Impacto económico y social de las sequías en la población humana y animal
Enviado por Iliana E. Méndez Hernández
- Resumen
- Introducción
- Conceptualización y clasificación de las sequías
- Principales factores que propician la instauración de las sequías
- Cuándo avizoramos una sequía
- Las sequías e impactos
- Las sequías y su ciclicidad
- Cómo debemos accionar para mitigar los perjuicios de las sequías
- Bibliografía
Resumen
En este documento se aborda aspectos relacionados con las sequías, las cuales potencialmente causan el mayor impacto económico y las que afectan al mayor número de personas y animales; siempre o casi siempre, producen un impacto directo y notable en la producción de alimentos. Las mismas afectan a grandes regiones geográficas, a menudo abarcando países enteros o partes de continentes, pudiendo durar varios meses y/o varios años. Su impacto en una población o región particular está relacionado con la gravedad y naturaleza de las sequías, pero igualmente, y a veces mucho más importante, con la naturaleza de la economía y sociedad del área afectada. También se expone el modo accionar con el propósito de minimizar los perjuicios que esta puede acarrear en los diferentes sectores, agrícolas y población humana. Se ha llegado a la conclusión de que las consecuencias reales y potenciales de este tipo de desastre están adquiriendo tal gravedad que en lo sucesivo habrá que prestar más atención a las actividades de planificación y protección.
Palabras claves: desastres naturales, sequías
Introducción
Los desastres naturales han planteado, y siguen haciéndolo, grandes amenazas al desarrollo sostenible, ya que se pierden recursos para el desarrollo cuando a causa de un desastre desaparecen los resultados de una inversión. Se produce una nueva pérdida de recursos como consecuencia del descenso de la producción de bienes y servicios.
Los países pobres son los más perjudicados ya que aún no han alcanzado los niveles de desarrollo económico que pueden calificarse de sostenible. Al desviar recursos hacia actividades de socorro se dificulta el avance hacia el desarrollo sostenible.
Durante los últimos decenios la comunidad internacional ha desarrollado una alarma creciente ante desastres que por afectar a concentraciones cada vez mayores de población, ha tendido a ser cada vez más destructivos.
Aunque la respuesta de la comunidad internacional ha estado fundamentalmente orientada hacia las medidas de socorro se ha llegado a la conclusión que las consecuencias reales y potenciales de los desastres están adquiriendo tal una gravedad y un alcance tal que en lo sucesivo habrá que prestar más atención a las actividades de planificación y prevención. Los efectos de los fenómenos naturales deben enfocarse no solo desde el punto de vista humanitario y social general, sino también y primordialmente desde el punto de vista económico.
Las pérdidas acusadas por los desastres naturales en algunos países en desarrollo propensos a los mismos a provocar una reducción del producto interno bruto que anula todo proceso económico real de una nación.
Las catástrofes naturales se ven agravadas por la intervención humana sobre el medio: desecación de humedales, incendios forestales, la deforestación de bosques, inundaciones e intensas sequías. Aumentando la frecuencia y violencia de los desastres meteorológicos que amenazan cada vez más la humanidad a la cual le resulta muy difícil prever y contrarrestar la intensidad del viento, la lluvia y el sol.
La desertificación y las sequías son fenómenos globales catalogados como desastres por su fuerte y negativo impacto sobre la supervivencia humana; el Programa Nacional de acción contra la desertificación y la sequía en Cuba (PNA) responde a la necesidad del país de integrar las acciones de los organismos de la Administración Central del estado y de la sociedad en general, a fin de prevenir y detener los procesos de degradación de los suelos, rehabilitar los ecosistemas afectados y mitigar los efectos de la sequía. Responde asimismo a uno de los compromisos contraídos por Cuba, como país parte de la convención de las Naciones Unidas de la lucha contra la desertificación y la sequía.
La magnitud de una sequía generalmente está relacionada con la vulnerabilidad que tienen los elementos en riesgo (personas, animales, instalaciones, otros) y el nivel de preparación alcanzado por la comunidad, razón por la cual siempre resulta necesario buscar la manera de compatibilizar el desarrollo social y económico.
Conceptualización y clasificación de las sequías
2.1. CONCEPTUALIZACIÓN.
La sequía se define como un evento en que la demanda supera a la oferta de agua, generándose un déficit que tiene asociado un daño; si no hay daño, no se habla de sequía, aun cuando haya déficit. El concepto de sequía tiene varias aplicaciones; se habla de sequías meteorológicas, cuando hay escasez de lluvias, y de sequías hidrológicas, cuando hay escasez de caudales. Cada evento de sequía queda caracterizado básicamente por la duración del déficit, la intensidad del déficit y la magnitud del déficit. El análisis espacial continúo de estos eventos permiten, además, determinar el área de influencia espacial de cada sequía.
También se puede definir como Sequía: Un período extenso de sequedad; generalmente cualquier periodo de deficiencia de humedad que está por debajo de lo normal para una área específica. Compartiendo este concepto, hay varias definiciones que tienden a ser conceptuales u operacionales y varían de acuerdo a la disciplina (sequía meteorológica, sequía agrícola, sequía hidrológica, sequía socio-económica) y de acuerdo al país.
El término sequía hace referencia a la relativa escasez de agua, no a su falta absoluta, que haría de la tierra un desierto inhabitable. En la naturaleza existen periodos considerados lluviosos y otros poco lluviosos en los que disminuyen las precipitaciones. Esas variaciones temporales son normales y necesarias. El problema surge cuando estos procesos se alteran.
Desde hace más de un siglo, el término sequía se utiliza para significar la escasez de lluvia que genera un desequilibrio hidrográfico grave en alguna zona del planeta, con efectos generalmente devastadores.
Los pozos se secan, las cosechas sufren daños, se interrumpen procesos industriales vitales y las economías reciben afectaciones severas, sobre todo las más frágiles, que están localizadas en los países del llamado Tercer Mundo.
Las sequías tienden a ser más graves en unas zonas que en otras, pueden durar años y suelen producirse en las latitudes entre los 15 y 20 grados, en áreas que bordean los desiertos o zonas permanentemente áridas del mundo.
2.2. CLASIFICACION DE LAS SIQUIAS Y DESCRIPCION DE LAS SEQUIAS.
Se puede decir que existen diferentes tipos de las sequías:
Sequías meteorológicas: Variación de la precipitación de lo normal en un período de tiempo. Esta comparación debe ser especificada a una región y debe estar basada en el buen conocimiento del clima regional.
Sequía hidrológica: Este tipo de sequía está referida a la deficiencia en la superficie o bajo superficie de las aguas, tales como lagos o reservorios, manantiales y riachuelos.
Sequías agrícolas: Se presentan cuando no existe suficiente humedad en el suelo para cumplir la demanda de ciertos productos agrícolas en ciertos tiempos determinados.
Sequías socio-económicas: Se dan cuando el abastecimiento de provisiones y servicios como el agua, pasto, o energía eléctrica está afectado. Este concepto comprende la relación entre las sequías y las actividades humanas.
Algunos estudiosos distingue solo tres tipos diferentes de sequía, específicamente meteorológica, hidrológica y agrícola. Particularmente en el caso de las sequías meteorológicas y agrícolas, erróneamente se consideran sinónimos. De estos tres tipos de sequías, los primeros dos describen fenómenos físicos, mientras que el tercero describe el impacto de los dos primeros en la producción agrícola. Es necesario distinguir claramente entre estos tipos y aclarar cómo se relacionan entre ellos.
El agua usada para sustentar la actividad humana se deriva de la lluvia directa o de lluvias previas que se ha almacenado temporalmente en ríos, lagos, acuíferos subterráneos y campos nevados y glaciales. En el caso de algunos acuíferos y glaciales, dichos almacenes pueden contener lluvia que cayó décadas o aún siglos antes. Una disminución temporal de cualquiera de estas dos importantes fuentes hidráulicas puede causar una sequía.
La sequía meteorológica describe una situación en la cual hay una disminución en la caída de lluvias durante un período específico (día, mes, estación o año) por debajo de una cantidad específica, normalmente definida como alguna proporción del promedio a largo plazo para un período de tiempo específico. Su definición sólo comprende datos de precipitación.
La sequías hidrológicas se refiere a una disminución en los recursos acuáticos (flujos de ríos, nivel de lagos, agua subterránea, acuíferos subterráneos) por debajo de un nivel determinado durante un período dado de tiempo. Su definición incorpora datos de disponibilidad y tasas de consumo basadas en el suministro normal del sistema (uso doméstico, industrial, agricultura de riego).
La distinción entre los dos tipos puede ser a menudo confusa ya que la sequía hidrológica puede ser causada por disminución de la precipitación en cualquier lugar dentro del área de captación del río o del sistema acuífero.
De este modo, las regiones agrícolas de riego a lo largo del río Nilo en Egipto pueden experimentar una sequía hidrológica como resultado de una sequía meteorológica en las regiones montañosas de Etiopía, sin considerar los niveles de lluvia dentro de Egipto. En el caso de los ríos alimentados por el derretimiento de las nieves en área irrigadas río abajo pueden experimentar una disminución en la disponibilidad de agua como resultado de la reducción de las nieves derretidas causados por temperaturas más bajas de lo normal durante los meses de verano. Las regiones que captan su agua de acuíferos subterráneos mediante manantiales y pozos perforados pueden experimentar una sequía hidrológica como resultado de los cambios geológicos que reducen parte de los acuíferos. El uso excesivo del acuífero también puede resultar en su agotamiento.
Las sequías agrícolas son producto del impacto que las sequías meteorológica y/o hidrológica provocan en el crecimiento y rendimiento de los cultivos. Los cultivos requieren condiciones particulares de temperatura, humedad y nutrientes durante su crecimiento para que puedan alcanzar su crecimiento máximo. Si la disponibilidad de humedad es menor de la cantidad requerida durante el ciclo de crecimiento, entonces el crecimiento será afectado y la producción se reducirá. Sin embargo, las sequías tienen diferentes impactos en diferentes cultivos. Por ejemplo, el ajonjolí a menudo prospera en años secos. Es difícil medir la sequía agrícola dada la complejidad de las relaciones entre los factores operantes. Una baja en la producción puede deberse a humedad insuficiente pero también puede deberse o agravarse por factores tales como la falta de disponibilidad de fertilizantes, falta de deshierbado, la presencia de pestes o enfermedades, la falta de labor en los períodos críticos del crecimiento y precios poco favorables. También puede ser que todos estos factores estén interrelacionados y agraven las condiciones. Por ejemplo, en la sequía de 1984 en Etiopía, la sequía contribuyó a una infestación del gusano devastador, la cual aumentó notablemente el daño de los cultivos.
La sequía, evento extremo dentro de la variabilidad climática es un proceso de desarrollo lento con efectos generalmente de larga duración y alto costo. El déficit de agua que provoca, pone en serias dificultades a las regiones que afecta con consecuencias económicas, sociales y ecológicas indiscutibles, más severas en la medida en que se está menos preparado para afrontarlas.
Las investigaciones sobre sequías son extensas, sin embargo el fenómeno se define y se mide mediante diversos criterios y parámetros; por lo general, en términos de variables meteorológicas, hidrológicas y agrícolas.
Las sequías meteorológicas son medidas por la deficiencia de precipitaciones comparada con la precipitación normal captada.
La sequía hidrológica está delineada por la disminución del abastecimiento de agua de las corrientes fluviales y del acopio superficial y subterráneo. Así, los factores no meteorológicos, como la demanda de agua, la disponibilidad de depósitos de agua superficiales y la construcción de pozos, ejercerán influencia en los efectos de las sequías hidrológicas. La falta de precipitación -que está por encima de lo normal- se usa como medida para las sequías agrícolas. Su gravedad se acrecienta por las grandes pérdidas de evapotranspiración.
Principales factores que propician la instauración de las sequías
Las sequías como fenómeno climático recurrente, es provocado por una reducción en la precipitación que se manifiesta en forma lenta, y afecta a personas, actividades económicas y al medio ambiente. Por lo general, en el área Centroamericana está asociada al fenómeno ENOS (El Niño Oscilación del Sur), el cual tarda en regresar entre dos y siete años, por lo general presenta una duración entre 14 y 22 meses.
Entre los diferentes causales para este tipo de desastre sobresalen las siguientes:
–La pobreza, crecimiento de la población sin control, urbanización rápida sin ser compatibilizada, desarrollo de las áreas rurales en forma descontrolada, degradación ambiental, carencia de programas de desarrollo sostenible y de conocimientos e información sobre los desastres
La integralidad de estos todos factores que de una u otra forma influyen en el inicio, repetitividad, intensidad, duración y cese de los procesos de sequía. También a de destacarse los cambios en los patrones estacionales de la circulación atmosférica, mayor o menor humedad relativa, presencia del ENOS, condiciones físico-geográficas y otros factores.
El fenómeno del Niño (Oscilación del Sur) constituye un elemento que influye significativamente en el comportamiento de las lluvias en nuestro continente propiciando la aparición de intensas sequías.
Los procesos de urbanización, el crecimiento poblacional, el desarrollo de la actividad agrícola, ganadera e industrial, el auge turístico, el mayor consumo de energía, los mayores requerimientos de agua para consumo humano, y la reducción en la disponibilidad de agua de la calidad requerida para ciertos usos, son algunos de los factores que hacen que cada día crezca la presión sobre el agua y con ella la vulnerabilidad a las sequías.
La degradación de los recursos naturales pueden ser más bien considerados como ¨ factores agravantes ¨ los cuales aceleran y/o prolongan los periodos de desequilibrio hidrológico que agotan la humedad del suelo.
La posición que ocupa el terreno en el paisaje o topografía que inciden de manera directa o indirecta en el comportamiento de las plantas, esto se relaciona con las características de los suelos, como es el caso de terrenos con fuertes pendientes y sujetos a una explotación irracional por el uso humano; tienen suelos muy superficiales y/o de reciente formación a partir de la roca madre; con características texturales gruesas de baja retención de humedad. Lo anterior es agravado por las disminuciones del agua lluvia. Todos los factores combinados contribuyen al desarrollo de la plantación en su época de crecimiento.
Entre las causas que de manera individual o combinada han hecho prevalecer las condiciones de sequía en la región geográfica de Cuba figura en primer lugar, la persistente influencia de marcadas condiciones anticiclónicas en toda el área del Caribe y Centroamérica. Dicha condición provoca un acentuado descenso del aire desde los niveles superiores de la atmósfera, lo cual crea condiciones desfavorables para los procesos de lluvia en los meses de mayo, junio y octubre, al inhibir el desarrollo de grandes nubes. Otro factor ha sido el incremento en la intensidad de los vientos del Este, vinculados al régimen de los alisios sobre nuestra zona, condición que tampoco favorece los mecanismos productores de lluvia.
Las nubes de polvo procedentes del desierto de Sahara pudieran estar influyendo en la ausencia de lluvia en Cuba, según afirman estudios científicos recientes, realizados por varias instituciones internacionales. Las partículas de polvo pudieran estar ayudando a que sean mucho más finas las gotas de agua que forman las nubes, y por tanto hacer que las precipitaciones sean más espaciadas e inconstantes.
3.1. RELACION DE LAS SEQUIAS E INUNDACIONES.
Se vuelve necesario establecer las conexiones entre sequías e inundaciones; esta relación ha sido reconocida por la literatura científica sobre desastres.
La explotación excesiva de las tierras, la deforestación y la erosión resultante pueden aumentar la tendencia de las tierras tropicales tanto a las inundaciones como a las sequías, desastres que, aunque opuestos en apariencia, se hallan íntimamente interconecta.
Cuándo avizoramos una sequía
Se avizora una sequía cuando existe una disminución de las precipitaciones y se empieza a sentir un impacto notable en el área afectada (figura 1). La duración de dicho "período de aviso" varía enormemente entre las sociedades.
Figura 1. Efectos de la sequía.
En muchos países el período de aviso puede ser de varios meses. En otros con una alta proporción de campesinos agrícolas sin tierra el período de aviso puede ser menor, tal vez de sólo unas pocas semanas. Cualquiera que sea el período de aviso, este tiempo permite preparar una respuesta potencial para mitigar los impactos de la sequía antes de que estos sean demasiado severos.
En aquellos países donde el inicio es de unos meses, hay, al menos potencialmente, tiempo suficiente para que la comunidad internacional se movilice llevando ayuda de socorro, incluyendo ayuda alimentaria.
De este modo, mediante sistemas de telecomunicación y monitoreo meteorológica moderna es ahora posible prevenir el exceso de mortalidad resultante de escasez de alimentos causada solamente por sequía. Aunque las sequías tal vez sigan siendo un factor contribuyente a la hambruna, otros factores tales como conflictos armados y política internacional, son ahora invariablemente responsables de impulsar una situación de dificultad económica causada por sequía conducente a las hambrunas.
Para poder alertar tempranamente una sequía de tipo agrícola, se debe monitorear diariamente las temperaturas máximas y mínimas, la humedad relativa, la precipitación y la velocidad del viento como variables de medición directa, a partir de las cuales se estiman todos los parámetros del balance de radiación, hídrico y energético, así como la casi totalidad de los índices climáticos y bioclimáticos conocidos y modelos de impacto biofísico.
Las sequías e impactos
Las sequías es una de las causas fundamentales de desastres a escala mundial.
Las tendencias climáticas observadas en el Caribe Occidental en los últimos 30 años muestran el incremento de la frecuencia e intensidad de este fenómeno. Por tanto, la detección y alerta temprana de la sequía deviene en una tarea de prioridad nacional y regional. Como parte de las estrategias para el enfrentamiento de este fenómeno es necesario estudiar sus causas para que los ecosistemas y todas las actividades socioeconómicas en general tengan una base científica.
El territorio nacional Cubano no está exento de la situación anteriormente descrita, el mismo está sometido a la influencia de los fenómenos naturales comunes a la zona geográfica en la que se sitúa, que determina su magnitud y la frecuencia de su incidencia, que dependen fundamentalmente de su intensidad y efectos colaterales en las características físicas, socio-económicas e históricas de este territorio.
La isla padece por varios años un periodo de sequía persistente que se recrudeció a partir de 2003, fundamentalmente en la zona este. Datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos revelan que en el 2004 el promedio nacional de lluvia fue de 952 milímetros, el 69 por ciento de la media histórica.
Las sequías es el desastre natural que ha afectado a más personas en América Latina y el Caribe. En las tres últimas décadas 43 millones de personas resultaron afectadas por las sequías en esta región.
De todos los desastres naturales, las sequías son las que potencialmente causan el mayor impacto económico y las que afectan al mayor número de personas y animales; siempre o casi siempre, producen un impacto directo y notable en la producción de alimentos.
Los terremotos y los ciclones pueden tener una enorme intensidad física pero invariablemente son de corta duración en un espacio geográfico limitado. En contraste, las sequías afectan a grandes regiones geográficas, a menudo abarcando países enteros o partes de continentes, pudiendo durar varios meses y, en algunos casos, varios años.
El impacto en una población particular está relacionado con la gravedad y naturaleza de la sequía, pero igualmente, y a veces mucho más importante, con la naturaleza de la economía y sociedad del área afectada.
5.1. LA SEQUIA E INFLUENCIA SOBRE LA GANADERIA Y LA AGRICULTURA.
En el campo de la salud animal es común que con posterioridad a los desastres naturales, especialmente cuando se trata de inundaciones, sequías o huracanes, se presenten situaciones de tipo epizoóticas en la ocurrencia de algunas enfermedades transmisibles.
Las sequias potencian las condiciones para la presentación del síndrome desnutrición, particularmente en las regiones donde predominan las formas de producción extensivas, así como en aquellas áreas caracterizadas por las formas de producción familiar y subfamiliar, condición que en ciertas regiones también afecta a otras categorías de la población, favoreciéndose el aumento de la frecuencia de una variada gama de enfermedades infecto-contagiosas y parasitarias.
La actividad ganadera, especialmente de rumiantes, también tiene que adecuarse a los ciclos locales climáticos y bióticos. Un intenso pastoreo en la primavera, por ejemplo, cuando el pasto es tierno y el terreno húmedo, puede causar problemas de pisoteo y compactación de suelos, mientras que una presión excesiva de pastoreo durante períodos de sequía puede desarraigar las plantas y producir aún más presión sobre la vegetación que está tratando de sobrevivir y reproducirse.
Los impactos de las sequías sobre la ganadería pueden ser directos o indirectos. Los animales sufren por las temperaturas altas continuadas y por la falta de agua, pero no será la misma la respuesta de estos a las sequías prolongadas que la respuesta de las plantas, en sus diversas especies y variedades.
Los efectos indirectos se ven reflejados en la escasez de pienso, que afecta al estado de salud de los animales y tiene un gran impacto en la producción ganadera y en el valor económico de la ganadería en general.
La sequía influye sobre el sector pecuario disminuyendo la disponibilidad forrajera, aumenta la mortalidad y morbilidad del ganado, se deterioran los índices productivos y se incrementan extraordinariamente las erogaciones por alimentación, agua y traslados de animales.
En las sequías no solo deben considerarse los efectos inmediatos que son los más prominentes, sino que instauran daños al suelo y a la salud animal que comprometen su adecuada explotación futura y reclaman una atención posterior a la solución del desastre, resultado también del incremento de las perdidas, origina una disminución de productos alimenticios, como viandas, leche, carne, peces y otros.
La natalidad y la mortalidad general son los indicadores que más se deprimen con efecto inmediato producto de los efectos de la sequía sobre la ganadería vacuna. El indicador más afectado lo constituye la tasa de natalidad, siendo relevantes los valores que alcanza la mortalidad general.
Perjuicios de la sequias.
Se producen pérdidas en la calidad y cantidad producida por los subsectores agrícola (pastos inclusive), pecuario, forestal y pesquero.
Sube la tasa de mortalidad del ganado, se aumenta el tiempo para alcanzar el peso necesario para sacar los animales al mercado.
Aumenta la incidencia de enfermedades y plagas en plantas y animales.
La vida silvestre daña las cosechas, se incrementa la depredación, se reduce la productividad de la tierra para cultivos, pasturas y desarrollos forestales.
Se produce una reducción forzada en el pie de cría.
La pérdida de semilla afecta futuras cosechas. La pérdida de alevines debido al decrecimiento de los flujos, reduce las disponibilidades futuras de captura de peces.
Los suelos sufren erosión. Se daña el hábitat silvestre y marino. Se suscitan cambios en las prácticas de uso de la tierra.
Se reduce la disponibilidad de mano de obra en las zonas afectadas al provocarse éxodos hacia las ciudades u otras regiones.
La sequía aumenta la propensión a los incendios forestales, daña las plantas y especies animales.
Provoca efectos negativos sobre la calidad del aire (polvo, contaminantes).
Incide sobre la calidad del paisaje, incrementa la vulnerabilidad a la depredación (al concentrarse las especies cerca del agua), y pone en riesgo la biodiversidad.
La falta de preparación para enfrentar la sequía puede agudizar los efectos sobre el medio. La explotación irracional de recursos naturales, deforestación y técnicas inapropiadas para la conservación de suelos puede ser estimulada por un mal manejo de la sequía.
Las sequías económicamente golpean a la agricultura y los sectores relacionados como la pesca y la forestación, pues depende del abastecimiento de aguas superficiales y sub-superficiales.
Los reducidos ingresos para los agricultores, conducen al desempleo, aumento en el riesgo en el crédito para instituciones financieras, falta de capital y pérdida de ingresos por impuestos.
El precio de los combustibles, energía y de otros productos de primera necesidad aumenta conforme el abastecimiento se va reduciendo. La producción hidroeléctrica puede reducirse significativamente, por lo que la pérdida total de ingreso se traduce en un buen indicador para la evaluación de las sequías, debido a la afectación por parte de esta a la mayoría de sectores.
Según las estimaciones efectuadas por la FAO, han muerto en Etiopia más de tres millones de cabezas de ganado, terneros y vacas de leche, en el año 2000, lo que representa en algunas zonas más del 90 por ciento del total.
El impacto más negativo de la mortalidad del ganado y de su mal estado corporal es la carencia de leche para el consumo humano, en especial para los niños. Incluso animales tradicionalmente resistentes a las sequías, como los camellos, han muerto. Las cifras de mortalidad de los camellos oscilan entre el 5 y el 10 por ciento, las de las ovejas entre el 10 y el 20 por ciento. Además, un pequeño número de animales en buen estado, alrededor de 40.000 bovinos, preferiblemente uno o dos por hogar, serían trasladados a campos donde estarían asegurados el pienso, el agua y los servicios veterinarios. Al final de la crisis los animales volverían con sus propietarios.
La asistencia veterinaria, sobre todo para las ovejas, cabras y otras especies, es también importante, ya que serán fuente de alimentación e ingresos hasta que la crisis se acabe y el número del ganado bovino se estabilice". Las sequías pueden provocar una disminución hasta de un 80 del peso corporal en los bovinos, por falta de pastizales y agua.
La producción piscícola y de otras especies acuáticas se ven afectadas por la reducción considerable de los espejos de agua y de las fuentes alimenticias obligando a la realización de pesquerías urgentes para reducir la densidad de animales, disminuyéndose la productividad de los embalses al tener que comercializar anticipadamente en muchos casos los peces sin que alcanzaran la talla y el peso establecido para cada especie.
Los desastres tienen manifestaciones sobre los animales que varían con el tipo de situación catastrófica originaria (huracán, inundaciones, sequías, epizoótias u otras) y se vinculan con el grado de vulnerabilidad o de brechas presentes en las instalaciones donde viven las especies, los sistemas de crianza y las condiciones ambientales. Los daños que se producen se pueden agrupar de la siguiente forma:
Daños directos sobre la alimentación y otras actividades vinculadas con la producción.
Daños sobre la salud, reproducción y producción de las especies.
Alteraciones inmediatas y mediatas sobre el medio donde viven los animales.
En muchos casos los encargados de ejecutar los proyectos de desarrollo no se dan cuenta de la necesidad de analizar preventivamente las posibilidades de ocurrencia de un desastre para tratar de determinar las áreas o elementos en riesgo, los problemas de vulnerabilidad y otros elementos que propician la no ocurrencia de una situación catastrófica.
Los desastres naturales, en particular sequías, inundaciones y huracanes, provocan a menudo cambios ecológicos que agravan o reducen el riesgo de enfermedades transmisibles. Ello es particularmente aplicable a las enfermedades de transmisión vectorial e hídrica
Las sequías se consideran como uno de los principales riesgos naturales del planeta. Sus efectos se cuantifican en graves daños sobre al medio ambiente, la economía o la sociedad.
Las sequías afectan a todos los sistemas, naturales y artificiales, usuarios del agua. En este sentido, son múltiples las facetas que las sequías tienen y muy variados los daños que pueden producir, dependiendo de la vulnerabilidad de cada sistema. Sin embargo, todas las afecciones producidas tienen un origen común, encontrado en la realización de un evento natural extraordinario, que se repite con poca frecuencia en el tiempo, y provoca una reducción en la presencia de agua, persistente y extenso. Este fenómeno, dada la incapacidad para su predicción, encuentra en el tratamiento estadístico y estocástico de fenómenos aleatorios extremos su vía natural de análisis.
Existe una metodología para la caracterización estocástica de los eventos hidrológicos extremos de sequía de acuerdo a su naturaleza aleatoria. La metodología se basa en la caracterización de las desviaciones persistentes extremas de una variable aleatoria, con respecto a su régimen de variación normal. Esta caracterización se cuantifica en la forma de la frecuencia media de recurrencia, y da lugar a la definición de un nuevo índice de sequías: el Índice de Frecuencia de Sequías (IFS). El índice permite el estudio y evaluación de sequía sobre cualquier variable hidro-climática aleatoria, en la que se manifieste el efecto de las sequías.
La metodología se complementa con una sistemática que permite el análisis de las sequías en su desarrollo espacio-temporal, a través de la elaboración de mapas de IFS. Ello hace posible caracterizar, desde un punto de vista estocástico, la realización de eventos de sequía, incorporando en el análisis el carácter extraordinario manifestado en su comportamiento persistente y extenso. El IFS no establece en su definición el inicio y fin de las sequías, sino que la caracteriza.
En estudios efectuados de las series de producción de leche en un periodo de cinco años, así como los indicadores reproductivos colectivos e individuales de los rebaños ubicados en un área amenazada por la sequía, mostraron que los valores más bajos de producción de leche coinciden con los meses en que se constata la sequía. Se observó además que en estos meses los indicadores reproductivos sufren una fuerte afectación, con la consiguiente repercusión en la producción en meses posteriores en los que puede ya no haber sequía.
Las sequías también ocurren comúnmente en zonas que han sido inundadas anteriormente, donde los suelos se han lixiviado de sustancias orgánicas. Durante las sequías, el ganado pierde peso y eficiencia reproductiva rápidamente. Estos dos problemas dan lugar a una considerable pérdida económica y a una disminución del suministro de alimentos para los seres humanos.
Cuando el ganado bovino busca alimentos y agua en zonas afectadas por la sequía hay probabilidades de que consuma alimentos y agua que no son apropiados, que pueden provocar enfermedades o agravarlas, causarle pérdida de peso extrema y la muerte.
Los pozos y los bebederos que tienen poco agua pueden tener mayores concentraciones de sal y otros solutos nocivos, lo cual hace que el sabor del agua sea desagradable o que sea peligroso beberla.
Las sequías han impactado en forma severa no sólo la producción agrícola y ganadera, sino también la generación de energía eléctrica y el abasto de agua a ciudades y comunidades rurales. Estos eventos, explica, provocan desplomes en la producción nacional de alimentos.
5.2. IMPACTO DE LA SEQUIA SOBRE LA POBLACION HUMANA.
Con respecto a los impactos sociales, las sequías comprometen a la seguridad pública, la salud, problemas entre los usuarios del agua y disminución de la calidad de vida.
Las migraciones de la población afectada es un problema significante en muchos países, el cual es estimulado por la mayor cantidad de agua y comida en otros lugares. La migración también suele ocurrir hacia las zonas urbanas dentro del área afectada, las personas rara vez regresan a sus hogares, privando a las zonas rurales de recursos humanos necesarios para el desarrollo económico.
En lo relativo a la salud, las sequías tienen mucha importancia en la causa de la malnutrición y hambruna, un problema muy significante a nivel mundial.
Las sequías pueden tener un impacto sobre la salud humana en los países en vías de desarrollo, por sus efectos adversos sobre la producción alimentaria y sobre la higiene, debido a la utilización del agua fundamentalmente para la limpieza.
Las epidemias de malaria pueden producirse durante las épocas de sequía como resultado de los cambios geográficos causados por el vector de la enfermedad.
La ONU denuncia que la sequía es una de las principales causas de pobreza en el mundo y que está empujando a las personas a emigrar de sus países. El África sub-Sahariana, el Sahel y el Cuerno de África son las zonas más afectadas del mundo. Según algunas predicciones, más de 60 millones de personas de esta zona emigrarán al Magreb y a Europa antes de 2020.
Con el desusar de los años (1931 a 2004) en Cuba se ha presentado una disminución de las precipitaciones, afectándose las tres regiones (Occidental, Central y Oriental) del territorio. Sigue observándose la profundización de la sequía en la región Oriente y Centro y su avance hacia el Oeste. La situación general es desfavorable.
Ante la crítica situación del impacto de las sequias se siguen tomando medidas de emergencia como el espaciamiento de los ciclos de distribución del líquido, mediante el suministro por camiones cisterna y la perforación de nuevos pozos.
5.3. IMPACTO DE LA SEQUIA Y REPERCUSION EN EL MEDIO AMBIENTE.
Los impactos ambientales son evidentes sobre el daño que causan a las especies animales y vegetales, a la calidad el agua y del aire. Pueden ocurrir perdidas de humedales, lagos y vegetación.
Una sequía extendida puede conducir a la desertificación, incendios forestales y vecindades, en corto tiempo y a la degradación general de la calidad de las tierras. Algunas veces los efectos son de corta duración y pronto se puede regresar a condiciones normales finalizada la sequía, pero otros impacto ambientales persisten por mayor tiempo o pueden convertirse en permanentes.
Las aguas subterráneas no escapan al impacto de las sequías, pues a ellas se integran factores como el ascenso del nivel medio del mar y la intrusión marina en cuencas costeras.
En cuanto a la afección a las aguas subterráneas, los acuíferos son especialmente sensibles a las sequías de invierno pues en esa estación es donde se produce la mayor parte de su recarga. En primavera es menos importante porque la recarga es mínima por el incremento de la evapotranspiración y en otoño lo único que provoca es un retraso en la recarga. No obstante, independientemente del volumen de las lluvias, es fundamental la distribución temporal y espacial de las mismas, si no se supera el umbral de recarga el acuífero no recibirá agua por grande que sea la precipitación.
5.4. REPERCUSION ECONOMICA DE LAS SEQUÍAS.
En Cuba, por ejemplo, ocurrió una intensa y extensa sequía de corta duración (abril – junio, 1998), que afectó a todo el país, pero especialmente las regiones Central y Oriental. Este evento, solamente en la región oriental cubana, causó pérdidas económicas elevadas. Desde entonces, todas las primaveras de los años subsiguientes, han estado sensiblemente afectadas por procesos de sequía.
La sequía que aquejó a Cuba en el año 1998-1999 provocó afectaciones a la producción animal, respecto a toneladas de carne, litros de leche, miel de abejas, peces y huevos, así como de viandas, dejando un saldo cuantioso en pérdidas de pesos. Los efectos de la sequía sobre la salud animal comprometen su explotación futura por lo que se requiere una atención posterior para restablecer sus niveles productivos anteriores.
En el periodo 1999-2000 en la republica de Kenya las perdidas en la agricultura relacionadas con la sequía representaron el 15 % de los daños, de los cuales el 10% fue en cosechas y el 5 % en ganado.
Las sequías y su ciclicidad
La sequía se presenta de manera recurrente, con periodicidad inexacta y grados de intensidad diferentes en los países Centroamericanos.
El problema de la sequía no es exclusivo de un sector, y para enfrentarla se requiere de la convergencia de esfuerzos institucionales. Por ejemplo, el problema de agua escasa para atender múltiples usos (agua potable para consumo humano, consumo animal, demanda hotelera, uso agrícola, uso en la generación de energía, etc.) conviene que sea tratado de forma integral, sobre todo en las áreas críticas.
Cómo debemos accionar para mitigar los perjuicios de las sequías
Para analizar mejor el fenómeno de la sequía en una región geográfica con características meteorológicas comunes o estrechamente asociadas, es conveniente emplear técnicas y procedimientos similares o compatibles que permitan apreciar y comparar aceptablemente los efectos de los distintos procesos causantes de la misma, particularmente sobre las lluvias. Un control sistemático de los procesos meteorológicos asociados amplía considerablemente la capacidad de vigilancia operativa de la sequía, como parte de un sistema integrado en el contexto de la vigilancia del clima.
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