El valor de mercado de una empresa está compuesto por el valor presente de sus activos reales y el valor presente de sus oportunidades de crecimiento. En este trabajo valoramos las oportunidades de crecimiento mediante la Teoría de Valoración y Opciones, ya que éstas pueden plantearse como opciones de compra sobre un activo real. Se puede expresar la beta de la empresa como una media ponderada de la beta de los activos y de la beta de las opciones de crecimiento.
El riesgo es un hecho común que se produce cuando las situaciones presentan más de un resultado posible. El riesgo surge en múltiples ocasiones. Si compro un terreno esperando encontrar petróleo allí, estoy enfrentando una situación riesgosa.
Por otro lado, existen la posibilidad de adquisición de lo que se conoce como una opción de compra (call) sobre un determinado título concede a su poseedor el derecho a comprarlo a un precio fijo, ya sea en una fecha futura predeterminada o antes o antes de la misma.
El objetivo de este trabajo es analizar el efecto de las oportunidades de crecimiento de la empresa sobre su riesgo sistemático, los valores y las opciones con los cuales la misma se pueda desempeñar.
VALOR ACTUAL Y COSTO DE OPORTUNIDAD DE CAPITAL
Las empresas invierten en diferentes activos reales. Éstos incluyen activos tangibles, tales como naves y maquinaria, y activos intangibles, tales como contratos de gestión y patentes. El objeto de la decisión de inversión, o presupuesto de capital, es encontrar activos reales cuyo valor supere su coste. Ocurre que, si hay un buen mercado para un activo, su valor es exactamente igual a su precio de mercado.
Hay unos pocos casos en los que no hay dificultad para estimar los valores de los activos. En inmuebles, por ejemplo, puede contratarse a un tasador profesional para que lo haga. Supongamos que se posee un edificio de apartamentos. Lo más probable es que la estimación que realice su tasador se diferencie unos pocos puntos porcentuales del precio que realmente se obtendría por su venta. Después de todo, hay una continua actividad en el mercado de inmuebles y la labor de los tasadores es el conocimiento de los precios a los que recientemente han cambiado de manos de propiedades similares.
Así, el problema de valoración de inmuebles se simplifica por la existencia de un mercado activo en el que se compra y se vende toda clase de propiedades. Para muchos propósitos no es necesaria ninguna teoría formal del valor. Podemos, en su lugar, seguir la voz del mercado.
Pero debemos profundizar más. En primer lugar, es importante saber cómo se llegan a determinar en un mercado los precios de los activos. Incluso si se puede aceptar la palabra de tasador, es importante comprender por qué el edificio de apartamentos está valorado en, pongamos por caso, 250.000$ y no en una cifra superior o inferior. En segundo lugar, el mercado para la mayoría de los activos empresariales es bastante limitado.
Las empresas están buscando para ellas un valor mayor que para otras. Ese edificio de apartamentos vale más la pena para usted si puede administrarlo mejor que otros. Pero en este caso, mirar el precio de edificios similares no le indicará lo que su edificio de apartamentos vale bajo su gestión. Se necesita conocer como se determinan los precios de los activos. En otras palabras, necesita una teoría de valor.
Por lo dicho anteriormente, se puede agregar entonces, que el valor de una empresa consiste en el valor actual de los proyectos que esta emprende. Podemos decir que frecuentemente un proyecto se emprende con recursos provenientes de ahorristas. Por ende cualquier activo financiero que implique "atar" o "comprometer" el dinero por un período de tiempo tiene que prometer un retorno positivo. En el caso de que sea un retorno fijo, se denomina intereses.
Un valor actual neto positivo representa mayor valor para la empresa. Y este mayor valor representa acciones más caras, objetivo que preferentemente buscan alcanzar los ahorristas.
Como elige el accionista repartir esta riqueza entre los distintos períodos y cuanto riesgo está dispuesto a sumir es una decisión que toma por su cuenta.
El Valor Actual, Indica el valor de hoy de una inversión a recibir en el futuro.A partir de la expresión anterior podemos calcular su valor. Para ello despejamos el valor actual y obtenemos:
El Costo de Oportunidad del Capital de un proyecto de inversión es la tasa esperada de rentabilidad demandada por los inversores en acciones ordinarias u otros títulos sujetos a los mismos riesgos que el proyecto. Cuando una persona descuenta el flujo de caja esperado del proyecto, a su costo de oportunidad del capital, el valor resultante es la cuantía que los inversores estarían dispuestos a pagar por el proyecto. En cualquier momento que la persona se encuentre un proyecto con un VAN positivo, habrá mejorado la situación actual de los accionistas de la empresa.
1.2 VALOR ACTUAL Y RIESGO
El conflicto potencial entre accionistas y acreedores puede no solo llevar a incrementar el costo de financiamiento de la corporación sino incluso a que se decida rechazar proyectos de inversión con valor actual neto positivo. Puede ocurrir, en caso de alto nivel de endeudamiento y elevada volatilidad de los activos de riesgo, que un proyecto que agrega valor produzca una transferencia de riqueza de los accionistas a los acreedores y, por tanto, la firma decida no emprenderlo.
La administración del riesgo puede evitar que los acreedores potenciales eleven la rentabilidad exigida y por lo tanto aumente el costo de financiamiento de los activos.
En otras palabras, un proyecto con valor actual neto positivo puede ser rechazado por transferir riqueza de los accionistas a los acreedores, pero esto puede evitarse a través de un adecuado manejo del riesgo.
En cuanto al riesgo asociado al proyecto (s), es preciso señalar que cuanto más grande sea más valiosa será la opción sobre la inversión. Ello se debe a la asimetría existente entre pérdidas y ganancias; así, un aumento de las operaciones hará aumentar la positividad del VAN mientras que un gran descenso de aquéllas no necesariamente hará que el VAN sea negativo (porque, en este caso, se pueden eliminar las pérdidas al no ejercer la opción de inversión.
Claro que hay que tener en cuenta que aunque un aumento del riesgo del proyecto puede aumentar el valor de la opción, en el contexto del presupuesto de capital, podría aumentar el coeficiente de volatilidad beta del activo y reducir el valor actual neto del escenario base a través del incremento de la tasa de descuento. Por ello, habrá casos en que el aumento de valor de la opción supere al descenso del VAN básico pero existirán otros en que ocurra exactamente lo contrario.
Concretando, un aumento del valor de la opción de invertir no significa que aumente el deseo de hacerlo, puesto que el aumento del riesgo reduce el deseo de invertir (o retrasa la decisión de inversión) debido a que el incremento en el valor de la oportunidad de inversión se debe, precisamente, al valor de la espera.
Por tanto, el aumento del valor de la opción de inversión refleja exactamente la necesidad de esperar todo lo que se pueda antes de proceder a realizar el proyecto de inversión.
Por la misma razón un aumento del tipo de interés sin riesgo (rf) produce un descenso del valor del activo (al penalizar el valor actual de los flujos de caja esperados) y, al mismo tiempo, reduce el valor actual del precio de ejercicio.
Por lo general, pero no siempre, el efecto neto resultante induce a pensar que un aumento del tipo de interés sin riesgo provoca un ascenso del valor de los proyectos con opciones de expansión (esto es, que un aumento del tipo de interés sin riesgo suele reducir con más fuerza el valor actual del precio de ejercicio que el valor del activo).
El Valor en Riesgo (VAR) es una estimación estadística del riesgo de mercado que representa algunas ventajas:
Globaliza todas las posiciones de activo/pasivo y divisa/interés.
Tiene en cuenta correlaciones, no solo entre los distintos puntos de la curva,
sino entre distintos mercados.
Cuantifica el riesgo de mercado expresándolo en una única magnitud.
1.3 ¿POR QUÉ EL VALOR ACTUAL NETO (VAN) CONDUCE A MAYORES DECISIONES DE INVERSIÓN QUE OTROS CRITERIOS?
Valor actual neto (VAN)
Es la suma de valores positivos (ingresos) y de valores negativos (costos) que se producen en diferentes momentos. Dado que el valor del dinero varía con el tiempo es necesario descontar de cada periodo un porcentaje anual estimado como valor perdido por el dinero durante el periodo de inversión.
Una vez descontado ese porcentaje se pueden sumar los flujos positivos y negativos. Si el resultado es mayor que cero significara que el proyecto es conveniente. Si es menor que cero no es conviene. El objeto del presupuesto de capital es encontrar proyectos de inversión cuya rentabilidad supere al coste de llevarlos a cabo. El principal problema, dejando a un lado el de la determinación del coste de oportunidad del capital del proyecto, es el de la valoración del activo que se creará al realizar la inversión (una fábrica, un barco, una refinería, etcétera).
Así, cuando valoramos un proyecto de inversión realizamos una previsión de los flujos de caja que promete generar en el futuro y procedemos a calcular su valor actual con objeto de poder comparar, en un momento determinado del tiempo (el actual), el valor global de dichos flujos de caja con respecto al desembolso inicial que implica la realización de dicho proyecto.
Uno de los criterios de comparación más comúnmente empleados en las empresas es el del valor actual neto (VAN) que, además, es el criterio más acorde al objetivo general de todo directivo: la maximización del valor de la empresa para el accionista; puesto que indica exactamente cuanto aumentará de valor una empresa si realiza el proyecto que se está valorando. Su ecuación general es la siguiente:
Donde el desembolso inicial del proyecto viene representado por A, los diversos flujos de caja por FCj, el horizonte temporal del proyecto por n, y la tasa de descuento (el coste de oportunidad del capital) apropiada al riesgo del proyecto por k. Este criterio considera efectuarle un proyecto de inversión cuando el VAN es positivo, es decir, cuando la totalidad de los flujos de caja esperados descontados a una tasa apropiada al riesgo del proyecto supera al coste de realizarlo. Por el contrario, si el VAN fuese negativo, sería desaconsejable realizar el proyecto.
Para calcular el valor actual se emplea una tasa de interés denominada "r". Esta tasa no es elegida al azar y presenta las siguientes características, las cuales muestran los motivos básicos por el que es preferible usar el criterio del VAN:
Es equivalente a la tasa de rentabilidad exigida a inversiones de características similares, es decir, de similar magnitud e igual grado de riesgo.
Esta tasa de interés (o tasa de descuento) indica el costo de oportunidad que tiene el capital, es decir, indica la rentabilidad a la cual se renuncia por invertir en un proyecto determinado y no en otro.
La tasa de descuento se conoce también como "costo del dinero en el tiempo" pues un bolívar hoy vale más que uno mañana debido a que siempre existe la posibilidad de invertirlo y ganar intereses (al decir "siempre" nos estamos refiriendo a siempre que exista un mercado de capitales en el cual podamos prestar y pedir prestado recursos). Por lo tanto, no es válido comparar un peso hoy con un peso mañana. Para hacerlo debemos considerar su costo de oportunidad, a saber, la tasa de descuento pertinente.
La tasa de descuento permite considerar el costo económico de los recursos, lo que permite complementar el análisis para una mejor toma de decisiones.
Cuando se analiza un proyecto de inversión bajo la óptica del criterio de valoración VAN se están realizando una serie de supuestos que afectan al resultado obtenido. Los principales son:
a.- Los flujos de caja que el proyecto promete generar pueden reemplazarse por sus valores medios esperados y éstos se pueden tratar como valores conocidos desde el principio del análisis. Este supuesto implica ignorar que la directiva puede alterarlos al adaptar su gestión a las condiciones imperantes en el mercado durante toda la vida del proyecto. Esta flexibilidad crea valor para el proyecto de inversión, valor que el método VAN, por ejemplo, es incapaz de reflejar.
b.- La tasa de descuento es conocida y constante, dependiendo únicamente del riesgo del proyecto. Lo que implica suponer que el riesgo es constante, suposición falsa en la mayoría de los casos, puesto que el riesgo depende de la vida que le quede al proyecto y de la rentabilidad actual del mismo a través del efecto del apalancamiento operativo. Por tanto, la tasa de descuento varía con el tiempo y, además, es incierta.
c.- La necesidad de proyectar los precios esperados a lo largo de todo el horizonte temporal del proyecto es algo imposible o temerario en algunos sectores, porque la gran variabilidad de aquellos obligaría a esbozar todos los posibles caminos seguidos por los precios al contado a lo largo del horizonte de planificación. Como esto es muy difícil de hacer, de cara a la aplicación del VAN, arbitrariamente se eligen unos pocos de los muchos caminos posibles.
En resumidas cuentas, las principales limitaciones del VAN surgen básicamente por realizar una analogía entre una cartera de bonos sin riesgo y un proyecto de inversión real. Mientras que la analogía apropiada dependerá del tipo de proyecto analizado, así en el caso de los recursos naturales, en los proyectos de I+D y en otros tipos de proyectos reales las opciones financieras resultan ser una mejor analogía que las carteras de bonos.
El desafío para el analista financiero consiste en la elección de un activo cuyo valor es conocido y cuyas características sean lo más parecidas posibles al activo cuyo valor es necesario determinar.
Como esto implica un elemento de juicio, el presupuesto de capital es más un arte que una ciencia, aunque después de la lectura de determinados libros de texto parezca, equivocadamente, que todo el problema se circunscribe a la mera aplicación de la regla del descuento de los flujos de caja esperados.
En todo caso, los métodos clásicos de valoración de proyectos, que son idóneos cuando se trata de evaluar decisiones de inversión que no admiten demora (ahora o nunca), infravaloran el proyecto si éste posee una flexibilidad operativa (se puede hacer ahora, o más adelante, o no hacerlo) u oportunidades de crecimiento contingentes. Lo que sucede cuando la directiva puede sacar el máximo partido del riesgo de los flujos de caja. Por tanto, "la posibilidad de retrasar un desembolso inicial irreversible puede afectar profundamente la decisión de invertir. Esto, también, erosiona la sencilla regla del valor actual neto, y desde aquí el fundamento teórico de los típicos modelos de inversión neoclásicos".
Esto último nos lleva a redefinir la regla de decisión del VAN que, recordemos, recomendaba aceptar un proyecto cuando el valor de una unidad de capital era superior o igual a su coste de adquisición e instalación.
Esta regla es incorrecta porque ignora el coste de oportunidad de ejecutar la inversión ahora, renunciando a la opción de esperar para obtener nueva información. Por tanto, para que un proyecto de inversión sea efectuarle el valor actual de los flujos de caja esperados deberá exceder a su coste de adquisición e instalación, al menos, en una cantidad igual al valor de mantener viva la opción de inversión.
1.4 CRITERIO DEL VALOR AJUSTADO (VAA)
Si la decisión de invertir en un proyecto de capital tiene importantes efectos derivados sobre otras decisiones financieras tomadas por la empresa, estos efectos derivados deberían tenerse en cuenta cuando se evalúa el proyecto.
Este criterio no intenta incluir todos los efectos derivados (costo de emisión, financiación subvencionada, aumento de la capacidad de endeudamiento de la empresa y el valor de los ahorros fiscales por intereses) en un único cálculo. En vez de eso, se realiza una serie de cálculos de valor actual. El primero establece el valor caso básico del proyecto: se valora éste por separado, como una mini-empresa financiada toda por capital propio. Luego se deriva cada efecto derivado y se calcula el valor actual de su costo o beneficio para la empresa. Por último, se suman conjuntamente todos los valores actuales para estimar la contribución total del proyecto al valor de la empresa. Así, en general,
VAA del proyecto = VAN del caso básico + suma del valor actual de los efectos derivados de la aceptación del proyecto.
1.5 VALOR ECONÓMICO AGREGADO (EVA)
El valor económico agregado o utilidad económica es el producto obtenido por la diferencia entre la rentabilidad de sus activos y el costo de financiación o de capital requerido para poseer dichos activos.
EVA es más que una medida de actuación, es parte de una cultura: la de Gerencia del Valor, que es una forma para que todos los que toman decisiones en una empresa se coloquen en una posición que permita delinear estrategias y objetivos encaminados fundamentalmente a la creación de valor.
Si a todos los ingresos operacionales se le deducen la totalidad de los gastos operacionales, el valor de los impuestos y el costo de oportunidad del capital se obtiene el EVA. Por lo tanto, en esta medida se considera la productividad de todos los factores utilizados para desarrollar la actividad empresarial. En otras palabras, el EVA es el resultado obtenido una vez se han cubierto todos los gastos y satisfecho una rentabilidad mínima esperada por parte de los accionistas.
Es decir, el valor económico agregado o utilidad económica se fundamenta en que los recursos empleados por una empresa o unidad estratégica de negocio (UEN) debe producir una rentabilidad superior a su costo, pues de no ser así es mejor trasladar los bienes utilizados a otra actividad.
La metodología de EVA supone que el éxito empresarial está relacionado directamente con la generación de valor económico, que se calcula restando a las utilidades operacionales el costo financiero por poseer los activos que se utilizaron en la generación de dichas utilidades.
El modelo del EVA
Toda empresa tiene diferentes objetivos de carácter económico-financiero. A continuación se enuncian los más importantes:
a. Aumentar el valor de la empresa y, por lo tanto, la riqueza de los propietarios. Este objetivo incluye las siguientes metas:
Obtener la máxima utilidad con la mínima inversión de los accionistas.
Lograr el mínimo costo de capital.
b. Trabajar con el mínimo riesgo. Para conseguirlo, se deben lograr las siguientes metas:
Proporción equilibrada entre el endeudamiento y la inversión de los propietarios.
Proporción equilibrada entre obligaciones financieras de corto plazo y las de largo plazo.
Cobertura de los diferentes riesgos: de cambio, de intereses del crédito y de los valores bursátiles.
c. Disponer de niveles óptimos de liquidez. Para ello se tienen las siguientes metas:
Financiamiento adecuado de los activos corrientes.
Equilibrio entre el recaudo y los pagos.
Significado Del EVA Para Una Empresa
El EVA se ha convertido en la medida de desempeño más utilizada en el mundo corporativo debido a que su implementación genera importantes cambios en la conducta organizacional.
El EVA consiste en determinar la rentabilidad obtenida por una empresa, deduciendo de la utilidad de operación neta después de impuesto, el costo de capital de los recursos propios y externos que se emplean.
Actualmente más de 300 grandes compañías han adoptado esta disciplina entre las que se encuentran: Coca Cola, Telecom., New Zeland, Monsanto, SPX, JC Penny, IBM, AT&T, Quaker, Dow Chemical, etc.
El EVA es el principal determinante del valor agregado del accionista, debido a que la utilidad económica es la medida de rendimiento empresarial, los directivos tienen los mismos objetivos que los accionistas, pues sus bonificaciones dependen de la aplicación de la disciplina.
El EVA tiene sus orígenes en una inquietud y un interés por el modelo económico de la empresa en lugar del por el modelo contable.
La virtud del EVA es que es un sistema de medición del rendimiento empresarial basado en datos reales y no de proyecciones.
Otra virtud, es que el Eva es la esencia de un sistema de incentivos que hace que los directivos se pongan en el lugar de los accionistas, y que sean recompensados por los comportamientos que aumentan la rentabilidad de los accionistas y penalizados por sus fracasos. Es decir que es un plan diseñado para que los ejecutivos corran el mismo riego que los accionistas.
EJEMPLO:
Actualmente más de 300 grandes compañías han adoptado esta disciplina entre las que se encuentran: Coca Cola, Telecom., New Zeland, Monsanto, SPX, JC Penny, IBM, AT&T, Quaker, Dow Chemical, etc.
Es decir, el valor económico agregado o utilidad económica se fundamenta en que los recursos empleados por una empresa o unidad estratégica de negocio (UEN) debe producir una rentabilidad superior a su costo, pues de no ser así es mejor trasladar los bienes utilizados a otra actividad. Esto obliga a un análisis más profundo que el desarrollado por los indicadores tradicionales de crecimiento en ingresos, utilidades y activos como factores de evaluación del desempeño. Esto, además, obliga a una presentación más clara de los balances para establecer los diferentes recursos, bienes y derechos empleados por cada unidad estratégica de negocio en su proceso de generación de utilidades y flujo de caja. La toma de decisiones puede ser influida por el tipo de indicadores seleccionados para medir el desempeño.
Empresas dirigidas hacia el uso de parámetros como la utilidad neta, los diferentes márgenes de ganancias o el crecimiento de las ventas pueden desarrollar un punto de vista miope e ignoran otros elementos de análisis como la racionalización del capital de trabajo o la productividad derivada del uso de la capacidad instalada. La evaluación de dichas oportunidades solo puede basarse en el uso de indicadores enfocados en el concepto de valor.
Riesgo significa que la inversión no es predecible. Se define como la posibilidad de enfrentar una perdida financiera. Los activos que tienen mayores probabilidades de perdida se consideran más arriesgados que los que presentan menores probabilidades de perdida. Un ejemplo de este es el siguiente:
Ahora supongamos que decidimos invertir 1/$ pero a nuestras opciones les agregamos una componente riesgo:
Opción 1: Obtener 1,50/$ en un año (cumplimiento 100% seguro)
Opción 2: Obtener 1,50/$ en un año (no se tiene certeza efectiva de su cumplimiento)
Cualquier ser humano racional elegiría la primera opción
Ahora planteemos otras 2 opciones:
Opción 1: Obtener 1,50/$ en un año (cumplimiento 100% seguro)
Opción 2: Obtener 1,90/$ en un año (no se tiene certeza efectiva de su cumplimiento). Algunas personas elegirán la primera mientras que otras elegirán la segunda, esto se debe a que hemos introducido en nuestras opciones un "premio por arriesgarse". En la opción 1 la tasa de interés es del 50% anual (el premio por esperar), mientras que en la opción 2 la tasa de interés es del 90% anual (premio por esperar + premio por arriesgarse). Si analizamos mas en profundidad la tasa de interés de la opción 2 podemos llegar a la conclusión que está formada de la siguiente manera:
Tasa de interés con riesgo = 90% = Tasa de interés libre de riesgo (50%) + premio por arriesgarse o tasa de riesgo (40%)
Esta tasa de riesgo esta determinada por las condiciones del mercado y el nivel de riesgo de la inversión, este nivel de riesgo esta íntimamente ligado a la certeza del pago de la inversión.
La primera clasificación indica que el riesgo puede ser económico o financiero; otra que el riesgo puede ser diversificable o no diversificable y otra, que los riesgos pueden ser cuantificables o no cuantificables.
El riesgo económico
Es el riesgo de no poder cubrir los costos de operación (gasto corriente). Es independiente de la estructura financiera de la empresa, e incluye aquellas eventualidades que pueden afectar el resultado de explotación de la empresa, tales como obsolescencia o exceso de oferta del producto, baja de cotizaciones en mercados, etc… Estas se derivan de la incapacidad de la organización para garantizar la estabilidad del resultado, debido a que se encuentra expuesta a factores endógenos y exógenos propios de su entorno.
El riesgo financiero
Se crea por el establecimiento de préstamos y acciones preferentes; está altamente correlacionado con la estructura financiera de la empresa y se refiere a cuando no se puede cubrir las obligaciones. El ejemplo típico de este tipo de riesgo es la excesiva deuda de la empresa con relación al patrimonio, una elevación inesperada de las tasas de interés o un riesgo cambiario en las deudas en moneda extranjera, etc.
El riesgo financiero: Es el riesgo de no estar en condiciones de cubrir los costos financieros, por ello su análisis se determina por el grado de apalancamiento financiero que tenga la empresa en un momento determinado.
El apalancamiento financiero acentúa el hecho de que a medida que aumentan los cargos fijos, también aumenta el nivel de utilidades antes de impuestos necesario para cubrir los cargos financieros de la empresa, se puede calcular por medio de la razón deuda capital, la razón de deuda a largo plazo o la razón de capital preferente a capital total.
Los analistas financieros calculan estas razones para determinar la solidez financiera de la empresa, determinando que entre más alto sea el grado de apalancamiento, mayor es el nivel de riesgo, estableciendo así una relación entre los cargos financieros fijos que deben pagarse y los fondos invertidos en la empresa.
Desde el punto de vista de la empresa.
El Riesgo Diversificable
Es aquel que disminuye cuando se invierte en más de un activo. A este tipo de clasificación de riesgo también se le denomina no sistemático o único. Existen activos cuya rentabilidad en el tiempo va en la misma dirección y otros, cuya rentabilidad va en sentido contrario.
El Riesgo No Diversificable
Es aquel que no puede reducirse, aun cuando se invierta en varios activos debido a que afecta a todos los sectores en general. A este tipo de clasificación de riesgos también se les llama sistemático o de mercado.
Los riesgos no cuantificables
Por su propia naturaleza casi siempre obedecen a aspectos normativos y administrativos, dependiendo del tipo de transacciones y de inversiones que realiza una entidad.
En síntesis, para una eficiente administración del riesgo se deben seguir los siguientes pasos:
Conseguir una definición de política de la empresa respecto a la gestión del riesgo, es decir, si se va a cubrir totalmente todo el tiempo, sólo parcialmente o si no se empleara ninguna cobertura.
Identificar cuantitativamente el tipo de activos y pasivos que estarán expuestos a los diversos tipos de riesgos.
Realizar el análisis de sensibilidad del riesgo en todas sus actividades.
Seleccionar los mecanismos y productos de cobertura que se ajustan a la política seguida por la administración.
Establecer diferentes estrategias para afrontar la gestión del riesgo ante diferentes ambientes o escenarios en que se pueda encontrar la empresa.
Realizar previsiones sobre la posible evolución de implementar las diversas estrategias debidamente autorizadas por la administración.
El punto fundamental de una administración sana del riesgo es tener un proceso comprensivo que incluya una estructura detallada de límites, guías y parámetros para decidir sobre la toma del riesgo, así como de sistemas de información gerencial para vigilar y reportar el mismo.
2.1 RIESGO Y RENTABILIDAD
Para estimar el valor actual neto de las inversiones arriesgadas, el directivo financiero necesita conocer como esperan los inversores ser compensados por asumir riesgos. Lo que hace que una inversión en el mercado de capitales sea arriesgada es que haya un abanico de resultados posibles. La medida usual de este abanico de posibilidades es la desviación típica o la varianza.
El riesgo de una acción puede descomponerse en dos partes. Hay un riesgo único o propio, que es específico pero cada acción, y hay un riesgo de mercado que procede de las variaciones del conjunto del mercado. Los inversores pueden eliminar el riesgo único manteniendo una cartera bien diversificada, pero no pueden eliminar el riesgo de mercado. Todo el riesgo de una cartera completamente diversificada es el riesgo de mercado.
La contribución de una acción al riesgo de una cartera completamente diversificada depende de su sensibilidad a las variaciones del mercado Esta sensibilidad es conocida habitualmente como beta.
Un titulo con una beta de 1 tiene el riesgo medio del mercado (una cartera bien diversificada sobre la base de tales títulos tiene la misma desviación típica que el índice de mercado). Un titulo con una beta de 0.5 tiene un riesgo de mercado por debajo de la media (una cartera bien diversificada formada con estos títulos tiende a oscilar la mitad de lo que lo hace el mercado y su desviación típica es la mitad que la de este ultimo).
2.2 RIESGO Y PRESUPUESTO DE CAPITAL
Mucho antes de que se desarrollaran los principios de la teoría del equilibrio de activos financieros, los directivos financieros inteligentes ya efectuaban ajustes por riesgo en el presupuesto de capital. Intuitivamente se daban cuenta de que, si las demás variables se suponían constantes, los proyectos con riesgo eran menos deseables que los seguros. Por tanto, exigían una mayor tasa de rentabilidad de los proyectos con riesgo basaban sus decisiones en estimaciones conservadoras de los flujos de tesorería.Para efectuar estos ajustes por riesgo se solían utilizar diferentes reglas prácticas. Por ejemplo, muchas empresas estimaban la tasa de rentabilidad exigida por los inversores de sus títulos y utilizaban este coste de capital de la empresa pero descontar los flujos de tesorería de todos los nuevos proyectos.
Puesto que los inversores exigen una mayor tasa de rentabilidad de una empresa con mucho riesgo, una empresa de estas características tendrá un mayor coste de capital y establecerá una mayor tasa de descuento pero sus nuevas oportunidades de inversión.
Aun cuando pensemos que no podemos medir las betas o la prima por riesgo del mercado con absoluta precisión, siempre será razonable afirmar que la DEC tenía más riesgo que la media de las empresas y que, por tanto, debería haber exigido una mayor tasa de rentabilidad de sus inversores de capital.
Pero el criterio del coste de capital de la empresa puede ser también problemático pero la empresa si los nuevos proyectos son más o menos arriesgados que los existentes. Cada proyecto debería evaluarse según su propio coste de oportunidad de capital.
Rendimiento, riesgo y elección
En general, se acepta que entre más arriesgado es un proyecto, más alto debe parecer su rendimiento para que se garantice su aceptación. Sería conveniente determinar márgenes de riesgos diferenciales que redujeran todos los proyectos a una base común. Sin embargo, esto no puede hacerse con precisión, porque el establecimiento de márgenes de riesgos diferenciales es en gran parte una cuestión de juicio subjetivo.
Antes de que una empresa pueda tomar decisiones de inversión a fin de incluir márgenes de riesgos, debe determinar la política de la empresa en relación con el riesgo. La cantidad de riesgo que una empresa está preparada para absorber y así asegurar un rendimiento monetario real o aparente es una cuestión general de valores. No hay un criterio racional o lógico para hacer una elección. Más bien, es en gran parte una función de las preferencias de quienes toman las decisiones en la empresa y de la cantidad de riesgo a la que ya está expuesta la empresa.
Fig. 1. Relación riesgo-rendimiento.
Análisis de casos y problemas explicados.
CASO 1. Medida de riesgo de Loan Prisión Corporación
Si un préstamo es demasiado riesgoso, los prestamistas simplemente no extienden el financiamiento Una pregunta que se sigue formulando es la del riesgo percibido proveniente de préstamos extendidos. A fin de responder a esta pregunta, Loan Pricing Corporación tabuló los Índices de riesgo que 85 bancos aplicaban a más de 7000 préstamos. Los índices de préstamos se clasificaron por industria y se calcularon los promedios para cada industria. Las empresas manufactureras, en especial las de productos textiles y muebles, se consideraron los más riesgosas. Las empresas de servicios, en particular bufetes jurídicos e instituciones educativas, se consideraron las menos riesgosas. Debido a la diferencia en los requisitos de activos de estas industrias, los resultados no son sorprendentes. Los riesgos de pérdida son mayores en empresas con maquinaria pesada, grande y potencialmente única.
CASO 2: Convencionalmente, un inversor que anticipe una subida en el precio del grano de trigo compraría directamente el grano y lo almacenaría, esperando venderlo luego para obtener un beneficio, si el precio sube. Imaginemos que el precio del grano de trigo es de 600 Ptas. /kilo y que el inversor compra un kilo; de este modo habrá gastado 600 Ptas. Otra manera de beneficiarse de una subida en el precio del grano de trigo sería comprar una opción call, esto es comprar una opción de compra sobre un kilo de grano de trigo a 600 Ptas. en un período de tres meses. Esta opción costaría 5 Ptas. por kilo, con lo que la cantidad pagada hoy sería 5 Ptas. (más adelante veremos cómo calcular el precio de una opción).
Tres meses más tarde
Como se esperaba, el precio del grano de trigo ha subido hasta las 700 Ptas. /kilo. Esto es una buena noticia tanto para el comprador del grano de trigo como para el de la opción. Examinemos la posición del inversor que ha comprado el grano de trigo físicamente:
Veamos ahora la posición del comprador de la opción: tres meses antes entró en un contrato que le confería el derecho, pero no la obligación, de comprar grano de trigo a 600 Ptas. En un mercado eficiente el derecho a comprar a 600 Ptas. cuando el precio de mercado es 700 Ptas., valdrá 100 Ptas.
Como vemos, en términos porcentuales la operación con opciones es mucho más beneficiosa que la operación de compra física. Un aspecto importante en las opciones es que son instrumentos negociables en el mercado, además no es necesario materializar la compra del activo subyacente al contrato para realizar la operación, lo que suele ocurrir comúnmente es que las opciones se compran y se venden; es decir, una opción comprada a 5 Ptas. puede ser vendida en el mercado a 100 Ptas. con un beneficio de 95 Ptas. sin que el inversor nunca haya tenido la intención de comprar el activo subyacente.
CASO 3: Supóngase que dos empresas tienen diferentes grados de apalancamiento pero son idénticas en todos los demás aspectos. Cada una ha estimado utilidades en efectivo anuales de $80,000, antes de intereses e impuestos. La empresa A no tiene deuda; la empresa B tiene bonos perpetuos en circulación por un valor de $200,000, al 15%. Por tanto, los cargos financieros anuales totales para la empresa B son $30.000, mientras que la empresa A no tiene cargos financieros Si las utilidades para ambas empresas resultan ser 75% inferiores a lo esperado, es decir, $20,000, la empresa B se encontrara en imposibilidad de cubrir sus cargos financieros con las utilidades en efectivo. Entonces se puede observar que la probabilidad de la insolvencia de efectivo aumenta con los cargos financieros en que incurra la empresa.
El segundo aspecto del riesgo financiero incluye la dispersión relativa de la utilidad disponible para los accionistas comunes. Supóngase que los EBIT en operación anuales futuros estimados durante los próximos cinco años pero las empresas A y B fueran variables subjetivas tomadas al azar en las que los valores estimados de las distribuciones de probabilidades fueran pero cada una $80,000 y las desviaciones estándar $40,000. Al igual que antes, considérese que la empresa A no tiene deuda, pero en vez de 4,000 acciones comunes con valor a la par de $10 pendientes, mientras que la empresa B tiene $200,000 en bonos al 15% y 2,000 acciones comunes con valor a la par de $10 pendientes.
Las utilidades esperadas disponibles pero los tenedores de acciones comunes de la empresa A son iguales a $48,000, mientras que pero la empresa B esta cantidad solamente es igual a $30,000.
Sin embargo, dividir las utilidades esperadas disponibles pero los tenedores de acciones comunes entre el numero de acciones comunes pendientes, revela que la empresa tiene una cantidad mas grande de utilidades por acción esperadas que la empresa A, $15.00 y $12.00 respectivamente. La desviación estándar de las utilidades por acción se determina en $6.00 pero la empresa A y $12.00 pero la empresa B.
PROBLEMA 1
EI método VAA comienza evaluando el proyecto como si fuera una mini-empresa financiada únicamente por capital propio. Consideremos un proyecto para la fabricación de calentadores solares de agua. Exige una inversión de 10 millones de dólares y ofrece un flujo de tesorería, después de impuestos, de 1,8 millones de dólares al año durante diez años. El coste de oportunidad del capital pira el proyecto se estima es Un 12 por ciento, que refleja el riesgo económico del proyecto Los inversores pedirían un 12 por ciento de rentabilidad esperada para invertir en acciones de la mini-empresa.
Así que el VAN de esta mini-empresa en el caso básico es:
Millones de dólares o 170.000$
Considerando el tamaño del proyecto, este resultado no es significativamente mayor que cero. En el mundo ideal de MM, donde no importan las decisiones de financiación, el directivo financiero se inclinaría por realizar el proyecto, pero no lo sentiría mucho si el proyecto se descartara.
Costos de emisión
Pero supongamos que la empresa realmente tiene que financiar la inversión (de 10 millones de dólares emitiendo acciones (no tendría que emitir las acciones si rechaza el proyecto) y que los costes de emisión se llevan un 5 por ciento del valor bruto de la emisión. Esto significa que la empresa tiene que emitir 10.526.000 dólares con el fin de obtener 10.000.000 de dólares de tesorería. La diferencia de 526.000 $ va a los aseguradores abogados y otros relacionados con el proceso de emisión. El VAA se calcula restando los costes de emisión del VAN del caso básico:
VAA = VAN del caso básico – costos de emisión = + 170.000 – 526.000
= -356.000$
La empresa rechazaría el proyecto por ser negativo el VAA.
PROBLEMA 2: El proyecto XY producirá un solo flujo de tesorería, previsto en 1 millón de dólares en un año. Es considerado como el riesgo medio, indicado pero descontar un 10 por ciento del coste de capital de la compañía.
Pero, ahora descubre que los ingenieros de la compañía están tras un programa' de desarrollo de la tecnología deseada pero ese proyecto. Están <> de que funcionara, pero admiten una pequeña posibilidad de que no funcione. Todavía `t como el resultado mas probable 1 millón de dólares, pero también ve alguna posibilidad de que el proyecto XY genere cero de flujo de tesorería el próximo año
Ahora, las perspectivas del proyecto están menos claras por su nueva preocupación por la tecnología. Debe valorarse en menos de los 909.100 $ que calculo antes de que esta preocupación surgiese. Pero, ¿cuanto menos? Hay alguna tasa de descuento (10 por ciento más del factor adicional), la cual dará el valor correcto. Pero no sabemos cual es la tasa de descuento ayustada.
2.4 RIESGO Y DECISIONES DE INVERSIÓN BAJO INCERTIDUMBRE
Introducción a la certeza, riesgo e incertidumbre
La certeza son los hechos económicos conocidos y concretos, de los que se dispone de todos sus datos, de forma que cumplen todas las condiciones de definición y reconocimiento como elementos de los estados financieros. Este conocimiento viene dado porque el hecho ya ha sucedido o porque aún sin acaecer no existe duda alguna de que va a ocurrir, lo que en este caso originaría:
Un Pasivo cierto u obligación que existe a la fecha de presentación de los estados financieros, consistente en tener que hacer pagos o servicios futuros cuyo vencimiento se conoce. Es decir se conoce su naturaleza, su cuantía y el vencimiento.
Un Pasivo estimado u obligación que surge cuando se tiene la certeza absoluta de que ha ocurrido el hecho por el que se incurre en un gasto que inevitablemente se pagará en el futuro, aquí su naturaleza es conocida, pero su cuantía sólo es razonablemente estimada y su vencimiento sólo se conoce de forma aproximada. (una reparación extraordinaria futura).
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