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Los docentes de las ciencias pedagógicas y sus prácticas educativas universitarias (página 2)


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"entre dos usos de la inteligencia y entre dos concepciones del orden intelectual. La vía rápida no era la de una pedagogía mejor. Era otra vía, (…) la vía de la libertad respondiendo a la urgencia de un peligro, pero también la vía de la confianza en la capacidad intelectual de todo ser humano (…), se puede enseñar lo que se ignora si se emancipa al alumno, es decir, si se le obliga a usar su propia inteligencia".

También las ideas de Martí –maestro cubano- influyó en esta denominación. En sus artículos sobre la educación llamó la atención de los eminentes cambios que debían ocurrir en los docentes para poner a sus estudiantes al nivel de su tiempo, para no permitir que los hombres nuevos, que están ahora en medio de la brega por la vida, tropiecen "por todas partes con los obstáculos que la educación vieja en un mundo nuevo acumula en su camino, y tiene hijos, y ven lo que viene, y quieren libertar a los suyos de los azares de venir a trabajar en los talleres del siglo XIX con los útiles rudimentarios e imperfectos del siglo XVI" (Martí, 1963, pág. 277)

Otro destacado intelectual latinoamericano que influyó en la denominación del tercer tipo de docente -emancipador- fue Freire; él expresó que "educadores y educandos se hacen sujetos de su proceso, superando el intelectualismo alienante, superando el autoritarismo del educador "bancario"…". (Freire, 1980, págs. 66-67)

Los rasgos de los docentes que se denominaron emancipadores son los que a continuación se expresan:

– Poseen fuertes intereses hacia la profesión, los cuales se convierten en una tendencia orientadora de la personalidad, pues se expresan en una intención profesional fundamentada de forma adecuada en la elaboración intelectual del docente mediante el conocimiento del contenido de la profesión (conocimiento de sus perspectivas, de las posibilidades de investigación de su objeto, de su aplicabilidad social), el vínculo afectivo con el contenido de la profesión (intereses concretos y actitud emocional positiva hacia la misma) y una elaboración personal (capacidad de expresar su reflexión y su participación activa en la elaboración de la sustentación teórica de sus prácticas educativas).

– Los objetivos profesionales los expresan con una temporalidad mediata, orientados al ejercicio de la profesión para cuya consecución realizan esfuerzos volitivo-conscientes complejos lo cual se manifiestan en el optimismo, la seguridad, la asunción de iniciativas y altos niveles de reflexión teórico-práctico y satisfacción en los procesos para lograrlos.

– Son creativos, flexibles, observadores y aplican la actividad investigativa para enseñar a transformar lo social e implican métodos que estimulan la problematización, la creatividad, la comunicación y el protagonismo de sus estudiantes en el proceso de aprendizaje. Por tal motivo, consideran necesaria la educación de la creatividad para contribuir a desarrollar en sus estudiantes los recursos personológicos necesarios para su expresión creativa a través de la creación de climas favorecedores, lo cual se reflejan en el no cumplimiento –por lo general- del principio de lo conocido a lo desconocido, sino, viceversa, pues lo desconocido se contextualiza en cada uno de los estudiantes de forma particular para desarrollar un pensamiento creativo y crítico.

– Manifiestan altos niveles de autoconcepto y compromiso con las tareas que se proponen, así como con las que les asignan.

– Consideran que todos sus estudiantes tienen la posibilidad de desarrollar sus inteligencias, por lo que las prácticas educativas se desarrollan integrando los tres procesos sustantivos: formación, investigación y extensión, pues piensan que el conocimiento se adquiere en movimiento en los distintos contextos de actuación.

– Buscan los métodos que se centren en el proceso de aprendizaje, la comunicación con los estudiantes y descubrir el potencial de cada uno, para concebir el aprendizaje como un aprendizaje creador sustentado por un pensamiento divergente y flexible.

– La actividad intelectual se muestra en constantes cambios, la cual ejerce gran influencia en su producción científica, ella determina la participación en colectivos de autores, en eventos nacionales e internacionales y en la calidad de las publicaciones.

– Realizan con agrado, muchas veces por iniciativa propia, la promoción de resultados de estudios teórico-prácticos de sus asignaturas, la pedagogía, la didáctica, la cultura, entre otros.

Como se puede apreciar, al mismo tiempo que estos docentes se emancipan a sí mismos, ellos con sus prácticas educativas tratan de emancipar a sus estudiantes, para lo cual ponen en práctica la voluntad (la perseverancia ante los obstáculos, la voluntad o el valor de asumir riesgos y la voluntad de crecer), la tolerancia a la ambigüedad, la apertura a la experiencia, la fe en sí mismo y el coraje para defender las convicciones propias.

Conclusiones

– El empleo de la metodología de la investigación cualitativa, particularmente el trabajo de campo y sus técnicas cualitativas -la observación participante, las actividades de sensibilización y las notas de campo- permitieron caracterizar a los docentes de las Ciencias Pedagógicas a través de sus prácticas educativas universitarias desde un enfoque antropológico.

– Las prácticas educativas pensadas y desarrolladas en un proceso de construcción histórico-cultural por el docente se pueden estudiar como actividad externa, pero con gran sentido personal (interno) y un significado objetivo (externo) en el encargo social de la educación superior, por ello no son homogéneas, porque sus elementos constitutivos no se presentan de forma uniforme en cada docente, solo es común a todos la comprensión de su encargo social.

– El estudio de las prácticas educativas desde un enfoque antropológico consintió no estudiarlas separadas de sus autores –los docentes-, por ello se pudieron identificar en esta investigación tres tipos de docentes: los explicadores, los leídos y los emancipadores para sugerir que las prácticas educativas no deben plantearse como un proceso universal, sino propio, donde cada docente ha creado su propia representación sobre las prácticas educativas en el proceso pedagógico: formación-desarrollo, instrucción-educación y enseñanza-aprendizaje.

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Autor:

Dra. C. Alexis Aroche Carvajal.

Profesora Titular y Consultante

MSc. Marbelis Palenzuela Trujillo.

Jefa de Departamento de Educación Infantil

MSc. David Luis Pagán Mirabal.

Decano de la Facultad de Ciencias Pedagógicas

Facultad de Ciencias Pedagógicas. Universidad Agraria de La Habana

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