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Marco Polo

Enviado por ivana_bobes


    Introducción

    Aquí se relata la historia de un hombre que como el mismo se autodescribió "…sabio y noble ciudadano de Venecia…".

    Protagonista de las maravillosas andanzas vividas en Persia, Armenia, India y Tartaria.

    Marco Polo nació en Venecia en el año 1254,Hijo de don Niccolo Polo y sobrino de Maffeo Polo, comerciantes de Italia.

    Todas sus expediciones eran de motivo comercial. El primer viaje que realizaron fue en el año 1260,con destino a Oriente.

    Donde luego de visitar Constantinopla decidieron embarcar en la mar grande, en busca de acrecentar sus ganancias.

    Así partieron de Constantinopla hacia la tierra de Soldadía.

    Principio de todas sus aventuras, aquellas que sin imaginárselo cambiarían sus vidas, costumbres e incluso su forma de hablar.

    Las mismas son enunciadas en el libro "El millón" escrita por el mismo Marco Polo; en su estadía en la prisión en Génova en el año 1298, con ayuda de Rutiscello, ciudadano de pisa que al igual que él se encontraba preso.

    Donde narra sobre los tártaros, sarracenos, sus costumbres y sobres los demás países que conoció durante sus viajes.

    Unos harapientos hombres golpean la puerta de lo que alguna vez fue su hogar, cargando en sus espaldas, orientales lienzos; y en sucio ropaje revelaban los martirios por los que abrían pasado.

    Se trataba de Marco Polo, su padre Niccolo y su tío Maffeo, Tres mercaderes Venecianos que habían desaparecido desde hace ya 26 años. Con singular apariencia, al igual que su primitiva habla (Ya que casi olvidan su lengua nativa)denotaban cierto estilo oriental.

    Los Polo habían cambiado… pero del mismo modo cambió su Venecia.Tanto que sus ciudadanos los habían declarado ya muertos.Al abrir la puerta se encontraron con unos parientes lejanos quienes los

    Miraban hostilmente al desconocerlos i había pasado tanto Tiempo!

    Tal vez por sus mentes cruzaba la esperanzadora idea de que fuesen ellos.Pero también se percibía cierto aire de desconfianza al verlos tan miserablemente vestidos.

    Luego de cierto tiempo, se convencieron de que aquellos hombres aparentemente mendigos no podrían ser otros más que los mercaderes. Tal fue la emoción de que el rumor se corrió rápidamente por toda Venecia convirtiéndose así en el centro de atención. Dos días después se los agasajó con un gran banquete, al cual asistieron amigos y la familia de los ya mencionados Polo. Quienes se presentaron ante los invitados vestidos de unas túnicas de raso, de buena manera según la boga en Venecia en ese tiempo. Pero se las cambiaron y ordenaron desgarrarlas y repartirlas entre los sirvientes. Y lucieron en cambio, vistosos mantos de damasco escarlata; luego de un rato volvieron a cambiarse y a dar la orden de despedazarlos para así distribuirlos entre todos los invitados.

    Y regresaron al banquete esta vez vestidos con trajes de terciopelo púrpura.

    Esto dejó maravillados a los convidados, se trataba de una costumbre mogólica.

    Primero vistiendo sucios harapos, y ahora rasgando lujosas vestimentas.

    Luego destrozando una bolsa dejaron caer perlas, gemas, diamantes entre otras piedras preciosas sobre la mesa.

    Esto dejó a los espectadores sin habla y sin duda alguna de que se trataba de nada más y nada menos que de los comerciantes.

    En el 1er viaje con destino a Oriente, con ansias de acrecentar sus ganancias; partieron desde Constantinopla hacia Crimea. Esto sucedió alrededor del año 1260.

    Luego de morar un tiempo en las tierras de Soldadía decidieron irse aún más lejos. Llegaron al reino de Barca Caan, que era dueño de una parte de Tartaria, situada entre Bolgara y Sara. Caan los recibió con grandes honores y celebró con placer su llegada. Luego de residir tierras de Barca estalló una guerra entre este y Alan.

    Con gran violencia, combatieron ferozmente y Alan fue vencedor. No hubo hombre que pudiera pasar por esos caminos sin caer prisionero, y los dos hermanos se dijeron:

    "Ya que no podemos volver a Constantinopla con nuestras mercancías,

    sigamos hacia Levante; así Podremos volver quizá a tierras del soldán."

    Fueron con destino, a una ciudad denominada Uchacca.

    Y finalmente luego de largo padecimiento del desierto llegaron al Bojaria,

    noble y hermosa ciudad. Era la más hermosa ciudad de Persia reinada por, Bacar.

    Una vez en allí permanecieron tres años.

    En su estadía se encontraron con un emisario de Alan, que era enviado por el gran señor de todos los tártaros, llamado Kublai. Y fue gran asombro el de este emisario cuando vio Niccolo y a Maffeo, pues jamás había visto un latino en esos parajes.

    Dijo a los dos hermanos: "Señores, os advierto que el gran señor de los tártaros

    jamás vio un latino y tiene gran deseo de trabar conocimiento con ellos; Así que si queréis venir conmigo, os aseguro que os verá muy de su agrado y os llenará de honores y bienes" de esta manera emprendieron viaje hacia el esperado encuentro con el gran Kublai khan.

    Este emperador de Asia, pertenecía a la dinastía mogólica, que amenazó en un momento crítico con Dominar al mundo. Esta había nacido con su abuelo.

    Genghis Khan peleó desde los 13 años, varias batallas se sucedieron hasta cruzar la gran muralla china y una vez allí dividió sus tropas en 3 enormes ejércitos.

    Luego Shah Mohammed le envió una nota que le ofendió.

    Y la guerra estalló como consecuencia de ese insulto. Por supuesto el resultado era predecible Genghis Khan era el gran vencedor.

    Los rusos tiempo más tarde cometieron el mismo error y les enviaron una nota "nosotros no os hemos hecho ningún daño, pero puesto a que vosotros deseáis la guerra, la tendréis".. De esta manera su imperio se extendió hasta las fronteras orientales de Polonia. A su muerte el nuevo emperador era el hijo de Genghis, a quien se le pidió que aceptara el bautismo y abrazara la fe cristiana. Pero este la rechazó.

    Al cambiar de gobernador se produjo un nuevo intento de convertir al emperador y a sus súbditos, pero la respuesta fue nuevamente negativa.

    En aquel entonces gobernaba Mongka Khan, hermano mayor de Kublai y a su muerte le sucedió su hermano.

    cuando llegaron los venecianos en presencia del Gran Khan, éste les hizo muchas fiestas y les recibió con grandes honores y cortesía. Y el emperador, con la excusa de abrazar la fe cristiana, solicitó al Papa el envío de 100 hombres sabios. Fue entonces cuando regresaron a Venecia, allí los esperaba Marco, quien acababa de perder a su madre, y ni si quiera conocía a su padre o a su madre, pues habían emprendido viaje antes de su nacimiento.

    Al cumplir los 17 años, no quiso quedarse solo en Venecia y decidió acompañar a su Padre y a su tío.

    En vez de llevar a los hombres solicitados, sólo llevaron dos frailes dominicanos Y una carta de Crédito del nuevo Papa Gregorio X para el Gran Khan. !Solo dos hombres! De ellos dependía el destino espiritual de semejante imperio, que abarcaba Mongolia, China, Tibet, Siberia, Turquestán, Persia y Turquía.

    Quienes luego de ver el peligro de tal viaje decidieron abandonar la misión, fingiendo estar enfermos.

    Pero esto no termino con el entusiasmo de Polo, quienes continuaron solos el viaje. Cabalgaron por las colinas de Armenia, bajaron hacia el sur, alcanzaron la mesopotamia Y llegaron por mar a Ormuz. Se dirigieron de allí a Saba, Yedz, Kirman. En los desiertos de Persia marco contrajo una especie de enfermedad que lo condujo a escribir en su libro el intenso placer que sentía en cada día de viaje, los desiertos, las selvas, los rostros.

    Permanecieron allí por u año recuperándose de las enfermedades que contrajeron Y aprovechando para aprender más de su cultura y sus lenguajes. Los Polo escalan ahora "el techo del mundo" la meseta de Pamir.

    Descienden hacia las llanuras mogólicas, limitadas por con una cordillera de montañas azules que se llamaran luego "marco Polo".Llegaron después cansados, cegados por la arena, al desierto de Gobi.

    Donde según Marco, se escuchan las voces de espíritus y ensordecedores tambores que causaron terror.

    A medida de que se acercaban a la capital, el emperador recibía informes de los venecianos, a través del sistema de correo mencionado por Marco Polo. Luego al fin dieron con una serie de cadena montañosas, se trataba de

    nada más y nada menos que de la "Gran Muralla ". Aquella Enorme estructura pensada para resguardar a China de las invasiones Tártaras. Un poco de un mes antes de la llegada a la corte, un grupo de jinetes los escolta por ordenes Del Gran Khan. Y luego de tan largo viaje, ! Tres años y medio habían pasado ya! llegaron a destino, con una carta en sus manos en vez de los hombres solicitados.

    Se arrodillaron y humillaron ante él; pero el Gran Khan los hizo levantar, los llenó de ofrendas y los recibió con grandísima alegría. Cuando el Gran Khan vio a Marco, les preguntó quién era. "Señor – dijo Niccolo – es mi hijo y esclavo vuestro." "Sea bienvenido", respondió el Gran Khan, expresando desde ese momento su aprobación ante la llegada de Marco. Con el paso del tiempo, Kublai descubrió en Marco, cualidades que llevaron a confiar en él y además se destacaba por los conocimientos adquiridos a lo largo de su travesía, tanto en la fluidez de su lenguaje, como en sus nuevas costumbres, con todo esto se convirtió en el ministro favorito. Concediéndole el gobierno de Yang-Chou y, tres años más tarde le confió un viaje a través de las provincias sureñas.

    Oyó varias veces que cuando el Gran Khan enviaba mensajeros por las varias partes del mundo y éstos no sabían referirle en detalle la misión por la cual habían sido enviados, los trataba de ignorantes, pues le deleitaba oír las costumbres y curiosidades de las Cortes extranjeras. Y Marcos, al saber esto, se afanó en contarle al Gran Khan cuantas novedades, cosas extrañas y curiosidades había visto en su embajada.

    Complaciéndole al soberano, quien reconoció la superioridad de Marco ante sus otros embajadores. Niccolo y Maffeo, en el umbral de la vejez, al sentir tanta añoranza, pidieron autorización repetidas veces para regresar a su tierra natal; pero el Gran Khan sentía tanto afecto y los veía con tanta satisfacción en su corte, que no quería por ningún motivo su regreso a Venecia. Cuando la reina bolgana murió, escribió en su testamento, como última voluntad; que no quería que se sentase otra dama, que no fuese de su linaje.

    Argón reunió a tres de sus barones: Culatai, Apusca; Coia, y les envió al Gran Khan, para que le buscaran una dama que fuera del linaje de la reina Bolgana, su fallecida esposa. Cuando los tres barones llegaron al Gran Khan y le explicaron el motivo de su viaje, el Gran Khan les recibió admirablemente. Kublai hizo llamar a una dama que se llamaba Cogacín, que era de la misma tribu mogólica de la reina de bolgana. Era joven y bella y tenía aproximadamente diecisiete años. Y dijo a los barones que era esta dama la que les convenía, y ellos la encontraron agradable. Al ser un viaje sumamente peligroso, los Polo expertos navegantes, expresaron su deseo de pilotear la nave que, trajera a la novia y a los Enviados de regreso a Persia. El destino les había jugado una partida a su favor. El Khan concedió eso pero con un poco de desazón. Luego de eso, el Khan se despidió de los Venecianos haciéndoles entrega de un mensaje de amistad que debían hacer entrega al Papa y a los reyes de Francia, España e Inglaterra y otros reyes cristianos. Cambiaron todas las cosas que habían obtenido en toda su travesía,por joyas y otras cosas de valor, que facilitaban el traslado. Cuando las naves fueron preparadas, embarcaron una dotación de 500 personas, y el Gran Khan les hizo aprovisionar por un plazo de dos años.

    Pusieron proa al mar, dejando atrás tantas cosas vistas y vividas, Con la única esperanza de volver a ver su tierra natal, su amada Venecia. Así en 1292 zarpó una flota de Zaitón, con destino al sur.

    En este viaje vieron a sacerdotes budistas y distintas embajadas que Agasajaban a la reina Cogacín.

    Pasaron por las costas de Sumatra, Java, Celián y puntos de la costa India.

    Una vez en Ormuz, donde culminó la exploración, rígidamente destruida por las enfermedades y las tempestades, ya que de los 500 hombres que habían partido solo quedaban 18.

    Un poco más de 2 años, había durado la travesía que a su llegada, el rey de Persia Ya había muerto, por lo tanto Congacín fue entregada a su hijo y heredero.

    La reina Cogacín, respetaba tanto a los polo, que les obedecía y los trataba como a su mismo padre y hacia todo lo que tenía a su alcance por consentirles y satisfacerles. Y a la hora de la despedida para volver a su tierra, lloró aflictivamente. Un año antes y con desconocimiento total por parte de los Polo, Kublai, aquel hombre que los había acogido tan hospitalariamente, había muerto. Cuando los tres mensajeros se despidieron, se pusieron camino y cabalgaron tanto que llegaron a Trebizonda y de allí a Constantinopla, y de allí a Negroponte, y de allí finalmente a Venecia. Y esto fue el año de 1295. Años más tarde estalló la guerra entre Génova y Venecia… ! Parecía imposible! una guerra entre dos provincias hermanas, pero solo desde el punto de vista geográfico, ya que había entre estas cierta rivalidad desde hacia ya mucho tiempo.

    En septiembre de 1298, una flota genovesa al mando de Lamba Doria, derrotó a la de los Polo, entregándose así de manera inevitable a los genoveses. De esta manera, a Marco Polo se le arrebató toda su libertad.

    En su cautiva vida, conoció en prisión a Rusticello, ciudadano de Pisa, quien más tarde se convertiría en principal testigo de sus aventuras. Pues el propósito de Marco era convencer al mundo de la veracidad de sus relatos.

    Por lo tanto, pidió que se le llevaran a prisión el libro de notas que usó para el regocije de Kublai Khan.

    En esta época, Marco Polo contaba con 45 años, 30 habían pasado ya, tantos años de travesías, que habían hecho de Marco un sabio hombre. En su relato habló de todo lo que había presenciado alguna vez.

    Narró historias fantásticas, que nos dejan cierta moraleja.

    Tales como la de El califa de Bagdad quien poseía un inmenso tesoro en oro, plata y piedras Preciosas. Alan convocó un gran ejército y vino a Bagdad, la sitió y la tomó por la fuerza. y cuando conquistó la ciudad

    Encontró en el palacio del califa una torre llena de oro, plata y otros tesoros, pasado esto, hizo traer al califa y le dijo: "¿Señor, por qué reuniste tantos tesoros? ¿Qué hubieras debido hacer? ¿No sabías que yo era tu enemigo y venía con un poderoso ejército para despojarte de todo? Cuándo supiste esto, ¿por qué no repartiste tus tesoros a tus caballeros y soldados para defender la ciudad y tu persona?" El califa no supo qué contestar a esto. Entonces Alan respondió: "Puesto que veo que amas tanto a tus tesoros, voy a darte a comer de ellos." Y al instante hizo prender al califa, lo hizo encerrar en la torre del tesoro y mandó que nada le dieran de comer ni de beber, y luego exclamó: "Califa, come de ese tesoro, puesto que tanto te gustaba, ya que nunca más comerás otra cosa en tu vida." Dicho esto, le dejó en la torre, donde murió, después de cuatro días. Y más hubiera valido que el califa diera los tesoros a sus hombres para la defensa de sus tierras y sus gentes, en lugar de perecer con todos ellos y verse despojado. Y éste fue el último de los califas de Bagdad…

    U otra aventura que refleja la fe de un pueblo como la del califa que odiaba a los cristianos esto sucedió entre Bagdad y Mosul. Día y noche pensaba el modo de convertir a éstos en sarracenos o matarlos si no lo conseguía. Todos los días reunía en Consejo a sus ministros y a seis sabios para preparar sus planes, pues todos ellos odiaban a los cristianos. Un día encontraron que en el Evangelio está escrito: "Si un cristiano tiene tanta fe como un grano de anís, obtendrá de Dios con su oración que se junten dos montañas." Cuando leyó esto el califa, se alegró inmensamente, porque vio en ello un pretexto para convertir a los cristianos a la religión sarracena o perderlos a todos.

    El califa mandó entonces reunir a todos los cristianos de su reino, y cuando se hallaron en su presencia les enseñó el Evangelio y les hizo leer el texto.

    Enterados de ello, les preguntaron si aquello era la verdad. Los cristianos contestaron que ésa era la única verdad. "¿Dices, – replicó el califa -, que un cristiano que tiene fe, por las oraciones hechas a su Dios es capaz de

    juntar dos montañas?" "Esto es" – respondieron los cristianos -,"les ofrezco una alternativa – dijo el califa -; puesto que son cristianos, debe de haber entre ustedes quien tenga un poco de fe; de modo que harán

    mover esa montaña que ven desde aquí, o si no, los mataré ,pues si no la mueven es que no tienen fe. De modo que los haré perecer a todos, a menos que se conviertan a la ley de Mahoma y así estarán en la fe verdadera y se salvarán. les doy, pues, diez días de tiempo para conseguir esto. Si en tal término no lo han hecho, los condenaré a todos a muerte." Dicho esto, calló el califa y despidió a los cristianos.

    Del miedo que tuvieron los cristianos de cuanto les dijo el califa cuando esto oyeron los cristianos, tuvieron gran miedo de morir. Sin embargo, confiaban en su Creador que los sacaría de tan duro trance.

    Los sabios cristianos se reunieron en consejo, pues había arzobispos, obispos y sacerdotes entre ellos.

    No pudieron resolver más que rezar a Dios nuestro Señor para que en su gran misericordia les inspirara en esta ocasión y les hiciera escapar de una muerte segura si no hacían lo que el califa les había exigido. Sepan, pues, que día y noche se hallaban en oración y rezaban devotamente al salvador Dios del cielo y de la tierra para que les auxiliara en el duro trance en que se veían. Quedaron ocho días y ocho noches orando hombres, mujeres, niños, pequeños y grandes. Y sucedió que un ángel del Señor se apareció a un obispo, que era hombre de vida santa e inmaculada, y le dijo: "Ve a un zapatero que no tiene más que un ojo y le dirás que rece para que la montaña se mueva, y la montaña cambiará de sitio."

    Había oído varias veces que en el Evangelio decía: "Si el ojo les hiciera pecar, hay que arrancarlo o hacer de modo que no haga pecar."

    Un día llegó a su casa una bella señora a comprarse zapatos.

    El maestro quiso verle el pie y la pierna para saber qué zapatos pudiera Calzar. Y se hizo enseñar la pierna y el pie, que eran tan hermosos que Jamás hubo otros más bellos. Cuando el maestro vio las piernas de esta

    mujer, fue tentado, porque sus ojos se deleitaban en ellas. Entonces dejó marchar a la dama y no quiso vender los zapatos. Y cuando se alejó, el Zapatero se dijo: "Ah, desleal y ladino, ¿en qué piensas? Tomaré gran

    venganza en mis ojos, que me escandalizan." Y con una punzón, se dio un corte en el ojo, de tal manera que se le reventó y no vio más con él. Así, este buen zapatero se vació el ojo.

    Cuando tuvo el obispo la revelación de que la oración de un zapatero tuerto haría mover la montaña, se lo comunicó a los cristianos. Y los cristianos obtuvieron que hiciera venir el zapatero. Entonces le dijeron

    que elevara una plegaria al Señor para hacer mover la montaña. Cuando el zapatero se hubo enterado de lo que los cristianos pretendían de él contestó que no era tan santo para que el Señor le escuchase en tan gran

    Milagro. Los cristianos le instaron fervorosamente de interceder por ellos, hasta que pudieron persuadirle de cumplir su voluntad y de elevar a su Creador este rezo. Cuando expiró el plazo concedido por el califa, los cristianos se levantaron de madrugada, y hombres y mujeres, pequeños y grandes, se fueron al pie de la montaña en procesión, llevando la Cruz del Salvador. Eran más de 100.000 reunidos en la llanura los que rodeaban la Santa Cruz. El califa asistía por su lado con un sinnúmero de sarracenos, pronto a exterminar a los cristianos en cuanto la montaña no se moviese.

    Y los cristianos, grandes y chicos, tenían gran zozobra y miedo; pero, sin embargo, esperaban en su Creador. Cuando todos, cristianos y sarracenos, se hallaban reunidos en el valle, el zapatero se arrodilló ante

    la Santa Cruz, y alzando sus brazos al cielo, imploró al Salvador para que la montaña se moviera y para que los cristianos no tuvieran que morir de muerte adversa. Y acabado que hubo de impetrar la clemencia del cielo, la

    montaña empezó a agitarse y moverse violentamente. Y así que el califa y los sarracenos vieron esto, se llenaron de maravilla y más de uno se convirtió, y el califa mismo se hizo cristiano en secreto.

    Cuando murió le hallaron encima una cruz, y los sarracenos no lo sepultaron en la tumba de los demás califas, sino en lugar apartado. Y así se produjo el milagro.

    Relatos tan apasionantes que enmudecían a más de una boca y él los narraba con tanta seriedad, incluso a las más ridículas y extrañas costumbres Tales como las de la gente de Camul que permitía a sus mujeres cometer adulterio con los forasteros. Y Mongu les prohibió, con gran pena, de no albergar más a extranjeros en su casa. Cuando esto oyeron los de la población se indignaron.

    Se Reunieron todos en consejo y decidieron lo siguiente: llevar a Mongu un gran presente, pidiéndole que les dejara usar de sus mujeres como bien les parecía, según la costumbre de sus antepasados, que les mandaban dejar a los extranjeros disfrutar de sus mujeres y de sus bienes.

    Que los ídolos veían este proceder con complacencia y con eso se multiplicaban sus haberes en vez de menguar. Cuando Mongu Khan oyó estas razones, dijo: "Puesto que quieren su vergüenza y vituperio, ténganlos."

    Y consintió que hicieran su voluntad y mantuvieran sus costumbres, como lo hacen hasta nuestros días.

    O hasta aquellas historias supersticiosas que alguna vez lo hicieron estremecer de miedo.

    Pero escucharán la maravilla que les contaré: Si cabalgando de noche por ese desierto alguien se aleja de la

    caravana y se queda distante de sus compañeros para dormir o para otra necesidad, al querer alcanzarlos oye voces que le hablan como si fueran sus compañeros de viaje, y que le llaman hasta por su nombre. Esto les hace

    perderse más y más, de forma que se extravían por completo. De este modo murieron y se perdieron muchos viajeros. Hasta durante el día se oyen las voces de esos espíritus y les parece oír instrumentos extraños, así como tambores. Y al leer su libro una de las más extrañas cosas que vi, fue la historia de La isla del varón y la mujer.

    La que se llama Varón está en alta mar, a 500 millas hacia el Mediodía, cuando se parte de Kesmacoran. Son cristianos y bautizados en la fe de Cristo y conocen sobre todo el Antiguo Testamento, pues cuando la

    mujer está encinta no la tocan hasta que haya dado a luz y hasta cuarenta días después. Luego ya vuelven a su vida marital. Pero en esta isla no viven las mujeres, ninguna, ni las casadas ni las solteras, sino que

    habitan en otra isla llamada la Mujer. Desde esta isla se van los maridos por tres meses: marzo, abril y mayo, para vivir con sus mujeres a la isla de la Mujer, y allí gozan de ellas. Y al cabo de os tres meses vuelven a esta isla y quedan trabajando los nueve meses restantes. En esta isla se encuentra el ámbar transparente y de la mejor calidad. Viven de arroz, leche y carne. Son buenos pescadores, pues sepan que en esta isla se cogen magníficos peces, que ellos salan y hacen secar en gran cantidad, de modo que luego tienen para todo el año. Y también los venden a otras gentes. No tienen más jefe que a un obispo, que está sometido a su vez al arzobispo de Scotra. Tienen también idioma propio. De esta isla a la que habitan sus mujeres hay por lo menos 30 millas. Y por eso no viven con ellas todo el año, porque dicen que si hubieran de pasarlo todo el año con ellas, se morirían. La madre amamanta en verano al hijo que nace durante el año. Pero en cuanto tienen catorce años los mandan por mar a la isla de sus padres, y ésta es la costumbre de las dos islas, como lo oyen. Las mujeres no hacen más que criar a sus hijos y recogen las frutas que hay en la isla. O cuando se refiere a la ciudad de Cali:

    "El rey tiene 300 mujeres y más aún, porque el hombre de más consideración es el que más mujeres tiene. Y cuando nace la discordia entre estos cinco hermanos carnales (pues lo son de padre y madre), y quieren reñir, entonces la madre (que vive aún) exige que hagan las paces. Si éstos no quieren acceder a sus palabras de paz, la madre toma un cuchillo y les dice: "Si no cesan de combatir y no hacen las paces, me mataré y antes me

    cortaré el pecho con el cual los he amamantado. Y cuando los hijos consideran la desesperación de la pobre madre, que les suplica dulcemente que cedan, reconocen que tiene razón, y es más cuerdo que cedan. Luego se arreglan y hacen las paces. Y esto ha sucedido en más de una ocasión.

    De modo que si un día llega a faltar la madre, es posible que estalle la discordia y se maten los unos a los otros.

    Tambien se encuentran relatos que concuerdan con la Sagrada Biblia. Tales como al descripción de Persia.

    En Persia se halla la ciudad de Sava, de donde partieron los tres Reyes Magos cuando vinieron a adorar a Jesús. En esta ciudad están enterrados en tres grandes y magníficos sepulcros. Encima de los cenotafios hay un templete cuadrado, muy bien labrado. Estos sepulcros se hallan el uno junto al otro. Los cuerpos de los Reyes están intactos, con sus barbas y sus cabellos. El uno se llamaba Baltasar, el otro Gaspar y el tercero Melchor. Marco interrogó a varias personas con respecto a estos tres Reyes Magos, y nadie supo responder, exceptuando que eran Reyes y fueron sepultados ahí en la Antigüedad. Pero les voy a referir lo que averiguó más tarde sobre el hecho:

    Un poco más lejos, y a tres días de viaje, se halla un alcázar llamado Cala Atapereistan, lo que en español significa: "Castillo de los adoradores del fuego." Y esto es la verdad, estos hombres adoran el fuego.

    Les diré por qué lo adoran: Las gentes de ese castillo cuentan que en la Antigüedad tres Reyes de esta región fueron a adorar a un profeta que acababa de nacer y llevarle tres presentes: el oro, el incienso y la mirra, para saber si ese profeta era Dios, rey terrestre o médico, pues dijeron que si tomaba el oro, era rey terrenal; si el incienso, era un Dios; si la mirra, entonces era un médico. Cuando llegaron al sitio en donde había nacido el niño, el más joven de los Reyes se destacó de la caravana y fue solo a ver al niño y vio que era semejante a él, pues tenía su edad y estaba hecho como él, y esto lo llenó de asombro. Luego fue el segundo de los Reyes, que era de la misma edad, y contestó lo mismo. Y creció al punto su sorpresa. Por fin, fue el tercero, que era el más anciano, y le sucedió lo que a los otros dos. Y se quedaron pensativos… Cuando se reunieron se contaron uno a otro lo que habían visto y se maravillaron de ello. Entonces decidieron ir los tres a un tiempo, encontrando al niño del tamaño y edad que le correspondía (pues no tenía más que trece días).

    Ante él se postraron ofreciéndole oro, incienso y mirra.

    El niño cogió las tres cosas y, en cambio, les entregó un cofrecillo cerrado. Los Reyes Magos volvieron después de esto a sus respectivos países. Cuando hubieron cabalgado algunas jornadas, se dijeron que querían ver lo que el niño les habla dado. Abriendo el cofrecillo, se encontraron que contenía una piedra. Sorprendidos, se preguntaron qué significaría aquello, pues habiendo el niño cogido las tres ofrendas, comprendieron los Reyes que el niño era Dios y debía de tener aquello un sentido oculto, y, en efecto, el niño dio a los tres Reyes la piedra, significándoles que fueran firmes y constantes en su fe. Los tres Reyes tomaron la piedra y la echaron a un pozo, ignorando aún su significado, y cuando la piedra cayó al pozo, un fuego ardiente bajó del cielo y penetró en el pozo. Cuando tal vieron los Reyes, quedaron estupefactos y se arrepintieron de haber tirado la piedra, pues era un talismán. Contuvieron del fuego que salía del pozo para llevarlo a sus respectivos países y ponerlo en un magnífico y rico templo. Y desde entonces está ardiendo y lo adoran como si fuera un dios. Y los sacrificios y holocaustos que hacen son con ese fuego sagrado. Jamás toman de otro fuego que no sea de este maravilloso, caminando leguas y leguas para conseguirlo, cuando se les acaba, por la razón que ya les dije. Y son numerosos los que adoran el fuego en esta región. Todo esto le contaron a mi señor Marco Polo, y también de que los tres Reyes Magos el uno era de Sava, el otro de Ava y el tercero de Cashan.

    Tras escuchar todos estos fragmentos, nos hace revivir esos momentos, como si se tratara de nuestras propias vivencias. La obra de Marco Polo recorrió toda Europa, fue traducida a diversas lenguas, fue impreso por primera vez en el año 1494.El testamento se encuentra en la biblioteca de San Marcos.

    Esta datado en 1324, Marco polo contaba con setenta años. Con temor de que la enfermedad se lo llevara, envió por un sacerdote A quien le dio instrucciones de sobre la disposición de sus bienes.

    Las herederas fueron su mujer y sus tres hijas.

    Sus últimas palabras, fueron la respuesta, a una inquietud de su familia; que le dijo en el lecho de su muerte, que para mayor tranquilidad de su alma, si tenía que retractarse de algunas de sus asombrosas afirmaciones,

    lo haga ahora, pero su única respuesta fue "no he llegado a redactar la mitad de lo que he visto "

    Volviendo a la estadía en la prisión, en compañía de Rusticello.

    En su vigoroso relato, resurgían en su mente, todos aquellos recuerdos de las cortes, pueblos, la gran muralla; y todo aquello que alguna vez, había hecho Hervir su sangre, al contemplar tanto paisaje que lo había seducido.

    Todo lo vivido se había arraigado en él, como un injerto en una planta y todo lo que florecía en él, llevaba esa marca, el sello exótico de lo tártaro.

    De esta manera se alejaba de la cruda realidad de la cual era protagonista; se olvidaba de que las cuatro paredes del calabozo que lo aprisionaban, y comenzaba a soñar con los Cielos de oriente.

    Marco Polo fue el primer aventurero en recorrer todo el continente oriental, detallar países y provincias del mismo. Sin embargo, no se le dio tal importancia, al catalogar su libro de inexacto o simplemente falso.

    Aunque estaban también aquellos soñadores, que pensaban que la idea de que las "nueces de las indias que tenían el tamaño de la cabeza de un hombre" no era tan descabellada. Pues hoy se sabe que se refería a los frutos del cocotero. Aquel hombre que describía con tanta pasión y detalle la cola de algunos pájaros, de distinto modo lo hizo con la imponente muralla china, demostraba notoriamente su amor por la naturaleza,

    en cada descripción hecha.

    Creo que es ahora, donde comprendemos el verdadero sentido por el cual los exploradores dedicaban tanto

    Tiempo y sacrificio, sin importarles los peligros que esto implica, ni las enfermedades que podían haber contraído,

    ni las tempestades, podían derrumbar aquellos sueños.

    Pues ellos entendían, que con perseverancia podían llegar a cualquier cosa.

    Que como dice la tan acertada frase " el secreto del éxito es la constancia del propósito"

    Y en buena manera lo hicieron, aunque ellos no comprendían la magnitud de sus acciones.

    Ya que en ellos desaparecía toda sensación de miedo y se encontraban ansiosos de percibir aquello por lo que habían nacido, su destino y También su pasado…algo que comúnmente llamamos "vida".

    En la que se albergan infinitas fantasías, tan infinitas como las estrellas… ésas que nos hacen recordar en cada anochecer, que a pesar de hallarse en un universo donde solo sobrevive "el más fuerte" ,

    en donde algún día quizás ,los sueños sean nuestra posesión, vale la pena luchar.Tal vez llegue el día en que, nuestro desesperado grito sea escuchado y alguien venga a nuestro rescate….."sólo falta creer".

    "No he llegado a relatar la mitad de lo que he visto, pues no me creerían"

     

     

    Ivana Bobes