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Avances científicos técnicos en la práctica agrícola cañera Cubana (página 2)


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A mediados de los años 70 se publicó el mapa básico de suelos de Cuba escala 1: 50 000, dando inicio a una nueva etapa en los estudios edafológicos de variados agroecosistemas, incluyendo el de caña de azúcar, lo que significó un salto cualitativo en los métodos de diagnóstico y evaluación de la fertilidad de los suelos, al tiempo que sirvieron como base para elaborar recomendaciones de fertilizantes para el servicio agroquímico, en el que se consideraron criterios como: los análisis de suelos, resultados de las estaciones experimentales, rendimiento esperado, métodos de aplicación y efectos económicos entre otros.

Hasta 1974, se aplicaron dosis fijas de fertilizantes, una para las cepas de planta y otra para los retoños, en cantidades que fluctuaron alrededor de 149 kg/ha para los portadores nitrogenados y 298 kg/ha para fórmula completa (7,5-6-18), asumiendo exclusivamente el número de cortes realizado a la plantación, sin considerar el tipo de suelo, sus contenidos y formas de nutrimentos, rendimientos agrícolas y resultados experimentales (Pineda, 2000). Los procedimientos técnicos para el uso y manejo de los fertilizantes en caña de azúcar en Cuba, aparecieron por primera vez en forma de metodología en el año 1976, como resultado de los trabajos realizados por el Ministerio de la Agricultura, con la consecuente asesoría técnica de especialistas provenientes la extinta Unión Soviética.

Como resultado de un acercamiento progresivo a las necesidades reales de los campos de producción, el MINAZ dispuso en los primeros años de 1980, de sus primeras recomendaciones de fertilizantes para la caña de azúcar, pudiendo integrar diferentes elementos en un sistema de reportes de salida que comprendía las variables: tipos de suelos, rendimiento, cepas, lluvia caída y contenido de los nutrientes en el suelo. En 1986, se integraron conocimientos y experiencias mediante la generalización de los resultados obtenidos por el INICA y otros centros de investigación, elaborándose una nueva metodología que estuvo vigente hasta 1993. En esta ocasión se ampliaron los criterios para recomendar dosis de nitrógeno atendiendo a las condiciones de hidromorfía y compactación del suelo, así como el manejo de este elemento a nivel predial.

Esta fue una fase donde se logró aplicar en la práctica social un logro de la ciencia de gran importancia e impacto para la economía del país.

Se logró aplicar el fertilizante considerando: nivel de producción; cepa a fertilizar; condiciones de suelo; contenidos de nutrimentos en el suelo para un área que, por su extensión, podía variar considerablemente pero realizando determinadas adecuaciones, resultaba más provechosa la fertilización, que la práctica que se realizaba.

En esa etapa, para el nivel de conocimientos de la fertilización de la caña, se consideraba que tal logro resultaba adecuado y propicio para el momento. Se contaba con facilidades para la obtención de la materia prima y Cuba podía realizar aplicaciones de fertilizantes a nivel de países desarrollados, con cantidades totales de nutrimentos que alcanzaban valores de alrededor de 240 kg/ha de N, P2O5 y K2O.

La aplicación de fertilizante se realiza a nivel de bloque cañero, área que oscila entre 65-95 ha, donde las condiciones de suelo pueden ser diferentes y presentarse, fundamentalmente, niveles de fertilidad muy contrastantes. Ello provoca que para una porción del área, pueda ser necesaria una cantidad de fertilizante y otra para el resto del área, pudiendo estar aplicando fertilizante por exceso o por defecto, según el caso.

En el orden práctico, utilizar una dosis de fertilizante con una relación internutrientes para el bloque, resulta más productivo dado que es más fácil ubicar el fertilizante; al operador de la fertilizadora le es mejor no regular el equipo con frecuencia y los ayudantes no precisan diferenciar los sacos con demasiada frecuencia.

Como consecuencia de ello, al cabo de unos años, en las áreas donde se fertiliza por encima de las necesidades, se puede producir un efecto negativo en los rendimientos y donde la aplicación es deficiente, la fertilidad bajará a niveles no satisfactorios.

Las investigaciones relacionadas con la aplicación de los fertilizantes no se han detenido y resultan cada vez más avanzadas, perfeccionando la eficiencia de los fertilizantes en los diferentes cultivos.

Tal consideración no escapa a un cultivo como la caña de azúcar y las adecuaciones que se han podido hacer para el mismo han servido para crear el "Servicio de Recomendaciones de Fertilizantes y Enmiendas" (SERFE) para la caña de azúcar, como parte de la reconsideración del Servicio Agroquímico que, desde los años 70, se aplica en caña.

Mediante la aplicación de los conceptos en que se sustenta el SERFE, la fertilización se realiza sobre bases científicas, satisfaciendo las necesidades de nutrimentos de la caña, en cada unidad mínima de manejo (campo).

El Sistema garantiza la capacitación del personal vinculado a la actividad mediante cursos anuales; establece puntos de monitoreo a fin de controlar el efecto de las recomendaciones; mantiene una red de experimentos permanentes que retroalimenta los resultados experimentales; proporciona la información necesaria para que los organismos superiores realicen las importaciones de fertilizantes y brinda las recomendaciones de fertilizantes por unidad mínima de manejo.

Existe consenso en la aplicación del SERFE en las áreas cañeras del país. Ha sido demostrada su efectividad en una provincia como Villa Clara, donde se realizó el pilotaje de este Servicio en la campaña 1997. Para la campaña de 1998, el Servicio se ha extendido a todo el país y lo primero que se ha realizado es la recalificación del todo el personal vinculado a la actividad de la fertilización, con el fin de que se comprendan, adecuadamente, todos los pasos del Sistema. Esta recalificación es de gran importancia pues los encargados de aplicar el Sistema han de saber, exactamente, como hacerlo, de lo contrario no se obtendrá el éxito que se espera.

Los logros alcanzados hasta el momento con la actividad realizada por el SERFE, nos reafirman que conviene tener presente, que la difusión y la divulgación científica (a través de revistas, videos, programas de radio y televisiones, colecciones de libros de bolsillo, de de la acción de extensión agrícola, imágenes tecnocientíficas, etc.) ha de ser incluida en el primer ámbito de la actividad científica, como las teorías y los descubrimientos se presentan en forma simplificada y accesible. Los medios de comunicación dedican suplementos y programas especiales para la labor de divulgación científica, que es la que genera una imagen social de la investigación, de las teorías y del progreso científico, y por consiguiente una imagen social del mundo. La divulgación científica ha solido ser desdeñada por los filósofos de la ciencia como ámbito de estudio. Sin embargo, es una componente importante de la actividad científica en general" .(Nuñez J. 1998 ).La introducción del SERFE en la producción, ha influenciado en la toma de conciencia por parte de los productores a un mayor ahorro de fertilizantes y mayor protección del medio ambiente.

Con la aplicación del SERFE se demuestra, que es falsa la creencia de que, una calidad más alta, es más costosa. Esta es la creencia relacionada con la calidad que se halla más extendida. Sin embargo, los últimos estudios sobre los mecanismos de cómo se genera la calidad y de los procesos de fabricación han demostrado que una calidad más elevada no siempre resulta más costosa (Gattorno I. 1998 )

Las restricciones de financiamiento para la obtención de fertilizantes, han contribuido a la decisión de acelerar la aplicación de este nuevo Sistema de Recomendaciones de Fertilizantes y Enmiendas pues con el mismo, como hemos dicho antes, se logra colocar el fertilizante de forma más adecuada y donde el retorno resulta mayor.

El poder tener la posibilidad de contar con un Sistema de Recomendaciones adecuado, es producto de una política correcta en relación a la ciencia y la introducción de sus resultados, siendo la vía por la que se llega a mejorar las condiciones de vida del hombre de forma rápida y eficiente.

Se puede admitir inicialmente que la técnica se refiere al hacer eficaz, es decir, a reglas que permiten alcanzar de modo correcto, preciso y satisfactorio ciertos objetivos prácticos (Agazzi, 1996). De inmediato es preciso advertir que de igual modo que la ciencia, vinculada al saber, ha experimentado profundas transformaciones en su evolución, la técnica ha sufrido un proceso de diferenciación que ha dado lugar a la tecnología que "constituye aquella forma (y desarrollo histórico) de la técnica que se basa estructuralmente en la existencia de la ciencia"

Impacto social de los servicios y el sistema de extensión agrícola

La EPICA es una empresa estatal, que no está ajena a las limitaciones propias del período especial y el bloqueo económico impuesto por el Gobierno de Estados Unidos a nuestro país. Realiza la investigación como actividad fundamental y comprende actividades de servicios y extensión, además de estar inmersa en un proceso de cambios y de introducción en los cultivos no cañeros. Su atención y servicios abarcan una empresa azucarera con 56 UPC.

De los 46 trabajadores que hoy laboran en la estación, 8 son técnicos medios y 28 universitarios, 16 son especialistas y 12 investigadores. El 60.9 % de la plantilla cubierta es fundamental.

La implantación generalizada de los servicios y extensión agricola trae grandes beneficios para los productores cañeros en términos de calidad y cantidad de producción, de profesionalidad en el funcionamiento, uso eficiente y racional de todos los recursos, de constante mejoramiento y de gran mejoría en las relaciones comprador – suministrador; lo que se inserta en la batalla económica de nuestro país guiado por las directivas económicas del V Congreso del PCC.

Con la aplicación de los servicios y extensión agrícola en general, se ha logrado aumentar el nivel cultural de nuestros productores, incrementar la eficiencia de las unidades productivas, mejorando de esta forma su calidad de vida y de su familia, se ha elevado la cultura medio-ambientalista de los mismos, y se observa que existe un reconocimiento social por parte de las comunidades donde se aplican los servicios por la estación.

Consideraciones generales

Hemos tratado de dar una idea amplia sobre la aplicación de la ciencia y el extensionismo en la agricultura cañera.

Algunas disciplinas resultan más beneficiadas que otras en la introducción de los logros de la ciencia y la técnica, entre otras cosas, por: coyunturas específicas del momento; comprensiones más rápidas de quienes deben orientar cambios en la práctica productiva; simplicidad de los cambios; mayor avance en las investigaciones científicas.

Resulta evidente que en los últimos 40 años los avances en la ciencia cubana son relevantes y que su aplicación en la práctica social ha tenido no pocas incomprensiones, a pesar de ser una política del Estado, el impulsar esta tarea.

Debemos señalar que, en ocasiones, los investigadores resultan un tanto apáticos a la introducción de sus resultados en la práctica social, al parecer, entre otras cosas, motivados por la incomprensión de quienes deciden que ello se logre.

Así, tras varios años de trabajo investigativo, comprobaciones, repeticiones, confirmación matemática, comparación con el método tradicional, se alcanza un resultado novedoso que tan solo queda en eso y no trasciende a la esfera productiva.

Otro aspecto que contribuye con que los logros no se introduzcan con mayor rapidez lo constituye la falta de estímulo, tanto para el investigador como para el productor.

Si los productores sintieran estímulo, material o moral, por la introducción de los logros, de seguro se sentirían fuertemente motivados a que se produjeran cambios en los procesos de producción, a que la ciencia los ayudara cada día más.

Por otro lado, si existiera un mecanismo eficiente mediante el cual los investigadores se vieran fuertemente motivados a introducir sus resultados en la práctica productiva, ello contribuiría a que el personal de la ciencia trabajara más fuertemente en lograr tal fin.

Hoy, en ocasiones, sólo se busca tener curriculum para llenar el expediente y alcanzar una categoría científica superior pero, que no sería si los científicos con que cuenta el país, alcanzaran, con mayor frecuencia, un logro, un resultado que se aplicara directamente, aunque fuera a un nivel pequeño (fábrica, UBPC, complejo, municipio, etc.). De seguro, muchos aspectos del hacer cotidiano serían más productivos y eficientes.

Entre investigadores se comenta la posibilidad de participar, tanto la institución como el investigador, en las ganancias de que obtiene el productor como resultado de la aplicación de un logro reconocido de la ciencia. Esta vía de estímulo resultaría beneficiosa, siempre que se cumplan los requisitos adecuados para su implementación.

Tal vez una vía rápida para introducir cambios en la práctica productiva resulte la "contratación por encargo" a las instituciones científicas. Así un determinado problema o situación pueda resolverse o mejorarse porque un productor solicita que una determinada institución analice como mejorar el proceso productivo en cuestión sobre la base de la investigación científica.

En la introducción de un buen resultado puede conspirar el nivel de conocimientos del personal responsabilizado con que se realicen los cambios pertinentes en el proceso productivo, como por ejemplo, la introducción de vitroplántulas en el esquema de obtención de nuevas variedades. Para lograr que las plantaciones con vitroplantas se desarrollen normalmente se requiere de una atención esmerada dado que lo que se lleva al campo no son esquejes o trozos de caña, como habitualmente se hace, sino pequeñas posturas de caña que son altamente sensibles a los cambios, como toda postura y el obrero cañero no está acostumbrado a trabajar con posturas en la caña.

Lo mismo podemos decir que sucedió cuando se comenzó a introducir la fertilización con amoníaco en caña. Resultó una nueva tecnología, que requería de equipamiento, con un mayor grado de complejidad, donde se debía considerar una serie de factores, que no eran los habituales y por tanto los resultados iniciales no fueron los esperados, y se realizaban aplicaciones en suelos que, por sus características, no era adecuado emplear un fertilizante como el amoníaco, que puede perderse fácilmente del suelo por gasificación.

Para ambos ejemplos la solución, en sentido general, resulta la misma: capacitar al personal encargado de introducir los nuevos cambios, y eso en ocasiones o se olvida, o se pasa por alto, o se realiza "sobre la marcha" y el resultado, por tanto, es funesto.

Con alguna frecuencia, puede suceder, que el resultado, fehacientemente demostrado por el investigador o por el colectivo de investigadores, no es posible llevar a cabo su aplicación práctica por condiciones objetivas no creadas, como pudiera ser el empleo de un bioplaguicida, que se debe producir en una planta, a gran escala, donde se necesita un gran fermentador y este equipamiento no se encuentra disponible para tal efecto. En este supuesto, pudo haberse realizado un ensayo a gran escala por razones puramente investigativas, pero al final no resulta recomendable, por el momento, disponer del fermentador para ese fin y dejar a un lado la producción por la cual el equipo se encuentra trabajando.

Evidentemente, el resultado final de una investigación fundamental resulta menos atractivo de premiar, que el de una investigación aplicada. La aplicación de técnicas novedosas, de las llamadas tecnologías de punta, en la determinación de las características genéticas de una enfermedad en caña de azúcar, momentáneamente, resulta menos interesante, que el incremento de la producción de azúcar por el empleo de maduradores, que facilitan acelerar la concentración de azúcar en la planta y por tanto poder contar con materia prima de mayor calidad, en períodos tempranos de zafra. Por ello, los recursos, quienes disponen de ellos, los dirigen hacia aquellas investigaciones que resultan más atractivas, en cuanto a futuro cercano y su posible repercusión en la práctica social.

Lógicamente, por el simple hecho de haber conducido un experimento en condiciones adecuadas, no podemos inducir que la variante más sobresaliente, debemos introducirla en la práctica social. Pero tampoco vemos con beneplácito, el que sea necesario contar con una prueba que más bien resulta una generalización, en condiciones de producción, para que un nuevo resultado sea catalogado de bueno y se generalice para las mismas condiciones, y estas situaciones se presentan con frecuencia.

Resulta un punto de gran importancia, la valoración económica que se realice del resultado obtenido. Así tenemos que, sin llegar a complicar los cálculos y las consideraciones, resulta imprescindible que todo resultado logre una mayor eficiencia y un costo razonable, que justifique los gastos que se realicen y, lógicamente, reporten una ganancia, al menos, moderada.

La posibilidad que brinda nuestra sociedad para la integración en la obtención y extensión de resultados, en ocasiones no es aprovechada y seguimos procedimientos que no están a la altura de los esfuerzos que realiza la revolución, no realizando un trabajo integrador y si dilatando el tiempo de obtención y de introducción a la práctica social del sector agropecuario.

Conclusiones y Recomendaciones

La revolución socialista Cubana ha sido y será, el motor impulsor de la superación intelectual del pueblo, aprovechando todos los resultados científicamente obtenidos para el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo en general.

El vínculo entre los investigadores y los productores es importante, siendo estos últimos la mejor fuente para que los primeros realicen sus investigaciones con un fin social, de ahí que deben perfeccionarse los mecanismos para que se potencie tal relación.

El procedimiento que hoy se emplea para la introducción de los resultados en la esfera agro productiva del MINAZ, puede mejorarse, al involucrar a este fin todas las potencialidades que existen en cada territorio, minimizando el tiempo de introducción de los resultados, logrando una mayor socialización del conocimiento, fortaleciendo los vínculos de trabajo científico – técnico en el territorio y un mayor impacto de los resultados en la vida social de toda la sociedad.

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Autor:

MSc. Jesús González Domínguez.

Ciego de Ávila

Enero, 2012

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