Descargar

Masificación e incorporación del sexo femenino a la práctica del Judo (página 2)


Partes: 1, 2

Lo fundamental de judo es que mientras practicamos sus técnicas, uno puede asimilar sus principios y usarlos como base de la conducta propia en la casa y en el trabajo, en realidad en cualquier esfera de la vida, a través de este arte, el individuo puede realizar sus fuerzas propias.

La primera demostración en Europa se realizo en 1889 con motivo del viaje que realizó Jigoro Kano por diferentes países del Viejo Continentes impartiendo conferencias sobre su deporte.

En 1926, se estableció el primer club de judo en Europa, en Londres, otros países que ayudó mucho al desarrollo acelerado de este deporte fue Francia, cinco años más tarde se ramifico el judo en Bélgica, Holanda y Alemania entre otros.

Esta movilización deportiva propicio en 1949 la creación de la Asociación Británica de Judo y la Unión Europea de Judo y dos años más tarde, en 1951, la Internacional Judo Federación.

En la actualidad se cuenta como una actividad mundial organizada, se cumple con ello un propósito mas del shijan Jigoro Kano: en ver su escuela elevada a escala internacional y con un prestigio mundial, lo cual se asegura con la inclusión de este deporte en la arena olímpica durante los juegos Olímpicos de Tokio en la rama masculina en 1988 en Seúl, la rama femenina como exhibición y dentro del programa oficial durante los juegos de Barcelona en 1992.

Es justo decir que el Judo nos hace más fuertes, que nos preserva de los ataques de bandoleros y que de los deportes, es uno de los más atrevidos. El maestro define el judo como el medio de mejor utilizar el cuerpo y el espíritu para perfeccionarse uno mismo y servir a la sociedad.

El hombre y las actividades físico deportivas. Al hombre lo atraen al deporte no circunstancias de algún tipo que son externas en la actividad, sino la sensación de satisfacción que se experimenta directamente durante la práctica de un tipo concreto de deporte, satisfacción provocada por la propia actividad deportiva y por los éxitos conquistados durante su proceso.

Queremos desarrollar armónicamente al hombre para que sepa correr, nadar bien, que camine con rapidez y belleza, para que todos sus órganos estén como es debido, en una palabra para que sea una persona sana y normal, dispuesta para el trabajo y la defensa, para que paralelamente a todas las cualidades físicas también se desarrollen sus cualidades mentales.

En el proceso de la actividad deportiva conjunta entre los integrantes de un equipo surgen relaciones que no están determinadas por la estructura de la actividad y las funciones que de acuerdo con su papel desempeñan en un tipo de deporte en la base y de estas interrelaciones se encuentran los sentimientos de simpatía y antipatía, las tendencias subjetivas de la personalidad, los principios morales, las costumbres y otros que forman la estructura interna del grupo.

El Deporte se ha convertido en una actividad que mueve e incita a tres cuartas partes del mundo a un mismo tiempo y por tanto la segunda en general capital sólo superada por la cultura.

El Régimen de Participación Deportiva es la base fundamental que instrumenta la participación de la población a las actividades programadas con vistas al desarrollo deportivo nacional a través de un conjunto de actividades o acciones que posibiliten la participación masiva de la ciudadanía a la práctica deportiva.

El proceso de la masificación en opinión de la autora del trabajo, y como parte del desarrollo social de una comunidad humana, debe ir orientado a todas las edades, pero en aras de lograr una adecuada base para el desarrollo de una actividad deportiva determinada, este debe ser potenciado en las edades tempranas, fundamentalmente atendiendo a los períodos sensibles para el aprendizaje motor.

Características en la adaptación al ejercicio físico de la mujer

A lo largo del tiempo ha predominado la visión de que las mujeres son inferiores a los hombres, caracterizadas por conductas y actitudes débiles, pasivas y dependientes, mientras que ellos son vistos como fuertes y agresivos. Tales expectativas han condicionado la conducta de los individuos y han definido roles socialmente aceptables para hombres y mujeres, conformando estereotipos de género muy arraigados y generalizados en casi todos los aspectos de las relaciones humanas y, en cuanto al marco legal y discursivo que existe a favor de la equidad en relación con la práctica deportiva, aún no es posible romper del todo con estos.

Estos mitos se extienden a todos los deportes, específicamente al Judo femenino que es uno de los deportes más fuertes en el mundo por el contacto físico que implica. A pesar de esto se lucha por darle a la mujer el lugar que se merece en el ámbito deportivo y ejemplos sobran para corroborar que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres de practicar cualquier deporte.

La respuesta al ejercicio físico en la mujer tiene características diferenciales respecto al hombre, si bien son pocos los estudios científicos que han investigado este aspecto, motivado quizás por la tardía incorporación de la mujer a la práctica deportiva y por su todavía escasa participación si tomamos como referencia la actividad física masculina (tanto a nivel recreacional como en el deporte de elite).

Aunque existen factores biológicos que limitan la potencia física de la mujer (talla, masa muscular, tamaño del corazón, etc.) es innegable que las mujeres están mejorando su condición física con una progresión más rápida que los hombres y alcanzando marcas deportivas cada vez más cercanas a las del sexo masculino.

Diferencias morfológicas.

Las mujeres tienen menor tamaño, talla y peso total que los hombres, en definitiva un armazón material más ligero. Su composición corporal es claramente diferente de la del hombre siendo los factores hormonales, una vez alcanzada la pubertad, los determinantes de dicha diferencia: Peso óseo inferior, un mayor porcentaje graso y menor masa magra (libre de grasa).

La masa magra pico en la mujer se alcanza a los 13-15 años mientras que en el hombre sigue aumentando hasta los 20 años. El mayor peso graso dificulta la práctica deportiva, aumentando la fatiga y reduciendo la motricidad. La constitución del cuerpo de la mujer se diferencia de la del varón por su mayor distribución de la grasa en glúteos, mamas, caderas y parte superior de los muslos, por la acción de los estrógenos, que también provocan un crecimiento de los huesos más precoz y un fin del desarrollo más temprano.

Presentan pelvis más anchas y menos profundas, mayor angulación del fémur, y una mayor curvatura (con convexidad anterior) de la columna vertebral a nivel lumbar que dificulta el trabajo con cargas. Las extremidades en relación con la estatura son más cortas, lo que equivale a un brazo de palanca más pequeño, que puede limitar su rendimiento en algunas especialidades deportivas por una menor eficiencia mecánica. La existencia de una cierta convexidad articular en rodillas (valgo o rotación interna) aumenta el riesgo de inestabilidad con una mayor incidencia de lesiones en el ligamento cruzado anterior, síndromes femoropatelares y fracturas de estrés.

Por otro lado, el centro de gravedad se sitúa un 6% más bajo que en el hombre lo que le confiere mayor estabilidad.

edu.red

Diferencias cardiovasculares.

Fundamentalmente son factores anatómicos los que imponen las limitaciones cardiovasculares: Las mujeres tienen las vísceras de menor tamaño que los varones.

La mujer tiene un menor desarrollo de la caja torácica y un corazón más pequeño, menor cantidad de sangre y volumen sistólico ( cantidad de sangre que expulsa el corazón cada vez que se contrae para igual demanda de oxigeno). Su frecuencia cardiaca ( pulsación del corazón por minuto), por tanto, va a ser mayor.

En consecuencia tienen un menor gasto cardiaco (GC = volumen sistólico x Fc).

El menor tamaño del corazón parece deberse a la suma de varios factores: su menor superficie corporal y masa magra, repercusión de las hormonas sexuales (estrógenos) sobre el crecimiento del corazón y diferente respuesta de la tensión arterial durante el ejercicio.

La mujer presenta menor concentración de hemoglobina en sangre (15% menos) y del número de hematíes, lo que equivale a una menor capacidad de transporte del oxigeno sanguíneo.

Frecuencia cardiaca en reposo.

edu.red

Diferencias respiratorias.

Las diferencias ventilatorias en la mujer son secundarias tanto a su menor dimensión corporal, como del desarrollo de la caja torácica y menor tejido pulmonar. Por ello, sus parámetros de función respiratoria son inferiores a los del sexo masculino, porque tiene menor capacidad pulmonar total (espacio en los pulmones para recibir el aire). Para poder mantener igual ventilación se vería obligada a aumentar su frecuencia respiratoria (número de respiraciones por minuto).

Termorregulación. Respuesta al estrés medioambiental.

La mujer tiene menor capacidad de producción de calor, pero, por otro lado, su mayor porcentaje de grasa subcutánea le confiere un mayor aislamiento, lo que contrarrestaría en parte el defecto anterior. La relación superficie corporal/peso corporal es mayor en la mujer y esto implica que puede perder o ganar calor más rápidamente. Presenta igual tolerancia al calor y al frío en ejercicio para igual intensidad relativa (aunque suda menos) e igual capacidad en altura; en definitiva, una mayor resistencia orgánica (general, al frío, calor, dolor…). La condición física y la aclimatación parecen influir más en la respuesta termorreguladora al ejercicio físico que las diferencias biológicas en ambos sexos.

Cualidades motoras.

Las diferencias hormonales (testosterona 10-20 veces menor en la mujer) condicionan una menor fuerza muscular secundaria a su menor peso magro (peso libre de grasa). La fuerza máxima se alcanza antes en la mujer, a los 18-22 años y es un 40% inferior a la que alcanza el hombre. Existe mayor similitud en ambos sexos en los valores de fuerza de tren inferior y fuerza elástica (70-80% de la del hombre) siendo las diferencias más llamativas en cuanto a potencia en tren superior (50-60% de la del hombre)

No existen diferencias en el reparto de fibras musculares, pero se cree que la mujer posee fibras de menor tamaño y quizá menor número de fibras. La elasticidad es hasta un 10% mayor en la mujer, al igual que la movilidad articular y laxitud ligamentosa. Posee mayor habilidad en el aprendizaje motor, coordinación y ejecución técnica de los movimientos y tiene menor predisposición a algunas lesiones. Su velocidad de reacción y frecuencia de movimientos es análoga a la del hombre pero con una menor velocidad de traslación.

La mujer sometida a un programa de entrenamiento de fuerza consigue iguales mejoras que el hombre (20-40%) aunque no tanto por hipertrofia muscular (secundaria a la acción anabolizante del entrenamiento de fuerza por aumento de la testosterona) como por factores de control neuromotor o neurales. Sin embargo, requiere mayor cantidad de entrenamiento y mayor número de sesiones (trabajando iguales volúmenes y con igual técnica de entrenamiento).

La mujer precisa dos veces más tiempo para desarrollar igual fuerza relativa. Así mismo, precisa trabajar con mayor regularidad para mantener su volumen muscular.

Conjunto de actividades para la masificación e incorporación del sexo femenino a la práctica del Judo

  • 1. Realización charlas sobre la importancia del Judo para el sexo femenino a los padres y representantes.

  • 2. Organización de exhibiciones de este deporte como arte marcial en las diferentes escuelas del municipio.

  • 3. Divulgar a través de los medios de prensa y comunicación la necesidad de incorporar el sexo femenino a la práctica del Judo.

  • 4. Realizar juegos predeportivos en las escuelas y comunidades que desarrollen los elementos técnicos y capacidades de este deporte, con poca complejidad asequible al nivel de conocimiento de las alumnas.

  • 5.  Proyectar videos en las escuelas y comunidades relacionados con el Judo, logros en Venezuela y características de este deporte.

  • 6. Realizar conversatorios con las niñas destacando los beneficios del Judo y sus características.

Bibliografía

  • 1. Castarlenas J. y Pere Molina J. (2002) "El judo en la Educación Física escolar".Editorial Hispano Europea.

  • 2. Ceballo Díaz. (2002). El ejercicio físico y sus posibilidades. La Habana.Editoria Científico Técnica.

  • 3. El antes y el después del deporte venezolano rumbo a Beijing 2008. En sitio web

  • 4. Estévez Cullell, M., M. Arroyo Mendoza y C. González Ferry. (2004).La Investigación Científica en la Actividad Física: su metodología. La Habana, Editoriales Deportes.

  • 5. Fulleda Bandera, P. y col. (200?). Recreación Comunitaria. La Habana, INDER.

  • 6. G. I Schequina. Teoría y metodología de la educación comunista en la escuela.Pueblo y educación. 1980.

  • 7. Jasso Peña, Felipe J. (2001). El Municipio: génesis del desarrollo de la Educación Física y el Deporte en un país. En sitio web www.efdeportes.com.

  • 8. Kholer, H. (1976). Juegos menores. (La Habana). Edit. Pueblo y Educación.

  • 9. Meinel, Kurt. (1982). Didáctica del Movimiento. (La Habana). Edit. Pueblo y Educación.

  • 10. Mimbulatov Vagab. (1986). Fundamentos fisiológicos y psicológicos del Proceso de enseñanza de Cultura Física. En su: Problemas didácticos de la asignatura Cultura Física.

 

 

Autor:

Lic. Yeni García Pérez

(Entrenadora de Judo).

Coautores:

MsC. Ivan González García

(Profesor Universitario).

Dr. Juan Carlos García

(Profesor Universitario).

MsC. Ivett Margarita Cedeño Millán

(Profesora de psicología y pedagogía).

Lic. Norge Hernández Gómez

(Profesor Universitario).

Lic. Elisnay Hernández Morgado

(Entrenador deportivo).

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente