Presencia de valores humanos en la obra de José Martí (página 2)
Enviado por Ing. Mirta F. �guila Blanco
La formación de valores tiene una gran importancia para el desarrollo de la personalidad socialista, para lograr una participación correcta dentro de las luchas que caracterizan la etapa de construcción de una nueva sociedad. Se trata de la formación de los valores que deben regir el comportamiento general que orientan su conducta y determinan actitudes y formas de actuar.
Existen diferentes valores, el más reciente hace referencia al contenido de distintas esferas: valor teórico, cognoscitivo, éticos y morales, estéticos económicos, socio políticos y religiosos. Ojalvo Miltrany V. (2002).
En la obra martiana más que reflexionar sobre los valores el Apóstol se preocupa por encontrarlos y cultivarlos en la conducta del hombre, como medio de ascensión humana. Sin embargo, es posible revelar en su ideario humanista un conjunto unitario de valores, coherentemente estructurado en torno a la persona humana, su razón del ser y los modos de conducirla a su humanidad creciente. Los valores en Martí son modos esenciales del devenir del hombre en su naturaleza social, integrados en la cultura, a manera de formas de existencia del ser humano y sus necesidades materiales y espirituales
Por su importancia Martí expone algunos valores como independencia y justicia social, y otros que asociados a ellos los refuerzan en el plano político y/o moral, como patriotismo, dignidad y amor al trabajo. No obstante, es claramente identificable un hombre esencialmente humano, identificado con los problemas de su patria y de su tiempo y un actor de su propio destino, emprendedor, abnegado, siendo primordial para él como único camino abierto a la prosperidad constante y fácil es el conocer, cultivar y aprovechar los elementos inagotables e infatigables de la naturaleza. El amor al trabajo es base y fundamento, no sólo del desarrollo natural, sino además de la justicia social y la independencia, el trabajo y el amor a este constituyen pedestales para lograr el bienestar y la felicidad.
Después de una revisión a las Obras Completas en 28 tomos de José Martí aparecen reflejados algunos de los valores que para él eran esenciales tales como antimperialismo, honestidad, honradez, laboriosidad, patriotismo.
ANTIIMPERIALISMO
La diferencia entre los pueblos fomenta la oposición y el desdén.
En la política de América, es riesgosa la idea de política del continente porque con dos corceles de diferente genio y hábitos, va mal el carruaje.
Es estéril el consorcio de dos razas opuestas.
Nadie una dos pueblos diversos.
Si dos naciones no tienen intereses comunes no pueden juntarse. Si se juntan chocan.
Los países que no tienen métodos comunes, aun cuando tuviesen idénticos fines, no pueden unirse para realizar su fin común con los mismos métodos.
El caso geográfico de vivir juntos en América no obliga, sino en la mente de algún candidato o algún bachiller, a unión política.
Por el respeto entra el amor: a quien se desdeña, no se puede querer.
Los pueblos menores, que están aún en los vuelcos de la gestación, no pueden unirse sin peligro con los que buscan un remedio al exceso de productos de una población compacta y agresiva y un desagüe a sus turbas inquietas, en la unión con los pueblos menores.
Sáquese a lucir, y a incendiar las almas, y a vibrar como el rayo, a la verdad, y síganla, libres, los hombres honrados.
La verdad, una vez despierta, no vuelve a dormirse, que el espíritu, más vasto que el mar, ni se seca ni se evapora.
Contra la verdad, nada dura, ni contra la naturaleza.
Somos hombres para mirar cara a cara la verdad.
Ocultos están largo tiempo la traición y el engaño, más una vez sospechados, tienen para ser descubiertos rapidez asombrosa, alas malditas.
HONRADEZ
Si es honrado y se nace pobre, no hay tiempo para ser sabio y ser rico.
Honrar, honra.
No hay gozo como honrar.
Honra quien pide: es que cree en la virtud que cree a quien pide.
Honrar a los que cumplieron con su deber es el modo más eficaz que se conoce hasta hoy de estimular a los demás a que lo cumplan.
Es necesario ser hábil y honrado, contra los que son hábiles y no honrados.
El alma humana tiene una gran necesidad de blancura. Desde que lo blanco se oscurece, la desdicha empieza.
Las almas nacidas para la honradez no tienen conveniencia, ni viven tranquilas, fuera de la honradez.
Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado.
Los hombres honrados no necesitan discutir mucho en un acto de honor.
No se le pregunte al interés, sino a la honradez, cual es el mejor modo de vivir.
Mantiene atado, en la hora de obrar, antes de obrar mal.
Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los agradecidos hablan de la luz.
Todos los que están manchados, en cuanto alcanzan a ver a un hombre puro empiezan a correrle detrás para llenarle la túnica de manchas.
Medida de la honra propia, en diarios y en hombres, es el respeto en que se tiene la honra ajena. El que no respeta la honra ajena, no respetará la propia.
El hombre se deshonra cuando deshonra a los demás.
Sólo el que es capaz de vender su honra, tiene el valor de proponer la venta de la honra ajena.
El verdadero hombre no mira de que lado se vive mejor, sino de que lado esta el deber.
LABORIOSIDAD.
Nadie tiene derecho a lo que no trabaja
El trabajo no es más que el arte de acuñar las ideas en oro o plata. Toda moneda ha sido primero idea.
El trabajo es el aire y el sol de la libertad.
El trabajo es ley.
El trabajo disciplina.
El trabajo embellece. Remoza ver a un labriego, a un herrador, o a un marinero. De manejar las fuerzas de la naturaleza, les viene ser hermoso como ellas.
El trabajo debe ser alimento y no modo enfermizo y agitado de ganar fortuna.
Ocupada las manos, anda menos inquieta la mente.
Pueblo ocupado es pueblo salvado.
Cada hombre es un trabajador, y muere bien, si muere en el trabajo.
Yo estrecho con gozo todas manos callosas.
De los obreros, suelen hablar con desdén los que no tienen el valor del trabajo, ni el de ganar con sus manos, sea cualquiera la labor, una vida libre y honrada.
El hombre crece con el trabajo que sale de sus manos.
PATRIOTISMO.
Patria no es más que la pasión del decoro y ventura del hombre.
La Patria es la voluntad viril de un pueblo dispuesto al triunfo de su emancipación, a un triunfo indudable por el arranque único y potente de la libertad contra la razón inmoral y el tesoro arruinado de sus opresores.
Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas.
Cada cual se ha de poner, en la obra del mundo, a lo que tiene de más cerca, no porque lo suyo sea, por ser suyo, superior a lo ajeno, y más fino o virtuoso, sino porque el influjo del hombre se ejerce mejor, y más naturalmente, en aquello que conoce, y de donde le viene inmediata pena o gusto; y ese repartimiento de la labor humana, y no más, es el verdadero e inexpugnable concepto de la Patria.
Nación no es el conjunto de hombres fabriles e indiferentes en una tierra en que han nacido de ocasión, o viven de poco ha, sin más intento que el acaparar presto la mayor suma de fortuna, sino aquella apretadísima comunión de los espíritus, por largas raíces, por el enlace de las gentes, por el óleo penetrante de los dolores comunes, por el gustosísimo vino de las glorias patrias, por aquella alma nacional que se cierne en el aire, y con él se respira, y se va aposentando en las entrañas, por todos los sutiles y formidables hilos de la historia atados, como la epidermis a la carne.
Si hay algo sagrado en cuanto alumbre el sol, son los intereses patrios.
La Patria es nuestra adoración, no nuestro pedestal ni nuestro instrumento.
Para mi la Patria, no será nunca triunfo, sino agonía y deber.
El que de su pueblo reniegue, de las propias alas de su cerebro y entrañas de su entendimiento sea, como un ladrón, privado.
La Patria es de todos, es justo y necesario que no se niegue en ella asiento a ninguna virtud.
La Patria no es de nadie, y si de alguien será, y esto sólo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia.
Algunos pasan vendados por el mundo, sin conocer, por el entretenimiento del egoísmo, que la Patria es nuestra entraña.
En vano concede la naturaleza a alguno de sus hijos cualidades privilegiadas, porque serán polvo y azote si no se hacen carne de su pueblo, mientras que si van con él, y le sirven de brazo y de voz, por él se verán encumbrados, como las flores que lleva en su cima una montaña.
Quien ve a su pueblo en desorden y agonía, sin puerta visible para el bienestar y el honor, o le busca la puerta, o no es hombre, o no es hombre honrado.
Quien tenga Patria, que la honre; y quien no tenga Patria, que la conquiste.
Quien desee Patria segura, que la conquiste. Quien no la conquiste, viva a látigo y destierro, oleado como las fieras, echado de un país a otro, encubriendo con la sonrisa limosnera ante el desdén de los hombres libres, la muerte del alma.
No hay suelo más firme que aquel en que se nació.
La firmeza del pueblo nativo es la única propiedad plena del hombre.
El que no tiene país propio se queda sin raíces en el mundo.
No hay dicha sin honra y sin Patria.
El hombre fuera de su Patria, es como un árbol en el mar.
Los años que se pasan lejos del suelo nativo son años muy largos.
De los hombres y de sus pasiones, de los hombres y de sus virtudes, de los hombres y de sus intereses se hacen los pueblos.
El firmamento debiera tener un astro nuevo cuando cae en la Patria un hombre que la defiende.
El amor al país es la expresión más bella y vehemente del amor al hombre.
Se debe querer a la tierra en que uno nace; con fiereza, con ternura.
El patriotismo es un deber santo cuando se lucha por poner la Patria en condición de que vivan en ella más felices los hombres.
Sólo sirve a la Patria el que la obedece.
A la Patria no se le ha de servir por el beneficio que se pueda sacar de ella, sea de gloria o de cualquier otro interés, sino por el placer desinteresado de serle útil.
El deber de un patriota que ve lo verdadero está en ayudar a sus compatriotas, sin soberbia y sin ira, a ver la verdad.
Todo debe sacrificarlo a su país un patriota sincero, hasta la gloria de caer defendiéndolo ante el enemigo.
Héroe se puede ser todos los días, pero el verdadero héroe es el que sacrifica su heroísmo al bien de su patria.
El que levanta su país se levanta a sí propio.
El que la nación educa, si no aprende para vil, debe dar la flor de su vida, a la nación.
El vanidoso mira a su nombre; y el hombre honrado a la patria.
No hay viles mayores que los que miran exclusivamente los intereses de la patria como medios de satisfacer su vanidad o levantar su fortuna.
Honrar a la patria es una manera de pelear por ella, así como hacer algo que la deshonre es pelear contra ella.
Sólo obedeciendo estrictamente a la justicia se honra a la patria.
Todo hombre está obligado a honrar con su conducta privada, tanto como la pública, a su patria.
El patriotismo se detiene allí donde para salvar a la patria es necesario deshonrarla.
Los cuerpos de los mártires son el altar más hermoso de la honra.
Se afirma un pueblo que honra a sus héroes.
Cuando un pueblo se divide, se mata.
Queremos ir por donde nos manda el interés y no podemos ir sino por donde nos manda la patria.
Un pueblo se amengua cuando no tiene confianza en sí.
Nuestro pueblo está corriendo el riesgo de perder en las ciudades los hábitos de honra, y en los campos – los hábitos de trabajo-. Es preciso que no hagamos un pueblo de miserables, de fugitivos y de merodeadores.
Comienza a ser un desventurado el pueblo que empieza a ser desagradecido.
Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses.
BIBLIOGRAFÍA:
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- ___________ Discurso pronunciado en el acto de inicio del curso escolar 1997-1998. Periódico Granma. (1997).
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- Rosental, M., Ludin, P. Diccionario filosófico. La Habana : Editorial política, 1973. 498p.
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- Valdés Galárraga, Ramiro. Diccionario del pensamiento martiano. La Habana : Editorial de Ciencias Sociales, 2002. 785p.
Compiladores:
Ing. Mirta F. Águila Blanco*
Lic. Adys Chezpik García*
MSc. Yamilet Trelles Mutis*
*Centro Universitario de Sancti Spíritus José J. Martí Pérez. Ave. De los Mártires No. 360, Sancti Spírtus, Cuba
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