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Economía informal en Venezuela

Enviado por José Aguilar


Partes: 1, 2

    1. Planteamiento del problema
    2. Definiendo informalidad
    3. Propuestas para disminuir la economía informal en venezuela
    4. Conclusión

    INTRODUCCIÓN

    El tema que hoy nos aborda, y que es objeto del presente trabajo, es el análisis de la informatización de la economía; éste es un tema de vieja data y que se encuentra latente en diferentes latitudes, especialmente en países tercermundistas, como es el caso no solo de Venezuela, sino de toda Latinoamérica. En Venezuela existen factores multidisciplinarios que influyen en la creación y/o incremento de la economía informal; tipo de economía por medio del cual un conjunto de sujetos comercializan producto bajo la estela de la ilegalidad; citar dichos factores sería una tarea agotadora, pero es un hecho notorio que el ejecutivo posee en sus manos las herramientas necesarias para disminuir la tasa de desempleo, y por consiguiente, como consecuencia de ello, atenuar el número de vendedores informales que se agrupan en el país.

    En un estudio realizado por la Dirección del Instituto Nacional de Estadísticas (I.N.E.) – antes OCEI – nos revela que la tasa de desempleo en nuestro país se ubica en el 14% y la economía informal se ubica en un 61%; estas cifras son alarmantes en el sentido que si realizamos un ejercicio mental y observamos que nuestro país está compuesto por un gran porcentaje de menores de edad, entonces podemos concluir que la farsa de la economía formal relativamente baja.

    Todos sabemos o para casi nadie es un secreto que el marco jurídico de un país o como señala la cúpula empresarial (Fedecamaras) "Las Reglas Claras" es motivos preponderantes para aumentar o disminuir el flujo de capital extranjero y por ende aumentar o disminuir la tasa de desempleo; pues bien nos encontramos en la actividad con una inestabilidad jurídica y poca independencia de los poderes públicos que impiden de una u otra forma que la inversión extranjera vea con buenos ojos, su inversión en suelos de Bolívar; solo por citar tenemos el proyecto de la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social, propuesto por el ejecutivo y que viene a mermarlas aspiraciones esperanzadas alcanzadas durante el Gobierno Calderita; es un proyecto que pasa del estado supervisor al estado monopolista y que abarca su campo de acción no solo a los trabajadores cotizantes sino a todos los habitantes del país, y en un estado donde el desempleo alcanza el 14 % y la tasa de informalidad el 61%; podemos afirmar que seria una carga casi imposible el llevar por parte del sector de la economía formal para tener una idea de la carga fiscal que esto representa, es bueno recordar que en Venezuela mas del 50% de cómo ya lo diríamos, se encuentra en el sector informal de la economía y por lo tanto no cotizará a la seguridad social. Estos sin contar que la tasa de desempleo podría estar cercana al 20% de la fuerza laboral. Si a esto se suma que buena parte de la población es menor de edad y tampoco cotizará a la seguridad social, parece aconsejable, que el ejecutivo informe como se va a pagar la factura de la seguridad social.

    Otro de los aspectos estudiados de la economía pública, en el presente proyecto es los aspectos influyentes en la informatización de la economía, es el aumento de la pobreza y el bajo índice de estudiantes permanentes en las esferas bajas de la población, ya que al haber un incremento en la pobreza producto de la inflación, el poder adquisitivo de los ciudadanos merma y por consiguiente la persona busca mecanismo para poder subsistir y para ello recurre a los puestos de trabajo, pero como hay en la actualidad una baja oferta laboral y estas personas no posee conocimientos técnicos, ni científicos que la hagan competitiva, pues recurre a una labor poco exigente en ese sentido y que le dará por lo menos respuestas inmediatas a sus problemas, estamos hablando del buhonerismo, parte fundamental de la economía informal. Pero no solo es la falta de conocimiento y el de ser menos competitivos con respecto a los demás; porque encontramos casos en que las personas poseen credenciales a nivel técnico y/o universitario y caen en la misma masa informal, lo cual conlleva a un desmejoramiento de las credenciales.

    Ahora bien, otro de los aspectos que contribuyen a la informatización de la economía es el aspecto fiscal, debido a esta gran masa laboral no se encuentra circunscrita dentro de un plan o sistema que permita llevar un control para obtener información de las operaciones, y así poder mediante un proceso transparente y objetivo implementar políticas fiscales, que sirva para mejorar el espacio donde estas personas laboran y del mismo modo poder realizar aportes al fisco y ayudar a incrementar el tesoro nacional, de esa forma pensamos, que estas personas podrían cotizar al sistema de seguridad social y así existiría mayor liquidez de dinero y mayor equidad, entre todos los habitantes del país que se encuentren en la economía formal o informal; de esta forma el ejecutivo garantizaría una redistribución de las riquezas de una manera equitativa y consecuencialmente mejoraría en gran medida la calidad de vida de los venezolanos; dentro de los factores que pudiesen influir en el crecimiento de la economía.

    Dentro de los factores que pudiesen influir en el crecimiento de la economía informal pareciese contradictorio, pero se encuentra inmerso en el mismo factor fiscal pero no en la aplicación de sus planes y sus normas todo lo contrario en la no aplicación de manera eficiente y eficaz de las normas, del resguardo y control de las mercancías que entran del país de una manera ilegal; estamos hablando del contrabando, factor fundamental en el crecimiento del sector informal, porque permite la inserción de mercancía de manera ilegal y que no son pechadas por el fisco, todo lo cual resulta que el costo de la misma es inferior a la mercancía de la misma naturaleza que si paga sus impuestos, lo cual hace que la competitividad no sea transparente, es por ello que muchas de estas mercancías y productos son colocados dentro de la economía formal, lo cual hace que se incremente la misma; según informaciones del anterior Intendente Nacional de Aduana, José Vielma Mora, este problema de contrabando se ubica en el 52%, pero la meta es del 10%, empezándose a sentir que comparando a las cifras de comienzos de años ha disminuido significativamente, señala Vielma Mora que el rubro mas afectado por el comercio ilegal es el de los cigarrillos y fósforos, dado que el impuesto que este debe cancelar es superior al 50%, no obstante, en los últimos meses ha disminuido 2 puntos y actualmente el comercio ilegal se ubica en el 56%; aunado a este problema podemos decir que muchas son las razones y los factores que inciden en la situación, como es la baja en la inversión privada, la desconfianza, la congelación de los productos, y el aparato económico reducido a su mínima expresión de hecho en 1980 la economía formal en Venezuela alcanzaba el 57.7%, ahora en esta década que recién comienza apenas el 37% de la población esta inmersa dentro de la economía formal, lo que significa una merma del 20% en dicha economía. En otro orden de ideas, podemos señalar las modalidades de la economía informal son variables, pero dentro de las más comunes existe el buhonerismo, que es el que mayor impacto social tiene, ya que no aporta al fisco, y también por el caos que circundan alrededor de ello, y la proliferación de la delincuencia como producto de ese caos; la economía informal esta constituida por trabajadores no registrados que no pagan ningún tipo de impuestos; este incluye los servicios domésticos y pequeños negocios con no más de cinco empleados.

    Para darle termino a esta introducción queremos señalar que el creciente desarrollo de la economía informal en Venezuela, impone un reto y reclama la atención de los lideres encargados de la marcha económica del país, atención que debe materializarse mediante la potenciación del desarrollo de la pequeña y mediana empresa, con el propósito de lograr la estabilización económica venezolana que todos deseamos.

    CAPÍTULO I

    1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    Marcado por incertidumbre y estancamiento, el clima político y económico de Venezuela ha continuado engendrando actividad informal; ya no solo entre los pobres y tradicionalmente desatendidos, sino entre los jóvenes que anualmente se suman al mercado de trabajo y los antes empleados asalariados formales, quienes se han visto forzados a saltar de status socio-económico en un proceso de movilidad social descendente. De acuerdo con la data del Instituto nacional de Estadísticas (INE), para fines de 2003 cerca del 53% de la población económicamente activa se encuentra desarrollando actividades económicas informales.

    La informalidad tiene diversas causas conceptualmente superpuestas y co-determinadas. Hay cierto consenso en torno a que los elevados costos de hacer negocios que desincentivan la iniciativa privada, en paralelo con la recurrente inestabilidad macroeconómica que hace lo propio y genera desempleo, en un entorno en el que la transición demográfica que renueva la fuerza de trabajo se impone, tienen efectos claros en el incremento de la informalidad. Nuevas ideas surgen para dar explicación a este fenómeno, recientemente asociado con las reglas de juego que niegan las oportunidades de inversión privada en los sectores de mayor rentabilidad comparada en nuestra economía.

    Esos elevados niveles de informalidad tienen un efecto devastador sobre el proceso democrático en Venezuela, principalmente debido a que estos emprendedores operan completamente fuera de las esferas de la legalidad, del proceso económico e incluso del político. La informalidad está también indefectiblemente ligada a la pobreza: un trabajador desvinculado del salario efectivo, lo está también de otras condiciones relacionadas con el trabajo formal: seguridad social, acceso al crédito, etc., razón por lo cual es mas vulnerable a los vaivenes de la economía que el trabajador asalariado. Por último informalidad significa la pervivencia de un sistema de reglas que da vida a la sociedad y en medio de las cuales el capital humano, indispensable para el trabajo formal, se deteriora, con importantes implicaciones sobre el potencial de crecimiento económico de una sociedad.

    De los 5 millones de personas que en Venezuela trabajan en actividades de comercio informal, el 30% se dedica al comercio. Los comerciantes ambulantes o buhoneros, son un sub-grupo dentro del comercio informal, y en relación con la economía informal como un todo, son tan solo la punta visible de ese enorme iceberg. Para nuestro contexto más específico, se estima que en el Distrito Metropolitano de Caracas cerca de 50.000 familias se dedican al buhonerismo.

    Al buhonerismo como actividad económica, se asocian serios problemas que son expresión del deterioro social: mala calidad e improductividad del trabajo, delincuencia, niñez abandonada, trabajo infantil y prostitución, etc. Estos problemas afectan de forma compartida tanto a los comerciantes informales como a vecinos, transeúntes peatones, trabajadores de la zona, y comerciantes formales. Sin embargo no solo hay grupos afectados por el crecimiento del buhonerismo. Otras ramas de actividad económica, aguas arriba, reconocen en esta actividad un potencial de negocios importante al significar un descentralizado y eficiente ejército de vendedores. De igual forma delincuentes, mafias, y otros grupos, se benefician de la aparente anarquía que prevalece en las zonas donde prolifera esta actividad. Por último algunos servidores públicos parecieran reconocer en el buhonerismo un importante "caldo de cultivo" para el desarrollo de prácticas clientelares-populistas o para la corrupción.

    Sin embargo, la demanda social a favor de la búsqueda de soluciones a tan dramático problema, pareciera hoy alentar la consecución de una solución compartida que revierta las tendencias negativas y valorice las positivas del fenómeno. Hay un evidente cambio de actitud: desde la negación y el odio a los buhoneros hasta el compromiso para fomentar entre ellos una "solidaridad productiva"; una nueva mirada del empresario de las finanzas o del ramo inmobiliario que descubre que un buhonero paga 350% de interés anual y que, a lo mejor, su negocio podría estar allí; una nueva actitud del político que hoy apuesta a ganar legitimidad trabajando en la búsqueda de soluciones; incluso un nuevo pensarse del buhoneros que desea un trabajo digno.

    En el Centro de Divulgación de Conocimiento Económico CEDICE, organización venezolana dedicada a promover los principios de una economía fundamentada en los principios de libertad y responsabilidad, la libre empresa y la propiedad privada, nos hemos sumado a esta nueva perspectiva. La realidad de nuestro país obliga a un acercamiento con la gente, sus vivencias y problemas: obliga a reconocer que el mercado debe tener un sentido humano.

    La incapacidad de asomar alternativas de soluciones válidas y compartidas entre los actores a quienes afecta esta realidad, deriva en principalmente del desconocimiento generalizado sobre la dinámica socio-económica y política que opera en torno al buhonerismo como fenómeno.

    En la búsqueda de soluciones a los problemas que este fenómeno plantea, privan orientaciones en las que cada sector, de forma poco organizada y actuando a favor de sus intereses, trata de imponer su visión. En paralelo y también como consecuencia de lo anterior, las insuficiencias del liderazgo local para conformarse en oferentes de soluciones y demandantes reales de acciones de política pública, a través de los mecanismos de participación democrática, refuerzan la tendencia a la pervivencia de tales problemas sociales.

    Hay la imperiosa necesidad de quitar el velo que esconde la dinámica de la interacción gobierno – comerciantes informales-comerciantes formales-vecinos, que tal como existe hoy, tiende a reforzar el no predominio de los derechos de propiedad y el ejercicio de la ley. Predominan las relaciones clientelares, el soborno, la subasta por el apoyo político. Una propuesta de políticas públicas tiene que partir de un acercamiento conceptual de los propios actores a la dinámica en la cual están involucrados, que permita dar una alternativa de solución. Para ello es indispensable potenciar el capital humano de los comerciantes informales y reivindicar el papel e importancia del diálogo en la solución de conflictos.

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