Introducción
Uno de los problemas trascendentales que nuestro país tiene que resolver en la actualidad es mejorar su nivel de educación, pues en los últimos años se han obtenido resultados desfavorables en evaluaciones como PISA, que nos indica el mal desempeño de los alumnos en matemáticas, ciencias y comprensión lectora. Esto nos obliga a pensar en la reforma urgente que se tiene que llevar a la práctica para alcanzar una educación de mejor calidad que permita a los estudiantes competir con alumnos y/o profesionistas de otros países.
Pero la reforma no solo debe llevarse a la práctica en cuanto a planes y programas de estudios, donde lo único que se modifica son los libros de texto, es importante que la transformación se vea reflejada en todos los que la conforman: alumnos, maestros, padres de familia, instrumentos de evaluación, métodos de enseñanza, recursos didácticos, planeación, etc.
Desarrollo
Hoy en día escuchamos hablar de calidad en los diferentes rubros de nuestra vida: en la economía, la política, la alimentación, la comunicación y tiempo dedicado a los hijos, el trabajo, la producción y en la educación, que es en donde centraremos nuestra atención. Esta educación que se recibe a lo largo de la vida de un ser humano, ya sea ésta formal o informal, intencional o espontánea, pero con el propósito explícito del desarrollo íntegro del sujeto, debe de tener un valor trascendental para la sociedad ya que es medio y fin para socializar actitudes, formar valores e internalizar conductas que formen al ciudadano capaz de transformar y mejorar el entorno, es decir, esa educación debe ser de calidad.
Definiremos primeramente lo que se entiende por educación "es la transmisión o apropiación de valores y conocimientos; como el desarrollo de habilidades, actitudes y destrezas y la formación de capacidades de decisión y elección para que los miembros de una sociedad puedan convivir, comprender y transformar su medio natural, social y cultural sin dejar de tomar en cuenta las tendencias de conservación y cambio" (Corona, 1994). Esta definición considera el desarrollo de personas creativas que sean capaces de transformar la sociedad en la que viven para obtener un bien común, dejando a un lado los beneficios individuales.
Pero necesitamos una educación con la que se le pueda hacer frente a los grandes cambios del mundo actual, una educación en donde el estudiante se haga responsable de su propio aprendizaje y que contribuya a cubrir sus expectativas y necesidades mediante un conocimiento perdurable y funcional; en resumen, se necesita de una educación de calidad. Esta educación nos debe permitir a los docentes desarrollar en el alumno su potencial de razonamiento, de análisis, conocimiento, habilidades y capacidades para innovar.
La calidad en la educación es una exigencia de nuestros tiempos ya que tiene como objetivo principal "educar a cada ser humano hasta los límites de su capacidad, para cubrir las necesidades y expectativas de éstos y de la sociedad"1. Pero ¿qué es calidad educativa?, el CIDAC nos da una definición clara de lo que es, "…una educación que tienda un puente entre los procesos de enseñanza aprendizaje y el entorno socioeconómico, político y cultural. Una educación de calidad será una educación efectiva. Por efectividad educativa se entiende el cumplimiento cabal de los objetivos que la educación plante[1]a, especialmente los académicos. La calidad incluye la eficiencia educativa, es decir la capacidad del sistema educativo de elevar al máximo los rendimientos académicos de los estudiantes"[2]2.
Una educación efectiva es de suma importancia, pues con ella se disminuiría la desigualdad y puede generar efectos positivos en la sociedad: mejores salarios, igualdad de oportunidades, el crecimiento integral de las personas, la toma de decisiones asertivas, disminuir los niveles de criminalidad, fomentar el progreso, mejorar la salud, conservar el medio, ser competitivos, tener la esperanza de un futuro mejor y una vida de calidad. Desgraciadamente esto aún es una tarea que no se ha terminado de hacer en nuestro país, pues los malos resultados obtenidos en las evaluaciones realizadas a nuestros alumnos (PISA), nos dicen que aún nos falta mucho por hacer y que no hemos logrado una educación de calidad, donde los alumnos sean capaces de poner en práctica sus conocimientos adquiridos.
Uno de los errores que nuestro país a realizado en los últimos años y que contribuye a no alcanzar una educación de calidad, es el adquirir modelos educativos de otros países que hasta el momento no han dado los resultados esperados. No se pueden adquirir y tratar de que se lleven a la práctica modelos educativos extranjeros, ya que las características, cultura y situaciones de cada población son diferentes; si aún dentro del mismo país es tan diferente cada región, que se tienen que realizar ciertas adecuaciones en los programas para poderlos llevar a la práctica de manera satisfactoria.
También es un problema importante para alcanzar esa calidad educativa, la falta de continuidad en los programas educativos realizados a inicio de cada sexenio de gobierno, lo que origina que se produzcan más fallas en el sistema; pues aún los docentes no conocen bien como llevar a la práctica los nuevos programas, cuando ya se están modificando y cambiando a otros totalmente diferentes.
Cierto es que la preocupación de las autoridades educativas se centra en mejorar la calidad de la educación básica, por eso surge la reforma educativa que involucra sólo a este nivel; pero se ha dejado a un lado la educación media y superior que tienen igual de importancia para poder transformar a nuestro país, con ciudadanos comprometidos con su medio, mejor capacitados y dispuestos a contribuir para alcanzar el progreso de su comunidad. Hay que tener en cuenta que entre mayor sea el nivel de instrucción, mejores serán los beneficios que obtenga la sociedad.
Si se logra un nivel de instrucción de calidad en todos los niveles, se puede hablar de llegar a tener una vida de calidad, porque los alumnos serían capaces de transformar la información obtenida en conocimiento aplicable a cualquier área de su vida. Desafortunadamente aún no lo hemos logrado, pues observamos como los estudiantes se quedan con la información, sin transformarla en conocimientos, y no tienen idea de cómo, cuándo y dónde aplicarla; lo cual quiere decir que no se están formando alumnos íntegros que es uno de los propósitos de la educación. Pero ¿qué significa formar alumnos íntegros? , el maestro Jacob Vales Onofre , (docente del SABES) uno de los entrevistados contestó que: "significa formar alumnos capaces de: tomar decisiones, buscar información y aplicarla, conocer sus limitaciones y saber cómo subsanarlas, ser responsables de sus actos, ser competentes y capaces de enfrentar cualquier situación que se les presente".
Para poder lograr lo anterior se necesita un cambio de mentalidad en nosotros los docentes, ya que somos un elemento fundamental en el proceso educativo. Debemos comenzar un cambio de lo individual a lo colectivo, demostrando que somos capaces de conservar lo bueno y combinarlo con nuevas innovaciones o aportaciones que surjan, cambiando lo ya obsoleto en nuestra práctica educativa. Si no hay cambio en nuestras acciones significa que no hemos aprendido, el aprendizaje implica cambios. ¿Cómo pretender una educación de calidad si mi práctica sigue siendo la misma de siempre? Debemos adecuar nuestra práctica a esta sociedad moderna, compleja y cambiante de hoy en día.
Para superar esta insuficiencia y ante la pregunta ¿qué características debe reunir un docente que contribuya a una educación de calidad?, Fátima Campos Ibarrra (docente de la ENSOG) contestó que el docente "debe tener vocación, ser entregado a su trabajo, dominar la materia que imparte, ser innovador, respetuoso con sus alumnos, estar en mejora continua, ser lector asiduo de todo tipo de textos, ser honesto, disciplinado, responsable y ejemplo de lo que predica". Todas estas característica y aún más se obtienen si hay un compromiso, respeto y amor a la profesión docente, sólo así se lograría una educación de calidad.
El Programa Nacional de Educación 2001-2006 de la SEP, propone que el perfil deseado del docente es: tener una Personalidad "estable", Cociente Emocional Alto, Cociente Intelectual Normal Alto a Superior, interés hacia las áreas sociales y científicas, vocación hacia la docencia, manejo de diferentes estrategias psicopedagógicas y técnicas de enseñanza, actitud de respeto hacia el ser Humano y a su entorno, Aptitud para la Comunicación y una buena calidad de vida.
Si el docente tuviera este perfil, sin duda alguna se alcanzaría la calidad educativa, pues los profesores son un pilar fundamental para alcanzar el éxito en el ámbito educativo. Pero para poder contar con profesores que tengan este perfil es necesario realizar reformas en los planes y programas de educación normal básica y superior, para que desde un inicio se desarrollen las actitudes, aptitudes y habilidades que debe tener un buen docente, uno de calidad, capaz de hacer que sus alumnos se sientan lo suficientemente motivados para aprender y con una actitud de respeto hacia sí mismos y su contexto.
La calidad no es algo terminado, sino más bien perfectible. Entonces podríamos decir que cuando hemos alcanzado la calidad que se perseguía en determinado tiempo y momento, surgen nuevos parámetros o indicadores que hay que medir, según las nuevas necesidades de la sociedad, lo cual nos lleva otra vez al inicio, donde nos plantearemos metas, objetivos y propósitos que nos ayuden a alcanzar la calidad ahora perseguida; y así irán cambiando los indicadores de calidad de acuerdo al tiempo y a las necesidades de la sociedad.
Los cambios producidos por la modernidad demandan calidad en la educación. Calidad implica, formar ciudadanos capaces de adaptarse a las nuevas exigencias mediante el dominio del conocimiento y destrezas que le permitan desempeñar una variedad de tareas en su trabajo y en el manejo de las tic.
Alcanzar la calidad de la educación depende del compromiso de cada uno de los involucrados en ella (docentes, alumnos, padres de familia, dependencias, autoridades), y se manifiesta en una calidad como forma de vida, donde cada integrante será capaz de resolver y enfrentar los diferentes escenarios de su existencia. De esta manera la educación no sólo contribuiría a la trasmisión de conocimientos, sino también a la producción de servicios para satisfacer las necesidades de la sociedad.
Conclusiones
Alcanzar la calidad educativa depende del compromiso asumido por cada uno de los involucrados en este proceso, se logra con la continua capacitación y actualización de todas las partes implicadas, no es algo acabado sino más bien perfectible, que contribuye al desarrollo (en todos los ámbitos) de un país. "…la educación de calidad es capaz de elevar al máximo el capital humano, es el factor esencial para el desarrollo económico y social de cualquier país, muy por encima de los recursos naturales y el capital físico representado por la maquinaria y recursos financieros…el desarrollo de una nación se sustenta 80 por ciento en la educación, adiestramiento, habilidades y cultura…" ( Dr. Gary Becker, Premio Nobel de Economía).
Es importante que los docentes consideremos las necesidades y expectativas de la sociedad para poder ejercer nuestra profesión con eficiencia y tratar de alcanzar el perfil del docente lo más que se pueda. Si no hay cambio en nosotros mismos, no alcanzaremos la calidad requerida; cuando no ha habido cambio en nuestras acciones significa que no hubo aprendizaje, aunque tenga toda la información sobre lo que es la calidad educativa, pero siga actuando y enseñando de la misma manera de siempre, significa que esa información aún no ha trascendido a ser conocimiento y por lo tanto no es significativo.
Contribuyamos a que nuestros alumnos se desempeñen mejor en cada rubro de sus vidas, renovando nuestra práctica docente y preocupándonos por desarrollar sus habilidades, aptitudes y competencias que los ayuden a lograr una eficacia en sus actividades cotidianas. Una vida de calidad se alcanza a través de una educación de calidad.
Bibliografía
Corona, T. Leonel "Educación, ciencia y tecnología: un escenario alternativo" en Revista Comercio Exterior, Vol. 44, No. 3. México, Marzo, 1994.
CIDAC. Centro de Investigación para el desarrollo A.C. (El colegio de México) "Educación para una economía competitiva" Edit. Diana. México 1992. Pág 17.
Morin, Edgar. "La cabeza bien puesta". Repensar la reforma. Reformar el pensamiento. 1a ed. 5a reimp. Buenos Aires: Nueva Visión, 2002.
O.C.E.D. Escuelas y calidad de la enseñanza (Informe internacional)1991. España, pág. 25
Programa Nacional de Educación 2001-2006 de la SEP.
Autor:
Marisol Mendoza Sánchez
[1] O.C.E.D. Escuelas y calidad de la enseñanza (Informe internacional)1991. España, pág. 25
[2] CIDAC. Centro de Investigación para el desarrollo A.C. (El colegio de México) “Educación para una economía competitiva” Edit. Diana. México 1992. Pág 17.