- Resumen
- Introducción
- Desarrollo
- Recomendaciones para comenzar a cambiar
- Riesgos del ejercicio físico
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
Resumen
En el presente trabajo aborda como tema principal: el sedentarismo que constituye, por sí solo, un factor de riesgo para la salud, pues puede provocar diferentes enfermedades tales como la obesidad y además favorece los procesos degenerativos propios del envejecimiento. Se propone como objetivo principal: recopilar información de diferentes fuentes para constatar hasta qué punto una vida sedentaria influye de manera negativa en nuestra calidad de vida y los beneficios que aporta la actividad física para poder mantener un cuerpo saludable. En las conclusiones se refleja el sedentarismo como peligroso factor de riesgo y la importancia que tienen nuestros médicos de la atención primaria y de la población, en la identificación de la real amenaza que representa.
Palabras Claves: Salud, sedentarismo, factor de riesgo, actividad física, beneficios
El trabajo es tan antiguo como la humanidad y fue precisamente el trabajo físico el que proporcionó al hombre su exquisita diferenciación sobre el resto de las especies animales. 1
Sin embargo, en estos tiempos "modernos", la tecnología, cada vez más avanzada y el pujante e impetuoso desarrollo de la ciencia, traen como consecuencia directa o indirecta que la vida de los seres humanos se haga más confortable y fácil pues el esfuerzo físico es cada vez menos necesario para poder vivir.
Esto nos aleja de nuestras raíces, que perdidas en el amanecer de los tiempos, marcaron el inicio y el desarrollo de nuestra especie, que como elemento fundamental de distinción ha tenido la realización del trabajo físico e intelectual como recurso de subsistencia. 2
Ese esfuerzo físico, que mientras más antiguo fue más rudo, es una forma de movimiento y éste, a su vez, una característica esencial de la materia universal de la que también está hecho el cuerpo humano, por lo que se puede pensar que cuerpo y actividad física están unidos de forma esencial y su separación puede producir daños irreparables a la salud.
Sin dudas, esta antiquísima unión de cuerpo y esfuerzo físico ha dejado una huella profunda en la biología del ser humano incluyendo esa enmarañada red que resulta ser el genoma humano. 1
Y es por eso que cuando el progreso de la ciencia le resta esfuerzo al cuerpo y tiende a separarlo de su viejo compañero -el trabajo físico- entonces el cuerpo se hace débil y propenso a distintos tipos de procesos morbosos, porque el organismo humano se hizo con el trabajo y necesita de éste para mantenerse saludable. 2
El estilo de vida caracterizado por hábitos sedentarios, provoca un cuerpo débil que no le proporciona una buena "casa" a la mente, la cual, no podrá rendir todo lo que podría en un cuerpo fuerte, vigoroso y bien oxigenado. Está descrito, desde la antigüedad, que la actividad física aumenta el redimiento intelectual y le proporciona estabilidad a la mente para enfrentar situaciones estresantes.
El sedentarismo constituye, por sí solo, un factor de riesgo para la salud, pues puede favorecer procesos de enfermedades como la aterosclerosis, determinados tipos de cáncer, la osteoporosis, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, las hiperlipidemias, la obesidad y el exceso de estrés, además favorece los procesos degenerativos propios del envejecimiento y no resulta extraño encontrarlo asociado con el mal hábito de fumar, el alcoholismo y hábitos alimentarios inadecuados que también conspiran en detrimento de la salud. 8
Por la importancia de prevenir el sedentarismo en la población el objetivo de este trabajo analizar hasta qué punto una vida sedentaria influye de manera negativa en nuestra calidad de vida y los beneficios que aporta la actividad física a la salud.
Objetivo:
Recopilar información de diferentes fuentes para constatar hasta qué punto una vida sedentaria influye de manera negativa en nuestra calidad de vida y los beneficios que aporta la actividad física a la salud.
La actividad física estuvo asociada a la salud de las personas desde tiempos remotos. Los deportistas de la antigüa civilización griega, ocupaban un lugar destacado dentro de la sociedad y se llegaron a endiosar sus hazañas atléticas. A lo largo de la historia se fue relacionando la longevidad de ciertas poblaciones del planeta con estilos de vida activos y adecuada alimentación.
En los últimos años, la atención de los médicos cardiólogos estuvo centrada en un estudio muy importante realizado en EEUU con más de 70 mil enfermeras. Pudo observarse que, después de 8 años, las mujeres que caminaban más de 3 horas semanales tenían 35% menos de enfermedades de las arterias coronarias que sus compañeras sedentarias.
A esta investigación se sumaron otras publicaciones que demostraron una reducción del 50% en la mortalidad a 12 años entre hombres mayores que realizaban caminatas de 30 o más cuadras por día.
La variedad de estudios que establecieron la asociación íntima entre actividad física y salud cardiovascular llevó a la Asociación Americana del Corazón a declarar al sedentarismo como un factor de riesgo mayor para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. 1
El ejercicio físico regular contribuye a combatir este factor y más aún, al actuar directamente sobre el corazón y los vasos sanguíneos, es uno de los elementos más eficaces para prevenir la aparición y la progresión de la enfermedad. En las personas que ya han sufrido una enfermedad arritmia cardíaca, se ha comprobado que el ejercicio colabora en el tratamiento, mejorando la calidad y cantidad de años vividos.
Los beneficios del ejercicio físico no están solamente relacionados con la prevención de las enfermedades cardíacas. Los individuos que llevan un estilo de vida más activo se "sienten mejor" y producen en su cuerpo una resistencia superior ante las distintas agresiones que la vida y el paso de los años provocan. 3,4
Los adultos que conservan una vida activa llegan a edades mayores con mejor predisposición al trabajo y menor dependencia de aquellos que los rodean. Se han comprobado efectos beneficiosos del ejercicio sobre la conservación de la densidad de los huesos con un alto impacto en la prevención de la osteoporosis.
Diferentes dolores articulares y musculares se ven aliviados por sesiones especiales de ejercicios y la vida activa previene la aparición de este tipo de molestias. Los trastornos venosos de las piernas encuentran en la actividad física una de las más importantes y probadas formas de tratamiento. Las molestias físicas y los problemas estéticos que genera la insuficiencia venosa en miles de mujeres pueden ser prevenidos y tratados con programas adecuados de ejercicios físicos.3
Existe una relación positiva entre el sistema inmunológico (las defensas del organismo) y la actividad física. Varios estudios epidemiológicos han expuesto la menor prevalencia de diferentes formas de cáncer entre las personas físicamente activas. Experiencias recientes han sugerido que las mujeres que realizan ejercicios físicos en forma regular tendrían menor predisposición a tumores de mama y útero. La actividad física es una herramienta fundamental en la prevención y el tratamiento de la diabetes. Por otra parte, es un elemento indiscutible en la terapéutica de la hipertensión arterial. 5
No cabe duda que la actividad física regular ofrece una serie de posibilidades para "verse y sentirse mejor". Algunos de los beneficios con que el ejercicio físico contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas son los siguientes:
– Aumenta la resistencia a la fatiga e incrementa la capacidad para el trabajo físico y mental:
– Ayuda a combatir la ansiedad, la depresión y el estrés mental.
– Mejora la capacidad para conciliar el sueño.
– Provee una manera sencilla para compartir actividades con amigos y familiares contribuyendo a mejorar aspectos sociales.
– Ofrece mayor energía para las actividades diarias.
– Tonifica los músculos e incrementa su fuerza.
– Mejora el funcionamiento de las articulaciones.
– Contribuye a la pérdida de peso cuando esto es necesario. 6
A pesar de todos los beneficios probados, el sedentarismo sigue siendo muy importante entre las poblaciones de diferentes países.
Las facilidades que aporta la vida moderna llevan a las personas a adoptar estilos de vida menos activos. La mayor parte de las tareas laborales no están relacionadas con ejercicios vigorosos y los grandes adelantos técnicos tienden a favorecer la falta de actividad física. Las personas se trasladan en automóvil u ómnibus y miran televisión o se sienta frente a su computadora en los ratos libres. Todo esto ha llevado al hombre de hoy a un alejamiento progresivo de la actividad física. 2, 7
Las encuestas muestran que la población físicamente activa en Argentina alcanza apenas el 15 o 20%, es decir que de cada 10 personas 8 son sedentarias. Este fenómeno está influenciado por pautas culturales e históricas que no han sido modificadas y convierten a la sociedad argentina en mayoritariamente sedentaria.
En países donde las políticas de prevención y promoción masiva del deporte y el estilo de vida activa tienen mayor desarrollo, el sedentarismo no es tan alto. De todas maneras presentan tasas que alcanzan del 50 a 60% de la población.
El conocimiento de los enormes beneficios que provoca el ejercicio y la comprensión del elevado nivel de sedentarismo de la población deberían llevar a esfuerzos individuales y comunitarios para inducir a cambios en el estilo de vida. Países como Brasil, Canadá, Cuba, Estados Unidos e Inglaterra están aplicando programas destinados a promover la actividad física entre sus habitantes tratando de concientizar en las personas los beneficios de una vida activa. 5
Enfermedades vinculadas al sedentarismo
El sedentarismo constituye, por sí solo, un factor de riesgo para la salud, pues puede favorecer procesos de enfermedades como aterosclerosis, determinados tipos de cáncer, la osteoporosis, la hipertensión arterial, la diabetes mellitas, las hiperlipidemias, la obesidad y el exceso de estrés, además favorece los procesos degenerativos propios del envejecimiento y no resulta extraño encontrarlo asociado con el mal hábito de fumar, el alcoholismo y hábitos alimentarios inadecuados que también conspiran en detrimento de la salud.
Las consecuencias pueden ser muchas:
Propensión a la obesidad: la persona sedentaria no gasta las grasas que consume y estas son almacenadas en áreas como el abdomen, lo que aumenta su volumen. Contrariamente a lo que se piensa, que reduciendo la cantidad de alimentos con las dietas se reduce el volumen de grasas, las dietas sin un régimen deportivo lo único que hacen es activar dichos "almacenes de grasa". Una dieta sin deporte está condenada al fracaso.
Debilitamiento óseo: la carencia de actividad física hace que los huesos y los músculos pierdan fuerza y se debiliten, lo que puede derivar en enfermedades óseas como la osteoporosis, que se manifiesta en un debilitamiento de los huesos.
Cansancio inmediato ante cualquier actividad que requiera esfuerzo físico como subir escaleras, caminar, levantar objetos o correr.
El aumento del volumen de grasas en el organismo implica también el colesterol en el cual las arterias y venas se vuelven también almacenes de grasas inutilizadas, lo que hace que el flujo sanguíneo hacia el corazón sea menor y por lo tanto tenga que hacer un doble esfuerzo. De esto vienen los problemas cardíacos y fatiga ante cualquier esfuerzo.
Problemas de espalda que generan dolores frecuentes.
Propensión a desgarros musculares.
También puede debilitar la mente, ya que el cansancio, el estrés, que generan estas consecuencias, llegan directamente al cerebro.
Menor digestión. 8
Aunque durante la infancia y adolescencia la mayoría de nosotros mantiene un nivel de actividad física más que suficiente a través del juego y de diferentes actividades deportivas, las oportunidades y la motivación para realizar ejercicio físico se reducen a medida que vamos cumpliendo años. Para evitar que esta tendencia desemboque en el indeseable sedentarismo, resulta esencial que los hábitos relacionados con una vida activa se consoliden en las dos primeras décadas de nuestra vida. De ahí en adelante será preciso poner al alcance de los adultos de cualquier edad, los medios necesarios para que puedan mantener un cierto nivel de actividad física diario. 3,
La falta de ejercicio o sedentarismo disminuye la capacidad de adaptación a la actividad física posterior cayendo así en un círculo vicioso. A su vez, la proporción de grasa es cada vez mayor en relación con los demás tejidos, aunque no necesariamente haya aumentado de peso, debido a la disminución de la masa muscular. Si una persona que realiza un trabajo sedentario (como estar sentado frente a una computadora) corre o camina unos kilómetros sin haber realizado un entrenamiento previo, pasará los días siguientes con dolores y molestias. Lo mismo ocurre cuando se comienza a practicar una actividad física.
El sedentarismo acarrea también disfunciones orgánicas: estreñimientos, várices, propensión a la inflamación de los órganos abdominales (provocada por distensión de los músculos debilitados de la pared abdominal), sensación de fatiga. Muchos dolores de espalda que no tienen origen en traumatismos o enfermedades se deben a la debilidad de los músculos de esa zona, que se contractura de forma casi permanente. A menudo, el simple esfuerzo de mantener erguida la espalda representa para el sedentario una exigencia mayor de la que sus músculos son capaces de soportar. 8
Además el sedentarismo se asocia con frecuencia al síndrome metabólico que comprende un conjunto de factores de riesgo de cardiopatía isquémica y diabetes mellitus tipo 2. 9
Cuando se lleva una vida sedentaria, el esqueleto se vuelve frágil y débil y pierde paulatinamente su aptitud para cumplir funciones más allá de los movimientos rutinarios. El hueso, contrariamente a lo que se cree, es un tejido muy activo: a lo largo de toda su vida modifica su estructura interna según los requerimientos de resistencia y tensiones a los que se ve sometido. En el complicado entramado microscópico de los huesos, unas células llamadas osteoblastos fabrican tejido óseo en las zonas que necesitan ser reforzadas a causas de las demandas externas de resistencia. Como contrapartida, otro grupo de células -los osteoclastos- se dedican a destruir hueso reabsorbiendo el calcio y los demás componentes óseos en aquellos lugares donde no hacen falta. Por eso el esqueleto del individuo sedentario se descalcifica progresivamente (lo que deviene en osteoporosis) y se vuelve menos resistente a tensiones, más frágil a los traumatismos y más propenso a enfermedades degenerativas como artrosis y artritis, que el de quienes viven asiduamente entrenados. Sin embargo, la capacidad del hueso para remoldearse requiere cierto tiempo de adaptación progresiva a las nuevas exigencias: si no se toma en cuenta ese proceso pueden producirse desgastes y lesiones por abuso tanto o más graves que las provocadas por desuso. 8
La calidad de vida de una persona se puede medir según distintos parámetros. Uno de ellos es el envejecimiento neurológico, por el cual se va teniendo menor respuesta y menor capacidad de reacción ante los estímulos, como por ejemplo un bocinazo, un cambio de luces o una situación de emergencia. Esto está íntimamente relacionado con la velocidad: a medida que pasa el tiempo nos ponemos más lentos y la lentitud es un gran indicador de la pérdida de rendimiento. Y no hay que mirar muy lejos para encontrar ejemplos: observe a personas mayores que caminan mucho o hacen gimnasia, trabajan y se mueven todo el día y luego a inactivos contemporáneos de éstos, que se sientan a mirar televisión y dan apenas los pasos imprescindibles para satisfacer sus necesidades. Verá que la diferencia física (e incluso la mental) es notable. 10 Por eso, la actividad física beneficia la función cardiorrespiratoria y de ella depende nuestra resistencia al esfuerzo. Una vida sedentaria, que suele ir acompañada por una mala alimentación y un mal descanso, desemboca irremediablemente en un deterioro del organismo y, en muchos casos, en una enfermedad crónica. Y las enfermedades cardiovasculares son enfermedades crónicas degenerativas, fuertemente asociadas a las condiciones de vida. Los músculos del cuerpo tienden a aplanarse, a perder fuerza y a endurecerse si no se los trabaja correcta y periódicamente. Lo mismo ocurre con la flexibilidad: hay que ejercitarla si no queremos perderla. Todo esto nos demuestra hasta qué punto una vida sedentaria influye de manera negativa en nuestra calidad de vida. 3
Cuerpo en movimiento y Salud
Podemos identificar tres clasificaciones diferentes en relación con la inactividad y el ejercicio, las cuales, en orden ascendente de condicionamiento físico, son:
1. El nivel sedentario, con escasa o nula actividad física. Se trata de personas que, probablemente, soportarán más enfermedades, vivirán menos, y sufrirán una calidad de vida relativamente baja.
2. El nivel de aptitud de ejercicios de baja intensidad en relación con la salud y la longevidad. Los que se ubican aquí obtendrán beneficios significativamente más elevados que los pertenecientes al primer nivel en términos de índices de enfermedad más bajos y de vida más prolongada.
3. El nivel atlético de ejercitación, que se acerca -y a veces llega- al nivel de aptitud requerido para competir, pero que no implica sobreentrenamiento. Quienes se ubiquen aquí se caracterizarán por una vida más prolongada, un riesgo algo menor de padecer enfermedades graves y una calidad de vida más elevada. Sin embargo, sobrepasarse en la búsqueda de una aptitud aeróbica -es el caso de atletas súper competitivos- sólo puede conducir a perder los mismos beneficios que se intentan lograr. 6
Prevención
El sedentarismo se previene desde temprana edad en los niños, por medio de la sana educación física. Enseñar al niño la importancia del deporte en su vida, es una obligación de padres y educadores. Si el menor de edad no le da la importancia que tiene a la actividad física desde temprana edad, será un adulto propenso al sedentarismo. La educación física es cuestión de salud vital. De la misma forma los estados deben velar por la promoción deportiva entre su población y no hacer del deporte un privilegio de pocos. Una sana alimentación está también en la línea de la prevención del sedentarismo. Empresas y lugares de trabajo en general deben tener un espacio para las actividades físicas de su personal. Reducir el sedentarismo, es reducir el riesgo de enfermedades. El deporte no es perder el tiempo. 8
Actividad física
La actividad física debe ser una actividad metódica, es decir, regular, que implique que todos los órganos del cuerpo se pongan en movimiento, se usen, movilizando los músculos y los huesos. Muchas de esas actividades físicas son tan simples como caminar o usar la bicicleta.
Caminar es la actividad física más elemental y completa. No se trata de recorrer un par de metros dentro de la casa, sino de ponerse metas: recorrer un kilómetro cada día. Las formas más elaboradas de esta actividad la constituyen disciplinas como el marchismo o el montañismo. Una regla de oro para quien quiere dejar el sedentarismo es no utilizar vehículos allí en donde sean prescindibles.
La natación es dicha el deporte más completo, porque pone en acto todos los músculos del organismo.
El ciclismo, sobre todo practicado en equipo, puede resultar un deporte atractivo, además que la bicicleta puede ser un medio de transporte dentro del barrio, la urbanización e incluso en lugares de trabajo o estudio con grandes áreas.
Los gimnasios se han vuelto bastante populares. Algunas personas los ven como vanidad, pero a decir verdad son los lugares más completos para garantizar el ejercicio físico que el organismo requiere.
Bailar, una actividad divertida y presente en todas las culturas, es otra manera de mover el cuerpo y salir del sedentarismo.
Atletismo, el más antiguo y el sinónimo de deporte por excelencia explota todas las capacidades del organismo, tanto fuerza como resistencia, velocidad y una depurada técnica.
Es muy importante tomar en cuenta la actividad física para poder mantener un cuerpo saludable y sin hipercolesterolemia. 6
Recomendaciones para comenzar a cambiar
Es importante enfatizar que los niveles de actividad física requeridos para la promoción de la salud no necesariamente deben ser de elevada intensidad. No es necesario tener el entrenamiento de un atleta para lograr resultados y las personas sedentarias pueden mejorar su aptitud física comenzando con breves períodos de ejercicios livianos. Lo primero en una persona inactiva es comenzar a ponerse en movimiento, aunque sólo lo haga pocos minutos al día. Tal vez este sea el punto más importante para iniciar un cambio en el estilo de vida. 10
Consejos par lograr que la actividad física forme parte de la vida
Camine en lugar de usar medios de transporte: si utiliza un transporte público, bájese un par de paradas antes de su destino. Use menos su automóvil y, cuando lo haga, trate de estacionar en un lugar más alejado que el habitual.
Utilice escaleras en lugar del ascensor.
Tómese dos minutos por hora en el trabajo o el hogar para "estirar las piernas" y movilizar los músculos.
Aproveche los momentos de ocio para movilizar las articulaciones con ejercicios de poca intensidad. Realice un breve paseo a pie antes del desayuno o la cena (o ambos).
Cambie 10 minutos de televisión por un par de vueltas a la manzana.
Vaya caminando o en bicicleta a realizar las compras simples de todos los días.
Saque a pasear a su perro todos los días.
Cuando camine, trate de ir acelerando su paso progresivamente. Si puede, elija caminos con subidas y bajadas.
Cuando mire televisión, trate de hacerlo sentado en lugar de acostado o tendido en un sofá. Tenga lejos el control remoto para movilizarse cuando quiera cambiar de canal.
Hable por teléfono en posición de pie, con mínimos movimientos, en lugar de hacerlo sentado.
Haga las cosas por Ud. mismo. No pida que le traigan algo, búsquelas.
Si su trabajo le permite una pausa (hora de almuerzo, por ejemplo) utilice 10 minutos para dar un paseo a pie. Seguramente estas pequeñas cosas le incentivarán para continuar ya que un mayor bienestar suele acompañar en forma rápida a estas medidas. A partir de allí, un aumento en la velocidad de la marcha diaria, un mayor tiempo dedicado al movimiento y la programación de una actividad reglada podrán alejarlo cada vez más del sedentarismo. 10
Como toda sobrecarga al aparato cardiovascular, el ejercicio físico puede desenmascarar enfermedades latentes y generar algún problema cardíaco. Sin embargo, los beneficios del ejercicio con regularidad superan ampliamente a los eventuales riesgos. Más aún, los pocos frecuentes eventos cardíacos se producen en su mayoría ante ejercicios vigorosos, para los cuales, por otra parte, es necesario tener un examen cardiovascular previo. 4
También es posible la aparición de lesiones traumatológicas generadas por el ejercicio vigoroso. Existen métodos y conductas para minimizar los riesgos. Los riesgos más frecuentes de la actividad física y los deportes están relacionados con las lesiones musculares, óseas y articulares. Estos eventos ocurren, por lo general, cuando el ejercicio es demasiado intenso para esa persona o bien cuando se comienza un deporte después de mucho tiempo de inactividad.
Es necesario tomar ciertas precauciones destinadas a la prevención de este tipo de lesiones. Uno de los puntos más importantes se relaciona con el período de calentamiento previo al inicio de la actividad y la "vuelta al frío" antes de suspenderla. 3
También es de suma importancia no imponerse metas demasiado exigentes para los primeros tiempos de la actividad. Esto lo llevaría a realizar ejercicios bruscos y muy intensos que pueden producir lesiones.
No es conveniente continuar con el ejercicio si existen dolores musculares o en las articulares. Lo mejor es suspender la actividad por lo menos hasta que un médico aconseje al respecto.3
1. Resulta muy importante que los médicos de la atención primaria y la población, identifiquen la real amenaza que representa el sedentarismo como un peligroso factor de riesgo para la salud, pero que a la vez puede ser fácilmente neutralizado con sólo unos minutos de actividad física al día cuando menos 3 veces por semana, lo que constituye un económico medicamento natural.
2. Se debe tener presente que el cuerpo humano es un complejo artefacto lleno de sistemas en movimientos internos y externos que van desde los más complejos procesos biológicos a nivel molecular hasta los movimientos perceptibles como la contracción muscular.
3. Hay que recordar siempre que el movimiento favorece al movimiento, por lo que la actividad física, es decir, la contracción muscular, favorece los movimientos internos del organismo, que abarcan todos los procesos biológicos; pero debemos tener en cuenta que para lograr este resultado los ejercicios deben ser orientados y dosificados adecuadamente, pues si bien es cierto que la inactividad física resulta dañina, también puede serlo la práctica incorrecta o excesiva.
1. El Sedentarismo, factor de riesgo contrario a la esencia humana. Revista Cubana de Medicina General Integral, Ciudad de La Habana mayo-jun. 1998, Editorial Ciencias Médicas
2. El síndrome metabólico: un alto riesgo para individuos sedentarios. ACIMED v.20 n.2 Ciudad de La Habana ago. 2009.
3. El 6 % de las muertes mundiales se atribuyen a la inactividad física y el 13 % a la hipertensión. Disponible en: http://boletinaldia.sld.cu/aldia/2013/04/10/el-6-de-las-muertes-mundiales-se-atribuyen-a-la-inactividad-fisica-y-el-13-a-la-hipertension/.
4. Ejercicio y Salud. Disponible en: http://www.bago.com/cardired/Ejercicio_salud/Ejercicio_salud.asp
5- Ejercicio físico. Disponible en: http://logon.prozis.es/category/textos-sobre-salud/ejercicio-fisico-textos-sobre-salud/
6. Estilo de vida, desarrollo científico-técnico y obesidad. Rev Cubana Salud Pública v.35 n.3 Ciudad de La Habana jul.-sep. 2009
7. Sedentarismo físico. Disponible en: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Sedentarismo_f%C3%ADsico&oldid=77998578
8. Videoconsolas no reducen ni el sedentarismo ni la obesidad. Disponible en: http://boletinaldia.sld.cu/aldia/2010/12/25/videoconsolas-no-reducen-ni-el-sedentarismo-ni-la-obesidad/
9. Vivir sano. Disponible en: http://www.saludalia.com/Saludalia/web_saludalia/vivir_sano/doc/ejercicio/doc/sedentarismo.htm
10. Zarco P. Tiene el ejercicio físico un efecto preventivo en la enfermedad cardiovascular. Rev. Clin Esp 1997; 180 (1): 55-60
Autor:
Claudia B Morales Díaz
Beatriz Chaviano Fuentes
Yanet Castañeda Gómez
* Estudiantes de 1er año de Medicina
Curso: -2015
Enviado por:
Georgina Diaz
Universidad de Ciencias Médicas
"Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz"
Facultad de Medicina
FUM Manicaragua