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Propuesta de Metodología para el Arbitraje en el Boxeo Olímpico

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    Síntesis

    Evitar las decisiones injustas de los jueces, en las competencias de boxeo, es un objetivo que históricamente ha ocupado la atención de los especialistas de esta disciplina en todas partes del mundo; es garantizar la permanencia del boxeo dentro del programa de los Juegos Olímpicos; es para Cuba, en particular un gran reto de especial significación de carácter social y humano Al abordar como objeto de estudio el proceso de arbitraje en el boxeo y relacionarlo, necesariamente, con el entrenamiento deportivo se ratifica que el mismo no solo se limita a la evaluación del resultado, sino que es también utilizado como un medio para evaluar el proceso de entrenamiento y comprobar la eficiencia del plan propuesto en condiciones competitivas. Todo esto requiere una teoría del arbitraje deportivo. Sin embargo, la autora no ha encontrado referencia acerca de la misma. Como una alternativa para la solución de este problema, se esclarecen los conceptos de arbitraje, arbitrar y juzgar; se reconoce la objetividad como una cualidad integradora en el desarrollo del proceso de arbitraje deportivo, dentro de la cual se distingue la "imparcialidad" como un factor interno propio del sujeto que evalúa, y otro externo las "condiciones "en que se realiza la actividad e influye en la calidad de las percepciones, como premisa del acto valorativo, lo que unido a una clasificación de los deportes olímpicos dada por la autora, según las funciones de juzgar y arbitrar, constituyen un punto de partida hacia futuras investigaciones y el establecimiento de una teoría del arbitraje deportivo. En la tesis la autora realiza de forma concreta una propuesta de metodología para el arbitraje en el boxeo y declara los postulados que la rigen, sustentados en lo planteado anteriormente, con el objetivo de minimizar la influencia de las causas actuales de las decisiones injustas en el boxeo, lo que trae consigo un aporte teórico, tecnológico, económico, de impacto social y humano.

    Introducción

    En el largo proceso evolutivo del Arbitraje en el Boxeo, siempre han existido concepciones novedosas que han contribuido a su ascenso a un nivel cualitativamente superior y a la humanización del mismo.

    A pesar de ello, se sabe que en el mundo entero aparecen siempre nuevos adversarios de este deporte, con argumentos seudo – científicos, calumnias y pruebas tomadas del boxeo profesional; es una lástima que en la actualidad aún existan personas que no comprendan los valores que el boxeo amateur moderno, como uno de los deportes olímpicos tradicionales, tributa a la formación de la personalidad.

    Por eso, interferir todo tipo de cuestionamiento en el boxeo es un reto de los defensores de este arte en el mundo entero, y por muchas razones Cuba, que días tras día ha tenido una labor meritoria de reconocido prestigio en cualquier plano que se sitúe, ya sea en Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo, entre otros, no debe ser ajena a ello.

    Como es conocido, desde mucho antes de los Juegos Olímpicos de Seúl (1988) algunas personas, entre ellos médicos, comenzaron a cuestionar y a manifestarse en contra del boxeo, imputando al mismo un "…carácter antihumano con efectos nocivos para la salud e insuficientemente estético…" (1) Todo esto, más las injustas decisiones de algunos jueces en la llamada crisis de Seúl 88, puso en juego la permanencia del boxeo como deporte olímpico.

    La primera agravante quedó descartada, cuando en 1989 se obtienen los resultados finales de la investigación realizada en una de las Universidades de Washington [John Hopkins (2)], la cual demostró que el boxeo aficionado no amenaza la salud del atleta y que el carácter antihumano de ese deporte se basa en hechos entre profesionales. En cuanto a las lesiones en el boxeo, éstas son menos frecuentes que en muchos otros deportes.

    En relación con la segunda argumentación, se debe recordar que en entrevista de prensa realizada al presidente de la AIBA (3), al finalizar los Juegos de Seúl 88 un periodista plantea que en varios países, entre otros Yugoslavia, Suiza y la ex Unión Soviética, ya se había creado un equipo electrónico que permite evaluar de modo objetivo el combate, y le pregunta: – "¿Qué es lo que impide utilizarlo en las competiciones oficiales? A lo que el presidente de la AIBA responde diciendo que "…en toda actividad humana, cuando aparece algo nuevo y valioso se presenta oposición. El boxeo no es excepción. Creo que en el Comité Ejecutivo de la AIBA, integrado por 40 personas, no todos son partidarios del arbitraje con la ayuda de la computadora. El futuro, claro está, – continúa diciendo – pertenece al sistema en que el cómputo de los puntos se realice sin errores y la influencia de la percepción subjetiva quede reducida al mínimo. El tiempo mostrará cómo ha de ser"(4).

    Posteriormente se aprueba de manera oficial por la AIBA y se aplica por primera vez en 1989 en el Mundial de Mayores en Moscú, el sistema computarizado utilizando la máquina de tanteo que se mantiene vigente en la actualidad.

    Este sistema no ha resuelto el problema de las decisiones injustas en el boxeo; continúan despojando de legítimas victorias a innumerables púgiles. Un ejemplo de ello fue el caso de Julio González en los Juegos de Buena Voluntad en Estados Unidos; la injusta decisión que rompió una cadena de cinco años sin derrotas al Campeón Olímpico y Mundial el cubano Félix Savón, en el Cardín del 1994 en Cienfuegos; otro Campeón Olímpico y Mundial afectado recientemente fue Maikro Romero, el mejor minimosca del mundo, único boxeador cubano que no perdía desde mayo de 1996, fue despojado de su legítima victoria en el Playa Girón de 1998 en Santa Clara, aún cuando cuatro de los cinco jueces lo vieron ganar en su votación personal.

    Estas dificultades, relacionadas con las decisiones incorrectas, traen consigo que se cuestione la permanencia del boxeo como deporte olímpico; de hecho, está afecta a los atletas y a todo un colectivo de trabajo; afecta también a los aficionados, lo cual puede verse como un problema social, porque no debemos olvidar que, como dijera Fidel en 1961, en la primera plenaria de los Consejos Voluntarios del INDER, citado por Ruiz, R. "…el deporte, entre sus maravillas, también alienta al pueblo, entretiene al pueblo y hace feliz al pueblo…". (5).

    Es evidente que determinar el vencedor de un combate, es una cuestión complicada que se realiza mediante la apreciación visual de los jueces, quienes tienen la responsabilidad de decidir en sólo 10 minutos, el resultado de un largo proceso docente educativo de entrenamiento que exige un derroche de voluntad, sacrificio, abnegación y dedicación de todo un colectivo de trabajo, conformado por atletas, entrenadores, psicólogos, médicos, masajistas y dirigentes.

    Es necesario tener en cuenta que el hombre realiza un grupo de acciones hacia una actividad dada, que para él es vital porque le da sentido a su vida y para sentirse realizado debe recibir los frutos de ella; cuando no sucede así, el individuo puede enajenarse porque la actividad se le opone. Esto es valido para el boxeador y su entrenador, cuando saben que los esfuerzos de sus acciones merecen la victoria y, sin embargo, las decisiones injustas de los jueces no lo reconocen así, lo que trae como consecuencia que los atletas puedan llegar a pensar en alejarse de la actividad y ésta deje de constituir el centro para ellos, afectándolos, en ocasiones, de forma temporal y a veces definitiva, por la pérdida de motivos e intereses que pueden llevarlo hasta la frustración.

    Las decisiones injustas en el boxeo ayudan a desarrollar la violencia; en lugar de imponerse la estética de la técnica, se va gestando la violencia de forma inconsciente, de ahí la frase antihumana: "el boxeador tiene que salir a matar para poder ganar".

    Cuando los jueces de forma consciente dan una votación desfavorable, su actuación es deshonesta, manifestándose en ellos pérdida de valores y cualidades morales, por ello es necesario establecer, mediante la búsqueda científica, métodos que propicien decisiones más objetivas y que se correspondan con la realidad.

    En la competencia de boxeo se intercambian experiencias y se adquieren conocimientos imposibles de obtener en el entrenamiento docente habitual. Las confrontaciones deportivas requieren la movilización de todas las capacidades del deportista, es una forma de verificación de la preparación moral y volitiva, de las cualidades combativas y el medio más eficaz para educarlas. Las competencias contribuyen a educar en los boxeadores rasgos importantes del carácter, tales como: perseverancia, coraje, autocontrol, amistad, y respeto a sus adversarios.

    Lamentablemente existen en la actualidad muchas personas en el mundo, entre ellos profesionales, incluso pedagogos, que ven la competencia de boxeo como un simple espectáculo deportivo, sin reconocer la esencia de este deporte. Se puede afirmar que la competencia de boxeo, como parte del proceso de preparación del deportista, es una clase más dentro del proceso de entrenamiento y es una forma de control y evaluación del desarrollo del proceso y de su resultado.

    Es importante relacionar los criterios anteriores con el argumento de que las competiciones en el boxeo exigen de una preparación previa para lograr las aspiraciones deportivas y, como reconoce el Dr. C. Alcides Sagarra en su tesis doctoral, "…esto requiere, sin lugar a dudas, de un gran número de factores formativos – educativos que conforman la estructura técnico – metodológica de la preparación deportiva", (6) lo que no está ajeno al proceso de arbitraje.

    En el estudio bibliográfico realizado por la autora, que incluye una detallada búsqueda por Continentes mediante el Servicio de Internet, no se detectaron publicaciones de carácter científico donde se abordara el tema; en el proceso de examinación de Patente realizado por especialistas de la Oficina Cubana de Propiedad Industrial, durante todo el año 1996 y parte de 1997, se comprobó la novedad científica de la metodología (7) que se propone por no existir interferencia de otras publicaciones científicas al respecto.

    Específicamente en Cuba, José Luis Llano en 1984, y entrenadores del equipo Nacional en 1992 y 1995, aunque abordan el tema relacionado con el arbitraje no tratan específicamente este problema de la metodología del arbitraje en el boxeo. No obstante las informaciones de los diferentes artículos publicados en la revista World Amateur Boxing Magazine proporcionaron a la autora argumentos sólidos para la comprensión y análisis de la esencia de este fenómeno, ya que en ellas se abordan las diferentes dificultades del arbitraje tratadas en el presente trabajo.

    Por todo lo antes expuesto, el PROBLEMA CIENTÍFICO está dado por el hecho de que en el boxeo la mayoría de las decisiones de los combates se realizan por puntos; sin embargo, estas no han alcanzado el grado de justeza o calidad necesaria para que la competencia logre un efecto educativo en todos los boxeadores participantes.

    En forma de pregunta este problema científico queda expresado de la siguiente forma: ¿Qué vía debe seguirse para propiciar el incrementar la calidad de las votaciones de los jueces en el boxeo olímpico?.

    Los especialistas que en los últimos años, desde 1989, han estudiado las causas de las decisiones injustas en el boxeo, han logrado perfeccionar una parte del sistema de arbitraje: su automatización, centrando la atención en el desarrollo del equipamiento electrónico; pero la metodología de su empleo sigue siendo la misma y por tanto, al no desarrollarse ésta, no existe un verdadero desarrollo tecnológico y los problemas continúan sin resolverse. Por esto el OBJETO de estudio es el Proceso de Arbitraje en el Boxeo y su OBJETIVO: elaborar una metodología para el arbitraje que minimice la influencia de las causas actuales de las decisiones injustas en el boxeo. De ahí que el CAMPO DE ACCIÓN sea la Metodología de Arbitraje en el Boxeo.

    Al estudiar las tendencias actuales de las decisiones en el boxeo y determinar las dificultades que se presentan en el sistema de votación de los jueces, la autora define que los FUNDAMENTOS TEÓRICOS METODOLÓGICOS de esta investigación están sustentados en dos aspectos básicos: Las ideas del Prof. Anwar Chowdhry, ( Presidente de la AIBA) que postulan que el cómputo de los puntos se realice sin errores y la percepción subjetiva quede reducida al mínimo y; en las concepciones de Caracuel, J., Andreu, R. y Pérez, E. con relación a la objetividad como comportamiento esencial del juicio y arbitraje deportivo.

    Todo lo analizado anteriormente hace suponer que la elaboración de una nueva metodología debe sustentarse en una mejor percepción visual y, sobre todo, crear las condiciones para propiciar la imparcialidad de los jueces. A partir de ello se estructura la HIPÓTESIS siguiente: Si los jueces aprecian el número de impactos de un solo boxeador sin decidir quién es el ganador podrían percibir mejor las acciones ofensivas; entonces aumentaría la calidad de las decisiones.

    Se plantean las tareas siguientes:

    • Analizar las tendencias de las decisiones en el boxeo actual.
    • Analizar la influencia de las decisiones injustas en los boxeadores.
    • Determinar las posibles causas que influyen en las decisiones injustas en el boxeo.
    • Elaborar una propuesta de metodología de arbitraje que minimice la influencia de las causas actuales de las decisiones injustas en el boxeo.
    • Comprobar experimentalmente la aplicación de la metodología propuesta.

    Para la selección de los MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN se tiene en cuenta las características de las tareas a desarrollar, las cuales exigen la aplicación de métodos teóricos dentro de ellos el Análisis de Documentos para profundizar en la dinámica de las decisiones en el boxeo en las competiciones más importantes seleccionadas.

    Entre los métodos empíricos se utilizó la medición para el estudio de la reacción motriz de los jueces; la encuesta y la entrevista, para la obtención de los criterios de jueces, atletas y entrenadores sobre el objeto de estudio y la comprobación experimental, en la aplicación de la metodología propuesta y las técnicas estadísticas, para el procesamiento de los datos.

    La NOVEDAD CIENTÍFICA fundamental del trabajo está dada en una nueva metodología de arbitraje en el boxeo, a partir de la decisión del ganador con un carácter colectivo directo, sin que medie una determinación personal previa, en la cual se exige que la actuación de los jueces sea valorar las acciones de uno de los boxeadores y decidir la asignación de los puntos que han de tributar a la decisión final colectiva del vencedor.

    En relación al APORTE TEÓRICO, se señalan las bases para una aproximación hacia una teoría del arbitraje, reconociendo la objetividad como una cualidad integradora de su proceso, dentro de la cual se definen dos factores: la imparcialidad y las condiciones de la actividad; sustentado en estas consideraciones, se conforma el sistema de postulados que rigen la aplicación de la metodología propuesta, lo que constituye también el aporte teórico de la investigación. Por otra parte, se definen conceptos fundamentales del arbitraje y una clasificación de los deportes olímpicos desde este punto de vista. La significación práctica puede resumirse en la aplicación de una metodología de arbitraje que mejora la calidad de las decisiones de los jueces con las consecuencias positivas que esto puede tener en el desarrollo del boxeo.

    Los resultados obtenidos posibilitan aportar cambios substanciales y modificaciones al sistema de arbitraje vigente en el boxeo y sus reglamentaciones, para mejorar la calidad de las decisiones en este deporte.

     

    Capítulo 1. El arbitraje en el deporte. 1

     

    1. 1. Introducción

    Considerando el hecho de que "…deporte y reglamento son inseparables…"(1) y basándose en la existencia de una relación dialéctica entre estos dos elementos, es decir, entre la actividad y la norma que la rige, no es posible, al menos desde el punto de vista de la autora, abordar el arbitraje en el deporte sin antes referirse al proceso de preparación del deportista y su relación con el mismo.

    Para ello es necesario comenzar por recordar que el entrenamiento deportivo, como proceso pedagógico organizado, es una actividad de instrucción y educación, que tiene en cuenta, ante todo, los principios pedagógicos generales, y como plantea L. Matvéev "… cualesquiera que fueran las particularidades del entrenamiento deportivo, ellas no pueden servir de motivo para apartarse de las reglamentaciones pedagógicas… la actividad del entrenador no se diferencia, en su esencia, de los principios de la actividad de cualquier pedagogo…"(2). No obstante el sistema de principios que sirve de guía al entrenador, no se reduce solamente a aquellos que precisamente por ser generales no revelan, naturalmente, el carácter específico del entrenamiento deportivo. "…Tiene importancia sustancial, en particular, los principios formulados por la teoría y metodología de la Educación Física…"(3) y el entrenamiento deportivo.

    A pesar de ello, no es menos cierto que la palabra deporte muchos la reconocen y relacionan con la práctica de ejercicios físicos competitivos o no competitivos, así de simple es la visión de quienes, por una razón u otra, desconocen sus interioridades como un proceso pedagógico donde cada entrenamiento, independientemente de sus objetivos, es una clase que incluye la enseñanza, el aprendizaje y el perfeccionamiento de conocimientos teórico – prácticos, del desarrollo de hábitos, habilidades, capacidades y cualidades donde, como es lógico, no están ausentes entre otros aspectos de dicho proceso, el control y la evaluación, que por su relación directa con el arbitraje deportivo se analizan a continuación.

    Ante todo, es necesario comprender que en los términos más simples evaluar es darle un valor a algo, es juzgarlo. La formación de un juicio exige de una previa información para la toma de decisiones y como es natural el proceso de formación de juicios, depende de la recolección de información y lleva a la toma de decisiones que se puede ilustrar, según Terry D. Tenbrink, de esta manera "…La evaluación es el proceso de obtención de información, y del empleo de la misma para formar juicios que a su vez se usan para la toma de decisiones…"(4).

    Específicamente en un deporte de combate como el boxeo, clasificado por la autora como de calificación y votación (5), el juez obtiene información de la conducta del boxeador mediante la percepción visual de sus acciones ofensivas, se forma un juicio con la contrastación de lo que ve, sus conceptos sobre la técnica y lo planteado en el reglamento, para tomar la decisión de registrar un golpe o no, por eso se plantea que el arbitraje es una forma de evaluación en el deporte.

    La Dr. Gillermina Labarrere al tratar otros elementos inherentes a la evaluación, considera dos principios fundamentales como base para elaborar toda evaluación: "… El principio de la sistematización, cuya esencia está en que toda evaluación de los conocimientos y habilidades deben efectuarse regularmente; el principio del carácter objetivo de la evaluación, que establece la correspondencia de la evaluación con el contenido a evaluar y la eliminación de todo criterio subjetivo en las apreciaciones…"(6) en cuanto a lo planteado por la autora mencionada sobre la "eliminación de todo criterio subjetivo" se considera que esto realmente es imposible o difícil, porque inevitablemente existen factores que influyen en la evaluación y siempre van a estar presentes, como por ejemplo la parcialidad, por eso se está totalmente de acuerdo con Klingberg cuando afirma: "… La evaluación de los rendimientos es también una cuestión de conciencia, de constante lucha por lograr lo que caracteriza a los buenos maestros: la imparcialidad…"(7). Se debe considerar, que este criterio de la Dr. Labarrere, se contrapone a la concepción de Klingberg (8) acerca de la unidad entre el carácter objetivo y el uso pedagógico de la evaluación en relación con la consideración de la posición del alumno Se menciona esto con la intención de aclarar que en el arbitraje esta unidad no se manifiesta, y esto hace ver el arbitraje como una forma particular de evaluación.

    Evidentemente es vital, para la investigación que se aborda, trabajar en la búsqueda de aquellos elementos que permitan la aplicación práctica del principio de la objetividad, que es, según el criterio de reconocidos especialistas, y el de la autora de esta tesis, lo que más está afectando en materia de evaluación. Siguiendo el tratamiento de esta introducción necesaria en el presente capitulo, debe hacerse referencia al control.

    Por lo general los pedagogos que tratan el tema consideran que cuando se controla no necesariamente se está emitiendo un juicio de valor expresado en una calificación, lo que quiere decir que no siempre cuando controlamos evaluamos. La definición más acabada que se ha encontrado en este estudio es la citada por Alfonso, M. (9) en su Tesis Doctoral cuando retoma el análisis propuesto por González, P. en 1989 quien confiere al término control un carácter más abarcador que al término evaluación. Alfonso, M. reconoce en su tesis que "…es necesario crear un sistema de control del aprendizaje que garantice la valoración objetiva de los diferentes estados en que se encuentra el estudiante en su formación en lenguas extranjeras…"(10) criterio que debe ser analizado y extendido a otras disciplinas.

    Al respecto debe dejarse definida la posición de la autora sobre el control y la evaluación en el deporte. Partiendo de lo general, el control y la evaluación forman parte del proceso de dirección del entrenamiento deportivo, donde el control como vía de constatación del estado del deportista debe ser expresado en un juicio de valor mediante la evaluación, por ello afirma, que sin la evaluación no es posible obtener una valoración del resultado del control, así mismo se reconoce que entre el control y la evaluación existe una unidad dialéctica.

    Por otra parte, todo lo que se aprende y perfecciona en el entrenamiento, se hace sobre la base del cumplimiento de las reglas que se han de exigir en la competencia, por ello los controles competitivos forman parte del sistema de evaluación que se aplica sistemáticamente en el desarrollo del proceso de entrenamiento.

    Mata, F. (11); considera que cuando no se controla el trabajo, esto acarrea un alto porcentaje de fracaso en el rendimiento del entrenamiento, así mismo le concede una gran importancia al seguimiento del esfuerzo que se realiza mediante el control del trabajo. "El control del trabajo debe recoger todo lo relacionado con la actividad del deportista, no solo durante el entrenamiento, sino también en las competiciones. Incluso en las actividades fuera del programa de trabajo deportivo, es decir, en la forma de actuar una vez terminada la tarea diaria" (12). Este autor considera tres formas u orientaciones del control que se llevan a cabo en el entrenamiento deportivo y aparecen en la Figura siguiente:

     

    Así se observa que este autor delimita claramente el control del proceso de entrenamiento (I) y de su resultado (II) que se da fundamentalmente en la competencia; pero también del estado del deportista y su progresión (III) como expresión de éste.

    Por su relación con lo explicado, es necesario comentar que son varios los autores que han situado al deporte a la avanzada en este sentido, entre ellos un especial reconocimiento merece Zatsiorski, V. (14) quien dedicó 310 páginas a la teoría de las "…mediciones pedagógicas – deportiva"…(15), los fundamentos teóricos para la aplicación de pruebas que midan las posibilidades motoras, la teoría de las evaluaciones y los problemas relacionados con la metrología de control pedagógico.

    El enfoque más actual y generalizado dentro del control del entrenamiento deportivo es considerar el entrenamiento como un proceso de dirección. Al respecto Grosser, M., manifiesta que el entrenamiento es un proceso de "planificación y desarrollo del alto rendimiento, es la coordinación sistemática, científicamente apoyada a corto y largo plazo de todas las medidas necesarias de programación, realización, de control, análisis y corrección, con el fin de alcanzar un rendimiento óptimo"(16). De forma gráfica y modificado por Mena, M. (17), este proceso de dirección se expresa en la Fig. 2 de la forma siguiente:

     

    A. Rudik, al caracterizar psicológicamente las competiciones deportivas destaca que estos tipos de actividades constituyen una parte esencial del proceso pedagógico concerniente a la educación física y el deporte. Él considera que "…la competición deportiva le da al deporte su verdadero carácter, ya que este es el fin que persigue el aprendizaje y el entrenamiento del deportista y constituyen la forma principal del trabajo didáctico – educativo; las competencias ejercen una gran influencia en la formación de los hábitos en la actividad deportiva, en el desarrollo de la voluntad y el carácter del deportista…"(18).

    Al mismo tiempo es evidente que en todas la competencias de control estén presentes las exigencias del arbitraje deportivo como una constante para poder dar la preparación adecuada en condiciones competitivas.

    La competencia, como medio de preparación del deportista, posee una función reguladora dentro del proceso, constituye un registro del efecto del mismo y permite, al comparar el nivel real con lo planificado, la verdadera regulación del proceso de preparación del deportista, de esta forma se puede decir que el arbitraje en el deporte posibilita; no solo la evaluación del resultado, que es evidente, sino que es también utilizada como un medio para evaluar el proceso y comprobar la eficacia del plan propuesto.

     

    1. 2. Consideraciones generales acerca del Arbitraje Deportivo

    Para adentrarse en las consideraciones generales acerca del Arbitraje Deportivo es necesario, retomando lo explicado anteriormente, ubicar el mismo dentro del proceso de preparación del deportista. Al respecto, Grosser señala que "… el entrenamiento y la competición son para el deportista de alto rendimiento dos actividades estrechamente relacionadas y dependen la una de la otra y desde hace tiempo forman el centro de atención de las diferentes ciencias del deporte; los conocimientos y las publicaciones científicas, sin embargo, siguen centrándose más en una Teoría del entrenamiento y todavía no se ha formulado una Teoría de la competición como tal…"(19) con este último criterio la autora no está totalmente de acuerdo, ya que Harre, G. y otros autores (20) elaboran una "Introducción a la Teoría del entrenamiento y la competición", posteriormente Matvéev, L. (21) distingue la "Teoría de la actividad puramente competitiva (competiciones deportivas)".

    Las exigencias del arbitraje deportivo están presentes no solo en las competencias oficiales sino también en todas las competencias de control, es decir aquellas que son utilizadas en el proceso de entrenamiento como forma fundamental de preparación. "Todo lo que se aprende y perfecciona en el entrenamiento se hace sobre la base del cumplimiento de las reglas que se han de exigir en la competencia, por ello los controles competitivos forman parte del sistema de evaluación que se aplica sistemáticamente en el desarrollo del proceso de entrenamiento…"(22).

    La autora opina que si hay algo no acabado sobre este asunto son precisamente los aspectos relacionados con el arbitraje deportivo que, a pesar de su especificidad en cada disciplina deportiva, responde a aspectos comunes para la actividad deportiva en general.

    En primer termino, es necesario intentar definir el arbitraje deportivo tomando en consideración que su función fundamental es hacer cumplir el reglamento establecido en cada modalidad deportiva durante la actividad competitiva y que esta función la realizan jueces y árbitros que, a su vez, cumplen funciones afines pero no idénticas. En este sentido se puede declarar que: el Arbitraje en el deporte se identifica con la valoración que realizan los árbitros y jueces de la actividad competitiva para tomar decisiones y hacer cumplir las reglas vigentes en un deporte dado. Arbitrar es la acción realizada por los árbitros encargados de hacer respetar el reglamento y tomar decisiones entre los deportistas en los deportes con oposición, en correspondencia con lo permitido por el reglamento; mientras que juzgar es la acción que realizan los jueces expresando un juicio de valor, calificando en unos casos (como en el Boxeo, Judo, Lucha, Gimnasia Artística) y en otros indicando o señalando, con o sin decisión, el comportamiento de algunas acciones que permite el reglamento (Voleibol, Fútbol, Béisbol).

    Entre las funciones de juzgar y arbitrar existen evidentemente muchos puntos de contactos. El juicio deportivo implica valorar y decidir, si unas posiciones o situaciones competitivas están permitidas por el reglamento. La calificación de las acciones del deportista definen el rol del juez, mientras que evaluar la conducta del atleta es más propia de los árbitros.

    Los reglamentos deportivos establecen las bases de qué y cómo deben evaluar los árbitros y jueces, por ello se hará referencia en primer lugar y lo más concretamente posible, a los aspectos generales que conforman los reglamentos deportivos.

    Los reglamentos deportivos aportan informaciones relevantes sobre el propio deporte y sobre el comportamiento de los árbitros, de los jueces, de los deportistas, entrenadores y del personal oficial que forme parte de las competiciones de una u otra forma.

    Las estructura de los reglamentos, por el cual se evalúan a los deportistas, difieren en correspondencia con el tipo de deporte; en algunos suele aparecer una descripción detallada de los gestos deportivos y de su criterio de evaluación y en otros se hace mayor énfasis en la definición de las posibles transgresiones y sus correspondientes sanciones. En ambos casos se establece la relación entre la ejecución del deportista y la acción del arbitro o juez, a través de la penalización o la calificación, respectivamente. Por ello, una de las funciones más características y peculiares del deporte es juzgar la ejecución de los atletas y arbitrar entre los deportistas, en el lugar de la competencia. Sin árbitros, jueces, cronometristas y anotadores, el desarrollo del deporte sería imposible.

    La decisión sobre la legalidad a veces no resulta fácil, debido a dificultades del reglamento o avances técnicos no contemplados en él. Donde se presentan mayores dificultades es en la valoración de las acciones del deportista. La valoración es sencilla cuando puede reducirse a unidades de tiempo, longitud o fuerza, ya que el juez puede valerse de instrumentos de gran precisión para medir y evaluar el rendimiento del deportista. Por el contrario, cuando la evaluación ha de hacerse sobre las interacciones del deportista, es decir, sobre sus movimientos en relación a los objetos y las condiciones de la competición, las discrepancias entre los jueces aumentan.

    Al respecto J. Riera planteó "… – las preguntas que interesan a la psicología del deporte son: ¿ Por qué, ante un mismo ejercicio, difieren las evaluaciones de los jueces?, ¿ Cómo puede aumentar la objetividad de sus calificaciones?…"(23).

    "… Evidentemente para cumplir con eficiencia las funciones de decidir y valorar deben ocurrir determinados requisitos que garanticen lo que debe ser un comportamiento esencial del juicio y arbitraje deportivo; la objetividad…"(24). Esta según Caracuel, J., Andreu, R., y Pérez E., será, a su vez, una de las condiciones necesarias para lograr una actuación justa e imparcial, características fundamentales de un buen juez y arbitro. Al respecto, la autora considera, que la condición de la objetividad es un aspecto cualitativo determinante en el desarrollo del proceso de arbitraje e indispensable para la calidad de las calificaciones, por tanto señala que la misma ha de ser siempre una constante en la actividad de todo tipo de arbitraje deportivo donde según Caracuel, J., se identifican las siguientes tareas:

    "…1. La percepción de la situación a enjuiciar, o sea, ver la acción.

    2. Interpretar lo que ocurre y comparar con las exigencias de reglamento

    3. Aplicar el reglamento para sancionar o no el acto deportivo con la decisión o valoración adecuada, es decir, evaluar la percepción interpretada según las reglas existentes.

    Como puede apreciarse, la percepción es un punto clave para la evaluación y está lejos de ser algo simple; puede resultar excesivamente compleja por la influencia de aspectos personales y la experiencia de quienes evalúan. Su resultado, la evaluación puede tener connotaciones sociales y consecuencias para muchos aficionados, para la formación de los futuros jueces, para los propios atletas y sus preparadores…" (25)

    Es una realidad que el análisis de la actuación del árbitro y los jueces es compleja y no es posible hacerlo en el marco de las conversaciones sociales, por ello la autora coincide con los métodos propuestos por J. Riera (26) para estudiar este problema que consisten en el estudio del reglamento, la observación de árbitros y jueces en la competencia y en entrevistas a los mismos. Si se incorpora a la propuesta del autor mencionado el estudio de los criterios sobre el arbitraje de entrenadores y deportistas, que son los más afectados se podrá contar con argumentos adicionales de gran valor para el estudio de esta temática, que ha sido poco tratada científicamente.

    No obstante, las investigaciones realizadas en este trabajo hacen posible profundizar más acerca de los mismos. En este sentido se considera la objetividad como una cualidad integradora del arbitraje deportivo, dentro de la cual pueden y deben distinguirse toda una serie de factores que se pueden calificar como internos (propios del sujeto que evalúa) y externos (propios de la interrelación sujeto – medio).

    En la primera situación se ubica la imparcialidad como un valor de la personalidad de los jueces y árbitros que refleja el sentido de la justicia; en la segunda, las condiciones en que se realiza la actividad e influyen en la calidad de la percepción como premisa del acto valorativo. Indudablemente pueden distinguirse otros factores influyentes, que no han sido estudiado hasta el momento. A priori, se considera que cualquier vía de perfeccionamiento del arbitraje en el deporte debe contemplar dos aspectos básicos: minimizar las posibilidades de parcialidad por parte de los jueces y árbitros y mejorar las condiciones en que estos realizan su actividad, para aumentar la calidad de sus percepciones. Precisamente ambos aspectos se contemplan en la hipótesis de esta investigación.

    Como ya se ha planteado, una de las áreas más descuidadas en la investigación científica en el deporte, a tenor de los escasos estudios que hay sobre ella, es la relacionada con el arbitraje deportivo. Sería interesante analizar y establecer una clasificación de los deportes, a partir de las características generales del arbitraje, que pueda servir como punto de partida hacia futuras investigaciones sobre arbitraje y juicio deportivo.

    Numerosas son las clasificaciones creadas por diferentes autores en el campo de la Cultura Física y cada uno presenta su propia tipología, como cita Parlebas, P. Michael Bonet consagra 171 páginas al censo de las clasificaciones más importantes y a la identificación de las grandes especialidades deportivas, por lo que es un tema verdaderamente inagotable. "… el problema básico de las clasificaciones es la elección de los criterios…"(27) véase a continuación los más comunes, según Parlebas, P. (28).

    – las cualidades y aptitudes que se consideran más solicitadas por los participantes: deportes de fuerza, de destreza, de resistencia, de velocidad, de coordinación.

    – el material y los instrumentos utilizados: juegos de balón, raqueta, mecánicos, aparatos.

    – el lugar de la práctica: al aire libre, juegos de patio, de sala o terrenos pequeños.

    – la naturaleza del sustrato: deporte de nieve o hielo, aéreos o náuticos, patinaje.

    – el número de participantes: deportes individuales, colectivo, juego de equipo.

    – otros criterios adoptados ocasionalmente: motivaciones suscitadas, posibilidad o imposibilidad de alimentarse en el curso de la prueba.

    También existen otros criterios de orientación psicológica dados por Riera, J.(29) y la más reciente desde el punto de vista de la praxiología deportiva es tratada por el Dr. C. Morejón J. (30) en su análisis praxiológico de la estrategia motriz deportiva, quien desde el ángulo de la praxiología define para el reconocimiento de la existencia del deporte cinco aspectos o condiciones obligatorias: – Situación Motriz, – Competencia, – Reglamento, – El carácter lúdrico, – Institucionalizado. Puntualiza al respecto, que sí uno solo de estos rasgos faltan, entonces no puede considerarse una actividad como "deporte", podrá ser otra cosa o un tipo de juego pero no deporte. Por tanto, reconoce la presencia obligatoria de la competencia y el reglamento; sin embargo defiende la posición de Parlebas, P. (31) acerca de una clasificación de los deportes a partir de como se desarrolla la acción motriz, que de forma gráfica (Fig. 3) se pueden representar los términos que se toman en cuenta de la siguiente forma:

     

    Figura 3. Términos empleados por Parlebas, P., para clasificar el deporte a partir de las acciones motrices.

    Al realizar un análisis crítico del cúmulo de clasificaciones deportivas enunciadas, independientemente de que unos autores puedan tener, más razón o fundamentación que otros, es evidente que, en sentido general ninguno de ellos toma en cuenta los aspectos relacionados con el arbitraje y el juicio deportivo, que es un factor complementario de gran influencia para lograr un resultado más acabado, desde el punto de vista de la praxiología deportiva. Así mismo, e independientemente de lo antes planteado, la autora considera la posición de Morejón, J.(32) como la más avanzada en este sentido. Incluso, el referido autor, con la intención de analizar la estrategia motriz deportiva, plantea como base para dicho estudio las siguientes condiciones, que han sido descuidadas en los últimos años por los especialistas del deporte (Fig. 4).

     

    Todos estos elementos – la técnica, espacio, tiempo, reglas y comunicación – deben ser relacionados entre sí para decidir una estrategia deportiva determinada. Con todo ello la posición de la autora por promover una teoría del arbitraje en el deporte no solo se ve reforzada, sino que se hace más clara y evidente como una necesidad para lograr la integración más acabada de los elementos señalados.

    Por ello, teniendo en cuenta las características estructurales de cada deporte olímpico así como los sistemas oficiales vigentes del arbitraje en los mismos, y sobre la base de todo lo antes expuesto, se ha logrado establecer una clasificación de los deportes tomando, como línea de partida, la estructura que los conforman y las diferentes funciones de juzgar y arbitrar que se ponen de manifiesto, de una u otra forma, en las disciplinas deportivas.

    En primer lugar, fue necesario definir las formas de arbitraje que se dan en cada deporte e ir agrupándolos por sus rasgos más comunes; de esta manera se conformaron tres grandes grupos como aparece a continuación en la Fig. 5.

    Grupo. 1. Deportes de calificación y votación.

    En este grupo se incluyen aquellos deportes en los que el juicio deportivo implica básicamente dos cosas: decidir si una posición, un movimiento, un instrumento o una situación competitiva está permitida por el reglamento y valorar, según el mismo la ejecución del deportista para otorgarle una calificación. La función de los árbitros en estos casos está dirigida fundamentalmente, a velar por el cumplimiento del reglamento y arbitrar entre las opiniones discrepantes de los jueces, predominando la función de juzgar sobre la de arbitrar.

    Clasificación de los Deportes según las funciones de Juzgar y Arbitrar

     

    Figura 5. Clasificación de los deportes olímpicos definida por la autora, desde el punto de vista del arbitraje deportivo.

     

    Grupo. 2. Deportes de anotación.

    Aquí aparecen los deportes que presentan, en su sistema de arbitraje, decisiones por el número de tantos, carreras, goles, canastas donde, como es obvio, está implícito la acción de juzgar de los jueces y árbitros, pero su función principal está en decidir quién de los contrincantes tiene la razón, así como valorar y penalizar las transgresión de las normas, mediante la apreciación de las diferentes acciones que dan valor efectivo o no a las anotaciones y, por tanto, se da un predominio de la acción de arbitrar sobre la de juzgar.

     

    Grupo. 3. Deportes de medición.

    Este grupo lo integran los deportes que en su sistema de arbitraje exigen la valoración de los resultados a partir de medidas en unidades de tiempo, espacios y pesos. La función de los

    jueces y árbitros se hace más sencilla en estos deportes ya que pueden valerse para realizar su trabajo de instrumentos de precisión para medir y evaluar los resultados competitivos. Los deportes que conforman este grupo, excepto las pesas incluyen otras pruebas que no siempre son individuales.

    En los tres grupos se pueden incluir también subgrupos, ya que existen deportes que por sus características contemplan la competencia tanto individual como colectiva, este es el caso de la Gimnasia Rítmica y el Nado Sincronizado en el primer grupo; el Tenis de Campo y de Mesa en el segundo grupo y las competencias de relevo en los deportes del grupo tres, incluyendo también algunas de las pruebas de Vela, Remo y Canotaje que no son individuales.

     

    1. 3. El Arbitraje en el Boxeo

    El arbitraje en el Boxeo es un aspecto inseparable de la evolución histórica de esta disciplina deportiva, que se supone surgió durante los milenios III y IV a.n.e., por las tierras de Egipto y la India "…En estos tiempos, aproximadamente es que se conoce el pugilato (33)…"(34)

    J. Domínguez y J. Llano (35) al tratar la historia del Boxeo, y referirse a los combates efectuados en aquella época entre Epeo y Euryalo y Dares contra Entelo, cuando el primer y segundo asedio a la fortaleza troyana, refieren la presencia de decisiones por "fuera de combate" y "abandono" que, aunque no era la denominación que se les daba, sí era lo que ocurría en la práctica. Los hechos referidos permiten comprender como desde el inicio mismo de esta manifestación deportiva, surgen las decisiones en el boxeo como condición necesarias para finalizar un combate y reconocer el vencedor.

    El pugilato fue practicado por atletas de Atenas y de otras Ciudades – Estados griegas y estaba incluido en el programa de los Juegos Olímpicos antiguos. Entonces no existía cuadrilátero, el terreno estaba limitado por los propios espectadores y se consideraba un acto de cobardía si el boxeador cedía terreno a su rival; los combates se realizaban hasta que uno de los dos reconocía la derrota, o se caía y no continuaba la lucha. No se permitía agarre, usaban "Spahira"(36) como guantes en unos casos y en otros a puños desnudos. Tampoco existían las divisiones de pesos.

    A partir de 1719 en Inglaterra el pugilato se transforma en boxeo. Su pionero fue James Figg quien se dedica al boxeo de los puños desnudos. Este carecía de reglas, los contendientes se empujaban y se derribaban frecuentemente sin que mediase un golpe y había una sola división de gran peso. También, en ese año se efectúa el primer campeonato oficial mundial.

    No es hasta aproximadamente 1743 en que varios profesores se reúnen en casa de Jack Broughton (37) con el fin de establecer un reglamento para las competiciones de boxeo. En el se dispuso que cada boxeador tuviera un asistente; se prohibía golpear al adversario en el suelo o agarrarlo; los boxeadores debían usar pantalón corto con hebillas; sólo se terminaba el combate cuando un boxeador caía vencido o se retiraba; los asaltos se determinaban por las caídas que sufría un boxeador a causa de los golpes de los cuales se debía recuperar en 30 segundos.

    Estas reglas, como plantean en su obra J. Domínguez y J. Llano (38), fueron las primeras en la historia del boxeo, pero no se hicieron efectivas en Inglaterra ni en otro lugar del mundo; solo se aplicaron en los gimnasios de los profesores que las emitieron "… Este reglamento se conoció como London Prize Ring Rules…" (39).

    En 1866 un periodista ingles llamado Arthur Chamberlan redactó para el Marqués de Queensberry las reglas del boxeo, en la que se fijó la duración de los "round", en 3 minutos con 1 minuto de descanso y 10 segundos para levantarse de una caída; prohibían, además las "tomas de lucha" y se prescribió que el "ring"tuviera 24 pies (7.20 m) de lado.

    Los combates no debían comprender más que boxeo regular practicado de pie; el púgil tenía derecho de hacer caer a su adversario con una zancadilla y de echársele encima para derribarlo a golpes hasta que el árbitro parara el combate. Estas reglas, que se consideraron como las bases del reglamento actual, se ponen en vigencia en el año 1872 "…desde este momento el boxeo dio un verdadero salto humano y científico, ya que el boxeo técnico iba sustituyendo al simple pegador, pasando casi a un segundo plano la habilidad brutal de golpear…"(40).

    A partir de entonces esta carta del boxeo comenzó a perfeccionarse, en detalles relacionados con el peso de los guantes, y la definición de otros aspectos. Tales como la limitación de la duración de los combates; conferir al árbitro la facultad de acordar una decisión "por puntos" y, en una palabra, se fue llevando al boxeo a la forma con la que nos hemos familiarizado desde entonces. De las categorías de peso contempladas inicialmente: – Pesados, Medios y Ligeros, – la gradación se fue introduciendo poco a poco y llegó a quedar completa para el año 1900, con la sola diferencia de que no había campeón mundial de peso mosca, pues esta división se creó en 1911 para Jimmy Wilde, quien retuvo el título de los pesos mosca de su tiempo hasta 1923.

    El boxeo terminó su evolución en los países anglosajones y empezó a principio de siglo a extenderse por todo el mundo, de vecino en vecino, los más cercanos primero: Europa, y Francia y en el nuevo continente, México. "… Precisamente, fueron Francia y México los dos primeros en su zona en tener campeones del mundo…"(41). En esta época las reglas llegaron a establecerse con la exigencias siguientes:

    • El ring: debía medir 6.10 m como máximo y 4.90 m como mínimo y estar rodeado de tres líneas de cuerda fuerte.
    • Las categorías de peso: incluían los moscas (48 kg) hasta los pesados en más de 81 kg.
    • La presentación: exigía que los púgiles fueran al combate afeitados, sin grasa en el cuerpo, con ligero calzado y se prohibía el uso de anillos y hebillas de cinturón.
    • Los guantes: Los boxeadores debían emplear vendas para proteger las manos, aunque no eran obligatorias y debían ser proporcionadas por los organizadores y examinadas una vez puesta por el árbitro, los guantes debían ser nuevos y sin alterar el relleno, de no ser nuevos había que pasarlos por agua ligeramente jabonosa y luego secarlos. Su peso para todas las categorías era de 8 onzas (227g.).
    • Duración del combate: Eran 3 round de 3 minutos y permitían la presencia de los segundos en el ring después de la señal de cada fin de round y durante un minuto de descanso después de cada asalto.
    • El arbitraje: el árbitro era un juez único, que podía ser asistido por dos jueces, y el resultado se decidía, en tal caso, por mayoría, estableciendo para cada uno de los jueces y el árbitro, un boletín de voto en el que atribuían los puntos para cada round según las reglas de cada país.

    La apreciación para el trabajo de los jueces se fundamentaba en cuatro aspectos:

    1.- en la ciencia general (42); 2.- la fuerza de los golpes; 3.- la calidad de la defensa; 4.- la observación de las reglas. Cuando al final del combate un juez, encontraba en ambos contrincantes el mismo total de puntos debía declarar el combate nulo.

    El árbitro estaba facultado para formular "advertencias públicas" si un boxeador violaba el reglamento sin merecer la descalificación inmediata. Para ello no estaba obligado a consultar a los jueces. Si lo hacia, uno de los dos cuando menos debía estar de acuerdo con él. Después de dos advertencias públicas, el árbitro debía descalificar forzosamente, en caso de reincidencia, al boxeador.

    Estas reglas se fueron modificando con el tiempo, aunque sin perder su esencia inicial. Con la creación de la AIBA en 1946, surgen nuevas consideraciones no menos importantes para

    la evolución del boxeo. El reglamento del boxeo aficionado de la Asociación Internacional de Boxeo incluyó en sus incisos 22 reglas (43). En la Regla 10, referente a árbitros y jueces, se define que el árbitro ejercerá sus funciones en el cuadrilátero sin tomar notas en el papel de registro de las anotaciones; la puntuación de cada pelea la llevan cinco jueces, lo cual mantiene su vigencia. (Los primeros pasos para la instrumentación y aplicación de estas reglas de la AIBA en Cuba se dan a finales de 1962 y principio de 1963).

    La regla 18 permitía conceder 20 puntos por cada asalto: el mejor boxeador recibía 20 puntos y su adversario una cantidad proporcionalmente inferior. Cuando ambos obtenían igualdad de méritos, cada uno recibía 20 puntos y se decidía como ganador al boxeador que demostraba mayor ofensiva o mejor estilo y si ambos mantenían la igualdad en ese sentido se iba entonces al de mejor defensa.

    Los reglamentos de la AIBA fueron modificándose y perfeccionándose sistemáticamente. La autora considera que las modificaciones más significativas desde entonces por orden cronológico, fueron la aprobación del protector de cabeza opcional en 1983 y un "…nuevo sistema de anotación el cual fue mostrado al publico internacional en el torneo Pre – Olímpico de Boxeo en Seúl…,… que presentó la federación de este deporte en la antigua URSS, durante el invierno de 1987…"(44). Posteriormente, en el torneo internacional de Primavera de Leningrado fue usada, por primera vez oficialmente, la máquina anotadora y produjo muy buenos resultados. Se aplicó en el Campeonato del mundo de mayores en Moscú 89.

    En los últimos años, el Congreso de la AIBA ha realizado algunas modificaciones de consideración a las reglas del Boxeo, fundamentalmente las de 1991 y posteriormente, las aprobadas en 1996 que contempla, a partir de 1997, el establecimiento de 5 asaltos de 2 minutos en los Torneos o Campeonatos Continentales y Mundiales permitiéndose, de mutuo acuerdo, otras variantes de 4 y 6 asaltos en eventos internacionales. Se oficializa, por primera vez, la práctica del Boxeo Femenino con modificaciones de las reglas para esta modalidad.

    No se debe pasar por alto el constante perfeccionamiento de la máquina anotadora, que se ha venido realizando para lograr una construcción electrónica computarizada altamente desarrollada, donde los aportes de algunos países como Japón, Estados Unidos y Cuba han estado a la vanguardia.

    Este nuevo sistema, vigente en la actualidad, revolucionó el boxeo en el mundo logrando, con relación a los anteriores, un mayor acercamiento de la votación de los jueces a la realidad del combate y la aplicación de medios técnicos computarizados en el mismo. Esto tampoco solucionó totalmente el problema, y las decisiones injustas continúan siendo el gran problema del boxeo olímpico.

    A pesar de lo útil que ha resultado la máquina anotadora para el trabajo de los jueces y los esfuerzos realizados para su perfeccionamiento técnico, la autora coincide con Gordienko, V (45), de que sería incorrecto asumir que la máquina de anotación pueda dar respuesta a todos los problemas relacionados con el arbitraje, ya que el factor humano será el decisivo, con el juez teniendo que decidir en un segundo si el golpe fue correcto y debe ser registrado o no en la máquina.

    A pesar de los novedosos cambios del arbitraje en el boxeo y el perfeccionamiento técnico alcanzado en la construcción de la máquina anotadora, se ha olvidado que la forma o vía de decidir el vencedor, todavía se fundamenta y rige, en su esencia por las bases tradicionales negando así, de forma inconsciente, el desarrollo tecnológico, al construir máquinas muy perfeccionadas electrónicamente pero con la aplicación de una metodología tradicional.

    En 1996 y coincidiendo con el 50 "Aniversario de Oro de la AIBA"(46) se obtienen en Cuba, con esta investigación, los primeros resultados científicos de una nueva propuesta para perfeccionar el sistema de arbitraje vigente.

    Las características del arbitraje actual en el boxeo aprobado por la AIBA y representado de forma gráfica en la Fig. 6 plantea, dentro de su sistema, una metodología que concibe: la acción de juzgar mediante la votación de los jueces por los dos boxeadores de forma simultánea; una distribución de los cincos jueces alrededor del ring; la decisión del ganador se caracteriza por ser personal, previa y colectiva y donde los jueces indican en su votación, a un vencedor.

     

     

    Figura 6. Esquema que muestra la conformación del sistema de arbitraje oficial de la AIBA.

    Esta metodología, al ser automatizada, propicia el uso de medios técnicos auxiliares para el trabajo de los jueces, mediante cinco máquinas de tanteo (máquinas de votación) acopladas en un sistema electrónico computarizado que permite reconocer la coincidencia de los jueces en un segundo cuando marcan los puntos a los boxeadores, (para que sean validos los puntos, deben coincidir tres o más jueces) y dar el resultado final del combate.

    El arbitraje en el boxeo cuenta con los reglamentos de la competencia para regular los derechos y deberes tanto de los participantes como de los árbitros. Tienen carácter oficial y su cumplimiento es obligatorio para todos los participantes, sirven de base para la organización idónea de las competencias, en concordancia con los objetivos educativos y de fortalecimiento de la salud del deportista. En ellos se determinan los tipos de competencia, los modos de celebrar los campeonatos y determinar los ganadores en los torneo individuales y por equipo.

    A partir de enero de 1997 entran en vigencia las nuevas modificaciones del reglamento para el arbitraje en el boxeo donde se aprueba para los Campeonatos y Torneos Continentales, Olímpicos y Mundiales la aplicación de cinco asalto de dos minutos cada uno La interrupción del combate por avisos, amonestaciones, para poner orden en la vestimenta, en el equipo o por cualquier otro motivo, no están incluidos en los dos minutos. No habrá ningún asalto complementario. En los eventos internacionales, los asaltos serán, por regla general, los mismos que los citados arriba, pero si se ha convenido con anticipación, pueden haber cuatro asaltos de tres minutos cada uno o cinco o seis de dos minutos cada uNO Siempre habrá un intervalo de un minuto entre los asaltos. (Estos cambios propician, aún más, el aumento de decisiones por puntos lo que trae consigo que los jueces tengan un trabajo más intenso en cada cartel con relación al reglamento anterior, que permitía sólo tres asaltos).

    Cada combate es anotado por cinco jueces de la AIBA. Sus asientos separados de los del público, cerca del cuadrilátero. Los jueces 3 y 4 ocupan un mismo lado del ring de frente al jurado y a cierta distancia uno del otro, y los jueces 1, 2 y 5 se ubican cada uno distribuidos en tres lados del ring como se muestra en la Fig. 7. Cuando el número de jueces disponibles es insuficiente, podrán emplearse tres jueces en lugar de cinco, pero esto no se podrá aplicar en los Juegos Olímpicos, en los Campeonatos del Mundo ni en los Campeonatos Continentales.

    Figura 7. Muestra la distribución de los jueces en el ring según el sistema de arbitraje oficial.

    En los encuentros internacionales se pueden tomar acuerdos que no afecten la reglamentación oficial.

     Con el fin de garantizar la neutralidad de los jueces, el reglamento dispone que los nombres del árbitro y de los cinco jueces serán elegidos para cada combate por la Comisión de Árbitros y Jueces, según las directivas del reglamento. Entre ellas están que no deben trabajar más de dos jueces de un mismo Continente en un combate; para los Torneos y Campeonatos la designación de los jueces se hará por sorteo cerca del ring, antes de cada combate.

    Cada juez juzgará los méritos de ambos participantes independientemente y decidirá el vencedor según las reglas. De esta forma, los jueces deciden directamente en su votación personal cual de los boxeadores es el vencedor.

    Los tipos de decisiones que se dan en el boxeo para decidir el ganador son varios: referí suspende el combate (RSC); referí suspende el combate por golpes a la cabeza (RSC-H); referí suspende el combate, invalidación por golpe en la cabeza (RSCH-I); fuera de combate (KO); no presentación (NP); abandono; cuando el médico suspende el combate; descalificación y votación por puntos.

    Hasta aquí se abordan, de manera general, algunos de los aspectos más importantes que se relacionan directamente con el arbitraje actual en el boxeo. A continuación es necesario profundizar en la "votación por puntos", por ser esta la más utilizada y expuesta a la subjetividad de las percepciones de los jueces para realizar sus valoraciones, en su función de juzgar a los boxeadores, durante el combate para decidir el ganador.

    La votación por puntos es el resultado de los golpes correctos y de todas las otras informaciones que los jueces registran, a partir de su valoración, en la memoria del equipo electrónico apretando el botón correspondiente. Sobre esta base, el resultado final es obtenido por cálculo automático; cuando se trabaja por boletas, deben coincidir en un mismo ganador tres o más jueces.

    Existen dos formas de votación por puntos: la Personal y la Combinada (Tablas 1 y 2). La primera es cuando entran a la máquina todos los golpes marcados por los jueces y se conservan en la memoria de la misma para ser utilizada en caso de empate; la segunda, basada en la Personal, permite la entrada solo de las anotaciones personales que se realicen en un tiempo de un segundo y coincidan, como mínimo, tres de los cinco jueces; con ella se da el resultado final. Solo en caso de empate es utilizada la Personal como veredicto final. Para comprender mejor la forma de evaluación en la competencia de boxeo, se utilizará el ejemplo (Tabla 1 y 2) de como fueron evaluados los boxeadores en un combate de los 54 Kg. el día 26/01/1996 en el Torneo Nacional de Boxeo "Playa Girón 96" entre Pérez Domínguez, Rencise (Hol) vs Moreno Vargas, Aldo E. (Gram).

    Tabla 1. Decisión Personal.

    Asaltos:

    N° del juez.

    1

    2

    3

    4

    5

    Promedio*

    R-A

    R-A

    R-A

    R-A

    R-A

    R-A

    1

    7:13

    1:6

    6:2

    3:3

    2:2

    19:26

    2

    2:5

    0:6

    10:13

    3:9

    3:7

    18:40

    3

    18: 11

    5:2

    11:18

    3:9

    3:3

    40:43

    Total

    27:29

    6:14

    27:33

    9:21

    18:12

    77:109

    Tabla 2. Decisión Combinada

    Asaltos:

    N° del juez.

    1

    2

    2

    4

    4

    Promedio*

    R-A

    R-A

    R-A

    R-A

    R-A

    R-A

    1

    1:1

    1:0

    1:1

    1:1

    0:1

    1:1

    2

    0:2

    0:2

    0:2

    0:1

    0:2

    0:2

    3

    3:3

    1:0

    3:3

    2:3

    2:0

    3:3

    Total

    4:6

    2:2

    4:6

    3:5

    2:6

    4:6

    *Denominación que se le da en el boxeo la suma de los puntos marcados por los jueces en cada combate. R = ( boxeador de la esquina Roja) A = (Boxeador de la esquina Azul).

    (Aunque separamos en dos tablas el ejemplo dado, recordamos que ambas pertenecen al mismo combate).

    Teniendo en cuenta la importancia de la objetividad de la evaluación, se analizará la presencia de la misma, de forma práctica en el ejemplo dado, con la intención de lograr una mejor comprensión acerca del contenido que la conforma.

    En la votación personal, la diferencia de puntos entre los jueces 1 y 3, con relación a los puntos dados por los jueces 2, 4, y 5 es notablemente amplia y, aunque ocurre todo lo contrario en la decisión combinada, entre ella y la personal se pone de manifiesto una gran diferencia que pone en duda su objetividad. Ocurren situaciones como las puntuaciones del tercer asalto donde el juez 1 votó 18:11 a favor del rojo y el juez 3 marcó 11: 18 también, pero a favor del azul. Vieron la misma cantidad de puntos pero de forma distinta para uno y otro boxeador.

    De un total de 77 puntos marcados al boxeador Rojo, los jueces coincidieron solamente en 4, algo parecido ocurre con los golpes efectivos que le vieron tirar los jueces al boxeador Azul, pues de 109 puntos coincidieron apenas en 6. Por los resultados de la decisión combinada el combate resultó ser muy parejo, y hasta algo cerrado, pues la diferencia del ganador fue de sólo dos puntos. Sin embargo llama la atención que por la decisión personal, el ganador alcanza una amplia ventaja nada menos que de 32 puntos. A este análisis es propicio incorporar la información recibida en el marco del evento sobre los resultados de la valoración del estudio del vídeo de este combate realizado por los especialistas, quienes consideraron que el verdadero ganador fue el Rojo y no el Azul como determinaron los jueces.

    Aunque el ejemplo seleccionado para demostrar como es que se realiza la votación por puntos en una competencia de boxeo, no es el más feliz; tampoco, por si solo, fundamenta el porqué del presente trabajo. Lo que si es un hecho es la posibilidad real de que pasen cosas como estas, lo que pone en duda la calidad y objetividad de este sistema de arbitraje. En esencia, es así como se decide el ganador del combate, con la aplicación, como es lógico, de las reglas establecidas, y que no siempre, lamentablemente, son respetadas por los jueces.

    Los especialistas, funcionarios y directivos del boxeo no se han mantenido ajenos a esta situación. En el amplio estudio bibliográfico realizado a lo largo de varios años, se pudo comprobar que, históricamente, se han realizado innumerables esfuerzos en busca de una solución, y si fuera necesario mencionar nombres al respecto, situaríamos a la vanguardia de esta histórica lucha al propio Presidente de la AIBA, Prof. Anwar Chowdry.

    Resumiendo se puede expresar que el arbitraje, como forma particular de evaluación, no solo se limita a la evaluación del resultado sino que es también utilizada como un medio para evaluar el proceso de entrenamiento y comprobar la eficiencia del plan propuesto en condiciones competitivas y por ello la objetividad, como cualidad integradora, debe ser reconocida como premisa del acto valorativo de los jueces.

    Partes: 1, 2, 3
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