- Introducción
- Ir a la guerra responsablemente exige tener capacidad para el planeamiento estratégico
- Después de la batalla
- Reflexiones finales
- Apéndice
- Notas
- Bibliografía
Ya en 1775 Federico II (El Grande 1712/86) había afirmado que un ejército no podía operar con éxito, mucho más allá de sus propias fronteras. Todas las guerras llevadas lejos de las mismas por aquellos que las toman a su cargo, tienen menos éxito que aquellas en la que se combate dentro del alcance del propio territorio.
Introducción
Se recrean aquí las incidencias más relevantes de la Tercera campaña al Alto Perú protagonizadas por ejercito de Buenos Ares durante el lapso comprendido entre enero a noviembre de 1815).
De las memorias de cuatro de sus protagonistas surge la información que da sustento a esta monografía.
Por el lado patriota las de los generales José María Paz y Gregorio Aráoz de La Madrid y por el realista, el de igual rango, Andrés García Camba.
Aunque en tiempos de la campaña, los tres revistaban en mandos subalternos.
Tales testimonios constituyen fuentes de información fidedigna, de las cuales se han nutrido todos aquellos que han intentado esclarecer y difundir la historia de tales sucesos.
Asimismo se incluyen las apreciaciones que de la misma realizaron años después, el general Bartolomé Mitre; Vicente Fidel López y historiador español Mariano Torrente.
a) Objetivos de la Campaña
1º) Recuperar el territorio Altoperuano, afirmando la soberanía de las Provincias Unidas en esa región que integraba el "Virreinato del Río de la Plata".
2º) Contrarrestar la naciente tendencia autonomista de grupos influyentes sustentada en razones económicas y geográficas.
3º) Apoyar a las guerrillas conocidas como "Republiquetas" integradas por los pueblos originarios, criollos y mestizos que permanecían hasta entonces fieles a la revolución, los que, a través de su persistente accionar, perturbaban seriamente el poder realista en toda la región.
La tarea de coordinar estos movimientos inorgánicos con el plan de tareas del ejército, pondría a prueba la capacidad de conducción del nuevo general en jefe.
b) Condición del enemigo al iniciarse el año 1815.
Al iniciarse la campaña la situación del ejército real era muy comprometida, ya que al solo amague de invasión por parte del patriota, había estallado en el Alto y Bajo Perú una gran insurrección popular de vastas proporciones.
Esta se extendía desde Cuzco y Puno hasta La Paz y estaba acaudillada por el indio Mateo Pumakahua quien había reunido en su torno, a indios, mestizos y gran número de criollos e, incitando a oficiales y soldados del ejército real, a desertar de sus filas.
Este movimiento fue tal vez el más importante de los que estallaron en el teatro de la guerra durante el período independentista. El mismo estaba fatalmente destinado a sucumbir por su debilidad orgánica no obstante, distrajo una importante división del ejército realista a fin de neutralizarlo.
Por lo tanto, Pezuela quedaba en manifiesta inferioridad para rechazar exitosamente a las tropas de Buenos Aires que avanzaban desde el sur. Al respecto repasemos tales sucesos en base a la versión española a cargo del historiador Mariano Torrente y el general Andrés García Camba.
Mariano Torrente: "La provincia de Cuzco, en la que ya desde algún tiempo se hallaban sembradas las semillas de la insurrección, dio un horroroso estallido en el día 3 de agosto, luego que supo los reveses de las armas españolas y lo desguarnecido que había quedado el virreinato de Lima con la expedición que había salido para Chile. Este terrible golpe poso al colmo las inquietudes de del benemérito Pezuela. Sin más recursos que su valor y su ingenio, con un ejército rebelde al frente que iba a ser reforzado por numerosas tropas con el horroroso fuego de la insurrección que soplaba por todas las provincias, y que había llegado a contaminar el mismo terreno que pisaba, sin esperanza de recibir algunos auxilios, solo un ánimo esforzado era capaz de mantener el vigor en tan espantosa crisis, y aún de hallar medios para salir con honor de aquellos apuros".
Andrés García Camba:
"El levantamiento de Cuzco en el corazón del Perú puso al virrey y al general en jefe en aflictivo conflicto aumentado por la diligencia de los insurrectos en emplear la más eficaz seducción cerca de los oficiales y soldados cuzqueños que servían con honra al ejército real pero estos bravos militares superiores a los medios que se ponían en juego para manchar su reputación ofrecieron bien pronto con su noble conducta una prueba insigne de su acendrada lealtad con grandísima satisfacción de aquellos jefes superiores. Rodeado al mismo tiempo por una porción considerable de cuadrillas sueltas (Guerrillas) que si bien habían sido batidas, se rehacían al momento para volver con más tesón a la pelea, llegó a desconfiar de poder evitar la inminente disolución de su ejército" "Entró en negociaciones con el general insurgente Rondeau, proponiéndole un armisticio"
y suspensión de las hostilidades"
C) El pecado original
El 19 de julio de 1814 José Rondeau asume el mando del Ejército del Norte remplazado a San Martín, quien como sabemos, tenía planes con distintos derroteros.
Luego de la capitulación de los realistas de Montevideo. El general Alvear es designado por el gobierno de Buenos Aires comandante del Ejército del Norte en remplazo de aquel.
Sin embargo Rondeau, respaldado por los jefes principales del ejército, decide no acatar dicha orden.
Sucesos posteriores, permiten afirmar que el apoyo recibido por aquellos, restó a su comandante autoridad sobre quienes los sostuvieron; lo cual prefiguró la naciente indisciplina, agravada por la impericia de que padeció durante todo el transcurso de la campaña, el desventurado ejército.
Carlos María de Alvear
Mitre: "Alvear como general tenía calidades de mando y poseía sobre el arte de la guerra ideas más completas que demás generales de su tiempo (con excepción de San Martín) Por su petulancia juvenil, su indisputable coraje, su carácter emprendedor y sus chispazos de inteligencia que imitaban a veces los relámpagos del genio, era el más indicado para romper con las viejas rutinas que realistas y patriotas habían practicado en aquel teatro de la guerra, y habría lanzado las operaciones por otros caminos, sino muy seguros, al menos más brillantes y gloriosos" Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de Independencia Argentina. Tomo III. P. 17.
Alvear, a medio camino de su nuevo comando, toma conocimiento del amotinamiento y sin alternativas válidas, decide retornar a Buenos Aires.
A partir de lo cual, el general Rondeau quedó en posesión de una autoridad que no merecía y que no fue capaz de ejercer, tal como veremos, con ventaja para el país.
Tal inconcebible tanto como desatinada actitud (1) fue la génesis de una sucesión de desaciertos, que conducirían al rotundo fracaso de la campaña.
Paz: "Desde que llegó el general Rondeau, en sustitución del general San Martín todo comenzó a resentirse ¿Se creerá que el ejercito, que después de la incorporación de las tropas últimamente venidas de Buenos Aires, que debía contar con más de cinco mil hombres; (Y que tan solo a tres meses de iniciada la campaña) apenas pasaba entonces los tres mil?
Una deserción espantosa, tanto en el camino de Buenos Aires, como en tránsitos posteriores, lo había reducido a ese número. Y es preciso decir que si esa deserción no acabó en una disolución general, fue debido a los jefes de cuerpo, los que, cada uno en el suyo, tomó medidas más ó menos enérgicas. El ejército se hallaba en una relajación escandalosa. El general en jefe parecía un ente pasivo y casi indiferente a lo que pasaba a su alrededor. Fuera de las órdenes de rutina, de se tipo de generalidades vulgares, no se vio una sola providencia salvadora, un solo rasgo que denotase un espíritu superior ni un relámpago de genio. Solo nos dijo una vez en Humahuaca, y creo que algo hubo, que había reunido a los jefes y que haciendo patentes los malos efectos de la anarquía e indisciplina que reinaba entre ellos, se ocupó de los medios de repararla, proponiendo medidas enérgicas. Muchos nos alegramos sinceramente y deseábamos ayudarle con todas nuestras fuerzas; vana esperanza; las cosas continuaron como antes". Memorias T. 1º P. 218.
"La mesa diaria de Rondeau era una escena continua y permanente de chacota y de chanzas vulgares. Se discutía teología, se hablaba de todo, pero solo mirándolo por el lado que podía hacer reír y ser materia de burlas"
"El coronel Forest hacía gala de insultar y mofarse del general en jefe, fusilaba de su cuenta y contra la voluntad de éste, sin que se hiciera algo para contenerlo; y contestaba a las órdenes que recibía con tales denuestos que el ayudante Julián Paz, hermano del escritor, tuvo que contestarle: –El señor coronel obedecerá o no, pero yo no soy órgano para llevar esas contestaciones-"
Los apodos con que lo designaban muestran la especie de sentimiento que predominaba en la mayor parte, con respecto a él; pues unos lo llamaban "José Bueno", y otros como el coronel Forest, siempre le daban el renombre de "mamita" por ser su paciencia inalterable y su inofensiva bondad".Paz, Memorias, T.1º, P. 224
Capitulo Primero:
Ir a la guerra responsablemente exige tener capacidad para el planeamiento estratégico
I-Rondeau abre la campaña:
Bajo estos tristes auspicios, el ejército auxiliar del Alto Perú, en entredicho con el gobierno y sin estrategia ni actividad en sus movimientos, abrió su campo desde Jujuy hacia fines de enero, iniciando de tal forma la Tercera campaña sobre el Alto Perú.
Línea de Operaciones del ejército. Abril/diciembre de 1815
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El país quedó envuelto en rumores sobre el estado lamentable en que iba ese desgraciado ejército al entrar en el altiplano. Y a fe que había razón de sobra para temer un terrible descalabro. Peligraban los grandes esfuerzos que todo el pueblo había hecho para equiparlo y con ellos, la esperanza de integrar nuevamente el Alto Perú a las Provincias Unidas.
Años después Mitre lo calificaría como un ejército "sin cabeza y sin nervio"
Mitre: En ese contexto se reiniciaba el duelo a muerte entre el virreinato del Perú y el virreinato del Río de la Plata convertido en Provincia Unidas. Como siempre el Alto Perú (2) fue el teatro de la guerra y cuyo dominio se disputaban ambos contendores. Los dos procuraban herirse en su centro de recursos; buscando el uno el camino de Buenos Aires y el otro el de Lima.
Los realistas habían triunfado constantemente en el altiplano merced a su disciplina, su táctica y sus mejores generales. La revolución por su parte había demostrado que era invencible dentro del territorio de la cuenca del Plata.
Mitre, Ob. Cit. P. T 1º, P.14
II-El Tejar (19 de febrero)
"A fines de enero, Pezuela está en Cotagaita, Olañeta en Yaví, Guemes en Humahuaca y el ejército patriota escalonado más al sur" Atlas Histórico Militar Argentino, Cnel. Martín Suárez, P. 32
Combate del Tejar. Batalla de Sipe-Sipe. www.tvmundus.com.ar
Paz: "El coronel Martín Rodríguez, (3) jefe de la vanguardia, se dispuso a salir con una buena escolta a visitar los puntos avanzados, de los que algunos estaban a catorce leguas. Uno de ellos era el del Tejar, adonde llegó los últimos días de febrero ó primeros de marzo, sin que se hubiese tenido la menor noticia de enemigos". Pero … "No había transcurrido más de una hora cuando estaban ya rodeados de realistas, de tal manera que, en unos instantes todo era ya confusión y desorden".
"Se hizo alguna resistencia, aunque inútil por el gran número de enemigos, quedando en consecuencia, prisioneros el jefe, (El coronel Rodríguez) varios oficiales y casi toda la tropa. El que fue más feliz, fue el capitán entonces, y después general, don Mariano Necochea (4) que saltando en su caballo y atravesando por entre los enemigos, logró escapar, para traer la noticia del fracaso" (5)
Coronel realista, Pedro Antonio de Olañeta
No se explica como un comandante de vanguardia ubicado en su punto más avanzado, comete el desatino (por decirlo de alguna manera) de no tomar los recaudos mínimos de seguridad. Entre otros despropósitos ordena dejar en libertad a los caballos de su escolta para que, según Paz: "paciesen a su albedrío".
García Camba: Rondeau (Había confiado) "el mando de su vanguardia al coronel D. Martín Rodríguez, mayor general de su ejército y oficial de bastante crédito entre los suyos, se había adelantado este jefe al puesto de Tejada (El Tejar) con cincuenta dragones. El comandante don Antonio Vigil, que se hallaba en Yavi con el escuadrón de cazadores que mandaba, tomó sus disposiciones para sorprenderlo y lo logró derrotarlo completamente el 19 de febrero con la muerte de un oficial y 20 individuos de tropa y haciendo prisioneros los restantes entre los que se contaban el coronel Rodríguez, un capitán, dos tenientes y un alférez" Memorias, T. I, P. 199
III-Puesto del Marqués (17 de abril)
García Camba: "Mientras la vanguardia descansaba en la suspensión de hostilidades que el general en jefe había ordenado por ocho días, término señalado para que Rondeau contestara definitivamente sobre las bases preliminares de un acomodamiento, vino personalmente a atacar¿? con un batallón y bastante caballería a nuestro escuadrón de cazadores avanzados en las rancherías del Puesto del Marqués, y logrando sorprenderlo el 17 de abril, le derrotó completamente, pudiendo apenas salvarse 40 soldados con su comandante Vigil y algunos oficiales haciendo prodigios de valor. Seguidamente Rondeau se movió con todo su ejército sobre el frente de la vanguardia situada en Yavi.
El coronel D. Pedro Antonio de Olañeta, que la mandaba comunicó esta novedad al general Pezuela, participándole al mismo tiempo que se ponía en retirada por la superioridad del enemigo, cuya fuerza excedía de 4.000 hombres, según cómputo del oficial parlamentario que había regresado. En virtud de este aviso, el general en jefe, convocó inmediatamente una junta de guerra para acordar con su dictamen lo que pareciera más útil y adecuado a las circunstancias. Considerando la junta lo reducido de la fuerza del ejército, que se hallaba éste avanzado en un país conmovido, rodeado de cabecillas que acaudillaban grandes grupos de indios sublevados y no estimando prudente aventurar una batalla, cuya posible pérdida arrastraría la total del Perú, la junta fue de unánime sentir que el ejército se retirase a Oruro para reunir mayores fuerzas y volver sobre el enemigo con mayores probabilidades de éxito.
Paz: "Antes de rayar el día estuvimos a la vista del Puesto del Marqués. Este no consiste sino en unos cuantos ranchos en medio de una extensa y árida llanura, como son las de aquellos frígidos lugares. Nuestra caballería se formó en alas y el batallón al centro quedando tres compañías a cargo de sus capitanes de tres diferentes cuerpos, en reserva. Yo fui uno de ellos y por lo mismo no puedo dar una idea tan distinta de lo que pasó en la línea, pero lo haré por lo que supe y alcance yo mismo a ver …"
Desplegada nuestra línea, se movió avanzando, y muy luego más de mil hombres de caballería se golpearon la boca (como se dice vulgarmente) y dando terribles alaridos se lanzaron sobre trecientos enemigos sorprendidos y apenas despiertos: la victoria no era difícil, pero la carnicería fue bárbara y horrorosa"
"Los enemigos como era de suponerse, que pudieron montar, se pusieron en fuga; y nuestros soldados aunque en el mayor desorden, en su persecución.
Nunca he visto ni espero ver un cuadro más chocante, ni una borrachera más completa. (6) Los licores abundaban en el campo enemigo; y el frío, la fatiga de la noche antes, las excitaciones de todo género, convidaban al abuso, que se hizo del modo más cumplido.
En las inmediaciones de La Quiaca, tres ó cuatro leguas del Puesto del Marqués, había otro cuerpo enemigo, cuyo número no sabíamos y que no hizo sino presentarse en las alturas, para servir de apoyo y reunión a los fugitivos. Es probable que si doscientos hombres nos atacan en aquellas circunstancias, nos derrotan completamente. Los nuestros, a la presencia lejana de aquella fuerza, volvieron al Puesto del Marqués, en el mismo desorden que habían perseguido".
Memorias. T. 1º, Pgs. 220/222
La Madrid: "El jefe del estado mayor general Francisco Fernández de La Cruz, se puso a la cabeza de la vanguardia y marchamos sobre el enemigo. A los pocos días de nuestra marcha atacamos la vanguardia enemiga con la nuestra; casi al anochecer, y fue aquella batida con bastante pérdida (para el enemigo) y perseguida hasta muy cerrada ya la noche y en la cual se nos reunió nuestro ejército". Memorias, T. I, P. 64
De lo cual se infiere que no solo Paz, barruntaba horas aciagas para el futuro del ejército. Guemes compartía plenamente sus recelos. A partir de aquel "vergonzoso desorden", prefirió abandonar el ejército con su gente para preparar la defensa de Salta; previsora actitud que se correspondía con sus justificadas reservas.
Los hechos posteriores demostraron que no se había equivocado y que aquella fue una sabia tanto como atinada decisión.
IV-Venta y Media (20 de octubre)
A mediados de octubre la vanguardia realista estaba estacionada en Venta y Media caserío ubicado tan solo a cuatro leguas de Chayanta lugar ocupado por el grueso del ejército de realista.
Los patriotas se mantenían a la expectativa, en la inteligencia de que Pezuela estaba atrincherado con el grueso de su ejército y fluctuaba entre aventurar un ataque ó prolongar la defensiva.
Fue entonces cuando el coronel Rodríguez tuvo otra de sus "funestas inspiraciones" (Mitre, Ob. cit. T. III P.24 así fue como pensó dar un buen golpe al enemigo tomando en cuenta la información proveniente del mayor Lamadrid, que aseguraba que el contingente enemigo que resguardaba Venta y Media, solo contaba con un batallón y unos pocos hombres de caballería. Noticia que fue ratificada posteriormente por el coronel Diego González Balcarce. A esta altura tal como lo demostraron los hechos subsiguientes, se sintió la ausencia de Guemes y sus milicias como cuerpo de vanguardia "avezada y confiable".
En un primer momento, Rondeau fue renuente en aprobar tal iniciativa, le hizo saber que era mejor esperar informes más completos, por lo tanto, "convenía meditar más dejando para después la operación". Ante la obstinada insistencia de Rodríguez, dio finalmente su autorización con grandes reservas.
García Camba: Sobre el amanecer del 20 de octubre sorprendieron los enemigos (Descubierta al mando de La Madrid) una de nuestras avanzadas, que se componía de un capitán, el después célebre coronel Valdés (a) Barbarucho, y 25 cazadores, los cuales, aunque hicieron alguna resistencia, fueron arrollados y degollados todos, menos el capitán, que debió su salvación a hallarse bien montado. A los tiros que esta avanzada pudo disparar, tomó la vanguardia las armas y su comandante (Olañeta) envió 40 cazadores más a sostenerla, pero tomando por el llano dieron de improviso con un trozo de caballería que los cercó y acuchilló, (Al mando de La Madrid) matando 33 hombres e hiriendo los siete restantes, que se recogieron después. Olañeta (7) era hombre de valor conocido, pero imperito en el arte militar, y así, sin saber aproximadamente siquiera las fuerzas que le atacaban, mandó adelantar todo el batallón de Cazadores el cual se vio luego en grande apuro, teniendo que apelar a la formación del cuadro para defenderse (Atacado por los Dragones a cuyo cargo estaba La Madrid y Paz) mientras que el de Partidarios y la caballería desmontada acudieron en su socorro. Entonces se trabó un fuego vivísimo, y avanzando nuestras tropas con decisión sobre el enemigo, acabaron por ponerlo en completa dispersión, causándole la pérdida de más de 100 hombres muertos con seis oficiales, otros tantos individuos de tropa prisioneros y tres oficiales, recogiendo en el campo muchas cartucheras y fusiles. Nuestra pérdida fue de menos consideración. Memorias, P. 231
Paz: "En la mañana del 21 de octubre estábamos a la inmediación de Venta y Media, sin que hasta nos hubiese sentido el enemigo. Estábamos en una quebrada en donde hicimos alto, preparándonos para el combate. En estos momentos solemnes, en que más debe hacerse sentir la acción del que manda, empezó a notarse la vacilación y dudas del general sobre el modo como debía conducir el ataque; para colmo de desgracia se enfermó, habiéndolo atacado un violento vómito que lo molestó por algún tiempo. Yo y muchos lo vimos atravesar lentamente sobre su caballo, dando fuertes arcadas, que producían su natural efecto. Ya era este un antecedente de mal agüero, y si a todos le sucedió lo que a mí, debo creer que se perdieron algunos grados de la confianza que llevábamos de vencer.
Continuaba nuestra "inmobilidad" y la perplejidad del general cuando se oyó un tiroteo bastante vivo a muy corta distancia; este provenía del ataque que el mayor graduado La Madrid, que estaba algo avanzado con su compañía, había hecho sobre una gran guardia enemiga, única fuerza avanzada que tenía. Se le mandó otra compañía a reforzarlo, que fue la de mi hermano don Julián. El ataque y la sorpresa habían sido tan felices, que ochenta ó cien hombres de que se componía la guardia avanzada fueron completamente acuchillados. Solo salvaron unos cuantos hombres, con el alférez José María Valdés (Célebre después con el nombre de Barbarucho y con el empleo de coronel) Quien fue a dar la noticia al cuerpo de vanguardia de que dependía. Memorias P. 255
La Madrid con su legendario coraje y a la cabeza de un grupo de Dragones aniquila a una guardia avanzada del enemigo compuesta de unos 100 hombres. Así él nos lo relata con su peculiar estilo:
La Madrid: Luego de reforzarse con 20 hombres al mando del capitán Julián Paz "Mandé echar carabina a la espalda y sable a la mano y nos arrojamos hacia la altura, cambiando de frente a la luz de la descarga (eran pasadas las tres de la mañana) con que fuimos recibidos.
Los enemigos fueron todos muertos a excepción de treinta y cinco prisioneros que pudo salvar el capitán Paz y a excepción también del capitán entonces, N. Valdés (a) el Barbarucho que logró escapar, (Es una pena que se haya escapado porque nos trajo mil problemas, entre otros encabezó el operativo que causó la muerte de Guemes) sin más desgracia por nuestra parte que la de un cabo muerto y dos ó tres heridos. Memorias, P. 70
Era de verse a esta altura de la marcha, la falta de coordinación entre los cuerpos patriotas. ¿Causas?: 1º) Desconocimiento del terreno, 2º) Lo cerrado de la noche y 3º) La ausencia de órdenes precisas del comando.
A causa de lo cual, se produce la explosiva y justa reacción del jefe de los Dragones. (Diego Balcarce)
Paz: "Viendo entonces el desgreño y falta de dirección que en aquella ocasión solemne podía importar un descalabro, le dije: (Refiriéndose al coronel Diego González Balcarce)
-Coronel, la patria reclama que usted tome el mando; hágalo, que todos le obedeceremos-
El espíritu del coronel, que iba sin duda tan atribulado como el mío, prorrumpió en un movimiento de exasperación, diciendo casi a voces "¿Donde está ese general de m….., que si no da providencias yo las tomaré?
No se si afortunada o desgraciadamente, el general venía algo inmediato, sobre el costado de la columna, e ignoro si oyó todo ó parte de tan violento apóstrofe, pero no se dio por ofendido y contestó con acercarse preguntando: "¿Qué hay? ¿Qué ha sucedido, coronel Balcarce? Este le contestó: "Señor general, he pedido órdenes, que no se me han dado; he solicitado un guía, que no se me ha remitido; voy marchando a la ventura, sin saber adonde, y todo presagia un desastre si esto no se remedia. El general Rodríguez repuso: "Siga usted con su cuerpo al batallón de Cazadores" Más el coronel, no sabía de tales cazadores en la obscuridad que nos envolvía, y solo se pudo averiguar, que habían pasado adelante
Gral. Martín Rodríguez,
Comandante de la operación
Era necesario entonces, enfocarse en localizar al cuerpo de Cazadores (Infantería) comisión que tomó a su cargo el mayor Paz.
Algún trecho más adelante, éste descubrió que marchaba en columna y a su derecha distinguió un escuadrón de Dragones al mando del mayor La Madrid. Ambas avanzaban por una quebrada semejante a una llanura como de doscientas varas de ancho. A su izquierda se presentaban como en anfiteatro, dos lomas de no gran elevación. Las que estaban separadas por una corta planicie que debía atravesarse para llegar a la más alta.
Los realistas advertidos del avance de guerrillas patriotas, habían apostado un batallón, de infantería al pié de una de dichas lomas.
Paz: "Sin perder un instante despaché dos hombres, uno después de otro, a advertir al coronel Balcarce cual era la verdadera dirección que debía traer y notificarle la ubicación de nuestros Cazadores. (Columna de infantería)
Mientras esto ocurría el batallón de Cazadores, continuaba su marcha hacia el caserío de Venta y Media; la columna marchaba a "tambor batiente" sin advertir que estaba ya dando su flanco izquierdo al batallón realista.
Paz: En tal situación alcanzamos a ver (Estaba amaneciendo) un cuerpo de infantería formado en una loma de nuestra izquierda, al que ya presentaba su flanco la columna del batallón patriota que llevaba sus tiradores desplegados en guerrilla a vanguardia.
Ante tal peligro el mayor Lamadrid y yo, corrimos a advertirle al mayor Alvarado (jefe del batallón de infantería) que el enemigo estaba a su flanco, en caso de no haberlo percibido, sin que hasta ahora pueda comprender como dejó de verlos. Ante tal advertencia la columna varío de dirección a la izquierda, dio frente al enemigo, y sus tiradores rompieron el fuego, que fueron contestados con la ventaja de la posición y la de que teniendo nuestra línea (la mayor parte) de sus tiradores delante, no podían hacer fuego mientras el enemigo ofendía con los suyos a los tiradores desplegados en guerrilla y a toda la línea patriota.
Ante situación tan comprometida, La Madrid, Paz y sus 40 dragones, realizaron una conversión de 90º grados atacando el flanco izquierdo de la línea enemiga. Tal movimiento era acertado ya que aislaban a dicha fuerza de su base de operaciones. Inexplicablemente dicha acción no fue acompañada por el jefe del batallón de Cazadores, (Mayor Rudecindo Alvarado) que debía haber complementado el desplazamiento de la caballería con un sostenido ataque, al flanco opuesto del enemigo. Nada de eso ocurrió, Alvarado solo atinó a dirigir sus fuegos desde el pié de la loma.
Rudecindo Alvarado con el uniforme de brigadier
general. En la acción de Venta y Media tenía solo 22 años
La Madrid: "Yo varié entonces de dirección por retaguardia de mi derecha, sobre la izquierda en batalla y quedé en orden inverso dando la espalda al pueblo y mi frente al flanco izquierdo del enemigo, al cual amenacé en alta voz, al ejecutar mi cambio de frente, con que serían pasados a cuchillo sin disparaban un solo tiro. Así es que habiendo un capitán con nueve ó diez hombres de línea enemiga, echando armas al hombro y pasándose a nosotros, sus compañeros no le hicieron un tiro, ni dieron una sola voz para detenerlos. Este es un hecho que pasó a la vista de todos. Alvarado, que a la vista de tan felices circunstancias debió formar batalla por la izquierda y marchar sobre el enemigo, dispersó solo su compañía de tiradores sobre el flanco izquierdo" Serenados los enemigos de su primera sorpresa, se dispersaron en tiradores subiendo hacia el cerro que tenían a su espalda, y abrieron fuego sobre nuestros Cazadores
Es de imaginar la decepción de La Madrid y Paz cuando observaron que nuestra infantería no solo no atacó el flanco derecho del enemigo sino que se dispersó cuando se vieron atacados desde el cerro más alto por un nuevo batallón que había aparecido inesperadamente. Tal repentina irrupción no estaba en los cálculos previos de los patriotas. (Era el batallón de "Partidarios", el segundo batallón realista ignorado por las "descubiertas de La Madrid y Balcarce)
La Madrid: "Yo quedé interpuesto y solo entre los doscientos infantes enemigos, y otras fuerzas más que salían del pueblo" (Era el nuevo batallón que desde el pueblo irrumpieron oportunamente en la loma más alta dirigiendo sus fuegos hacia la infantería patriota) " Los Dragones fueron puestos en desorden por una descarga que recibieron desde la loma." "De manera que para incorporarme a nuestras fuerzas que huían tuve que romper por entre los enemigos, atropellando cerro arriba a los que quisieron oponérseme y perdiendo algunos hombres" Memorias, P. 70/71
La imprevista aparición de un segundo batallón enemigo a espaldas de Lamadrid (Poniéndolo a éste entre dos fuegos) prueba que los informes dados por éste y el coronel Balcarce al general Rodríguez, en los cuales se afirmaba que el enemigo solo contaba con un batallón y un escuadrón, no respondieron a la realidad, y fueron causa de la derrota patriota. Sin contar además, que el jefe a cargo de la operación no procedió en base a un plan coordinado para aprovecharse de la perplejidad inicial del batallón realista, que suponía estar frente de la fuerza de vanguardia de todo el ejército patriota.
Paz: El enemigo se había contenido y se agrupaba y remolineaba en el mayor desorden, cuando en la cresta de la segunda altura se dejó de ver de improviso otro batallón que, tomándonos a boca de jarro, nos abrasó con sus fuegos. Ya no tuvimos más recurso que zafar desordenadamente por entre los dos cuerpos enemigos, para descender la loma por el otro costado del que la habíamos subido.
Entre tanto: ¿Qué habían hecho nuestros Cazadores? Nada, cosa ninguna; tan solo se dejaron sentir unos cuantos volteadores en el perfil de la primera loma, después que la abandonó el enemigo y cuyos débiles fuegos no tuvieron efecto alguno.
Cuando descendimos, acribillados por un diluvio de balas, la predicha loma, encontramos al regimiento de Dragones (Grueso de la caballería patriota) que llegaba al pié de ella, por la izquierda del batallón nuestro, y el coronel Balcarce no trepidó un momento en cargar, sin embargo de la casi inexpugnable, para la caballería; posición enemiga. Ya incorporado al regimiento, me encontré en esta nueva carga, que venció la primera loma y llegó casi hasta el pié de la segunda, donde se habían reunido ya los dos batallones enemigos, los que colocados en muchas filas, la coronaban perfectamente, pudiendo además todos disparar por la rápida pendiente del terreno. El fuego fue entonces de los más vivos que he sufrido en mi carrera militar, y es más que seguro que en muy pocos minutos hubiéramos desaparecido todos, sin la pronta y rápida retirada que nos vimos precisados a practicar. El batallón de Cazadores, que se conservaba formado, empezó un movimiento retrógrado y principió luego a desbandarse, sin haber disparado un tiro, fuera de la compañía de Volteadores. El enemigo siguió avanzando, y la derrota se hizo general y completa.
Gráfica del combate de Venta y Media
Referencias
Fase 1º
1) Batallón realista del regimiento de cazadores estacionado al pié de una de las lomas a fin de cerrar el paso a las avanzadas patriotas. La acción se habría de desarrollar en la quebrada de acceso al pueblo (ancha como de 200 metros) de Venta y Media,
2) Infantería patriota en tránsito hacia el caserío de Venta y Media.
3) A su derecha marchaba en la misma dirección, una sección de Dragones al mando del mayor Lamadrid, quien al reconocer a los realistas, alertó de su presencia al mayor Alvarado jefe de la infantería.
4) Venta y Media, asiento de la vanguardia realista al mando del coronel Olañeta. Allí se hallaban estacionados un batallón de infantería (Partidarios) y una sección de caballería.
Fase 2º
1) La caballería patriota ataca el flanco izquierdo de la formación realista, aislándola
de su base.
2) El batallón realista ahora ubicado sobre la loma.
3) Infantería patriota abriendo fuego desde el llano.
Fase 3º
1) Batallón de "Partidarios" que ingresa imprevistamente a espaldas de los "dragones" de La Madrid y suma sus fuegos hacia el contingente patriota desde la loma más alta.
2) Batallón de "cazadores" realistas.
3/4 Dispersión de toda la fuerza patriota.
Después de esta acción el coronel Rodríguez perdió definitivamente su reputación militar atento a lo cual, Rondeau lo destinó a cubrir la retaguardia con el resto de los "dragones" que habían quedado. Poco tiempo permaneció en esa función,
Tal vez haya percibido que nadie podía estar seguro con él cubriendo las espaldas del ejército. Al cabo, solicitó que se lo destinara a cubrir un cargo administrativo en Chuquisaca.
Capítulo Segundo
Un comandante hábil toma una posición en la que no puede ser derrotado, y no pierde la oportunidad de vencer a su enemigo. Un ejército victorioso siempre busca batalla después que sus planes le indiquen que la victoria es posible, mientras que un ejército destinado a la derrota lucha con la esperanza de vencer, pero sin ningún plan. Los que son expertos en la guerra cultivan sus políticas y se adhieren estrictamente a las reglas trazadas. De este modo, tienen en su poder el control de los acontecimientos. Sun Tzu: (El arte de la guerra)
Sipe – Sipe
I-Antes de la batalla:
Paz: Durante la marcha estalló con más fuerza que nunca la división entre algunos jefes y el general en jefe; el ejército estaba dividido en dos bandos, de los cuales el uno sostenía al general, y el otro le hacía oposición. El díscolo coronel Forest estaba a la cabeza de ésta, y se creía que lo apoyaban la mayor parte de los jefes de cuerpo; el coronel Pagola estaba al frente del partido que apoyaba al general.
Pagola y Forest eran los que sostenían la lucha más escandalosa, haciendo que sus cuerpos, que eran los más importantes participasen de sus sentimientos hostiles. Siempre acampaban distantes y tomaban entre sí las precauciones que se acostumbran entre dos cuerpos enemigos
Memorias, P. 259
II- Fuerzas Enfrentadas
Bando patriota:
Comandante en jefe:
General José Rondeau
Segundo Jefe: Mayor General Francisco Fernández de la Cruz
Comandante del ala derecha
Coronel Cornelio Zelaya:
Comandante del ala izquierda
Unidades:
Regimiento de infantería línea Nº1: Jefe: Coronel Carlos Forest.
Regimiento de infantería línea Nº6: Jefe: Coronel Francisco Zelada
Regimiento de infantería línea Nº7: Jefe: Celestino Vidal
Regimiento de infantería Nº 7
Gran parte de la infantería patriota estaba integrada
por gente de color.
Regimiento de infantería de línea Nº9: Jefe: Coronel Manuel Pagola
Regimiento de infantería de línea Nº12: Jefe: Coronel de la Riva.
Escuadrones 1º y 2º de granaderos a caballo: Comandante Teniente Coronel Juan Ramón Rojas.
Dragones del Perú: Coronel Diego González Balcarce.
Artillería: 10 cañones de a 4 y de a dos, 1 mortero de 7 pulgadas.
Total: 3.000 hombres
Bando Realista
General en jefe:
Brigadier Joaquín de la Pezuela
Comandante General de la Artillería: Coronel Casimiro Valdés.
Comandante de Ingenieros: Coronel Francisco Javier de Mendizábal.
Mayor General: Brigadier Miguel Tacón. (Comandante del ala izquierda)
2do. Mayor General: Brigadier Rafael Maroto.
Regimiento Nº2 de infantería del Cuzco: Jefe: Coronel Rufino Vercolme.
Batallón de Fernando VII. Jefe: Coronel Francisco Javier Aguilera.
Batallón de Cazadores de infantería Ligera del Ejército del Alto Perú: Jefe: Teniente Coronel Antonio maría Álvarez Thomas.
El coronel Pedro Antonio de Olañeta era el general de Vanguardia.
Batallón Fusileros del Centro: Comandante: Coronel Sebastián Benavente
2do. Escuadrón de Cazadores Montados: Comandante: Teniente Coronel Antonio Vigil.
2 brigadas de artillería de 7 piezas de a 4.
2do. General en Jefe: Teniente General Juan Ramírez (Comandante del ala derecha)
Regimiento Nº1 de infantería de Cuzco: Jefe: Coronel Ramón Gonzalesz Bernedo.
Batallón de voluntarios de Castro de Chiloé: Jefe: Coronel José Rodríguez Ballesteros.
Batallón de Partidarios de infantería Ligera del Ejército del Alto Perú: Coronel Santos de la Hera.
Escuadrón de Dragones de Cochabamba.
Escuadrón de Dragones de San Carlos: Comandante: Coronel Melchor José Lavín (200 jinetes desmontados)
Escuadrón de Cazadores Montados: Comandante: Teniente Coronel Felipe Marquiegui.
Segunda brigada de artillería de cuatro piezas de a 4 cada una
General en Jefe (a cargo del Centro)
Batallón del general en Jefe: Coronel Francisco Nava.
2 brigadas de Artillería de seis piezas de a 4 y de a 2.
2 brigadas de artillería de a seis piezas de a 4 y de 2.
La reserva estaba compuesta por:
Batallón de granaderos de Reserva: Jefe: Coronel Bernardo Esenarro.
Compañía de Dragones Veteranos del Cuzco: Guardia del General en Jefe. Comandante: Capitán Nicolás Picoaga.
Escuadrón de dragones de La Paz (piquete) ó Dragones de la Guardia de honor: Comandante Capitán Agustín Cuellar.
Compañía Real de Lima: (80hombres) Capitán Antonio Porruda.
6 cañones de a 4.
Total: 3.987 hombres. 3617 infantes y 370 jinetes (montados sobre caballos y mulas) 27 cañones de a 4 y de a 2. (8)
III-Acciones preliminares de la batalla
Días 25 y 26
Mitre: "Pezuela amago un ataque por la quebrada (Tapacarí) pero la encontró bien defendida"
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