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El Complejo de Edipo segun la neurología, psicología, sociología, antropología y biología

Enviado por Lucia Montero


  1. Introducción
  2. ¿Qué es el complejo de Edipo?
  3. La refutación de la neurología
  4. La refutación de la psicología
  5. La refutación de la sociología
  6. La refutación de la antropología
  7. La refutación de la biología
  8. Conclusiones

Introducción

El Complejo de Edipo es una de las hipótesis centrales del Psiconálisis, la teoría y práctica fundada por Sigmund Freud que tuvo ,en su momento, un impacto en la Psicología mundial, y que ya es descartada prácticamente, y salvo contadas excepciones, por todas las Facultades de Psicología del mundo.

El Psiconálisis, tanto como teoría como práctica, está siendo muy cuestionado, siendo que es tildado como pseudociencia, y ha ido perdiendo paulatina presencia dentro de lo que se considera psicología a nivel mundial.

Entre las críticas al Psiconálisis, también se critican en lo específico, muchas de sus principales hipótesis. Y, dentro de estas hipótesis, el Complejo de Edipo, es criticado desde distintas disciplinas.

En este trabajo repasaremos las principales refutaciones al complejo de Edipo, tanto desde la psicología como desde la sociología, antropología, biología, neurología, etc..

¿Qué es el complejo de Edipo?

El Complejo de Edipo es una de las hipótesis más importantes del Psiconálisis, que involucra las pulsiones y la formación del llamado "Super Yo".

Consiste en el deseo inconsciente de tener una relación sexual incestuosa con el progenitor del sexo opuesto, y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio).

Freud postula que el Complejo de Edipo es importante en todos los órdenes de lo humano:

"En el complejo de Edipo se encuentra el origen de la religión, de la moral, de la sociedad y del arte, y eso en plena conformidad con la tesis psicoanalítica según la cual este complejo forma el núcleo de todas las neurosis"

El Complejo de Edipo – su variante Complejo de Electra en las niñas- está vinculado a la tesis de Freud en "Totem y Tabu" acerca de que todos tenemos el deseo sexual incestuoso de tener una relación sexual con nuestro progenitor del sexo opuesto (y "complejo de Edipo invertido", sería deseo de tener una relación sexual incestuosa con progenitor del mismo sexo).

Si bien algunos psiconalistas, y algunos textos del mismo Freud parecen contradecir este énfasis en la sexualidad infantil -reprimida por los tabu de la cultura– que supone la tesis del complejo de Edipo, no cabe duda que para el Psiconálisis puro se trata de una hipótesis sexual.

En "Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico" (1916), Freud sostiene:

"… este oscuro sentimiento de culpa brota del complejo de Edipo, es una reacción frente a los dos grandes propósitos delictivos, el de matar al padre y el de tener comercio sexual con la madre."

En "Moises y Monoteismo" (1939), Freud sostiene:

" el niño empezó a excitar con la mano su pequeño pene y a ensayar diversos ataques sexuales a su madre, identificándose con el padre, en cuyo lugar se ponía. Esto siguió hasta que al fin recibió de la madre la prohibición de tocarse el miembro y, además, oyó de ella la amenaza de que se lo diría al padre, quien, como castigo, le quitaría el miembro pecador"

Freud, en "Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad", asegura que en los niños es recurrente la fantasía incestuosa de expulsar y sustituir al progenitor rival, es decir el padre para el niño, y la madre para la niña, pero esas ideas suscitan intensa culpa y temor al castigo

Esto también está relacionado con la "castración": hipótesis del Psiconálisis que sostiene que todos los niños tienen angustia de ser castrados, y que se vincula también al Complejo de Edipo.

Esta tesis del deseo sexual incestuoso que es reprimido por la cultura (super yo, tabus, etc.), y el paradigma general de una sexualidad infantil que se reprime, lleva a los teóricos del psiconálisis a realizar distintas especulaciones.

Como ejemplo, podemos citar a Melanie Klein quien sostiene:

"La frustración del seno materno lleva a los niños como a las niñas a evitarlo, y estimula en ellos el deseo de una satisfacción oral asegurada por el pene del padre. (…) Los deseos genitales por el pene del padre, que se mezclan con los deseos orales, son el fundamento de los estadios precoces del complejo de Edipo positivo en la niña, invertido en el niño". (Ensayos sobre Psicoanálisis, 1948)

Melanie Klein especula también que los deseos incestuosos que tenemos de niños son la causa del posterior interés que desarrollamos por asistir a teatros y a conciertos.

"Teatros y conciertos, y de hecho toda representación en la que hay alguna cosa que ver o que escuchar simbolizan siempre el coito de los padres: el hecho de escuchar y de mirar simboliza la observación real o imaginaria, mientras que la cortina que cae representa los objetos que perturban la observación, tales como las mantas, el montante de la cama, etc." (Melanie Klein, Contribución al Psicoanálisis, 1948).

Para Lacan el Complejo de Edipo no es necesariamente tan literal como para Freud.

Entre el niño y la madre se interpone el falo imaginario. La madre quiere el falo, y se sabe en falta –porque no lo tiene-; el niño, que es el falo de la madre, al mismo tiempo sabe que no "puede simplemente engañar el deseo de la madre con la semejanza imaginaria de un falo: tiene que presentar algo en lo real. Pero el órgano real de la criatura (sea varó o niña) es desesperadamente inadecuado" (recordemos que hablamos de un niño –o niña- de 3 a 5 años). Entonces llega el padre imaginario (hay dos padres), que trae la ley del padre, y se opone al deseo irracional de la madre, castrándola simbólicamente. Luego llega el padre real, con su falo real, y castra simbólicamente al niño, que se ve "liberado de la tarea imposible y provocadora de angustia de tener que ser el falo, cuando comprende que el padre lo tiene."

Este razonamiento de falos y padres "debe entenderse con referencia a las estructuras clínicas y también a la cuestión de la sexualidad". ("Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano" de Dylan Evans).

Mario Bunge describe el Complejo de Edipo de la siguiente manera:

"Más precisamente, según los psicoanalistas de todas las escuelas, el proceso que culmina inevitablemente en drama personal o colectivo es el siguiente:

1. El impulso sexual es innato y se manifiesta en la más tierna infancia.

2. Por ser los más próximos, los parientes y hermanos son los primeros objetos del deseo sexual del infante

3. El tabú del incesto es una convención social

4. Los deseos sexuales incestuosos son reprimidos y almacenados en el

Inconsciente

5. La represión se manifiesta como odio al padre (Complejo de Edipo) o a la madre

(complejo de Electra).

6. Cuanto más intenso es el odio al progenitor, tanto más fuertemente es reprimido".

La refutación de la neurología

El hipotálamo no se desarrolla tempranamente; que no hay nada que indique sexualidad, y por ende, no tiene sentido hablar del complejo de Edipo.

Mario Bunge, en su libro Crisis y reconstrucción de la filosofía (Gedisa, 2002), al respecto, escribe: "La hipótesis acerca de la sexualidad infantil es falsa: el centro del sexo es el hipotálamo y en los niños no está aún completamente desarrollado"

En efecto, el centro del placer sexual es el hipotálamo, órgano del cerebro que está subdesarrollado durante la infancia.

Distintos estudios sobre psicopatía realizados mediante escáneres en la amígdala cerebral pudieron tomar registro del enojo consciente e inconsciente que puede experimentar una persona frente a estímulos. Se utilizo esta técnica para poner a prueba el supuesto enojo al padre del que hablaba Freud y resulto ser falso.

La refutación de la psicología

Desde la corriente de la psicología científica que estudia "las hazañas" y "las anti-hazañas" ("el mapa de la autoestima"), se refuta también el complejo de Edipo.

Las manifestaciones empíricas que supuestamente abonarían la tesis del complejo de edipo, tienen, entonces, una explicación mejor en La Admiración vs. La Envidia frente a las hazañas de los progenitores.

La Admiración de los hijos por el progenitor del sexo opuesto está relacionada estrictamente con "las hazañas" de los padres, y también con la posición del hijo frente a "El Mapa de la Autoestima".

Los padres tienen, frente al niño, grandes hazañas. Cruzan la calle solos, saben caminar, saben hablar, pueden arrojar una pelota lejos, etc.

Entonces estas hazañas pueden provocar 2 efectos 1) Admiración 2) Envidia.

La admiración tiende a sobre-estimar la hazaña ajena hasta la idealización. La envidia tiende a subestimarla, hacia el desprecio. La admiración genera satisfacción por la hazaña ajena, y deseo de sobre-estimarla y sobredimensionarla hacia la idealización, como forma de aumentar esa satisfacción. La envidia provoca sufrimiento por la hazaña ajena, y deseo de despreciarla, subestimarla, para disminuir este sufrimiento.

Los sentimientos alternan, pero, por la posición en el Mapa de la Autoestima, se tiende a competir con quien es del mismo sexo (envidia) y a idealizar al sexo opuesto (admiración).

Más tarde, las hazañas de los padres pierden, frente al hijo, brillo y magia.

Ya no se admira de que cruce la calle solo, él también puede hacerlo. No se admira de que hable con palabras raras, él también puede hablar. No se admira de su fuerza ni de su altura. Entonces, para desprenderse de esta admiración que les siente, necesita criticar, desobedecer a sus padres, (rebeldía), y ocurre en la época en que las hazañas de ellos pierden brillo y magia, y se los destrona del panteón e los héroes.

Más tarde, la posición en el Mapa de la Autoestima, determinará quienes serán sus próximos héroes, y también los circuitos de la admiración romántica -fuerza emocional responsable del enamoramiento-.

Se debe profundizar en el estudio de las diferencias entre la Envidia y la Admiración, para comprender esto mejor.

Mientras tanto, el estudio de la Admiración vs. Envidia explica estas manifestaciones empíricas que se ven como supuestas corroboraciones del Complejo de Edipo cuando, en realidad, este no existe.

La refutación de la sociología

Los sociólogos Lionel Tiger y Joseph Shepher estudiaron más de 34.000 casos y gran cantidad de datos administrativos procedentes de los kibutz, en los cuales los niños se crían en común, por una nodriza, sin tener mucho contacto con los padres.

El resultado seguía siendo que la familiaridad durante la infancia influía luego en una indiferencia sexual. ( Shepher, J. "Mate selection among second generation kibbutz adolescents and adults: Incest avoidance and negative imprinting", 1971)

Leavitt llega a una interpretación diferente de los datos, y acentúa la influencia de factores educativos en el rechazo al incesto. Aún así, no hay ni siquiera la sombra del Complejo de Edipo.

La refutación de la antropología

Lévi-Strauss: En "Las estructuras elementales del parentesco" (1949) nos dice que "el incesto es socialmente absurdo antes de ser moralmente culpable", en tanto supone que la prohibición de éste implica más que nada el reverso: la obligación de la exogamia, en tanto el intercambio de mujeres entre grupos favorece las alianzas y la colaboración.

Westermarck: Ya en época de Freud, Westermarck enunciaba el efecto que lleva su nombre: concluía que nadie sentía atracción sexual por aquellas personas con las que había compartido su infancia. Este rechazo natural al incesto puede ser un claro factor evolutivo, puesto que la consanguinidad aumenta gravemente el peligro de malformaciones y enfermedades congénitas.

Arthur Wolf hizo una exhaustiva investigación de campo y de archivos en el norte de Taiwán, donde hasta hace poco había dos tipos de matrimonio de menores, que él llama mayor y menor. En el matrimonio mayor, la chica se muda a la casa de sus suegros el día de la boda. En el matrimonio menor, la chica es criada por sus futuros suegros casi desde el momento de nacer. En el primer caso, los futuros esposos sólo se conocen a partir de su casamiento efectivo; en el segundo, los chicos se crían como hermanos. Wolf estudió durante un cuarto de siglo la historia de 14.402 matrimonios de ambos tipos, haciendo investigación de campo y usando archivos que cubren el período 1905-1945 de la ocupación japonesa.

¿Cuál de los dos matrimonios tuvo más éxito, medido en duración, número de hijos y fidelidad conyugal? El segundo, o menor. Wolf resume así su principal conclusión: "Lejos de concebir una atracción sexual por miembros de la misma familia, los niños desarrollan una fuerte aversión sexual como resultado de la asociación inevitable. Por tanto, concluyo que la primera premisa de la teoría edípica [la naturalidad del deseo incestuoso] es errada".

La refutación de la biología

Además del contenido evolutivo en el Efecto Westermarck, aparentemente un sistema inmunológico similar entre la pareja implicaría una mayor vulnerabilidad ante las infecciones.

A. H. Harcourt, zoóloga británica, ha comprobado la evitación del incesto madre-hijo en los gorilas que ha tenido bajo estudio en Ruanda. Esto mismo fue corroborado posteriormente por Dian Fossey (1985) en Uganda. Después de cuatro años estériles en el zoológico de Philadelphia (Pfennig y Sherman, 1995), Jessica, una hembra de gorila de llanura, fue trasladada al parque de San Diego, donde quedó preñada inmediatamente. La discriminación por parentesco puede explicar por qué Jessica no se apareó hasta que se la puso en contacto con machos distintos de aquellos con los que había convivido desde edad temprana

Vivian Páez, ecóloga evolutiva y profesora de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia, da la puntada final a este apartado para corroborar la evitación del incesto en el mundo animal, al afirmar: "Podemos asegurar que existen evidencias de mecanismos tanto a nivel molecular como comportamental para evitar la reproducción con individuos emparentados, tanto en animales como en plantas. Estos mecanismos, que son múltiples, básicamente han evolucionado por las consecuencias negativas para el fitness de los individuos relacionados con la endogamia. Los efectos perjudiciales de la endogamia también han sido ampliamente estudiados, por lo que no es sorprendente que en un rango tan amplio de taxones se hayan establecido pautas para evitarlas".

En el libro Cómo se comunican los animales, Heribert Smid publica un interesante estudio llamado "Las moscas de las frutas no se aparean con sus hermanos".

Allí el biólogo sostiene: "Dos investigadores descubrieron que no es posible cruzar una hembra y un macho cualesquiera. Aunque en la mayoría de los casos era el macho el que rechazaba a la hembra, en algunas ocasiones sucedía todo lo contrario. Al indagar la causa de semejante conducta, descubrieron que el parentesco desempeñaba un papel importante. Cuanto más próximo era éste, menos dispuestos estaban a aparearse. Dicho más exactamente: cuando tanto el macho como la hembra poseían un cromosoma X que contenía la misma información genética, menos dispuesto estaba el macho a aparearse. Posteriormente se confirmó la teoría de que en este proceso debía hallarse en juego una o varias sustancias olorosas. La sustancia estimuladora secretada por una "pariente" cercana no resulta en absoluto atrayente para el macho". ("Cómo se comunican los animales", Heribert Smid).

Dice el etólogo y zoólogo austriaco Irenäus Eibl-Eibestfeldt en Amor y Odio:

"Contra la hipótesis de que el tabú del incesto sea innato en el hombre se manifiestan algunos psicoanalistas, que creen advertir deseos sexuales de los hijos respecto de los padres y viceversa. El muchacho desearía sexualmente a la madre, y eso suscitaría temor ante el posible castigo del padre. (En la literatura psicoanalítica, este temor recibe el nombre de miedo a la castración.) Ahora bien: buena parte de lo que Freud y sus discípulos interpretan como sexual (acariciar, besar y actividades parecidas) no lo es sino que se deriva del comportamiento de cuidado de la prole. Atribuir al hijo que abraza y besa a su madre deseos sexuales es sencillamente erróneo. A pesar de todos los reconocidos méritos del psicoanálisis, hay que hacer a algunos de sus representantes el reproche de que proceden anticientíficamente. Una interpretación plausible se toma con demasiada ligereza como explicación causal, y se pontifica sobre el Complejo de Edipo, el miedo a la castración y la envidia del pene de las muchachas como si se tratara de hechos comprobados. Nada de eso lo está. Es cierto que algunas muchachas quisieran haber nacido varones y que algunos hijos tienen conflictos prematuros con sus padres, pero esto también podría interpretarse, fuera del campo de lo sexual –y con no menos plausibilidad-, como disputas incipientes por cuestiones de jerarquía.

La cuestión de si el tabú del incesto es innato en nosotros o si nos viene por tradición cultural la dejaremos abierta. De todos modos, hay importantes argumentos a favor de una base innata. Ya los hemos citado, y podemos añadir el de nuestra experiencia subjetiva. Podemos ciertamente comprobar una vinculación de carga afectiva muy fuerte para con nuestros hijos, pero que no va acompañada de excitaciones sexuales. Los etnólogos que han interrogado a gente de diversas culturas a fin de descubrir por qué nose casan entre hermanos o entre padres e hijos, han constatado que los interrogados no comprenden la pregunta. Nunca se les había ocurrido tal posibilidad, y eso es todo"

Y, finalmente, añade:

"Solamente allí donde los vínculos familiares se han desarrollado con gran fuerza se mantiene el peligro de la procreación entre consanguíneos, y entonces hallamos también una inhibición innata que impide la copulación con los padres o los hermanos. Un ejemplo clásico de ello es el ganso silvestre, que no copula con sus semejantes cuando se ha criado con ellos, aunque no se trate de hijos de la misma madre"

En otras palabras: la aversión a la endogamia es una tendencia natural en la naturaleza que se verifica en distintas especies, y no algo particular que proviene de las prohibiciones culturales, tal como lo sostiene la hipótesis del psiconálisis. Por lo tanto estos supuestos deseos reprimidos que resultan "prohibidos", según postula el complejo de edipo, en realidad no son tales.

Conclusiones

En "The Logic Of Scientific Discovery" (1934), Karl R. Popper argumenta que el Psicoanálisis es una teoría no falsable ya que no puede ser refutada.

El criterio de falsabilidad, según Popper, encarnaría pues, el auténtico método para la legitimación de las teorías científicas. Por lo tanto, tanto el Psicoanálisis como el Marxismo quedarían fuera del ámbito de la ciencia precisamente porqué son discursos totalizantes, que no excluyen ningún hecho posible y pueden dar cuenta de todos los fenómenos que se producen en su dominio. Es por ello que se hace difícil su refutación. En cambio, las teorías científicas genuinas (como la Teoría General de la Relatividad) son aquellas que son falsables, esto es, aquellas para las cuales se puede concebir la posibilidad de ser refutadas.

Popper sostiene que el analista freudiano subraya que sus teorías son verificadas constantemente por sus "observaciones clínicas". Es precisamente este hecho –que siempre encajan, que siempre son confirmadas– lo que a los ojos de sus admiradores constituye el argumento más fuerte a favor de estas teorías. Pero Poper, sostiene que esta fuerza aparente era de hecho su debilidad. En suma, "discurso totalizador" significa aquí encajar contraejemplos a su favor. De este modo, dichos discursos son infalsables en cuanto que rechazan cualquier intento de refutación.

Por esta razón, un analista freudiano nunca estaría de acuerdo con las conclusiones de esta monografía. Aunque la sociología, la psicología, la neurología, la biología, desmientan los conceptos fundamentales del complejo de edipo (esto es: el deseo sexual en la infancia hacia los padres, que resulta reprimido por "la prohibición"), dirá que el complejo de edipo se confirma, constantemente, por sus "observaciones clínicas". Es decir: aceptando el discurso del psiconálisis, creyendo en sus postulados como una fe religiosa, se puede encontrar siempre "las pruebas" de que las hipótesis son correctas, y jamás se encontrará "en la observación clínica" una prueba que lo desmienta. Y así el freudiano puede seguir creyendo en el complejo de edipo, con absoluta indiferencia a lo que sostenga la neurología, la biología, la psicología, la sociología y la antropología.

No obstante a ello, según lo sostienen muchos críticos del psiconálisis tales como Mario Bunge, el principal problema de esta teoría es que carece de consistencia externa. A diferencia de las disciplinas científicas genuinas, el psicoanálisis no cumple el importante requisito de consistencia externa ya que sus hipótesis son incompatibles con los conocimientos y conclusiones que provienen de disciplinas que le deberían ser afines.

En este trabajo lo que se demostró es que una las principales hipótesis del psiconálisis – el complejo de edipo- resulta incompatible con las conclusiones a las que se llega desde la sociología, la psicología, la neurología, la biología y la antropología.

Referencias

1-"Enfoque actual de las desviaciones sexuales". (2000). Juan Masana Ronquillo

3- "Childhood Association and Sexual Attraction: A Further Test of theWestermarck Hypothesis." American Anthropologist 72:503–15, (1970), Wolf, Arthur, P.

4- "Inbreeding, Incest, and the Incest Taboo: The State of Knowledge at the Turn of the Century", Stanford University Press (2004), Wolf, Arthur, P

5-"Tylor vs. Westermarck: Explaining the incest taboo". Sociology Mind, (2013). Leavitt, G.C.

6- "El Mapa de la Autoestima" (2007), Ross, Martín.

6- "Mate selection among second generation kibbutz adolescents and adults: Incest avoidance and negative imprinting" (1971) Shepher, J. P.

7- "The Logic Of Scientific Discovery" (1934), Popper, Karl R.

8- "100 Ideas. El libro para pensar y discutir en el café" (2006). Bunge, Mario.

9- "La investigación científica. Su estrategia y su filosofía". (2000). Bunge, Mario.

10- "Tótem y tabú. (1913), Freud, Sigmund.

11- "Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad", Freud, Sigmund.

12- "Diccionario de Psicoanálisis". (1967). Laplanche, Jean & Jean-Bertrand Pontalis,

13- "Human ethology" .(1989). Eibl-Eibesfeldt.

14- "The Origin and Development of the Moral Ideas" (1912). Westermarck, E.

15- "Esquema de Psicoanálisis" (1938). Freud, Sigmund.

16- "Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano". (1996). Dylan Evans.

17- "El efecto Westermarck y el complejo de edipo. Una perspectiva evolucionista". (2008) Carlos Andres Naranjo Sierra. Universidad de Antioquia. Facultad de ciencias sociales y humanas. Departamento de psicología.

18- "Cómo se comunican los animales". (1986). Heribert Schmid.

19- "Amor y odio" (1995). Irenäus Eibl-Eibestfeldt

 

 

Autor:

Enviado por:

Lic. Lucia Montero

Psicóloga.