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La biología secuestrada. Comentario al artículo de Máximo Sandín titulado "En busca de la biología. Reflexiones sobre la evolución". (página 2)

Enviado por Emilio Cervantes


Partes: 1, 2

 

Este capítulo destaca el miedo como clave en la relación de las sociedades avanzadas con la naturaleza y recuerda a la opinión de un filósofo moderno, el profesor Agustín García Calvo, quien en sus prolegómenos a la obra De Rerum Natura de Lucrecio, título que el traduce como De la Realidad, dice:

¿Tendré que seguir contándote los casos en que la Física de Epicuro es espejo , aunque sea un poco caricaturesco, de toda Física, y cómo es que, a pesar de ello, y en parte por lo mismo, los versos de Lucrecio que cantan esa Física me han sido tan fascinantes y conmovedores como para hacerme dedicarles tantas atenciones y desvelos? No pienso que haga falta. Al fin y al cabo, todo el intento y el sentido de esa Física y esos versos es librarnos del miedo de la muerte, único verdadero mal (el miedo, no la muerte, salvo si son lo mismo), del que todas las Religiones, y todos los crímenes y penas y miserias, de los hombres se alimentan; y que el procedimiento para librarnos del miedo de la muerte consista, al revés de todas las religiones, creencias y demás venta de ilusiones, en el reconocimiento total y despiadado de la propia muerte, en una proclamación científica, indudable, de nuestra mortalidad en cuerpo y alma, destinados a una total desintegración en átomos y vacío, sin residuo alguno de uno mismo ni de duda, es algo que hace al procedimiento veraz y emocionante hasta lo más hondo.

Efectivamente, según ambos autores, García Calvo y Sandín, la relación con la Naturaleza en nuestras sociedades auto-denominadas "avanzadas", "evolucionadas" o "desarrolladas", está caracterizada por ese elemento común, del que no podemos deshacernos mientras impone sus normas llenando de torpeza nuestra actividad y nos convierte en sus esclavos: hablamos del miedo. Lo que ha avanzado realmente en las "sociedades avanzadas" , lo que en ellas se ha desarrollado ha sido este miedo. La "permanente campaña contra la Naturaleza dirigida hoy por biólogos" de la que advierte Sandín, puede que no sea nueva (aunque sí ciertamente ha crecido recientemente de modo ya preocupante), puesto que, según Garcia Calvo es la nuestra con la Naturaleza una relación de violencia desde el origen:

La Ciencia de la Realidad por excelencia se sigue en nosotros llamando Física; además, al tener en latín que añadir rerum, ya se introduce el término res (sobre el que pienso volver un poco más abajo), que al fin y al cabo es el germen del moderno "realidad"; y, en fin, cualquier cosa mejor que el anacronismo dieciochesco "naturaleza", que tanto daño ha venido haciendo estos dos siglos; porque la Naturaleza, desde luego, sí que no sabían los antiguos lo que era: sólo empieza a ser cuando se la mata.

 

Es pues, el miedo, elemento permanente en nuestra relación con la Naturaleza y esta relación, de violencia desconocida, inconfesada y oculta ya por siglos la que genera la realidad indudable que da título al segundo capítulo del artículo de Sandín:

La gran confusión

 

Se lee en este capítulo:

 

la Biología se encuentra en un estado de inconsistencia, se podría decir más, de absoluta ausencia de base teórica. Una situación que puede resultar peligrosa si tenemos en cuenta los procesos naturales que se manipulan para conseguir los objetivos antes mencionados. Porque la ausencia de un modelo teórico que proporcione sentido a estas manipulaciones viene siendo denunciada desde hace tiempo, de una forma esporádica y, al parecer, sin la menor repercusión, desde las mismas revistas que mantienen en sus páginas esta confusión.

 

Y a continuación, se exponen unos cuantos ejemplos muy "reales" y dignos de lectura para acabar en la conclusión:

 

La Biología hoy, está donde estaba la Física a principios del siglo veinte, observa José Onuchic, codirector del nuevo Centro de Física Biológica Teórica de la Universidad de California, San Diego. "Se enfrenta a una gran cantidad de hechos que necesitan una explicación" (Knigth, J., 2002).

 

O en otra más puntual y no menos interesante, cuyo desarrollo daría lugar a un voluminoso tratado de Mitología, o de fantasmas de la biología moderna:

 

En definitiva, y como una conclusión adicional que puede resultar simplificada, pero sobre la que tal vez merezca la pena pensar, el concepto de "unidad de información genética" no tiene una existencia real.

 

Y es que hay ya tantas cosas que no tienen una existencia real que ha dejado de tener importancia lo que sea la tal realidad. Quizás para esto podríamos acudir en otra ocasión a García Calvo, quién nos diría que la existencia real o no real no debe preocuparnos. Lo que es más preocupante es la indecisión, la falta absoluta de consenso. Apuntando a una de las claves de esta situación desconcertante, Sandín escribe:

 

Lo que se observa (con inquietud) es una absoluta discordancia entre los resultados reales, es decir verificables experimentalmente, de la llamada investigación "básica", o lo que es lo mismo, investigación científica, y los planteamientos necesarios para que sean posibles los objetivos de la llamada investigación "aplicada", es decir, la enfocada a fines comerciales. Sin embargo, la persistencia en seguir por un camino, cuyo final en un callejón sin salida está marcado de antemano, ha de tener una explicación. Y la única posible es la que nos sugiere la existencia en las revistas citadas de un apartado cuyos encabezamientos habrían resultado absurdos cuando la actividad de los científicos se concebía como una búsqueda del conocimiento: Negocios (Science), Una mirada al Mercado (Nature).

 

Para aclarar este párrafo, o, si se quiere, dotarlo de una realidad más real y condensada, me permitiría yo expresarlo de este otro modo: Aunque la biología nos demuestra en cada momento que no sabemos lo que estamos haciendo; nosotros, sea aquello lo que sea, hemos decidido buscarle una rentabilidad. Porque esa es hoy la única realidad real y consensuada, la de la rentabilidad.

 

Y es que, es bien posible, que el modelo teórico esté ausente por la mencionada incapacidad de reconocer la verdadera esencia de nuestra relación con la Naturaleza: la ya mencionada relación de violencia, que se pone de nuevo de manifiesto cuando queremos rentabilizar procesos que desconocemos.

El miedo ha generado confusión porque ha faltado valor; y, en ciencia, el valor toma la forma del rigor científico. Todo esto nos lleva al capítulo clave en el artículo cuyo título es clave para entenderlo todo ¿Cómo no?:

 

La biología y el mercado

 

Aquí Sandín demuestra una vez más una acertada opinión fruto de años cultivando un punto de vista crítico e independiente, virtud que hoy escasea; y por eso su lectura es fundamental. A modo de resumen, se indica que el origen de la economía moderna (Adam Smith) está en la explotación (violencia; lo que García Calvo llama matar a la Naturaleza) y si consideramos a Darwin en el origen de la biología, entonces hemos de reconocer que también ésta se basa en la misma explotación (violencia o muerte).

 

Concluye así este capítulo equiparando la teoría económica con la biológica:

 

En definitiva, podríamos sumarizar las estrechas relaciones entre ambas "teorías" y los motivos de su implantación, recurriendo a pensadores muy cualificados que, al parecer, lo han visto con claridad: La obra de Darwin es, en palabras de Bertrand Russell (1935): una extensión al mundo animal y vegetal de la economía de Laissez faire. Y para el filósofo de la ciencia R.M. Young (1973) Lejos de ser un mecanismo en favor del cambio, era una defensa del status quo, tanto en la naturaleza como en las sociedades ¿Será, pues, este carácter de justificación "científica" de la situación el que está detrás de su condición de "teorías" inamovibles?

 

Evidentemente, aunque el artículo se titule "En busca de la biología", la búsqueda se ha acabado en su tercer capítulo. La biología se encuentra secuestrada en manos de la economía y desde su secuestro pide ayuda, reclama cambios muy profundos. Se propondrán después, antes veamos los detalles de un secuestro que puede ser simultáneo con la fundación de la biología…

¿Cómo se fabrica una teoría muy poderosa?

 

La confusión generada por el miedo, la falta de rigor científico, o dicho de otro modo, las imposiciones del mercantilismo ha mantenido a la biología sobre una base teórica indefendible. El artículo lo expresa de forma moderada:

 

la formulación de "la teoría de la evolución" de Charles Darwin no resulta un modelo de precisión científica (y menos de brillantez literaria)

 

No se trata ya aquí de la objetividad o subjetividad o de las bondades o cualidades de la Ciencia. Se trata, digámoslo otra vez más (y tan claramente como otras tantas anteriores) de que la Teoría de Darwin no es científica sino pre-científica. Es una tautología. Es dogmática. Ha dado lugar a una auténtica fe superando críticas lógicas y razonadas de todos los frentes de la ciencia durante ciento cincuenta años. Pero esto, que ya lo había explicado Sandín antes y también otros autores como Mary Midgley, también lo explica Garcia Calvo:

 

Que luego la ciencia se convierta, como de hecho se ha convertido hoy día, a vueltas de la Historia, en la Religión principal y dominadora de nuestro mundo, al abrigo de cuyo templo las reliquias de las otras religiones sin vergüenza alguna se cobijan, bien, no importa: la lucha contra la Religión sigue teniendo siempre su sentido; y también contra esa otra forma de Religión que es la fe en la Ciencia de la Realidad, aunque Lucrecio no esté ya aquí para decírnoslo, siguen valiendo lo más hondo de sus razones y el embate de sus versos.

 

Y es que teorías pre-científicas, como la de Darwin, es precisamente lo que la Ciencia necesitaba para hacer el ridículo de las maneras a las que se refiere García Calvo e instituirse en Religión oficial. Una ciencia más rigurosa no podría haberlo hecho.

150 años fuera del camino

 

Este es el quinto y último de los capítulos dedicados a la primera parte consistente en reconocer el secuestro y describirlo cuidadosamente, una tarea que pertenece a la Historia de la Biología. En él se describen más detalles y pormenores del secuestro: El laberinto en el que nos hallamos perdidos porque las mentes pensantes de la biología, los líderes, presidentes de sociedades, editores y responsables de las principales revistas han decidido que hay que mantener el paradigma darwinista y para ello nada mejor que echar leña al fuego del debate falso entre evolucionistas (darwinistas) y creacionistas. El debate está vivo, pero es falso. Darwin era creacionista, fundador del creacionismo y lo alimentaba para beneficio propio. Desde entonces el creacionismo es una de las principales defensas en los argumentos de los darwinistas.

 

Ante el panorama descrito será tarea difícil (pero no imposible) cumplir el segundo objetivo y desarrollar las condiciones del rescate. El camino a recorrer para ello se va indicando en el título del siguiente capítulo y se completa en los siguientes. Bueno, se completará o no dependiendo de la altura y la competencia de los biólogos, en general, y de los lectores de Sandín en particular. El autor marca una dirección, en nuestras manos está elegir entre una amplia gama de opciones que han de pasar, antes de ser definidas, por la consideración seria y rigurosa de sus postulados.

Segunda Parte: Condiciones para el rescate

Seguimos comentando, capítulo a capítulo, el contenido del artículo de Máximo Sandín titulado "En busca de la biología. Reflexiones sobre la evolución". En la entrada anterior comentábamos los cinco primeros capítulos, en esta los cinco últimos, es decir:

Retomando el camino

Algunas aclaraciones previas

Sobre la "integración de sistemas complejos"

La transformación de la evolución

Consideraciones finales

edu.red

Retomando el camino

 

Después de una discusión bien jugosa sobre el famoso ejemplo de selección natural (polilla del abedul), Sandín comienza a orientar su planteamiento. Propone regresar ciento cincuenta años o más y retomar la obra de Lamarck. Me parece acertado este punto de partida puesto que si reconocemos un error histórico será necesario remontarnos a su origen. Aunque me gustaría sugerir el repaso crítico de la obra de otros proscritos del darwinismo, reconozco que por algún lado hay que empezar y la opción de Lamarck es muy adecuada, aunque sólo sea por haber sido uno de los personajes peor tratados en esta historia. Además de Lamarck, deberíamos también reconsiderar la obra de Robert Chambers, Blyth y Wallace (para repasar la verdadera autoría del concepto de Selección Natural). Otro autor olvidado del que oiremos hablar mucho en los próximos años es Karl von Baer, el fundador de la embriología. También habrá que repasar el trabajo meticuloso de zoólogos y paleontólogos, olvidado tras ser enterrado por el darwinismo bajo capas y capas de mercantilismo: Agassiz, Copé, Depéret, von Zittel. Habrá que revisar la obra de Trémaux que expuso el equilibrio puntuado ciento cincuenta años antes que Gould. Hay más autores, muchos más, y casí todos más originales que Darwin. Leer sus obras significa ya sumergirse en un mundo en el que la preocupación por la rentabilidad y el miedo todavía no tenían un papel tan protagonista como el que hoy tienen. El rescate de estos autores y de sus ideas puede servir para contemplar la Naturaleza de otra manera. Estoy de acuerdo en que:

[…] un buen punto de partida, puede ser "Filosofía Zoológica"(1809), el primer tratado dedicado íntegramente al estudio científico de la evolución con la clara concepción de que este estudio es el que dota de base científica a la biología.

Pero, al lado de Lamarck, surge siempre la figura, amenazante y todavía invicta, de Cuvier, del que todavía no podemos olvidarnos. No obstante, el modelo teórico que Sandín propone se basa en Lamarck y esto es intachable. Tiempo habrá de discutir detalles. Veamos pues algunos detalles de su propuesta:

Algunas aclaraciones previas

 

Se nos indica:

 

La elaboración, o la propuesta de un modelo teórico capaz de interrelacionar de un modo coherente los datos procedentes del registro fósil con los conocimientos biológicos de que disponemos en la actualidad y de estos entre sí, ha de partir, necesariamente, de los datos actuales (y no a la inversa, como parece ser lo asumido). Pero antes de pasar a comentar (obligatoriamente, de un modo superficial) las principales características y el posible significado de esta propuesta (Sandín 1997), creo conveniente un preámbulo para hacer unas aclaraciones sobre dos aspectos que pueden dificultar su interpretación como modelo de inspiración lamarckista.

 

El primero, atañe a la "adecuación" de todas las ideas de Lamarck a los datos actuales.

 

El segundo resulta más complejo. Se trata de un intento de clarificación de algunas confusiones, muy arraigadas en la terminología evolutiva, creadas precisamente por la confusión con que está planteado el darwinismo, tanto en su formulación inicial, como, muy especialmente, en sus posteriores "interpretaciones".

 

Resulta muy sano comenzar por depurar conceptos utilizados a menudo erróneamente. Ya lo veíamos arriba con "unidad de información genética". Ahora tenemos más ejemplos: transformación de las especies es un término más adecuado que evolución. El segundo tiene connotaciones de valoración positiva que son inadecuadas. Todas las imágenes y términos asociados con la personificación  en la naturaleza no conducen sino a error y deberían ser abandonadas (Gen egoísta y otros muchos ejemplos que se indican en este capítulo)

Sobre la "integración de sistemas complejos"

 

Las ideas no tienen dueño, indica acertadamente Sandín y además:

 

todas las ideas científicas, incluidas las que puedan parecer más originales, están basadas en el trabajo de otros, contemporáneos o antecesores, sin el cual no se podrían haber formulado. No se podrían haber planteado las preguntas ni imaginado las respuestas. Y seguramente, así ha sido desde que la Ciencia existe como tal. Sólo se pueden considerar "teorías" originales cuando son "ocurrencias", sin base científica y, por tanto sin ideas u observaciones científicas sobre las que apoyarse, como la idea de que los "genes" son egoístas y competitivos, o que la Naturaleza selecciona los seres vivos de la misma forma que los ganaderos seleccionan ganado.

 

La propuesta de Sandín es inter-disciplinar y se apoya en otros autores anteriores:

 

Lo que he pretendido plantear es el bosquejo de un trabajo que, tampoco me cansaré de insistir, debería ser afrontado por equipos formados por especialistas de las distintas disciplinas, el de poner en común la enorme masa de información acumulada en los últimos años para elaborar una verdadera base teórica que relacionase todos ellos coherentemente, científicamente, pero sin olvidar muchas de las brillantes propuestas de científicos que nos han precedido y que pueden proporcionar el soporte para esa tarea. Una labor que, en este caso se apoya sobre los hombros de Lamarck, con su visión vitalista de la Naturaleza retomada por Steele y Jablonka, Arrhenius, con su idea de la panspermia retomada por Hoyle, Merezkovsky, y la simbiogénesis retomada por Margulis, Goldschmidt con sus "monstruos esperanzados" y el saltacionismo del proceso de especiación retomado por Gould y Eldredge. El problema de esta "protopropuesta", que asumo sin ambages, es que, cuando a las inevitables limitaciones de afrontar esta labor de una forma individual se unen las limitaciones personales, la visión que se obtiene es posiblemente superficial y seguramente incompleta.

 

Y procura ceñirse a datos reales. Siendo así es acertado preguntar:

 

 ¿No resulta desasosegante para un científico pensar que la base científica de su disciplina se sustenta sobre hechos inexistentes?

 

Es decir, ¿cómo y por qué en biología se han mantenido tal cantidad de fantasmas, entre los que se indican la sopa prebiótica", el "mundo ARN", LUCA, los "replicadores" del "Gen egoísta",etc. etc…?

 

Es decir, ¿cómo y por qué en biología se han mantenido tal cantidad de fantasmas?

El capítulo presenta una gran cantidad de resultados y datos que ponen de manifiesto la complejidad en la biología actual. Cada organismo está integrado en (y, en muchos casos, constituido por) redes de organismos. Las bacterias y los virus son antiquísimos en la Tierra, ambos se presentan en formas muy variadas y han podido tener funciones sorprendentes e inesperadas en la relaciones entre seres, mediando los cambios en respuesta a condiciones ambientales y la modificación de los patrones de desarrollo. Pero Sandín va más allá de una recopilación actualizada de datos y propone el punto de partida para desarrollar una nueva base teórica para la biología: La concepción de los seres vivos como sistemas dinámicos, dotados de mecanismos de interacción sorprendentes y que en ningún momento son ajenos a nosotros mismos (ser humano, investigador, autor de un artículo, lector). Interacción que debe estar sometida a unas reglas y en la que el azar queda definitivamente expulsado de su lugar preponderante en la biología secuestrada por el darwinismo. Sandín denomina a su propuesta "Integración de sistemas complejos" y se basa en la  Teoría General de Sistemas expuesta por von Bertalanffy.

La transformación de la evolución

 

Los cambios bruscos en el registro fósil no son lagunas en las hipotéticas series darvinistas sino que representan la realidad de una transformación a saltos. Resultados del campo de la embriología pueden acercarnos también a visiones antiguas:

 

en el artículo "Gene regulatory networks and the evolution of animal body plans " (Davidson, E. H. y Erwin, D. H., 2006) se nos informa de la existencia de tres tipos fundamentales de "redes" en el control del desarrollo embrionario: la primera constituye lo que los autores denominan kernels (semillas) que controlan las características de la morfogénesis a nivel de Phylum o Superphylum, el segundo, controla la elaboración de patrones morfológicos, y las alteraciones en distintos niveles el despliegue de sus conexiones y el funcionamiento de sus "interruptores" origina cambios de Clase, Orden y Familia, y finalmente, las alteraciones en baterías de genes y su despliegue serían las responsables de la especiación. Esto nos lleva a recordar la famosa polémica levantada por la honesta afirmación de R. Goldschmidt (1940), derivada de sus observaciones, sobre la necesidad de que los cambios necesarios para que se produjese la especiación habrían de ser, necesariamente, mediante "macromutaciones" de efecto instantáneo con consecuencias visibles sobre la variabilidad de los individuos

Los datos sobre la "incorporación" de nuevas secuencias relacionados con cambios trascendentales en la evolución son cada día más abundantes (Pierce, S. K. et al., 2003). También las relacionadas translocaciones y reorganizaciones genómicas relacionadas con los transposones (Loning, W. W. y Shaedler, H., 2003) y con repeticiones de secuencias génicas, parciales o "extensivas" (Gu et al., 2002; McLisaght et al., 2002), de evidente origen en los retrotransposones y también originarias de las sucesivas duplicaciones de los genes Hox (Wagner, G. P. et al., 2003; García-Fernández, J., 2005)

 

En definitiva, hemos de asumir que la acumulación de información sobre los fenómenos biológicos nos sitúa frente a una Naturaleza infinitamente más bella, poderosa y coherente que la sórdida visión que nos "enseñó" la vieja mentalidad simplista, reduccionista, aleatoria y competitiva. Que la vida se desarrolla en medio de unas continuas y estrechas interacciones de los organismos entre sí y con el entorno, mediante el intercambio de información genética por transferencia horizontal de genes, para la cual también existen "hot spots", es decir tendencias predeterminadas (Timakov et al., 2002; Medrano-Soto, et al., 2004), y mediante procesos de ajuste al entorno que producen una adaptaciones de una coherencia y eficacia extraordinarias. Que la vida se puede estudiar científicamente, que incluso se puede comprender. Y quizás así lleguemos a ser conscientes de que la Naturaleza es infinitamente más poderosa que nosotros. Que jamás la conseguiremos doblegar ni vivir al margen de ella.

 

Pero también tenemos que detenernos a pensar sobre otra realidad que la Naturaleza ha puesto ante nuestros ojos. Vivimos literalmente inmersos en un mar de bacterias y virus. Sólo es necesario que consigamos provocar una catástrofe de suficientes dimensiones para desencadenar el siguiente paso.

Consideraciones finales y Condiciones para un rescate

 

En el apartado final del artículo Sandín expone:

 

Es necesario detenerse a pensar sobre lo que hay realmente detrás de muchas supuestas soluciones a problemas inexistentes o mal diagnosticados, como la puesta en el mercado de millones de dosis de supuestas vacunas contra la "gripe aviar", o las campañas de vacunación masiva contra un virus endógeno. Porque, como todos sabemos, "el Mercado" es el que dirige el destino de la Humanidad. Y ante "el Mercado", ni la ética, ni la Ciencia, ni la verdad, tienen ningún poder.

Y termina con lo que sería el punto de partida para establecer las condiciones de un rescate necesario:

Los biólogos, los científicos, tenemos ante nosotros una grave responsabilidad: Decidir si asistimos pasivamente al desenlace de esta aventura irresponsable, o si afrontamos la tarea de construir y transmitir a la sociedad una Biología realmente científica. Al servicio de la Humanidad.

El español es un idioma en expansión. No está tan contaminado como el inglés por determinados aspectos económicos y culturales que en este momento dificultan el desarrollo de una biología teórica y rebosante de planteamientos filosóficos que reclaman su aplicación en biología. Sería una lástima que cayésemos en la torpeza de obligarnos a nosotros mismos a seguir los caminos marcados por el idioma inglés, inseparable, en su aproximación a la Naturaleza, del darwinismo y no supiésemos aprovechar las aportaciones originales de nuestros colegas. Los biólogos hispano-hablantes deberíamos recibir ahora esta propuesta de Sandín con la misma generosidad (a veces excesiva) con que hemos tratado ideas y autores extranjeros.  Ahora está en nuestras manos discutir la continuidad de esta propuesta …

 

 

 

Autor:

Emilio Cervantes

Científico Titular del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca.

http://weblogs.madrimasd.org/biologia_pensamiento/

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