Descargar

La “guerra contra las drogas” de EE.UU. hacia “Nuestra América” (2013-2021) (página 2)


Partes: 1, 2

El subsecretario general de la ONU y director de la división para América Latina del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el chileno Heraldo Muñoz, argumentó ante una que: " (…) ni el PNUD ni la ONU tienen posición sobre el tema, pero nos parece legítimo que se empiece a discutir, como han propuesto algunas personalidades, regularizar o legalizar algunas drogas (…) el narcotráfico acabará minando la democracia en América Latina si no se aborda desde el lado de los países consumidores" (El País, 2011)

Los efectos que pudiera conllevar a mediano y largo plazo un escenario de legalización y despenalización de las drogas, principalmente de las drogas marihuana, sin descartar el de otras sustancias de origen sintético, conllevaría a importantes modificaciones en las políticas antidrogas de Estados Unidos. La rígida posición de EE.UU. ante las presiones de movimientos y gobiernos parece desmontarse en el tiempo. Por otra parte, luego de la legalización en Washington y Colorado del consumo de marihuana, el tema a debate no sólo cobra importancia en la conformación de la política exterior y de seguridad de EE.UU. hacia el Hemisferio Occidental sino también en el orden interno. Los históricos problemas del consumo de estupefacientes y psicotrópicos en ese país obligan a una reevaluación sobre la visión y posibles acciones del gobierno en ambas direcciones.

En la pasada Cumbre de las Américas, celebrada en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, en abril del 2012, se evidenció la voluntad de algunos gobiernos latinoamericanos de estudiar los beneficios que podría producir para sus correspondientes países, una política de mayor tolerancia legal hacia el consumo de algunas drogas.

Para un análisis más holístico respecto a los flujos ilícitos trasnacionales, resulta pertinente interrelacionar el tráfico de drogas ilegales y su enfrentamiento con el trasiego de armas de fuego a la región, donde existen escandalosos precedentes que implican al gobierno estadounidense como la Operación Rápido y Furioso.

La relación de negocio de las drogas con otros delitos como la trata y contrabando, el lavado de dinero y el tráfico de precursores químicos, conllevan a una valoración más integral respecto a los flujos ilícitos transnacionales. El trasiego de precursores químicos, acelera el dinamismo del consumo de sustancias sintéticas. Ello tiene implicaciones prácticas en la modificación de las rutas y en su enfrentamiento, debido a las facilidades de su producción, puesto que no se requieren de territorios específicos.

Por otra parte, la ausencia de una colaboración multidimensional, limita el papel de las políticas públicas, ya que no se aprecia la importancia de la participación ciudadana en la credibilidad y la eficiencia de las políticas antidrogas. Para ello se necesita de una verdadera colaboración, que tome en consideración la visión de todas las partes y las características culturales, políticas y socioeconómicas de cada país y subregión; de manera que se diseñen estrategias que viabilicen la cooperación al desarrollo. Para lograr esos objetivos, es preciso que la colaboración abra un abanico de acciones hacia temas no militares, que incentiven la seguridad ciudadana, el desarrollo de la economía, la protección del medio ambiente y la seguridad ciudadana.

La persistencia de fórmulas militaristas y la continua politización de la lucha antidroga, denota el doble rasero de la guerra contra las drogas de Estados Unidos en la conformación de la política exterior y de seguridad hacia Nuestra América. Ante esa realidad, se necesita de la articulación de fuerzas políticas y actores diversos, que pugnen por una verdadera cooperación al desarrollo. Ello viabilizaría cambios trascendentales, donde se parta de un enfoque crítico, interdisciplinario y regional, sobre los diversos problemas asociados con los flujos ilícitos entre América Latina, el Caribe y EE.UU. En ello deben estar incluidos los actores estatales y no gubernamentales, regionales y trasnacionales, en aras de proveer alternativas de políticas cooperativas, que tengan en cuenta el carácter transfronterizo y trans-regional de ese flagelo.

Conclusiones

El tráfico ilícito de drogas es un problema de dimensión global. El impacto de este flagelo sobre la humanidad tiene consecuencias incalculables sobre la calidad de vida de la sociedad, la estabilidad política, la seguridad ciudadana y la gobernabilidad, por lo cual se ven seriamente afectados los países de la región. Estas circunstancias denotan un difícil panorama de inestabilidad en los países más afectados, lo que limita su capacidad para proyectar líneas políticas coherentes de manera unilateral, por lo que resulta insoslayable la búsqueda de consensos a nivel regional y la no por contradictoria menos necesaria, colaboración con el gobierno de Estados Unidos.

El mayor reto en esa dirección, radica en cómo ajustar esa colaboración para que no se comprometa la soberanía, la integridad territorial y la seguridad de los países de la región. A estas complejidades se suman las contradicciones entre las políticas desarrolladas por el gobierno de EE.UU. para contrarrestar el flagelo de las drogas con las normativas de mayor tolerancia que promueven varios gobiernos latinoamericanos.

Los mayores afectados con la sostenida militarización de la guerra contra las drogas siguen siendo los países de la región, que con el curso de los años no sólo amplían sus vínculos en el mercado de estupefacientes estadounidense sino que generalizan las rutas y el consumo de drogas ilegales por toda la región. La extensión del tráfico y consumo de drogas en la mayoría de los países de la región, amerita de nuevos re-ajustes en la proyección exterior y de seguridad de EE.UU. Sin embargo, ello pude conllevar a nuevas amenazas para la región, si bien existen mayores oportunidades para colaborar y plantear alternativas más autónomas en la lucha contra el flagelo de las drogas.

Valorando esas realidades, se reducen los grandes despliegues militares, siendo sustituidos por un mayor uso las Fuerzas de Operaciones Especiales (Huella Ligera) y la "Guerra de Cuarta Generación" con un mayor uso de las TICs para labores de monitoreo y enfrentamiento a los a los flujos ilícitos trasnacionales. Ello posibilita una militarización más efectiva y menos numerosa, que pudiera conllevar a confundir y reducir las "presiones" en el plano político- diplomático.

A pesar de que los delitos de blanqueo de capitales, corrupción, trasiego de armas de fuego y precursores químicos, forman parte esencial de la cadena criminal que apoya y reproduce el negocio de las drogas, estos resultan menos atacados que la producción de estupefacientes. Ello tiene una razón eminentemente geoestratégica, puesto que su enfrentamiento supone la ubicación de facilidades militares en zonas de alto interés como la Amazonía y la Triple Frontera, sin olvidar la importancia para su seguridad nacional de México, y en un segundo orden, los países más afectados de Centroamérica y del área del Gran Caribe.

En consecuencia, América Central, el Caribe y Perú se mantienen como prioridades y área de mayor dinamismo en asistencia de seguridad y se acoge Colombia como modelo y principal aliado geoestratégico. El mantenimiento de la militarización de la guerra antidroga por los sucesivos gobiernos estadounidenses de Reagan al presente, demuestra la prioridad que le otorga la élite del poder del EstadoNación-Imperio, a la guerra contra las drogas en la política exterior y de seguridad hacia "Nuestra América" para el periodo 2015-2021.

Bibliografía

Acanda, J. L. (2002). Sociedad Civil y Hegemonía. La Habana, Cuba: Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cuba "Juan Marinello".

Andina. (25 de abril de 2013). Andina: Agencia Peruana de Noticias. Recuperado el 8 de mayo de 2013, de http://www.andina.com.pe/Espanol/noticia-el-negocio-las-drogas-mueve-al-ano-84000-millones-dolares-456398.aspx#.UjIVp3Lp8ps

Bagley, B. (31 de enero de 2011). Recuperado el 9 de marzo de 2012, de http://razonpublica.com/index.php/conflicto-drogas-y-paz-temas-30/1743-el-efecto-globo-o-por-que-se-esta-perdiendo-la-guerra-contra-las-drogas.html

Clinton, H. (junio de 2011). IIPDigital. Obtenido de http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/texttrans/2011/06/20110623125007×2.171814e-03.html#ixzz7GotQjTrb

Clinton, H. (15 de diciembre de 2010). Obtenido de http://www.state.gov/j/tip/rls/tiprpt/2012/192366.htm

El País. (4 de octubre de 2011). Es legítimo que se empiece a discutir la legalización de las drogas. El País .

INCSR. (4 de March de 2013). Sitio Oficial del Departamento de Estado. Recuperado el 13 de agosto de 2013, de http://www. state.gov/j/inl/rls/nrcrpt/2013/.

INCSR, Control Strategy Report. (Marzo de 2014). Sitio oficial del Departamento de Estado. Recuperado el 30 de 2014 de marzo, de http://www.state.gov/j/inl/rls/nrcrpt/2014/vol2/222461.htm

Isacson, A., Haugaard, L., Poe, A., Kinosian, S., & Withers, G. (2013). Hora de Escuchar: Tendencias en Asistencia de Seguridad de los EE.UU. hacia América Latina y el Caribe. Obtenido de http://www.wola.org/sites/default/files/downloadable/Regional%20Security/Time%20to%20Listen/Hora%20de%20Escuchar.pd

JIFE. (2013). Informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes correspondiente a 2012. Naciones Unidas, JIFE; Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, Nueva York.

Kurata, P. (11 de febrero de 2013). Kerry dice que cumplirá con la promesa de la democracia de Estados Unidos. Washington. Recuperado el 25 de febrero de 2013, de http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/article/2013/02/20130211142402.html#axzz2LwVoUW3

Notimex. (5 de marzo de 2013). Notimex. Recuperado el 4 de mayo de 2013, de http://www.altonivel.com.mx/34446-en-aumento-creacion-y-consumo-de-drogas-sinteticas-onu.html

OEA. (2013). OEA. El problema de las drogas en las Américas. . Organización de Estados Americanos, Secretaría General.

Presupuesto Federal para el Departamento de Estado. (5 de marzo de 2014). Departamento de Estado. Recuperado el 3 de abril de 2014, de http://www.state.gov/documents/organization/222898.pdf

QDDR. (2010). State Department. The First Quadrienal Diplomacy and Development Review. Leading Through Civilian Power. Departamento de Estado, Washington D.C.

Rambaldi, H. G. (16 de 9 de 2012). El Ciudadano. Recuperado el 3 de diciembre de 2012, de http://www.elciudadano.cl/2012/09/16/57294/870-mil-millones-de-dolares-maneja-el-crimen-organizado/

Southern Command. (2013). Posture Statement to Congress. United States, Southern Command, Miami.

UNODC. (2011). Informe mundial sobre las Drogas 2011, Situación del consumo, la producción y el tráfico de drogas ilícitas a nivel mundial, UNODC. Obtenido de http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/WDR2011/ExSum-tran

UNODC. (2012). Sitio Oficial de la UNODC. Recuperado el 4 de enero de 2013, de http://www.unodc.org/documents/southerncone//Topics_drugs/WDR/2011/Executive_Summary_-_Espanol.pdf

UNODC. (26 de junio de 2013). Sitio Oficial de la UNODC. Recuperado el 2 de diciembre de 2013, de http://www.unodc.org/lpo-brazil/es/frontpage/2013/06/26-world

US. Southcom. (26 de febrero de 2014). Sitio Oficial del Comando Sur. Obtenido de http://www.southcom.mil/Pages/Default.aspx

USAID. (2011). USAID"s Policy Framework 2011-2015.

Valenzuela, A. (6 de enero de 2011). Obtenido de En: http://spanish.panama.usembassy.gov/sp010611.html

White House. (3 de diciembre de 2013). LA CASA BLANCA, Oficina del Secretario de Prensa, Hoja Informativa: Estados Unidos y Colombia, socios estratégicos. Obtenido de http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2013/12/03/hoja-informativa-estados-unidos-y-colombia-socios-estrat-gicos

Youngers, C., & Rosin, E. (2005). Drogas y democracia en América Latina. El impacto de la política de Estados Unidos. Buenos Aire: Editorial Biblos.

 

 

Autor:

Alejandro L. Perdomo Aguilera

 

[1] El “smart power” es un concepto ideado por Suzanne Nossel, quien lo acuñó en un artículo del año 2004, publicado en la revista Foreign Affairs donde “(…) proponía la política del Internacionalismo Liberal y sugería al gobierno estadounidense utilizar el poder militar y otras formas de poder blando ("soft power") de forma alternativa y según las circunstancias.(Nossel, 2004)

[2] En la actualidad Roberta Jacobson se desempeña como Subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental.

[3] En la actualidad Estados Unidos apoyan 11 programas SIU en todo el mundo. En el Hemisferio Occidental, se sabe que operan en Belice, Panamá, Guatemala, México, Colombia, Ecuador, Perú y República Dominicana. (Isacson, Haugaard, Poe, Kinosian, & Withers, 2013, pág. 9)

[4] Guerra de IV Generación originó en 1989 cuando William Lind y cuatro oficiales del Ejército y del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, titularon un documento: "El rostro cambiante de la guerra: hacia la cuarta generación". Ese año, el documento se publicó en la edición de octubre del MilitaryReview y la Marine Corps Gazette. En 1991 Martín Van Creveld publicó La Transformación de la Guerra obra que le daría cuerpo intelectual a la Guerra de IV Generación.

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente