La independencia de las naciones de Hispanoamérica alentó las aspiraciones sobre la necesidad de la integración, elementos recogidos en los idearios de los principales próceres de la independencia del subcontinente, las que aparecen en sus formas más acabadas en el ideario Bolivariano primero, continuada y llevada a un nivel mayor de complejidad por José Martí.
El proceso integracionista en América Latina y el Caribe, se mueve en dos grandes vertientes, la autóctona y la promovida por el norte anglosajón, ajena a nuestros intereses. La primera de ellas fue promovida por Bolívar al convocar al congreso de Panamá en 1826, cuyo objetivo principal era salvar a los pueblos de América del peligro que representaban ya los EE UU para el desarrollo económico independiente de los pueblos latinoamericanos.
El fracaso de este intento integracionista, estuvo originado no sólo por las presiones externas, sino también por la diversidad de intereses políticos y económicos de las oligarquías nacionales, por su miopía y estrechez de objetivos. Lo que fue aprovechado por los EE UU, que sobre la base de las doctrinas elaboradas durante el siglo XIX y lidereadas por Monroe llevaran a la elaboración de un proyecto imperialista de integración, que se presentó en 1889 con la convocatoria y organización de la Primera Conferencia Panamericana.
La conferencia nos permite hallar las raíces del modelo diseñado que se implementaría con posterioridad, esta se realiza en el contexto de un debilitamiento del poderío económico inglés y de la naciente industria norteamericana, cuyas intenciones eran las de controlar los mercados de Latinoamérica, arrojando del mismo a sus competidores europeos.
En el fondo de todo ello se halla un proyecto que es elaborado ante la necesidad urgente de la naciente oligarquía financiera de ubicar sus mercaderías y capitales en los mercados de la región ante la imposibilidad de abrirse un espacio en los europeos ( debido a la baja, competitividad de las mercancías norteamericanas de la época y a la situación de crisis de superproducción que afectaba a la economía norteamericana en esos momentos), la naciente burguesía monopolista yanqui se aprovechó del deseo de una parte significativa del sector agroexportador de la región para favorecer "cambios y modernizaciones", favorables para las élites Gobernantes.
Martí al analizar los resultados de la Conferencia convocada por Blaine alertó sobre el peligro que representaba la integración del lado del coloso del norte y como ella cerraba entre otras cosas nuestro comercio a una mayor amplitud de relaciones. Esta conferencia dio a nuestro apóstol la posibilidad de prever el futuro de lo que sería para nuestra América una integración bajo la égida yanqui. Comprendió mejor que nadie los objetivos que perseguía el "amigo de nuestros pueblos". Y señalaba con gran acierto.
…Y han de poner sus negocios los pueblos de América en manos de su único enemigo.1
En este Congreso nació el "Panamericanismo" del norte ajeno al ideal bolivariano y martiano, en el se discutieron propuestas en materia de libre comercio, unión aduanera, moneda única, derecho de marcas, algunas de las cuales llegaron a adoptarse en alguna medida como resultado de los acuerdos de la Conferencia Monetaria Internacional también convocada desde el norte.
El análisis martiano sobre la integración económica de nuestros pueblos nos sirve para poder comprender cómo a través del ALCA, (Acuerdo de Libre comercio para las Américas), propuesto por EEUU, se cumplen las previsiones de nuestro Héroe Nacional sobre el peligro que representaba y sigue representando para nuestros pueblos una integración dirigida y diseñada desde el norte.
¿ Por qué las propuestas del norte vuelven a tomar fuerza en los años finales del siglo XX y principios del XXI ?
A partir de los años 80 del presente siglo la integración económica se convierte en un imperativo para los pueblos de América Latina y el Caribe, teniendo como objetivo el de crear espacios económicos que contribuyan a incrementar la competitividad de las economías nacionales en los mercados internacionales, e insertarse en ellos, así como facilitar la participación coordinada de los mismos en los foros multilaterales, adquiriendo un poder de negociación mayor.
La posición norteamericana frente a los procesos integracionista que se desarrollaban en el área en los años 60 y 70 fueron de confrontación (dentro del marco de la política elaborada en los años 60 denominada como la de "La Nueva Frontera", tratando de frustrar los posibles procesos e integración, para lograr este objetivo fue regulada la actividad del capital norteamericano en estas naciones. Ello no impidió que en las Empresas Transnacionales (ETN) se beneficiaran con dicha política.
El proceso de reestructuración de la economía mundial originado por el proceso acelerado de globalización económica, la crisis y desplome del llamado "socialismo real Esteuropeo", ligado al nuevo papel hegemónico desempeñado por los EEUU y el recrudecimiento de las contradicciones interimperialistas, donde los centros del poder mundial tratan de asegurarse nuevos escenarios económicos y geopolíticos, todo lo cual incrementa la necesidad de la integración económica y la búsqueda de nuevos y mayores espacios económicos, fenómeno del cual no escapa la economía norteamericana y latinoamericana.
En los años 90 se efectuó un cambio en la política norteamericana para la región, que implicó un nuevos rediseño en las relaciones económicas y políticas que presuponía él transito de la "preferencialidad a la reciprocidad". Ello implica costos y beneficios asimétricos entre socios desiguales, mientras se mantenía en la política de los EEUU el principio de la "condicionalidad", como factor de elegibilidad. El lanzamiento de la política denominada "Incitativa para las Américas"; Lleva al reconocimiento por parte de EEUU de la necesidad del establecimiento de acuerdos regionales y subregionales, ello generó expectativas que no han sido satisfechas.
Al calor de esta nueva coyuntura, EEUU sigue considerando por su ubicación geográfica y subordinación política a América Latina y el Caribe como su "coto Privado", su espacio económico natural lo que se vería reforzado con la creación de un área de libre comercio para las Américas, el cual representa el elemento económico básico en su estrategia hemisférica actual. Este seria el espacio donde las ETN norteamericanas llevarían a cabo una ofensiva contra sus rivales europeas y podrían así transferir al área los costos de la necesaria reestructuración de la economía yanqui, la que se manifiesta en:
- La economía norteamericana se ha convertido de una economía acreedora en deudora.
- Su infraestructura y parque industrial se ha deteriorado y en muchos ramas, como es el del acero, se ha tornado en obsoleto.
- Ha ocurrido una penetración del capital europeo y asiático en las principales economías del subcontinente, jugando estos capitales un papel de cierta contención a la expansión del capital norteamericano lo que pone en riesgo de las ETN yanquis, en una región económica exclusiva hasta hace poco tiempo.
Estos elementos evidencian que la economía norteamericana necesita de la integración con el subcontinente. Para dar solución a sus problemas económicos y credibilidad de su posición hegemónica a nivel global y regional, fenómeno alertado por Martí. La creación del ALCA se inserta de maravillas en los planes geoestratégicos de los EEUU. Con ella se remoza el viejo Panamericanismo, de inspiración Monroeista. Los objetivos propuestos por esta integración se orientan a:
- Contener el aumento de la penetración comercial e inversionista de la UE y los países de la cuenca del pacífico y China en América Latina y el Caribe e impulsar la creación de una zona hemisférica de libre comercio.
- Acelerara la consolidación del sistema de dominación en el subcontinente, dirigidos a reforzar el compromiso de las elites con los ajustes neoliberales.
- Afianzar los modelos de democracia neoliberal.
Como en el siglo pasado el coloso del norte utiliza la integración en su beneficio y en perjuicio de nuestra América, se nos convoca nuevamente a un convierte que en nada beneficiará a nuestros pueblos, por lo cual muestra la vigencia de las ideas martianas sobre el tema de la integración partiendo de un modelo foráneo
"…Antes de unirse a un pueblo, se ha de ver que daños y beneficios pueden venir naturalmente de los elementos que la componen" 3
La integración propuesta por los EEUU en el nuevo contexto económico mundial permitirá a los mismos ejercer sobre la región su liderazgo, siendo este un proyecto funcional para los intereses de los monopolios norteamericanos y se corresponden con su política de hallar nuevos espacios económicos en la región y entronca en la nueva política geoestratégica de la nueva derecha en el poder, la integración desde el norte sigue siendo un peligro para los países de nuestra América.
La implementación del ALCA, encierra grande peligros para las economías de los países latinoamericanos.
Primero: Resultado de la implementación del Fast Track o vía rápida, se le daría la facultada al presidente de los EEUU de aprobar, acuerdos de libre comercio con los países de la región de forma individual, sin esperar la aprobación del Congreso), ello da la posibilidad de negociar y establecer acuerdos por separado con cada uno de ellos, lo cual limitaría a los mismos toda posibilidad del establecimiento de acuerdos en bloque, EEUU limita toda posibilidad de una acción mancomunada de nuestros pueblos a la hora de defender sus objetivos comunes, ello afectaría en especial a los países que no se hallan insertados en bloque económicos subregionales, e impide establecer políticas comunes que les garantice el cumplimiento de los objetivos orientados al desarrollo económico.
Traería para ellos grandes desequilibrios macroeconómicos y en especial para la economías pequeñas que por lo general son las menos desarrolladas que no podrían elaborar estrategias de desarrollo económico y social acorde a sus necesidades y posibilidades.
Segundo: Un tratado de integración liderado por los EEUU llevaría al dominio de las ETN norteamericanas y desprotegería aun más a los países de la región en especial a aquellos cuyas economías son las más débiles del continente y que como resultado del proceso de globalización han ido quedando excluidas.
Tercero: Ella reforzaría el papel de las mismas como economías serviciadoras (de materias primas, productos semielaborados y manufacturas simples), de las economías del centro
Cuarto: Conduciría a la marginalización de todo un conjunto de economías pequeñas como las caribeñas y centroamericanas que tienen poco o casi nada que ofrecer.
Quinto: Llevaría al desmembramiento de los bloques regionales y subregionales lo cual frenaría el desarrollo de la región y reforzaría la dependencia.
La integración económica es un imperativo de nuestros pueblos pero no por ello la misma debe condenarlos a la ruina económica, la vertiente que proviene del norte condena a nuestros pueblos al reforzamiento de la dependencia en todos los ordenes. Aún cuando se nos presente como opción de desarrollo. El ALCA reforzaría el dominio de los EEUU hacia nuestro entorno geográfico cultural e histórico, esta no nos posibilitaría el desarrollo socio económico, ella reforzaría los graves problemas estructurales que aquejan al continente y las alejaría aún más del tan necesario desarrollo al que aspiran nuestros pueblos. A través del ALCA las ETN norteamericanas estarán en condiciones más favorables de depredar nuestros recursos económicos. El ALCA nos convertirá a la mayoría de las economías de la región en socios de segunda clase
El ALCA como proyecto geoestratégico del imperio, se tiene que combinar necesariamente con la aplicación de las políticas neoliberales, lo cual permitirá una consolidación del patrón de acumulación transnacional implementando por las ETN y en especial las norteamericanas que llevaran a la larga que se profundice aún más la brecha en el desarrollo entre el norte y el sur, ella representara una agravación de la pobreza en que se hallan sumido hoy 210 millones de latinoamericanos y caribeños, así como otros graves problemas asociados con la deformación estructural típica de nuestros pueblos, ella acelerara la desaparición de la industrias nacional incapaz de competir con la potente industria del norte, nuestra región vera un crecimiento de las maquilas y un deterioro acelerado de los niveles salariales y de vida de nuestros trabajadores.
El empleo se vera cada vez más precarizado y los niveles de desempleo se tornaran astronómicos.
Al filo del nuevo, en el que predomina el pensamiento globalizado y diseñado en los países del centro, hay quienes en nuestra América piensan que la integración a través del ALCA es la panacea que nos ofrece este "Panamericanismo" contemporáneo a lo Blaine, es como en el siglo XIX nuestro destino manifiesto, olvidando que nuestros países por su cultura, desarrollo, idiosincrasia y objetivos orientados al desarrollo difieren de los elaborados en el norte. La concepción del ALCA desde las posiciones de EEUU como metrópolis neocolonizadora es inaceptable para nuestros pueblos, pues desde el punto de loas costos y los beneficios proclamados por la doctrina global del imperio representa para nuestros pueblos más costos que beneficios y es intolerable para nuestros países
- González Frank. "Integración impostergable"/ En revista América Nuestra. No.5 Pág .4 a 5, 1996
- Medina Nuñez Ignacio. "Nuestra América. Raíces de la integración"/ En revista América Nuestra. No.3 Pág. 22 a 25, 1998
- Martí Pérez José. "Nuestra América"/ Editorial de Ciencias Sociales.1991 C. Hab. T.6. Obras completas.
- Requeiro Bello Ma Lourdes. " La integración no es una panacea"/ En revista América Nuestra. No.2, Pág. 33 a 36. 1998
- Rivery Joaquín. " ALCA y la integración Latinoamericana"/ En revista América Nuestra. No.2, Pág. 389 a 39, 1998
Autor:
Profesor Instructor: Luis Lazo Valdespino
Profesor Auxiliar. René Rodríguez Sarda
Los autores son profesores del departamento de Marxismo Leninismo del Centro Universitario Guantánamo, Luis Lazo Valdespino es profesor de Teoría Sociopolítica, ha participado en eventos nacionales, autor de varios artículos sobre temas de política internacional. René Rodríguez Sarda es profesor de economía política, ha participado en varios eventos internacionales y nacionales, es autor de trabajos sobre la Economía Internacional.