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Los estados intersexuales: Nature vs Nature

Enviado por Felix Larocca


  1. ¿Hombre, mujer o un poquito de ambos? ¿Qué significa?
  2. La historia no es nueva
  3. Hombres y mujeres: Lo que nos divide y nos unifica…
  4. En resumen
  5. Bibliografía

"La pasión femenina es una selva oscura nunca explorada del todo, selva hecha a la vez de desinterés infinito y de ímpetu celoso de la posesión exclusiva." Gregorio Marañón (1887-1960).

La Naturaleza— que, inevitablemente, es "mujer" — representa algo que a Freud eludiera, cuando éste expresara en desmayo sincero: "¿Qué quieren las mujeres?" ("Was will das weib?").

Las mujeres lo quieren todo. Ese es, precisamente, el miedo que los hombres deben tener, como más adelante veremos.

Uno de los más eruditos y distinguidos médicos españoles del siglo XX, don Gregorio Marañón, escribió un libro que, como muchas de sus producciones, tanto médicas como literarias, resultaría profética. La tituló Los Estados Intersexuales en la Especie Humana (1929).

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Caster Semenya

Esta obra, como la que le siguiera el año después, La Evolución de la sexualidad y los estados intersexuales, todavía se consultan por su contenido relevante y oportuno.

De Marañón, aprendí, durante mi formación médica, que, el sexo por default, en el ser humano, aplicando a éste el léxico moderno de las computadoras, es el sexo femenino. A muchos de mis amigos, entonces, en medio de su adultez masculina incipiente, esa posición les causaría conflictos, ya que creían que los sexos de la mujer y el hombre eran establecidos firmemente en el útero con la consumación de la danza nupcial de los gametos.

Pero no era así, el sabio hispano tenía razón, como la genética y la neurociencia hoy lo confirman.

El propósito de esta tesis es amplificar en el contenido de otras ponencias en las que hemos hablado de la persona pseudohermafrodita y de la reasignación quirúrgica del sexo.

Deseo hacer esta amplificación y revisión luego de haber estado siguiendo muy de cerca el revuelo causado por el oro ganado el 19 de agosto pasado por la sudafricana Caster Semenya. Joven atleta femenil, quien, las autoridades, sospechan ser hombre disimulado por las habilidades excepcionales que ella exhibiera en la pista de carreras.

"Semenya" Lo que hay en un nombre. Julieta: "¿Qué hay en un nombre? Lo que llamamos una rosa, por cualquier otro nombre olería tan bien" William Shakespeare (Romeo y Julieta II, ii, 1-2)

A lo que nosotros añadimos, jocosamente, que una mujer, como sucede en el caso de la Caster — en quien sólo el apellido: Semen-ya, sin más — debiese haber dado causa para invitar la sospecha de las autoridades de que algo ajeno al sexo femenino debiera albergarse en esa persona.

Asunto, este último, que dejamos a la imaginación del lector.

Prosigamos

La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo que gobierna y regula estas actividades decidió conducir pruebas diagnósticas para establecer la verdad.

La complejidad de esta tarea, sus repercusiones biológicas, y su historia olímpica, y en el mundo de los deportes, nos ocupará en esta lección.

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Janeth Jepkosgei Busienei, Caster Semenya y Jenny Meadows

Veamos primero, un extracto de lo que dicen las noticias

guardian.co.uk 19 de agosto, 2009

"La medalla de oro ganada en los 800m esta noche debió de haber sido para Caster Semenya el momento más orgulloso de su vida. Sin embargo, para la atleta, cuyo género está bajo escrutinio por todo el mundo, a partir de haber ganado la carrera, ha sido motivo para retraimiento y dudas.

"Mientras las cámaras se enfocaban en la figura de la campeona, todos examinaban su aspecto físico para verificar que se conformaban al de una mujer y no a la del hombre que ahora se sospecha que es.

"Parada junto a la diminutiva atleta inglesa, Jenny Meadows, cuyo bronce fuera opacado por Semenya, la exagerada complexión masculina de la vencedora se acentuaba aún más.

"Semenya, desde el principio de la carrera nunca miró hacia atrás, ni dejaría dudas de que ganaría el certamen sin esfuerzo, como lo hizo.

"La controversia del sexo entre atletas no es nueva. Hace unos pocos meses que la jugadora de tenis alemana Sarah Gronert compitió exitosamente, después de que se descubriera que haba nacido con genitales masculinos y femeninos. Tres años atrás, cuando tenía 19 años, Sarah tuvo una reasignación quirúrgica del sexo y hoy se considera una mujer legalmente.

"En las olimpiadas del 1936, la norteamericana Stella Walsh ganó plata en los cien metros. Después de su muerte una autopsia reveló la existencia de órganos de ambos sexos.

"El entrenador de Semenya, Michael Seme, dice que la atleta está acostumbrada a los problemas que su apariencia masculina causa. Él recuerda una vez haber parado para que Caster fuera al baño en una estación de gasolina en Cape Town, cuando uno de los encargados la detuvo. Lo que causara a Seme decirle al hombre: "¿Qué desea que se quite las pantaletas para que vea que es mujer?""

¿Hombre, mujer o un poquito de ambos? ¿Qué significa?

Aquí examinaremos cuán difícil es la determinación de la asignación sexual.

Nos parecería extraño que Semenya tenga que someterse a pruebas para determinar su sexo. Uno se imaginaría que la sexualidad es asunto muy claro: o se es varón, o se es hembra. Algo que parece lógico a primera vista. Pero que no lo es.

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"Soy mesosexual…"

Los expertos consultados nos dicen que esta evaluación, para ser precisa, toma semanas y aún meses. No es como quitarse las pantaletas para que verifiquen.

De hecho, puede ser asunto muy difícil. Ya que no es generalmente apreciado que el género en los humanos — y en algunas otras especies — no es un simple asunto binario, de ser hombre o mujer.

Mientras que la gran mayoría de las personas son ostensiblemente varones o hembras, muchas otras caen entre las dos categorías, a menudo, con trágicas consecuencias.

Por mucho tiempo se han escuchado los chistes acerca de fornidas lanzadores de pesas y tiradoras de jabalinas que, luego de investigaciones humillantes e invasivas, se determinó que, en la realidad, fueran hombres.

El hecho es, que muchos de estos casos no envuelven decepción intencional y que pueden ser resultados de ambigüedad biológica genuina.

¿Cómo se explica?

Para poder comprender las razones para que así suceda, primero será necesario clarificar algunos asuntos de semántica.

Comenzaremos con la acepción "sexo". Que consiste en un término biológico con un significado estrictamente orgánico.

El "sexo" es un marcador genético que indica la naturaleza de los cromosomas de un cuerpo y qué tipo de células — huevo o esperma — éste producirá cuando madure.

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Varón y hembra

En lo que respecta a la orientación sexual, la gran mayoría de la gente son o "varones", en quienes sus células contienen un par de cromosomas "X" e "Y", o "hembras", en cuyo caso poseen dos cromosomas "X".

El resultado siendo que la mayoría de los seres humanos son, genéticamente hablando, o "XY" (varón) o "XX" (hembra). Lo que significa que cada uno se desarrollará en un hombre o mujer biológicamente definido.

Los cromosomas, por ejemplo, son — en la mayor medida — responsables por la contingencia de tener testículos y pene, o útero, ovarios, y vagina.

Desdichadamente, no siempre resulta ser tan simple. Las hormonas que circulan libremente en la sangre del feto, pueden acentuar o retardar la formación de ciertas características sexuales.

Muy poca testosterona, y los genitales externos, aún en un embrión XY, o pueden constituirse de manera incompleta, o ser invisibles totalmente.

Mientras que, demasiada testosterona, en una hembra genética (XX), puede conducir a la masculinización de los genitales externos.

Esto puede resultar en un órgano peniforme en la localización del clítoris femenino. O, en algunos casos excepcionales, conllevar a la formación de órganos sexuales bien desarrollados.

El "dimorfismo sexual" — las diferencias entre los cuerpos masculinos y femeninos — continúa su desarrollo durante la infancia y la adolescencia.

En varones "normales" la testosterona causa el desarrollo sólido de los huesos y músculos, que la laringe se ensanche, y que el pelo facial crezca.

Las hembras, mientras tanto, desarrollan los senos, expanden la circunferencia pélvica y acumulan más tejido adiposo que los varones.

Pero, aún así, todavía existen las posibilidades de que aparezcan diferencias enormes entre todas las personas, aún entre quienes se consideran genéticamente "normales".

Los seres humanos varían enormemente. Este, tal vez, es el hecho que confunde el mundo de los deportes, en el cual velocidad, vigor y resistencia físicos son de la mayor importancia. Resultando en la presencia del mayor número de competidores que son ambiguos sexualmente. Y, son precisamente, esas características — relacionadas con masa muscular y fortaleza física — que caracterizan los marcadores de la biología masculina.

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Diferencias morfológicas

Muchos hombres desarrollan caderas amplias y voces de diva. Mientras que algunas mujeres desarrollan caderas estrechas, cuerpos musculares y voces de barítono.

En el caso específico de la intersexualidad, es donde está "confusión" conduce a la controversia y al prejuicio.

Como ya hemos tenido la oportunidad de apreciar, es posible para una persona ser "varón" o "hembra", genéticamente, y aún, por razones hormonales complejas, evidenciar solamente características masculinas o femeninas parciales.

En la actualidad se reconocen varias condiciones que pueden resultar en ambigüedad sexual.

Por ejemplo, el llamado "XX síndrome masculino" que ocurre en personas que poseen dos cromosomas X, uno de los cuales está cargado con cantidades extraordinarias de material cromosómico Y.

Esas personas aparentan ser machos, pero, en la realidad, son hembras genéticamente. Típicamente éstas poseen órganos sexuales masculinos, pero éstos son, a menudo, subdesarrollados.

Ellas, asimismo, a menudo desarrollan los senos y sus voces son de volumen agudo.

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Ginecomastia

De hecho, los biólogos reconocen numerosas condiciones, ambas genéticas y de otros orígenes, que se agrupan bajo el palio del término "intersexual" que hoy reemplaza expresiones descartadas como la de "hermafrodita".

Se estima que aproximadamente uno en 5.000 recién nacidos norteamericanos cae dentro de la categoría de intersexual, lo que debido a los muchos tabús de género que existen en toda sociedad, puede que resulte ser mucho más elevado.

Las personas intersexuales pueden ser hembras genéticamente, pero fisiológicamente varones. Algunos serán verdaderos hermafroditas, produciendo, ambos, óvulos y esperma.

Al nacer, unos habrán sido sometidos a cirugía de reasignación sexual. Algunas de estas operaciones podrían resultar exitosas, aunque la mayoría no lo son.

Yo he tenido la oportunidad de entrevistar algunas personas que sufrieron estas cirugías. Todas relataron historias muy tristes con mucha zozobra emocional.

Las pruebas de determinación sexual pueden ser acongojantes. La corredora hindú Santhi Soundarajan fue privada de su medalla de plata — tratando, como resultado de quitarse su propia vida. Cuando las pruebas se hicieron en ella, nadie realizaba que esta persona sufriera del "síndrome de la insensibilidad androgénica".

Lo que significa que, a pesar de no poseer genitales masculinos visibles, y estar dotada con un cuerpo femenino, ella, de hecho, está constituida genéticamente por un par de cromosomas masculinos "XY".

Lo que esta historia triste nos enseña es que el campo de los deportes, con su énfasis en medidas estrictas y cantidades definidas, no está bien equipado para adaptarse a algo tan vago, impreciso, y cargado de tonos emocionales, como es la diferenciación sexual humana.

En el mundo de los deportes, uno termina primero, o pierde. Pero, cuando viene a ser varón o hembra, no es siempre posible ser algo "intermedio".

La historia no es nueva

Durante los Juegos Olímpicos del 1936, las ganadoras de las tres medallas en la categoría de100m para mujeres, lucían más varones que los competidores en la misma categoría para los hombres.

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La ganadora fue la americana Helen Stephens, cuyos rasgos eran tan masculinos, y su voz tan profunda que una atleta inglesa cuestionó abiertamente cómo la permitieron hospedarse en la sección femenina de la Villa Olímpica.

La medalla de plata, la ganó Stella Walsh, una corredora polaca cuya identidad verdadera se estableció cuando murió víctima de una bala perdida durante un tiroteo en Ohio.

En la autopsia se estableció que sus genitales eran inequívocamente masculinos.

Mientras tanto, parecía que hubiera pocas dudas de que una de las atletas, para saltos altos, en el equipo alemán, algo disimulaba en sus shorts.

"Dora Ratjen", cuyo nombre real era Hermann, fue inscrita deliberadamente en la categoría femenina, por los Nazis, para que gozara de una ventaja injusta para traer gloria olímpica al Reich.

La artimaña se sospecharía, aunque Hermann hizo todo lo posible para esconder cualquier evidencia de sus genitales masculinos.

Una atleta expresó: "Yo pensé que algo no estaba bien, Dora tenía una voz muy masculina, roncaba en el sueño y se afeitaba todas las mañanas".

Desdichadamente para los nazis, Ratjen entró en cuarto lugar, retirándose de ser "atleta femenina" a ser un barman.

Pero, para amoldar géneros, decepcionantemente, en las competiciones atléticas, los países detrás de la antigua "Cortina de Hierro", lograron alturas de engaños inesperadas.

Tamara e Irina Press, dos hermanas en el equipo soviético en el 1960, ganaron cinco medallas en rifle y lanzador de discos entre ellas, estableciendo asimismo 26 nuevos récords mundiales.

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Pero, tan pronto como las pruebas genéticas aparecieron, ellas se esfumaron de la escena de la competencia internacional.

Uno de los ejemplos más famosos fue el de Heidi Krieger a quien los alemanes orientales, le inyectaron tantas hormonas que la transformaron en "Andrés".

Generalmente, mujeres jóvenes, como Krieger, tomaban las hormonas creyendo que éstas eran vitaminas.

Una de las atletas de la Alemania Oriental, Birgit Boese, recuerda como le comenzaron a dar drogas desde que tuviera once años. Como resultado, ella ha quedado con una apariencia masculina patética y una profusión de complicaciones de salud física y emocional.

Hombres y mujeres: Lo que nos divide y nos unifica…

En esta parte de esta lección exploraremos los aspectos biológicos y emocionales que priman en nuestras constituciones sexuales.

Comenzaremos a hablar de la testosterona y de los estrógenos.

Créase o no, los cuerpos femeninos dependen de la acción de la hormona masculina, y los hombres no puede subsistir sin las de los estrógenos.

Pero, cuando esto productos glandulares pierden su balance, las consecuencias pueden ser muy serias.

Un hombre de edad media con una creciente circunferencia ventral, y niveles de colesterol en la zona de peligro. Con músculos fofos y asimismo con falta de energía sexual. Probablemente crea que todo se culpa a la falta de ejercicio y a la mucha cerveza.

Pero, el problema puede que sea resultado de algo más insidioso. Ese hombre puede acarrear en su cuerpo, cantidades en exceso de la hormona femenina estrógeno.

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¿Por qué?

Nuestra tendencia es la de percibir ciertas hormonas, como el estrógeno y la testosterona, como siendo exclusivamente femeninas y masculinas.

Lo que queda cerca de la realidad, pero no lo es todo. El estrógeno es muy importante para el ciclo catamenial, como asimismo lo es para darle una piel suave y cabellera lustrosa a la mujer. La testosterona, por su parte, se concibe como hormona todo masculina, vital para el mantenimiento de los músculos, la virilidad y para la producción del esperma.

Esa es la idea general.

Lo que, a muchos sorprende, es saber que ambos, hombres y mujeres, producen ambos tipos de hormonas.

Los hombres necesitan las hormonas femeninas para fortalecer sus huesos, mientras que las mujeres necesitan hormonas masculinas para el mismo propósito, como también las necesitan para fortificar sus músculos y para su energía sexual.

Hasta ahora no se conoce una determinación exacta de la cantidad de cada tipo de hormona que cada sexo necesita. Lo que sabemos es que el balance entre ellas es lo esencial.

Pero este balance puede cambiar. Y, parece ser, que los hombres son los más susceptibles a estos cambios.

En el transcurso de su vida, un hombre terminará con más estrógenos circulando en su sangre que una mujer.

El problema aquí es que demasiado estrógeno no es bueno para la salud del hombre.

Ya que eleva el riesgo de la formación de coágulos en los vasos sanguíneos, aumenta el perímetro de la cintura, — dañino para el corazón y para la inducción de la diabetes — y, posiblemente, es perjudicial para la próstata.

Por su parte, en la mujer, el estrógeno tiene un efecto protector en el corazón, lo que resulta ser lo opuesto en el hombre.

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Estrógenos y progesterona

Un estudio conducido hace algunos años, que involucraba administrar dosis masivas de estrógenos a algunos hombres de edad avanzada tuvo que interrumpirse porque algunos de los voluntarios desarrollaron embolismos.

Ese factor, en aislamiento, puede explicar la razón por la cual los hombres tienden a sufrir más accidentes cardiovasculares que las mujeres.

Mientras que en la mujer, demasiado testosterona está asociada con la infertilidad, el hirsutismo y otros problemas.

Un factor que distingue entre los hombres y las mujeres es que las mujeres convierten más de su testosterona en estrógenos que los hombres.

El balance de estrógenos y testosterona generalmente, no causa problemas a los hombres hasta la edad media. En el momento preciso cuando los niveles de testosterona se desploman.

En esta etapa, se producen menos hormonas masculinas resultados de la edad y del proceso del envejecimiento normal, pero, para empeorar la situación, gran parte de la nueva testosterona producida se convierte en estrógeno.

Demasiado estrógeno en el hombre, incrementa la acumulación de grasa en el cuerpo. Grasa que, a su vez, suministra más estrógeno a su organismo.

Pero, no es todo debido al proceso del envejecimiento, los hombres pueden asimismo estar captando estrógenos del entorno.

Hoy se sabe que los pesticidas y otras sustancias químicas poseen efectos similares a los de esta hormona.

Cuando todo lo antedicho, se considera, es obvio que el cuerpo del hombre moderno está siendo feminizado.

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Mientras que a medida que las mujeres atraviesan la menopausia, la producción de estrógenos declina lo que las vuelve más "masculinas" — o menos "femeninas" — produciendo vellosidad facial, por ejemplo.

Sin embargo, mientras que algunas mujeres reciben terapia de reemplazo hormonal y a veces testosterona, para corregir sus desequilibrios hormonales, la idea de la terapia de reemplazo endocrino en el hombre permanece debatible y controversial.

Pocos especialistas recomiendan tratamiento con testosterona en el hombre por miedo a desencadenar cáncer de la próstata.

La nueva evidencia en los efectos adversos que los estrógenos y la testosterona pueden tener en ambos sexos.

En el hombre:

  • Colesterol. Demasiado estrógeno puede elevar los niveles de este lípido. Esta elevación puede, asimismo incrementar la producción del LDL ("el colesterol malo").

  • Aumento de peso. Especialmente en la cintura. Las nuevas células grasas, producen una enzima que estimula a la testosterona a generar nuevas células adiposas. Así que el hombre termina con más gordura y menos libido sexual.

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Pubertad

  • Osteoporosis. El estrógeno es importante para la salud del hombre, permitiéndolos retener el calcio. Hombres con muy poca de esta hormona tienden al desarrollo de la osteoporosis o fragilidad ósea. El estrógeno asimismo explica la razón por la cual los hombres tienden a ser más altos que las mujeres.

Durante la pubertad los estrógenos hacen que los huesos se solidifiquen, deteniendo el crecimiento, previniendo que los seres humanos se vuelvan gigantes. Para lograr hacerlo, el nivel de los estrógenos aumenta. En las hembras esto sucede cuando tienen cerca de los doce años, en los varones, sucede entre los catorce y los quince. Lo que explica las diferencias en las estaturas.

  • La hipertrofia de la próstata. Se cree que demasiado estrógeno está imbricado en el crecimiento excesivo de la próstata, una condición relacionada al envejecimiento. Mientras que muy poco estrógeno puede que esté relacionado a la producción del cáncer del mismo órgano.

  • Hipertrofia de las glándulas mamarias. La ginecomastia es común durante la pubertad. Un proceso que es reversible en una mayoría de los casos. Sin embargo, con el desequilibrio hormonal de la senectud, tiende a avanzar sin detenerse muy fácilmente.

  • OTC. Investigadores australianos han detectado que existe un eslabón entre el trastorno obsesivo compulsivo en los hombres y en los niveles reducidos del estrógeno.

En la mujer

La hormona masculina, testosterona, juega un papel crucial en la salud de la mujer, donde demasiado, o muy poca, pueden tener impactos muy significativos:

  • Ovarios poliquísticos. Niveles excesivos de testosterona pueden resultar en ovarios poliquísticos. Esto da lugar a hirsutismo facial y generalizado, piel bituminosa, y problemas de fertilidad.

  • Disminución de la libido sexual y de la satisfacción sexual

  • Masculinización en el hábito corporal y la voz.

  • Propensión a las enfermedades cardíacas.

La diferencia entre las listas de los efectos de los estrógenos y la testosterona en ambos sexos, indica la razón, por la cual creemos que la Naturaleza es "mujer", ya que, obviamente, favorece el sexo femenino en todos los respectos.

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En resumen

Las diferencias entre los sexos. Tema de amplias repercusiones y de interés inconmensurable.

Olivia Judson nos lo presenta con filosófico y refrescante candor en su libro, Dr. Tatiana"s Sex Advise to all Creation: The Definitive Guide to the Evolutionary Biology of Sex (2002).

Obviamente, la Naturaleza no limitó los géneros sexuales a los dos que nosotros reconocemos como siendo los únicos, ni la reproducción de todas las especies a la diploide que caracteriza la nuestra entre otras.

Para añadir versatilidad en sus planes y para demostrar sus habilidades enormes, la Naturaleza desarrolló un sistema de preservación de la vida, sexualidad, estrategias de alimentación, y reproducción que desafía la imaginación del biólogo más talentoso. En cuya categoría pertenecen, sin dudas, E. O. Wilson y Ernst Mayr.

Entonces, tenemos la sexualización del cerebro con resultados que unifican los impactos de la bio-socio-psicología con todos sus resultados impredecibles.

No existe un varón de pura cepa en nuestro género, como tampoco existe una mujer que pueda jactarse, por su parte de serlo.

Mientras tanto, a La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo le hubiese servido haber prevenido esta situación en lugar de tener que, de algún modo, remediarla.

Las consecuencias psicológicas serán enormes para Caster Semenya.

Fin de la lección.

Bibliografía

  • Larocca, F: (2007) Donde se aprende de los estados intersexuales… en monografías.com

  • Larocca, F: (2008) El cambio quirúrgico del sexo en monografías.com

  • Larocca, F: (2009) "Marimacho": Un estudio de la masculinidad femenina y de la feminidad masculina. El hombre que las mujeres no quisieran ser. O la mujer que los hombres envidian: Viragos en la historia en psikis.cl y en monografías.com

  • Larocca, F: (2009) El sexo como función y el sexo como proceso: Entendiendo las tres "Ps", pulsiones esenciales para la estabilidad de nuestra especie

  • Larocca, F: (2009) Nature vs Nurture: El Yin y Yang de la teleología aplicado a las ciencias del comportamiento humano

  • Fausto-Sterling, A: (2000) Sexing the body: Gender politics and the construction of sexuality Basic Books

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca