Bayamo 1902-1958. Compendio de la política municipal
La proclamación de la República de Cuba el 20 de mayo de 1902, llenó de esperanzas a unos y de pesimismo a otros. Los primeros creyeron llegado el momento de reconstruir la ciudad prócer, devastada y empobrecida por las guerras de independencia y el incendio redentor de 1869. Había razones para creer, era un bayamés de larga trayectoria revolucionaria, sustituto de José Martí en el Partido Revolucionario Cubano, maestro de profesión, quién tomaba las riendas de la nación. Sin embargo, otros vieron frustrados sus sueños de lograr la plena y verdadera independencia de la patria.
Lo cierto es que la nueva República nació atada al oneroso apéndice de la Enmienda Platt, mientras el honrado Don Tomás, contrariado por su falta de confianza en el pueblo cubano, no volvió los ojos a su patria chica. Bayamo tendría que esperar. En tal situación tocaba a los partidos políticos desde el gobierno municipal solucionar las problemáticas más acuciantes del término.
Entre los años 1898 y 1908 se produjo un proceso de organización y reorganización de las agrupaciones políticas al cual no estuvo ajeno Bayamo. Como resultado del mismo quedaron delineados las principales tendencias político ideológicas de principios de siglo: el liberalismo y el conservadurismo, así como su dirigencia política provenientes en ambos casos del Ejército Libertador. Al frente de la agrupación liberal se destacaron Manuel Plana Rodríguez del Rey y Gilberto Santiesteban Cedeño. Los líderes del Partido Conservador fueron José Ángel Fernández de Castro, Luis Ángel Milanés, Olimpo Fonseca y Francisco Soto Izquierdo. Este ultimo joven y hábil abogado, hijo de Lorenzo Soto devenido en uno de los comerciantes hispanos más acaudalados de la ciudad.
Aunque la composición clasista de ambas organizaciones era heterogénea, existió en cada una de ellas una base social fundamental capaz de imprimirle su impronta ideológica. En el caso del Partido Liberal la pequeña burguesía comercial ganadera, fortalecida a raíz de sucesivas pagas al Ejercito Libertador, desempeñó esta función. Mientras en el Partido Conservador lo hizo la burguesía ganadera de origen hispano.
Producto de la intención reeleccionista de Estrada Palma, luego de su incorporación en las filas del Partido Conservador, en 1906 se produjo un alzamiento liberal conocido como la guerrita de agosto que no tuvo mayores consecuencias en el municipio.
Francisco Estrada Mariño ocupó la alcaldía de Bayamo de 1902 a 1908, en estos años se mantuvieron latentes las principales necesidades del municipio aunque vale destacar que se construyó el Acueducto municipal gracias a gestiones de José Fernández de Castro. Además se instaló el servicio de alumbrado eléctrico.
En el siguiente período asumió el gobierno municipal el Partido Liberal en la figura de Manuel Plana Rodríguez del Rey. Su gestión administrativa impulsó un cierto desarrollo comercial y ganadero en el municipio con la inauguración el ferrocarril. Si embargo aunque se hicieron algunas gestiones, la construcción de un nuevo cementerio, de un hospital y la higienización del rastro no estuvieron entre las principales prioridades de la mayoría liberal en el Ayuntamiento. La reparación de calles, caminos y carreteras tampoco fue favorecida. Quedaron pendientes importantes obras como la reparación del acueducto y el alumbrado público, el arreglo de la Casa Consistorial, la apertura y urbanización de varias calles de la ciudad y mejoras en la zanja de desagüe a la cual el gobierno de la Segunda Intervención destinó fondos cuyo paradero se desconocía.
La falta de armonía entre liberales y conservadores y las divisiones dentro del propio liberalismo, obstaculizaron en cierta medida el logro de acciones concretas que beneficiaran al municipio.
En las elecciones de 1912 los conservadores obtuvieron la alcaldía municipal extendiendo su gestión hasta 1920 debido al error de cálculo de Gilberto Santiesteban quién, luego de resultar electo alcalde en los comicios de 1916, se sumó a la revuelta chambelonera siendo sustituido del cargo.
La gestión administrativa del conservadurismo local iniciada por Olimpo Fonseca, al cual sucedió Abelardo Estrada, dejó para Bayamo la construcción e inauguración de un nuevo cementerio, solucionando así una de las necesidades más graves de la población urbana. Quedó por resolver la construcción o arreglo de calles, carreteras y caminos; la ampliación y reparación del acueducto y la construcción de un nuevo hospital teniendo en cuenta la poca capacidad y las extremas condiciones de deterioro del existente.
Finalizando la segunda década del siglo XX, la influencia en el pueblo de la alta oficialidad independentista, devenidos caciques políticos, ya no era vital para el Partido Conservador. La oposición del general Milanés a la reelección de Menocal, su implicación en los sucesos chambeloneros y la muerte de Fernández de Castro en 1916 propiciaron que el Doctor Soto Izquierdo se convirtiera en el líder más influyente del conservadurismo local sacando a flote plenamente el discurso político e ideológico reaccionario, pro imperialista, anexionista y antinacional de la agrupación conservadora en el municipio.
La tendencia de desplazamiento e integración, orgánica, social y política de la dirigencia liberal a la alta burguesía local, dejó huérfana políticamente a la clase media bayamesa que halló su propia voz y reflejó además el sentir popular a través de intelectuales como María Luisa Milanés, Jesús Masdeu y José Maceo Verdecia, quienes de alguna manera se pronunciaron contra la corrupción, el fraude y la inercia de los gobernantes de turno que poco o nada hicieron por Bayamo.
Los efectos de la crisis de 1921 y de 1929 provocaron una reorientación del discurso político del Partido Conservador, proyectándolo hacia posiciones reformistas que rozan con ciertos matices nacionalistas, es así que proponen medidas como: sustitución de importaciones, protección de los productos nacionales, disminución de las tarifas ferroviarias y búsqueda de nuevos mercados para los productos de factura nacional. Además criticaron la estructura monoproductora y monoexportadora de la economía cubana.
De los tres pilares en los cuales descansó el liberalismo machadista la restricción azucarera y la reforma arancelaria, no lograron resolver la acentuada deformación de la economía. Por su parte el amplio plan de obras públicas posibilitó la concesión de créditos para la construcción de carreteras, acueductos, pavimentación de calles, alcantarillados y mejoras en le hospital de la ciudad.
Prácticamente ninguna de estas se realizó y el dinero desapareció en los bolsillos de los políticos de entonces. No obstante la construcción de la Carretera Central fue de gran importancia para el término.
La diferencia entre liberales y conservadores en estos momentos solo se manifestaban en el campo de las ambiciones políticas relativas a obtener cargos que le permitieran estar mucho más cerca del erario público. Finalizó el proceso de desplazamiento de la dirigencia liberal procedente de la clase media hacia el Partido Conservador. La burguesía comercial ganadera, base social fundamental del conservadurismo, se fortaleció y a partir de estos momentos tuvo una amplia representación en ambos partidos. La aceptación del cooperativismo, la reforma arancelaria y la prórroga de poderes propuesta por Machado, así lo demuestran.
En agosto de 1927 cuando aun se desconocía que la prórroga de poderes del Presidente se extendería a seis años, los liberales santiagueros lanzaron la candidatura del gobernador oriental José Barceló y Reyes para el período siguiente, pero tuvieron el suficiente tacto político para promover de manera paralela la reforma constitucional.
El alcalde liberal Miguel Lorente, electo en su ausencia Presidente de Honor con voz y voto del Directorio Central para la candidatura de Barceló, En Asamblea Magna celebrada en Santiago de Cuba el 3 de agosto, adoptó una actitud cautelosa. Sus razones tenía: El gobierno machadista favoreció a la burguesía local que no contaba con la fortaleza económica suficiente para alcanzar beneficios superiores dentro de las relaciones de dependencia impuestas por Estados Unidos. No había dejado de ser una burguesía provinciana sin capital suficiente para invertir en una industria pecuaria que diera salida a la producción de carne y leche, y le permitiera insertarse con mayor solidez, al menos en el mercado nacional. La reforma arancelaria impulsada en 1927 por Machado, independientemente de su carácter moderado, ofreció fundadas esperanzas para esta clase al proteger productos como la mantequilla y la leche condensada 1. Estas condiciones y alguna que otra gestión de los grupos de poder dominantes a nivel local hicieron posible que casi de inmediato la NESTLÉ ANGLO SWIS CONDENSED MILK Co. volviera sus ojos a la producción lechera en Bayamo con la intención de instalar una fábrica de condensar leche. Es de suponer que el arancel también favoreció a empresas establecidas con anterioridad como la Fábrica de mantequilla pura de Nicolás Pons, convertida en sociedad el 1 de junio de 1928 y la Fábrica Hacienda Santa Isabel, perteneciente a la Compañía quesera Kraft Phenix de Cuba, radicada en La Habana. Ambas aumentaron sus niveles de producción.
Por otra parte ya eran conocidos los métodos represivos del dictador contra la oposición, por tanto secundar el citado Directorio podía interpretarse como traición. En cualquier caso aun había tiempo para observar la marcha de los acontecimientos.
Finalmente en 1928 la prórroga se extendió a seis años. Machado debía cesar en la presidencia del país en 1935, sin embargo en diciembre de 1929 Clemente Vázquez Bello Presidente de la Asamblea Nacional del Partido Liberal dio orientaciones al alcalde Lorente de ganar terreno y aprovechar ese "tiempo muerto de la política" empleando toda la influencia que le permitía su cargo en la organización de la próxima campaña electoral 2. Por su parte el Partido Conservador bajo la fachada de una gira campestre por Oriente hacia una discreta propaganda que no escapó al ojo avizor del gobierno machadista. De hecho ambas agrupaciones consideraron la posibilidad real de que Machado fuese derribado en los vaivenes de la política al uso.
El aumento de la represión no impidió el surgimiento de agrupaciones opuestas al régimen entre ellas la Asociación Nacional que tuvo como máximo líder en Bayamo a José Maceo Verdecia. Algunos se nuclearon en torno a Miguel Mariano Gómez, otros alrededor de Mario García Menocal, pero lo cierto es que ninguna de estas fuerzas fue capaz de de ofrecer un programa alternativo para resolver la crisis cubana.
El 30 de noviembre de 1930 quedó organizado de manera oficial el Partido Comunista en Bayamo, bajo la dirección de Paquito Rosales. La nueva agrupación orientó su labor hacia las organizaciones obreras. A inicios de la década del 30 el movimiento sindical en el municipio alcanzó niveles superiores. En el orden cuantitativo la fundación de la fábrica de condensar leche Nestlé y la fundación de medianas industrias como la fábrica de tabacos Moya y la fábrica de mantequilla Hacienda Santa Isabel, significaron un aumento de la clase obrera. Mientras en el orden cualitativo, la influencia del PCC en la región contribuyó a elevar el grado de madurez del movimiento obrero. Estas circunstancias influyeron en el surgimiento del soviet de Mabay en 1933.
El cooperativismo político propuesto por Machado quedó roto en 1931 y comenzó la reorganización de los partidos para las elecciones parciales de 1932. En el municipio Quintín George fungió como Presidente de Comité Ejecutivo de Partido Liberal, Manuel Amargós Mugica por el Partido Conservador y José Sabater Licea lo hace por el Partido Popular Cubano. Efectuadas las elecciones, luego de las ya tradicionales intrigas rejuegos políticos, el liberalismo continuó en el poder municipal con el alcalde Hector George Cordero.
El rechazo al régimen machadista llegó a su punto álgido en 1933. Las fuerzas de izquierda habían alcanzado gran protagonismo político en el país. En Oriente Antonio Guiteras atacó el cuartel San Luis, aunque su plan de bombardear el cuartel Moncada fracasó.
La posibilidad real de una victoria de los movimientos de izquierda obligó al Presidente Roosvelt a enviar a La Habana a Benjamín Summer Welles con la tarea de llevar a cabo exitosamente una mediación cordial entre el gobierno y los opositores, favorable a los Estados Unidos.
Guiteras concibió el Plan Bayamo con el propósito de ataca el cuartel para apoderarse de armas, asaltar la Nestlé y apropiarse del dinero que hubiere, refugiarse en la finca Jabaco para luego partir a la Sierra Maestra a establecer un frente guerrillero. Entretanto el pueblo se lanzó a la huelga general poniendo en peligro los planes mediacionistas.
En la tarde del 4 de agosto un grupo de opositores agredió a tiros y pedradas a los concurrentes al acto de bienvenida al senador machadista Quintin George Vernot 3. En los días sucesivos la policía reprimió violentamente intentos de manifestación en contra de la suspensión de las garantías constitucionales. La presión popular y de la oposición condujeron finalmente al desplome del régimen machadista. Sus seguidores buscaron refugio en sus fincas mientras el pueblo agredió sus propiedades.
Carlos Manuel de Céspedes y Quezada asumió la presidencia del país hasta el 4 de septiembre de 1933 cuando se produjo la sublevación del Ejército acaudillada por Fulgencio Batista. Comenzó el gobierno colegiado de estudiantes y catedráticos conocido como pentarquía. Ramón Grau San Martín fue designado Presidente y Antonio Guiteras Holmes Secretario de Gobernación. Manuel Estrada Sierra, joven procedente de las filas del ABC y cercano a Guiteras fue designado alcalde de Bayamo por decreto presidencial fechado el 11 de octubre de 1933.En los tres meses que duró su gestión, además de aplicar las medidas dictadas por Guiteras intentó dar solución a viejos problemas del municipio, entre ellos la construcción del edificio del ayuntamiento para lo cual encargó un proyecto con presupuesto relativamente bajo. También se preocupó por la reparación de calles de la ciudad y el filtro del acueducto.
El fin del gobierno de los Cien Días con la renuncia de Grau San Martin y la imposición del gobierno Caffery – Mendieta, trajo consigo que el teniente José Rosado fuese nombrado alcalde desplazando a Estrada Sierra.
Culminó el proceso revolucionario de los años 30 con la derrota de la huelga de marzo y la muerte de Guiteras en El Morrillo. En Bayamo Manuel Estrada Sierra murió víctima de un trágico accidente de tránsito.
A finales de 1935 se reorganizaron los partidos políticos para llevar a cabo elecciones en enero de 1936. Surgieron nuevas agrupaciones: El Conjunto Nacional Democrático, el Partido Acción Republicana, el Partido Unión Nacional, y la Conjunción Centrista. Se mantuvo el Partido Liberal y desapareció el Partido Conservador, Junto a este último se retiró de la política activa su figura mas destacada, Francisco Soto Izquierdo. El liberalismo perdió uno de sus máximos pilares en la localidad con el fallecimiento de Manuel Plana Rodríguez del Rey en diciembre de 1936. Terminó el poder hegemónico del bipartidismo y la fundación de nuevas agrupaciones responde en gran medida a las ambiciones de sus miembros que al verse desplazados en sus aspiraciones de liderazgo pretenden escalar posiciones en los nuevos grupos políticos.
En Bayamo figuras de la clase media con un pensamiento progresista tendente al nacionalismo se involucraron en la política integrándose al viciado aparato político cubano incapaz de resolver los problemas nacionales y municipales.
La nueva etapa de la política cubana con la restauración del dominio oligárquico, no estuvo exenta de las consabidas desuniones, coaliciones y cambios de partido. La heterogeneidad en las diversas agrupaciones se acentuó, al tiempo que se agudizó la tendencia en las capas medias de ver en la política un medio de vida. Parte de la intelectualidad, un poco escapada de la égida de la política dominante, abogó por la reconstrucción de la ciudad.
Cuando las clases vivas de Bayamo se preparaban para recibir la visita del coronel Fulgencio Batista Zaldívar en el año 1938, los problemas señalados por los intelectuales aun no habían sido resueltos. A pesar del arraigo logrado por el movimiento pro reconstrucción, solo se había reparado el centro escolar José Antonio Saco.
Bayamo, Monumento Nacional desde 1936, carecía aun de Palacio Municipal, matadero, zanja maestra, acueducto y calles en buen estado. En el Presupuesto de 1938-1939 no se consignó dinero para estas obras.
En las elecciones de 1938 se legalizaron todos los partidos entre ellos el PCC. En 1939 se fundó la Confederación Obrera de Cuba dirigida por Lázaro Peña. En todo el municipio se advierte un crecimiento cuantitativo y cualitativo del movimiento sindical, impulsado por la visita del líder obrero Lázaro Peña y el comunista Juan Marinello Vidaurreta.
Previo a la Asamblea Constituyente se produjo una gran expectativa en torno a la inclusión de la reconstrucción de la ciudad entre los principales temas a tomar en consideración en la Carta Magna de 1940, así quedaría saldada la vieja deuda contraída con los bayameses en la Constitución de Guaimaro de 1869. Las gestiones realizadas al efecto fracasaron.
En septiembre de 1940 Armando Caíñas Milanés vicepresidente de la Cámara de Representantes, logró un crédito de 200 000 para pavimentación de calles y mejoramiento del acueducto, incluido dentro de la ley que autorizó el empréstito de los $ 50 000. 00 aprobados por el Senado ese año. El dinero desapareció y las obras mencionadas no pudieron ser acometidas en su totalidad.
El golpe de estado de marzo de 1952 generó un sentimiento de antipatía y rechazo en parte del pueblo bayamés. Los concejales Luis A. Verdecia Rivero y Assed Bared del PPC (ortodoxo) y Godward Fleites del PSP se negaron a firmar los estatutos constitucionales dictados por Batista, perdiendo así sus cargos. Sin embargo el alcalde Alfredo Marrero en el poder municipal desde 1948 y los 18 ediles restantes, acataron sin reservas la nueva situación4.
Blas Elías Thumas designado alcalde de Bayamo por decreto presidencial, dio inicio a un período donde se lograron resolver algunas de las más acuciantes demandas del municipio.
En la madrugada del 26 de julio de 1953, un grupo de jóvenes liderados por Fidel Castro asaltaron los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo. Muchos fueron asesinados, los bayameses acogieron en sus hogares a los que pudieron escapar de la masacre.
El 10 de octubre de 1953 el Presidente de la República visitó la ciudad y dio a conocer un amplio Plan de Obras Públicas para el municipio que contemplaba la pavimentación de las calles más importantes, construcción de nuevas obras y reparación de otras ya existentes. Pero las necesidades de los bayameses iban más allá de este proyecto. A más de 50 años de república el municipio aun mostraba una imagen deprimente. Era evidente que el sistema de gobierno y la gestión de los partidos políticos habían sido insuficientes para enfrentar la situación municipal. Ello les restó credibilidad ante los ojos del pueblo.
Pese al silencio de los medios de prensa y al aumento de la represión en la ciudad, el movimiento 26 de julio organizado desde el 24 de febrero de 1956, creció. Sus acciones también fueron en aumento.
En la noche del 21 de octubre de 1958 las fuerzas del régimen asesinaron a Vicente Quezada, Rubén Nogueras, Gilberto López, Luis Felipe Lotis, Pedro Batista, Mardonio Hechavarría, Idalberto Tamayo y Mario Alarcón. La rebeldía popular se avivó.
A pesar de la censura los periódicos locales reflejaron de alguna manera la aguda situación política en los últimos meses de 1958; año con el cual culminó más de medio siglo de prácticas políticas que poco beneficiaron al municipio de Bayamo. La mayoría de las agrupaciones que ejercieron el poder municipal luchaban por estar cada vez más cerca del erario público. Las ambiciones económicas de los políticos de entonces superaban con creces la voluntad de resolver con urgencia las necesidades del municipio. Problemáticas como el pésimo estado del hospital, del acueducto, del rastro, de la zanja maestra, de calles, caminos y carreteras se arrastraron durante más de 50 años de vida republicana. El robo, el fraude, la botella, el desvío de recursos y el oscuro manejo de los fondos públicos estuvieron a la orden del día.
El gobierno de Fulgencio Batista, gracias a fructíferas gestiones del alcalde Blas Elías Thumas, destinó grandes sumas de dinero a la ejecución de varias obras que constituyeron un paliativo a las necesidades de los bayameses. Sin embargo estas soluciones estaban dirigidas a la zona urbana, mientras el resto del municipio permanecía prácticamente abandonado. La credibilidad en los partidos políticos tradicionales se había agotado. Solo un proceso revolucionario profundo y radical, sería capaz de ofrecer nuevas alternativas a los pobladores de todo el municipio.
Referencia
1. El estímulo que el arancel de 1927 ejerció sobre algunos renglones de la economía nacional, es analizado por Oscar Zanetti en Los cautivos de la reciprocidad, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2003, pp. 102-107.
2. Archivo Histórico Bayamo (AHB) leg. 125, exp. 128.
3. AHB leg. 128, exp. 5291.
4. AHB leg. 36, exp. 965.
Autor:
Lic. Liliana Alarcón Vázquez
Enviado por:
Damiana N. Pérez Figueredo