Los derechos sexuales y reproductivos de los y las adolescentes en el sistema de salud chileno
Enviado por Agustina Morales
"y se fue a donde un cura quien le dijo era pecado
y muy pronto un abogado le hablo de lo legal
Y fue el profesor de ciencias
quien le hablo de la inconsciencia de la juventud actuaaal
de la juventud actual"
(Fernando Ubiergo, Cuando Agosto era 21)
Desde la década de los 70, hasta nuestros días, los movimientos feministas y grupos sociales afines han demandado el reconocimiento de los Derechos Sexuales y Reproductivos como Derechos Humanos. Si consideramos que el concepto de Salud Sexual, significa tener una vida sexual responsable, satisfactoria y segura, libre de enfermedad, lesiones, violencia, discapacidad, dolor innecesario, o riesgo de muerte y que el Concepto de Salud Reproductiva por su parte, incorpora el derecho de las personas, a ejercer la sexualidad independiente de la reproducción, la libertad de elegir con quien vivirla, el derecho a tomar decisiones libres e informadas sobre la decisión de tener o no tener hijos, cuando tenerlos y a ser informados/as oportunamente sobre métodos de regulación de la fecundidad, a recibir información respecto a la prevención de enfermedades de Transmisión Sexual incluido el VIH/SIDA. (Ampliado de la Plataforma de CCMM 94, CIPD 7.2, en Garay P, 2008) es innegable que los Estados deben adoptar políticas y programas específicos que aseguren el acceso de todos sus habitantes a servicios oportunos y eficientes que garanticen el ejercicio de estos derechos a toda la población, sin distinción de edad, clase, etnia, incluyendo el reconocimiento y aceptación a las diferencias e igualdad de genero.
En este contexto ¿Que esta sucediendo con los y las Adolescentes? ¿Se consideran ellos/as sujetos/sujetas de Derechos? ¿Existen en los Servicios de Salud de nuestro país, políticas, planes y programas que aseguren una respuesta oportuna a sus necesidades de atención en el ámbito del ejercicio de los Derechos Sexuales y reproductivos?
En el presente ensayo se analizaran algunas problemáticas de la sexualidad de los y las Jóvenes, tales como las Infecciones de Transmisión Sexual y el VIH/ SIDA, el embarazo adolescente y la aceptación de la Diversidad Sexual, en el contexto de la atención pública de salud.
Embarazo Adolescente
En Chile las tasas de fecundidad en mujeres adolescentes han tendido a disminuir en la última década. La baja de esta tasa, solo entre el quinquenio 1995-2000 y el quinquenio 2000 -2005, fue de un 7,92 % lo que hace ver que el embarazo adolescente esta en retroceso desde el punto de vista de la prevalencia. Asimismo, las tasas de fecundidad en menores de 14 años, también han tendido a disminuir en los últimos años (Dides, C, Moran, J, Benavente, C, Pérez S, 2007).
Entonces el problema del embarazo adolescente, no se centra en el contexto de la Salud Sexual y Reproductiva, sino en el de su especial ubicación en los estratos de mayor vulnerabilidad social y económica y las consecuencias que ello genera para el desarrollo humano y social de los involucrados/as, deserción del sistema escolar, riesgos físicos por abortos, incapacidad física y psicológica para asumir el cuidado de los hijos, inmadurez y abandono de sus parejas, estigmatización de su entorno, insuficiente capacidad de contención de las redes sociales, son algunas de las graves consecuencias que enfrentan en especial, las embarazadas Adolescentes. La distribución social de la maternidad adolescente en nuestra sociedad expresa inequidades en materias de habilitación de los sujetos y acceso a medios de prevención de riesgos y reducción de daños. Al mismo tiempo, genera efectos que mantienen y profundizan desigualdades sociales y de género. Como ejemplo, mientras en la La Pintana uno de cada 5 niños/as que nacen tiene por madre a una adolescente, en Vitacura sólo uno de cada 64 niños nacerá bajo esa condición (Palma, I, 2001)
Respecto de los adolescentes varones, el proceso de embarazo de sus parejas, se vivencia generalmente como un evento especialmente traumático "La paternidad es significada como un conflicto que los limita, en tanto implica profundas modificaciones en sus proyectos de vida. Dichos cambios devienen de las responsabilidades que se asocian a mantener o participar en la conformación y desarrollo de una familia (Olavarría, J, 2004) Los jóvenes se sienten solos y desamparados y con menos apoyo que las adolescentes embarazadas, tanto de su familia, como de las instituciones o programas (Cruzat & Aracena, 2006, en Bravo A, 2008).
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