- Autoestima infantil
- Evaluación de la autoestima
- Módulos de tratamiento y técnicas de intervención para la mejora de la autoestima infantil
- Influencia de padres y profesores en el desarrollo de la autoestima
- Juegos que favorecen la autoestima
- Cuentos para favorecer la autoestima
- Bibliografía
La autoestima puede ser diferenciada del autoconcepto, que es el conjunto de elementos que una persona utiliza para describirse a sí mismo. La autoestima es la evaluación de la información contenida en el autoconcepto, y procede de los sentimientos de la persona acerca de lo que ella es. La autoestima es el grado de aceptación de nosotros mismos, el grado de estima que profesamos hacia nuestro propio concepto, y esta basada en la combinación de la información objetiva sobre uno mismo y la evaluación subjetiva de dicha información.
La autoestima esta formada por la percepción y el ideal de uno mismo. La percepción de uno mismo equivale al autoconcepto: la visión objetiva de las habilidades, características y cualidades. El ideal de uno mismo es la imagen de la persona que le gustaría ser, el deseo de poseer determinados atributos.
La autoestima es el resultado de la discrepancia entre la percepción de uno mismo (la visión objetiva) y el ideal de uno mismo (aquello que la persona valora, lo que le gustaría ser). Una gran discrepancia supone una baja autoestima, mientras que una escasa discrepancia es indicativo de una alta autoestima (Alice W. Pope, 1996)
La autoestima es una vivencia y juicio de valor sobre sí mismo y sobre las relaciones y responsabilidades para consigo mismo, para con los otros y con el entorno, es decir, tener autoestima equivale a quererse a sí mismo aceptando nuestros propios logros y limitaciones.
Un niño está construyendo al crecer el concepto de sí mismo:
Va formándose una idea de quién es, si gusta o no, si es aceptado o no.
Irá creándose unas expectativas acerca de sus posibilidades.
Se encontrará bien consigo mismo o, por el contrario, a disgusto con lo que hace. Se creará una predisposición a disfrutar con los retos de la vida; o a padecer, a lamentarse, a ver lo negativo.
Puede el niño disfrutar, contemplar la vida desde una perspectiva positiva, de trabajo, con curiosidad, con facilidad para la empatía, desde un punto de vista creativo, intentando superar los problemas o, por el contrario, angustiarse, ser incapaz de ver lo positivo, no enfrentarse a los problemas, no expresar emociones. Estas son las dos posiciones emocionales básicas que descansan en los dos extremos de una autoestima positiva y negativa respectivamente.
¿CÓMO SE CONSTRUYE LA AUTOESTIMA?
El concepto que tenemos de nuestra valía se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos recogemos durante nuestra vida: creemos que somos inteligentes o "tontos", nos gustamos o no. Los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias reunidos se conjugan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, en un sentimiento de no ser lo que esperábamos.
El concepto del Yo y de la autoestima se desarrollan gradualmente durante toda la vida, empezando en la infancia y pasando por diversas etapas. Cada etapa aporta impresiones y sentimientos. El resultado es un sentimiento generalizado de valía o de incapacidad.
La autoestima se construye a lo largo de la vida. El aspecto personal de un niño tienen un valor para sus padres y entorno inmediato y van a contribuir a la autopercepción que ese niño tenga de sí mismo. Pero es en los primeros años con la experiencia de socialización, cuando los padres enseñan a sus hijos qué conductas son aceptables, cuáles son perjudicables, reprochables, peligrosas y lo enseñan a través de la aprobación o el rechazo, del premio o el castigo.
Lo amenazante es, por su misma naturaleza, no adecuado. Un niño que recibe una cachetada o un insulto de su madre, junto a una tremenda reprimenda, siente profunda e intensamente la retirada de la aprobación materna puede pensar de sí que es malo y que ha sido reprobado. En este caso el niño construye un concepto de sí mismo pobre, desvalorizado.
Un niño que es reconocido, aceptado como es, con su sexo, su aspecto físico, sus habilidades y sus dificultades, y esta información es confirmada una y otra vez por sus padres, hermanos, profesores, etc, está construyendo una suma de juicios sobre sí mismo que contribuirán decisivamente en la construcción de una adecuada autoestima.
Los primeros intercambios de afecto entre el recién nacido y su madre y las formas tempranas de cuidados físicos ya aumentan o disminuyen la autoestima infantil. Se puede considerar un precursor de la autoestima el tener sentimientos corporales agradables, como el sentirse acariciado, mirado, etc. Es por esta razón por la cual uno puede suponer que los orígenes de la autoestima están íntimamente ligados a través de la vida humana con nuestras evaluaciones de lo atractivo de nuestro cuerpo y nuestra cara. La imagen del niño que nace estará asociada a sentimientos de aceptación que le darán al niño la posibilidad de sentirse querido y le proveerán de seguridad.
Por este motivo, diversas enfermedades, entre ellas las malformaciones, amenazan desde temprana edad la autoestima de los niños.
En la segunda mitad del segundo año, cuando el niño comienza a ser capaz de generar metas, es decir, de tener inquietudes y deseos de hacer algo por él mismo, demostrar que es capaz de obtener logros, su autoestima derivará de dos fuentes, por un lado, de la aprobación de los otros y, por otro, de la satisfacción de realizar una actividad agradable por sí mismo y de manera independiente.
Durante los años escolares, los niveles de autoestima se ven afectados aún más por la adquisición de habilidades y de competencia, especialmente en el desempeño escolar, en las relaciones de amistad y en los deportes. Durante estos años, la autoestima se ve profundamente afectada por los éxitos y los fracasos en estas tres áreas de la vida del niño. La lectura es una habilidad importancia a obtener en el inicio de los años escolares. La capacidad de leer adecuadamente está íntimamente ligada con la autoestima. La lectura no sólo es el punto de apoyo para el resto de su aprendizaje. Un niño que lee mal, es a sus propios ojos una persona inadecuada, y los niños se sienten malos o "tontos" y muy frecuentemente también son vistos de la misma manera a los ojos de sus padres, sus maestros y sus amigos.
Podríamos decir que los dos retos para la autoestima en los años escolares son:
1. El rendimiento académico
2. El ser exitoso en las relaciones con los grupos de amigos de la misma edad, ya sea individual o grupalmente, así como el ser competente dentro de una actividad deportiva o artística.
ORÍGENES DE LA BAJA AUTOESTIMA
Podría pensarse que el problema de la autoimagen desvalorizada se produce solamente en personas que han sufrido severas privaciones en su niñez o que están sometidas a un gran trauma emocional. Esto no parece ser cierto. Hay muchos casos de personas con muy baja autoestima que tuvieron afecto en sus hogares y en cuyas biografías no hay evidencia de trauma emocional.
Sin embargo, hay una predisposición general al desarrollo de una autoimagen desvalorizada. De todos los seres vivientes, el ser humano es el que tiene el período de dependencia más extenso. Los cachorros de animales comienzan a andar poco después del nacimiento y se vuelven autosuficientes en un período de tiempo relativamente corto. Su lapso de dependencia de sus padres es, por tanto, bastante breve. El niño es totalmente dependiente de sus padres por un período muy extenso, no sólo para la obtención de alimentos, sino también de refugio y cuidado personal. Los bebés humanos no pueden caminar durante meses, e incluso mientras crecen no pueden obtener ni preparar su propio alimento, o conseguir su propia ropa y vivienda hasta pasados muchos años.
La dependencia de otros reduce la autoestima. Pareciera haber un resentimiento instintivo hacia la dependencia, como se manifiesta en los niños pequeños que insisten en hacer las cosas por ellos mismos y rehúsan la ayuda de los adultos. La dependencia es percibido como algo equivalente a la impotencia, y parece ser rechazada, incluso a una edad en que el niño no ha desarrollado aún valores culturales de independencia. Por tanto, pareciera que todos nosotros podemos comenzar la vida con una predisposición a la baja autoestima.
Durante los primeros años de vida pueden ocurrir muchas cosas que reduzcan la autoestima, incluso con padres que son cuidadosos y dedicados. Los padres deben disciplinar a los niños y enseñarles a no actuar en forma incorrecta. Sin embargo, al decirles que algo que ellos han hecho estaba equivocado se corre el riesgo de que sientan que son malos, y se requiere un gran ingenio para establecer la disciplina necesaria sin transmitir al niño un sentimiento de maldad. Algunas observaciones o actitudes críticas de los padres, los abuelos, los maestros y otros adultos importantes para él pueden contribuir también a crear un problema de baja autoestima.
Cuando los padres exigen de los hijos que cumplan ciertas funciones antes de que estén capacitados para ello, los niños pueden llegar a considerarse ineptos. Llegan a la conclusión de que las demandas de los padres son correctas y que su falta de cumplimiento es indicio de que no son capaces de hacer las cosas. Por otra parte, hacer las cosas por los niños y no darles la oportunidad de desarrollar sus habilidades puede provocar también que se sientan incompetentes. Hay una estrecha franja para determinar cuánto exigir de un niño en un momento dado de su desarrollo.
Otra consecuencia del pensamiento infantil es el desarrollo de sentimientos injustificados de culpa. El pensamiento de los niños opera, a menudo, sobre un principio simple de causa y efecto. Todo efecto debe tener una causa aparente. Cuando las cosas andan mal y ellos no comprenden fácilmente por qué, pueden llegar a culparse a sí mismos como si fueran los causantes. Muchos niños tienen sentimientos de culpa que parecen carecer de fundamento para la lógica de los adultos; pero los niños pueden asumir fácilmente la responsabilidad por muchas cosas, aun cuando no exista la más mínima razón para ello.
Estas dos características del pensamiento infantil -la tendencia a considerarse deficiente cuando el mundo le resulta incomprensible y la de asumir la culpa cuando no existe una causa evidente hay que tenerlas en cuenta para ayudar a los niños a desarrollar una autoestima saludable y potenciar en el niño sentimientos de capacidad y de valorización.
IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA
La mayoría de los profesionales de la Psicología consideran la autoestima positiva como un factor central en la adecuada adaptación socioemocional.
Los niños que tienen un fuerte sentido de su propia valía son físicamente más sanos, se encuentran más motivados para aprender y progresan mejor. Tienen una mayor tolerancia a la frustración y son más seguros de sí mismos.
El nivel de autoestima que posea el niño determinará su desarrollo afectivo, social e intelectual. La autoestima incide directamente en varias dimensiones de la personalidad infantil: el físico, la dimensión afectiva, dimensión intelectual, dimensión conductual, dimensión social y creativa.
La autoestima puede ser causa y efecto del funcionamiento en otras áreas. Debido a esta interacción entre la autoestima y otras áreas, es importante que las intervenciones abarquen diferentes campos y/ o competencias del niño.
La autoestima:
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Favorece el sentido de la propia identidad. |
Constituye un marco de referencia desde el que interpretar la realidad externa y las propias experiencias. |
Influye en el rendimiento. Condiciona las expectativas y la motivación. |
Contribuye a la salud física y al equilibrio psíquico. |
La autoestima es necesaria para: |
Un desarrollo psicológico normalizado. |
Enfrentarse de manera eficaz a los cambios que el crecimiento y el desarrollo imponen. |
La persona necesita confiar en su capacidad para enfrentarse a las dificultades. La falta de confianza en las propias posibilidades hará que, probablemente, el niño se demuestre menos eficaz en sus actuaciones y, como consecuencia, su autoestima se vea afectada y disminuya. |
FACTORES DE RIESGO Y FACTORES PROTECTORES QUE PROMUEVEN LA AUTOESTIMA INFANTIL
Factores de Riesgo | Factores Protectores |
Ausencia de adulto cuidador Adulto cuidador no permanente | Adulto cuidador presente y estable |
El niño se siente criticado o humillado de forma habitual | El niño se siente estimulado, reconocido y aceptado de forma habitual |
El niño recibe reproches, críticas y castigos cuando algo le sale mal | El niño recibe aliento cuando las cosas le salen mal |
El niño rechaza su sexo y/o sus características físicas | El niño está contento con su sexo y con sus características físicas |
Rechazo familiar del sexo del niño y sus características físicas y personales | La familia acepta el sexo y las características personales del niño |
Desconocimiento de sus talentos, destrezas y habilidades específicas | El niño reconoce sus talentos, destrezas y habilidades específicas |
El niño se siente rechazado por sus amigos | El niño se siente aceptado por sus amigos |
Familia aislada | Familia comunicativa |
El niño se siente exigido por encima de sus posibilidades | El niño se siente estimulado de acuerdo a sus posibilidades |
No diferenciación en el grupo de hermanos | El niño siente que es singularizado entre sus hermanos |
Hacinamiento | Espacio suficiente. Cama propia. |
Se avergüenza de sí mismo | Se siente satisfecho consigo mismo |
La familia es indiferente a los logros del niño | Familia que refuerza y festeja los logros del niño |
CARACTERÍSTICAS DE LOS NIÑOS CON ALTA Y BAJA AUTOESTIMA
ACTITUDES O POSTURAS EN LOS NIÑOS QUE HABITUALMENTE INDICAN UNA BAJA AUTOESTIMA.
Actitud crítica desmesurada que mantiene a la persona en un estado de insatisfacción consigo mismo. A través de sus críticas buscan la atención y simpatía de otros.
Indecisión crónica, por miedo exagerado a equivocarse. Son niños que confían poco es sí mismos y, por tanto, presentan grandes dificultades para exponerse.
Deseo de complacer, por el que no se atreven a decir NO, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión de los demás. Presentan una necesidad de aprobación (son niños y niñas que quisieran ser aprobados por todos). Dependen de la aprobación externa para su valoración personal.
Actitud perfeccionista, autoexigencia de hacer "perfectamente" todo lo que intentan, que conduce a la frustración cuando las cosas no salen con la perfección exigida. Rara vez están contentos con lo que hacen. No suelen estar orgullosos de sus trabajos escolares y muestran una marcada resistencia a enseñarlos. Presentan un temor excesivo a equivocarse.
Actitud desafiante y agresiva. Presentan irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aún por cosas de poca importancia, propia del supercrítico al que todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface. La mayoría de los niños encubren su frustración y su tristeza como sentimientos de rabia. El temor a la falta de aprobación lo compensan transformando su inseguridad en una conducta agresiva.
Animo triste. Muestran un sentimiento general de tristeza, sonríen con dificultad, no les motivan las actividades que se les proponen.
Actitud inhibida y poco sociable. En la medida en que se valoran poco, tienen mucho miedo a autoexponerse. Presentan mucha dificultad para hacer amigos. Los compañeros tienden a ignorarlos y buscar para sus juegos a niños que tengan una actitud más participativa y entusiasta.
CARACTERÍSTICAS DE UN NIÑO CON ALTA AUTOESTIMA.
El niño se cree importante y competente. No se siente disminuido cuando necesita ayuda.
Tiene confianza en su capacidad para resolver sus propios problemas, sin frustarse por los fracasos y dificultades que experimente (posee mayor tolerancia a la frustración).
Habitualmente es capaz de relacionarse adecuadamente con sus iguales.
Generalmente es cooperador y responsable, comportándose de forma agradable ( posee mayores habilidades sociales).
Un niño al tener una alta autoestima rendirá mejor en el ámbito académico.
Es capaz de disfrutar de diversas actividades como jugar, holgazanear, caminar, estar con amigos, etc. ( presenta un mejor estado de ánimo).
Es sensible a las necesidades de los otros, respeta las normas de convivencia generalmente aceptadas ( tiene un desarrollo mayor de la empatía).
¿QUÉ PROMUEVE LA AUTOESTIMA INFANTIL?
Vínculos interpersonales cálidos que ofrecen interés y aceptación incondicional que favorecen en el niño el sentimiento de propio valor. Componentes del vínculo son el afecto, la comunicación, el interés en lo que le sucede, actividades compartidas y los cuidados personales.
Obtención de logros y su reconocimiento. Cada etapa de desarrollo propone diferentes metas que demandan en el niño esfuerzo y recompensas. Cada logro requiere reconocimiento, alegría y orgullo compartido por los padres y profesores que aumenta la base de seguridad del niño.
El reconocimiento y la aceptación de las características personales del niño.
ENTREVISTA (niño, padres y profesores)
TEST PSICOMÉTRICOS
? AFA- 5
? AFA- Autoconcepto Forma A
? TAMAI ( mide el nivel de Adaptación general)
TEST PROYECTIVOS
? Test de la figura humana
? Test de la familia
MÓDULOS DE TRATAMIENTO Y TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN PARA LA MEJORA DE LA AUTOESTIMA INFANTIL
Para trabajar la autoestima en los niños es importante, de forma continuada, potenciar las actividades que el niño hace bien y el esfuerzo.
Para la adquisición y fomento de la autoestima se pueden utilizar material didáctico o educativo diseñado específicamente para este fin o utilizar, como ocurre a menudo, la creatividad. Lo más importante es la consecución del objetivo teniendo en cuenta, por supuesto, consideraciones evolutivas, metodológicas y éticas.
Es necesario tener las habilidades terapéuticas necesarias e utilizar de forma adecuada el refuerzo así como mostrar empatía y firmeza en la interacción con el niño.
DEFINIRSE A SÍ MISMO Y POTENCIAR LOS ASPECTOS POSITIVOS DE CADA NIÑO.
En este módulo trataremos de obtener información y llevar a cabo una evaluación sobre el autoconcepto y la autoestima de cada niño.
Se evaluará los aspectos positivos y los aspectos negativos sobre: la apariencia física, capacidad intelectual, forma de ser, rendimiento escolar, pensamientos y actitudes en relación a uno mismo, en relación a los demás y exploraremos cómo hace frente a las tareas y obligaciones.
Para llevar a cabo la evaluación es también muy importante la información que nos faciliten los padres, profesores y personas próximas al niño.
A los niños se les normaliza y se les transmite la idea de que cada uno de nosotros somos diferentes de los demás. Somos más o menos guapos, somos más altos o más bajos, más inteligentes o menos, más nerviosos o más tranquilos. Cada uno es como es, es decir uno mismo. Todos podemos cambiar algunas cosas para aprender a estar más contentos con nosotros mismos.
El primer objetivo sería que el niño expresara cómo se siente ante las diferentes áreas que afectan a su autoestima.
Es importante ir potenciando los aspectos positivos que el niño tiene e ir cambiando su forma de pensar e interactuar con los demás , aumentando, de esta forma, su autoestima.
IDENTIFICACIÓN DE SENTIMIENTOS
Al niño se le explica que los sentimientos son parte de la vida diaria y que son muy útiles para ayudar a entendernos mejor a nosotros mismos. Se le pide que haga una lista de todos los sentimientos que pueda sentir en su vida diaria.
Para cada sentimiento, que el niño haga una lista de las cosas que le hacen sentir de ese modo. Se le explica que los sentimientos tienen respuestas fisiológicas determinadas (puede haber lágrimas, tensión muscular, latidos del corazón).
Ejercicios para identificar sentimientos.
Caras. Para realizar este ejercicio puede usar bien fotografías o dibujos que muestren a gente expresando las cuatro emociones básicas (felicidad, tristeza, enfado y miedo).Se empezarán con fotografías de niños de edad similar. Cada vez que le muestre una fotografía o imagen, pregúntele cómo se siente la persona que aparece en ella.
A continuación, pídale al niño que «haga caras» que expresen los cuatro sentimientos básicos. Después el terapeuta hará esas caras, utilizando la comunicación no verbal y deberá entonces pedirle que las identifique. Al principio, éstas deberán ser muy exageradas y, una vez que el niño vaya entrando en el ejercicio, podrán ser más sutiles y matizadas.
Posteriormente se le indica que expresen qué situaciones nos provocan nuestros sentimientos (felicidad, tristeza, enfado y miedo). De esta forma favorecemos la expresión emocional del niño.
Historias. En este ejercicio se les lee a los niños una serie de historias. Después de cada historia, pregúntele cómo se sienten los personajes. Las historias se clasificarán en el orden de dificultad siguiente:
1. Un solo personaje, de la misma edad y sexo que el niño. Algo ocurre o el personaje se comporta de modo que sólo se manifiesta una única emoción.
Por ejemplo: Después de estudiar todas las días, Beatriz aprueba matemáticas.
2. Un único personaje adulto en una situación que produce una sola emoción. Por ejemplo: Un hombre se tropieza por la calle y se rompe un pie.
Por ejemplo: Beatriz gana una carrera en la escuela y sus padres están allí para verla (pregunte cómo se siente cada persona).
4. Varios personajes cuyas actividades producen emociones diversas. Por ejemplo: Beatriz y Ana se han entrenado para la gran carrera. El día de la carrera, Ana se pone enferma y no puede ir a la escuela y Beatriz gana la carrera.
Comprensión social y cognición social son términos usados para describir la capacidad de una persona para comprender los puntos de vista de los demás. Esta facultad de ponerse en el lugar del otro se desarrolla de forma espectacular durante el período escolar, e implica la comprensión de los pensamientos, sentimientos así como las características personales de cada individuo (Livesley y Bromley, 1973; Shantz, 1983).
El nivel de comprensión social del niño repercute en su autoestima de dos formas. En primer lugar, el niño extrae conclusiones e ideas, al menos en parte, acerca de quién es (es decir, su autoconcepto) a partir de cómo le ven los otros (Mead, 1934). El conocimiento exacto de cómo nos ven los demás y el porqué de esa percepción forma parte integrante del conocimiento sobre uno mismo. La comprensión social puede contribuir también a alterar la forma en que el niño se evalúa, porque cuanto mayor sea aquélla mejor sabrá tratar a los demás en el modo que éstos desean ser tratados (Asher, 1978). A cambio, esos «otros» le manifestarán aprecio y harán que se sienta mejor.
Es importante desarrollar estrategias destinadas a fomentar la comprensión social en los niños.
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
Los niños se enfrentan a problemas diariamente. Se enfrentan a burlas de sus compañeros, la ansiedad ante un examen, ser excluidos de los juegos u otras actividades.
Los niños que adquieren la habilidad de resolver problemas tienen una serie de ventajas. Los niños a los que se les ha enseñado a usar estrategias para la resolución de problemas suelen enfrentarse al estrés y a la tolerancia a la frustración con mayor eficacia. La capacidad para resolver problemas puede ser una fuente de autoestima positiva para el niño.
Intervenciones para la resolución de problemas
Orientación para la resolución de problemas
Debe explicar y discutir los siguientes puntos con el niño:
Los problemas forman parte de la vida diaria.
Los niños pueden aprender a resolver muchos de sus problemas sin la ayuda de los adultos (anime al niño a resolver algunos de los problemas que resolvió él sólo).
Los sentimientos son señales importantes de la existencia de un problema (dé algunos ejemplos, por ejemplo, cómo sentimientos de miedo que sientes cuando descubres que te has perdido en una excursión).
Cuando te des cuenta que tienes un problema, lo primero que hay que hacer es "pararse a pensar".
Pasos para la resolución de problemas
1. ¿ Cual es el problema?
2. ¿Cuales son las soluciones?
3. ¿ Cual es la mejor solución?
Es conveniente hacer una lista de los pasos en la pizarra, en un papel o en un mural para que el niño pueda verlos y decirle que lo escriba él mismo.
Una vez que el niño entienda los pasos, pregúntele sobre algún problema que el niño se haya encontrado y utilícelo como ejemplo para repasar los pasos. Se pueden hacer prácticas en sesión con las diferentes opciones. Por ejemplo, si un niño refiere: "me han pegado en el colegio", se analizarían las diferentes opciones de conducta (comportarse como un niño pasivo, un niño agresivo o un niño asertivo). Posteriormente se analizaría entre el terapeuta y el niño la opción que más consecuencias positivas tenga para el niño.
Tareas terapéuticas para casa. Se le puede pedir al niño que utilice los pasos para la resolución de problemas con un problema real en casa o en la escuela.
AUTOAFIRMACIONES
Identificación de las autoafirmaciones
Explique al niño las autoafirmaciones de la forma siguiente:
"Todos hablamos con nosotros mismos cada día. Muchas veces, nadie más puede saber lo que pensamos. De hecho, algunas veces ni siquiera nosotros mismos nos damos cuenta de cierto tipo de mensajes que nos enviamos, pero estos pequeños mensajes son muy importantes, ya que pueden afectar a la manera en qué nos sentimos".
Dé algunos ejemplos de autoafirmaciones: por ejemplo: las críticas que nos hacemos después de haber cometido un error (por ejemplo, si en un partido tiro un penalti y no meto gol, puedo decirme a mí mismo " Soy un imbécil" o " "Soy muy torpe").
Como ejercicio, utilice la lista de frases incompletas que aparece en el siguiente ejercicio.
Cuando no me sale algo bien, pienso….
Pienso que soy bueno en …..
No se me da bien…..
Cuando me dicen que he hecho el examen muy bien, pienso…
Cuando alguien se enfada conmigo, me digo….
Me preocupa…
Sería mejor si yo…
Cuando suspendo un examen, pienso…
Cuando me gritan o me regañan mis padres , me digo…
Cuando voy a clase por las mañanas, pienso…
Explícale que muchas autoafirmaciones nos hacen sentir mal , lo cual hace que la situación parezca a menudo peor de lo que es.
Por ejemplo, si alguien de tu clase se está burlando de ti, es muy normal que te sientas mal. Pero si esta situación hace que envíes un mensaje que dice "todo el mundo me odia", te vas a sentir fatal. Por eso, es importante saber evitar las autoafirmaciones que te hagan daño. Confronta y hazle ver al niño que es posible que no le caigas bien a alguien pero eso no significa que "todos te odien".
Es conveniente iniciar al niño en el uso inapropiado de las "etiquetas" ( "el tonto de clase", "el listillo de clase", "el payasete de clase"), y de motes que sientan mal a los compañeros ( " la vaca", "el conejo" , "cara paella", etc). De esta manera, también trabajamos con el niño la empatía y las consecuencias positivas de ponernos en el lugar de los demás.
Autorreforzamiento para las autoafirmaciones positivas
Una vez que el niño ha aprendido a controlar sus autoafirmaciones, tiene que aprender a reforzarse y a felicitarse a sí mismo cuando utilice autoafirmaciones positivas o cuando rebata las negativas.
Ejemplos
A)Tu madre te grita en casa porque no has hecho un recado y tú reaccionas pensando " no me quiere" y te sientes mal.
Muéstrale cómo se rebate ese tipo de ideas y sentimientos (por ejemplo, haciéndole recordar las veces que su madre le ha mostrado afecto.)
B)No te invitan a una fiesta donde van la mayoría de tus compis de clase y tú reaccionas pensando " No le gusto a nadie ", y te sientes mal.
Para rebatir estos sentimientos, se le puede animar al niño a que piense que el hecho de que no le invitaran a la fiesta no significa que " no le gustes a nadie" (pensamiento polarizado). También se puede explorar por qué no le han invitado a la fiesta y si tiene alguna responsabilidad o no.
Es importante trabajar, adecuándonos a la edad del niño, con la reestructuración de las ideas irracionales tales como: pensamiento polarizado (todo o nada) , selección a lo negativo, anticipación del futuro, los deberías…)
Se le indica al niño que cada vez que cambie estos mensajes por otros que le hagan sentir mejor, se felicite a sí mismo. Dependiendo de la edad del niño, podrá también apuntarlos y traerlos para la próxima sesión.
AUTOCONTROL
El autocontrol es un factor que influye en la autoestima de los niños, ya que aquellos que son capaces de controlar sus emociones y comportamientos se sienten más competentes, fortaleciendo su autoestima. Además, son valorados más positivamente por los otros, incluidos los profesores y padres; mientras que los que se comportan de forma impulsiva o pierden el control de sí mismos a menudo se les desaprueba.
Los niños pueden mostrar problemas de autocontrol muy diversos. Algunos de ellos presentan dificultades para inhibir sus impulsos o emociones durante situaciones sociales ( en casa, en clase, en el patio del colegio); otros realizan las tareas escolares de forma impulsiva, etc.
Se le debe hacer una explicación al niño del autocontrol como por ejemplo: " La mayoría de las veces, los padres, los profesores e incluso los chicos mayores les dicen a los niños lo que deben hacer y se preocupan por ellos, pero cuando se hacen más mayores, más veces te has de decir a ti mismo qué es lo que debes hacer y cómo debes comportarte". Se le indica que vas a comentar tres situaciones en las que la gente se dice cosas a fin de controlar su comportamiento.
Inhibición. Para evitar hacer algo que no se debe hacer como resistir la tentación o retrasar en el tiempo la gratificación de un deseo (por ejemplo, dejar de comer caramelos o hacerlo después de cenar, cuando un niño se burla o se mete contigo, cuando tus padres te prohíben los dibujos, etc).
Planificación. Para decidir lo que debe hacerse en determinadas situaciones, como cuando deben completarse varios pasos antes de finalizar una tarea (por ejemplo estudiar para un global, ayudar en casa
Perseveración. Para continuar en la realización de una tarea determinada durante un período de tiempo y evitar distracciones, (por ejemplo hacer los deberes, acabar un dibujo, etc).
Póngale ejemplos de situaciones que requieran el autocontrol del niño en las diferentes áreas.
El autocontrol requiere en parte el conocimiento y aplicación de normas de conducta. Empiece hablando de normas, por qué las tenemos y qué pasaría si no existieran. Consiga que le diga las normas que conozca de la escuela o de casa y qué pasaría si la gente no las cumpliera ( por ejemplo: Ir a la cama a una hora determinada).
Estrategias para conseguir el autocontrol.
La verbalización de las norma implica la repetición interna (pensar en ello) de una prohibición o norma de conducta («No, no gritaré»; «No está bien pegar»).
La reestructuración cognitiva implica el cambio de pensamientos para hacer una situación menos tentadora.
Distracción. Los niños aprenden también a distraerse (como cuando salen a jugar al sentir ganas de picar algún dulce de comer). Otra estrategia consiste en centrar la atención en las recompensas que se derivarán de un comportamiento adecuado, o en las consecuencias negativas que supondría lo contrario.
Refuerzo por parte de los padres, profesores y terapeuta. Es importante que los padres, profesores y terapeuta refuercen y feliciten consistentemente al niño cuando se autocontrole en algún aspecto determinado.
Autorrefuerzo. El paso final para ayudar a los niños a usar el lenguaje interno de forma positiva es enseñarles a reforzarse cuando emplean tales estrategias. Explíquele que es importante que recuerde el buen trabajo realizado al evitar hacer cosas que no debe ( por ejemplo, ver la televisión en la hora de dormir) o bien al planificar y llevar a cabo una actividad( por ejemplo, hacer los deberes).
IMAGEN CORPORAL
Existen evidencias de que la visión general sobre nosotros mismos se basa en nuestro concepto físico, incluyendo cómo somos, y cómo nos desenvolvemos en el área de las actividades físicas. Muchas investigaciones han documentado la relación existente entre la satisfacción de los individuos con su apariencia física y su autoconcepto en general (Lerner, Karabenicck y Stuart, 1973; Rosen y Ross, 1968; Secord y Jurad, 1953).
Antes de planificar con el niño las estrategias de intervención, es importante determinar exactamente cómo se sienten respecto a la apariencia física.
Se puede hablar con el niño de su imagen corporal haciéndole preguntas tales como: ¿Qué es lo que más te gusta de tu cuerpo?, ¿Qué es lo qué menos?
También es conveniente explorar como le perciben en su entorno.
Intervenciones para mejorar la imagen personal
La intervención se basará en dos aspectos:
Modificación de sus conductas evidentes relativas a su apariencia física, tales como: la forma de vestir, la higiene personal, la alimentación o el ejercicio físico.
Modificación de sus modelos internos sobre el atractivo físico, es decir, de cómo le gustaría ser, es decir, sus propios ideales.
Enseñanza de las normas sobre apariencia personal.
Es necesario hablar con los niños sobre las normas básicas de higiene y darle información sobre las consecuencias que existen por ir sucio, mal vestido u despeinado.
Identificación y modificación de los modelos sobre el atractivo físico
a) Modelos implícitos o explícitos que el niño tiene sobre sí mismo.
b) Las autoevaluaciones que surgen de la comparación entre su actuación actual y su modelo.
Se tiene que transmitir al niño la idea de que los modelos que tiene le hacen sentir mal al no poder alcanzarlos.
Es importante pedir al niño que evalúe los múltiples aspectos de su imagen corporal (pelo, rasgos faciales, altura, peso, ropa, higiene). De esta forma conseguimos que no todo del disguste, empiezan a darse cuenta de que hay partes de su cuerpo que si les gustan.
Modificación de las autoatribuciones
El niño obeso o el que a sus compañeros le llaman " palillo", el niño con acné o con "dientes de conejo", tiene que cambiar sus atribuciones estables, permanentes y globales acerca de su apariencia física (es decir, "soy feo y siempre lo seré", "soy feo y por tanto un inútil").
Reajuste. Algunos niños pueden desarrollar atribuciones globales sobre sí mismos basándose en su apariencia física (por ejemplo, los niños que se sienten inútiles porque no son atractivos). Para estos niños serán útiles las estrategias que modifiquen sus modelos. La estrategias de reajuste estarán destinadas a: 1) cambiar los atributos físicos que forman la base de la autoevaluación del niño ("Puede que no tenga una cara bonita pero tengo un buen cuerpo"), 2) alterar las áreas en las que el niño se centra para desarrollar su sentido general de autovalía ("Puede que no sea muy atractivo, pero me va muy bien en la escuela") y 3) cambiar el grupo de referencia que proporciona la base de los modelos de un niño ( "puede que no sea tan atractiva como las chicas más bonitas de mi clase, pero comparado con otras chicas de mi edad, estoy muy bien").
Un primer paso es hablar a los niños de la relatividad de los modelos (transmitirle la idea que "sobre gustos no hay nada escrito").
Modificación de las autoafirmaciones
Un procedimiento, similar al que Canfield y Wells ( 1976) llamaban "espejo-espejo", puede utilizarse con los niños de edad escolar para ayudarles a cambiar la forma en que hablan y piensan de sí mismos. En este procedimiento, el niño se pone delante del espejo en el que se vea de cuerpo entero. Para empezar este ejercicio, dígale que se ponga delante del espejo y cierre los ojos. Cuando los abra, debe mirarse en el espejo y rápidamente decir lo que ve primero. El siguiente paso es que diga lo que más le gusta de lo que ve en el espejo. Pude facilitar el proceso haciéndole preguntas como "Si el espejo pudiera hablarte y decirte sólo cosas positivas de ti mismo, ¿qué crees que diría?"
Canfield y Wells (1976) sugirieron que el procedimiento de "bombardeo positivo" , aumenta la eficacia del ejercicio "espejo- espejo". El niño pide a cuatro o cinco buenos amigos que se pongan detrás de él en el espejo. Entonces se mira en el espejo y empiezan a decir sus compañeros cosas positivas sobre sí mismo, nada más, sólo lo positivo. Los chicos que están a su alrededor le proporcionaran aspectos adicionales cuando a él se le acaben o no sepa qué decir. Una vez haya acabado, otros niños harán el ejercicio por turnos para que no se sienta incómodo o avergonzado con el ejercicio.
Se proponen unos 5 minutos para este ejercicio. Esta estrategia es especialmente efectiva cuando los jóvenes son físicamente atractivos y distorsionan su propia imagen; la información de los otros niños se centra fácilmente en los atributos positivos y ayuda al niño a detener dicha distorsión.
Como tarea se le puede indicar al niño que se diga tres cosas bonitas en voz alta delante del espejo por las mañanas.
Actuación física
El área de la actuación física influye directamente en la autoestima infantil, e incluye actividades tales como los deportes, facetas artísticas como la danza y otras actividades atléticas.
La influencia que la actuación física tiene en la autoestima es diferente para los chicos que para las chicas; ésta área es algo más importante para los chicos (especialmente cuando se trata de la popularidad entre los compañeros) y aumenta en la adolescencia.
Intervención en niños que parecen estar por debajo de las expectativas reales de los jóvenes de su edad.
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