En México, la automedicación debe ser considerada como problema de salud pública, debido a la escasa educación médica de la población; sin embargo, este problema ha sido poco estudiado, por lo que se realizó un estudio exploratorio en población urbana de Cuernavaca, Morelos, con el propósito de obtener información para conocer la situación del consumo de medicamentos y la automedicación. Para lo anterior, se encuestaron 373 grupos domésticos de la colonia Carolina de Cuernavaca, Morelos, México, seleccionados mediante muestreo probabilístico sistemático. Se registraron un total de 1 537 individuos de todas las edades, con un promedio de cuatro integrantes por grupo doméstico. El 31.5 por ciento de los encuestados consumió medicamentos dentro de las dos semanas anteriores al levantamiento de la encuesta; de los consumidores, el 53.3 por ciento lo realizó mediante automedicación; el 64.9 por ciento de los consumidores fueron del sexo femenino; por grupo de edad, la tasa de consumo más alta correspondió al grupo de 25-44 años con un 7.6 por ciento; por sexo y edad, las mujeres de 25-44 años. Los medicamentos más consumidos fueron los antibióticos y analgésicos, obtenidos principalmente en farmacias. El consumo de medicamentos entre la población encuestada se dio principalmente por automedicación, sobre todo administrados por la mujer y con una mayor frecuencia en el consumo entre los menores de un año específicamente, ello a pesar de la disponibilidad y accesibilidad a servicios de salud institucionales y particulares. Los datos recogidos destacan a la mujer como el elemento fundamental en el consumo y la automedicación y se puede recomendar el enfoque, hacia la madre de familia, de actividades de educación en salud, sobre todo enfatizando los riesgos del uso, mal uso, y abuso de medicamentos, así como de las consecuencias que podría acarrear la automedicación en la salud individual y familiar.

    Palabras clave: medicamentos, consumo, automedicación

    Angeles-Chimal P. Medina-Flores ML. Molina-Rodríguez JF.

    Automedicación en Población Urbana de Cuernavaca, Morelos.

    Salud Pública Mex 1992; 34: 554-561.

    ABSTRACT

    This work contains the results of a study on the prevalence of family drug consumption. In our country, self medication should be considered a public health problem due to the population's lack of medical education. Nevertheless, this problem has not been properly studied. For this reason, we completed an exploratory study in an urban population of Cuernavaca, Morelos, México. Its purpose was to gather information about the situation of drug consumption and self medication. A survey was given to 373 domestic groups from the Carolina neighborhood in Cuernavaca. These groups were selected through systematic and probabilistic sampling. A total of 1 537 individuals of all ages were surveyed with an average of four participants per domestic group. Thirty one per cent of those surveyed had consumed drugs during the two weeks prior to the survey. Of these consumers, 53.3 per cent did it through self medication, and 64.9 per cent of them were females. If classified by age group, the highest consumer rate, 7.6 per cent, belonged to the users between 25 to 44 years. If the classification is done by sex and age, women between 25 to 44 years consumed more antibiotics and analgesics which were obtained over the counter. Among the surveyed population, the consumption of medicines was done primarily through self medication, mostly administered by women, and most frequently consumed by infants under one year of age. This phenomenon occurred regardless of the availability and accesibility of public and private health services. The data collected do make us identify women as a fundamental element in the consumption of drugs and self medication. We can recommend that health education activities be focused on mothers, emphasizing the health risks involved in the use, misuse and abuse of medication for the individual as well as for the family.

    Key words: drugs, consumption, self medication.

    Angeles-Chimal P. Medina-Flores ML. Molina-Rodríguez JF.

    Self medication in an urban area of Cuernavaca, Morelos.

    Salud Pública Mex 1992; 34: 554-561.

    El presente trabajo contiene los resultados de un estudio exploratorio sobre el consumo de medicamentos entre las familias de una colonia urbana de Cuernavaca, Morelos. El propósito fue obtener información para conocer la situación del consumo de medicamentos, como punto de partida para la comprensión del problema de la automedicación familiar y, con ello, contribuir a la toma de conciencia por parte de los trabajadores y las autoridades de las instituciones de salud, que puedan generar alternativas de solución intra e interinstitucional, así como comunitarias, para enfrentar esta situación.

    Dentro de la experiencia de la práctica profesional, a menudo se ha encontrado el consumo empírico de medicamentos entre la población general; asimismo, se ha observado que el grupo que más recurre a esta práctica es el de las mujeres, tal vez por ser ellas el eje central de la salud familiar. La automedicación representa un severo problema de salud pública, ya que puede ocasionar graves daños a la salud individual, familiar y colectiva; sin embargo, esta situación ha sido escasamente explorada, razón que justifica este esfuerzo de investigación.

    Contrariamente a lo dispuesto en la reunión sobre la Atención Primaria a la Salud -patrocinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Alma-Ata en 1978-(1) en relación a la producción, prescripción y uso de medicamentos con miras al logro del objetivo de "Salud para todos en el año 2000", las sociedades continúan medicalizándose(2) y haciendo un uso irracional de los medicamentos. Ello está propiciado principalmente por el incremento desmedido en la fabricación y venta de fármacos(3) a través de la maquinaria publicitaria, que utiliza todos los medios a su alcance, y por una práctica médica mal entendida, que ha perdido su objetivo que es la capacidad de producir salud y de modificar de una manera visible la historia natural de la enfermedad dentro de la población.

    La medicalización de la vida cotidiana se lleva a cabo a través de dos vías: por medio de la prescripción médica(2) y a través de la automedicación. La prescripción médica es responsabilidad de los trabajadores de la salud y de las instituciones prestadoras de servicios de atención médica, que deben concientizar y capacitar al personal para desarrollar la prescripción con criterios de racionalidad y eficacia.

    La automedicación representa un problema más complejo ya que entran en juego aspectos atribuibles a la población como la educación médica, la cultura, los usos y costumbres, etcétera, que de alguna manera son influenciados por el gran aparato de comercialización con que cuentan las empresas productoras de medicamentos.(2) Los testimonios de la práctica de la automedicación, desde la más remota antigedad hasta nuestros días, permiten las siguientes observaciones:se considera que la autoadministración de medicamentos es producto de la falta de educación médica. Asimismo, se admite que la automedicación representa un apoyo muy importante a los sistemas de salud pública de los países desarrollados,(4) ya que ahorran horas- médico y tiempo de hospital gracias a la habilidad del consumidor para obtener rápida y fácilmente medicamentos para suprimir síntomas menores. Sin embargo, habría que considerar la automedicación en el ámbito de los países en vías de desarrollo, como lo es México, ya que el bajo nivel de escolaridad y las malas condiciones de trabajo y de vida de la mayoría de la población, se traducen en fuente de constantes malestares físicos. Ante el poco o nulo conocimiento de la población sobre el funcionamiento de su propio cuerpo, así como de la diferencia entre un síntoma menor y otro grave que indique la necesidad de atención médica confiable, resulta discutible si los beneficios que se derivan de la automedicación serían de mayor peso que el peligro potencial que implica, ya que hay que admitir que el riesgo de la enfermedad iatrogénica(2) se encuentra latente en toda acción de medicación, y con mayor magnitud cuando de automedicarse se trata.

    Extrañamente, a pesar de su influencia penetrante en la salud del individuo, la automedicación ha sido objeto de escasos estudios formales que permitan: a) ayudar al proceso de selección de productos populares medicinales;(5) b) determinar las características que debe reunir un producto para automedicación y, c) analizar los efectos de los factores motivacionales, como la promoción, la recomendación profesional y la influencia de amigos y parientes en la ingesta de medicamentos.

    Se conocen pocos estudios formales sobre automedicación, entre ellos el de Knapp en Ohio,(6) en el que se encontró que, en Estados Unidos, la esposa es la principal compradora en la familia; las farmacias tradicionales y de descuento constituyen la principal fuente proveedora de medicamentos sin prescripción, y que cada familia demostró tener remedios caseros a la mano en su botiquín tradicional. Balter(6) encontró que la condición socioeconómica y religiosa tiene efectos sobre el consumo de medicamentos populares. En México, Ortega(6) encontró que personas con un nivel socioeconómico medio-alto almacenan medicamentos tales como antimicrobianos, analgésicos y psicofármacos, y que el 83 por ciento los utiliza para curar en otras personas cuadros clínicos similares a los propios. El estudio menciona que el porcentaje de personas que se autorrecetan es del 88 por ciento.

    Por lo anterior, para conocer en qué medida la auto-medicación constituye un real beneficio o un peligro potencial, se hace necesario el estudio, en primera instancia, de la magnitud del problema en una comunidad concreta.

     

    MATERIAL Y MÉTODOS

    Para el presente estudio se seleccionó la Colonia Carolina de Cuernavaca, Morelos, en función de criterios de accecibilidad y por compartir características demográficas, de infraestructura y servicios, semejantes a la mayoría de las colonias urbanas de la ciudad, además de no haber sido objeto de estudios o encuestas en tiempos recientes. Se determinó tomar como unidad de observación a los grupos domésticos, definidos como grupo de personas que viven juntas y comparten el gasto diario. Con base en un plano catastral de la colonia, se identificaron las casas-habitación y, mediante muestreo probabilístico sistemático con arranque aleatorio, se seleccionaron como muestra 373 grupos domésticos.

    Para el levantamiento de la información se diseñó una cédula de encuesta de prevalencia, la cual contiene preguntas cerradas y abiertas divididas en tres apartados: 1) identificación y composición de los grupos domésticos por número de integrantes, edad, sexo y parentesco; 2) indicadores socioeconómicos, que incluyen educación de los padres, tipo de vivienda y relación con la vivienda; 3) información sobre consumo de medicamentos, tipo de medicamento, persona que lo indica, para qué y lugar de obtención, todo por grupo de edad y sexo, también incluye derechohabiencia a instituciones de seguridad social y preferencia en el uso de servicios de atención médica. La encuesta se aplicó a las madres de familia y excepcionalmente a otro informador responsable del grupo doméstico; para ello se capacitaron a 15 encuestadores.

    La información obtenida por medio de la encuesta, se capturó y procesó mediante los programas digitadores DBASE Y SPSS. Por otro lado, se realizó un recorrido por la colonia, tratando de identificar algunos aspectos de infraestructura y servicios que sirvieran como marco referencial para la discusión de los resultados de la encuesta. Para los efectos de este estudio se consideró:

    – Medicamento: toda sustancia o mezcla utilizada para laprevención, diagnóstico, alivio o restablecimiento de alguna enfermedad o la modificación de alguna funciónorgánica.

    – Automedicación: utilización de medicamentos sin prescripción médica, por cualquier individuo del grupo doméstico, sin importar su edad ni quién lo indica.

    Para la agrupación de los 10 principales conjuntos de medicamentos consumidos, se utilizó la clasificación del diccionario comercial de medicamentos PLM, 1989.

     

    RESULTADOS

    La colonia Carolina se localiza al poniente de la ciudad de Cuernavaca, Morelos; su extensión territorial es de dos km^2; su población asciende aproximadamente a 9 800 habitantes, constituyendo el 3.48 de la población total del municipio de Cuernavaca. Cuenta con todos los servicios públicos (agua potable, drenaje, electricidad, pavimentación, teléfono, etcétera). Para la atención a la salud cuenta, a menos de 15 minutos de recorrido, con instalaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), del Instituto de Seguridad Social y Servicios de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), de la Secretaría de Salud (SSA), un dispensario médico, tres consultorios médicos particulares, tres consultorios dentales, tres farmacias particulares, tres curanderos- hueseros, un médico homeópata, dos tiendas de productos naturales y un sanatorio particular.

    Se aplicaron 373 encuestas a grupos domésticos con un promedio de cuatro integrantes por familia, encuestando a 1 537 personas, de las cuales el 51 por ciento pertenece al sexo femenino; la distribución por edades se aprecia en el cuadro I.

    De los 373 grupos domésticos encuestados, el 61.6 por ciento eran derechohabientes de alguna institución de seguridad social como puede verse en el cuadro II.

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    CUADRO II

    Derechohabiencia de grupos domésticos colonia Carolina, Cuernavaca, México, 1990

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    Institución No. %

    IMSS 148 39.68

    ISSSTE 42 11.26

    Otras 40 10.72

    No Derechohabientes 116 31.10

    Sin datos 27 7.24

    Total 373100.00

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    Fuente: Encuesta directa.

    En relación al nivel escolar del padre de los grupos familiares encuestados (cuadro III), se detectó que la mayoría (alrededor del 60%) cuenta con escolaridad por abajo de la secundaria, mientras que sólo el 22.5 por ciento posee una escolaridad igual o mayor al bachillerato, destacando que aproximadamente uno de cada 10 padres de familia cuenta con alguna profesión universitaria.

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    CUADRO III

    Escolaridad del padre de familia colonia Carolina, Cuernavaca, México, 1990

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    Escolaridad No. %

    Analfabeta 297.8

    Primaria 127 33.9

    Secundaria 77 20.7

    Bachillerato/Técnico 48 12.9

    Profesional 369.6

    Sin datos 56 15.0

    Total 373 100.0

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    Fuente: Encuesta directa

     

    La escolaridad de la madre de familia es muy similar a la del padre, excepto en el grupo de analfabetas, el cual es mayor al de los padres. En su distribución, el 71.1 de las madres de familia tiene una escolaridad igual o menor a la secundaria y sólo el 25.2 por ciento posee nivel escolar de bachillerato o más alto. Sólo el 8.1 por ciento de las madres posee estudios de nivel universitario (cuadro IV).

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    CUADRO IV

    Escolaridad de la madre de familia colonia Carolina, Cuernavaca, México, 1990

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    Escolaridad No. %

    Analfabeta 36 9.6

    Primaria 14739.3

    Secundaria 8322.2

    Bachillerato/Técnico 6417.1

    Profesional 30 8.1

    Sin datos 13 3.6

    Total 373 100.0

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    Fuente: Encuesta directa.

    En lo referente al consumo de medicamentos, en el cuadro V puede observarse que, del total de la población encuestada, el 31.5 por ciento había recibido algún medicamento. Este porcentaje puede parecer bajo, pero si se observa el consumo de medicamentos por grupo de edad, se encontrará que el 80.3 por ciento de la población mayor de 65 años recibió algún medicamento, siguiéndole en frecuencia el grupo de uno a cuatro años, del cual el 51.4 por ciento consumió algún tipo de medicamento. Lo anterior significa que un tercio de la población consumió medicamentos en las últimas dos semanas de su vida.

    Entre la población que consumió algún tipo de medicamento, resalta que el 53.3 por ciento de los consumidores lo hizo mediante automedicación; esto indica que más de la mitad de las personas que consumen medicamentos lo realiza por recomendación de algún familiar, farmacéutico, amigo, etcétera, mientras que sólo el 46.7 por ciento lo hizo bajo prescripción médica. Por grupo de edad, existen datos significativos, como son que la mayor frecuencia de automedicación se dio entre los niños menores de un año con un 91.3 por ciento, seguido en frecuencia por la población de cinco a 24 años, encontrándose los dos grupos por arriba de la media. Estos datos llaman la atención sobre los riesgos que corre esta población, sobre todo la de niños menores de un año, quienes son los más expuestos a enfermar gravemente.

    Así, la dificultad para reconocer en ellos síntomas de gravedad y la mayor susceptibilidad de sufrir daños por la ingesta de medicamentos, debido a la inmadurez del sistema hepático, les puede ocasionar reacciones secundarias más severas. Del 46.7 por ciento de individuos que consumieron medicamentos bajo prescripción médica, los grupos de edad que los consumieron con mayor frecuencia fueron el de 65 y más años y el de uno a cuatro años respectivamente (cuadro V). En el cuadro VI se puede apreciar el consumo de medicamentos por grupo de edad y sexo, destacando que, de todos los que consumieron medicamentos, el 64.9 por ciento correspondió al sexo femenino, esto es, que las mujeres consumen medicamentos con mayor frecuencia que los hombres, excepto en el grupo de menores de un año, donde el 56.5 por ciento del consumo correspondió al sexo masculino.

    Al analizar el consumo por grupo de edad se encontró que, entre los hombres, el grupo de 65 y más años consume más medicamentos, siguiéndole en orden de frecuencia al grupo de uno a cuatro años y, de todos los hombres encuestados, el 22.6 por ciento consumió medicamentos, mientras que de todas las mujeres encuestadas, el 40 por ciento consumió, con mayor frecuencia en los grupos de 65 y más años y 45 a 64 años. Por grupo de edad de ambos sexos, las tasas de consumo más elevadas correspondieron al grupo de 25 a 44 años.

    De manera específica, la tasa más alta de consumo se encontró entre las mujeres de 25 a 44 años (5.5%) y el grupo de menor tasa fue el femenino menores de un año.

    En lo que se refiere a los sitios de obtención de los medicamentos, como puede verse en el cuadro VII, el lugar más frecuente fue la farmacia, siguiéndole la institución médica. Por otro lado, entre los medicamentos consumidos, los antibióticos, los analgésicos y los antigripales ocuparon los tres primeros lugares en orden de frecuencia (cuadro VIII).

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    CUADRO VII

    Lugar de obtención de los medicamentos colonia Carolina, Cuernavaca, México, 1990

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    Lugar No. %

    Farmacia 504 59.7

    Institución médica 258 30.6

    Dispensario médico 242.8

    Médico particular 131.5

    Otros 445.4

    Total 843100

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    Fuente: Encuesta directa.

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    CUADRO VIII

    Diez principales grupos de medicamentos* consumidos colonia Carolina, Cuernavaca, México, 1990

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    Grupo Cantidad %

    Antibióticos 182 21.59

    Analgésicos 129 15.30

    Antigripales 97 11.51

    Antitusígenos 37 4.39

    Vitaminas 35 4.15

    Broncodilatadores 31 3.68

    Antiparasitarios 29 3.44

    Antiácidos 23 2.73

    Antihipertensivos 22 2.61

    Antiinflamatorios tópicos 22 2.61

    Otros (27 grupos más) 236 27.99

    Total 843 100

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    Fuente: Encuesta directa

    * De acuerdo con PLM 1989

    DISCUSIÓN

    La población estudiada tiene acceso a atención médica, ya sea en calidad de derechohabiente, gracias a los servicios que proporciona gratuitamente la SSA, o a través de los servicios de bajo costo como los del dispensario médico. Sin embargo, como se demostró en la encuesta, los habitantes de la colonia recurren a la automedicación para atender sus problemas de salud. éste es uno de los aspectos que habrá que profundizar en investigaciones ulteriores, para averiguar las causas de la falta de aceptación de los servicios de salud disponibles y de la recurrencia a la automedicación. Un elemento que podría contribuir a la explicación es la baja escolaridad de los padres de familia, ya que más de la mitad poseen un nivel escolar igual o menor a la secundaria, lo que de alguna forma podría estar favoreciendo estas prácticas por las limitaciones que esto implica para las acciones de educación y promoción para la salud. Por otro lado, se observa que las mujeres son las que recurren con mayor frecuencia a la automedicación, exponiendo a un mayor consumo a los menores de edad y a los ancianos, por lo que se pueden identificar como los grupos expuestos a mayor riesgo de iatrogenias por el mal uso y abuso de medicamentos. Por lo tanto, estos grupos son, precisamente, hacia los que se deberán dirigir las acciones de prevención y control del uso de medicamentos.

    La mayor parte de los medicamentos consumidos se obtuvieron en farmacias, en donde se encontró que no existe casi ninguna restricción para la venta de cualquier medicamento, siendo fácil obtenerlos sin importar en ocasiones la edad del comprador ni la presentación de una receta médica. Los grupos de medicamentos más consumidos fueron los antibióticos, con lo que se incrementa la posibilidad de producción de resistencias bacterianas.

    Esta información permite recomendar la reglamentación para el control de la venta de medicamentos. Finalmente, se considera necesario el incremento e intensificación de acciones de promoción y educación para la salud en general, y sobre riesgos del autoconsumo de medicamentos en esta colonia en particular, haciendo énfasis en el grupo de madres de familia, ya que son ellas las que con mayor frecuencia recurrieron a la automedicación y a la administración de medicamentos a sus familiares, precisamente por ser quienes se encuentran en constante contacto con los miembros de la familia con problemas de salud.

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    Fecha de recibido: 27 de septiembre de 1991

    Fecha de aprobado: 12 de mayo de 1992

    Solicitud de sobretiros: Dr. Juan Francisco Molina Rodríguez, Escuela de Salud Pública de México, Av. Universidad 655, colonia Sta. María Ahuacatitlán, Cuernavaca, Morelos, México.

    – 1 Enfermeras supervisoras, Jurisdicción Sanitaria No. I, Secretaría de Salud-Morelos.

    – 2 Profesor investigador, Escuela de Salud Pública de México, Instituto Nacional de Salud Pública, Cuernavaca, México.

    REFERENCIAS

    1. Organización Mundial de la Salud. Atención Primaria a la Salud: Informe de la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de la Salud, Alma-Ata, URSS. Ginebra: OMS-ISEN, 1978.

    2. Illich I. La medicalización de la vida. Némesis médica. México, D.F.: Editorial Joaquín Mortiz, 1984: 87-104.

    3. Brudon P. Publicidad o información médica. Medicamentos para todos en el año 2000. México, D.F.: Editorial Siglo XXI, 1987: (6); 149.

    4. Caro G. La medicine en question. Paris: Editorial Maspero Petite Collection, 1974: 129; 37-53.

    5. Fry J. Terapéutica de las enfermedades comunes. México, D.F.: Editorial Manual Moderno, 1976: 1-18.

    6. Ponencia presentada en el simposium sobre "Automedicación y control de medicamentos". México, D.F. : Lab. Sintex,

    SALUD PÚBLICA DE MEXICO

    SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 1992, VOL.34, No.5

     

     

    Autor:

    PETRA ANGELES-CHIMAL, ENF.-1

    MARIA LUISA MEDINA-FLORES, ENF.-1

    JUAN FRANCISCO MOLINA-RODRIGUEZ, M.C.-2