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Manifestaciones de maltrato familiar más frecuentes en el Adulto Mayor


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Justificación de la investigación
  4. Material y Método
  5. Resultados y Discusión
  6. Bibliografía
  7. Anexos

Resumen

El maltrato a los ancianos es algo muy común en la sociedad moderna esto nos motivó a realizar esta investigación, donde nos propusimos identificar manifestaciones de maltrato familiar en el adulto mayor. Los objetivos estuvieron encaminados a definir edad, sexo, estado civil, nivel educacional y situación laboral; así como señalar las manifestaciones de maltrato psicológico, físico, sexual, por negligencia, financiero y por negación . Se trató de un estudio epidemiológico, cuasiexperimental y transversal en el Municipio Bauta, 2009-2010. Predominó el sexo femenino, edades entre 71 y 80 años, el estado civil acompañado; el nivel educacional primaria; las amas de casa en el sexo femenino y en el masculino los jubilados. Las manifestaciones de maltrato psicológico la poca comunicación, pocas posibilidades de pasear, críticas ante extraños, los insultos, hostigamiento verbal y amenazas de abandono; maltrato físico: empujones, bofetadas y pellizcos. Maltrato sexual : no aceptación de sus relaciones íntimas , la falta de habitación privada. Maltrato por negligencia el quedarse solos, la no preocupación de la familia por los medicamentos y alimentos; así como el cuidado cuando se enferman. Su despreocupación por facilitarle los medios para mejorar su calidad de vida :espejuelos, dentaduras . Maltrato financiero el robo de su dinero o el uso inapropiado del mismo y como maltrato por negación el ser los responsables de la casa y los nietos. Las manifestaciones de maltrato familiar por negligencia y psicológico fueron las más significativas, seguidas del maltrato por negación y financiero; el maltrato físico se reflejó en un porciento bajo.

Introducción

El envejecimiento no es un fenómeno exclusivo de las sociedades modernas, ha estado presente en todas las etapas del desarrollo social, y ha sido siempre de interés para la Filosofía, el Arte y la Medicina. Según cálculos de las Naciones Unidas, en 1950 había alrededor de 200 000 000 de personas de 60 años o más; en el siglo XXI comenzó con 600 000 000; 50 años después la cantidad de ellas se triplicará.

Cuba ya es un ejemplo de país en desarrollo, con un envejecimiento importante de la población. El 15.3% de los cubanos tiene 60 años o más, cifra que aumentará a casi el 25% en el 2025 y a más del 30% en el 2050. (1) Nunca en la larga historia de la humanidad han existido sociedades con un porcentaje tan elevado de personas mayores, en excelentes condiciones físicas y mentales, lo cual avizora la problemática del Adulto Mayor, colocándola a las puertas del siglo XXI. (2)

Estos agudos cambios demográficos que han de presentarse en los próximos decenios exigen respuestas inmediatas, para que las sociedades, de forma ordenada y planificada, enfrenten las consecuencias que esto acarrea, la formulación de estrategias y la exploración de nuevos métodos de atención a los ancianos, cambios económicos y sociales, además de establecer programas más eficaces para estas personas. (3)

Nuestro país exhibe uno de los envejecimientos más importantes del mundo. Hay hoy al menos 20 municipios del país que tienen más personas mayores que niños. Se estima que para el 2015 ya habrá en Cuba más personas mayores que niños. (1) Se espera que para el año 2025 uno de cada 4 cubanos sea adulto mayor. Por otra parte, solo el 1% de los ancianos se encuentran en instituciones, el 9% vive solo y el resto lo hace en convivencia familiar. (3)

Cuba compite con las potencias del mundo en cuanto a expectativa de vida, gracias a un envidiable sistema de salud. La esperanza de vida es de 75 años y las proyecciones indican que seremos uno de los países más envejecidos de la región, planteando un importante reto a la sociedad y un desafío a los profesionales de la salud, obligándolos a tomar una nueva posición social, psicológica y conductual ante la vida. Esta etapa denominada la tercera edad exige que eduquemos a los adultos mayores en los cambios irreversibles e inevitables que sufre el organismo, para poder comprender y aceptar las nuevas limitaciones; siendo lo más importante aprender a explorar al máximo las capacidades de que se disfruta para mantener una vida lo más plena posible en todos los ámbitos del desempeño humano, con la elevada autoestima de quién ha de aportar aún mucho a la familia y a la sociedad, permitiendo una mejor calidad de vida.

Por otra parte, el término violencia es una traducción del vocablo latín "violentia" de la raíz "violo" que quiere decir "atentar", "violar". Su raíz etimológica remite al concepto de fuerza, siempre implica el uso de la fuerza para producir un daño; la fuerza remite al concepto de "poder", de ahí que la violencia sea una forma de ejercicio del poder mediante el empleo de la fuerza ya sea física, psicológica, emocional, económica, política. (4)

La violencia intrafamiliar, entre sus miembros, todos contra todos, va en aumento en la mayoría de los hogares en el mundo, lo cual va en contra del sano desarrollo y bienestar humano y por tanto mala calidad de vida; con la agravante de que al suceder "puertas adentro", donde supuestamente nadie puede opinar ni intervenir, constituye un perjuicio para el sano crecimiento y desarrollo del individuo o comunidad. Posiciones polarizadas dentro del recinto familiar constituyen "un caldo de cultivo" para que germine este perniciosa conducta que, muchas veces, es interpretada solamente como violencia física; aún cuando la variante psicológica, la más frecuente, deje huellas para toda la vida que en la mayor parte de los casos no se ven y que, desafortunadamente también, en su mayoría, no es identificada como tal. De ahí, que abordar la violencia, desde posiciones de no violencia, es necesario para la sociedad, la salud y la paz. (5)

Hoy, a través de algunas investigaciones, se constata que la violencia existe en Cuba en todas sus manifestaciones posibles, aunque muchas carecen del dramatismo que dibujan otras realidades sociales. Sin embargo, los estudios realizados sobre la violencia en el interior de la familia, no han llegado a conocer las dimensiones del problema. (6)

En la mirada al adulto mayor en la familia confluyen las influencias sociales sobre esta edad, la familia como grupo humano y el propio desarrollo como individuo al que ha llega en esta etapa. (7)

En la última década del pasado siglo, se dispararon en Cuba, todos los indicadores de violencia, tanto dentro como fuera de la familia, muchas veces relacionadas con las carencias impuestas por el crudo "Período Especial", el recrudecimiento del bloqueo por parte de los E.U. y el derrumbe del Campo Socialista, entre otras causas. (8) El maltrato a los ancianos es algo muy común en la sociedad moderna, esto en la realidad ya constituye un problema de salud y su abordaje brinda la seriedad del problema, este es un aspecto que no ha sido valorado y analizado con profundidad hasta ahora.

La preocupación por el maltrato a los ancianos ha venido aumentando, se ha tomado conciencia de que en los primeros decenios, tanto en países desarrollados como en los países en vía de desarrollo se producirá un aumento de la población de este grupo de edad. (9)

Cualquier persona que atienda al envejecimiento, incluso un familiar, puede cometer abuso ya sea con intención o con error. Existen muchas razones por las que puede ocurrir abuso: el encargado puede estar cansado, enojado o frustrado a causa del estrés o por no ser capaz de manejar sus propios sentimientos. (10)

Un estudio nacional de incidencia de abuso al Adulto Mayor en Estados Unidos, estimó que un total de 551.011 de personas adultas mayores experimentan maltrato, abusos o negligencias. Un estudio realizado en Cuba, en cinco provincias del país, con una muestra de 10 462 ancianos, encontró maltrato en 4620, que se corresponde con el 44% de los encuestados. El mayor porciento se detectó en la comunidad 7584, el 72%. (11). Una investigación sobre maltrato en un grupo de ancianos reflejó que de un total de 70 ancianos de ambos sexos, el 38.6% fue objetivo de maltrato directo, predominando el psicológico a través de la palabra. En Cuba hasta la fecha no existen estudios de incidencia y prevalencia, y en el ámbito internacional los estudios son limitados. (12)

En esta población se aprecia que el grado de estrés es alto y también la vulnerabilidad para ser sometidos a hechos violentos a pesar de que los maltratadores en ocasiones no tienen conciencia de su conducta, pues poseen una idea muy limitada de este fenómeno. Por tal razón el autor realizará una investigación con el objetivo de detectar las manifestaciones de maltrato familiar hacia los ancianos.

Justificación de la investigación

La familia es una institución milenaria y un grupo humano reconocido como importante y decisivo para el desarrollo humano en muchas ramas del saber, es cierto que su estudio es complejo y requiere una mirada integradora. Los procesos familiares discurren a su vez en espacios considerados como privados, lo que implica que para su evaluación e intervención haya que entrar en las esferas más íntimas de las personas. (7) Tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados, el aumento de la expectativa de vida determina que diariamente aumente el número de personas que rebasan los 65 años de edad disfrutando de buena salud; esto lleva a establecer un vínculo que resulta relevante ya que la gran mayoría de los ancianos conviven con sus familiares; esto debe considerar un alto compromiso pero a la vez una alta responsabilidad. (7,13)

Las alteraciones de la vida familiar son capaces de propiciar desequilibrios emocionales que pueden generar violencia. En ocasiones los ancianos no refieren recibir atenciones en su núcleo familiar pero esta autora ha detectado expresiones verbales y extraverbales inadecuadas, observamos que los someten a privaciones materiales y limitaciones de los derechos del viejo. Algo que nos asombró y nos motivó para realizar esta investigación fue la forma pasiva en que los ancianos asumen estos comportamientos y el no relacionar sus estados emocionales con dichos sucesos.

La realización de nuestra investigación nos permitió identificar las manifestaciones de maltrato familiar en los ancianos, esto reflejo la importancia de que la familia y la comunidad vean el maltrato al adulto mayor como un problema de salud y no como un hecho aislado, con la realización de este trabajo la autora pretendió ayudar a la familia a identificar la violencia en sus diversas manifestaciones, permitiendo un accionar individual, familiar y comunitario más directo y preciso para de esta forma mejorar la calidad de vida de los ancianos y de sus familias.

Nos planteamos como objetivos : Identificar las manifestaciones de maltrato familiar más frecuentes en el adulto mayor del CMF 6a del Policlínico "Pedro Esperón" durante el 2010 . Definir edad, sexo y estado civil de los adultos mayores que conforman la muestra, así como el nivel educacional y la situación laboral de los ancianos. Identificar manifestaciones de maltrato psicológico, físico, sexual, por negligencia, financiero y por negación.

Material y Método

Se realizó un estudio epidemiológico cuasi-experimental y de corte transversal, en el CMF 6a del Municipio Bauta en el año 2009-2010.

El tipo de diseño según el tiempo de ocurrencia fue retrospectivo y según el análisis y alcance de los resultados de intervención aplicando el proceso de atención de enfermería, método científico del personal de enfermería que proporciona una guía lógica y racional para que la enfermera organice la información de tal manera que la atención sea adecuada, eficiente y eficaz.

El proceso de atención de enfermería facilitó un procedimiento científico para que la familia, sus miembros y la enfermera alcanzaran las metas trazadas de mutuo acuerdo.

Con su aplicación en este trabajo evaluamos la eficiencia y efectividad de los cuidados, así como un medio para proveer la continuidad de dichos cuidados por el resto del personal propiciando la participación de la familia en la aplicación de los cuidados de enfermería.

El universo estuvo determinado por el total de familias con adultos mayores pertenecientes al consultorio, que es de 157. Se efectuó un muestreo aleatorio simple cumpliendo el principio de que todos los sujetos en la población tuvieran la misma probabilidad de ser seleccionados y que no existieran diferencias marcadas entre ellos.

Para su realización llevamos a cabo el siguiente esquema:

  • 1. Enumeramos de forma consecutiva a todas las familias pertenecientes al CMF, para eso nos auxiliamos de las Historias Clínicas familiar o Ficha Familiar.

  • 2. Seleccionamos las familias que componen la muestra empleando el sorteo como mecanismo aleatorio.

El cálculo del tamaño muestreal se realizó suponiendo que la frecuencia de violencia fuera del 30%, con un nivel de confiabilidad del 99%, un error del 1%, lo que arrojó una muestra n = 120.

Criterios de inclusión.

Familias pertenecientes al CMF # 6a, donde convivan adultos mayores que dieron su consentimiento a participar en el estudio y que estén aptos física y mentalmente.

Criterios de exclusión.

Familias que no pertenecen al CMF # 6a o donde no existan adultos mayores o que no den su consentimiento a participar en la investigación. Acianos no aptos física y mentalmente.

Métodos y Procedimientos.

En la investigación utilizamos los métodos empíricos, le aplicamos a todos los ancianos comprendidos en la muestra una encuesta (Anexo 1) de forma anónima y con el consentimiento informado (Anexo 2) de las familias en las que recogimos las variables que se deseaban estudiar : Edad; sexo; estado civil; nivel educacional; situación laboral; maltrato psicológico, físico, sexual, por negligencia, financiero y por negación.

El instrumento a aplicar fue validado por la autora Rosaura Rodríguez Quintero con el trabajo de investigación para optar por el título de máster en Longevidad Satisfactoria ¨Maltrato familiar en el adulto mayor¨.

La misma constó de un total de 20 preguntas donde todas fueron cerradas.

Se aplicó en un tiempo promedio de 30 minutos, después de recogidas se echaron en un buzón, lo que aseguro la certeza del carácter anónimo del instrumento aplicado.

Para identificar las manifestaciones de maltrato familiar en los ancianos, establecimos por secciones los ítems del instrumento, que nos midieron manifestaciones de tipo psicológico, físico, sexual, negligencia, financiero y de negación, quedando:

Sección B: Maltrato psicológico, se midió a través de las preguntas (6-7-8). Con dos o más respuestas positivas se consideró manifestación de maltrato psicológico.

Sección C: Maltrato físico, se midió mediante las preguntas (9-10), con que el encuestado respondiera una sola pregunta de manera positiva, se consideró manifestación del maltrato físico.

Sección D: Maltrato sexual, se midió mediante las preguntas (11-12-13), con dos o más respuestas positivas, se consideró manifestación de maltrato o abuso sexual.

Sección E: Maltrato por negligencia, se midió mediante las preguntas (14-15-16), con dos o más preguntas respondidas de manera positiva, se consideró manifestación de maltrato por conductas negligentes.

Sección F: Maltrato financiero se midió mediante las preguntas (17-18), con una de estas respondidas de manera positiva, se consideró manifestación de maltrato financiero.

Sección G: Maltrato por negación, se midió mediante las preguntas (19-20), con una respuesta positiva, se consideró manifestación de maltrato por negación.

Para el análisis de las variables socio-demográficas utilizamos los datos que arrojan los ítems del 1 al 5, agrupados en la Sección A. Para su relación con las manifestaciones de maltrato utilizamos los datos obtenidos en el primer objetivo.

Dicha técnica se confeccionó por la autora de la investigación antes mencionada y la cooperación de expertos en el tema. Se aplicó personalmente por la autora del estudio para evitar valoraciones subjetivas en los resultados y por constituir datos de carácter confidencial.

Posteriormente se elaboró el Proceso de Atención de Enfermería aplicando sus 3 etapas (valoración, intervención y evaluación) y se llevo a cabo todo lo planteado en el Plan de Cuidados de Enfermería.

En un segundo momento se realizó una entrevista mediante la técnica de visita al hogar para verificar el cumplimiento de las acciones trazadas en el Plan de Cuidados de Enfermería.

Método de recolección de la información.

Una vez recolectados los datos se procesaron y codificaron los resultados, esto facilitó el análisis de tipo descriptivo.

La información obtenida se proceso a través de la utilización de sábanas de forma manual y los resultados se reflejaron en tablas estadísticas de 1 y 2 entradas; y para el análisis estadístico se utilizó como medida de resumen descriptivo las frecuencias porcentuales sacadas con una calculadora MK-60.

Se empleo una PC Pentium IV, con ambiente de Window XP, los textos se procesaron con Word XP y las tablas se realizaron con Excel XP.

Resultados y Discusión

En la tabla 1 se analizó la distribución de los ancianos según edad y sexo donde de 120 ancianos encuestados 64 pertenecían al sexo femenino y 56 al masculino; en ambos sexos el grupo etareo que primó fue el de 71 a 80 años donde 37 eran femeninos para un 57,8 % y 38 masculino para un 67,8%.

En nuestra investigación predominó el sexo femenino, esto coincide con la bibliografía revisada que plantea que en nuestro medio hay más ancianas que ancianos desde el punto de vista demográfico. Esto resulta ser una tendencia mundial, ya que los hombres mueren primero que las mujeres de su misma generación. En nuestro país la expectativa de vida se ubica alrededor de los 74 años, para los hombres a los 73 años y para las mujeres de 76 años. (14)

En España, nieto, encuestó a 1110 individuos españoles de más de 65 años, de ellos 658 eran mujeres y 452 eran hombres. Constatamos que se produce en la población un desequilibrio numérico a favor de las mujeres. De hecho en mayores de 85 años hay 39 hombres por cada 100 mujeres, prácticamente dos terceras partes de la población anciana son mujeres. Coincidiendo esto con otros autores. (14)

Al analizar la tabla 2 se constató que el estado civil que prevaleció en ambos sexos fue la unión consensual con un total de 59 ancianos para un 49,1%, donde del sexo femenino fueron 35 para un 54,6% y del masculino 24 para un 42,8 % , el resto de las categorías se comporto de forma similar aunque debemos señalar que por debajo de 50 %; este bajo porciento según criterio de la autora pudiera estar en relación con la edad de los ancianos estudiados y la esperanza de vida alcanzada en nuestro país.

Estos resultados se corresponden con lo esperado por la autora, teniendo en cuenta que en la actualidad es cada vez más marcada la tendencia a mantener relaciones estables pero sin respaldo legal.

Existe un predominio de ancianos sin pareja en nuestra investigación donde 22 son viudos y 20 divorciados, el primero es un acontecimiento presente en esta etapa de la vida del adulto mayor, la viudez, que hace que sean más susceptibles a sufrir maltrato familiar, pudiéndose explicar por sentimientos de soledad, miedo, preocupaciones, frustraciones afectivas, generando inseguridad e insatisfacción.

La tabla 3 evidencia un predominio del nivel primario como nivel educacional representando un 42,1% en las mujeres y un 57,1% de hombres; seguido de la secundaria con un 25% en las féminas y un 21,4 % en los hombres. Esto se corresponde por el período histórico-social en que les tocó vivir (antes del triunfo de la revolución), donde no se tenía en cuenta la educación como actividad social de prioridad para todo el pueblo, que permitiera el desarrollo educacional e integral de sus miembros. (15)

Coinciden los resultados reflejados en esta tabla con los obtenidos por otra autora que realizó un estudio similar en nuestro municipio. (14)

El nivel de escolaridad es uno de los factores que pudiera influir en el funcionamiento familiar. A pesar de los esfuerzos en nuestro país para incorporar al adulto mayor a diferentes proyectos de enseñanza después de su jubilación con el objetivo de enriquecer su cultura, indudablemente el nivel de escolaridad influye en la posibilidad de adquirir conocimientos sobre disímiles temas relacionados con la familia, pero opinamos que cuando se habla de ella, desempeñará un papel primordial.

La tabla 3 muestra la situación laboral en los ancianos estudiados, donde en la mujer predominaron las amas de casa con 35 para un 54,6% y en los hombres los jubilados con 29 para un 51,7 %.

La autora considera que el predominio de mujeres sin vínculo laboral pudiera estar en estrecha relación con el nivel de escolaridad encontrado en la mayoría de las mujeres estudiadas, teniendo en cuenta que en la medida en que se eleva el nivel educacional se elevan también las posibilidades de empleo. Esto también guarda estrecha relación con el vínculo afectivo que tienen con su pareja y con los parámetros sociales establecidos para la época.

Esto no coincide con otras investigaciones revisadas donde predominó el número de jubilados en ambos sexos, 23 mujeres para un 67,6% y 10 hombres para un 58.8%, , aunque no encontramos, que este aspecto fuera motivo de análisis para muchos autores. (14)

Es interés de esta autora señalar el bajo porciento de trabajadores activos (8,3%) ya que en nuestra sociedad el anciano cada día envejece con mayor calidad de vida, haciendo esto posible que continúe integrado laboralmente un mayor tiempo, y que además disfrute de las ventajas que esto le ofrece. El sentirse útil, capaces, y necesitado por otros les da una idea mayor de lo que aun pueden hacer en la familia.

De las manifestaciones de maltrato familiar exploradas, en el maltrato psicológico representado en la tabla 4 encontramos que en el sexo femenino más del 50 % señalo que no tienen posibilidades de conversar con la familia (79,6%) y que no pueden realizar paseos (65,6%); 22 ancianas para un 34,3 % refieren haber sufrido criticas en presencia de extraños y 19 para un 29.6% han sufrido insultos y hostigamiento verbal; lo que demuestra que existe un elevado índice de maltrato hacia la mujer anciana , es de señalar que todas las manifestaciones enunciadas en el cuestionario tuvieron una contestación positiva, reafirmando lo planteado anteriormente.

En el sexo masculino vemos que se comporta de formas similar, de 56 ancianos 40 no tienen posibilidades de pasear para un 71,4%; 39 no conversan con sus familiares para un 69,6% ;18 han sufrido criticas en presencia de extraños para un 32.1%; un 28.5% ha sufrido hostigamiento verbal y un 26.7% han sufrido insultos y amenazas de abandono;

el resto de las manifestaciones se comportan de forma menos evidente pero debemos señalar que sí están presentes.

De los 120 ancianos encuestados 90 manifestaron problemas de comunicación con sus familiares y 82 plantearon que no tienen posibilidades de pasear para un 75 % y un 68.3% respectivamente; entre un 33 y un 17 % manifiestan haber sufrido criticas delante de extraños, hostigamiento verbal, insultos, amenazas de abandono, celos y culpas por la presencia de problemas familiares.

Estos resultados nos demuestran que ha pesar de la atención dada por el sistema de salud al programa del Adulto Mayor aun persisten manifestaciones de maltrato psicológico hacia los ancianos por parte de la familia evidenciando esto un problema en el funcionamiento familiar de esta comunidad.

Nuestro estudio coincide con el realizado por la Lic Rosaura donde encontró que el maltrato psicológico ocupó un eslabón importante pues el 71.4% de la muestra lo manifestó, hicieron alusión a hostigamientos verbales, humillaciones, amenazas de diferente índole, generando en ellos sentimientos de culpas por los problemas familiares. Se evidenció como la familia no respetaba su individualidad, ni sus intereses al no aceptar con agrado sus paseos y distracciones fuera del hogar, por lo que los adultos mayores se ven agobiados al tener que asumir responsabilidades no previstas por ellos, lo que lleva a conflictos familiares.(15)

Los resultados de nuestra investigación coinciden con algunos estudios similares, como por ejemplo: Rodríguez Sosa y Delgado Moreno, quiénes encuentran en estudios realizados que conductas por manifestaciones de maltrato psicológico predominan sobre otras formas de maltrato.

La tabla 5 revela las manifestaciones de maltrato físico a que son sometidos los ancianos por parte de su familia, donde a pesar de no ser significativos los datos esta autora piensa que este tipo de maltrato es burdo y grotesco ya que evidencia una falta de respeto a las personas que nos dieron el ser y que a pesar de la edad se les debe considerar y respetar; este tipo de maltrato no se manifiesta abiertamente por lo que esta autora piensa que se oculta detrás de otras manifestaciones de maltrato.

Se hace evidente que es la mujer la que más sufre este tipo de maltrato ya que dos manifestaron recibir empujones por parte de sus familiares para un 3.1% ; una señalo haber recibido bofetadas y otra jalones de pelo para un 1,5%; del total de ancianos encuestados solo 1 manifestó haber recibido empujones por algún miembro de la familia.

Este resultado coincidió con el realizado por la Lic Rosaura Quintana donde tres ancianos sufrieron maltrato físico para un 14.2%.

Según la bibliografía consultada es la mujer clásicamente víctima de abuso, y como reportan los hechos en mayor porciento que los hombres, siendo en ellas la severidad del daño típicamente mayor.

El maltrato familiar es una problemática social que implica a las instituciones del estado, pero los individuos continúan viendo la violencia doméstica como un asunto privado, no haciendo nunca referencia a este fenómeno por sentimientos de vergüenza al hablar del tema, miedos y sentimientos de culpa, considerando que solo debe este tema ser abordado en el ámbito familiar, pues es una problemática que compete a ellos solamente sin ver las tristes consecuencias que pueden traer consigo. (15)

Es el maltrato sexual una de las manifestaciones de maltrato familiar a las que son sometidas los ancianos, esto se hace evidente al analizar la tabla 5 donde vemos que de 120 encuestado 39 no tiene una habitación privada para un 32,5 % ( de ellos 21 son mujeres para un 32.8% y 18 son hombres para un 32.1%) y 20 refieren que sus familiares no aceptan sus relaciones intimas para un 16.6% donde 13 son féminas y 7 son hombres para un 20.3% y 12.5% respectivamente. Esto evidencia lo que sufren los ancianos al no ser considerados como seres vivos con intereses y decisiones.

Es de destacar que los resultados que obtuvimos coinciden con estudios similares que plantean de forma errónea que los ancianos carecen de interés sexual y por lo tanto no mantienen actividad sexual alguna.

Vivimos en una sociedad filo céntrica, esto es educar a sus miembros en el pensamiento de que todo debe supeditarse a la atención de los hijos. En el anciano se duplica, pues debe ocuparse de hijos y nietos ¨cediendo¨ frecuentemente su espacio para el bienestar de ellos. (16)

En las residencias el sexo es considerado un tabú, llegando a criticarse y a no tenerse en cuenta. Ven al anciano como un inválido desexuado, haciéndole tener sentimientos de culpabilidad por tener deseo sexual logrando así inhibir su expresión sexual. Allí carece de espacio para su disfrute también.

La sexualidad en la tercera edad ha sido negada por mucho tiempo, el propio estereotipo "viejísimo" es en gran parte responsable, según el mismo los "viejos" son personas que padecen enfermedades, que están a punto de morir, que están solos, que han perdido su capacidad sexual. Lo cierto es que estas suposiciones están privadas del más mínimo fundamento científico. No hay ninguna causa para que estas personas en un razonable buen estado de salud general no puedan continuar experimentando deseos sexuales y ejercitar su función genital hasta estadios de edades más avanzadas. (16)

Debemos señalar que dos ancianas sufrieron abuso sexual para una 31.2%; hecho repudiable y que denota el sometimiento de la mujer al hombre.

Un estudio similar reportó que solo un miembro de la muestra estudiada sufrió maltrato sexual para un 4.7% y no se apreciaron casos de abuso sexual. (15).

Relacionado con el maltrato familiar por negligencia (Tabla 6) podemos decir que respecto al sexo femenino 40 se quedaban solas por largos períodos para un 62.5%; 34 para un 53.1% no eran atendidas cuando se enfermaban y 32 de ellas manifestaron que sus familiares no se preocupaban por la ingestión de sus medicamentos para un 50%; el resto de las manifestaciones por negligencia se comportaron por debajo del 50 % pero a pesar de estos valores es algo que a esta autora le preocupa ya que los mismos denotan un gran abandono de las familias hacia los ancianos.

Respecto al sexo masculino vemos que la principal manifestación de maltrato por negligencia se evidenció en el hecho de que los familiares no se preocupan por la alimentación de los mismos (24 ancianos para un 42.8%); ni demuestran interés por acompañarlos al médico cuando enferman (21 para un 37.5%). Consideramos importante señalar que 18 ancianos para un 32.1% refirieron que sus familias no muestran interés por la ingestión de los medicamentos por parte de ellos, ni les proporcionan ayuda para adquirir medios útiles para su salud como son los espejuelos, los aparatos para oír, las dentaduras etc.

En la bibliografía consultada se reconoce que los ancianos son susceptibles de recibir malos tratos familiares, se confirma al igual que en nuestra investigación, que es el maltrato por negligencia uno de los más significativos; también conocida como conductas negligentes, destacándose dentro de esta el sentimiento de soledad que vivencia el anciano a pesar de vivir en familia, pues refieren estar solos por largos períodos de tiempo. Este aspecto es de gran importancia a tener en cuenta por las características de la edad, ya que afectivamente son frecuentes los estados de abandono y soledad, reforzados por la pérdida de contemporáneos y personas significativa para ellos, así como el temor a presenciar la muerte y la conciencia de estar viviendo en el final de su existencia. Además se expresa por parte de la familia poca preocupación para proveerle los espejuelos, la dentadura, las medidas de seguridad e higiene, para restaurar o mantener el bienestar del anciano. (15)

Al igual que en otras investigaciones realizadas en Cuba y en otros países (Estados Unidos, Holanda), se observa en nuestro trabajo que el adulto mayor muestra manifestaciones de maltrato familiar por negligencia.

Los resultados de nuestra investigación coinciden con algunos estudios similares, como por ejemplo: Rodríguez Sosa y Delgado Moreno, quiénes encuentran en estudios realizados que conductas por negligencia predominan sobre otras formas de maltrato.

Al analizar esta tabla 6 observamos que de los 120 ancianos encuestados 7 para un 5.8% manifestaron haber sido victimas de maltrato financiero por pare de sus familiares ya que les robaron su dinero o lo usaron para algo inapropiado de ellos 2 fueron mujeres para un 3.1% y 5 hombres para un 8.9%.

Debemos resaltar que ningún anciano perteneciente a esta muestra manifestó haber sido obligado a firmar un testamento u otro documento que ayudara a sentirse desamparado legalmente.

Es en la senectud donde las manifestaciones de maltrato familiar son más significativas, ya que no se cuenta con las mismas posibilidades físicas y psíquicas, arrastrando consigo un conjunto de situaciones negativas que propician que algunos miembros de la familia sedan ante el pedido o la exigencia de algunos miembros de la familia.

En estudios similares revisados por esta autora se constató que 4 ancianos para un 19% sufrieron maltrato financiero. (15)

La tabla 6 muestra las manifestaciones de maltrato por negación donde se aprecia que de el total de encuestados 77 (64.1%) sufren este tipo de maltrato ya que sobre ellos recae toda la responsabilidad de la casa, de ellos 42 pertenecen al sexo femenino para una 65.6% y 35 al masculino para un 62.5% comportándose de forma similar en ambos sexos.

Constatamos que un elevado porciento de las ancianas son las responsables del cuidados de los nietos (48 para un 75%), no siendo así en los hombres; aunque debemos señalar que en comparación con estudios anteriores sobre el tema en el nuestro se ha evidenciado un ligero aumento en el cuidados de los nietos por parte de los hombres (11 para un 19.6%)

Esta autora desea resaltar que nuestros ancianos no consideran el cuidado de los nietos y el hecho de llevar sobre sus hombros la responsabilidad de las casa como una manifestación de maltrato, pensamos que esto guarda relación con las normas establecidas por nuestra sociedad constituyendo esto el reflejo del evidente desconocimiento o confusión que exhibe gran parte de la población sobre los aspectos inherentes a esta importante temática, íntimamente vinculada a nuestra calidad de vida.

Nuestra investigación nos permitió identificar manifestaciones de maltrato familiar presentes en los ancianos de nuestra comunidad, donde las manifestaciones de maltrato familiar por negligencia y psicológico fueron las más significativas, seguidas del maltrato por negación y financiero; las manifestaciones de maltrato físico se reflejaron en un porciento poco significativo.

Podemos concluir que en nuestro estudio predominó el sexo femenino, el rango de edades comprendidas entre 71 y 80 años, el estado civil acompañado o unión consensual; el nivel educacional de primaria en ambos sexos y las amas de casa en el sexo femenino y en el masculino los jubilados. Se identificaron como las principales manifestaciones de maltrato psicológico la poca comunicación entre los miembros de la familia con los ancianos, las pocas opciones o posibilidades de pasear, el sufrir criticas ante extraños y las manifestaciones evidentes de insultos, hostigamiento verbal y amenazas de abandono.Entre las manifestaciones de maltrato físico señalaron los empujones, bofetadas y pellizcos aunque en muy bajo porciento.Las manifestaciones de maltrato sexual señaladas por los ancianos fueron la no aceptación por parte de la familia de sus relaciones intimas y la falta de habitación privada. Señalaron como las principales manifestaciones de maltrato por negligencia el quedarse solos por largos períodos, la no preocupación por parte de la familia de los medicamentos y alimentos que deben ingerir; así como el cuidado cuando se enferman. También su despreocupación por facilitarle los medios necesarios para mejorar su calidad de vida como espejuelos, dentaduras etc. Se identifican como principales manifestaciones de maltrato financiero el robo de su dinero o el uso inapropiado del mismo y como maltrato por negación el hecho de ser los responsables del cuidado de la casa y de los nietos. las manifestaciones de maltrato familiar por negligencia y psicológico fueron las más significativas, seguidas del maltrato por negación y financiero; las manifestaciones de maltrato físico se reflejaron en un porciento poco significativo.

Bibliografía

  • 1. Álvarez Sintes. "Temas de Medicina General Integral". Vol. 1. La Habana, 2008.

  • 2. Carrasco García, M. Monografía, Envejecimiento Poblacional e individual., Bibliografía Básica Maestría Longevidad Satisfactoria. Curso2. 2006.

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Partes: 1, 2
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