Los derechos sexuales y reproductivos de los y las adolescentes en el sistema de salud chileno (página 2)
Enviado por Agustina Morales
La realidad descrita anteriormente es incuestionable en cuanto a su relevancia y prioridad, sin embargo pese a diferentes iniciativas de profesionales y organismos públicos y privados, nuestros jóvenes en especial, los de sectores populares, no tendrían acceso a la información oportuna y adecuada sobre sexualidad y prevención de embarazo adolescente, adecuada a sus necesidades e intereses de vida.
Dentro de los objetivos sanitarios, se encuentra el disminuir en un 30% las Tasas de embarazos adolescentes de 15 a 20 años y disminuir en un 50% la tasa de Embarazos adolescentes de las adolescentes menores de 15 años (MINSAL, Objetivos Sanitarios 2000,2010).
Habitualmente, los/las jóvenes que acuden a los Centros de Salud de Atención Primaria reciben una atención que ha sido diseñada o pensada para la población general, sin consideraciones a que ellos/ellas constituyen un grupo diferente , salvo las unidades de adolescencia que encauzan su quehacer preferentemente hacia aquellos/as adolescentes en circunstancias especiales (embarazos, problemas conductuales, etc.). Asimismo en la mayoría de los establecimientos de salud, se trabaja aún con el clásico modelo de atención, donde a los jóvenes se les intenta resolver el problema por el cual consultan. Generalmente son atendidos por un personal de salud no sensibilizado con su problemática, que a veces no los acoge como ellos esperan, además tienen que compartir la sala de espera con adultos que en ocasiones los discriminan y que perciben como un riesgo para la confidencialidad que necesitan "Me resulta muy difícil acudir al consultorio a solicitar condones, porque nunca falta la vecina que esta esperando a la matrona, y típico que va a suponer que estoy embarazada o le cuenta a mi familia" ( SSMSO,Documento de Sistematización,2003, Proyecto"Adolescentes Pintan el Sida").
El derecho a ejercer la sexualidad y la forma como se decide ejercerla es inherente a la vida de todo ser humano, parte de su autonomía y opción personal. Los y las adolescentes tienen derecho a solicitar información para adoptar sus decisiones, sin riesgos para su vida ni su salud, por ello contar con espacios amigables, donde puedan acceder a consejerias y o prestaciones de salud centradas en sus necesidades e intereses, donde puedan reflexionar e incorporar herramientas que les permita prevenir embarazos no deseados o Infecciones de Transmisión Sexual, resignificando sus roles de género desde una perspectiva mas integral y humana "La responsabilidad del o la profesional adulto/a respecto a la sexualidad adolescente no es ni promoverla; ni restringirla o negarla, pero si apoyar el proceso de información necesario para que los/las adolescentes sean capaces de tomar decisiones respecto de lo que quieren y no quieren hacer y poder comunicarlo a sus parejas, es decir apoyarlas en su crecimiento como personas y en el desarrollo de su autonomía (Benavente,C,2007)
Las Normas de Regulación de la Fertilidad Reproductiva establecen la distribución de métodos anticonceptivos sin restricción a mujeres mayores de 15 años, y también la tarea de brindar asesoria a los adolescentes varones sobre la materia. Sin embargo, el decreto pertinente señala en uno de sus párrafos; que: Los padres deberían acompañar a sus hijos/as los Centros de Salud si necesitan un anticonceptivo, como parte de la educación sexual que se les debiera entregar. No obstante ello, si un adolescente requiere atención de salud en materia sexual sin presencia de los padres, el Estado debe prestar la atención requerida. Pero ésta debe proporcionarse por un profesional que ponga especial atención en la madurez y las circunstancias particulares del menor (MINSAL, 2007). Dependiendo en cierta medida del criterio o apreciación personal del profesional o funcionario de Salud sobre cada situación en particular.
Pese a las normativas vigentes, en materias de regulación de la Fertilidad, subsisten aún prejuicios y mandatos culturales en el personal de salud que impiden brindar a las/los adolescentes, la atención que ellos/ellas requieren, por ejemplo se dificulta la entrega de anticonceptivos a mujeres jóvenes que aún no han tenido hijos (Mesa Intersectorial de Prevención del VIH/SIDA,2008) reproduciendo entonces mandatos culturales hegemónicos, que asignan a la mujer como destino insustituible e inmodificable, el deber ser madre (Benavente , C, 2007).
Respecto de los Adolescentes Varones, no tienen acceso masivo a Programas de Salud Sexual y Reproductiva, donde ellos puedan generar y profundizar aprendizajes adecuados sobre si mismos, sus procesos de cambios físicos, psicológicos y sociales, y validarse como personas capaces de reconstruir nuevas identidades masculinas. Por el contrario, experiencias de trabajo efectuadas con población Juvenil, dan cuenta que: "El sistema de salud discrimina a los padres y madres jóvenes en distintos momentos, cuando han decidido tener relaciones sexuales, o si ya las tienen, pueden ser discriminadas/os o maltratados, por andar haciendo cosas de grandes, además hay usuarios adolescentes que consideran que la información que se les entrega es de mala calidad, y no les permite prevenir adecuadamente una gestación. (Aguayo F, Sadler M, 2006).CIEG). Universidad de Chile.
Los cuestionamientos del personal de salud hacia las/los jóvenes son reproducciones de modelos patriarcales que sitúan a la sexualidad como algo propio del mundo adulto, de acuerdo a lo que refiere Weeks (1998) en nuestra sociedad, no se reconoce la sexualidad de los niños/as, adolescentes, mujeres. Habitualmente quienes trabajan en el Sistema de Salud, anteponen el conocimiento formal y/ o científico al conocimiento informal de los usuarios/as, sin considerar que dichos conocimientos provienen de su propias y particulares formas de vida. Este fenómeno ocurriría en todos los niveles de atención en salud, y también lo experimentan otras poblaciones, siendo más evidente con los adolescentes, en razón de su edad y su etapa de vida, desautorizando y devaluando, sus saberes y habilidades en torno a su cuerpo y de las posibilidades de que estas/estos puedan cuidan de sus hijas/hijos. Según Aguayo, Nos encontramos entonces con escenarios donde las decisiones son controladas por quienes poseen el conocimiento autorizado, en este caso el personal médico (Aguayo F, Sadler M, 2006)
Las ITS y el VIH/SIDA
Las infecciones de transmisión Sexual, constituyen un riesgo reconocido para la propagación del VIH/SIDA desde y hacia las personas que viven con el Virus de la Inmunodeficiencia humana. Además, están directamente relacionadas con un porcentaje mayoritario de Casos de Cáncer Cervico Uterino, Infertilidad, enfermedades y Enfermades del Recién Nacidos.
De acuerdo a información estadística proporcionada por el MINSAL; durante el año 2006, se notificaron, en menores de 20 años:
16 casos de Candidiasis.
144 casos de condilomas.
25 casos de gonorrea.
Respecto del VIH/SIDA. Durante el quinquenio 2002- 2006, las notificaciones de Personas ubicadas en el tramo de edad de 10 a 19 años presento una tasa de 7,6 %. En lo que concierne al rango etario entre los 20 a 29 años, la tasa corresponde a 84 por cada 100.000 habitantes (Dides, C, Moran, J, Benavente, C, Pérez, S, 2007)
De acuerdo a las Orientaciones Técnicas de la Conasida los Jóvenes son considerados como población vulnerable emergente. Sin embargo, estas clasificaciones serian desde la mirada de quien redacta el presente ensayo, subjetivas por cuanto entre las poblaciones que se especifican como prioritarias : Hombres que tienen sexo con Hombres, población homo bisexual, trabajadores(as) en comercio sexual y población transgénero, se insertan a su vez en estos personas jóvenes de ambos sexos, por lo que se requeriría entonces de una política transversal de atención en salud, que abordara las problemáticas adolescentes de estos subgrupos, profundizando en metodologías de intervención apropiadas a sus necesidades y complejidades especificas.
En el Sistema Publico y particularmente en los Programas de Atención en VIH/SIDA, de acuerdo a las disposiciones de la ley 19.779 de Prevención del VIH/SIDA, esta instaurada la atención en "Consejeria" la que se entiende como una actividad de escucha activa, confidencial y centrada en la persona, que se enmarca en el contexto de los principios éticos orientadores como el derecho a la decisión libre e informada, la autonomía de las personas y el derecho a la confidencialidad; y que es ejercida por personas debidamente capacitadas: profesionales técnicos de salud y miembros de organizaciones sociales ( CONASIDA, 2002).
Esta Estrategia de Apoyo Psicosocial, ha sido evaluada como altamente eficaz, porque posibilita a las personas un espacio confidencial donde expresar sus necesidades de orientación y asesoramiento en sexualidad, sin cuestionamientos, centradas en su realidad particular, y en el reconocimiento sus propias habilidades y capacidades, en su gestión de Riesgo frente al VIH/SIDA (CONASIDA, 2002, Bravo, A, 2007).
No obstante, el acceso a la atención en "Consejeria" aún revierte dificultades de acceso para los jóvenes, por cuanto las personas en general desconocen donde realizarse el examen de detección del VIH/SIDA y los requisitos para solicitar esta parte de los menores de 18 años (Red de Consejeros del SSMSO, 2008) prestación (Red de Consejeros del SSMSO, 2008). También es necesario presentar documentos como Carnet de Identidad, y en el caso de las/los Adolescentes, la ley 19.779 de Prevención del VIH/SIDA, no define con claridad, si estos o estas son sujetos de derecho, existiendo inquietudes y divergencias entre los profesionales de la Salud, en cuanto a validar o no la firma del consentimiento informado por
En esta situación aparecen nuevamente los "mandatos culturales" en que no se reconoce la titularidad de derechos de los adolescentes, considerándoseles como incapaces de tomar sus propias decisiones en asuntos concernientes a la Salud Sexual. Replicándose la noción de que el cuerpo y la vida íntima de los y las Adolescentes pertenece a los padres, por tanto ellos deben conocer y autorizar cualquier decisión que los y las Jóvenes deseen tomar en su vida sexual.
Estos preceptos culturales, se rigidizan y perpetúan aún mas en el caso de las adolescentes mujeres, puesto que tiene que ver con la idea muy valorada en nuestra sociedad, de que la mujer se inicie sexualmente en el matrimonio, o en el contexto de una relación de pareja estable .De igual manera, seria deseable que las mujeres esperasen a que los hombres, que son sus parejas, decidan si desean o no usar el condón, aún cuando sepan lo que quieren, si una mujer toma la iniciativa en materias de sexualidad, sin el consentimiento del hombre, su pareja podría pensar que tiene demasiada experiencia, lo que dificulta la promoción de que las adolescentes mujeres puedan negociar practicas sexuales mas seguras (Benavente,C, 2007)
La indefinición entonces de las normativas legales, en cuanto a la capacidad de los y las adolescentes para decidir o no la toma del test de Elisa para detección del VIH/SIDA, responde a estas concepciones culturales , y a presiones de sectores conservadores de la Sociedad, que se autoproclaman como defensores de la tradición, como Lideres Políticos de Derecha, la Jerarquía de la Iglesia Católica, y Movimientos Próvida, que promueven opciones como la pareja única y la abstinencia, desconociendo que la adolescencia es una etapa de cambios, y proceso de búsqueda de identidad y sentido de vida.
Avances y Desafíos
Según Lehrer, algunos estudios sobre adolescencia señalan que es más probable que las y los adolescentes citen la confidencialidad como una de sus mayores preocupaciones, sobre todo, si informan que:
Alguna vez han tenido relaciones sexuales.
No usaron anticonceptivos en la última relación sexual.
Han vivido experiencias lesbicas u homosexuales.
Han recurrido al aborto, en el caso de las mujeres.
Tienen historia de ITS (especialmente las mujeres).
No han comunicado situación de embarazo a sus padres.
Han tenido síntomas depresivos severos o moderados.
Han experimentado ideaciones suicida.
Tienen una mala relación con sus padres.
Lo anterior, reafirma entonces, la importancia de entregar consistentemente a los y las jóvenes, oportunidades de escucha privada, respondiendo a estas solicitudes juveniles de poder conversar con un profesional de temas delicados que conciernen a su salud (Lehrer,J Pantell, R, Tabb, K, Shafer M 2007, Palma I, Abarca H, Moreno C, 2002)
En las Conferencias de El Cairo y Beijing y en la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, ratificada por nuestro gobierno el 9 de diciembre de l989, el estado chileno se comprometió a prestar especial atención a las necesidades de enseñanza y servicios de salud sexual y reproductiva de las y los jóvenes. En concordancia a estos acuerdos internacionales, el sector salud tiene el desafío de instalar una perspectiva de derechos en salud sexual y reproductiva para las y los jóvenes. (Vidal, P, s/f).
Para dichos objetivos, el Estudio de Comportamiento Sexual realizado por, MINSAL, ANRS, en 1998, y cuyos resultados se dieron a conocer en el año 2000, fue un avance significativo, que permitió producir conocimiento válido y confiable sobre el comportamiento sexual de la población chilena y sus actitudes hacia la sexualidad (CONASIDA, 2007).
Referente de los/las adolescentes, algunos de sus resultados muestran que:
Se observa una baja en la edad de iniciación sexual. 18 años en las mujeres y 16 años y 8 meses en los hombres.
El 6.2% de las mujeres y el 6.2% de los hombres usó preservativo en la iniciación sexual. De este porcentaje El 85.7% de las mujeres y el 58.0% de los hombres lo hizo para evitar embarazo. Para evitar el SIDA o ETS alcanza al 2.6% de las mujeres y al 17.0% de los hombres. Las respuestas que aluden ambas razones ascienden al 10.2% y al 21.9%, respectivamente. (Fuente: Documento CONASIDA, 2007).
El reconocimiento de la necesidad de implementar nuevas políticas públicas a favor de los/las adolescentes, ha movilizado en los últimos años, a diferentes Servicios Gubernamentales como el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el Instituto Nacional de la Juventud y otros, además de Organizaciones de la Sociedad Civil a implementar planes y programas a favor de la infancia y la juventud. Entre las iniciativas publicas mas importantes implementadas se encuentran; Estrategias destinadas a los Jóvenes, promoción del condón como estrategia preventiva: Mercadeo Social del Condón y presupuesto extraordinario a partir del 2003, Estrategias para Poblaciones Focalizadas: poblaciones prioritarias y emergentes, Campañas Comunicacionales focalizadas en los Jóvenes, por ejemplo, las Campañas de Prevención del VIH/SIDA, MINSAL prioriza la conducta sexual entre los Objetivos Sanitarios, los jóvenes y mujeres adolescentes como argumento de línea base para los Objetivos Sanitarios, para las Metas del Milenio y para algunos indicadores del Proyecto Fondo Global en Chile, por tanto se incluye entre los objetivos 2010, Reducir el embarazo adolescente en un 30%, Aumentar el uso de condón en la iniciación sexual y en el grupo de 15 a 19 años, al menos, al 50%., Contribución a la Ley sobre SIDA 19.779 de fines de 2001., en materias de discriminación, Proyecto Asociatividad para Disminuir la Discriminación a las PVVIH en los Ámbitos Escolar y Laboral ( CONASIDA,2007)
Se constata además el fortalecimiento del Trabajo intersectorial, a través de las coordinaciones al interior del MINSAL: entre los Programa del Adolescente y de la Mujer, Programa Nacional de Capacitación en Sexualidad para la Atención Primaria. Trabajo coordinado con MINEDUC y el Plan Nacional de Educación en Sexualidad, Afectividad y Género. Trabajo coordinado con INJUV (CONASIDA, 2007).
Cabe destacar además; el Programa "Chile Crece Contigo" como programa integral de apoyo a la primera infancia, que acoge en sus acciones a madres y planes adolescentes, y la Política Publica para implementar los Programas de Mejoramiento de Genero en los Servicios de Salud (P.M.G) que ha generado espacios de reflexión y nuevos aprendizajes en los profesionales y funcionarios, respecto de las relaciones de género, la aceptación de la diversidad, y una comprensión distinta de las problematicas de los usuarios/as.
Desafíos
Es esperable entonces que dado estos distintos escenarios; los/las adolescentes tengan acceso a una atención de salud mas integral, que no les imponga un estilo de atención biomédico prescriptivo sino por el contrario, se les considere como seres sexuados, con derechos de autonomía, capaces de discernir y optar.
Es primordial que los Servicios de Salud emprendan nuevos desafíos, sensibilizando y capacitando a sus funcionarios y profesionales en el reconocimiento y la validadación de la diversas culturas y asociaciones juveniles (grupos, tribus urbanas, etnias, etc.) aceptándolas como formas legitimas de individualización y diferenciación. Más aún en el ambito de la sexualidad, profundizar y diversificar los conocimientos, exceptuando concepciones estereotipadas, que sitúen y / o generalicen la sexualidad adolescente, al interior de los limites de la heterosexualidad. Los resultados de la Cuarta Encuesta Nacional de la Juventud del 2003 elaborada por el Instituto Nacional de la Juventud (cuya muestra fue el intervalo de 15 a 29 años), dan cuenta de una juventud profundamente heterogénea, por tanto plantean hablar de juventudes diferenciadas en términos de orientación, conducta y practicas sexuales, percepciones, estilos de vida y aspiraciones de acuerdo al género, edad, zona de residencia, clase social y particularmente, las distintas subculturas. (www.injuv.gob.)
Se hace necesario, descontruir las concepciones hegemónicas, heterosexistas instaladas históricamente en los funcionarios y profesionales de los Servicios de Salud (en especial del ámbito clínico) para incorporar nuevos paradigmas de sexualidad; la homosexualidad, el lesbianismo y otras identidades diversas como los transexuales y/o travestís. Considerar aquellas variadas identidades sexuales que sobrepasan la dicotomía masculino/femenino y profundizar metodológicamente en estrategias para optimizar la atención de estas poblaciones diferenciadas, sin duda enriquecería el conocimiento de la propia sexualidad de los prestadores de salud.
En este contexto, se pueden identificar algunas prácticas exitosas, como el trabajo intersectorial de la Seremi de Salud en el diseño y ejecución de las Campañas de Prevención del VIH/SIDA a nivel Regional durante los años 2006 y 2007 ( Seremi de Salud, 2007) y entre muchas otras experiencias, el trabajo asociativo que desarrolla el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente con distintas organizaciones de la sociedad civil; en el que participan activamente Agrupaciones de Jóvenes Organizados, Grupos de Mujeres, Agrupaciones de Personas Viviendo con VIH/SIDA y el Centro por la Diversidad de la Pintana ( Mesa Intersectorial de Prevención del VIH/SIDA, Sur Oriente, 2008)
En alternancia al trabajo intersectorial, es ineludible ahondar y fortalecer las construcciones interdisciplinarias al interior de los equipos de salud, donde tradicionalmente se les ha asignado a las matronas la gestión de los programas de salud sexual y reproductiva, subsistiendo la visión biomédica. La incorporación y validación de otras disciplinas en el trabajo con los usuarios/as, en particular con la población adolescente se hace cada vez más necesario para una cabal comprensión de las dimensiones culturales en que estos/estas se insertan y mejorar la calidad de las intervenciones.
Reflexiones Finales
Las reflexiones realizadas anteriormente, nos invitan a profundizar sobre los Derechos Sexuales de los Adolescentes en el sistema de salud chileno. Si bien nos encontramos actualmente con una Juventud más activa en la defensa de sus derechos, que demanda una sexualidad exenta de uniformidades, subsisten modelos hegemónicos avalados por sectores ideológicos y esferas de poder que no reconocen a los/las adolescentes como sujetos de derecho. La convicción de que el cuerpo de los/ las adolescentes pertenece a los Adultos, quienes deberían consentir y / o autorizar que estos/as jóvenes puedan recibir prestaciones necesarias, como asesoramiento para evitar embarazos no deseados, acceso a Métodos anticonceptivos si son menores de 15 años. También se restringe el acceso a los métodos anticonceptivos en el caso de aquellas adolescentes que desean postergar la maternidad, en pos de proyectos de autorrealización personal y subsisten las indefiniciones normativas respecto de la validación de la firma del consentimiento informado para realización del test de detección del VIH/SIDA, de parte de las/los jóvenes entre 15 y 18 años de edad.
Al indagar sobre documentos y/ o investigaciones existentes sobre la mirada de los Servicios de Salud y la diversidad, se cotejo la insuficiencia de documentos, ensayos e investigaciones, que dieran cuenta de la relación de los profesionales de Salud con la Diversidad Sexual, no existiendo entonces un reconocimiento de las distintas manifestaciones de la sexualidad no solo de los/las Jóvenes sino de los usuarias/as en general desde su condición de personas únicas e irrepetibles.
Los aportes de Programas focalizado como el Chile "Crece Contigo", los Programas de atención en VIH/SIDA y su reconocida experiencia en el trabajo asociativo, en el que se incluye a los/las Jóvenes y otros sectores sociales, desde sus legitimas difenciaciones culturales, estilos de vida, preferencias u orientaciones Sexuales, y la implementación gradual del Programa de Mejoramiento de Genero (PMG) constituyen avances significativos pero aún incipientes de Resignificación y Validación de los Derechos Sexuales y Reproductivos Juveniles en el Sistema de Salud Chileno.
No es posible obviar que los/las Jóvenes usuarios/as del Sistema Público de Salud cuentan con un menor acceso a la educación formal e información veraz y oportuna, En el Proyecto de Ley Marco sobre Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos; se señala que el derecho a la equidad es tal vez uno de los menos respetados ya que todos los indicadores de salud sexual y reproductiva revisados muestran que los problemas relacionados con los Derechos Sexuales y Reproductivos, se concentran en los sectores más pobres de la sociedad ( Schiappacasse, V; Dides C, Lidia Casas, Universidad Diego Portales, Dr. Guillermo Galán, Versión actualizada 2008) . Por otra parte, en el mundo popular, el discurso masculino hegemónico cobra mas fuerza, por tanto para las mujeres en general y para las adolescentes en particular, las presiones son mayores y las posibilidades de negociación muy bajas (Olavarría 2001, en Benavente C, 2007).
Desde la perspectiva de análisis del presente documento, se estima prioritario que los/las adolescentes puedan contar con programas de acción destinados a convertir los tradicionales Consultorios y Hospitales en Centros de Salud amigables, que no solo sean idóneos para proporcionales, Acogida, información/o asesoramiento, sino que también les considere como actores/actoras de sus propias vidas, incorporando su potencial creativo, sus expectativas y sus saberes en la Coconstrucciòn de Estrategias, planes, programas, acciones, a favor de y las Jóvenes y el respeto a sus Derechos Sexuales y Reproductivos.
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Santiago, Chile.
Autor:
Agustina Morales
Presentado en Enero 2009, en el Curso de Sexualidades y Géneros de la Usach.
Universidad de Santiago de Chile
Facultad de Ciencias Médicas
Magíster en Afectividad y Sexualidad
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