Resumen.
La temática de los valores, es una problemática que ha sido objeto de estudio de la teoría y la práctica pedagógica en la época contemporánea, en este caso desde el contexto de la Educación Secundaria Básica, donde se hace necesario un trabajo intencionado y personalizado en función del desarrollo de la personalidad de esos adolescentes. En el presente artículo se hace un breve bosquejo de la evolución histórica del tema y se analiza cómo se enfrenta desde la escuela la formación de los valores como una tarea pedagógica prioritaria, a su vez se involucra a la familia, los factores e instituciones de la comunidad como actores de este proceso. Se argumenta la necesidad y validez de la formación y fortalecimiento de los valores. Aborda en su contenido, las diferentes tendencias valorativas y conceptualiza los valores según el criterio de distintos autores que le dan tratamiento a la problemática. Y se analizan las características psico-pedagógicas del adolescente de Secundaria Básica cubano.
Palabras claves: formación; educación; valores.
Cuerpo de la monografía.
Desde la antigüedad fueron abrumadoras las discusiones en torno a los valores morales y su significación en el campo filosófico. El marxismo demostró científicamente, que la moral como forma de la conciencia social, depende de las relaciones establecidas entre la base económica y la superestructura de cualquier sociedad que esté vigente, sentándose así las bases para una interpretación científica del tema valores.
El problema de la formación de valores es una tarea esencial de la educación cubana. Por su complejidad en el desarrollo de la personalidad está presente en el análisis multidisciplinario de filósofos, sociólogos, psicólogos, pedagogos y políticos[1]cubanos los cuales están convocados a su reflexión, esclarecimiento y a la búsqueda de acciones a la luz de la realidad internacional y en particular de las condiciones históricas – concretas que vive la nación.
En Cuba, los valores y la adecuada contribución a su formación han sido un hilo conductor en la concepción de los planes y programas de estudios en todos los niveles de educación durante todo el proceso revolucionario. Su atención priorizada está dada en que "… se impone profundizar en la labor sistemática que se realiza en el sistema educacional para formar, desarrollar y fortalecer ininterrumpidamente valores esenciales que se incorporen conscientemente a la vida de los educandos".[2]
Cuba cuenta con un modelo de educación privilegiada por su calidad y nivel científico en cada una de sus educaciones, condición que mantiene, al proyectar el proceso educativo, no solo en función de la instrucción, sino de la formación integral de la personalidad de los educandos. A pesar de poder exhibir esa fortaleza, estratégicamente se realizan transformaciones en las enseñanzas, de las que, la Educación Secundaria Básica no está exenta.
Es precisamente en la Educación Secundaria, donde se define la formación del ser humano como un proceso general, abarcador y único, en el que tiene lugar la unidad de la instrucción y la formación (.) en las diferentes esferas del desarrollo del educando: cognitiva, volitiva y física, en los que intervienen entre muchos factores, los componentes de los valores que se interrelacionan para expresarse en cualidades y actitudes de la personalidad.[3]
Es en este nivel de educación, donde se proyecta la formación básica e integral del adolescente cubano, sobre la base de una cultura general que le permita estar plenamente identificado con su nacionalidad, dominar y entender su pasado, enfrentar su presente y garantizar su preparación futura para adoptar de manera consciente la opción del socialismo, y comprometerse con la defensa de las conquistas sociales y la continuidad de la obra de la Revolución, en sus formas de pensar, sentir y actuar.
En la consulta realizada a los tabloides del séptimo y octavo Seminario para educadores, se ratifica que, los valores en los que se hará mayor énfasis en el Sistema Nacional de Educación se encuentran: "la dignidad, la honradez, el humanismo, el patriotismo, la solidaridad, la honestidad, la responsabilidad y la laboriosidad"[4], criterio con el que se coincide a partir de la importancia de estos en la formación de la personalidad, pero más adelante en el mismo párrafo se aclara lo siguiente:"ello no significa en ningún momento aislamiento de unos y exclusión de otros, y mucho menos se identifica con prácticas esquemáticas de esta compleja labor"[5]
A criterio de los autores, aún cuando se reconoce que falta mucho por hacer en la formación de los valores mencionados, desea centrarse en la formación del valor altruismo, pues se considera a este un valor integrador, que lleva implícitos los modos de actuación de otros valores reconocidos y estimados como esenciales en la formación y desarrollo de la personalidad de los estudiantes y de hecho pondrá a la escuela y los demás agentes educativos en mejores condiciones de integrar el trabajo en este sentido.
Página siguiente |