A menudo este derecho inalienable es violado y sobre todo, en el caso de las comunidades más pobres. La explotación del agua, es tan intensa en relación con los recursos de que disponemos, que las aguas superficiales están evaporándose y las reservas subterráneas se están agotando a un ritmo más acelerado que el de la cantidad recibida por las precipitaciones." La destrucción del hábitat natural del agua no sólo genera una crisis de abastecimiento que afecta a las personas y a los animales, sino que disminuye gravemente la cantidad de agua potable de la que dispone el planeta". Aparte de crear graves problemas ecológicos, la explotación abusiva de las aguas subterráneas y fluviales, está recrudeciendo otra temible crisis, la de garantizar el alimento del mundo. La explotación abusiva de las aguas subterráneas y el agotamiento de las capas acuíferas se han convertido en graves problemas para las regiones mayormente agrícolas del mundo.
Los consumidores de las grandes ciudades, tienen la percepción de que el agua no cuesta nada y se tiende al despilfarro de este recurso. Los gobiernos locales deberían afrontar con valentía el reto de revisar las tarifas de agua y adaptarlas a cada usuario y al uso que se haga de este recurso.
La Declaración de Dublín manifestaba que el agua tiene valor económico en todos sus usos. La Agenda 21, redactada en Río de Janeiro, instaba a los gobiernos a que introdujeran las tarifas teniendo en cuenta su posición respecto al agua y los costes de oportunidad.
El agua reciclada es un recurso que se debería implementar, especialmente en las grandes urbes, que es donde se tiende al despilfarro.
Aquellos municipios en los que se ha adoptado el sistema de reciclado, se reduce la dependencia de los fenómenos meteorológicos. Ante un caso de sequía, por ejemplo, lo primero que hacen los gobiernos locales es evitar el riego de las zonas verdes, una medida impopular que no tienen que adoptar las ciudades que utilizan el agua reciclada.
El cambio climático evoluciona y sus efectos serán más notables cada vez. Aunque se trabaja con modelos teóricos del comportamiento del clima en el futuro, sabemos que la temperatura del planeta aumentará y que se va a modificar el ciclo hidrológico: lloverá de forma diferente, menos en las zonas secas y más y de forma más intensa en las zonas húmedas. Los fenómenos se van a hacer más extremos y la disponibilidad de agua cambiará.
A estos cambios se suma el aumento de la presión sobre el agua porque la tierra aumenta su población, así que la demanda y los usos del agua también se van a modificar.
La privatización y comercialización del agua en el mundo en desarrollo sufre de serias fallas.
Las compañías que firman los contratos para el manejo del agua pronto se dan cuenta de que hay pocas ganancias a corto plazo en un sector que requiere mucha inversión.
Como no pueden recobrar sus costos completamente, las compañías dejan de invertir, lo cual trae efectos negativos para las/los ciudadanos que enfrentan aumentos en tarifas y disminución del acceso.
Frecuentemente los gobiernos no pueden supervisar el desempeño de la compañía, o pedirle rendición de cuentas, ya que al iniciar los proyectos no se fijan marcos regulatorios.
Se calcula que en Capital Federal cada habitante gasta alrededor de 1.200 m3 por persona al año. En las ciudades del interior, con problemas de abastecimiento de agua, como en algunas ciudades patagónicas, se alcanzan los 1.000 m3. En España, se consumen unos 1700 m3, frente a los 726 de media en Europa. Pero mientras el planteamiento siga siendo el de ver quien saca más negocio del agua, la guerra está servida en el planeta.
La irrigación destinada a las cosechas es responsable del consumo del 65 por ciento de toda el agua que utilizamos los humanos, en comparación con un 25 por ciento adjudicable a la industria y un 10 por ciento a los hogares y municipalidades.
El crecimiento demográfico anual quiere decir que cada vez se necesitará más agua para la producción de cereales (destinados al consumo humano y animal), ya que se trata de una actividad que exige muchísimo riego. Pero cada año, las ciudades e industrias que hormiguean por el mundo están exigiendo y acaparando una parte cada vez mayor del agua destinada a la agricultura.
"El agua potable y el saneamiento no se refieren únicamente a la higiene y a las enfermedades, sino que también involucran a la dignidad, ello significa que TODAS las personas en el mundo tenemos derecho a una vida saludable y digna. En otras palabras: todos tenemos derecho al saneamiento".
Otra consecuencia del cambio climático
Doce enfermedades se propagarán más rápidamente en el planeta. Durante la segunda jornada del Congreso Mundial de la Naturaleza, que se celebra en Barcelona, según informó Efe, expertos de la Sociedad de Conservación de la Vida Salvaje alertaron de la existencia de doce enfermedades con potencial mortífero, tanto para el hombre como para los animales, que podrían, incluso, extenderse hacia nuevas áreas.
Su vicepresidente, William Karesh, los cambios de temperaturas y los niveles de precipitaciones en amplias regiones del planeta están facilitando la movilidad de esas enfermedades y eso, dijo, tendrá consecuencias no sólo sobre la salud humana y animal sino también sobre la economía.
En el Congreso de Barcelona se puso de relieve, además, que los países latinoamericanos serán unos de los principales afectados porque, a pesar de sólo emitir 6% de los gases de efecto invernadero causantes del fenómeno, cerca de 77 millones de personas de estos territorios tendrán problemas para acceder al agua en 2020.
Bautizados como "la docena mortífera", estos elementos patógenos son la gripe aviar, el cólera, el ébola (virus que provoca fiebre hemorrágica altamente contagiosa y mortal), la babesiosis (enfermedad parasitaria), los parásitos intestinales, la enfermedad de "lyme" o borreliosis (infección transmitida por una bacteria de la garrapata), la peste negra o bubónica (que propagan los roedores, especialmente las ratas a través de sus pulgas), la marea roja (excesiva proliferación de algas tóxicas), la fiebre del valle del Rift (virus que afecta al ganado), la enfermedad del sueño (que propaga la mosca tse tse), la tuberculosis y la fiebre amarilla.
Esta es una de las conclusiones del informe elaborado por el Banco Mundial (BM) y presentado hoy por la Vicepresidenta de esta entidad para América Latina y el Caribe, Pamela Cox. Esta falta de agua potable junto con el aumento de las temperaturas ayudará a la propagación de, además de las doce enfermedades, de otras de índole tropical como la malaria, el paludismo, el dengue y otras patologías infecciosas.
ONG: Olivié Longué, Acción contra el Hambre.
Documentos del Congreso del Agua de Barcelona de 2008.
Informe de Aguas Argentinas, sobre el consumo en las ciudades de Argentina.
2007 – 08.
Informe y propuesta de trabajo de la Comisión Internacional de Riego y Drenaje (ICID), Santiago de Chile, enero de 2009.
Foros mundiales del agua I, II, III Y IV.
Los Foros mundiales del AGUA
Autor:
Beatriz Noto.
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