Festividad en Honor a La Virgen de La Candelaria de Tarmas
Virgen de Ntra. Sra. de La Candelaria del pueblo de Tarmas, Edo. Vargas
Para comprender los alcances de la negritud africana en las festividades tarmeñas, es necesario ir adentrándose en lo que fue la trata negrera provocada primeramente por los mercaderes portugueses. quienes siguiendo las directrices del Rey Enrique El Navegante le dieron un matiz diferente al proceso de mercantilización del ser humano en las naciones africanas, que después se tradujo en el comercio inhumano desarrollado por los mercaderes españoles, franceses e ingleses en las islas del Caribe y en costa firme de América.
Cuando observamos el ritmo de nuestros ancestrales tambores o los cantos en las fulías, el recitar en nuestras décimas y las danzas de nuestra gente, podemos comprender el estado de ánimo que vivieron nuestros antepasados hace más de 5 centurias atrás. Los cuales quedaron registrados cuando se dio origen a la esclavitud moderna en el paso del mercantilismo al capitalismo a través de la trata negrera portuguesa.
Hoy quienes somos descendientes de aquellos afro-ascendientes del ayer más remoto de nuestra historia, tenemos tristemente que recordar aquella mañana del 8 de agosto de 1.444, cuando los degenerados mercaderes lusitanos embarcaron el primer cargamento de 235 africanos raptados en el Senegal y desembarcados posteriormente en el puerto de Lagos.
Tarmeños y tarmeñas de hoy, nosotros tenemos que remontar nuestras mentes a esos tiempos, donde podemos ver las caras de aquellos seres humanos asustados, acobardados, confundidos y confinados a bordo de unas naves, como si no fueran seres con tradiciones y cultura.
Nuestras abuelas y sus hijos e hijas fueron salvajemente arrebatados de sus madres tierras, y separados los unos de los otros sin sentimientos algunos por parte de sus captores, agobiando sus llantos sus espíritus y rostros.
Muchos de ellos elevando sus brazos a los cielos, les pidieron a sus deidades que los protegieran de aquellos salvajes que en nombre de su maldito Rey y de sus secuaces ensotanados de El Vaticano, los esclavizaron sin la más mínima pasión y piedad alguna. Esa vaina fue un terrorismo aplicado con tan insana e intensidad en contra de un vasto continente que vio partir en diáspora a la mayor cantidad de sus pobladores hacia tierras y mares desconocidos, sin derecho alguno al regreso.
Allí están los orígenes de todas nuestras manifestaciones culturales, que se traducen en una memoria festiva que tiene que ver con el ayer en África y con el devenir en tierras de América, y que en este presente se traduce en sinónimo de liberación en contra de las aberraciones por la cual El Vaticano y los gobiernos europeos aún no han pedido perdón alguno.
La señora Isnarda Yépez Pedrón, natural del pueblo de Carayaca Arriba, en lo que hoy llamamos El Silencio, en la subida de El Pardillo. Sobre La Virgen de La Candelaria, le contó al facilitador León Manuel Morales este relato, para abrir esta festividad con la grandeza que tan sagrada imagen representa para los pobladores del pueblo de Tarmas desde tiempos inmemoriales.
¿Puede usted contarnos alguna historia que esté relacionada con La Virgen de La Candelaria de Tarmas, señora Isnarda?
"Caramba León Manuel, debo decirte que tu madre María Morales fue mi amiga personal y tu padre Francisco Santiago Sánchez Aranguren se crio con nosotros en la subida de El Pardillo, donde su padre el comerciante Pancho "El Narizón" con su esposa María Catalina de Sena Aranguren Bravo tenían una bodega".
"La gente de Tarmas ni siquiera le ha dado el valor que La Virgen de la Candelaria tiene para ellos. Yo siempre iba a todas las festividades que se les hacían el 2 de febrero de cada año, ya que desde aquí de Carayaca íbamos cualquier cantidad de personas para esas fiestas que en verdad eran muy buenas y bonitas".
"Mi madre Josefa Pedrón Díaz de Yépez quién era familia de los Pedrón Yánez de Tarmas, como de los Díaz que vivían en donde está la Plaza Bolívar de ese pueblo. Nos contó que en una de las revoluciones que hizo el General en Jefe José Manuel Hernández, a quién llamaban el "Mocho"; ya que sus soldados y su gente llegaron hasta el Alto de Carayaca; en donde está La Peña o Picacho y que desde El Arbolito se divisa hasta Tarmas".
General José Manuel Hernández "El Mocho"
¿Y qué pretendía hacer la gente del Mocho Hernández en esos tiempos en que hubo las guerras civiles hace más de un siglo atrás en estas tierras de Carayaca, señora Isnarda?
"León, te cuento que ellos vinieron con el fin de reclutar gente para combatir al gobierno del General en Jefe Joaquín Crespo Torres, y cuando llegaron el Alto de Carayaca, se le apareció una mujer grandotota con un gentío, y era tanta la gente, que el Mocho Hernández no se atrevió a pasar por encima de esa gran señora y su aglomeración".
Mi mamá nos dijo que el Mocho Hernández sintió un profundo miedo y le dijo a su gente: ¡Vámonos, vámonos de aquí, ya!
Y uno de sus soldados, le dijo estas palabras: ¿Qué le pasa General Hernández?
¿Por qué usted se pone así, General Hernández?
Imagen de Nuestra Señora de la Candelaria
Islas Canarias
El General José Manuel Hernández estaba chorreado de verdad y por el temor que le tenía a esa sagrada imagen tarmeña, con gran recelo mariano le contesto de esta manera: Carajo, vale. ¡No ves, qué esa es La Virgen de La Candelaria, vámonos muchachos, vámonos!
"La Virgen de La Candelaria es la patrona de mi familia en las Islas Canarias y aquí en estas tierras también. Vámonos, rápido, recojan todos sus macundales y vámonos de aquí lo más rápido posible; díganle al corneta que toque retirada a tambor batiente".
Virgen de La Candelaria-Islas Canarias
"En aquellos tiempos decían que "El Mocho" Hernández era un político muy hábil, pero era un militar muy malo en el combate; y en verdad nadie se explicaba cómo fue que él con sus hombres mataron al General Joaquín Crespo en La Mata de La Carmelera".
"Cuando esa gente venía a reclutar a los hombres en esos campos, estos salían corriendo y se escondían en las montañas, durmiendo en trojas y de noche se les llevaba alimentos. Yo llegué a ver fotos de esos muchachos reclutados, ya que eran tiempos difíciles, donde los soldados andaban descalzos y mal vestidos".
"En esas revoluciones llegaban los soldados a las haciendas y los conucos y se comían las gallinas, reses y cochinos, ya que eran dirigidos por generales de machete, chopos y piedras. Los ancianos contaban que allá en donde está La Piedra de la Campana, cerca de Sabana de Matías, había una iglesia vieja que se cayó con un terremoto que hubo hace muchísimos años atrás. Es más se hablaba de un cura que murió allí y hay quienes dicen que desde allí se salé por cuevas a La Peñita o a Guare, o quizás a Uricao. Hubo geólogos que explicaron que en su interior habían ríos subterráneos de agua".
Virgen de la Candelaria de Tarmas
La imagen más antigua de Venezuela
"Lo cierto del caso, fue que Nuestra Señora de Candelaria salvó al pueblo de Tarmas de esa revolución acaudillada por el General José Manuel Hernández en esos años".
La vocación a La Virgen de Candelaria tiene un carácter subversivo, si se quiere; ya que es eminentemente de tradición canaria, debido a que los guanches y sus descendientes la tomaron como instrumento subversivo para atacar la invasión hispánica que se había apoderado de sus islas desde 1.402.
El culto a La Virgen de Candelaria fue la repuesta que más daño le hizo a los monarcas españoles que luchaban en contra de los moros ocupantes de la mayor parte de la península Ibérica y del norte del África. El mismo se expandió por esas tierras del levante español, como en tierras de Andalucía.
Siendo reprimida por las fuerzas militares de los reinos cristianos que lucharon en la reconquista de España y por el cambio devocionario hacia otros cultos marianos impuestos por la santísima y extraña iglesia católica de esa época. Desde ese tiempo, quedó en el pueblo de Orcera, siguiente canto a La Candelaria:
Vino la Candelaria
Nunca viniera,
Me costó una paliza
Por ir a verla,
Y Candelaria florida
Flor de romero,
No le digas a nadie
Que yo te quiero.
Los viejos cronistas contaron que los Reyes Católicos Isabel y Fernando de Castilla y Aragón encargaron a Esteban Pérez de Cabitos, vecino del pueblo de Triana, a que hiciese una pesquisa minuciosa en todas las Islas Canarias; en aras de acabar con el culto a La Candelaria; ya que consideraban que su devoción no era cristiana sino pagana, porque no era de origen peninsular.
Ntra. Sra. de La Candelaria de Tarmas
Claro está, su culto presumimos llegó a nuestro país entre los años 1.550 y 1.620. Y su veneración en parte vino con los misioneros agustinos que arribaron a estas tierras en sus planes de expansión imperialista española y vaticana.
La conformación de las cofradías o sociedades en honor a La Virgen de La Candelaria, tanto en las Islas Canarias, España y Venezuela tienen un carácter mágico-religioso y su concepción organizativa tiene un trasfondo militar.
He allí el gran misterio que siempre trataron de desvelar los enemigos del pueblo en todos los tiempos. Abarcando inclusive a los canarios y a sus descendientes en los tiempos de la primera independencia, y quienes fueron conocidos como "Los Blancos Pobres".
La celebración de La Virgen de Candelaria dio origen a otras festividades en nuestra tierra que se convirtieron en tradiciones religiosas con tinte popular, como La Danzas de Candelaria, Moros de La Candelaria, Vasallos de La Candelaria, los Toros de La Candelaria, Negritos de La Candelaria, Danceros de La Candelaria, Bailes de La Candelaria.
Y de allí se desprenden fiestas como los Vasallos de San Benito, Espuntón, Chimbangueles, Chimbangles, Chochos, Sanbeniteros, Danza de los Negros de San Jerónimo, Las Locainas o Baile de los Locos, Las Zaragozas o Locos.
Y en tierras de los Meregotos de la Gran Confederación de los Taramaquas en los valles de Aragua, se construyó un templo dedicado a La Virgen de La Candelaria de Turmero, que data de 1.765.
Revisando el folleto Colección Turmero en el tiempo, Ano 3, Nro. 4, editado por la Alcaldía de Marino, Turmero-Aragua, sobre los 383 años de Turmero encontramos lo siguiente.
Allí la visita del Obispo Mariano Martí y Estadella en 1.781, arrojo lo siguiente. " fue visitada la Iglesia Parroquial de este pueblo el día nueve de junio de 1781. Su titular es nuestra Señora de Candelaria ". , p.8.
Baile de la Zaragoza en el pueblo de Sanare, año 2.008
La festividad a Nuestra Señora de La Candelaria de Tarmas se realiza todos los días 2 de febrero de cada año, en donde la misma forma parte del ritualismo milenario que los pueblos han practicado desde los tiempos más remotos de la historia de la humanidad misma.
Esta tradición religiosa y popular encierra el fin último, en el encuentro de los cuatros elementos que conforman el espectro de la vida en el Planeta Tierra o Urantia. Antiguamente, cuando fallecía una persona que fuera miembro de dicha sociedad en el pueblo de Tarmas se acostumbraba a colocar en vida el cuerpo del futuro difunto en tierra.
Ya que, él había recibido el fuego sagrado, la bendición y purificación del agua y su aliento o aire, que es el elemento catalizador de todo lo que ES y SERÁ a través del alma; comenzando de esa manera su periplo hacia los senderos de la inmortalidad misma. La Virgen de la Candelaria o de las Candelas, es la que nos indica nuestro destino en el campo santo o cementerio a través del INRI y es la imagen mariana que nos permite la esperanza de la resurrección misma; ya que ella es su venerada guardiana y custodia de quienes al morir hacen la transición eterna.
"Oración a la Virgen de la Candelaria"
"Oh Dulcísima Virgen de la Candelaria
Por los méritos de la maternidad divina
Por tu compasivo amor a nosotros los pecadores
Líbrame por favor de los pecados graves de la tentación
Aleja a mis enemigos,
Aparta a los malos vecinos
Ocúltame de los que me quieren hacer mal
Líbrame madre de los peligros en los viajes,
De las balas enemigas, del puñal o del cuchillo de los asesinos,
De la lengua de los que murmuran y calumnian,
De las manos de los ladrones.
Favoréceme de las graves enfermedades
De los animales ponzoñosos, de las tempestades y de los rayos,
Socórreme el pan de cada día y líbrame del hambre, la sed,
La peste, la tristeza, la muerte repentina y de todo
Y por todo los dolores que experimentáis al contemplar
A tu divino hijo exánime en tus brazos concédeme, os lo pido,
Una santa muerte y no permitas que mi alma
Vaya a los infiernos
Y cuando esté en el purgatorio baja pronto a aliviarme
Y llévame al cielo a gozar eternamente en tu feliz compañía".
Todas las fiestas tradicionales tienen un fuerte carácter de rebelión popular y lo podemos visualizar a raíz de los sucesos que se dieron en Venezuela cuando el esclavizado Manuel de Espinoza fue ahorcado en 1.749. Y que a continuación dio paso al levantamiento de los esclavizados en tiempos de las fiestas carnestolendas a Nuestra Señora de La Candelaria en el pueblo de Panaquire.
Virgen de la Candelaria
Cabe decir, que en Caracas hubo otros alzamientos en esos tiempos, en donde el esclavizado Eusebio Guzmán en las fiestas de San Juan de ese año; incidiendo a que otros esclavizados de los pueblos de Caucagua, Guarenas, Capaya, Guatire, Santa Lucía, Santa Teresa del Tuy, Güigue, Chacao, Petare, Ocumare del Tuy, Chuao, Ocumare de la Costa, Choroní, Sepe y Cata se alzaran en armas en contra del régimen opresor y esclavista colonial español de turno.
La celebración que se le hace a La Virgen de Candelaria en Tarmas tiene orígenes diversos e interesantes; para poder entender su mundo mágico religioso, tenemos que remontarnos a los nociones que sobre sus mundos mágico espiritual indígena, español y africano que nos aportaron nuestros antepasados; que es el resultado de la festividad que hoy celebramos en nuestra tierra ancestral, Tarmas.
El difunto José Félix Tortoza Castillo manifestaba en 1980, que la festividad de La Virgen de Candelaria tenemos que buscarla en sus propios orígenes indígenas, antes que en la española o africana. Él con sus siempre sabias palabras y gracias a su excelente memoria, nos contó estos relatos en la casa de su hija Jovita Bello de Kienzler:
"Yo recuerdo como si fuera ayer mismo, que mi abuelo José María Tortoza Ochoa era hijo del Cacique Hilario de la Caridad Tortoza Rodríguez, y él siempre nos explicó, que sus antiguos padres y madres realizaban en sus aldeas una ceremonia dedicada a sus muertos el 2 de febrero de cada año. La cual se hacía a partir de las doce del día, que es cuando el sol está en su mayor luz sobre nuestras tierras".
"Todas nuestras familias en esos montes iban a los velorios que se hacían y se colocaban alrededor de la urna en donde se encontraba el difunto; después caminaban con el ataúd en hombros por los mismos lugares por donde anduvo nuestro pariente muerto; casi en la misma dirección con la cual entraban los rayos del sol".
"Ellos atrapaban los pasos de sus muertos para que pudieran descansar en paz y eso es lo mismo que se hace hoy en día cuando un difunto lo sacan de la casa y los vecinos y comerciantes cierran las puertas de sus casas y negocios, es con el fin de que no regrese nunca más a su morada anterior, sino que se vaya hacia donde el sol nos ilumina con sus rayos, buscando siempre su salida. Por eso es que orientamos nuestros muertos con las cabezas hacia el naciente y no hacia el poniente".
Es preferible recibir los rayos del sol que nos dan luz y no la oscuridad de las tinieblas que nos brinda el poniente; y que son los abismos o infiernos. Desde allí es que nacen también los cuentos, juegos, cantos, llantos y rezos de plegarias, música, sancochos y bebidas alcohólicas, café y chocolate, donde en nuestros lamentos recibimos los saludos de familiares y amigos.
Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria de Tarmas,
De pie, Sr. Pablo Benítez González; sentado con pipa en la boca, Sebastián Kienzler Tortoza, año 1.940
Y más luego tan venerado anciano tarmeño, nos seguía deleitando sobre esta festividad con estas palabras:
"En esas reuniones que hacían o aún hacemos en nuestros días, conversábamos sobre las cosas buenas que hacían nuestros muertos en vida, las malas las dejábamos atrás".
"Al momento de su entierro le metíamos en el ataúd la mayor parte de sus cosas o en muchas ocasiones quemábamos sus prendas de vestir, como sus catres y sabanas, no dejábamos nada de él o de ella. Por eso La Virgen de La Candelaria es la que nos recibe en los cementerios, porque ella es su guardiana y a su vez es la que nos dice si nuestras vidas se fueron devastando en un infierno de muerte o en una vida de luz bañada por el sol".
"La Virgen de Candelaria tiene su festividad indígena porque mi antepasado Francisco Tarma fue quien estableció esas fiestas en Tarmas y en otras tierras vecinas. Contaban los viejos mayordomos de fábrica de la iglesia del pueblo, que los orígenes de esta festividad están ubicados en los tiempos más remotos del Imperio Romano".
Virgen de la Candelaria de Tarmas, año 2.005
"Ellos decían que en Roma se celebraban las fiestas de Las Lupercalias, que eran unas celebraciones de expiación y purificación (Februa) para las señoras, donde los hombres mataban machos cabríos y con la sangre que derramaban esos anímales se la untaban en todo el cuerpo de sus mujeres".
De igual forma, esas festividades fueron conocidas también como las Fiestas de las Candelas; ya que en ese día el fuego es un elemento más de purificación, correspondiente al Calendario Juliano. Las mismas se llevaban a cabo en la Cueva Lupercal en el Monte Palatino.
Dicha festividad se relacionaba con los lobos y este era un indicativo de la misma formación y fundación de Roma como pueblo. En esos momentos los hombres estaban poseídos por el espíritu del lobo, quienes salían con antorchas encendidas en sus manos y las pasaban cerca del cuerpo de sus mujeres, con rituales y liturgias las purificaban elevando sus plegarias al cielo en nombre de sus dioses. A tal efecto, eran diversos y diferentes, ya que cada uno de ellos representaba un quehacer de la vida cotidiana.
En la medida en que en el Imperio Romano se fueron dando luchas de liberación en contra de las políticas imperiales de dominación por parte de los cesares o emperadores romanos a raíz de la aparición del cristianismo como fuerza liberadora y de transformación del hombre ante la opresión vivida por los pueblos de aquel entonces, con el maestro Jesús Ben Joseph (Joshua Bin Yusuf) a la cabeza de ese gran movimiento popular de gran trascendencia histórica.
Al masificarse la Revolución Cristiana no le quedó otra cosa al imperio romano que convertirse al Cristianismo bajo la concepción de los sumos pontífices, con una ideología de dominación que ellos denominaron Catolicismo. Cabe destacar, que en la antigua Palestina tenían que empadronar a los niños a los 40 días de nacido. Justamente, cuando se cumplían los cuarenta días del nacimiento del Gran Maestro Jesús Ben Joseph.
Virgen de la Candelaria Patrona de Canarias, Anzoátegui y Tarmas
Desde allí podemos ver una relación hebrea de la festividad misma. Esas cosas sucedieron en tiempos del Emperador Tiberio César. Los cesares trasladaron la Curia, el latín como idioma oficial y sus corte de dioses paganos bajo denominaciones católicas al nuevo culto cristiano que luchaba en contra de la dominación imperial romana. Apropiándose ellos de esa manera, de la revolución que Cristo lideró en aquellos tiempos.
Ante esto los gobernantes romanos y sus pontífices con sus curias facinerosas cambiaron las fiestas de las Lupercalias; ya que ellos consideraron que no se debían seguir sacrificando anímales; debido a que en el culto mariano, La Virgen María era la mayor semblanza del sacrificio y de la purificación misma.
La fiesta de La Candelaria fue establecida por el bizantino Emperador Justiano I, entre los años 541 y 542 de nuestra era. Creando ellos, el dogma que aún prevalece hasta nuestros días, en la cual quedó de manifiesto en el argot popular, que la Virgen María concibió un hijo, sin haber salido encinta en ningún momento y época.
Luego esta festividad mariana pasó a Hispania o Sephara (España) en los tiempos en que fue dominio del imperio romano; a pesar de que en sus tierras nacieron dos cesares: Trajano y Adriano. España con el transcurrir de los siglos se convirtió en un imperio más allende de los mares.
Sus navegantes en son de mercenarios y en búsqueda de nuevas rutas comerciales, se lanzaron con sus naos hacía las aguas que van más allá del Mare Nostrum o el Mediterráneo en el año 1.400 de nuestra Era.
Nuestra Señora de la Candelaria de Tarmas, año 2.005
Pasando las Columnas de Hércules o de Gil Al Tarek y bordeando las costas del África más hacía el sur del Océano Atlántico con rumbo hacia las Islas Canarias. Arribando a la isla de Tenerife, donde asesinaron a centenares de indios Guanches, quienes en su mundo cosmogónico les rendían culto a una deidad parecida a La Virgen de La Candelaria.
En muchas ocasiones, los viejos canarios que vivieron en el pueblo de Tarmas en sus infinidades de tertulias; contaban que La Virgen de Candelaria se le apareció a dos guanches que iban a pastorear sus anímales o llevarlos a las cuevas donde ellos vivían en esas islas.
Los indios guanches vieron la sagrada imagen en la desembocadura del barranco de Chimisay en Guimar, la cual estaba sobre una peña, de donde salieron a toda prisa a Chinguano y muy asustados se fueron al Mencey o Consejo, en donde les notificaron a sus jefes y principales la aparición que habían visto en ese día.
Volcán "El Teide" – Islas Canarias
Lo curioso de esta historia, fue que un joven guanche llamado Antón, fue hecho prisionero por los mercenarios españoles; quien fue el que contó parte de esa historia que es apasionante e interesante dentro del culto mariano en el Archipiélago Canario. Allá en las Islas Canarias es conocida La Virgen de La Candelaria, como: "La Madre del Sustentador del Cielo y la Tierra".
Cabe destacar, que La Virgen de La Candelaria es la protectora de las Islas Canarias, desde el mismo momento que apareció en el año 1.400. El Papa Clemente VIII la declaró patrona de Canarias a Nuestra Señora de Candelaria en 1.559. Pero, fue a partir del 12 de diciembre de 1.867, cuando la Sagrada Congregación de Ritos de El Vaticano la declaró patrona oficial del Archipiélago Canario.
En Canarias hay un viejo adagio popular que suelen decir los isleños y reza así: " Donde está la Candelaria no hay Jesucristo que valga ".
Sin embargo, los isleños de Canarias, la recuerdan bajo estos versos marianos:
I
Dos cosas tienen mi tierra
Que no las tiene ninguna
La Virgen de la Candelaria
Y el Cristo de La Laguna
II
Virgen de la Candelaria
La más bonita
La más morena
La que tiene su manto
Junto a La Ermita
Sobre la arena
III
Tenerife es un jardín
Que de flores se engalana
Y su más bonita flor
La Virgen de Candelaria
IV
La Virgen de Candelaria
La Virgen la más hermosa
La Virgen que tiene un niño
Con su carita de rosa
Una vez que los conquistadores españoles se posesionaron de las Islas Canarias o "Afortunadas" y conocidas en el mundo griego antiguo como "Las Hespérides". Sirviéndole como puntos de referencias a los navegantes a bordo de sus navíos hacia el continente que hoy llamamos América. Esa veneración mariana nos llegó fue a través del puerto de La Guaira en tiempos de la conquista, donde la imagen de La Candelaria fue venerada por muchos años antes de que nombrasen a San Pedro como su santo patrono.
Y como la gran mayoría de los nacidos en el Edo. Vargas, somos descendientes de canarios; es necesario dar a conocer cómo fue que los españoles conquistaron y asesinaron a sus legítimos pobladores; y como se establecieron en dichas islas ubicadas en el corazón del propio Océano Atlántico.
Don Juan de Bethencourt quién fue un navegante francés de origen normando, sometió a los guanches canarios al vasallaje del Rey Enrique II en 1.402, quienes fueron los pobladores originarios en todo el Archipiélago Canario. A pesar de que hay relatos precisos, que los portugueses habían alcanzado a las Canarias en 1.341, en donde arribó una expedición que iba al mando del Almirante Angiolino de Tegghia.
Desde esas tierras de nuestros antepasados guanches, nos vinieron las folías o fulías; que es una forma musical muy propia con influencias originarias portuguesa y española; y que muy comúnmente preservamos en nuestro pueblo por siglos, con gran influencia negroide africana.
Otra de las manifestaciones musicales fue el fandango, que después se convirtió en nuestro joropo aragüeño, tuyero o llanero; en donde podemos visualizar el zapateo propio de los andaluces peninsulares y que están relacionadas con nuestro mundo agrícola y rural.
Imagen de Ntra. Sra. de Candelaria
Segunda mitad del siglo XVIII
Museo Diocesano de Coro
¿Qué pasará con nuestras tradiciones cuando dejemos lo rural por lo tecno-industrial?
Las Islas Canarias también fueron conocidas como "Las Afortunadas". Las cuales están situadas al noreste del continente africano. Sus habitantes son gente de mar y montaña, honrados y honestos, de mucho amor por el trabajo tesonero y de rigor; son grandes luchadores con una espiritualidad muy apegada al grupo o clan familiar.
El historiador William Parra en su obra "Mestizos y mestizaje en la Iconografía Colonial Venezolana" editada por la colección Armando Reveron, fundación editorial el perro y la rana, 2.006, en la página 69, sobre la esta imagen de La Virgen de La Candelaria, nos dice lo siguiente:
" Son todas aquellas hechas como un verdadero maniquí, de gran tamaño, articulado o no, en el cual va la cabeza, las manos y a veces los pies, todo de talla. El resto del cuerpo simplemente esbozado por varillas de madera sobre las que van los vestidos hechos con lujosas telas. La mayoría en vez de tener el pelo tallado, lleva una peluca de pelo natural (Duarte, 1979. P.21) ".
Una de las crónicas antiguas sobre nuestra Virgen de La Candelaria en tierras de Venezuela fue la creación del convento de Nuestra Señora de La Candelaria en Trujillo en 1.598 y en pleno corazón de los andes venezolanos. El mismo fue atendido por algunos curatos de la zona o de sus cercanías. Sin embargo, cuando Su Señoría Ilustrísima Mariano Martí y Estadella lo visitó reveló que en el mismo había seis religiosos.
Una de las curiosidades de la señora Alida Bello de Huizi en Tarmas, conjuntamente con las personas que hacen la festividad en honor a Nuestra Señora de Candelaria, es que solo ella y sus allegadas son las personas que visten a la Virgen. Ya que eso encierra un ritual que fue heredado de nuestras viejas matronas ancestrales, quienes fueron las guardianas y custodias de nuestra antigua y venerada imagen.
La Virgen de la Candelaria de Tarmas
En su nicho en la Iglesia de Tarmas, año 2.005
El vestir a nuestra madre La Virgen de La Candelaria es un honor y que solo está vedado a aquellas personas que a bien han podido conservar parte de nuestra génesis histórica como pueblo lleno de una espiritualidad fusionada en las tres razas que han hecho vida en nuestra tierra desde tiempos inmemoriales.
¡Qué viva Nuestra Señora de La Candelaria, patrona del pueblo de Tarmas!
Ahora bien, las investigadoras locales Auristela Kienzler Bello, Yaileth Andreina Morales Kienzler y María Kienzler Corro en compañía del investigador local José David Márquez, el sábado 23 de julio de este año y sobre la festividad de La Virgen de Candelaria en Tarmas le hicieron las siguientes preguntas a la señora Jovita Bello de Kienzler: ¿En qué lugar de Tarmas nació usted, señora Jovita?
"Yo nací hace 74 años en un lugar llamado Cangonga y te puedo decir que allí nacieron la gran mayoría de los Tortoza y Saniel, Oropeza y Maizó. Ellos todos son parte de mi familia, ya que casi todos descendemos de los indígenas de Tarmas. Ese lugar queda más allá de la Fila de Jesús".
"Yo recuerdo muy bien a mi abuelo Narciso del Carmen Tortoza Saniel, en más de una ocasión y después de realizar sus faenas de labranza en esas tierras que siempre fueron nuestras y que con gran valor defendió y rescató mi tatarabuelo el Cacique Hilario Tortoza".
¿Qué historias ha oído usted sobre La Virgen de Candelaria en Tarmas, señora Jovita?
Sra. Jovita Bello de Kienzler
"Guá, mija, que te puedo decir; que en una ocasión mi padre José Félix Tortoza Castillo, con cien años a cuestas y quién murió aquí en Tarmas en 1.986, me contó que La Virgen de La Candelaria estaba muy vinculada a nuestra familia. Porque ellos fueron los que primeramente le hicieron culto a esa Virgen en estas tierras".
"Él me dijo que hace muchísimos años le hicieron unas fiestas en tiempos de carnavales a Nuestra Señora de La Candelaria en Caracas. Dicen que se presentó una gran guachafita donde hubo tres heridos y en la cual el gobernador de la provincia en esos días prohibió las fiestas en honor a La Candelaria y a San Juan. Cabe decir, que los descendientes de los africanos celebraban sus festividades en la Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar.
¿Y por qué cree usted, que pasó eso, señora Jovita?
"Mira, vale. Aquí en estos pueblos me atrevo a pensar que casi todos nosotros somos descendientes de isleños de Canarias. Y te lo digo, porque en aquellos años se dio una revolución que movió a muchos labradores y campesinos en todas estas tierras. Esa vaina se dio en tiempos del isleño Juan Francisco de León en 1.749. Ese fue el asunto que estremeció al gobierno y a los hacendados de esos tiempos".
Virgen de la Candelaria
En el pueblo de San Miguel Arcángel de Chichiriviche
"Y es que aquí en Carayaca y en todas estas haciendas que había por estos lares se alzó la gente; eso fue así y fíjate que aquí en Tarmas muchos tenemos el apellido Bello".
"Y parece mentira, pero por bocas de nuestros abuelos que siempre fueron hombres y mujeres de trabajo y si se quiere muy honrados, nos contaban que Juan Francisco de León se alzó en contra de unos vascos que habían por aquí, quienes cobraban altos impuestos y no dejaban a la gente trabajar, esa era la verdad, vale".
"Fíjate, una vaina. El hombre que le paró el trote a Juan Francisco de León fue el padre Salvador José Bello Medina. El mismito cura que hizo la Iglesia de Tarmas y quién fue dueño de la hacienda de Guare. O sea, que esa festividad se la pararon a nuestra patrona por motivos políticos y si se quiere económicos, ja, ja, ja, a veces creen que uno es un estúpido o estúpida".
¿Y cómo fue eso, señora Jovita?
"Bueno, mija. Resulta, que cuando aquí llegaron los españoles mataron a una gran cantidad de indios Tarmas, esa es la mismita verdad, vale. Decía mi papá que una vez que convirtieron a mis antepasados al catolicismo, su más antiguo pariente el Cacique Francisco Tarma, quién vivía en el sitio de Anarigua o Anare, frente al pueblo de Tarmas. Allí su mujer tuvo una visión en la cual le apareció La Virgen de La Candelaria".
¿Y qué hizo el Cacique Francisco Tarma, cuando su mujer le dijo lo que había visto, señora Jovita?
Él le preguntó a su mujer lo siguiente: ¿Mujer, qué quieres que le pidamos a esa Señora que tú vistes allí en Anariguá?
Y ella le respondió: " Francisco, vete rápido adonde haya un cura y cuéntale lo que me pasó aquí en Tarmas, y dile que a esa Señora le queremos hacer una capillita, que nos autorice para construírsela ".
El Cacique Francisco Tarma tomando esos antiguos atajos y caminos se fue hasta La Guaira; que era el único sitio en donde había iglesia, y le contó al cura de allá lo que su mujer le dijo y había visto".
¿Y qué le dijeron al cacique Francisco Tarma en La Guaira, señora Jovita?
"Bueno, mija. Te diré, que el cura allá le dijo que construyesen una capilla bajo la veneración de La Virgen de La Candelaria, y así se hizo. Yo creo que eso fue a partir del año 1.643. Claro está, no era igual a la iglesia que tenemos hoy en el pueblo; ya que esa la hizo otro cura llamado Salvador José Bello Medina.
Palo Mayombe
El mismo equipo de investigadores conversó con la señora Roquelina Kienzler Bello de Morales, quién es nacida en el pueblo de Tarmas en 1.955, a la cual le hicieron la siguiente pregunta: ¿Por qué cree usted que La Virgen de Candelaria es negra, señora Roquelina?
"Sí, ella es negra porque está relacionada con el fuego o la candela; quiero decirles que su aspecto negro está vinculado con el espíritu mágico religioso de nuestras deidades africanas que llegaron con nuestros antepasados africanos".
"Bueno, deben recordar ustedes, que ellos venían esclavizados y muchos les rendían culto a una deidad que en lengua lúcumi se conoce como Yansa Orirí. Pero, que en lengua congo se le conoce como Oyá. Caramba vale, los esclavizados no aceptaron las deidades que les impusieron los españoles; ya que ellos usaron sus imágenes y les trasladaron sus devociones, esa es la mera verdad".
Yansa o Oyá, La Virgen de La Candelaria
"Yansa Orirí o Oyá es La Virgen de La Candelaria, de eso no hay dudas vale. Ya que ella es la mano derecha de Changó, el Rey de los Truenos y de los Rayos; cuando Changó quiere ejecutar a alguien usa a Oyá o Yansa Orirí, quien también es una gran deidad en la cultura yoruba y en la santería venezolana".
"Yo recuerdo siempre las Salves que se le cantaban a La Virgen de Candelaria de Tarmas y que no eran propiedad de ninguna persona; ese era del sentir del pueblo de Tarmas en el culto que le rendíamos a nuestra patrona. Ya que yo desde muy niña anduve jugando con los hijos e hijas de mi padrino Martín Benítez Mayora, quién era hijo del señor Pablo Benítez González y quién comía tierra".
"Porque a veces lo veíamos desde nuestros escondites cuando él abría las cajitas de fósforos y sacaba los terrones de tierra y se los comía; y por eso logré copiar algunas de esas Salves a La Virgen de Candelaria, las cuales se recitaban en la procesión que se realizaban el 2 de febrero de cada año".
I
Virgen de la Candelaria
Madre de mi corazón
Favorece nuestro pueblo
Y échanos tu bendición
Recuerdo que los feligreses en coro recitaban con devoción estas palabras:
Salve, Salve Regina, Salve
II
Virgen de la Candelaria
Lirio hermoso del Altar
A tus plantas invoquemos
Tú protección sin igual
Salve, Salve Regina, Salve
III
Hermosa como la estrella
Que alumbra el amanecer
Ilumina nuestro pueblo
De un oscuro padecer
Salve, Salve Regina, Salve
IV
Tú eres el divido espejo
Donde se mira el Señor
Y se refleja en la gloria
Tú infinito resplandor
Salve, Salve Regina, Salve
V
Rosa mística olorosa
De perfume sin igual
Y en el jardín de la iglesia
La azucena del Altar
Salve, Salve Regina, Salve
VI
Eres salud del enfermo
En su triste padecer
Y el que invoque tus favores
No los deje perecer
Salve, Salve Regina, Salve
VII
Tú eres la antorcha divina
Del Templo de Salomón
Y eres tesoro de gracias
En tú hermoso corazón
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