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Incremento de la obesidad infantil en las sociedades desarrolladas y en vías de desarrollo (página 2)

Enviado por David Castelló


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Factores Socioeconómicos y Culturales

Después del gran interés puesto por los organismos de la comunidad internacional y científica sobre el tema de la obesidad para su erradicación, se ha concluido con unos resultados nada satisfactorios. A un nivel individualizado se han conseguido resultados favorables en reducción de peso, pero con una corta durabilidad debido al pronto olvido de la obligaciones que atañe una buena conducta alimentaria, volviendo el enfermo a sus antiguos hábitos recuperando su anterior peso.

Esta situación nos plantea una pregunta ¿Por qué no se logra detener o disminuir el incremento de la obesidad en adultos e infantil a nivel mundial?

La respuesta está en que hay que ver la obesidad desde otra perspectiva que no sea la médica, hay que entenderla como una expresión de un gran problema social. S el crecimiento de la obesidad viene sucediendo en un corto periodo de tiempo, no puede ser atribuido a solamente factores genéticos, si no que está constatado que los factores principales son los socioeconómicos y culturales.

Los rápidos cambios en las estructuras de las naciones desarrolladas y en vías de desarrollo en las últimas décadas, nos facilitan ver los factores socioeconómicos y culturales del incremento de la obesidad infantil a nivel mundial.

Se pueden constatar que uno de los cambios que más tarde derivaron a dislumbrar dichos factores, fue la revolución tecnológica en la agricultura en países industrializados en el siglo XIX. La mejora genética de vegetales, junto con la innovadora mecanización en los cultivos y el uso de productos potenciadores y protectores para éstos, dieron lugar a un aumento en la producción agrícola en pocos años. Dando la posibilidad de una gran mayor producción alimentaria, mejorando así una mejor alimentación para la población. Esta práctica se fué extendiendo a otras zonas del mundo en vías de desarrollo, pero de una forma poco equitativa, favoreciéndose siempre aquellos sectores con mayor poder adquisitivo.

Desde hace cuatro décadas el mundo está experimentando un cambio financiero importante, debido a una fuerte actividad comercial de las grandes empresas transnacionales, lo que ha llevado a consolidar en la actualidad lo que todos conocemos como globalización.

Miles de empresas transnacionales y sus filiales ejercen en todo el mundo e imponiéndose en todos los países a nivel capital, tecnológico, servicios, etc. Impulsando un estilo de vida de consumo idéntico en todo el planeta.

Debido a esta reestructuración económica, los países en vías de desarrollo también se han adaptado a este cambio para participar en la competitividad comercial y productiva e ingresaren los mercados globales.

El gran endeudamiento externo de estos países, propiciado por este cambio económico, a derivado en un recorte de gasto en políticas de educación y salud. Fijándose una serie de efectos como el estancamiento de la agricultura autóctona, dependencia de alimento externo, integración total de la mujer en el mundo laboral, estilos de vida semejantes y adopción de sistemas alimentarios.

En la mayoría de países en vías de desarrollo, se ha experimentado un gran flujo migratorio del campo hacia las ciudades, lo que ha supuesto cambios drásticos en lo que a dieta se refiere y a una merma en la actividad física. Estos cambios no solo han influido en la persona adulta, si no que la repercusión a afectado directamente en edades infantiles, constituyéndose un índice de masa corporal mayor en las zonas urbanas que en la rurales.

Las largas distancias entre el domicilio y la zona de trabajo junto con el poco tiempo que se dispone para llevar a cabo las comidas diarias, a obligado a que se consuman alimentos fuera del hogar y que además estos alimentos sean de preparación rápida, lo que conlleva a que esta alimentación sea de bajo nivel nutricional, rico en grasa saturadas y azúcares simples. De la misma manera, este estilo de vida dificultad la actividad física por las mismas razones de falta de tiempo o por la facilidad de utilizar transporte para cualquier distancia o por los peligros e inseguridad que ofrece el vivir en grandes ciudades, hace que el sedentarismo se instaure en el hogar desbancando cualquier actividad individual o colectiva que hiciese propiciar una actividad física necesaria.

Antes hemos mencionado uno de los fenómenos del cambio económico, la incorporación de la mujer en el mundo laboral, que en los países en vías de desarrollo supone largas jornadas. La mujer disponiendo de menor tiempo para realizar tareas en el hogar y menos ganas debido a muchas horas laborales ha supuesto que se adapte cambiando la preparación de alimentos. Al tener más independencia económica, la mujer ha sabido adaptarse para hacer una gestión de su hogar más fácil utilizando métodos que le permitan ahorro de tiempo, comprando utensilios que permitan facilitar el trabajo en el hogar y alimentación preparada que redundará en la mala alimentación de sus hijos.

La nueva forma de alimentarse o sistema alimentario se basa en la utilización de determinados alimentos bastante procesados en cualquier periodo del año y con presentaciones atrayentes para el consumidor.

Este fenómeno ha contribuido a que haya una buena disponibilidad de alimentos al alcance de todos, pero no ha resuelto la desnutrición en los países pobres, mermando a la vez la calidad nutricional en los países desarrollados.

Esto ha generado que en los países en vías de desarrollo se haya casi abandonado la producción de alimentos no procesados debido al cambio económico que ya hemos mencionado anteriormente, obligando a estos países a subsistir bajo una dependencia alimentaria externa.

La industria alimentaria transnacional ha impulsado una oferta que ya no se trata de alimentarse para vivir, si no de comer para hallar placer. Mencionaremos las empresas de comida rápida que se pueden encontrar en todo el mundo y que nos apartan de los hábitos de consumo de comida sana. Así como los supermercados que han sido la puerta de entrada al mundo de lo procesado y gustoso para nuestro paladar.

Toda la comodidad que nos presenta los avances tecnológicos, Internet, la televisión, ha contribuido a un menor gasto calórico tanto en la actividad laboral como en la individual haciendo que entremos en una espiral de sedentarismo y consumo de alimentos altamente energéticos, promoviendo la obesidad en adultos y en menores.

Culturalmente se ha generalizado que los niños en sus ratos de ocio no desarrollan actividad física alguna, sustituyéndola por actividades sedentarias productos de la modernización, como ver la televisión, usar Internet y jugar a videojuegos. Propiciando una obesidad peligrosa para su salud, pero que contrasta con la idea de asociar, todavía en muchos lugares, la gordura con salud y prosperidad.

CONSECUENCIAS DE LA OBESIDAD INFANTIL

Es bien sabido que la obesidad infantil acarrea unas consecuencias de índole biológica y sociocultural.

En el aspecto biológico, el hecho de estar obeso puede llevar a tener hipertensión, niveles más altos de lo normal de colesterol (LDL) e insulina, problemas respiratorios, dificultad de movilidad y sobretodo problemas ortopédicos, los cuales se irán agravando a medida que el niño se haga mayor si la obesidad continúa presente. Por lo general, estos problemas biológicos serán de mayor riesgo para aquellas personas que fueron obesas desde una edad infantil relativamente corta y de menor riesgo si la edad en que empezaron a serlo era más tardía.

En el aspecto sociocultural las consecuencias también son graves y éstas serán trascendentales en la actitud del obeso frente a la vida.

A medida que el niño obeso se vaya haciendo mayor las consecuencias sociales se irán acentuando caza vez más. El niño-adolescente, al saber cuales son los patrones de imagen que rigen en la sociedad y ver que no corresponden con la propia imagen, se inicia un proceso de autodegradación de la imagen personal que es el causante de una bajada en la autoestima. La baja autoestima será crucial y condicionará las posibilidades de éxito que pueda tener esta persona en todos los aspectos de la vida. Además, también habrá un importante rechazo social, que provocará una introvisión del obeso u obesa y que puede tener consecuencias muy graves como transtornos personales de conducta o el mismo suicidio.

TRATAMIENTO

Para corregir la obesidad y gozar de buena salud se ha de seguir un tratamiento dado así como tener una fuerte voluntad. De esta manera, y considerando todos los aspectos, habrá una mejoría en el nivel de vida de la persona tratada.

La base del tratamiento es más limitada en la edad infantil que en la adulta ya que los mayores son tratados, además, con fármacos. En los niños obesos el tratamiento se basa en dos aspectos: La dieta y el ejercicio (mucho mejor si éstos están acompañados de apoyo psicológico, mejorando así el autoestima del menor).

Si el resultado es fructífero, la dieta y el ejercicio serán los causantes de establecer un cambio a mejor en los estilos de vida del "ex-obeso", esto es, un cambio en los patrones alimentarios de éste y la imposición de unos hábitos correctos de alimentación y actividad física.

CONCLUSIÓN

En esta conclusión se va a tratar de mostrar sencilla y explícitamente las raíces del problema de la obesidad infantil.

La obesidad infantil viene dada por la suma de varios factores desarrollados en el cuerpo del trabajo y creemos que el factor más determinante es el socio-económico i cultural, el cual explica una mala conducta alimentaria impuesta por los padres además de un fuerte sedentarismo.

¿Cuál es el por qué de estos malos hábitos? Pues bien, el nuevo estilo de vida surgido por la reestructuración económica y modernización tecnológica de hace pocas décadas ha conllevado a tener menos tiempo para dar una alimentación de calidad y en su lugar ofrecer comidas preparadas e industrializadas. La gran influencia de las nuevas tecnologías como Internet, videojuegos y televisión han hecho apartar a los niños de cualquier actividad física (la cual comportaría gasto calórico y contribuiría a mejorar su salud), tanto individual como colectiva, y fomentar el sedentarismo entre estos, agravando aún más el riesgo padecer obesidad.

Así pues, este problema parece que se va acentuando cada vez más y tememos que lo continúe haciendo si no se cambia de forma radical el estilo de vida alimentario que afecta a una buena parte de los niños de este mundo.

 

 

 

Autor:

David Castelló

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