Déjà vu. Cuando, lo nunca antes visto, es, percibido de nuevo: La Psicología y la Neurobiología de lo Insólito (página 2)
Enviado por Felix Larocca
Esta última misiva, que Freud escribiera a su ilustre "amigo por correspondencia", estuvo redactada como si fuera una sesión terapéutica en la cual el Padre de Psicoanálisis utilizaba, la oportunidad ofrecida por Rolland, para describir sus pesadumbres edípicas, sus rivalidades de hermano, y sus sentimientos de culpabilidad por haber superado a su padre Jakob — rol, asumido por Rolland, en la transferencia.
El problema que Freud encontraría difícil de resolver, en el proceso de la transferencia analítica, es que Rolland, como figura paterna, era alguien a quien el psicoanalista, secretamente, envidiaba — y a quien, igualmente, le sería difícil superar — por haber logrado algo que él mismo, tanto deseaba alcanzar y nunca pudo obtener: El Premio Nobel.
Por la descripción que Freud hiciera del fenómeno que visualizara — y porque, a tantos, parezca improbable — muchos hoy lo consideran como un típico episodio de desrealización — o de un déjà visité tipo de paramnesia — en lugar de un clásico déjà vu.
Pero, para el analista vienés, cuando compartiera esta revelación, hecha en el ocaso de su vida, el evento poseía importancia dinámica, indispensable para la compleción de su auto-análisis. Entonces, careciendo de otros parámetros para identificar este fenómeno, lo dejaría pasar como si fuera una percepción déjà vu, que es como — en la historia — aún permanece, erróneamente perpetuada.
De manera típica, Freud, quien para tantos de sus críticos, en sus asuntos personales demostrara un egoísmo implacable, al punto de relatar el episodio en la Acrópolis, "terminó" abruptamente su, ambivalente relación con Rolland, quien, aparentemente, ya no le sirviera otros propósitos.
Prosigamos
Para emprender este artículo debemos hacer mención de una peculiaridad que ha afectado, desde hacen años inmemorables, a todos, quienes procuran contribuir a la literatura en el campo de las teorías y técnicas del psicoanálisis freudiano.
Déjà vu por Ramaz Ramade
Basado en esta particularidad, aquí sigue la advertencia que para el beneficio de los neófitos, nos hiciera Arnold Goldberg, cuando fuéramos candidatos en el Instituto para el Psicoanálisis de Chicago. Este consejo, por siempre útil, consiste en lo siguiente:
"Si deseas publicar en este campo, antes de enviar tu trabajo, primero haz recuento, en la bibliografía, de las veces que citas a Freud en tu artículo, porque si no lo haces suficientemente y en abundancia, lo que escribes resultará en un "no go!""
El déjà vu, donde lo nunca antes visto, es re-visto.
Primero, definiciones
Déjà vu (en francés "ya visto") o paramnesia, es la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva. Este término fue acuñado por el investigador psíquico francés Émile Boirac (1851-1917) en su libro L'Avenir des sciences psychiques (El futuro de las ciencias psíquicas), basado en un ensayo que escribió mientras estudiaba en la Universidad de Chicago.
Lo antedicho nos hace pensar, mientras escribimos esta tesis, en algo en lo que, recientemente, hemos venido deliberando…
Pensamos aquí en el genio de Marcel Proust y en las jaquecas que, se cree que como a él, plagarían a otros personajes ilustres
Migraña
Aquí reconocemos el genio de Marcel Proust, por el título — pertinente a esta tesis, de su famosa obra — En la Búsqueda de los Tiempos Perdidos (À la Recherche du Temps Perdu). Mientras afirmamos los talentos del imperecedero Sigmund Freud — por su contribución — aunque circunstancial — a la literatura del fenómeno psíquico del déjà vu, aquí bajo estudio. A la vez que rendimos tributo a Georges-Pierre Seurat, porque sus cuadros iluminaron, fortuitamente, el campo neurológico de las migrañas.
Se cree que, los nombres de Freud, Seurat, además del de Proust, figuran en la lista de personas célebres víctimas de la migraña.
Con estas voces de introito daremos comienzo a esta lección…
La Acrópolis y Freud — o, mejor será — Freud y la Acrópolis: ¿Déjà vu o sentimientos de desrealización?
La desrealización
La desrealización es una alteración de la percepción o de la experiencia del mundo exterior del individuo de forma que éste se presenta como extraño o irreal.
1904
El año 1904 fue de singular importancia para Freud por muchas razones. Para comenzar, fue el año de la experiencia en la Acrópolis. Si bien el más significativo de todos los eventos de ese año, sería la terminación de su relación complicada, con Wilhelm Fliess, quien actuaba como su "figura de transferencia", en lo que para Freud constituyera proporcionar el requerido soporte para conducir el principio de su auto-análisis. Pero, todo siendo igual, tendría que esperar hasta el 1936 cuando Freud, ya enfermo, pudiese confiar la experiencia de la Acrópolis a Rolland, como sustituto de Fliess, en su necesidad de disponer de un alter ego a quien confiar sus conflictos — aunque brevemente.
La carta enigmática
La carta lee como una sesión de psicoanálisis, con Freud dirigiéndose a un amigo íntimo para quien esgrime su pluma, de manera que asignaba al recipiente el rol de ser su analista subrogado. En la comunicación, temas de la situación de Edipo se describen. Sentimientos de culpabilidad se expresan por haber superado al padre y conquistado la madre, y otras pasiones similares — las que, sumadas, condujeron al sentimiento extraño, o a la sensación de desrealización — Lo que sucediera para prevenir que materiales inaccesibles hicieran su irrupción, hasta entonces reprimida, como actividad consciente.
A Rolland, quien, entonces, celebraba su septuagésimo cumpleaños, y a quien "dedicara" la carta. De manera circunspecta, Freud le habla del tema de su propia muerte y de asuntos relacionados a la inmortalidad, como secuela, para ambos, posible — aunque muy improbable.
Al final, al acto de "abandonar" al confidant, resolvía la transferencia y abriría la puerta para que Freud pudiese contemplar por sí mismo, su propia odisea interior, personal, y privada.
Domingo por la tarde en la Isla de la Gran Jatte por Georges-Pierre Seurat (1859-1891)
Déjà vu: Su importancia clínica
La sensación de que la historia se repite es una de las experiencias más asombrosas que pueden ocurrir a alguien. Experiencia cuyo origen y significado permanecen recónditos a todas nuestras ciencias.
El señor Ignacio
Este caso envuelve a un ingeniero agrónomo, retirado, de 81 años, que viviera en la sección judía de Sosúa en la República Dominicana. Su esposa, lingüista retirada — no él — fue quien sospechara que el marido padecía de un déjà vu, persistente.
En su hogar, el afable agrónomo, rehusaba ver la televisión, porque los programas nuevos, ya los había visto. Los periódicos, no los leía porque traían noticias viejas. Cuando salía a la playa, las personas que encontrara, eran las mismas que de antes viera, y todo consistía en una experiencia que ya le fuera familiar.
Cuando su médico de cabecera sugirió que viera a un especialista en la memoria, don Ignacio rehusó, porque ya lo había visto — antes de haberlo conocido.
Plus ça change…
Desde el advenimiento de las neurociencias, muchas cosas cambian continuamente en la medicina y en la psiquiatría…
Por ejemplo han cambiado los tiempos, cuando el "testimonio experto" de un psiquiatra aficionado, se utiliza para justificar clínicamente, los ataques de pánico para hacer la recomendación de indultar — a una persona culpable de un fraude bancario monumental — como si éstos fenómenos fueran "enfermedades psiquiátricas muy serias".
Muchas personas, como don Ignacio, padecen de experiencias paramnésicas (o déjà vu) en oscuridad, porque pocos les prestan atención debida.
Voyeur por Amy Crehore
Hoy reconocemos que un grupo significativo de pacientes que sufren de la epilepsia tienen auras de déjà vu, precediendo las convulsiones. Estos últimos pacientes han facilitado el proceso de permitir, a algunos investigadores, observar este proceso en acción.
Además para otros investigadores, el déjà vu les proporciona con una ventana de oportunidad para explorar los mecanismos de las actividades de la memoria. Como también los asiste en determinar la diferencia entre lo real y lo irreal, lo imaginado, lo soñado y lo que recordamos — que son algunos de los misterios residuales y poco entendidos del estado de estar conscientes.
Déjà vu — hasta —en los ciegos
Este fenómeno de lo "ya visto" se ha reportado en personas ciegas. Un psicólogo en la Universidad de Leeds (Brain and Cognition, Vol. 62, p 264) nos informa, de sus ocurrencias como fenómenos sinestésicos.
Lo que continúa resultando frustrante para los investigadores, es el hecho de que, a pesar de los concomitantes neurológicos de este "síntoma" (si es que "síntoma" lo es), todavía no sabemos cuáles son las bases anatómicas y funcionales para que exista.
Quizás, nuestro déjà vu consiste en que, tantas veces hemos buscado explicaciones científicas para tantos fenómenos que claramente nos afectan, como derivados de la función cerebral y que, este órgano — como sucede con el asunto de la vida extra-terrestre en otros lugares del universo — no está listo para revelarnos sus secretos más recónditos.
Muchos experimentos e investigaciones continúan llevándose a cabo, especialmente en el Reino Unido y en los Estados Unidos, sin que hasta ahora se hayan encontrado pistas sólidas, para que siguiéndolas, se pueda resolver el misterio de esta sensación tan mística como portentosa.
Puente por Seurat
Patronos establecidos que reconocemos, como constantes, en el déjà vu, como experiencia
Es una sensación inquietante, que no afecta la capacidad de evaluar la "realidad" de quienes la viven
Cerca del 10% de las personas dicen que nunca han tenido una experiencia déjà vu, mientras que otros dicen que las tienen regularmente
Los niños comienzan a tenerlas entre los 8-10 años, lo que indica que cierto grado de madurez cognitiva es necesaria para la percepción
A medida que las personas envejecen, la frecuencia del fenómeno disminuye
La reiteración se intensifica cuando uno está fatigado, ansioso o estresado
Su prevalencia es mayor cuando está asociada con ciertas condiciones que producen trastornos en la percepción del tiempo, como son la epilepsia y la esquizofrenia
Aunque no se haya determinado la existencia de genes para el déjà vu, es posible que ciertas versiones de genes asociados con la epilepsia predispongan a algunos a tener la experiencia.
Para muchos quienes han experimentado esta sensación lo que más los inquieta es la familiaridad con algo que es, esencialmente, desconocido.
El neurocientífico cognitivo Stefan Köhler de la Universidad de Western Ontario en el Canadá, cree que las emociones juegan un rol mayor, que el que se reconoce, en la experiencia misma. Este investigador postula que áreas en el hipocampo, la corteza peri-nasal y la amígdala cerebral están posiblemente activadas durante la producción de la "falsa memoria".
¿En qué consiste el "Efecto Seurat"?
Muchos pintores han sufrido de migrañas, entre ellos, Claude Monet, Georges Seurat y Vincent van Gogh. A Seurat le tocó el "honor" — por sus técnicas del puntillismo — de que su nombre se asocie con los escotomas centellantes que, como auras, preceden algunos ataques de jaqueca.
Playa Sosúa
Prosigamos
Para continuar, y, ya que hemos dedicado suficiente espacio a las aplicaciones de las neurociencias y de la neurología al estudio del fenómeno que aquí nos ocupa, es justo que demos su entrada al psicoanálisis para que veamos lo que éste nos proporciona al respecto.
Siguiendo el sabio consejo de Arnold Goldberg, al final, haremos referencia bibliográfica debida, al nombre de Freud, sin llevarlo al extremo de la hagiografía idólatra.
El psicoanálisis y el déjà vu
En recapitulación de lo antedicho, el déjà vu, es un estado de consciencia cuando una persona siente que ha visto o tenido una experiencia de algo, que en realidad experimenta por la primera vez en su vida. Sigmund Freud creía que este sentimiento correspondía a la memoria de un sueño inconsciente.
Déjà vu por Alison Carr
El término apareció inicialmente en una traducción de la Psicopatología de la Vida Cotidiana (1910) como parte de una discusión acerca de la superstición asociada con sentimientos misteriosos. Para hacerlo, Freud hizo referencia a "ciertos psicólogos" a quienes no nombrara.
Como concepto se creería entonces que caería dentro del esquema de las paramnesias, ya descritas extensivamente por psiquiatras franceses, primariamente por Valentin Magnan (1844 y 1893), quien relató un delirio sistemático acompañado por la ilusión de doppelgangers, por J. Capgras (1923), quien detalló la ilusión que lleva su nombre y por Pierre Janet (1905), quien narrara casos de reconocimientos falsos.
Freud discute el concepto en términos de la psicopatología de la vida cotidiana (lapsos lingüísticos, errores), removiéndolo del contexto de las psicosis y dándole soporte con entendimientos derivados de su auto-análisis ("sensaciones rápidas de déjà vu que yo mismo experimento"). El Padre del Psicoanálisis retornaría de nuevo a este tema, pero, esta vez, dentro del campo de la terapia, en su artículo, Fausse reconnaissance (déjà raconté) in Psycho-Analytic Treatment (1914), refiriéndose a un ejemplo central en el análisis del Hombre Lobo (Wolf Man). Entonces, Freud suministra una lista parcial de los nombres de los autores que habían discutido este asunto, dividiéndolos entre los "creedores" (quienes creyeran que déjà vu era prueba de existencia previas), entre los que incluye a Pitágoras, y los "que no creen" , que consideran esos fenómenos falsas memorias, donde pertenece Magnan.
Freud, por su parte, asume una posición distinta (la que él admite compartir con Joseph Grasset, 1904) en la que reconoce la realidad del contenido representativo, pero asociándolo con la activación de impresionas arcaicas inconscientes. Freud retorna a esta cuestión de nuevo, hacia el fin de su vida, en Un Trastorno de la Memoria en la Acrópolis (1936).
Déjà vu es una de esas "sensaciones extrañas" que, para Freud, juegan el papel de alucinaciones, que se vuelven más frecuentes y sistemáticas durante ciertas condiciones mentales. Esta posición constituye el ejemplo más claro de la escisión que Freud hiciera, de los límites entre lo normal y lo patológico.
La experiencia en sí presupone la existencia de un tipo de fenómeno de disociación experimentado por la persona en la manera como percibe el mundo que lo rodea y a sí mismo. La realidad aparece remota, como un sueño o una sombra, en el punto en que el reconocimiento falso, o la falsa memoria, ocurre.
Alfa y omega del déjà vu
El concepto de déjà vu debe de compararse con otros términos análogos en el psicoanálisis, como son déjà véçu (ya experimentado) y déjà raconté (ya comunicado). De acuerdo a Freud, esta forma de paramnesia puede explicarse como una confusión entre la intención de comunicar una experiencia y su realización, como se describe en el análisis del Hombre Lobo.
El déjà vu toca en la totalidad de la cuestión del acto del olvido como una disociación de la memoria, asimismo como en el problema de distinguir entre lo verdadero y lo falso desde el punto de vista psicoanalítico.
En resumen
Aunque aparezca que el fenómeno psicológico del déjà vu comienza a permitirnos que logremos alcanzar su entendimiento, la realidad consiste en que todavía estamos muy lejos a poder discernir cómo decidimos en la actualidad lo que es real, imaginario, soñado o experimentado, y cómo esas categorías dispares pueden lograr conducirnos a tantas experiencias distintas.
Que éste sea un misterio de las ciencias neuropsicológicas que amerita más entendimiento, no debe de sorprendernos, ya que nuestro campo nunca resta en su provisión de nuevos enigmas y en su evolución constante.
Fin de la lección
Bibliografía
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Notas
(1) Este artículo es otro ejemplo del déjà vu, ya que, al principio, digo: "En esta ponencia lo examinamos de nuevo" Lo que antes, nunca había hecho…
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca
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