Desarrollo de la lectocomprensión en la modalidad semipresencial (página 2)
Enviado por Tamara Gónzalez Hidalgo
Corresponde al maestro en el proceso de enseñanza – aprendizaje, asumiendo el carácter desarrollador del mismo, establecer la mediación indispensable entre la cultura y los estudiantes con vistas a potenciar la apropiación de los contenidos de esta.
A juicio del autor dicha apropiación por los educandos presupone del conocimiento de mecanismos o formas, para hacerlo de manera enriquecedora y desarrolladora, al ponerse en contacto con las fuentes, entre las cuales se encuentran los textos escritos o impresos al alcance de los escolares de la enseñanza primaria.
La práctica pedagógica ha permitido identificar la tendencia a la ejecución, la inoperancia y la pasividad de los alumnos al enfrentarse a textos escritos y no captar el mensaje a partir de la lectura independiente. Significativa es la cifra de estudiantes que no responden preguntas del primer nivel de desempeño en evaluaciones escritas.
De tal comportamiento, infiere el autor, están las bases en las insuficiencias al enseñar a leer, que han de acompañar de un nivel a otro de educación al estudiante, si no se asume como parte del principio de la accesibilidad la creación de condiciones previas, o lo que es lo mismo en este caso, la erradicación de las lagunas o barreras que se oponen al logro de los objetivos propuestos en los programas de estudio correspondientes.
La función comunicación mediante el lenguaje se mantiene como algo esencial en la vida del hombre actual. Más del 70% de su tiempo activo lo dedica a la lectura, a la escritura, a la conversación, a escuchar y recibir lo que se le comunica, todas estas actividades esenciales de carácter verbal. Para que la comunicación se realice con la efectividad necesaria resulta imprescindible su enseñanza como parte de la labor docente educativa encomendada a las instituciones educacionales.
En relación con la lectura, se pretende que los alumnos desarrollen conocimientos y estrategias para comprender distintos tipos de textos escritos y se formen como lectores que valoren críticamente lo que leen; es decir, la labor con los alumnos debe ir dirigida a que estos desarrollen estrategias para el trabajo intelectual con los textos.
Como proceso intelectual la comprensión supone captar los significados que otros han transmitido mediante sonidos, palabras, imágenes, colores y movimiento.
El autor al asumir esa posición, la cual niega diferentes enfoques elaborados a través de la historia para explicar el proceso de lectura se acoge a la perspectiva interactiva que no se centra ni en el texto ni en el lector, sino que se sitúa en una posición ecléctica que parte de la interacción de la información que aporta el primero y la que posee el segundo. Desde el punto de vista de la enseñanza las propuestas que se basan en esta perspectiva señalan la necesidad de que los alumnos aprendan tanto a procesar el texto, como las estrategias que harán posibles la comprensión.
Para la M. Sc. Georgina Arias Leivas (2005) "aprender a leer significa entonces manejar la llave del descifrado del código, comprender el significado del texto y, sobre todo, disfrutar del placer de la lectura, evitar que esa magia, disfrutada ya desde prescolar, pueda destruirse en la escuela"[1]
Apunta Leiva Arias, además, que: "si partimos de la necesidad de un mediador en el desarrollo del hábito de la lectura, ahora más que nunca, ese lector en formación debe continuar siendo objeto de toda nuestra atención, aun cuando ya sabe leer." El autor que comparte esa afirmación asume que si la mayor cantidad de información, de conocimientos esta? guardada en los libros, en textos escritos o impresos; en nuestros días también en soporte digital o a manera de biblioteca virtual, para que sea hábito, que como acto de comunicación es una necesidad, tiene que estar precedido del saber hacer, es decir, transitar desde la capacitación del cómo leer hasta el poder leer y leer con la comprensión necesaria.
El M.Sc. Juan Ramón Montano Calcines (2000) en su trabajo "Tras las huellas del Texto. Una reflexión sobre la lectura" entrega una imagen de para qué leer, en la que no escapa la importancia de la lectura:
"En conclusión: leer, leer, leer para tras cerrar el libro, poder ver, sentir, oír, oler, palpar, todo lo leído. Leer para aprehender una experiencia del lenguaje y frente a cada palabra, descubrir su sentido exacto. Leer para que la palabra penetre fecundándonos y no vertebre. Leer, con ojos múltiples e interesados una serie de datos, de rasgos, de huellas que están en el texto y que no podemos ni soslayar ni malinterpretar, sin olvidar tampoco que hay tantos libros y tantas lecturas como lectores, que cada lectura, cada interpretación es, en realidad una resurrección de la obra en el tiempo. Leer implica un acto tan vital que supone, en fin, la creación de un mundo propio, una consciencia totalizadora y universal, donde el yo del lector en tensión con el libro, con la palabra, llegara? incluso, a trascenderlo"
Las Doctoras Pilar Rico Montero y Margarita Silvestre Oramas (2000) al referirse al protagonismo del alumno en los distintos momentos de la actividad de aprendizaje apuntan que "la orientación cumple la función principal de lograr la comprensión por el alumno de lo que va a hacer antes de ejecutarlo. Sin embargo, resulta necesario que el maestro tenga en cuenta que lograr la orientación del escolar no significa que sea algo dado de forma completa por el educador sin la intervención del alumno, por el contrario, esto supone que el maestro exija del alumno el análisis de las condiciones de la tarea de los datos e información que se ofrece así como de los procedimientos a emplear para su solución"
Refieren asimismo que la existencia de tres dimensiones básicas en interacción dialéctica: la activación – regulación, la significatividad de los procesos y la motivación para aprender dan como resultado la concepción de los procesos de aprendizaje desarrollador.
La primera de las dimensiones designa la naturaleza de los procesos y mecanismos intelectuales en los que se sustenta, así como los resultados que produce. Esta? integrada por:
La actividad intelectual productivo creadora (componente cognitivo)
La metacognicio?n que incluye la capacidad para reflexionar y tomar conciencia sobre los propios procesos y desarrollar metaconocimientos, y la regulación metacognitiva que implica el desarrollo de las habilidades y estrategias para regular el proceso de aprendizaje y de solución de tareas.
La segunda dimensión pretende englobar la influencia de una necesaria integración de los aspectos cognitivos y los emocionales y valorativos y conlleva:
El establecimiento de relaciones significativas en el aprendizaje.
La implicación en la formación de sentimientos, actitudes y valores.
La motivación para aprender, tercera dimensión del aprendizaje desarrollador, engloba las particularidades de los procesos motivacionales que estimulan, sostienen y dan dirección al aprendizaje y comprende:
Motivaciones predominantemente intrínsecas hacia el aprendizaje.
Sistema de autovaloraciones y expectativas positivas con respecto al aprendizaje escolar.
Proceso de desarrollo de las habilidades
Para una correcta formación de las habilidades es necesario estructurar los pasos a seguir en el terreno pedagógico en correspondencia con las características que debe lograr la acción para devenir en habilidad.
Requisitos fundamentales para la formación de habilidades:
1. Planificar el proceso de forma que ocurra una sistematización y la consecuente consolidación de los elementos deseados, en este caso de las acciones.
2. Garantizar el carácter plenamente activo, consciente de este proceso de aprendizaje: la esencia de la habilidad esta? dada precisamente por el hecho de que el sujeto sea capaz de seleccionar de forma racional los conocimientos, métodos y procedimientos y de llevarlos a la práctica en correspondencia de los objetivos y condiciones de la tarea. La consecuente regulación racional de la actividad que se produce exige, por tanto, la clara comprensión de los fines perseguidos.
3. Llevar a cabo el proceso de forma gradual, programada. La formación de una habilidad pasa por todo un sistema de etapas progresivas en el transcurso de las cuales las acciones deben sufrir determinados cambios hasta adquirir las cualidades idóneas que las caracteriza como habilidad. Como resultado del proceso y su debida estructuración, las acciones cobran un alto nivel de asimilación y generalización, transcurren de forma más abreviada y el sujeto adquiere un considerable grado de dominio de las mismas."
En resumen las habilidades son el producto de la sistematización de las acciones en condiciones tales que permiten su constante desarrollo.
Para Mercedes López la habilidad la habilidad se corresponde con la posibilidad (preparación) del sujeto para realizar una u otra acción en correspondencia con aquellos objetivos y condiciones en los cuales tiene que actuar."
El Programa Director de la Lengua Materna identifica como habilidades comunicativas a desarrollar en los diferentes niveles del sistema nacional de educación las siguientes: hablar escuchar, escribir y leer.
Al referirse a la enseñanza de la lectura y la comprensión de textos en la escuela Juan Ramón Montano Calcines y Georgina Arias Leiva (2004) plantean que:
" Leer es, básicamente, saber comprender y, sobre todo, saber interpretar, o sea, saber llegar a establecer nuestras propias opiniones formuladas como valoraciones y juicios de ahí que se impone como concepción que leer es participar en un proceso activo de recepción y que saber leer es saber avanzar a la par que el texto, saber detectar pautas, indicios o pistas, ser capaz de establecer relaciones, de integrar los saberes, vivencias, sentimientos, experiencias de comprensión y, finalmente, elaborar una interpretación."
"Desarrollar la competencia lectora de los sujetos (entendida la competencia como un saber hacer en contexto, o sea, un saber situado) implica explorar lo que el estudiante sabe hacer con el lenguaje frente al proceso de lectura, comprensión e interpretación del texto escrito.
Para desarrollar estos niveles en nuestra actividad docente es necesario que los lectores asuman y aprendan diferentes estrategias.
Por estrategia de lectura se entiende una serie de sospechas inteligentes a cerca del camino más adecuado que debemos tomar para comprender mejor lo que leemos. Las estrategias de lectura implican la dirección y la auto dirección en el proceso de lectura y son, en síntesis, procedimientos que permiten plantearse objetivos, planificar acciones para lograrlos y evaluar el resultado obtenido. Este es un proceso único que asume cada lector individualmente pero que es indispensable enseñar.
El hecho de que transiten por el nivel superior estudiantes con un insuficiente desarrollo de habilidades de lectocomprensión se convierte en un reto para estos y para los profesores encargados de dirigir el proceso especialmente cuando se asume la modalidad semipresencial. En tal sentido se hace necesario reencontrarse con la formación recibida como lectores y aplicar creadoramente las experiencias propias, en una situación totalmente nueva considerando entre otras cosas la edad de los estudiantes, la forma de organización del proceso docente y el encargo social, para poder insertarse con eficiencia en el paradigma universitario de este siglo: producir conocimientos y transformar con ellos.
El estudio individual ocupa un papel preponderante en la citada modalidad. Se habla de estudio si las acciones de quien lo realiza tienen como objetivo aprender. Saber estudiar constituye una de las más importantes capacidades a desarrollar y tiene como premisa imprescindible saber leer.
Al retomar la perspectiva interactiva y en esencia la necesidad de que los estudiantes desarrollen tanto la habilidad de procesar textos como de aplicar las estrategias que hacen posible su comprensión debe llamarse la atención acerca de las funciones de la comunicación (informativa, afectiva, reguladora) para recurrir a una primera, necesaria e importantísima primera etapa sobre la que es posible construir los nuevos aprendizajes, comprender el texto y producir ideas sobre su contenido. A juicio del autor se ha descuidado la instrucción previa al acto de leer que encierra el dominio de la técnica de la lectura, adquisición propia de niveles anteriores, pero que es impostergable propiciar en aras de formar los profesionales competentes que demanda el desarrollo socioeconómico en la actualidad.
La contradicción entre el nivel de desarrollo de las habilidades de estudio individual y los objetivos del currículo pasa por hilo conductor del insuficiente desarrollo de las habilidades lectoras y si se asume como compromiso ético en el orden personal puede tener solución en el marco de la clase encuentro. Una vía es plantearse desde la orientación del estudio individual hasta su control y evaluación las acciones en correspondencia con el desarrollo de los estudiantes, lo que no supone renunciar a los niveles de calidad implícitos en los objetivos de los programas correspondientes y sí elaborar orientaciones acerca de cómo operar con el texto, impreso o digital, conducirlos a través de la estructura interna de cada habilidad implícita en el objetivo de que se trate, y evaluarle en correspondencia con el alcance logrado.
Existe una amplia bibliografía en la cual se recogen los fundamentos filosóficos, psicológicos, pedagógicos y metodológicos para el desarrollo de las habilidades, los que constituyen el basamento teórico para el desarrollo de la habilidad lectocomprensión, condición imprescindible para enfrentar con éxito la modalidad semipresencial en la universalización de la educación superior.
El dominio de tal habilidad beneficia, en primer lugar, al estudiante que consumirá cada vez menos tiempo ante textos impresos o digitalizados con su repercusión favorable en su bienestar físico y psíquico; al profesor y al proceso docente por cuanto el tránsito por el sistema de contenidos a abordar ganará en agilidad y eficiencia y, a la sociedad en general, porque recibirá servicios de más calidad.
1) MARTÍ PEREZ, JOSÉ. Ideario Pedagógico. Pág. 44. La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 1990.
2) CASTRO RUZ, FIDEL. La Educación en Revolución. Pág. 44. La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1976.
3) ——————————. El creador de Basilia cumple hoy cien años. Muchas felicidades tu amigo Fidel Pág.5- En Granma . La Habana ; 15 de dic. De 2007
BIBLIOGRAFÍA
1. COMPENDIO DE PEDAGOGÍA / Lesvia Cánovas Fabelo / et al / 380p. La Habana, Ed. Pueblo y Educación.
2. ESPAÑOL PARA TODOS .Temas y Reflexiones /Leticia Rodríguez Pérez /et al. /. La habana: Ed. Pueblo y Educación, 2004. – 148p
3. SILVESTRE ORAMAS, MARGARITA. Hacia una Didáctica Desarrolladora/ Margarita Silvestre Oramas, José Silvestein Toruncha, La Habana: Ed. Pueblo y Ed. 2002, 118p
4. VIGOTKI, LS. Pensamiento y Lenguaje. La Habana: Ed. Pueblo y Educación, 2001-150p
Autor:
Lic. Jorge Puentes Gómez
filialsandino[arroba]ucp.pri.rimed.cu
Lic. Sara Piñero Pulido
Lic. Olga C. Ruiz Casalvilla
Enviado por:
Tamara González Hidalgo
Sobre el autor: Lic. Jorge Puentes Gómez
Profesor Auxiliar
Lugar y año de nacimiento. Pinar del Río. 1955
Logros científicos: XXVI Forum Científico Nacional de Estudiantes Universitarios de Ciencias Pedagógicas (tutor) Jornadas Científico Metodológica y Científico Pedagógica Internacional de La Facultad de Cultura Física Nancy Uranga
Labor actual: Director SUM Cultura Física Sandino. Pinar del Río
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