Descargar

El violinista en el tejado: Una adaptación psicoanalítica freudiana (V)

Enviado por Felix Larocca

  1. Etapas del desarrollo psicosexual de acuerdo con Freud (V)
  2. Período genital: El sexo como función y el sexo como proceso
  3. El triángulo familiar: Edipo Rex Redux
  4. Lealtades divididas
  5. Fred: Un caso flagrante de relaciones triangulares
  6. En resumen
  7. Bibliografía
  8. Apéndice

Según Freud, a partir de la pubertad emerge la etapa genital o segunda fase de interés genital. En esta fase, el niño, tras la superación del Complejo de Edipo, orienta su deseo sexual fuera de la familia, hacia personas del sexo opuesto convirtiendo la relación genital reproductora en el objetivo del instinto sexual.

La etapa genital, como aquí se estudia, es la etapa final del desarrollo, culminando en el nacimiento del período más significativo, menos estudiado y de mayor impacto en la evolución del hombre como ser adulto y como padre, guerrero, hechicero y curandero. FEFL: en Cuatro estaciones en la vida del hombre

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos97/cuatro-estaciones-vida-del-hombre/cuatro-estaciones-vida-del-hombre#laetapagea#ixzz3IqjZD7Ot

Etapas del desarrollo psicosexual de acuerdo con Freud (V)

(V) La fase genital: Desde la pubertad hasta el fin de la vida

La etapa Genital

edu.red

Identidad y juventud

Fase del desarrollo psicosexual caracterizada por la organización de las pulsiones parciales bajo la primacía de las zonas genitales; comporta dos tiempos, separados por el período de latencia:

  • la fase fálica (u organización genital infantil) y

  • la organización genital propiamente dicha, que se instaura en la pubertad.

Algunos autores reservan el término "organización genital" para designar este último tiempo, incluyendo la fase fálica en las organizaciones pregenitales. Según atestigua la primera edición de los Tres ensayos sobre la teoría sexual (Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie, 1905), para Freud no existía al principio más que una sola organización de la sexualidad, la organización genital, que se instauraba en la pubertad y se oponía a la "perversidad polimorfa" y al autoerotismo de la sexualidad infantil. Luego, Freud modifica progresivamente esta primera concepción: 1) describe organizaciones pregenitales (1913, 1915: véase: Organización); 2) en un capítulo añadido a los Tres ensayos, Fase de desarrollo de la organización sexual, establece la idea de que, desde la infancia, tiene lugar una elección de objeto sexual: "[…] todas las tendencias sexuales convergen hacia una sola persona y buscan en ésta su satisfacción. Se realiza así, durante los años infantiles, la forma de sexualidad que más se aproxima a la forma definitiva de la vida sexual. La diferencia […] se reduce a que, en el niño, todavía no se ha realizado la síntesis de las pulsiones parciales, ni su sumisión completa a la primacía de la zona genital.

edu.red

El sexo: Función y proceso

Sólo la última fase del desarrollo sexual traerá consigo la afirmación de esta primacía". 3) Freud, vuelve a poner en tela de juicio la teoría enunciada en esta última frase al reconocer la existencia de una "organización genital" llamada fálica, antes del período de latencia, que sólo se diferenciaría de la organización genital pos puberal en que un solo órgano genital es el que cuenta para ambos sexos: el falo (1923) (véase: Fase fálica).

Como puede verse, la evolución de las ideas de Freud acerca del desarrollo psicosexual le condujo a aproximar cada vez más la sexualidad infantil a la sexualidad adulta. No desaparece, sin embargo, la primera idea, según la cual con la organización genital puberal las pulsiones parciales se unifican y jerarquizan definitivamente, y el placer inherente a las zonas erógenas no genitales se vuelve "preliminar" al orgasmo y respuestas asociadas.

Freud también señaló insistentemente que la organización genital infantil se caracteriza por una discrepancia entre las exigencias edípicas y el grado de desarrollo biológico. (Leer más: http://www.tuanalista.com/ResultadosMuestra.php?cx=partner-pub-5218966167774594%3A9cx16j-jm7d&cof=FORID%3A10&ie=ISO-8859-1&q=fase+genital&sa=Buscar&siteurl=www.tuanalista.com%2FDiccionario-Psicoanalisis%2F5142%2FFase-anal—sadica.htm&ref=&ss=3806j1414584j12).

Continuando

Período genital: El sexo como función y el sexo como proceso

Somos humanos, y — a pesar de que nos repugne aceptar o creerlo — somos también animales. De hecho, pertenecemos al clado de los tetrápodos.

En biología, se llama clado a cada una de las ramas del árbol filogenético propuesto para agrupar a los seres vivos. Por consiguiente, un clado se interpreta como un conjunto de especies emparentadas (con un antepasado común).

Cualquier grupo así considerado es un grupo monofilético de organismos, y puede ser representado mediante un cladograma, por ejemplo, un gráfico en la forma de un "árbol genealógico".

En otras palabras que en nuestros instintos y en sus funciones no somos diferentes de otros grupos de seres vivientes que se comportan filogenéticamente como nosotros.

edu.red

Cladograma de los mamíferos

Éste es, precisamente, el propósito de estas lecciones: Tratar de entender nuestros instintos y nuestras pulsiones desde un punto de vista que clarifiquen para nosotros, cómo es, que, con inusitada frecuencia, los usamos de manera anti-intuitivas para nuestro detrimento y perjuicio — algo, que es muy extraño, sin mucho decir.

Aquí nos ocuparemos esencialmente del instinto reproductivo, alias, "instinto sexual".

Pero, antes de esta etapa final y de cierre tenemos que repasar y revisar ciertas consideraciones que pertenecen a la llamada Situación de Edipo que imparten su energía a ésta, la fase genital.

El triángulo familiar: Edipo Rex Redux

Los triángulos familiares no terminan en la infancia sino que tienen repercusiones a lo largo de toda la vida. Si no se resuelven, entrarán secretamente en nuestras relaciones adultas. Si un triángulo familiar no se reduce o se resuelve, podemos recrearlo, una o varias veces, porque esperamos, a un nivel profundo e inaccesible, encontrar una forma para sanarlo o solventarlo. Freud desarrolló la idea del triángulo del Complejo de Edipo, también conocido, erróneamente, por los no iniciados, como "el romance familiar", (véase mi artículo al respecto) en un contexto muy específico: Si inequívocamente "ganamos" y conseguimos el amor exclusivo del padre del sexo opuesto, sufriremos porque nunca aprenderemos a individualizarnos en el proceso de la madurez emocional o a compartir amor equilibrado y exclusivo con otra persona. (Véase mi artículo: La Mala Semilla).

Experimentamos un tipo de falso poder infantil, porque sentimos que hemos abatido al rival. Lo que nos torna en seres omnipotentes, y esto puede abrir la puerta a una posterior incapacidad para enfrentarse a cualquier clase de desilusión en una unión emocional. Y, como consecuencia, también se verán afectadas las relaciones sentimentales con personas del mismo o del otro sexo.

edu.red

Adultery por Beckman

Si, por ejemplo, un niño ve a su madre y a su padre en conflicto, y "gana" la batalla Edípica al convertirse en el "marido" suplente de su madre, puede experimentar una profunda culpa inconsciente hacia su padre. También, puede perder respecto por el mismo, a quién aparentemente ha apartado por medio de un empujón con gran facilidad. Entonces noción de la imagen paterna del muchacho podría ser la de alguien débil, impotente, y fácilmente domeñable e interiormente puede temer eso de sí mismo, porque él también pertenece al sexo masculino. Este joven tendrá que seguir afirmando su victoria Edípica más tarde a lo largo de su vida transformando a cada amigo masculino en un rival potencial y relacionándose exclusivamente con mujeres. Este tipo de hombre no conecta con otros hombres, solamente con las mujeres que ya están comprometidas con otros hombres. El vínculo con su madre le habrá costado a este individuo la relación con su progenitor, lo que puede significar que no tenga una imagen masculina idealizada a la que recurrir, ni una sensación de apoyo por parte de la comunidad masculina de su entorno. Por eso nunca puede apartarse del grupo de hombres que considera amigos y dejar de querer conquistar mujeres, para sentirse íntegro como hombre.

Hombres como el que describiéramos en el párrafo anterior que existen confusos en el sentido psicosexual, no pueden amar a una mujer únicamente, adoran lo pornográfico y lo sexualmente reprobado y subrepticio, como el voyerismo, el ménage à trois y otras formas de desviaciones parafílicas porque resienten y quieren denigrar al sexo femenino, por ser básicamente homosexuales ocultos, latentes, o ambas cosas.

Si perdemos totalmente la batalla Edípica — y la palabra clave aquí es "totalmente" — también sufrimos. Una derrota Edípica absoluta constituye una humillación que puede hacernos perder la confianza en nosotros mismos. Con "absoluta" significo que el niño siente que no ha conseguido contacto emocional de ningún tipo con el padre (de cualquier sexo) amado, y a esto sigue un profundo sentimiento de fracaso. El individuo entonces no puede acercarse al padre ofendido, quien puede ser incapaz de ofrecer una respuesta emocional positiva a su hijo o hija. O bien puede ser que la madre siempre esté de por medio. Más adelante en la vida, tal derrota emocional puede generar un sentimiento persistente de inadecuación e inferioridad sexual.

edu.red

Britney Spears… Campeona incierta en la lucha por ganar custodia de sus hijos

Freud pensaba que la resolución más sana del conflicto Edípico es una especie de derrota tolerable, en la que recibimos suficiente amor por parte del padre amado pero todavía estamos obligados a admitir que la relación de nuestros padres es en última instancia inquebrantable. Entonces podremos aprender a respectar las relaciones entre otras personas, y desarrollar una confianza al establecer relaciones más allá de la fantaseada representación triangular de los padres. Entramos aquí en el reino de lo que Winnicott llamó "suficientemente bueno" — un matrimonio de los padres suficientemente "bueno", una relación con ambos padres suficientemente "buena", y suficiente amor y apreciación para que la derrota Edípica pueda estar acompañada de un razonable sentido de seguridad dentro de la familia y un conocimiento de que uno seguirá siendo querido. También es importante que no temamos un castigo por parte del padre rival.

Desgraciadamente, muchos padres emocionalmente hambrientos y resentidos en un matrimonio infeliz, castigan a sus hijos por "robar" el amor de su pareja. Necesitamos reconocer que no podemos suplantar a un padre para tener al otro, pero también tenemos que saber que seremos amados por el padre que hemos soñado, inconscientemente, desplazar.

Hay un valor considerable en el modelo psicodinámico de Freud, y parece haber muchas situaciones en las que una absoluta derrota o victoria Edípica están relacionadas con una tendencia a involucrarse reiterativamente en triángulos posteriormente en la vida. Pero hay limitaciones importantes en este modelo de situación familiar. El padre al que nos atamos no es necesariamente el padre del sexo opuesto. El padre puede pertenecer al mismo sexo que el individuo — en el psicoanálisis, todo es posible.

Los sentimientos Edípicos no son, después de todo, "sexuales" en el sentido estricto de la palabra, sino que están más relacionados con una fusión emocional. Al igual que, de hecho, lo están muchos de nuestros sentimientos aparentemente sexuales cuando somos adultos. La sexualidad contiene muchos niveles emocionales que no son siempre conscientes. Un hombre puede pasarse la vida intentando ganar el amor de su padre al demostrar lo muy macho que es. Entonces establecerá triángulos de forma inconsciente, que no tienen que ver con la mujer con la que se enrede, porque la ambición inconsciente es impresionar a otros hombres o castigarlos por el rechazo del papá. Y una mujer puede intentar ganar el amor y la admiración de su madre de la misma manera, castigando a otras mujeres por el fracaso de su madre a la hora de amarla. El rival en un triángulo adulto puede ser secretamente mucho más importante para el individuo que el aparente objeto del deseo. Los que sufren de dependencias encuentran en este aspecto del triángulo parte de la naturaleza de su adicción.

edu.red

Abducción por Cezanne

Esto en sí mismo no es negativo. Ya que puede significar que proyectamos nuestra propia belleza y valor sobre el padre, y entonces muchas cosas dependerán de cómo el padre emplea esta proyección. Vemos cualidades y atributos profundamente adorables y valiosos y nos "enamoramos" de lo que el padre representa porque estamos enamorados de esos atributos. Es de esperar que, cuando maduremos, incorporemos eventualmente estas cosas, y reconozcamos que nos pertenecen a nosotros tanto como a la madre o al padre. Este proceso puede ayudar a crear un vínculo amoroso perdurable entre padre e hijo — una valoración mutua del otro por cualidades que comparten. Pero no todos los padres están libres de agendas ocultas en lo que se refiere a sus hijos. Si el padre está demasiado hambriento de amor y admiración, él o ella trabajarán inconscientemente para mantener la proyección y seguir siendo siempre dioses olímpicos a los ojos del hijo. Según el mito, Venus no es famosa por su generosidad emocional. Es una diosa vanidosa que se involucra constantemente en triángulos amorosos. Si pudiésemos lograr su representación moderna, quizás encontraría su homóloga en mujeres narcisistas.

Prosigamos

edu.red

Sardanápalo por Delacroix

Los padres, especialmente la madre, pueden sentir también una sensación de amenaza sexual cuando se ven frente a un hijo que está creciendo en hermosura y madurez sexual ante sus ojos. Este sentimiento de intimidación puede estar basado en una mayor conciencia sexual. Cuando Venus es un rasgo distintivo de los padres, puede no ser sentido únicamente por parte del padre, sino que puede ocurrir en ambos, padre e hijo. Reconocer que esos sentimientos eróticos puedan ser compartidos entre padre e hijo no constituye una excusa para el abuso sexual infantil. Ni tampoco implica una relación "anormal". Pero los niños pueden ser muy seductores, de una manera ingenua y natural. Están "experimentando" con su sexualidad en progreso. No quieren ni esperan una respuesta sexual por parte del adulto, pero necesitan descubrir su propia identidad física y emocional expresándosela a los padres. Estas cosas forman simplemente parte de la vida familiar. No son patológicas, son humanas, e intrínsecamente normales. La energía erótica que es parte del proceso de desarrollo de cualquier persona durante la infancia va a ser liberada en la familia porque es el lugar apropiado para que el niño la exprese.

Lealtades divididas

Incluso en la más feliz y emocionalmente estable de las familias, uno puede sentir un amor profundo y al mismo tiempo una intensa rivalidad con el progenitor. Este es el caso de la situación del Príncipe Charles de Inglaterra, que nos ha ofrecido uno de los más famosos triángulos inconclusos de los últimos tiempos.

La solución del triángulo del Príncipe, hubiera sido o ser su Madre, la Reina, o aún mejor ser Diana, la mujer infiel que atrajera tantos hombres, mientras que sus hijos esperan ser él. También pueden reprimirse los sentimientos hacia la madre.

Uno puede convertirse en un "destroza matrimonios", como solían llamarlo en la época en la que todavía había matrimonios duraderos y cerrados. Un "destroza matrimonios", psicológicamente hablando, es una persona que invade una relación estable, no sólo por su auténtico afecto y deseo hacia el objeto amoroso, sino también porque hay una necesidad compulsiva de adoptar el papel del rival con quién uno se identifica secretamente — o literalmente convertirse en éste.

Melania, cuya presencia adorna varias de mis ponencias. Como algunos pueden recordar, sólo "quería hombre, si éste tenía mujer". (Puede encontrarse su referencia simplemente bajo su nombre en monografías.com).

edu.red

Despertares por Delvaux

Es muy difícil admitir tal conducta en uno mismo. Si acabamos en el papel del Instrumento de Traición, nos gustará pensar que realmente nos hemos enamorado de alguien, y el hecho de que ese alguien ya tenga una relación estable es simple mala suerte. Ha cometido un error y se ha casado con la persona equivocada, o se ha casado en contra de su voluntad porque había un niño de camino, una profesión que proteger o una fortuna que adquirir. No importa los razonamientos que nos demos a nosotros mismos, siempre intentaremos justificar nuestro papel como Instrumento de Traición devaluando la importancia del vínculo ya existente. Esto puede resultar a veces extremadamente ingenuo, y conduce a una desilusión y a un daño importante cuando se descubre que la esposa o el esposo "no querido" significa mucho más para el amado de lo que uno nunca ha sido capaz de reconocer. También podemos descubrir con horror que empezamos a comportarnos exactamente igual que el rival repudiado a quien en un principio relegamos al zafacón de la basura de "él/ella sólo está con ella/él por los niños". Cuando los conflictos de los padres están sin resolver, la necesidad de derribar a una pareja puede ser increíblemente poderosa — especialmente si el rival es un amigo o amiga íntima, lo que facilita re-crear los sentimientos del triángulo familiar original. Hay que tener cuidados con el nivel de intimidad de los llamados, "amigos íntimos".

También podemos ver cosas en el padre amado que no son tan hermosas. Estas combinaciones expresan dos imágenes muy diferentes de la madre, una de las cuales es amada y bella, y la otra es amenazadora e hiriente. Estos dos atributos tienden a manifestarse posteriormente en la vida como dos personas — el Traicionado y el Instrumento de Traición. Esto es lo que Jung llamó un "ánima dividida", o el equivalente masculino — un "animus dividido". Jung estaba bastante preocupado por las dinámicas psicológicas de esta pauta de comportamiento porque él las sufrió en su propia experiencia. Aunque sus definiciones son algo rígidas y necesitan una interpretación mucho más flexible, son útiles en cuanto que nos ayudan a comprender por qué necesitamos los triángulos, y porqué las tres partes son sutilmente intercambiables. Es posible que las tres personas sufran la misma dinámica no resuelta con los padres. La escisión interna parece ser particularmente fuerte y conduce a triángulos compulsivos cuando opuestos, aparentemente irreconciliables, aparecen en el mismo progenitor amado. Hay padres en los que los opuestos no son tan extremadamente opuestos, pero hay otros en los que son extremos. Estos padres suelen ser fascinantes y a menudo ejercen un gran carisma sexual porque son inescrutables. El padre es bello y amado, pero también dañino, cruel, insensible, devorador o bien difícil de sobrellevar. Es muy duro para la psique humana aceptar estos opuestos tan extremos en el mismo paquete, así que uno necesita dos personas a través de las cuales poder reconciliar estos sentimientos ambivalentes — como advirtiera Winnicott.

edu.red

Nostalgia por Grosz

Las imágenes de los padres que contienen extremos opuestos pueden facilitar una propensión a los triángulos en la vida adulta. Nos involucramos con alguien y con el tiempo esa persona comienza a adoptar la imagen de una parte del padre. Después de unos pocos años de vivir juntos, empezamos a decirnos a nosotros mismos y a nuestros amigos "Mi pareja es tan posesiva, sólo necesito un poco más de espacio para respirar". O bien uno dice, "Mi pareja es tan restrictiva y tan convencional, sólo tengo que ser libre para ser yo mismo". Todos los triángulos, incluyendo aquellos que surgen del entorno familiar, están vinculados en última instancia con nuestra propia vida psíquica latente. Si fuéramos capaces de reconciliar nuestros propios opuestos, podríamos permitir a nuestros padres ser igualmente contradictorios. Los seres humanos tienen muchas facetas, y lo mismo pueden amarnos que herirnos. Pero no podemos encontrar estas contradicciones intolerables en nuestros padres si ellos no pueden enfrentarse a sus propias contradicciones.

Entonces no recibimos ninguna ayuda para aprender a integrar nuestras paradojas. Y algunas de ellas, en términos universales, son simplemente demasiado complejas para manejarlas a una edad tierna.

Fred: Un caso flagrante de relaciones triangulares

Fred

Vino a la consulta a los 29 años de edad. Soltero, obeso, arrogante y acerbo. Mantenido por padres pudientes e infelices en su matrimonio que habían satisfecho los caprichos del hijo desde que éste naciera cuando ambos llegaban a los sesenta años.

edu.red

Honorè Dumier

Jocosamente, los esposos admitieron que se habían acostumbrado a una vida holgada sin retoños y que el embarazo fue a la vez bochornoso (por la edad de la madre) y difícil para la mujer embarazada aceptar, ya que, cuando la preñez sucediera, había asumido la labor de ser directora de un colegio de mujeres católicas jóvenes. Algo que había siempre anhelado y que tuvo que abandonar para hacerse cargo de Fred.

El padre era presidente de una firma de abogados que representaban la iglesia católica en la comunidad donde residieran en el corazón geográfico norteamericano.

A pesar de ser devotos del catolicismo y comulgantes diarios. Cuando, debido a las náuseas persistentes del embarazo, que la grávida mujer sufriera por casi seis meses, se sugirió la terminación de la preñez. Ambos estuvieron dispuestos a asentir. Algo que les causaría sentimientos de culpa más adelante.

La mamá, ganó muy pocas libras durante la gestación, aunque Fred tuvo que nacer por cesárea debido a que la pelvis materna era muy estrecha y que el bebé pesó 11.8lb.

Obeso nació y obeso viviría por casi toda la vida.

Fred se educó en colegios privados donde vivió al margen de su grupo. Siempre víctima del bullying. Sus tics faciales y tartamudeo lo hicieron el blanco de los chistes y burlas más desagradables aún entre los mismos docentes.

Para complicarlo, durante su niñez se descubrió que hubo que reparar una condición congénita de la uretra (hipospadias) que dificultó su identificación masculina.

"¿Soy hombre o mujer?" Se preocupaba más adelante durante la terapia.

Con la familia vivió por muchos años el abuelo paterno (fundador de la firma legal). Católico ferviente, viudo y víctima del Mal de Alzheimer.

La muerte del abuelo, cuando Fred apenas cumplía diez años, lo entristeció mucho, ya que pareciera que a Fred lo reconociera cuando no lo hacía con otros.

edu.red

La gordura causó que sufriera de cálculos biliares necesitando una operación para removerlos a la edad de once años.

Fue enviado a campamentos de veranos para niños obesos en Pennsylvania (de los 11-16 años) sin pérdidas de peso. Las dietas no daban resultado.

Cuando terminó el bachillerato, aprovechó la pequeña herencia que el abuelo dejara a su nombre y se mudó a Francia, donde viviría en París como ermita que rehusaba recibir a sus padres a quienes culpaba por sus problemas.

Una ex compañera de colegio lo encontró fortuitamente en un concierto y notificó a los padres que temía que Fred era suicida y que debían retornarlo a su hogar en Saint Louis, para que lo viera un psiquiatra.

Yo había asistido a la madre con lo de los vómitos perniciosos del embarazo y ella originó el contacto. Cuando el obstetra sugirió terminar el embarazo y yo no lo opuse, el papá del niño por nacer asintió. Arrepintiéndose después y culpándome a mí por no oponerlo vigorosamente.

Me acusaba de ser "católico" renegado y sólo de nombre.

En su ambivalencia yo terminé siendo culpable por las dos cosas: Que y que la gestación continuara y que Fred naciera, con todos los inconvenientes que el niño causara a ambos padres.

Fred estipuló que, de retornar a Saint Louis para el tratamiento psiquiátrico, no viviría en el hogar paterno, aunque aceptó asistencia financiera para poder cubrir todos sus gastos, incluyendo los de la terapia psicoanalítica que necesitara.

Los primeros meses de la terapia fueron dedicados a una resistencia implacable que el paciente exhibiera.

Silencios, palabras críticas del decoro de la oficina, los gestos del psiquiatra, y de todo lo que pudiera sugerir. "Sugerir", ya que temía la asertividad, porque no deseaba despertar sentimientos negativos en otros, mucho menos en la figura paterna del analista.

edu.red

Comiendo así es como me siento feliz

El peso permanecía impertérrito a 265lb, con una talla de 5"11". A me culpaba por el fallo del Plan que no siguiera.

Mientras tanto, el papá, que había esculpido una merecida reputación de "tirano" entre sus conocidos empezó por su parte, a actuar sus propias resistencias al cambio de Fred.

Olvidaba los pagos de rentas del apartamento donde el hijo viviera, olvidaba el pago de la terapia dentro del tiempo estipulado, olvidaba pagos de tarjetas de crédito de los que fuera responsable, hacía envíos de "comidas prohibidas" a Fred, mientras actuaba como si poco le interesaba el progreso del hijo.

Fred, acertadamente, pensó que para su papá su nacimiento fue castigo divino, comenzando a verbalizar el odio que percibiera proveniente de su padre.

Este "odio" era recíproco entre padre e hijo.

La mamá, por su parte, empezaría a exhibir síntomas sugestivos de un Alzheimer incipiente, por lo que se sugirió tratamiento. El padre rehusó financiarlo, alegando que el gasto era innecesario porque la condición carece de cura conocida.

Fue cuando el padre sufrió un problema de la columna lumbar requiriendo cirugía prolongada y arriesgada, que los sentimientos mágicos del papá ("El Juez", como ambos Fred y su madre, lo llamaran) se desplomaron, y que el verdadero problema del padre emergió.

En su amargura contra un Dios que lo había desertado. El resentido hombre, transfirió todo su odio a la figura del terapeuta de Fred. Yo me convertí en el depositario donde se amontonaban las penurias del frustrado papá.

Exigió que la mamá, a quien — por no querer él pagar — yo tratara gratis como parte de una investigación que a la sazón condujera, terminara el tratamiento conmigo de manera abrupta. Aunque se le explicó lo insensato de su decisión arbitraria y perjudicial para quien necesitaba el cuidado ofrecido.

edu.red

Lazar Wolf

Por su parte, Fred mejoró y siguió mejorando, mientras el resentido progenitor culpaba al psiquiatra por todos los problemas de su vida frustrada. En una ocasión el papá le informó a Fred y a su madre que las complicaciones que sufriera en el período posoperativo eran mi culpa, ya que el cirujano tenía un nombre itálico, como el mío. "Son perros los dos". Exclamó. (El nombre del otro facultativo era "Pierino").

Detalles técnicos:

  • El "Juez" era también hijo único

  • Contrajo nupcias a los 23 años siendo virgen por admisión a su nueva esposa. Diciéndole la noche del himeneo: "Yo no sé que de mí se espera, Dios dispondrá" "¿Qué se hace para tener el sexo, y, cómo se viste uno?" "¿Tú lo habías hecho?" "Aunque me decías que ibas a ser monja…"

  • Aspiraba a ser sacerdote, lo que nunca lograría por carecer del coraje de dedicarse a una vida "donde se hacen tantos sacrificios"

  • Creía en un Dios rígido e incapaz de perdonar transgresiones mínimas. Como no ir, o llegar tarde a misa, o no decir gracias antes de consumir los refrigerios de la jornada

  • No creía en alejarse de ninguna regla eclesiástica establecida, incluyendo la abstención del consumo de carne los viernes

  • Pensaba que las mujeres, con la excepción de la Virgen María eran "errores divinos" y causas de la perdición de los hombres. "Las mujeres son obra del diablo", con frecuencia repetía

  • Desarrolló un odio persistente e infundado hacia el terapeuta de Fred, a quien acusaba de haber sido responsable por sus propios problemas médicos y por su impotencia genital, de la que sufriera desde el principio de su matrimonio. Cuando contrajo nupcias siendo virgen.

Mientras tanto, Fred mejoró en la terapia, unió su herencia a la de la madre y la mudó a un lugar que ambos compartieran.

Se graduó de psicología clínica asociándose a un grupo que se especializaba en problemas familiares.

edu.red

Lolita

En resumen

Hemos utilizado en estas lecciones el microcosmos de las vidas de los actores en la obra brillante de El violinista en el tejado para representar las etapas del desarrollo del ser humano como fueran concebidas por el genio de Sigmund Freud, Padre del Psicoanálisis.

Cada personaje en esta obra se reviste con atributos que expresan vívidamente los conflictos que se despiertan durante el desarrollo psicosexual, algunos encontrando soluciones a los mismos, mientras los participantes actúan sus sentimientos.

La producción abunda en máximas, situaciones y epigramas gloriosos que dan ímpetu al mensaje conmovedor de personas que llevan vidas plenas, simples y, a la vez sinceras.

El uso de las metáforas en la terapia se enfatiza y el drama reiterado de la vida encuentra expresión.

L'chaim!

Fin de la lección.

Bibliografía

  • Larocca, FEF: Cuatro estaciones en la vida del hombre en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

  • Larocca, FEF: El sexo como función y el sexo como proceso en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Larocca, FEF: Lolita en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Larocca, FEF: La Masturbación el Instinto Sexual y los Trastornos del Comer en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Larocca, FEF: La Masturbación Infantil en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Larocca, FEF: TOC y el Onanismo de Nando en psikis.cl, en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

  • Larocca, FEF: Cuentos de hadas: Magia fe y encanto en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

  • Larocca, FEF: Bullying: La realidad y los hechos en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Larocca, FEF: Amor y Sexo en la Adolescencia en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Larocca, FEF: Las Zonas Erógenas en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Larocca, FEF: La Virginidad como Tabú en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Larocca, FEF: La Membrana del Himen y el Destino de la Mujer Gobernado una Reliquia Evolutiva en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

  • Larocca, FEF: El Poder de la Primera Experiencia en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

  • Larocca, FEF: Anorgasmia: Desde el Punto de Vista Darvinista la Mujer Siempre Gana en monografías.com, academia.edu y researchgate.net

Además, extensivos enlaces (links), bibliografía adicional y referencias de contribuciones a este tema y otros temas mencionados por este mismo autor, pueden obtenerse en los siguientes portales:

  • Academia.Edu

  • ResearchGate.net y

  • Monografías.com

edu.red

El juego como ensayo pre-genital

Apéndice

Etapas del desarrollo psicosexual de acuerdo con Freud

Sigmund Freud propuso cinco etapas del desarrollo humano a las que llamara psicosexual. Las etapas se denominan "psicosexual" porque Freud creía que cada fase del desarrollo en nuestra especie está dominada por una zona erógena, que, a menudo que son descubiertas, tienen repercusiones en el equilibrio psíquico. En cada etapa, la personalidad se centra en la zona erógena predominante.

Éstas son las fases:

1. La fase oral: Desde el nacimiento al 21 mes de la vida

La fase oral se extiende desde el nacimiento hasta aproximadamente la edad de dos años. En este período, la zona erógena es la boca, o cavidad oral. Según Freud, el bebé no sólo recibe la nutrición de la mamá por medio del seno, sino que también logra la satisfacción de la experiencia interpersonal de la succión. En este caso, chupar satisface el instinto sexual incipiente.

Si el bebé recibe conforte y amor de su madre, concluirá esta etapa exitosamente. De lo contrario, si la madre rechaza y frustra al bebé consistentemente. Éste puede desarrollar una neurosis. El bebé se obsesiona con el logro de la satisfacción de lo que se siente privado para medrar. La neurosis resultante tiene un gran impacto en el desarrollo de la personalidad. El recién nacido permanecerá fijado en la fase oral, incapaz de progresar plenamente a las etapas ulteriores. De acuerdo a este esquema se convertirá en un temperamento oral.

2. La fase anal: Desde el segundo al tercer año de la vida

Freud llamó la segunda etapa de desarrollo psicosexual la fase anal porque en este caso la zona primordial de la libido es el ano y el control de sus funciones excretorias y eróticas. La fase anal, dura de los dos a tres años, se advierte sólo en aquellos que no permanecieron estancados en la fase oral.

A esta edad el niño empieza a usar el sanitario. Si sus padres le ofrecen recompensas para esta acción, el niño puede llegar a sentirse aceptado sobre su entrenamiento. Como resultado, el niño obtendrá placer gracias a las respuestas positivas que expresan sus progenitores y su entorno, por ser obediente.

Pero, si los padres son demasiado estrictos, el niño puede permanecer fijado en esta fase anal. Un niño que había recibido un tratamiento estricto de sus padres durante la fase anal podría convertirse en una personalidad anal expulsiva o retentiva y llegar a ser afectado demostrando conductas mal-adaptativas.

El ego esboza su aparición organizada, por primera, vez durante la fase anal.

3. La fase fálica: De los tres a los cinco años

La fase fálica empieza a tres años y termina cuando el niño tiene aproximadamente cinco años. La zona erógena dominante en esta etapa, es la región de los genitales. Freud (lo mismo que San Agustín) creía que los niños experimentan sensaciones eróticas. Según la teoría de Freud, los niños dirigen sus deseos sensuales sobre el padre del sexo opuesto y tratan de desplazar afectivamente el padre del mismo sexo.

En el caso de los varones, Freud llamó  esto el Complejo de Edipo. El niño empieza a sentir atracción por su madre y considera a su padre un rival por su cariño. Se siente como si su padre interfiere con la posesión y control de su madre adorada. El miedo al castigo por parte del padre, por la infracción fantaseada, el famoso psicoanalista lo llamó la ansiedad de castración.

En el caso de las niñas, se habló por un tiempo del complejo de Elektra. Es un poco diferente, porque las niñas no sufren de ansiedad de castración, por razones obvias. Freud sugirió que las niñas creen que nacieron castradas. Como resultado, sufren de envidia del pene. Hoy, el complejo o situación de Edipo, como se le llama de manera indistinta afecta ambos sexos.

Durante esta fase, el súperego se manifiesta por primera vez. Las normas morales de los padres son asimilados en la personalidad del niño.

4. La fase de latencia: De los seis años a la pubertad

La fase de latencia se manifiesta desde los seis años hasta la pubertad. Durante este período se suprimen los componentes eróticos de la libido. Esta etapa se considera como un período de sosiego. A los seis años el niño entra en la escuela y se interesa más en el desarrollo de las relaciones interpersonales. La fase de latencia es importante en la evolución de las habilidades sociales.

5. La fase genital: Desde la pubertad hasta el fin de la vida

Freud llamó a la última etapa del desarrollo psicosexual la fase genital. La etapa comienza durante la pubertad y dura para el resto de la vida de todo individuo. Las personas comienzan a desarrollar un fuerte interés sexual hacia la actividad genital especialmente con el sexo opuesto. Si se han completado las fases anteriores, el individuo ahora puede ser bien equilibrado y libre de fijaciones neuróticas conflictivas para progresar hasta el cierre del ciclo vital.

edu.red

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca