La perspectiva de Marx es radicalmente contraria a la anterior, ya que para este autor las diferencias de poder y status entre la mujer y el hombre son reflejos principalmente de otras divisiones, especialmente las de clase. De acuerdo con Mane, en las formas primarias de la sociedad humana no existían ni divisiones de género ni de clase. El poder de los hombres sobre las mujeres surge con la aparición de las divisiones de clase. La mujeres se convierten en una forma de "propiedad privada" de los hombres mediante la institución del matrimonio y se liberarán de esta situación de esclavitud cuando las divisiones de clase sean abolidas. Tampoco habrá, en este caso, muchos que acepten hoy este análisis, pero podría resultar más plausible si generalizáramos un poco más. Las clases no son el único factor causante de las divisiones sociales que afectan al comportamiento de! hombre y de la mujer. Otros factores influyentes son la etnicidad y el bagaje cultural. Por ejemplo, podría decirse que las mujeres pertenecientes a una minoría (como, por ejemplo, los negros en los Estados Unidos) tienen más puntos en común con los hombres de esa minoría que con las mujeres del grupo mayoritario (a saber, las mujeres blancas). También se podría decir que las mujeres de una cultura determinada (como las de una de cazadores y recolectores) tienen más características en común con los varones de esa cultura que con las mujeres de una sociedad industrial.
Evaluación
Las cuestiones que plantea este tercer dilema son de una enorme importancia y están íntimamente vinculadas con el desafío que las autoras femeninas han lanzado contra la sociología. Seriamente, "nadie puede negar que eran parte del análisis sociológico del pasado ha prescindido de las mujeres o ha operado con interpretaciones de la identidad y el comportamiento femeninos que son profundamente inapropiadas. A-pesar del gran número de estudios sobre la mujer que se ha llevado a cabo en sociología en los últimos veinte años, aún quedan muchas áreas en las que siguen sin estudiarse suficientemente las actividades y preocupaciones propias de las mujeres. Sin embargo, «introducir el espacio de la mujer en la sociología» no es realmente lo mismo que abordar problemas de género, ya que éste afecta a las relaciones entre las identidades y el comportamiento de mujeres v hombres. Por el momento, no está claro en qué medida otros conceptos sociológicos (clase, etnicidad, bagaje cultural, etc.) pueden ayudar a explicar las diferencias de género, ni tampoco hasta qué punto otras divisiones sociales han de explicarse desde este punto de vista. Sin duda, algunas de las principales tareas explicativas de la sociología en el futuro dependerán de que se aborde este dilema de forma convincente.
Dilema IV: la configuración del mundo moderno
La perspectiva marxista
Las obras de Marx representaron un poderoso desafío para el análisis sociológico, y aún siguen siéndolo. Desde la época de Marx hasta hoy muchos debates de esta disciplina se han centrado en las ideas que este autor había planteado sobre el desarrollo de las sociedades modernas (Marx y Engels, 1968). Como se ha señalado anteriormente, para Marx las sociedades modernas son capitalistas. La fuerza rectora que subyace tras el cambio social en la era moderna es la presión hacia una transformación económica constante, que es parte clave de la producción capitalista. Desde el punto de vista económico, este sistema es mucho más dinámico que cualquiera de los precedentes. Los capitalistas pugnan entre sí para vender bienes a los consumidores y, para sobrevivir en un mercado competitivo, las empresas deben producir sus mercancías de la forma más barata y con la mayor eficiencia posible. Este proceso conduce a una constante innovación tecnológica, porque ésta y el aumento de la eficiencia que conlleva hacen que las empresas puedan sacar ventaja a sus rivales.
También se incentiva mucho la búsqueda de nuevos mercados en los que vender bienes, adquirir materias primas baratas y utilizar una fuerza laboral a bajo coste. Por lo tanto, el capitalismo, según Marx, es un sistema que se "extiende incansablemente por todo e! mundo". Así es como Marx explica la expansión global de la industria occidental.
La interpretación que Marx hace de la influencia del capitalismo ha tenido muchos seguidores y autores posteriores han refinado considerablemente la exposición que él hizo. Por otra parte, ha habido numerosos críticos dispuestos a refutar e! punto de vista de Marx, que han ofrecido análisis alternativos sobre las influencias que configuran el mundo moderno. Casi cualquiera puede aceptar que el capitalismo ha tenido un papel primordial en la creación del mundo actual. Sin embargo, hay sociólogos que han señalado que Marx exageró las consecuencias de los factores puramente económicos a la hora de generar cambios y que el capitalismo es menos crucial para el desarrollo moderno de lo que él apuntó. La mayoría de estos autores también eran, escépticos ante el presupuesto marxista de que, finalmente, un sistema socialista sustituiría el capitalismo. Podría decirse que su escepticismo se ha visto corroborado con los acontecimientos de 1989 en Europa del Este.
El punto de vista de Weber
Uno de los primeros y más agudos críticos de Marx fue Max Weber, cuyas obras han sido descritas como una lucha constante con el «fantasma de Marx», con el legado intelectual que dejó. La posición alternativa que Weber elaboró mantiene su importancia hoy en día.-Para él los factores no económicos han tenido un papel clave en el desarrollo social moderno. La aclamada y discutida obra de Weber La ética protestante y el espíritu del capitalismo señala que los valores religiosos especialmente los asociados "con el puritanismo" tuvieron una importancia fundamental en la creación del capitalismo, cuyo perfil no surgió, como supuso Marx, de las transformaciones económicas en sí mismas.
La interpretación que hizo Weber de la naturaleza de las sociedades modernas y de las razones para que se extendieran las formas de vida occidental por todo el mundo contrasta sustancialmente con la de Marx. Según Weber. El capitalismo —una forma determinada de organizar la iniciativa económica— es sólo uno de los factores principales en la configuración del desarrollo social en el período moderno. El impacto de la ciencia y de la burocracia subyace en los mecanismos económicos capitalistas, y en muchos aspectos es crucial para él. La ciencia ha configurado la tecnología moderna y. probablemente, seguiría haciéndolo en una posible sociedad socialista. La burocracia es la única forma de organizar a grandes grupos de personas de manera eficiente y, por lo tanto, es inevitable que se expanda con el crecimiento económico y político. Weber relaciona, el desarrollo de la ciencia, la tecnología moderna y la burocracia con la racionalización, que es organizar la vida social y económica según principios de eficiencia basados en conocimientos técnicos
Evaluación
¿Qué interpretación de las sociedades modernas es correcta, la que se deriva de Marx o la que procede de Weber? Una vez más, los académicos están divididos. En el recuadro de más abajo figuran algunas de las diferencias (hay que recordar que dentro de cada opinión hay variaciones, de forma que los teóricos no estarán de acuerdo con todos los puntos de su tendencia).
Los contrastes entre marxistas y weberianos inspiran diversas áreas de la sociología e influyen no sólo en cómo se analiza la naturaleza de las sociedades industrializadas sino en nuestra idea de las menos desarrolladas. Además, las dos perspectivas se hallan vinculadas a posturas políticas diferentes, ¡os autores de izquierda adoptan en general los puntos de vista de la primera columna, mientras que los liberales y conservadores hacen suyos los de la segunda. Sin embargo, los factores que influyen en este dilema tienen un carácter más directamente empírico que los relacionados con otros dilemas. Los estudios empíricos de los procesos de desarrollo de las sociedades modernas y de los países de! Tercer Mundo nos ayudan a valorar de qué rnodo las pautas de cambio se ajustan a una de las dos posiciones.
TEORÍAS
Es posible hacer una distinción entre ENFOQUES TEÓRICOS y TEORÍAS. En este ensayo me he ocupado de los primeros, que son orientaciones generales sobre el contenido de la sociología. Las teorías tienen un objetivo más limitado y constituyen intentos de explicar una serie de condiciones sociales o tipos concretos de acontecimientos. Normalmente, forman parte del proceso de investigación y señalan al investigador problemas que debe plantearse. Un ejemplo sería la teoría del suicidio de Durkheim.
En las diferentes áreas de investigación en las que trabajan los sociólogos se han elaborado múltiples teorías. Algunas de ellas se plantean de forma muy precisa y, en ocasiones, se presentan incluso de forma matemática, aunque esto es más corriente en otras ciencias sociales (especialmente en economía) que en sociología.
Comparación entre Marx y Weber
Algunas teorías tratan de explicar más cosas que otras y existen diversas opiniones sobre hasta qué punto es deseable o útil para los sociólogos embarcarse en esfuerzos teóricos de gran alcance. Robert Merton, por ejemplo, defiende enérgicamente la postura de que los sociólogos deben centrarse en lo que él llama teorías de alcance medio (Merton, 1957). ¿En lugar de elaborar grandes sistemas teóricos (al estilo de Parsons. por ejemplo), los sociólogos deben ser más modestos?
Las teorías de alcance medio son lo suficientemente específicas como para poder ser contrastadas mediante las investigaciones generales como para cubrir un abanico de fenómenos diversos. Un ejemplo es la teoría de la privación relativa, que sostiene que el modo en que las personas evalúan sus circunstancias depende de con quién se comparen. Así, los sentimientos de privación no se corresponden directamente con el grado de pobreza material en que se encuentran los individuos. Una familia que viva en una pequeña casa de un barrio pobre, en el que todos están más o menos en las mismas circunstancias, probablemente se sentirá menos desfavorecida que otra que viva en una casa similar, pero en un barrio en el que la mayoría de los hogares sean mayores y más ricos. Es cierto que cuanto mayor sea el alcance y las ambiciones de una teoría, más difícil resultará su contrastación empírica. Sin embargo, no parece existir una razón evidente para que el pensamiento teórico sociológico deba limitarse al «alcance medio». Para entender por qué esto es así tomaremos como ejemplo la teoría que planteó Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo.
Un ejemplo: La ética protestante
En La ética protestante (1976: publicada originalmente en 1904-1905), Weber aborda una cuestión fundamental: por qué el capitalismo se desarrolló exclusivamente en Occidente. Durante quince siglos después del ocaso de la antigua Roma otras civilizaciones ocupaban una posición más destacada que Occidente en la historia mundial. En realidad Europa era un área relativamente insignificante de! globo, mientras que China, la india y el Imperio otomano en el Próximo Oriente eran todos ellos potencias superiores. Los chinos, en particular, estaban a años luz de los europeos en cuanto a desarrollo tecnológico y económico. ¿Qué sucedió para que se produjese un salto radical en el desarrollo económico de Europa a partir del siglo XVII?
Para responder a esta pregunta, razona Weber, debemos saber lo que diferencia a la industria moderna da los anteriores tipos de actividad económica. Encontramos el deseo de acumular riqueza en civilizaciones muy diferentes, y ello no es difícil de explicar, ya que la gente ha valorado la riqueza. por las comodidades, la seguridad, el poder y el gozo que proporciona. Quieren verse libres de necesidades y una vez que acumulan la riqueza la emplean para vivir más cómodamente.
Si prestamos atención al desarrollo económico de Occidente, continúa Weber, encontramos algo muy diferente. Según este autor, existía una actitud hacia la acumulación de riqueza desconocida en la historia. Esta actitud es lo que Weber denomina el espíritu del capitalismo: el conjunto de creencias y valores que poseían los primeros comerciantes e industriales capitalistas. Estas personas mostraban una fuerte tendencia a acumular riqueza personal, pero, a diferencia de los ricos de otras zonas del mundo, ellos no tenían la intención de emplearla para disfrutar de un estilo de vida basado en el lujo. Su forma de vida era ciertamente abnegado y frugal; vivían con austeridad y tranquilamente, rehuyendo las manifestaciones ordinarias de riqueza. Weber trata de demostrar que esta inusual combinación de características fue de vital importancia para que se comenzara a producir el desarrollo económico de Occidente, porque, a diferencia de los grupos opulentos de épocas anteriores y de otras culturas, los occidentales no dispersaron su riqueza. Por el contrano, la reinvinieron- para favorecer la subsiguiente expansión de las empresas que dirigían.
El núcleo de la teoría de Weber contiene la idea de que las actitudes que se manifestaron en el espíritu del capitalismo procedían de la religión. El conjunto de la Cristiandad tuvo un papel en la promoción de esa actitud pero la fuerza motora esencial provino del impacto de! protestantismo y especialmente de una de sus versiones: el puritanismo. Los primeros capitalistas fueron en su mayoría puritanos y muchos de ellos participaban de las ideas calvinistas. Weber sostiene que ciertas doctrinas calvinistas fueron la fuente directa del espíritu del capitalismo. Una de ellas mantenía que los seres humanos son el instrumento de Dios en la Tierra y que el Todopoderoso les exige que tengan una vocación, una ocupación, que se haga para la mayor gloria divina..
El segundo aspecto importante del calvinismo era la idea de predestinación, según la cual sólo cienos individuos predestinados se encuentran entre los «elegidos» que llegarán al cielo en la otra vida. En la doctrina original de Calvino nada de lo que hace una persona en la Tierra puede influir en si está o no entre los elegidos, ya que esto se halla predeterminado por Dios. Sin embargo, esta creencia causó tal .ansiedad entre sus seguidores que tuvo que ser modificada para que los creyentes pudiesen reconocer ciertos signos de elección. El éxito conseguido en la propia ocupación, representado por la prosperidad material, se convirtió en el signo principal de que una persona era realmente una de las elegidas. Se creó un tremendo impulso hacia el éxito económico entre los grupos que estaban influidos por estas ideas. A esto se sumaba la necesidad que tenía el creyente de llevar una vida regida por la austeridad y la frugalidad. Los puritanos consideraban el lujo como un pecado y, con ello, la tendencia a acumular riqueza se dio junto a un estilo de vida severo y sin adornos. "
Los primeros empresarios tenían poca conciencia de que estaban contribuyendo a que se produjesen cambios decisivos en la sociedad: les movían, por encima de todo, motivos religiosos. Posteriormente el estilo de vida ascético —es decir, abnegado— de los puritanos ha pasado a formar parte integral de la civilización moderna. Como señala Weber:
Los puritanos deseaban trabajar por vocación; nosotros nos vemos obligados a ello. De modo que cuando se sacó el ascetismo de las celdas monásticas para llevarlo a la vida diana, comenzó a dominar la moralidad mundana y tuvo su papel en la construcción del enorme cosmos del orden económico moderno […]. Desde que el ascetismo emprendió la tarea de remodelar el mundo y de plasmar sus ideales en él los bienes materiales han obtenido un creciente y, finalmente, un inexorable poder sobre las vidas de los hombres, de un modo que nunca antes se había conocido en la historia […]. La idea de deber contenida en la propia vocación vaga por nuestras-vidas como el fantasma de las creencias religiosas mueras. Cuando la realización de la vocación no está directamente relacionada con los más altos valores espirituales y culturales o cuando, por el contrario, no tiene por que sentirse simplemente corno una compulsión económica, el individuo suele abandonar cualquier intento de justificación. En los Estados Unidos, donde su desarrollo ha alcanzado las más alias cotas, el deseo de riqueza, separado de sus connotaciones éticas y religiosas, tiende a asociarse con las pasiones puramente mundanas. (Weber. 1976, pp. 181-82.)
La teoría de Weber ha sido criticada desde distintos ángulos. Algunos argumentan, por ejemplo, que la actitud que denominó «el espíritu del capitalismo» se encuentra en las primeras ciudades comerciales italianas mucho antes de que se hubiese siquiera oído hablar del calvinismo. Otros han señalado que la idea clave de trabajar por vocación, que Weber asociaba con el protestantismo, ya existia en las creencias católicas. Sin embargo, muchos siguen aceptando los puntos esenciales de la explicación de Weber y la tesis que propuso continúa siendo tan audaz y reveladora como cuando se formuló. Si esta tesis es válida, entonces el desarrollo económico y social moderno ha estado decisivamente influido por algo que a primera vista parece estar muy lejos de él: un conjunto de ideales religiosos.
La teoría de Weber reúne una serie de criterios de gran importancia para el pensamiento teórico sociológico.
RESUMEN
1. En sociología (y en otras ciencias sociales) existen diversos enfoques teóricos. La razón de ello no es particularmente enigmática: las disputas teóricas no son en absoluto fáciles de resolver, ni siquiera en las ciencias naturales y, en sociología, nos enfrentamos a dificultades añadidas a causa de los complejos problemas que se plantean al someter a estudio nuestro propio comportamiento.
2. Los principales enfoques teóricos de la sociología son el funcionalismo, el estructuralismo, el interaccionismo simbólico y el marxismo. En cierto modo, estos enfoques son complementarios. Sin embargo, existen también profundas discrepancias entre ellos, que influyen en la forma que tienen de tratar las cuestiones teóricas autores que utilizan perspectivas diferentes.
3. Uno de los principales dilemas de la sociología tiene que ver con el modo de relacionar la acción humana con la estructura social. ¿Somos los creadores de la sociedad o nos crea ella a nosotros? La elección entre estas dos alternativas no es tan terrible como pudiera parecer a primera vista y el auténtico problema es cómo relacionar estos dos aspectos de la vida social.
4. un segundo dilema se plantea en relación a si las sociedades son armoniosas y ordenadas o si, por el contrario, están marcadas por un conflicto permanente. De nuevo, las dos perspectivas no son totalmente excluyentes y es preciso mostrar de qué manera se interrelacionan el consenso y el conflicto. Los conceptos de ideología y de poder resultan de gran utilidad para esta labor.
5. Un tercer dilema surge al plantearnos cómo deberíamos abordar el tema del género en el análisis sociológico. Las feministas han lanzado un desafío a la sociología que está empezando a dar sus frutos en la investigación empírica: actualmente se están realizando muchos más estudios sobre las preocupaciones y actitudes de las mujeres que anteriormente. Sin embargo, en sí mismos, estos estudios no responden a la pregunta de cuál sería e! mejor modo de analizar el género' en relación a los enfoques y conceptos existentes en la teoría sociológica.
6. El cuarto foco de continuos debates en sociología está relacionado con el análisis del desarrollo social moderno. ¿Los procesos de cambio en el mundo moderno se deben principalmente al desarrollo económico capitalista o a otros factores, incluyendo los no económicos? Las posiciones que se adoptan en este debate están influidas en parte por las ideas y actitudes políticas de cada sociólogo. La tesis de Weber sobre la influencia del puritanismo en el desarrollo económico moderno proporciona un útil ejemplo de lo que constituye una teoría valiosa. Las ideas de Weber siguen siendo polémicas, pero en muchos aspectos su teoría abrió un nuevo campo de estudio y estimuló muchas investigaciones posteriores.
Autor:
Rosita Mabel Alvarado Floriano
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