Perspectivas de la Población Económicamente Activa en Cienfuegos (página 2)
Enviado por Andrés Ramos Álvarez
El hecho es que hasta hoy, no existen suficientes explicaciones sobre la importancia, que la reflexión perspectiva de la participación demográfica en la economía, pueda hacerse en pos del incremento de los niveles de actividad económica y su óptima utilización en el futuro inmediato. De ahí que, la respuesta a tal problemática por una parte, servirá para determinar en qué posibles condiciones demográficas se han de producir cambios en los niveles de actividad y por otra, explicaría la dinámica permisible a seguir por esta variable demoeconómica. El conocimiento de secuencias proyectadas de la PEA ha de señalar las regularidades propias de su variación y su comportamiento en el mediano plazo.
Tendencias de la Población Económicamente Activa hacia el año 2030
En la determinación de las perspectivas de la PEA en Cienfuegos, se utilizó un método indirecto cuyo fundamento fue la elaboración de tres variantes de proyección demográfica hacia el horizonte 2030. Cada variante toma en cuenta la evolución sexoetaria de la población y juegos diversos en las tasas de participación en la actividad económica por sexo y edades.
Variante constante: Permanencia inalterable del patrón de actividad por sexo y edad desde el 2002 hasta el final del período de proyección. Apenas la evolución prevista obedecerá al movimiento sexoetario de la población en edad de trabajar entre el año inicial y final de la proyección.
Variante variable máxima: Elección de un patrón límite como modelo del año final y el año 2002 como pauta base de proyección. El alcance de tal meta supone una tendencia creciente en las tasas de actividad por sexo y edad sobre la base no solo de los cambios lógicos en la estructura por edades, sino a partir del incremento máximo posible en los niveles de actividad.
Variante variable de incremento medio: Establece un patrón medio entre lo observado en la pauta de actividad entre el año 2002 y el patrón límite.
Así, la combinación entre estructura sexoetárea y el comportamiento diferencial de menor o mayor propensión demográfica hacia la actividad no deja duda sobre perspectivas muy diferenciadas. En primer lugar, bajo cambios exclusivamente demográficos, durante la segunda y tercera década del siglo XXI, apenas se registraría un ascenso de poco más de 3 mil activos como resultado de un ralentizado ritmo de incremento hasta el año 2015. Momento en el tiempo a partir del cual se espera que comience un apresurado decrecimiento, originándose pérdidas totales que significan 13596 efectivos.
Observase en el cuadro siguiente, que por sexos este es un comportamiento esperado si los hombres apenas incrementarán 3045 activos hasta el año 2015. Luego comenzará una visible contracción de 9389 activos para unirse a la tendencia de las mujeres que paralelamente experimentarán decrementos de 7292 activas durante toda la etapa proyectada. Al concluir el período proyectado el monto de la PEA femenina representará aproximadamente la mitad del total de hombres activos.
De igual forma, la variante media muestra similar movimiento, aunque no se debe esperar coincidencia en el momento del posible cambio de signo dentro su dinámica. La sujeción de una pauta de actividad superior al año 2002, retrasa un quinquenio la fuerza reductora que ejerce el cambio de la estructura sexoetaria y transitoriamente permite la recuperación de 7892 activos más que la variante anterior. Solo a partir del año 2025 es posible comprobar menguado retroceso demográfico que a pesar de una diferencia absoluta de 3 activos si se compara con el año 2020, igualmente ha de iniciar un período de inestabilidad en la población activa.
Según esta variante, ello estará solo conducido por el sexo masculino que a partir del año 2015 exhibirá decrementos alrededor de 3982 activos. En contraste, las mujeres advierten un comportamiento creciente, que alcanza 7720 efectivos. En contraste, bajo la variante que establece niveles máximos de participación, se refieren incrementos sostenidos en la Población Económicamente Activa durante todo el período. Hacia el año 2030, su monto ha de crecer alrededor de 30795 activos, enfatizando en el caso de las mujeres, que con un monto de 22729 féminas representan más del doble de las necesidades de incremento para el caso de los hombres.
De hecho, corroborándose el diferencial expresado entre las variantes máxima y constante, no quedan dudas de que la mujer cienfueguera es la que ha de ser depositaria de mayores esperanzas en el incremento de sus niveles de participación. En el año 2030, si se lograra una Población Económicamente Activa alrededor de 218173 sujetos productivos, se habrá requerido de una incorporación neta de 41667 activas más, sobre el monto de 51479 féminas que estarían incorporadas según la variante constante de proyección. Dicho monto representa el 68% de los 60837 efectivos necesarios. Todo ello sin perder de vista el caso de los hombres, que a pesar de menor representación, igualmente precisa de una tendencia ascendente en la inserción laboral sobre los ya existentes a inicios del actual siglo.
Lo notable resulta que cualquiera de los incrementos en la participación económica, se verían acompañados de una mayor permanencia de cada trabajador en su vida laboral para los próximos años. Partiendo desde cotas muy bajas en la provincia y bajo cualquiera de las variantes inconstantes de proyección, se espera considerable aumento en este refinado indicador. Comparándose con la variante constante, se trata de ganancias de 3 y 7 años en la variante media para hombres y mujeres, mientras que la variante máxima alcanzaría más de 6 y 15 años en cada sexo respectivamente.
Así, la duración de la vida activa contrastada con iguales estimaciones realizadas y derivadas de proyecciones publicadas por el Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), confirma que la provincia se situaría en un nivel muy inferior al que posiblemente conseguiría la región en igual perspectiva del tiempo. Comparativamente, en América Latina se proyectan 48,7 y 38,4 años activos para hombres y mujeres respectivamente en el mismo horizonte de proyección.[5]
Figura 13.- Provincia de Cienfuegos: Años brutos de vida activa proyectados según sexos para el año 2030.
FUENTE: Elaborado por los autores.
Sin embargo, a pesar de que sea posible conquistarse tales esfuerzos, no se frenarían severas restricciones que se derivan del acusado proceso de envejecimiento demográfico. Lo adverso resulta que bajo cualquier variante se verifica un incremento de la edad mediana entre el año 2010 y 2030. De esta forma, tal característica, de naturaleza eminentemente sociodemográfica, destaca como uno de los rasgos más distintivos en el perfil de la Población Económicamente Activa para los próximos años.
Adviértase en el cuadro siguiente, que los mayores aumentos se denotan para la variante máxima, cuando la mitad de la población activa según sexos, cumplirá aproximadamente 43,17 y 42,32 años para cada sexo. En este caso, que se conseguirá envejecer sobre el nivel máximo posible en la participación productiva, se intuye la mayor relación inversa entre los cambios de la estructura por edades de la población y las tasas de participación.
Efectivamente, la exploración de los niveles de dependencia apunta hacia el incremento de la relación entre el número de personas económicamente inactivas sobre aquellas personas activas solo cuando no se producen cambios en los niveles de participación.
Así, bajo la variante constante la tasa de dependencia alcanzará un valor creciente hasta 1,65 dependientes por cada activo en el mismo horizonte de proyección. En contraste, sobre los cambios de actividad que presuponen la variante media y máxima, los niveles de dependencia han de disminuir sobre los 0,04 y 0,25 sujetos inactivos por cada cien activos respectivamente.
Sin embargo, es visible cierta contracción en el monto de la población inactiva solo cuando la meta es máxima. Esta variante, conducida por las salidas de jóvenes y/o adultos mayores del segmento inactivo y su paralela inserción o reincorporación al desempeño de actividades socialmente productivas, permitiría contraer el indicador hasta menos de un dependiente de cada 100.
Por ende, mientras más numeroso sea el grupo de personas que integre la población activa se sostendrán cantidades relativamente menores de personas o grupos sociales dependientes. En fin, en el mediano plazo la elevación de los niveles de actividad se presenta como un acto compensatorio frente a los cambios estructurales que acontecerán inexorablemente en futuro demográfico cienfueguero.
Conclusiones
La visión conjunta de la estructura demográfica y la formulación diferenciada de la pauta de actividad en el mediano plazo dan cuenta de movimientos intensamente diversos en la evolución futura de la Población Económicamente Activa. De continuar inalterables los niveles de actividad por sexo y edad, que han sido verificados a comienzos del actual siglo; se hará visible el impacto de los cambios sexoetarios al concluir apenas los próximos cinco años. Mucho más cuando hasta hoy, la difícil situación económica creada por el perenne bloqueo económico de Estados Unidos y la crisis mundial de la actual época, han inhibido el progreso en los niveles de ocupación. De seguir en curso tales tendencias, la PEA comenzará un período de retroceso demográfico en ambos sexos, pero con énfasis en el caso de las féminas que partiendo desde niveles muy bajos, conforman una variante por la cual no se puede apostar. Lo adverso resulta que ni aún alcanzándose la variante media que establece los puntos intermedios de actividad entre la pauta base y límite, no se impide el decrecimiento en términos absolutos en el total de población activa hacia el final del período.
De hecho, solo produciéndose severas presiones en el mercado laboral mediante el logro de la variante que toma el modelo límite o máximo de actividad, puede encontrarse un verdadero efecto supresor de tales tendencias. Así, la inserción de un elevado número de personas a las actividades productivas no solo atenuaría los impactos negativos de la evolución demográfica, sino que conseguiría alargar la permanencia en la vida activa y la necesaria reducción de dependencia frente al irreversible proceso de envejecimiento en la población con edad de trabajar.
De ahí la celeridad en la ampliación del mercado de trabajo, y la búsqueda de nuevas y flexibles propuestas a favor de la estabilidad económica. Se trata entonces, de diversificar e incrementar las oportunidades laborales productivas a partir de la posible apertura que implicaría el desarrollo petroquímico. De esta forma, se iniciaría un gradual y sostenido incremento de la participación económica. Entonces, el modelo a seguir debe ser aquel que por una parte aproveche la apertura de las plazas industriales en sentido general, advertidas para los próximos veinte años; y por otra, prevea la permanencia de la población envejecida en el trabajo sobre condiciones laborales flexibles. La población que supera los 65 años de edad, ineludiblemente ha de ser tomada en cuenta en el logro de una utilización plena de los recursos humanos. Sin dudas, con una mayor experiencia laboral contribuirían decisivamente al desarrollo socioeconómico del futuro cienfueguero.
Bibliografía
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[2] Rodríguez, Reynier. (2009). La Inversión Petroquímica y los recursos laborales en la provincia de Cienfuegos. Apuntes para su ordenamiento territorial en el corto plazo. Cienfuegos: Dirección Provincial de Planificación Física, p- 10.
[3] Dirección Provincial de Economía y Planificación. (2009). Compartimiento de la demanda de fuerza de trabajo calificada para el desarrollo petroquímico de la provincia de Cienfuegos. Consejo de la Administración Provincial, Cienfuegos. p-10.
[4] Viera Becerra, Damaisy. (2009). Proyección de la demanda de fuerza de Trabajo Calificada en el Complejo Petroquímico de Cienfuegos con enfoque prospectivo. Tesis presentada en opción al título de Licenciado en Economía, Universidad Carlos Rafael Rodríguez. Cienfuegos. p- 22.
[5] CELADE. (2008). Un gran dinamismo de la fuerza de trabajo potencial. Observatorio Demográfico No. 2. Santiago de Chile. p-16.
Autor:
MSc. Reynier Rodríguez Rico
Lic. Leydis García Arque.
Lic. Samat Carro Hernández.
Lic. Andrés Ramos Álvarez
Curso 2010-2011
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