La extensión universitaria como vínculo de la Universidad con la Comunidad
Enviado por Yunier Bauta Olamendis
Resumen
La relación Universidad–Sociedad, forma parte de la misión social de la alta institución, encaminada a preservar los valores contenidos en la sociedad en todos los sentidos de la vida económica, social, política, cultural y medioambiental. En el caso de Cuba, los documentos del MES definen dicha relación como: "La formación de los cuadros profesionales que requiere la sociedad al más alto nivel de la docencia, la investigación científica, la educación postgraduada, la difusión de la cultura y la extensión de los servicios a todo el pueblo".
Aquí aparecen resumidos elementos en los cuales se expresa lo esencial de la universidad, al reafirmarse su papel rector en el desarrollo de la comunidad. En este empeño, en los documentos normativos y metodológicos de las Universidades se plantean acciones para dar salida a cada uno de los componentes: la formación, la investigativa, y la extensión. En general, se han obtenido resultados halagüeños en cuanto a formación e investigación, pero en el último proceso sustantivo se deben potenciar aquellas relacionadas con la comunidad inter y extrauniversitaria para consolidar esta histórica misión. El empleo consciente de los elementos de la extensión universitaria, constituye una vía efectiva para el logro de este propósito.
Palabras claves. Universidad, extensión universitaria y comunidad.
Desarrollo
En cualquier nación del mundo la Universidad, como institución cultural de la sociedad, tiene una marcada responsabilidad con la sociedad, en aras del desarrollo y se materializa en el mejoramiento de vida del pueblo.
El cumplimiento del encargo social de la Universidad no corresponde a una de sus funciones específicas, ya que su satisfacción se concreta en la preservación, desarrollo y promoción de los valores, que en su interrelación dialéctica son expresión de la integración formación-investigación-extensión. Es precisamente este papel social de la universidad uno de los temas más debatidos en el mundo universitario contemporáneo, sobre ellos se han expresado en los últimos años filósofos, educadores, políticos, psicólogos, sociólogos y académicos. Y ello no es casual, teniendo en cuenta la importancia de la relación universidad-sociedad para el desarrollo armónico e integral a que aspira cualquier nación.
La Reforma de Córdoba (1918), después de más de 70 años cumplió su función y sus ideas institucionales continúan influyendo en la Educación Superior del Continente. Sin embargo, la rápida evolución y los cambios escenificados en el campo de los conocimientos con el desarrollo acelerado de la docencia y la tecnología, ponen ante cada institución universitaria un nuevo reto.
Según Zabala (209), "La universidad tiene un compromiso con la sociedad, pues ella está colocada en una situación particularmente significativa en cuanto a la posibilidad de transformar, a través de la creación y recreación del conocimiento científico y su derivación tecnológica, la vida nacional en todos sus aspectos."
Lo anterior plantea a las universidades la necesidad de ser agentes de cambio capaces de generar los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para la solución de problemas y la toma de decisiones en el sistema tecnológico y sociocultural del país, con el empleo de proyectos que faciliten la dialéctica universidad-comunidad y respondan a las necesidades de los sujetos para potenciar el desarrollo comunitario a partir del componente extensionista.
La extensión, como proceso de interacción humana, redimensiona su consideración como resultado de la actividad y la comunicación. Es actividad, en tanto tiene como objetivo la transformación consciente del medio; quiere esto decir que no solo pretende la participación en la transformación de los procesos en que interviene la universidad, y de la universidad en sí misma, sino también contribuir a la transformación de la sociedad.
Por otro lado, es comunicación en tanto se desarrolla mediante la interacción social de símbolos y sistemas de mensajes que se producen en el binomio Universidad-Comunidad. Esto permite el intercambio de información que hace consciente el proceso. Al asumir que la extensión se produce mediante la actividad y la comunicación se le ratifica como proceso de interacción social.
En la proyección de la extensión hay que tener presente que no se trata sólo de desarrollar a la población extrauniversitaria, sino también a la comunidad intra universitaria, que tiene como tal sus propias necesidades. Tanto la extensión intra como extrauniversitaria debe desarrollarse a la vez, aunque la primera ha de consolidarse para potenciar el desarrollo pleno de la segunda.
Estas características y valoraciones permitieron a Aburto (1994), Ramón y otros definir la Extensión Universitaria como: sistema de interacciones de la Universidad y la Sociedad, mediante la actividad y la comunicación, que se realizan dentro y fuera del centro de educación superior, con el propósito de promover la cultura en la comunidad universitaria y extrauniversitaria, para contribuir a su desarrollo cultural.
En esta idea se manifiesta la relación dialéctica entre la Universidad y la Comunidad en la elevación del nivel de la sociedad en general mediante la función extensionista.
Sin embargo, existe la tendencia a analizar la actividad extensionista sólo en una dirección: la universidad como depositaria del saber y la cultura, y la comunidad como simple destinatario y no como un proceso de interacción y creación de la universidad con la sociedad para contribuir a su transformación y perfeccionamiento.
No obstante, en algunos países se llevaron a cabo experiencias valiosas que marcaron pautas en la historia del desarrollo de la extensión, pero muchas de estas ideas fueron frustradas por las intervenciones y las dictaduras militares, que limitaron o anularon la acción de la universidad en su vínculo con la sociedad.
En 1972 la II Conferencia Latinoamericana de Difusión Cultural y Extensión Universitaria convocada por la UDUAL analizó la situación de la sociedad y la actitud de la universidad respecto a ella, ofreciéndose alternativas a esa relación y a la extensión universitaria como función rectora entre ambas; aquí se reflejaron posiciones diversas, desde las más tradicionales hasta las más integracionistas.
Estas ideas determinaron un profundo cambio en la concepción, contenido y propósito de los programas extensionistas en la mayoría de las universidades latinoamericanas, con acciones proyectadas a lograr un concepto más amplio de la cultura, un mayor esclarecimiento de su función social y de la extensión como parte de ella.
Lo que ha originado en los últimos años una línea directa de desarrollo en las universidades del área, con las particularidades propias que caracterizan a cada país o región con mayores resultados en más lugares que otros, determinado por la situación política, económica y social de cada nación, aunque en general esas acciones no han ido mucho más allá de lo artístico y especulativo.
Tomando como referencia algunos paradigmas, se puede ejemplificar con el caso de México, en el cual la mayor parte de las universidades de carácter público han sido constituidas a partir de una ley orgánica aprobada por gobiernos locales, estableciendo entre sus funciones prioritarias y de extender los servicios a todo el pueblo. Sin embargo, la manera en que se cumple con esta función difiere en su organización interna a la sistematización de sus procedimientos y, principalmente, la claridad en las políticas culturales que establecen las autoridades universitarias.
Esto se traduce en que la efectividad del papel de las universidades mexicanas en la difusión y la extensión de los servicios depende circunstancialmente de la estructura organizativa, sus líneas de acciones, sus metas, las regularidades y madurez en sus programas, los objetivos y presupuestos, los recursos humanos involucrados.
Por medio de la extensión, las universidades latinoamericanas abren puertas y ventanas al exterior, se abren a la realidad, de las que han de ser expresión, y en cuya transformación han de colaborar mediante la promoción y la difusión.
Desde este punto de vista, se analiza las palabras de Leopoldo de Zea, citado por Aburto (1994) "….. la extensión universitaria, más que una tarea de difusión de los valores deberá ser también de infusión, esto es, de asimilación de los valores propios de la realidad de que es parte. Canal de ida y vuelta. De asimilación o infusión dentro de la conciencia como actitud crítica y de difusión de las expresiones de esa asimilación hacia su origen." En estas ideas quedan implícitas las acciones extensionista.
En los paradigmas actuales de la universidad, la extensión ocupa un lugar diferente; se considera como una función totalizadora, presente en cada uno de los procesos y eslabones estructurales de la educación en la proyección social de la universidad, por lo que debe enriquecer y perfeccionar los mecanismos de interacción y transformación de las comunidades.
Esto se atiene al cumplimiento de las leyes que rigen los procesos universitarios, docencia e investigación, asociados ambos a la función social de la universidad y respectivamente con la preservación y el desarrollo de la comunidad, en la unidad dialéctica profesión-creación, producción y creación; con ello se determinan las dimensiones de la extensión, intra y extrauniversitaria.
Por lo anterior, se hace necesario reconocer que cuando la universidad mediante el proceso docente de pregrado o postgrado promueve y difunde la cultura medioambiental, técnica, científica, artística, deportiva, etc.; cuando el proceso investigativo posibilita la acción con la comunidad, eso es extensión universitaria.
De igual forma, en el Reglamento de Extensión Universitaria de la Universidad Pedagógica Experimental Liberadora de Venezuela se plantea: "La naturaleza y propósitos de la extensión, como función esencial de la universidad, que tienen como objetivo lograr la interacción creadora y crítica de la institución con la comunidad. Por medio de la extensión la universidad hace partícipe a la comunidad de su acervo humano y científico. Y se desarrolla mediante dos programas: el académico y el sociocultural". Este propósito se fundamenta en el artículo 5 de dicho documento en el cual se expresa textualmente: "Es propósito de la Extensión en el programa sociocultural, promover y difundir manifestaciones culturales y fomentar la participación de la comunidad en actividades deportivas, recreativas y de desarrollo comunal."
Aunque la mayoría de los autores coinciden en la necesidad de proyectar la Extensión Universitaria hacia la comunidad, los que han abordado este tema lo hacen en término de política o programa o de conjunto de acciones aisladas sin una visión del futuro.
Un resumen de la actualidad latinoamericana muestra que mediante la extensión las instituciones universitarias muestran su rostro a la Comunidad y toman contacto con el mundo social, pero generalmente su instrumentación se disuelve en declaraciones retóricas.
En la II Conferencia Latinoamericana de Extensión Universitaria y Difusión Cultural, celebrada en México en 1972, se replantearon algunos aspectos entre ellos: el carácter asistencialista de la extensión y la falta de participación de la sociedad en las decisiones que le concierne y se propone.
El Rector de la Universidad Nacional de Colombia, en su intervención especial en el II Encuentro Nacional de Extensión Universitaria celebrado en ese país en 1994 refiere: "… Es mi impresión que la extensión, sigue siendo todavía un fenómeno más o menos extraordinario que se sabe que debe atenderse, que se sabe que es importante, pero al que todavía no se le han diseñado estructuras y mecanismos para estructurarlo y dirigirlo."
En Cuba, con el triunfo de la Revolución, la misión social de la universidad ha estado verdaderamente comprometida con sus principios y destino. La universalización de la enseñanza en Cuba permitió el acceso a la cultura a todo el pueblo y creó nuevas exigencias. Se configura desde ese momento la llamada misión social de la universidad que en esencia pretende vincularla con la población y con la vida del país en general.
En 1961 en "Palabras a los intelectuales" Fidel Castro expresó: "Uno de los propósitos fundamentales de la revolución, es desarrollar el arte y la cultura, precisamente para que el arte y la cultura lleguen a ser un real patrimonio del pueblo. Al igual que nosotros hemos querido para el pueblo una vida mejor en el orden material, queremos para el pueblo también una vida mejor en todos los ordenes espirituales; una vida mejor en la vida espiritual".
Pero no es posible realizar esta tarea, ni mucho menos alcanzar las altas aspiraciones trazadas en los Congresos del Partido, si no se implica a todo el sistema de organizaciones, instituciones y organismos en este proceso en las comunidades. En particular, las universidades constituyen un elemento importante en este proceso por el potencial técnico y metodológico con que cuentan. Es conocido que las universidades están compuestas por una masa de estudiantes y profesores con alto nivel cultural, por lo que pueden aplicar técnicas y emplear métodos formativos, educativos y políticos en el trabajo con las comunidades.
Por otra parte, para Alegret (1993), "Las universidades cubanas tienen una responsabilidad política, académica, científica, cultural y productiva no impuesta, sino ganada, no ajena a la vida del país, sino en su centro."
Por lo expuesto, no cabe duda de que la universidad cubana tiene el deber ineludible de participar de manera concreta, científica y con un espíritu eminentemente revolucionario en la solución de los problemas a que se enfrenta la nación, a fin de contribuir a que este pueblo realice su sueño de construir la sociedad.
A partir de la segunda mitad de la década de los 60, las universidades cubanas intensificaron y ampliaron sus vínculos con entidades de la producción y de carácter científico, lo cual determinó un cambio sustantivo en la vida universitaria y en sus relaciones con la sociedad en su conjunto. Todo ello posibilitó que la universidad le garantizara a la sociedad el rescate de valores y principios necesarios para fortalecer la identidad cultural del país.
La misión de la universidad en Cuba trasciende la preparación del profesional para penetrar en la formación del hombre como sujeto social, como actor de los cambios, socioculturales, medioambientales, económicos y de todo tipo.
Según Torres (1995), "Una educación superior actuante y con capacidad en la cultura, el mundo productivo, en la política y en la formación de indicadores conlleva a la elevación de los niveles de excelencia y calidad en las funciones fundamentales de la Universidad (Docencia, investigación y extensión). Esto exige en consecuencia una mayor vinculación de la interacción universidad-sociedad y viceversa." Esto significa que se está necesitando de nuevos paradigmas o modelos que logren integrar, por un lado, el desarrollo y, por otro, armonizar a la docencia, la investigación y la extensión, de tal manera que aseguren la incorporación de la función social de la universidad de una manera más articulada.
En los últimos años la universidad cubana se ha caracterizado por una búsqueda constante del perfeccionamiento del trabajo universitario hacia la comunidad, lo cual se ha manifestado en el desarrollo de programas de estudios académicos, científicos, investigativos, técnicos, culturales, artísticos, turísticos, medioambientales que han posibilitado obtener una visión más amplia para ejecutar acciones que contribuyan a la elevación de la cultura general de la sociedad.
Como premisa necesaria, la Universidad tiene en cuenta a la hora de proyectar estas acciones la búsqueda de la unidad científica, la creatividad y preservación de los valores estéticos en el hombre, no solo satisfacer demandas sociales, sino promoverlas e incidir activamente sobre el desarrollo de los procesos que se realizan en la sociedad en su conjunto.
La elevada organización de la sociedad cubana y su expresión en el ámbito comunitario, así como la responsabilidad del estado en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, brindan un contexto peculiar para la proyección universitaria en la comunidad. De esta forma se encamina a la actualización del funcionamiento integral de la sociedad mediante la introducción de conocimientos, tecnologías, instrumentos, proyectos y programas.
La extensión universitaria se ha convertido en una de las direcciones principales de la labor que se realiza en los Centros de Enseñanza Superior. Unido a lo anterior se ha comenzado a considerar, por un número cada vez mayor de especialistas, su contenido a partir de una acepción amplia para el desarrollo local.
Sin embargo, los cambios que se han experimentado en el contenido y las formas de realización de la extensión universitaria no siempre han estado acompañados de una delimitación precisa del conjunto de acciones y estructuras orgánicas para orientar esta compleja y multilateral labor extensionista.
La universidad cubana, por medio de la extensión, debe garantizarle a nuestra sociedad el rescate de valores y principios necesarios para fortalecer su entorno; debe aportar el conocimiento de cómo insertarse con un sector o grupo social para que, respetuosamente interactuando, se construya un conocimiento de una realidad y se traten de encontrar soluciones o alternativas de solución o de cambio, a un problema, a un grupo, a la sociedad como un todo.
En 1986, como resultado de la I Jornada Científica del trabajo Cultural de la Educación Superior, se reafirmó el papel de primer orden de las universidades en la promoción y extensión y como consecuencia de ello los antiguos Departamentos de Actividades Culturales se convierten en Departamentos de Extensión Universitaria; con estas acciones no se modificaron los esquemas anteriores. De los análisis posteriores de ambas problemáticas fueron aprobados por el Consejo de Dirección del MES en 1988 el "Programa de Desarrollo de la Extensión Universitaria y, en 1990 el "Programa para el Desarrollo Cultural Integral de los estudiantes Universitarios". Ambos programas tienen como fin lograr la integración de los diferentes componentes por las vías curricular y extracurricular; en esta última se enfatiza en el papel de la promoción en el desarrollo cultural, que se sustentan en las vías del componente extensionista.
En el curso1992-1993 comienza a ampliarse la concepción de la extensión universitaria, según Vecino (1993), "La Extensión Universitaria debe pasar a ocupar el rango de vertiente principal de trabajo de nuestro organismo, por la potencialidad existente en nuestro centro para llevarla a cabo y por la influencia que puede tener en la vida de un territorio y en toda la nación".
Es evidente que el componente extensionista al redimensionarse asume la necesidad de instrumentar acciones que potencien el desarrollo sociocultural y medioambiental de las comunidades y permita que cualquier método de intervención empleado tenga como eje fundamental la dialéctica reflexión-acción de la propia comunidad.
Teniendo en cuenta estos análisis, la extensión universitaria tienen en nuestro país la misión de promover y difundir el desarrollo en la sociedad, mediante la influencia e interacción creadora de la universidad con la vida social del país: aquí se explícita que la misión de la extensión desempeña un papel decisivo en la proyección social de la universidad, en general, y en particular en el proceso de desarrollo de la comunidad.
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Autor:
Yunier Bauta Olamendi[1]
Abelardo Álvarez Ávila.
[1] Profesor asistente Filial Universitaria Municipal Gibara. Holguín. Cuba.