La Competencia profesional comunicativa en lenguaje de signos (página 2)
Enviado por JoseR afael ProenzaPup o
En el caso específico del profesional que trabaja con sordos, la utilización correcta de la lengua de señas es lo que permite (sin descartar absolutamente otras alternativas de apoyo) cumplir con los requisitos expuestos anteriormente por lo que a mi juicio debe tener presente las siguientes exigencias:
Comunicarse con los discípulos en las actividades docentes, extradocentes, familiares y sociales.
Utilizar medios de apoyo que refuercen el mensaje y contribuyan a la comprensión del significado, explotando los recursos visuales.
Ubicación correcta en el espacio para evitar deformaciones en la expresión conceptual y facilitar la visión de los interlocutores.
Cumplir celosamente con la conjugación simultánea de los diferentes componentes de la lengua de señas, para lograr armonía entre las señas propiamente dichas y las expresiones faciales y corporales, garantizando con ello la unidad del mensaje y la comprensión del significado.
Uso del vocabulario en correspondencia con las características de los interlocutores, su procedencia familiar y social, su ubicación geográfica, su nivel escolar, así como tener presente las normas de la lengua de señas como idioma.
Asegurarse de haber sido comprendido por los interlocutores.
Factores Discursivos:
En el proceso de comunicación se hace necesario construir, interpretar y valorar textos debido al carácter plurimotivado de la comunicación, por el hecho de ser un proceso vivo y cambiante, que se desarrolla en la relación sujeto-sujeto y a la necesidad de influencia recíproca de los participantes.
Cuando existen deficiencias en la construcción, interpretación y valoración de textos, los resultados esperados en el proceso se minimizan por lo que los objetivos a cumplir se ven seriamente afectados.
En el proceso de comunicación con las personas sordas, estos aspectos requieren relevante importancia, ya que el profesional que trabaje con ellos, no es un representante natural de la lengua de señas, por lo que al aprender esta y utilizarla, debe ser lo suficientemente competente para lograr lo planteado.
La lengua de señas como cualquier otra lengua viva y humana, tiene sus propias características estructurales y funcionales, gramaticales y sintácticas, etc., elementos que hay que cuidar celosamente para que el texto que se construya, interprete o valore no pierda significado entre los usuarios, sino por el contrario sea capaz de mantener toda la esencia del mensaje en la situación comunicativa dada, es por ello que considero que todo profesional que utilice la lengua de señas en su trabajo con el sordo debe cumplir con las siguientes exigencias de carácter discursivo:
Utilizar la lengua de señas en toda su estructura, es decir apoyándose en las señas, la dactilología, el alfabeto Manual antiguo, la expresión facial y corporal en dependencia de la situación contextual.
Evitar la signación o el soporte de la palabra hablada, ya que hay que apoyarse en la desverbalización, es decir trasmitir el significado, la idea.
No usar el bimodalismo, es decir, no utilizar simultáneamente el lenguaje de señas y el lenguaje oral.
No usar la lengua de señas en el orden del idioma que se habla.
Concebir al sordo como la persona que ve y no la que no escucha.
No atomizar el texto asignando a cada palabra una seña, la lengua de señas por su esencia es más sintética que la lengua oral.
Factores Estratégicos:
En cualquier proceso pedagógico que se lleva a cabo con los sordos, independientemente al código, la lengua o el método comunicativo que se utilice (oralismo, comunicación total, bimodalismo, o bilingüismo), siempre resulta difícil llevar a cabo un proceso de comunicación armónico y coherente, a excepción de cuando lo desarrolla un nativo de la lengua de señas, es decir un sordo competente desde el punto de vista comunicativo.
En nuestro contexto educacional, la enseñanza del sordo sea general, politécnica, universitaria, adulta o especial, la desarrollan personas oyentes que han tenido o tienen la necesidad de aprender la lengua de señas y utilizarla como recurso pedagógico esencial, ya que por ser la lengua natural del sordo, es la que más usa, mejor entiende y psicológicamente tiene más disposición y se siente más cómodo. Precisamente por no ser la lengua natural (la lengua de señas) para el profesional que trabaja con el sordo, a menudo se presentan deficiencias con el uso del código lingüístico que es necesario entrar a resolver, y para ello, el profesional debe tener las habilidades necesarias para encontrar y utilizar las formas, métodos, recursos y estrategias que colaboren con ello
Creo que para poder cumplir con este requisito, el profesional debe llevar a la práctica las siguientes exigencias:
Dominar ampliamente la expresión facial y corporal, ya que cuando no conoce la seña de una palabra o concepto, puede sustituir este por una expresión facial o corporal que le permita mantener la fluidez y coherencia de la idea sin afectar el significado.
Dominar ampliamente la dactilología o el alfabeto manual antiguo, para deletrear la palabra o el concepto que no conoce en señas, manteniendo de esa manera la coherencia y fluidez haciendo llegar el significado del texto.
En caso de que los interlocutores estén entrenados en la lectura labio-facial, expresar la palabra o concepto con los labios, pero de forma despacio y claro, mirando de frente a los discípulos, percatándose de que haya suficiente claridad, sin objetos en la boca como pueden ser un cigarro, un lápiz, un caramelo, mascar chicle etc. y verificar de manera inmediata si fue comprendido el significado.
Preocuparse por trasmitir el significado, la idea y no exactamente la palabra, por lo que debe utilizar conceptos en lengua de señas conocidas por él ampliamente.
Buscar siempre la explicación analítica del concepto ya que las generalizaciones en la lengua de señas, si no se utilizan correctamente, pueden alterar el significado.
Evitar el abuso del lenguaje metafórico o prosopopéyico, es recomendable utilizar un lenguaje directo, plano y utilitario.
Evitar el uso indiscriminado y parásito de la gestualidad y las extremidades.
Apoyarse en recursos visuales como láminas, fotografías, videos, películas, gráficos etc.
Utilizar correctamente el espacio para la realización de pantomimas o representaciones.
Factores Socioculturales:
En todo proceso de comunicación se hace necesario, para que el mismo alcance niveles óptimos de realización, crear un clima psicológico favorable y desarrollar la empatía, logrando además el respeto a la personalidad de los participantes. En la comunicación con el sordo, el conocimiento de sus características personales, de su modo y estilo de vida, de su actividad y participación en la vida social y cultural tiene gran importancia ya que con ello se evitan situaciones negativas que pueden surgir en las relaciones interpersonales con estas personas, y por el contrario explotar y estimular las situaciones positivas que permitan lograr una mayor interacción con ellos.
En el mundo hay algunas tendencias a considerar al sordo no solamente como una persona bilingüe (cuando se apropia del lenguaje nacional), sino además bicultural por el modo y estilo de vida que desarrollan dentro de su comunidad sorda mediante el uso de la lengua de señas.
Para todo profesional que trabaje con el sordo, pienso que se hace necesario que conozca y tenga en cuenta los siguientes aspectos:
Existe de manera generalizada en ellos el sentimiento de la discapacidad y cierta tendencia a sentirse rechazados y subvalorados por los oyentes por lo que se hace imprescindible elevar su autoestima y lograr su confianza a partir de considerarlos personas con plena capacidad para incorporarse a la vida social de forma plena y activa.
Respetar la identidad sorda, haciéndose partícipe de todos los momentos de la comunicación, utilizando siempre la lengua de señas y evitando dialogar (cuando estén presentes) con otras personas sin utilizar su lenguaje natural.
Conocer el espectro de actividades que desarrollan en el plano social y cultural y hacer una justa valoración de sus posibilidades.
Evitar las bromas, los doble sentidos y las configuraciones metafóricas, ya que no son bien comprendidas por ellos y con ello evitar la desconfianza y el retraimiento.
Participar con ellos en las diferentes actividades que realizan, sean deportivas, culturales, recreativas, políticas, etc.
Dominar las normas de la lengua de señas según la región, la zona, la procedencia social, el nivel cultural del sordo con el que se trabaje.
Desarrollar la capacidad de tolerancia y flexibilidad pues se hace necesario la repetición del mensaje para poder ser comprendido.
Conocer y respetar las normas y costumbres de su comunidad, evitando el uso indiscriminado de intervenciones, correcciones o sugerencias.
Evitar las contradicciones antagónicas y resolver las situaciones difíciles mediante la comprensión y persuasión.
Factores Pedagógicos:
La comunicación pedagógica requiere de un profesional bien preparado para que logre un ambiente interactivo adecuado con los estudiantes.
Existe un insuficiente desarrollo de la comunicación pedagógica en los egresados de Cultura Física según las investigaciones de la Dra C Elsa Sivila (1999) y más aún en el caso concreto con los sordos, para solucionar esta problemática, el profesional de Cultura Física que trabaja con sordos, debe dominar ampliamente la lengua de señas, ya que a través de ello es que puede darle cumplimiento a las siguientes exigencias de carácter didáctico y oratorios, imprescindibles para desarrollar con éxito el proceso de enseñanza Aprendizaje en el deporte.
Estimular en los alumnos la actividad intelectual a través del análisis, la reflexión, el juicio y la valoración teniendo presente las necesidades y expectativas de los estudiantes.
Desarrollar la creatividad en los estudiantes mediante el uso de procedimientos didácticos novedosos y participativos.
Aprovechar las vivencias personales de los estudiantes en el planteamiento de los problemas docentes.
Exigir valoraciones amplias y profundas mediante interrogantes que no pueden ser respondidas con monosílabos o pequeñas oraciones.
Ajustarse al tiempo de la actividad docente, sin caer en esquemas rígidos, nunca debe dejarse una interrogante sin aclarar o al menos orientar su aclaración.
Promover una motivación positiva por la actividad teniendo en cuenta las características del material, las condiciones del local y las necesidades y posibilidades de los estudiantes.
Exponer desde un inicio la lógica de la actividad y los contenidos a tratar, creando una base orientadora de la acción y sensibilizando a los alumnos con los objetivos a vencer.
Desarrollar las actividades docentes con frescura y espontaneidad, sin caer en esquemas.
Estimular el diálogo, el debate y la participación consciente y espontánea de los alumnos.
En el caso de los estudiantes sordos, para poder cumplir con estas exigencias didácticas, el maestro debe apoyarse mucho en recursos naturales, en medios de enseñanza, en demostraciones prácticas en el terreno o laboratorio o cualquier otra instalación acondicionada al efecto, ya que estos alumnos con mucha facilidad se distraen, además de que por utilizar por mayor tiempo y esencialidad los analizadores visuales, se apropian con mayor facilidad y calidad de los conocimientos, utilizando estas vías.
En el aspecto oratorio las exigencias a cumplir son:
Explotar óptimamente los recursos de la Lengua de Señas en la búsqueda de lo original, lo interesante, lo que mantenga la atención en el contenido que se imparte.
Utilizar recursos de otra lengua (oral) de manera muy concreta y en función del contenido que se expone, evitando su uso parásito e indiscriminado.
Utilizar al máximo todas las posibilidades de la Lengua de Señas sin caer en posiciones rebuscadas o artificiosas, cuidarse de la retórica o movimientos parásitos, así como de un vocabulario preñado de clichés o comodines.
Utilizar bien las emociones, en armonía con las señas propiamente dichas.
Cuidar la dicción, las palabras deben emitirse con exactitud y limpieza de movimientos de las manos.
Delimitar bien que el proceso de enseñanza es un acto discursivo peculiar y diferente ya que requiere de reiteración, repetición, descripciones, explicaciones, por lo que el ritmo y la entonación están en constante cambio.( mediante el uso de la lengua de señas )
Sobre la base de estos aspectos teóricos es que podemos desarrollar una competencia comunicativa en los profesionales de Cultura Física que trabajan directamente con discapacitados sensoriales auditivos severos, pero logrando además una diferenciación en la enseñanza y aprendizaje de la lengua de señas, en el programa que se desarrolla dentro del entrenamiento propuesto y así lograr más eficacia y mejor comunicación.
Conclusiones:
Es indudable que la comunicación como fenómeno sociopsicológico y espiritual, está en la base de todo proceso que desarrolla el hombre, sobre todo desde la perspectiva de las relaciones interpersonales.
Las personas sordas que carecen esencialmente del lenguaje oral, tiene su propia lenguaje, de características viso-gestual pero que cumplen en ellos, las mismas funciones que el lenguaje oral para las personas oyentes, es or ello, que todo profesional que intente lograr una comunicación asertiva con estas personas, debe conocer su lengua natural y más aún sus características psicológicas, sociales, comunitarias, culturales entre otras, como una manera ética y científica de reconocer la diversidad humana.
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Tesis Doctoral. ISCF. La Habana. Cuba. 2004
Autor:
Lic. Jose Rafael Proenza Pupo.
( Cuba )
Doctor en Ciencias y Profesor Titular.
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