Indice1. Introducción 2. ¿Qué es el ánime? 3. ¿Qué es la censura? 4. La censura en el ánime 5. Conclusiones 6. Bibliografía
La animación japonesa ha alcanzado en los últimos años una gran difusión internacional. Dado que las historia que con llevan a que allá alcanzado esta popularidad está explícitamente dirigido a las personas mayores de 18 años, no por que ya alcanzaron la mayoría de edad, sino por qué se sobre entiende que ya tiene el criterio suficiente para saber lo que les gusta y distinguir de la violencia real y la de ficción, algunas personas comentan que la violencia o el sexo sugerido que contienen las series animadas reflejan lo violento que puede ser su autor, pero en algunos casos es un reflejo de la sociedad en la que viven o solo tienen otra visión de la violencia debido a sus rasgos culturales.
La mayor parte de la población que mira estos tipos de animaciones tienden ser jóvenes de 12 a 15 años a lo que estos se identifican en muchas ocasiones con la violencia que contienen ya que pueden estar acostumbrados a ella por el lugar donde viven, o por la misma violencia familiar.
Pero principalmente el problema radica en que la mayor parte de las personas cambia su conducta de pacifica a violenta y tienden a ocasionar problemas interfamiliares la mayor parte de las padres se lo atribuyen a las series animadas u otros programas que contienen violencia o sexo sugerido, sin darse cuenta que la responsabilidad es de ellos ya que tienen la obligación de supervisar a cierto grado lo que miran sus hijos y no deslindar la responsabilidad a las televisoras o emisoras comerciales.
Si hay una actividad socorrida a la hora de entretenerse (aparte de ver T.V. y leer cómics), definitivamente es sentarse cómodamente para gozar de una buena película, ya sea en una sala cinematográfica o en un sillón de la casa (gracias a las videocaseteras).
Ahora bien, no nada mas Hollywood produce filmes, ni en Japón sólo se producen mangas (lo que aquí en México podemos llamar como una revista historietas pero en su formato japonés, por lo regular en blanco y negro) y videojuegos. En la Tierra del Sol Naciente se realizan películas de casi todo tipo; sin embargo, la ideología japonesa es muy compleja comparada con la occidental, de modo que aquí se conocen pocas películas niponas, ya que a criterio de las grandes distribuidoras, tales cintas no serían rentables por confusas que son para él publico occidental. Así la situación, difícilmente algunas de estas películas se verán en circuitos comerciales, por lo que cualquier interesado tendrá que cualquier interesado tiene que recurrir a distribuidores alternativos de las películas en video, muy vastos en Japón.
Aquí cabe hacer nota de un detalle: las películas japonesas se producen en dos formatos: el primero, el conocido formato en celuloide para las salas de cine (con producciones de alto presupuestos); y el segundo, en cinta magnética, es decir, películas producidas directamente en video, y éstas por ser bastantes más económicas al producirse, a veces pasan a ser populares como cualquier serie televisiva (aunque no tan frecuentes). Por cierto, si en gustos se rompen géneros, las películas japonesas no son la excepción, y existen infinidad de géneros y subgéneros para todos los gustos pero algunos de ellos exclusivos del mercado oriental. Pero para darnos una mejor idea se haremos una rápida revisión:
En primer lugar y por mencionar el género que más llega a América, esta el ánime también conocido como animación japonesa o japanimation. Los dibujos animados son mas socorridos para hacer series de T.V., y también se recurre a ellos para hacer largometraje y cortometraje. Buena parte de ellos se basa en mangas o videojuegos, pero también existe una gran variedad de producciones originales.
Hoy hay una gran variedad de subgéneros que van de las convencionales aventuras de robots gigantes, hasta las de corte total y netamente eróticos (siempre en dibujos animados y con rostros de ojos enormes), sí bien se exhiben en salas, su distribución habitual es de video y DVD.
Sin embargo, no nada más el ánime se basa en mangas, ya que existe un oscuro subgénero de cine tipo "B" que realiza adaptaciones de mangas populares con actores reales; pero, desafortunadamente, con bajisimos presupuestos.
Comúnmente, nos referimos a la censura, como aquella actividad según la cual alguien decide por mí, si puedo o no ver tal o cual imagen o texto, coartando mi derecho a decidir que ver y que no. Por extensión, reclamamos que se nos censura, cada vez que no podemos ejercer nuestro derecho a decidir, sino que alguien más decide por nosotros.
Debemos entender que la censura puede provenir de diversas fuentes, luego de analizar un poco el tema, concluyo que las fuentes básicas son:
- Imperio de la ley
- Censura moralista
- Censura ideológica
- Derecho de edición
Somos censurados, cada vez que se nos impide ejercer nuestro derecho a la libre determinación, sin embargo, no siempre estamos (o debiéramos estar) en contra de ello. Para cualquiera de nosotros, debería ser claro, por ejemplo, que se debe impedir a un conductor el guiar su automóvil por donde le plazca. Hay normas de tránsito (como por ejemplo el sentido de las calles) que deben ser respetadas, si no se cumplen, el riesgo que enfrentamos todos (peatones y conductores) es demasiado elevado. De la misma forma, yo soy el responsable de este trabajo, y de lo que está escrito en él y nadie, por mucho derecho a la libre expresión que se tenga, puede obligarme a mí a instalar en estas páginas textos con los que no estoy de acuerdo.
Lo que nos molesta, es que alguien decida, en virtud de sus propias creencias personales, y no necesariamente compartidas por el resto, que podemos y que no podemos hacer, ver o decir.
Fuentes de la Censura Imperio de la Ley La Ley, por definición, es aquella según la cual "se obliga, permite o prohibe". Claramente, la definición suena a Censura, y aunque en el fondo es censura, se supone que la Ley es clara, conocida y compartida por los ciudadanos.
Antes de continuar, valga hacer una importante aclaración, cuando digo que el Imperio de la Ley implica una forma de censura, no me refiero específicamente a la actual Ley de Censura vigente en nuestro país, sino que al conjunto de leyes. En lo personal, pienso que la Ley de Censura (o mejor dicho, las que rigen al Consejo de Calificación Cinematográfica, CCC también conocido como "Censura" y al Consejo Nacional de Televisión – CNTV), corresponden a una fuente moralista de censura, pues al momento de censurar, se invoca a la Moral y las Buenas Costumbres.
Las leyes, en general, no están ahí porque sí. Un análisis simple revela su necesidad de existir como el rayado que define la cancha en la cual nos movemos y actuamos diariamente. La Ley obliga, permite o prohibe prácticamente todas las acciones de nuestra vida, y por lo mismo debe ser clara, en su letra y espíritu, para cumplir a cabalidad su objetivo.
Por lo demás, la Ley no nace por simple inspiración de algún iluminado, debe surgir de las necesidades concretas de los ciudadanos; y aunque en muchas ocasiones, de nuestra herencia moral y cultural, debe ser validada por la mayoría de los ciudadanos, respetando el sentir de la minoría en desacuerdo.
Recordemos, en todo caso, que la existencia de muchos ladrones, no debe ser razón para decidir que el robo es legal. Por otra parte, la Ley jamás debe entrar en terrenos intangibles (como es el de las ideas), sino que debe remitirse a acciones concretas, claramente demostrables y desmentibles, según sea el caso.
Resumiendo, tenemos que la existencia de leyes, limitan nuestra capacidad de decisión al buscar asegurarnos un castigo en caso de que ejecutemos tal o cuál acción, sin embargo, y pese a que a algunos no les guste, existe el más amplio consenso respecto a que las leyes son necesarias.
Censura Moralista Para hablar de esta fuente, primero es necesario definir la "Moral", luego un término muy utilizado junto a ella, conocido como "Buenas Costumbres" y finalmente, el manoseado "Sentido Común". Se entiende por "Moral" aquél conjunto de reglas que determinan si tal o cual acción es "Buena" o "Mala"; y por lo tanto se debe buscar su realización cuando es buena o rechazarla de plano cuando es mala. La fórmula clásica de reglas de la Moral, proviene de las creencias religiosas, donde los encargados del culto, son llamados a analizar cada situación o acción posible, y definir su nivel de bondad/maldad. Mucho se ha discutido respecto de sí es posible – o no- la existencia de una moral que no surja de creencias religiosas, hasta ahora, al menos, sabemos que existen ciertos valores morales universales, como es el principio básico del Derecho a la Vida (aunque cada moral/cultura establece excepciones al respecto). Por lo tanto, hasta ahora, debemos mantener la idea de que la Moral está estrechamente ligada con la Religión.
El segundo término, "Buenas Costumbres" (también conocido como: "bien nacido" o "de buena cuna"), aunque ligado a la moral no está directamente relacionado, su sentido es el de referirse a aquellas acciones que históricamente han sido consideradas, en una región específica, buenas o malas, pues su sentido de "bien" o "mal" es comprensible (o debiera serlo) en sí mismas, sin la necesidad de que un Ministro de Culto lo establezca o confirme. Destaco la palabra "históricamente", pues aunque se supone que las buenas costumbres tienen larga tiempo, a menudo una situación de moda las modifica dinámicamente y generan una nueva, buena costumbre.
Por otra parte, el sentido de las buenas costumbres es localista (un ejemplo de este último caso es "sorber la sopa", que para nosotros, no es de buena costumbre, pero si lo es en otras latitudes) y por lo tanto varían de lugar en lugar al punto de que lo que aquí es de buena cuna.
Así, se establece que es de "buena costumbre" la higiene personal, aun cuando nuestros ancestros culturales tuvieron muchas dificultades para aceptarla. Otros ejemplos de buenas costumbres son: ceder el asiento a los mayores, no eructar en la mesa, etc.
El tercer término es el Sentido común, también llamado "el menos común de los sentidos". Este término, demasiado manoseado y recurrido, se refiere, ni más ni menos, a hacer caso de la Moral y las buenas costumbres. Siempre que se utiliza, se hace para discutirle a alguien él por que hizo tal o cual cosa que el Sentido común (Sea la moral o las buenas costumbres) muestran que no se debe hacer.
Claro es que, para aplicar el Sentido Común, se requiere definir una religión como la base de la moral, lo cual comúnmente se hace en virtud de una estadística que dice cual es la religión más seguida en el país o más claramente aún, cuando el país se define como confesional de una religión en particular. En mi opinión la expresión "Sentido Común" se utiliza cada vez que alguien desea ocultar el hecho básico de estar definiendo que es lo que esa persona entiende por Moral y Buenas Costumbres. Un ejemplo canónico de esto es la frase "Es de Sentido Común: con lo sagrado no se juega".
Dicho lo anterior, se entiende a la censura moralista, como aquella que surge cuando alguien pretende obligar a todos los ciudadanos a seguir sus criterios de Moral, Buenas Costumbres y/o Sentido Común. El mayor problema de este tipo de censura, radica en que los ciudadanos no la comparten (ni debiera existir la obligación de hacerlo) y lo que es peor, no es una definición clara.
Censura Ideológica La Censura Ideológica, es aquella según la cual una persona o ente, se arroga el derecho de decidir si ciertas ideas (sin contar las acciones, sólo las ideas) son peligrosas para la sociedad. Éste tipo de censura, surge junto a regímenes políticos totalitarios, y comúnmente intenta suprimir cualquier pensamiento que disienta de la postura oficial. También se recurre a ella, cuando se decretan estados de excepción (principalmente en caso de Guerra) intentando justificarla en función de labores de inteligencia para prevenir formas de espionaje. Por otra parte, como no es posible demostrar que una persona pensó algo, normalmente la Censura Ideológica trae consigo un segundo mal social: La Tortura, como medio o herramienta para que el inculpado confiese "sus malos pensamientos".
Derecho de Edición
El derecho de Edición es aquél que asiste a cualquier responsable legal de una publicación a determinar que quiere decir, como decirlo y cuando decirlo.
Durante algún tiempo, cuando se hacía propaganda para la prevención del SIDA, dos cadenas de televisión fueron inflexibles es su rechazo a transmitir la publicidad gubernamental al respecto. En ese momento saltaron las voces airadas de quienes apoyaban la campaña publicitaria, reclamando por la censura que estas cadenas ejercerían.
Hay que ser claro, la existencia de cualquier medio de difusión depende de la libertad del representante legal de éste para poder ejercer su derecho de edición. ¡Impedirlo es censura!
Para quién ha visto manga o ánime, hay algunos detalles que destacan, por ejemplo, la violencia, la homosexualidad, o sexo sugerido. En estos aspectos el manga es mucho más liberal que el americano, el cual gracias al Cómic Code Authority, se autocensura, cosa que no sucede en Japón. Ahí si es posible ver el manga con homosexualidad dirigida a niños.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, el Japón se adopto a los cómics americanos en cuanto a la violencia limitada y héroes moralistas. Fue hasta la década de los ’60 que, artistas como Fujiro Akatsuka, comenzaron a crear cómics surrealistas y atrevidos sobre patología, y con el tiempo llegaron a describir situaciones de sexo en materia dirigido a niños.
Todo esto atrajo la atención de la PTA (es un grupo japonés que tiene como objetivo censurar todo aquello que este fuera de la moral y las buenas costumbres). La PTA siguió el ejemplo de los americanos de la famosa cacería de brujas, originada por el libro del Dr. Fredric Wertham, Seduction of the Innocent (seducción de los Inocentes) y realizo una quema de material ofensivo en Okayama; así mismo adoptó el lema "¡Uranai, kawanai yomanai!" (¡No los vendan, no los compren, no los lean!). Sin embargo, la violencia y la sexualidad aún existen en los Manga modernos.
La razón de esto se encuentra en la Constitución, la cual prohibe la censura. Sin embargo en el código penal del Japón establece en el articulo 179, que es ilegal distribuir, vender o mostrar material impreso o en cinta de video obsceno; esta ley se aplica principalmente a las revistas y películas para adultos. El mismo articulo establece que los cómics no deben mostrar genitales adultos, vello púbico o cualquier modalidad de relación sexual, gráficamente; no obstante este articulo tiene una laguna acerca de los genitales infantiles " o los que carezcan de vello púbico" .} En la cuestión de la violencia en el manga o ánime no esta prevista en las leyes y corre totalmente a criterio de autor. Sin embargo los autores hacen uso de todo tipo de argucias para representar el acto sexual . En el ánime, la situación es más fácil, ya que se pude digitalizar o editar la imagen. No deja de ser absurda la digitalización en el ánime para adultos , ya que esta dirigido al publico mayor, que sabe lo que esta comparando.
La animación japonesa a pesar de ser un vinculo entre naciones, en México existen muchas organizaciones que pretenden censurar todo lo que se encuentran en su camino (ya que no tienen nada mejor que hacer), ya tenemos el caso de algunas series atacadas por este medio, entre ellas, hay una serie llamada Neo Genesis Evangelion que al momento que una televisora compro los derechos para ser transmitida en este país la "santa" iglesia ( que sin ofender a nadie yo pongo en tela de juicio eso de santa) pego el grito en el cielo ya que esta serie esta basada en la religión evangelista y contradice directamente a la iglesia católica.
Así concluyo, que la animación japonesa no es mala para las personas que tienen un criterio amplio, sino para las personas que están tapadas del cerebro y no salen de la iglesia, que para colmo de males son priistas y se la pasan viendo el canal del desagüe (para quien no lo sabe el canal 2 de México), o simplemente no les gusta.
Y sobre la censura concluyo que: La censura es la manera de que el gobierno o cualquier medio o persona nos hace decir lo que no queremos y nos prohibe decir libremente lo que pensamos, así como ya dije antes no dejes que las personas te manipulen para lograr lo que desean, di lo que piensas sin dañar a terceros por que simplemente, ¡Impedirlo es censura!.
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Libro de autodefensa constitucional Alfredo de Marqués García Editorial océano
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Editorial vid ¿Hasta donde podemos llegar? Fareen Gortimar y Moemi Amano Editorial Noriko Tokio, Japón
Autor:
Pavel Eduardo Jimenez Vergara