Las habilidades comunicativas en el proceso enseñanza-aprendizaje de la educación superior
Enviado por Osiel Rodríguez Mesa
Resumen
Muchos de los problemas acaecidos en nuestra sociedad a lo largo de la historia están relacionados con la comunicación. Es por ello que en la actualidad los estudiosos del tema le confieren alta importancia. Diversos son los enfoques y criterios que han surgido a través de la historia de la comunicación, haciendo énfasis cada uno de ellos en aspectos diferentes, pero todos de una manera u otra han contribuido con aportes a esta disciplina.
Las habilidades comunicativas son competencias o destrezas que desarrollan los hombres en un tiempo determinado para su desempeño. Estas habilidades comienzan a formarse desde la niñez donde intervienen factores de carácter personológico y donde juega Un papel determinante la educación desde un nivel primario hasta el superior.
La educación Superior juega un rol importante dentro de este proceso, ya que asume al individuo con una formación adquirida en niveles inferiores y es en esta etapa, donde se exige un mayor rigor y desempeño, pues este es el peldaño que los conduce a la vida profesional. El proceso de enseñanza–aprendizaje es la plataforma para modelar al estudiante, prepararlo, nutrirlo de conocimientos para que sea capaz de transformar la sociedad. Es por ello que este se convierte en el escenario propicio para desarrollar las habilidades comunicativas que deben poseer en su desempeño como futuros profesionales.
Introducción
La comunicación entre los hombres más allá de ser un tema apasionante dentro del mundo del conocimiento, resulta necesario y de vital importancia para el desarrollo social. Los humanos desde épocas remotas han tenido que convivir entre grupos o comunidades, utilizando diferentes sistemas de comunicación, con una gran variedad de lenguajes, signos, códigos, que han originado su complejidad. Muchos de los problemas sociales acaecidos en la historia de la humanidad guardan relación con este fenómeno. Es por ello, que se hace cada vez más ineludible el interés por la comunicación y su estudio.
Existen autores que han definido a través de la historia el término comunicación y aunque existen puntos coincidentes acerca de los elementos que en ella intervienen; tales como la participación de dos o más sujetos, que mediante un canal hacen uso de un conjunto de recursos lingüísticos, se carece de una unidad de criterios en cuanto a la presencia de recursos extraverbales, ni se puede decir que exista regularidad en cuanto a sus concepciones. Estas diferentes concepciones aportan un enfoque diferente al análisis del fenómeno al remitirse a referentes conductistas, psicolinguísticos, cognitivistas, constructivistas o histórico culturales. Al respecto cabe mencionar a Noam Chomski (1968), Jean Piaget (1987), B. F. Lomov (1984), Fernando González Rey (1995), A. N. Leontiev (1981), y Lev S. Vygotsky (1991).
La comunicación es un proceso de intercambio e interacción que se establece entre las personas que ocupan un lugar en la sociedad. Algunos estudiosos del tema profundizan en el lenguaje como elemento esencial para establecer el diálogo y lo vinculan con la capacidad de pensar y el razonamiento. Esto hace que existan otras expresiones que van más allá del lenguaje verbal denominadas como lenguaje no verbal. Para ellos el comportamiento de los seres humanos ejerce influencia sobre aquellos con quienes intercambian, por lo que piensan que la comunicación es expresión fiel de las relaciones que median entre sus participantes.
El proceso de comunicación es una vía esencial del desarrollo de la personalidad. Desde su propio nacimiento el hombre intenta comunicarse de distintas maneras y durante el transcurso de su vida desarrolla habilidades que le permiten relacionarse y establecer una comunicación eficaz con otros individuos.
Estas habilidades comunicativas que el hombre desarrolla a lo largo de su vida son las que logran efectividad en los procesos en que este interviene. Por otro lado, si se carece de habilidades comunicativas se obstaculizan los procesos, se entorpecen. Es por ello que en la actualidad se le da extrema importancia a la comunicación y al desarrollo de las habilidades que deben desarrollar aquellas personas que intervienen en estos procesos.
Las habilidades comunicativas juegan un papel determinante dentro del proceso enseñanza-aprendizaje. Resulta complejo desarrollar habilidades intelectuales o profesionales si existen problemas con el desarrollo de las habilidades comunicativas. Estas son necesarias para realizar una correcta asimilación del conocimiento, pero además condicionan al individuo y lo nutre de herramientas para su desempeño como futuro profesional y su interacción social.
El objetivo de este trabajo es: caracterizar las habilidades comunicativas que se desarrollan en el proceso enseñanza-aprendizaje de la Educación Superior. Para atender a este objetivo se hace necesario consultar el criterio de diversos autores.
Desarrollo
En la situación de comunicación el hombre interviene como personalidad y la eficiencia en su actuación está dada por elementos ejecutores, instrumentales, motivacionales, caracterológicos y personológico. Muchos factores intervienen en este caso. Cualquier experiencia que enriquezca la personalidad potencialmente favorece sus posibilidades para la comunicación. Sin embargo, deben delimitarse aquellos elementos que al nivel de la acción pueden ser entrenados en algunas esferas como es la del magisterio y contribuir así a un mayor grado de profesionalismo, sin descartar otras influencias educativas. Estos elementos son precisamente las habilidades.
La determinación de las habilidades para la comunicación es objeto de polémicas actualmente en la Psicología y en otras ciencias. La literatura evidencia bastante incongruencia e imprecisión en el tema: no todos los autores señalan las mismas habilidades; estas, si se encuentran declaradas, no aparecen operacionalizadas; en ocasiones se trabajan como habilidades rasgos del carácter, cualidades emocionales, actitudes, etc. También la polémica se extiende hacia sus posibilidades de desarrollo o no y a través de qué vías.
Existen diferencias en cuanto al éxito que alcanzan las diferentes personas en su comunicación con otras. En ello intervienen en gran medida ciertas cualidades de personalidad, la presencia de ciertas actitudes, que hacen del sujeto un buen o un no tan buen comunicador. Sin embargo, estimamos que también intervienen en el éxito algunas habilidades que lo hacen tener una actuación más eficaz. A ellas es que nos referiremos en el presente trabajo.
El profesor estableciendo una adecuada comunicación dentro del proceso pedagógico, un adecuado uso de las habilidades comunicativas, favorecerá la aprehensión en los alumnos de los mensajes educativos que sean capaces de transmitir. A través de las habilidades que utilice, el profesor podrá emitir los contenidos de modo que lleguen a motivar a los estudiantes fortaleciendo sus conocimientos, sentimientos y valores, propiciando que sean más creativos y estimulando el desarrollo de las habilidades comunicativas de los mismos.
Para lograr el desarrollo de habilidades comunicativas se necesita también de la sensibilización emocional respecto a la relación interpersonal, el desarrollo de actitudes favorables, la formación de cualidades morales, la estimulación de un pensamiento flexible y de la creatividad.
Engels (1894, p. 271), dice que "los individuos están desvalidos por la educación que los entrena para cierta especialidad pero los esclaviza de por vida a esta especialidad aunque dicha especialidad sea el no hacer nada" y añade Marx (1962, p. 507), que "el desarrollo del individuo completo no tan sólo es el único método para aumentar la producción social sino que también es el único método para producir individuos bien educados y balanceados"
El término habilidades comunicativas o competencias como es usado por varios autores es muy utilizado en estos tiempos, desde su aparición este ha sido visto desde diferentes perspectivas. Así como el análisis de su aparición, desarrollo y utilización en la educación superior.
En educación, la noción de competencias ha sido referenciada desde la década del 50 y 60 del siglo XX. Rial (2007) señala que este concepto no proviene de un único paradigma sino que se ha ido formando con aportes provenientes de diferentes ámbitos teóricos: desde la psicología, filosofía, sociología economía, formación laboral, lingüística, la teoría de la comunicación, entre otros.
En 1957 el término de competencia, es abordado desde la lingüística por Noam Chomsky que define a las competencias como "capacidades, habilidades y disposiciones para la interpretación y la actuación" además consideraba, desde su posición racionalista a estas como "una capacidad del lenguaje genéticamente determinada" y por desempeño " el uso efectivo de esta capacidad en situaciones concretas", con ello asestaba un duro golpe a las posiciones hegemónicas del conductismo radical de Skinner, dominante en la educación vocacional, quien centraba su análisis en todo aquello observable y visible, negando así el interés por las causas internas (Tejada, 2009).
Por su parte DeSeCo (2005) refiere que las competencias son algo más que conocimientos y destrezas. Comprenden también la habilidad para abordar demandas complejas, movilizando recursos psico-sociales (incluyendo destrezas y actitudes) en contextos específicos.
En las Normas y Orientaciones para la elaboración de programas y guías de aprendizaje de la Universidad de Deusto (2006, p.9) definen a las competencias "como la capacidad de un buen desempeño en contextos diversos y auténticos basado en la integración y activación de conocimientos, normas, técnicas, habilidades, destrezas, actitudes y valores". También en la Propuesta de directrices para la elaboración de títulos universitarios de grado y master. En el Documento MCE, 21 de diciembre 2006 de la referida universidad se señala que:
"las competencias son una combinación de conocimientos, habilidades (manuales intelectuales, sociales), actitudes y valores que capacitarán a un titulado para afrontar con garantías la resolución de problemas o la intervención en un asunto en un contexto académico, profesional o social determinado".
En la literatura científica se recogen diferentes definiciones de habilidad. Dentro de ellas puede citarse la siguiente:
"Una habilidad constituye un sistema complejo de operaciones necesarias para la regulación de la actividad. Formar una habilidad consiste, en lograr el dominio de un sistema de operaciones encaminado a la elaboración de la información obtenida del objeto y contenida en los conocimientos, así como las operaciones tendentes a revelar esta información" (Petrovski, 1980)
Por su parte Brito (1989) considera que la habilidad es "Formación Psicológica ejecutora particular constituida por el sistema de operaciones que garantizan su ejecución bajo control consciente".
"Las habilidades son estructuras psicológicas del pensamiento que permiten asimilar, conservar, utilizar y exponer los conocimientos. Se forman y desarrollan a través de la ejercitación de las acciones mentales y se convierten en modos de actuación que dan solución a tareas teóricas y prácticas. El proceso de formación de las habilidades consiste en apropiarse de la estructura del objeto y convertirlo en un modo de actuar, en un método para el estudio del objeto." (Álvarez, 1996).
Del análisis de estas definiciones se deriva que:
En el proceso de regulación de la actividad intervienen las habilidades, esto puede explicarse a partir de la teoría de la actividad desarrollada por Leontiev que precisa que el dominio de la actividad se relaciona con las capacidades y estas contemplan en su estructura a las habilidades.
La mayoría de los autores ubican a la habilidad en el plano psíquico del desarrollo humano. Aparece en la literatura como "propiedad psíquica", "estructura psicológica", entre otras denominaciones.
La estructura de la habilidad está dada por el sistema de operaciones necesarias para ejecutar una acción, está relacionada con la esfera ejecutora de la personalidad. Al estar vinculada al dominio de una acción podemos decir que su ejecución debe ser consciente e independiente.
"Se habla de formación de la habilidad a la etapa que comprende la adquisición consciente de los modos de actuar, cuando bajo la dirección del maestro o profesor el alumno recibe la orientación adecuada sobre la forma de proceder (…) Se habla de desarrollo de la habilidad cuando una vez adquiridos los modos de acción, se inicia el proceso de ejercitación, es decir de uso de la habilidad recién formada en la cantidad necesaria y con una frecuencia adecuada, de modo que vaya haciéndose cada vez más fácil de reproducir o usar, y se eliminen los errores." (López: s/f)
En sentido general, podemos entender que la habilidad puede ser asumida como el dominio de una acción, por tanto está, desde el punto de vista estructural, constituida por las operaciones que la conforman. Tiene una función de regulación ejecutora en la actividad del sujeto.
Entre operación y habilidad se establece una relación dialéctica ya que las operaciones de la habilidad pueden constituir, en condiciones diferentes, habilidades en sí mismas. Una acción se convierte en habilidad cuando ésta es sometida a frecuencia, periodicidad, flexibilidad y complejidad.
La frecuencia se relaciona con el número de repeticiones necesarias para que la acción se refuerce, se consolide y se desarrolle como habilidad. Varia no solo en dependencia de la complejidad de la misma, sino también se debe considerar el nivel de desarrollo del sujeto que la ejecuta, por lo que su planificación debe basarse en el diagnóstico y a partir del mismo, establecer estrategias diferenciadas para los/as estudiantes.
La periodicidad plantea la necesidad de retomar cada cierto tiempo la habilidad para que no se olvide, y su planificación está también en dependencia del nivel de desarrollo alcanzado por los/as estudiantes.
Para que la acción se transforme en habilidad, debe ser ejecutada en diversas tareas, con diferentes conocimientos, en diferentes condiciones (flexibilidad) esto se justifica por la relación dialéctica conocimiento-habilidad. Esta flexibilidad debe ir acompañada de un aumento progresivo en la complejidad de las tareas, en una asignatura, disciplina o año académico.
Machado Ramírez establece una relación entre tarea, cumplimiento o desarrollo de la habilidad, en tanto plantea que "si la acción, al ser sistematizada deviene en habilidad y en el proceso formativo la tarea se constituye en la acción misma, entonces la ejecución de tareas que tenga como objetivo la acción y que necesiten la realización de un sistema operacional traerá como resultado el desarrollo de habilidades.
Se refiere además a la existencia de premisas que deben estar presentes en cualquier concepción dirigida al desarrollo de habilidades. Ellas son:
La formación y desarrollo de habilidades se produce a partir de la socialización de la persona, que al nacer posee todas las potencialidades para desarrollarse como tal, pero solo puede lograrlo a través de su integración al medio social humano.
Las habilidades se forman, desarrollan y manifiestan en la actividad y la comunicación como resultado de la interacción continua entre las condiciones internas del individuo y las condiciones de vida externas, siendo la interacción social con los "otros" de vital importancia para su desarrollo.
En la actualidad, aún no es claro el tema de las habilidades para la comunicación, es objeto de polémica e imprecisión, pues existe diversidad de criterios en la selección que hacen los autores a la hora de determinar las habilidades e incluso en ocasiones se toman como habilidades rasgos del carácter, cualidades emocionales, actitudes, etc. También divergen los criterios acerca de las posibilidades de desarrollo las habilidades y las posibles vías para lograrlo.
Un ejemplo de la falta de precisión a la hora de utilizar los términos lo constituyen los estudios acerca de las capacidades y habilidades comunicativas realizados en la Pedagogía y la Psicología del antiguo campo socialista. Estos autores señalaron un grupo de habilidades reconocidas en otros autores, pero difieren o no coinciden con criterios de selección de otras ideologías. La psicología occidental, por ejemplo, toma en consideración otras habilidades dentro de su estudio y utiliza técnicas diferentes para el entrenamiento de los maestros y el posterior análisis de los resultados.
También existen otras tendencias en el estudio del perfeccionamiento de la competencia comunicativa del maestro, que no determinan habilidades específicas para la situación docente. En estos casos no se trabajan directamente habilidades comunicativas como las ya mencionadas, sino que se estima que a través de un programa general, dirigido al enriquecimiento y desarrollo de la personalidad, se logra mejorar las posibilidades del sujeto para la comunicación.
La Dra. Ana María Fernández optó en su estudio por un enfoque del asunto a partir del análisis de la propia acción comunicativa del maestro en el aula, estudiando su ejecución en los diferentes aspectos de la propia estructura del proceso: el aspecto informativo y el relacional, de acuerdo a lo cual se plantean las siguientes habilidades generales:
Habilidad para la expresión: dada por las posibilidades del hombre para expresar, transmitir mensajes, de naturaleza verbal o extraverbal.
Los elementos que intervienen esencialmente en esta habilidad son los siguientes:
Claridad del lenguaje: Dado por la posibilidad de presentar un mensaje en forma asequible al otro, teniendo en cuenta su nivel de comprensión.
Fluidez verbal: Lo que implica no hacer interrupciones o repeticiones innecesarias en el discurso.
Originalidad: En el lenguaje verbal, uso de expresiones no estereotipadas, vocabulario suficientemente amplio.
Ejemplificación: En diferentes situaciones, especialmente aquellas vinculadas a la experiencia del otro.
Argumentación: Dada por la posibilidad de brindar la misma información de diferentes maneras, analizar desde diferentes ángulos.
Síntesis: Para poder expresar las ideas centrales de un asunto, poder resumir en breves palabras.
Elaboración de preguntas: De diferentes tipos según el propósito del intercambio comunicativo; para evaluar comprensión, para explorar juicios personales, para cambiar el curso de una conversación no deseada, etc.
Contacto visual: Con el interlocutor mientras se habla.
Expresión de sentimientos coherentes: Con aquello de lo que se expresa en el mensaje a partir de la palabra y/o gesto.
Uso de recursos gestuales: De apoyo a lo que se expresa verbalmente o en su sustitución, dado por movimientos de manos, posturas, mímica facial, etc.
Habilidades para la observación: Dada por la posibilidad de orientarse en la situación de comunicación a través de cualquier indicador conductual del interlocutor, actuando como receptor.
Los elementos esenciales aquí serían:
Escucha atenta: Que implica una percepción lo más exacta posible de lo que el otro dice o hace durante la situación de comunicación y asumirlo como mensaje.
Percepción de los estados de ánimo y sentimientos del otro: Pudiendo ser capaz de captar su disposición o no a la comunicación, actitudes favorables o rechazantes, estados emocionales, índices de cansancio, aburrimiento, interés, etc. a partir de signos no verbales fundamentalmente.
Habilidades para la relación empática: Dada por la posibilidad de lograr un verdadero acercamiento al otro.
Los elementos esenciales serían en este caso los siguientes:
Personalización en la relación: Lo que se evidencia en el nivel de conocimiento que se tiene del otro, la información que se utiliza durante la comunicación y el tipo de reglas que se emplean durante el intercambio.
Participación del otro: Dada por el brindar estimulación y retroalimentación adecuadas, mantener un comportamiento democrático y no impositivo, aceptación de ideas, no interrupción de discurso del otro, promover la creatividad, etc.
Acercamiento afectivo: Que se puede manifestar en la expresión de una actitud de aceptación, de apoyo y dar posibilidad de expresión de vivencias al otro.
La Dra. Maribel Remón Toledo en su trabajo Estrategia de capacitación a los docentes para estimular el desarrollo de habilidades comunicativas en los estudiantes de Licenciatura en Educación de la Enseñanza Técnica y Profesional, especialidad Agropecuaria del Instituto Superior Pedagógico "Capitán Silverio Blanco Núñez" define que las habilidades comunicativas son los niveles de competencias y destrezas que adquieren los individuos por la sistematización de determinadas acciones a través de las experiencias y la educación que obtienen en el transcurso de sus vidas que les permiten el desempeño y la regulación de la actividad comunicativa. (Remón, 2003)
La Dra. Remón considera las siguientes habilidades significativas para el desempeño del profesor en el proceso de estimulación de las habilidades comunicativas.
Habilidad para la expresión oral
Habilidad para la expresión escrita
Habilidad para la observación
Habilidad para la escucha atenta
Habilidad táctil
Habilidad para establecer una relación empática Habilidad de usar recursos gestuales:
Como se puede apreciar existen concepciones heterogéneas con respecto al desarrollo de habilidades comunicativas lo cual significa que es un tema no concluido por la ciencia pero si de gran interés para la educación y en especial la superior en el logro de sus empeños en la formación de profesionales.
El autor asume el criterio de la Dra. Ana María Fernández para lo referente a las habilidades comunicativas en el programa electivo con los estudiantes de la carrera de Estudios Socioculturales.
Conclusiones
Las fuentes teóricas empleadas en este trabajo permiten definir y caracterizar las habilidades comunicativas que deben desarrollar los individuos y particularmente el profesor dentro del proceso enseñanza-aprendizaje.
Las dimensiones e indicadores identificados a partir de la caracterización de este trabajo, pueden constituirse como una guía para diagnosticar y perfeccionar el desempeño las habilidades comunicativas en la actividad profesional.
Bibliografía
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Remón, T. Maribel. Estrategia de capacitación a los docentes para estimular el desarrollo de habilidades comunicativas en los estudiantes de Licenciatura en Educación de la Enseñanza Técnica y Profesional, especialidad Agropecuaria del Instituto Superior Pedagógico "Capitán Silverio Blanco Núñez" Ciego de Ávila, 2003.
Autor:
Osiel Rodríguez Mesa.
Estudio Profesional: Licenciado en Comunicación Social.
Vicepresidente de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales de la Provincia Artemisa.
Profesor adjunto del Centro Universitario Municipal de San Antonio de los Baños.
Categoría docente: Instructor aspirando a Asistente
Actualmente cursa la Maestría en Ciencias de la Educación Superior en su etapa final.
Cursos del Diplomado Básico "Fundamentos de la Nueva Universidad Cubana".
Cursos del Diplomado de Especialidad Docencia Universitaria en la Nueva Universidad Cubana.
Postgrado de Metodología de la Investigación.
Curso de Técnicas de Dirección.
Curso de Educación y Tecnología de la Información y las comunicaciones. Una mirada desde la formación del docente. Impartido el 26 de enero de 2011 en el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño, (IPLAC).
Centro Laboral: Centro provincial de Artes Visuales "Eduardo Abela"