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Introducción
El pensamiento filosófico en divide en cuatro grandes fases históricas. La primera de ellas es la etapa griega, la cual abarca desde el siglo VI antes de Cristo (A.C.) , hasta el siglo III después de Cristo (D.C.); la etapa Medieval, que empieza en el siglo IV y termina en el siglo XIV; la etapa moderna que se inicia con el Renacimiento, siglo XV y se prolonga hasta el siglo XIX, por último está la etapa contemporánea, que empieza a finales del siglo XIX y perdura hasta nuestros días. Ahora bien, haciendo énfasis en la etapa griega, y destacando el contexto histórico de ella, se desarrolla en tres períodos, a saber, la filosofía preática, la cual integra a los llamados antiguos físicos, entre ellos Tales de Mileto, Anaximandro de Mileto, Anaxímenes de Mileto y Heráclito de Efeso, quienes argumentaron sobre la realidad natural, considerando que nada es definitivo y perfecto, nunca se repiten dos veces la misma cosa y todo es relativo, además razonan los principios de la dualidad y la funcionalidad de los opuestos naturales, es decir, la lucha cíclica entre lo caliente y lo frío, lo seco y lo húmedo, lo positivo y lo negativo. Después de los antiguos físicos vienen los pitagóricos, cuyo máximo representante será Pitágoras de Samos y sus seguidores Arquitas de Tarento e Hipócrates, exponiendo el orden cuantificable en todos los fenómenos y llevan los conocimientos existentes al campo científico, apartándose de los prejuicios mitológicos o mágicos. Luego vendrán los Eleatas tales como Jenófanes el teólogo, Parménides de Elea y Zenón de Elea quienes expresaron un solo Dios espiritual, universal e inmóvil, y la esencia del movimiento, es decir, nada está quieto. Posteriormente aparecerán los naturalistas, destacándose Empédocles de Agrigento, Anaxágoras de Clazomene y Demócrito de Abdara quienes establecen los principios constitutivos de la naturaleza, en los llamados cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego y el continuo enlace químico entre los átomos de los elementos.
El segundo período lo abarca la filosofía ática, cuyos exponentes son los sofistas como Protágoras de Abdara y Georgias de Leontino, el primero sostiene un individualismo relativístico, donde destaca que el hombre es la medida de todas las cosas, en el segundo encontramos tres tesis, la primera es que nada existe, la segunda es que si algo por acaso existiera no podría ser conocido y por último, si pudiera ser conocido, no podría ser expresado, predicando así un relativismo absoluto, a manera de ejemplo, una pregunta relativista absoluta sería, ¿el cinco existe?, bueno, ¿el seis existe?, etc. También en este periodo, aparece la Edad de Oro de la filosofía ática cuyos máximos exponentes son Sócrates, Platón y Aristóteles. El primero no busca el saber científico, sino conocerse así mismo, su anhelo es enseñar la virtud, el hombre nunca podrá saberlo todo. Mediante la dialéctica y la Mayéutica, su búsqueda tiende a inducir lo universal de lo particular y a mostrar tanto la inconsistencia de los valores comunes como la inmoralidad de algunos sofistas que cobran por enseñar, por su franqueza y claridad en señalar los males y la corrupción, fue acusado a envenenamiento. Platón, discípulo de Sócrates, cree firmemente en la validez e importancia del conocimiento, se destaca por sus ideas políticas y los derechos de las élites, hace diferencias entre el trabajador común, los soldados y los gobernantes, estableciendo privilegios, según su estatus. Finalmente Aristóteles, discípulo de Platón, afirmó que la única realidad existente está basada en la física y el método del conocimiento científico se lo asigna a la lógica.
El último período de la etapa griega se basará en la filosofía helenístico-romana, subdividida en cuatro corrientes, la primera referida a los Epicúreos, cuyo representante será Epicuro de Samos quién a su vez sostiene que el mundo está conformado por átomos, luego vendrá la corriente de los Estoicos, entre los cuales destaca Zenón de Citio con su transferencia del conocimiento mediante las sensaciones y luego al alma, también Panecio de Rodas el cual manifiesta que la filosofía es práctica y no teoría, luego aparecerá Lucio Anneo Seneca con el concepto central de la ética en la virtud y Marco Aurelio, quién predica que todo hombre es una parte del mundo y debe, por lo tanto, someterse al todo y todos deben amarse los unos a los otros. En la corriente de los Escépticos destacan Pirrón de Elide hace referencia a la inexistencia de la verdad y Timón de Fliunte acepta el hecho de la imposibilidad de conocer la verdad. Finalmente tenemos la corriente del Neoplatonismo liderado por Plotino quién acentúa la unidad y la trascendencia de Dios, afirmó que Dios no es cognoscible por la razón, sino se le puede conocer sólo a través de una intuición pura y culmina esta corriente con Porfirio de Tiro, criticando los dogmas de la creación, factible sólo si ama la belleza y logra el éxtasis. A continuación se desarrollará la vida y obra de Sócrates.Los Autores
Reseña histórica de Sócrates
Según Guthrie (2003), menciona que Sócrates no escribió ninguna obra y lo que se conoce de él es por medio de cuatro fuentes, a saber, la mayor parte de lo conocido proviene del historiador Jenofonte, éste manifiesta lo sabio que era, buscaba el conocimiento y la virtud, pero podía tocar la vulgaridad cuando era necesario, también encontramos al comediógrafo Aristófanes quién lo resaltó en su comedia "las nubes" en el año 423 A.C. y destacó las sátiras e ironías que hacía Sócrates en sus discursos. Uno de los que destaca más una imagen idealizada e importante de él, es Platón en sus "diálogos", éste aparece como personaje principal y en su obra "Apología de Sócrates" da una versión del discurso que Sócrates pronunció en su defensa ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se lo acusó de corromper a la juventud y de no creer en los dioses de la polis y finalmente encontramos a Aristóteles, haciendo énfasis en la búsqueda de la felicidad basada en la virtud, enseñanza esta de Sócrates.
Según Domínguez (2004), nace en la antigua Atenas en el año 469 A.C., hijo del escultor Sofronisco y de la comadrona Faenarete, después de recibir educación ateniense normal en música, geometría y gimnasia, practicó las artes de su padre, cuando llegó a la adolescencia se distanció del taller de su padre. Siendo joven fue a la guerra, como todos los atenienses, se acostumbró desde temprano a una vida sobria, laboriosa y dura. No le gustaba el lujo, ni echaba de menos tener riquezas. Participó en varias batallas como soldado de infantería en la de Samos durante el año 440 A.C., en Potidea en 432 A.C., en Delio en 424 A.C. y su última batalla fue en Anfípolis durante el año 422 A.C.
Se dice que en su juventud a la edad de 17 años ya tenía una agudeza en sus razonamientos y su facilidad de expresión, en sus discursos, completándolo con una ironía elegante con la cual hacia enojar grandes pensadores de su época, incluso, esta forma discursiva será tomada como provocadora al final de sus años, cuando los jueces lo acusen y lo sentencien a muerte. Se casó a los 40 años con Jantipa, una mujer de 19 años con un mal genio, quién puso a prueba su paciencia y moderación en muchas ocasiones, tan era el grado de rebeldía de la mujer o de impaciencia de ella tenía, que después de haberlo insultado, no había logrado alterar aquel hombre, logrando según Domínguez (2004), arrojarle desde una jofaina, agua en la cabeza, sin embargo Sócrates sin perder su serenidad le dijo: "Después de tanto tronar había de seguir el aguacero" (p.15). Sin embargo, Platón llega a mostrar que dicha relación matrimonial era normal e incluso buena, además menciona dos hijas y un hijo en dicha unión.
Sócrates era un hombre de figura corpulenta, con vientre prominente, ojos saltones y labios gruesos, poco ordenado en su vestimenta, deambulando por las plazas y mercados de Atenas. Lograba tomar el centro de atención en lugares públicos y le agradaba dialogar con campesinos, mercaderes y artesanos de los cuales se nutría con el conocimiento popular y este a su vez le brindaba las herramientas de la lógica para que ellos lo aplicaran en sus diálogos, muy contrario era cuando se encontraba con gente erudita y con cierto nivel elevado de conocimiento, aquí él le gustaba desempeñar el rol de ignorante y se dedicaba solo a preguntar cada cosa conocida que su interlocutor hablaba, luego de tanto preguntar, dicho interlocutor manifestaba su ignorancia en el tema, así que Sócrates mediante la ironía y la mayéutica, por medio de un diálogo en el que el filósofo proponía una serie de preguntas, se daba cuenta y ponía reparos a las respuestas recibidas, de modo que al final fuese posible reconocer si las opiniones originales de su interlocutor eran una apariencia engañosa o de un verdadero conocimiento, en cierto modo, le gustaba destrozar a los egocéntricos eruditos y sabios que encontraba en su camino. (Pérez, 2007).
Sócrates pensó que él debía ser el único que reconocía su ignorancia y fue Querefonte quién le manifestó lo sabio que era en toda la región de Atenas, así que logró llegar a la conclusión de que solo hay un bien, el cuál es el conocimiento y solo hay un mal, la cuál era la ignorancia. Sócrates era un hombre tan superior, que reconoció los dislates y la falsedad de la Mitología y sin revelación comprendió que no había ni podía haber sino un solo Dios verdadero. Sócrates fue acusado por Melito ante el Areópago (tribunal), fue condenado por éste a muerte. Dicha acusación se basaba en que Sócrates no creía en los dioses oficiales y en corromper a la juventud, basado en sus enseñanzas y discursos, éste fue condenado a muerte y a beber "La Cicuta", la cuál era una bebida a base del néctar de esta planta. Sócrates aceptó el veredicto aunque no lo compartió, pero dijo que es mejor obedecer las leyes aún si uno no está de acuerdo, sus discípulos planearon la fuga de él, pero no la aceptó. Muere a los 70 años pese haber demostrado su inocencia en el año 399 A.C.
Obras principales
La postura de Sócrates ante el mundo intelectual de su época es la resistencia a la sabiduría tradicional, él continuamente se retiraba a su casa para recobrar su paz interior, su entendimiento, su armonía con su "yo individual" y cíclicamente volvía a enfrentar la "vida pública" en las calles de la polis, las plazas, y cualquier lugar que encontrara en sus caminatas. Argumentaba sus ideas, enseñaba a quienes no presentaban egos de grandeza y sin cobrar nada a nadie por sus clases, pero ¿acaso no pudo plasmar sus ideas, dejarlas por escrito?, lamentándolo mucho eso no fue posible. Según el Diccionario de la Real Academia Española (2001), una obra hace referencia a cualquier producto intelectual en ciencias, letras o artes, y con particularidad el que es de alguna importancia. También es aplicable a alguna cosa hecha o producida por un agente. Entonces, a partir de este concepto, podemos dar a conocer las ideas de Sócrates, sus pensamientos y acciones, todas ellas escritas por sus cuatro grandes seguidores (Jenofonte, Aristófanes, Platón y Aristóteles), entre ellas tenemos:
Cuadro Nº 1
Obras de Sócrates
El Conocimiento de uno mismo
La Definición y la Dialéctica
Intelectualismo Moral
Fuente: Elaborado por los autores
El Conocimiento de uno mismo
Relata Sobrino (2008), que cuando se entraba al templo de Delfos, estaba la inscripción "conócete a ti mismo", dicha advertencia invitaba al ser humano a indagar en su naturaleza, en su esencia, es decir, en el mismo individuo, ese "yo interior". Sócrates optó por dedicarse a reflexionar sobre sí mismo, sobre la vida del hombre en la polis, sobre las individualidades y su interrelación con los demás.
La Definición y la Dialéctica
El entendimiento radica en la definición. Quien no tiene la habilidad de definir la justicia, no la conoce y no sabe valorar lo que es justo, y lo mismo ocurre con las demás virtudes. La dialéctica es una técnica de la conversación o demostración lógica cuyo fin es buscar nuevas ideas o crear los conceptos, mediante el arte de la pregunta que hagan descubrir al otro interlocutor su propia ignorancia, utilizando así el recurso de la ironía, utilizando también la Mayéutica que mediante preguntas, va haciendo que el discípulo descubra nociones que en él estaban latentes.
Intelectualismo Moral
El mismo Echegoyen (2009), manifiesta que el intelectualismo moral es una teoría que se basa en la conducta moral desde el conocimiento del bien y la justicia, dicha tesis afirma que sí solo se conoce a fondo estos dos conceptos (bien y justicia) se podrá realizar, es decir, sí se conoce, entonces es realizable.
Aportes
El Conocimiento de uno mismo
A Sócrates se le considera según Sobrino (2008), el fundador de la ética, de la ciencia de la moral, reconociendo que cada persona presenta límites y por lo tanto a medida que indaga más sobre un tema, descubre que hay más cosas por conocer, que cada vez aparecen nuevas verdades, nuevos conocimientos, nuevas ideas y al revisarlas nos vemos en la necesidad de reconocer nuestra ignorancia, de saber que el ser humano no se la sabe todas, de reconocer nuestras debilidades, quizás las fortalezas engrandezcan el ego, pero si en ego se apodera del ser, entonces uno mismo se desconoce, se pierde, deja su brillantes y toca la estupidez. También afirmaba que el concepto moral de virtud reside en el conocimiento, es una riqueza interior que proviene de ser sabio, se puede saber y enseñar y solo el ignorante se equivoca obrando mal.
El secreto de la sabiduría era reconocer sus propios errores y los errores de los demás, cuando Sócrates conocía algún sabio, este creía que lo sabía todo, y Sócrates le daba a relucir sus errores, partiendo de la premisa de que no hay que alimentar el ego, pues el ego destruye la sabiduría. Él mismo llegó a decir: "Sólo sé que no sé nada".
Para Sócrates, era necesario tener dominio de sí mismo, dominar las pasiones, sus apetitos y tener control sobre sí mismo. Es importante saber quién es cada uno y el rol que cumple en una sociedad, por ejemplo, para ser un buen zapatero implica conocer los zapatos, sus formas, los tipos y su función, ahora bien, sí queremos preguntarnos en qué consiste ser un hombre bueno (o mujer buena), lo primero que necesitamos saber, es en qué consiste eso de ser bueno y para saberlo necesariamente tenemos que conocernos, indagar nuestras fortalezas y nuestras debilidades, una vez que nos conozcamos, podremos aprender a cuidar de nosotros, pero si no, nunca lo haremos.
Dicho de otra manera, el conocer implica funcionalidad, y la función es en esencia gobernar, regir o controlar, ¿pero cómo se logra esto?, solo si sus cimientos o sus bases están asentadas en la verdad. De aquí que Sócrates no hable de una pluralidad de virtudes, sino de la unidad de la virtud, la cuál es la sabiduría, y el camino para hallarla parte desde el interior del ser humano, cuando somos capaces de reconocernos, de saber quién soy, entonces podremos ayudar al prójimo, alguien podría recordar la reflexión bíblica del Evangelio de Lucas 6, 37-42 que dice: "¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?". Muchas veces vemos los defectos de los demás y nos parecen feos y terribles, pero esos mismos defectos o quizás peores en uno mismo, nos parecen insignificantes y encima se llegan a justificar.
Definición y Dialéctica
La definición expresa el núcleo común de todos los actos virtuosos y sólo ella sirve de criterio para diferenciarlos de los que no lo son. La universalidad de la moral se sustenta en la razón, fijando así la esencia inmutable de la realidad investigada a través de la inducción, es decir, extrayendo a partir de determinadas observaciones o experiencias particulares y basado en cuatro principios básicos: la observación y la anotación de todos los hechos; el análisis y el orden de los hechos; la obtención inductiva de una generalización a partir de los hechos; y la contrastación. Esto supone que, tras una primera fase de observación, análisis y clasificación de los hechos, se deriva una hipótesis que soluciona el problema planteado. Una manera de llevar a cabo el método inductivo es proponer, a partir de la observación repetida de objetos o acontecimientos de la misma naturaleza, una conclusión para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza.
En la búsqueda de una definición, se usa un método basado en el diálogo, la llamada Dialéctica. Sus características son, según Echegoyen (2009):
1. Ironía. Con ella se trata de deshacer los prejuicios.
2. Mayeutica. Arte de descubrir la verdad mediante hábiles preguntas.
3. Reducción al absurdo. Con ella se refutan las tesis contrarias Si nuestra tesis es p, llegamos a una contradicción con (p (tesis contraria) y deducimos p. Formalización:
4. Inducción. Conclusión de una definición general a partir de casos particulares semejantes .
El razonamiento inductivo tiende a ser completo, sí la conclusión no aporta más información que la dada por las premisas, o incompleto, sí la conclusión va más allá de los datos que aportan las premisas; la verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión. Veamos dos cuadros a manera de ejemplos.
Cuadro Nº 2
Razonamiento inductivo completo.
Fuente: Elaborado por los autores
Cuadro Nº 3
Razonamiento inductivo incompleto.
Fuente: Elaborado por los autores
Como puede verse, en el segundo ejemplo todas las premisas son verdaderas, pero la conclusión es falsa.
El Intelectualismo Moral
Según Echegoyen (2009), un hombre bueno es el que obra bien, pero para ello ha de conocer qué es el bien. Sócrates sostiene que el bien es la máxima felicidad, por ello, el que conoce el bien no obra mal, pues siente que puede perder esa felicidad. Para llegar al Intelectualismo Moral es necesario y obligatorio definir que es el bien y los demás términos morales.
La templanza, la prudencia, la fortaleza, la justicia, la piedad, la fe, la esperanza, la caridad y muchas más virtudes se reducen a una sola: La Sabiduría. A continuación presentamos el cuadro nº 4, de dicho concepto.
Cuadro Nº 4
Concepto de Sabiduría.
Fuente: Diccionario de la Real Academia Española, (2001)
La sabiduría apunta nuestra voluntad hacia el bien, por lo tanto se tiene que recordar:
Quien obra mal es porque desconoce qué es el bien, sino su propia voluntad le obligaría a obrar bien.
El intelectualismo moral de Sócrates negará el escepticismo y el relativismo, afirmando que sin el conocimiento no existe la virtud, es decir, solamente el que sabe llega a ser justo.
Solo hay un bien: El Conocimiento
Solo hay un mal: La Ignorancia
En esta moral no existe lugar para el sentimiento de culpa, el que obra mal es, simplemente, ignorante y más que un castigo, precisa educación.
Conclusiones
Una de las razones que justifican el estudio de la filosofía es que nos enseña a pensar con mayor claridad en un amplio conjunto de problemas. Los métodos del pensamiento filosófico resultaran útiles en muchas situaciones, porque el análisis de los argumentos en pro o en contra de una determinada posición se puede aplicar a cualquier orden de la vida. Por lo tanto la filosofía es una actividad humana que se motiva en la necesidad de comunicar las particularidades de nuestra experiencia, ese vivir produce asombro y el asombro es solo uno de los comienzos en que llegamos a planteamos preguntas, las analizamos, las contestamos y argumentamos las respuestas. Ahora bien, dicha actividad humana también se ocupa de examinar cuidadosamente los conceptos y las estructuras conceptuales con base en las cuales pensamos nuestra realidad que inducen o posibilitan los cambios sociales, políticos, artísticos y morales, todo esto requiere de una actitud crítica, la cual consiste en estar en disposición de examinar todas nuestras creencias, la cual envuelve a su vez la actividad de razonar, que sencillamente nuestra capacidad de comprender y evaluar razones mediante el argumento. La disciplina que evalúa argumentos es la lógica, por lo tanto, para hacer filosofía hay que comprender los procesos básicos de ella. El saber argumentar pasa por las proposiciones, las premisas, la conclusión, la verdad, la validez y su aplicabilidad, todo esto fue planteado por Sócrates y es por ello que muchos filósofos concuerdan que él fundador de la filosofía moral, la cual ha tenido peso en la filosofía occidental, incluso en nuestros días.
En la doctrina de Sócrates destacan los siguientes aspectos:
El Conocimiento de sí mismo, es el primer principio de la filosofía socrática, así que todo mortal que deseé ser sabio debe partir de su raíz, enfocando su estudio y conocimiento del hombre como ser moral, llegándose a estudiar así mismo. Sócrates será un escéptico con respecto al mundo y a las ciencias físicas, expresándolo mediante el aforismo que repetía con cierta frecuencia: Sólo sé que no sé nada.
El método socrático tiene su punto de partida en la observación de los fenómenos, en la reflexión y los análisis razonados. Por eso, la variabilidad y flexibilidad de su método de enseñanza, hacía que el oyente o discípulo se sintiera maravillado. A veces Sócrates aparentaba ignorancia del objeto en cuestión, realizaba preguntas intencionadas y dialécticas, empleando a su debido tiempo, la inducción y la analogía, esto provocaba dudas en el diálogo y ahora, las cuestiones sencillas se empezaban a complicarse, sin embargo Sócrates conducía insensiblemente a sus oyentes al conocimiento de la verdad y esta a su vez salía espontáneamente del fondo de la conciencia. Sócrates utilizó la técnica de la pregunta en su método, tales preguntas estaban formuladas bajo el siguiente estilo: ¿Qué pretendes decir realmente con…?; ¿cómo llegas a esa conclusión?; ¿realmente qué estás diciendo?; ¿qué consecuencias tendría sí fuese falso …?; ¿realmente dices la verdad?; ¿qué tan importante es…?
El ser humano está obligado a investigar el bien y conectarlo en su conducta, una vez conocido. Debe alejarse de las pasiones y las malas inclinaciones, sujetándolas a la razón para así conseguir la perfección moral cuya finalidad verdadera es la felicidad del ser en el espacio y tiempo que lo rodea. Señala Sócrates que lo importante no es el vivir, sino el vivir bien, conforme a las normas morales y la justicia. Así que la armonía radica en obedecer dichas normas y creer en la justicia, por lo tanto no se debe tomar venganza de las injurias, ni devolver mal por mal, el llamado "ojo por ojo y diente por diente". Se debe anteponer la justicia y el patriotismo, cumpliendo las leyes. Las virtudes básicas como la prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza serán las bases de la perfección moral del ser humano.Los Autores
Bibliografía
Domínguez, L. (2004). Sócrates. Buenos Aires: Editorial Kapelusz.
Echegoyen, J. (2009). Historia de la Filosofía. Madrid: Editorial Paidos.
Guthrie, W. (2003). Historia de la Filosofía griega. Madrid: Editorial Gredos.
Pérez, C. (2007). Sócrates y los Sofistas, La Vida en La Polis. España: Ediciones Hare.
Sobrino, L. 82008). Perfiles Filosóficos. El Salvador: Editorial Espíritu-Salt.
Real Academia Española. (2001). Diccionario de la Lengua Española.
Madrid: Editorial Espasa-Calpe
Autor:
Aular Yohelis
Díaz Carmen
Belkis Díaz
(Trabajo Escrito presentado como parte de los requisitos para optar al
Grado de Especialista en Planificación y Evaluación de la Educación)
UNIVERSIDAD SANTA MARIA
DECANATO DE POSTGRADO Y EXTENSIÓN
DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN
ESPECIALIZACIÓN EN PLANIFICACIÓN Y
EVALUACIÓN DE LA EDUCACIÓN
CÁTEDRA: PRINCIPIOS Y VALORES EN EDUCACIÓN
SECCIÓN: H-22 – SABATINO-
Prof.: Msc. VÉLIZ HENRY
Caracas, Octubre, 2011
Autorizada para la versión on-line