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La Homosexualidad (página 2)


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IDEAS FUNDAMENTALES DE LO QUE ES LA VIDA

Empecemos por decir que todo en el Universo es vida y la ley que lo rige es el amor, pero la vida verdadera o racional sólo es del ser humano por el Espíritu, a quien igualmente lo rige la ley de amor.

Al respecto Joaquín Trincado, en su libro Conócete a ti mismo, afirma:

"Todo vive, todo se transforma, todo progresa y todo procrea: pero nada que no sea el hombre razona; y ni aun el hombre dúo razona, sino cuando es trino, porque sólo entonces puede decirse que es hombre.

El mineral reúne sus moléculas y toma cuerpo; la semilla vertida en la tierra, se desarrolla, hecha raíces, crece el tallo, se viste de hojas, hace flores y sazona frutas; los animales se buscan y se unen machos y hembras, se ayudan y se multiplican por su ley; pero, aunque ellos se perfeccionan, no cambian la faz de la tierra embelleciéndola y saneándola, porque no les es dado el raciocinio; pero el instinto, les es congénito.

Unos animales nos muestran la fuerza y otros la astucia; unos la nobleza, otros la perfidia y otros la inocencia; y entre todos, con todas sus cualidades, no llegaron a formar las facultadas del hombre, porque no tienen el raciocinio.

… ¿qué es y de cuál de las partes del hombre, puesto que los animales tienen cuerpo y alma como el hombre y no tienen raciocinio?.. Es, pues, el raciocinio, del espíritu; y no lo tienen los animales, porque no tienen espíritu, aunque se bañen y sean regidos por la ley del espíritu, como todo el Universo." (Trincado, 1931, Pág. 38 y 39)

El ser humano, en sus dos sexos, es:

El espíritu aprende y no olvida: aprende porque cada facultad que el hombre demuestra, ya estaba en su espíritu, en germen desde que es lanzado a continuar la Creación; y no olvida, porque todo lo que como ser humano (espíritu encarnado) piensa u obra lo plasma en su alma-archivo, experiencias que cada espíritu transforma en sentimientos, según su grado de conciencia adquirida (Piña, 2005). Así, el cuerpo es el instrumento por el que el Espíritu, conforme a la Ley Universal de la Reencarnación, demuestra la vida y adquiere experiencias que archiva en su alma-archivo para luego transformarlas en sentimiento-conciencia.

Joaquín Trincado en la Filosofía Austera Racional (1933), enseña que el Espíritu tiene la dirección de los actos y el cuerpo la ejecución de los mismos, "el uno es la fuerza impulsiva que mueve la maquina y el otro es la maquina, que anda si la fuerza le manda" (Pág.545) parándose la maquina, si la fuerza le falta, porque así como una maquina sin un alma que es la ciencia que la precisa en sus movimientos con los que se hace sensible a la fuerza motora, no marcharía, el cuerpo del hombre o de la mujer, sin el alma (que es las esencias sensibles de la naturaleza en el estado de materia) tampoco haría obra inteligente, si el espíritu no entrara en esa alma componiendo la trinidad, cuya unión es el amor con el que entonces le da al ser humano el verdadero nombre de humano. Pero –agrega Trincado- hay maquinas que labran la tierra y máquinas de alta perfección. Igual hay hombres que sólo son, porque en ellos está la trinidad, pero que aun no la han descubierto y así no han podido ni sabido Amar. No han podido por eso unir las dos potencias de cuerpo y espíritu.

Todos los seres humanos se basan en el mismo principio y van al mismo fin, al progreso, y van por la acción, por el esfuerzo, por el trabajo, por la unión, por el amor, que es sacrificio que nadie lo haría si no existiera la necesidad; y la necesidad, no existiría si no hubieran seres humanos; y éstos solos no pueden existir si no existe el amor, en uno u otro grado. "Si el amor es imperfecto, será material; si perfecto en relación, será espiritual; pero no son dos amores, es un solo amor; sino que el ignorante lo materializa y lo enloda y el sabio, lo espiritualiza, lo abrillanta y lo santifica hasta en la carne". Este es ley ineludible, y de el depende la vida de los seres, después que aparece en el mundo.

"Desde que el ser humano aparece en los mundos, todo va cambiando en su aspecto y belleza armónica; pero está sujeto a leyes inexorables que el espíritu tiene que observar estrictamente, mas no puede hacerlo en tanto no domina todos los obstáculos que su alma le opone en su resistencia informe y que, al fin de luchas, de soldaduras en las diferentes existencias, logra que su neutral sea equilibrado; pero esto, no puede ser sin estudio y sin trabajo.

La Madre Naturaleza a partir del momento en el que engendra a la familia humana en un mundo, entrega a sus hijos la tarea de perpetuarse por la unión de hombres y mujeres.

La Naturaleza escancia en el ser humano en ese estado crepuscular de la vida racional, todos los néctares de sus goces animales y lo hace en buena ley y máximo Amor que la rige para que el hombre sacie sus instintos animales, porque sabe que no hay posible corrección ni puede empezar el hombre su verdadero progreso, sin que se hayan saciado todos sus instintos.

Es ésta la más alta y última lección de la Madre Naturaleza para su más grande efecto: EL HOMBRE, que ya lleva en sí todos los gérmenes vitales y sentimientos instintivos de los tres reinos; en su CUERPO Y ALMA.

Con todo ese gran arsenal de valores, el hombre se ha hecho rey de su propia Madre Naturaleza, la que en el sexo masculino amontonó bien ordenados sus fuerzas y dominios; y los perfumes, néctares y bellezas en el femenino» al que le entrega todos los medios de dominar al hombre por el sentimiento y amor, con los que ha de quitar al hombre la ferocidad y el orgullo de su prepotencia.

Son los dos sexos así explicados, la Ley completa: son los dos platos de la balanza que representan la total Ley que busca establecer la justicia en su equilibrio. (Trincado, Pág. 245)

De lo que se comprende que EL ESPIRITU NO TIENE SEXO y en consecuencia, la INTELIGENCIA tampoco. La Inteligencia es del Espíritu el que a través de la ley de reencarnación demuestra la vida, "viviendo como hombre o mujer para cada cosa y punto del sentimiento, progreso y civilización, hasta la vida y régimen común como hermanos".

Trincado (1961) en su libro Código de Amor Universal I, dice:

Preguntadle a vuestro espíritu donde se va cuando el cuerpo duerme; examinar lo que muchas veces recordáis de un sueño, encontrándoos entre personas con quien departís y en países extraños, y hallareis que el espíritu tiene mas conocidos que el cuerpo que ahora tiene, no conoce; examinar el caso muy frecuente de sentiros atraídos por una persona con quien habláis; y si ahondáis, llegareis a saber un lazo de afinidad. (Pág. 62)

El sexo femenino o masculino es de la materia que el Espíritu al reencarnar se modela, conforme al plan de trabajo (juicio destino) que él mismo elabora según su debe y haber, y de ser necesario el gobierno del Espiritismo lo reajusta de acuerdo a las leyes universales de igualdad y compensación.

Por ello, quien ayer fue mujer, hoy puede ser hombre, y viceversa, por lo que cuando se reencarna, lo mas latente en el alma son las experiencias (buenas o malas) de la última existencia y los sentimientos que en ella se hayan formado.

LA CORRECCIÓN DE LAS INCLINACIONES DESDE LA PRIMERA EDAD

Que lo mas latente en el alma son las experiencias (buenas o malas) de la última existencia y los sentimientos que en ella se hayan formado, lo sabe bien el Espíritu y es la causa por la que, la infancia del ser humano a diferencia de cualquier otro ser, sea larga, lo suficiente para que los padres puedan observar las inclinaciones del alma de ese cuyo cuerpo si bien es de niño o niña, su alma guarda experiencias de adultos, a fin de reforzar las inclinaciones positivas y corregir amorosamente aquellas que puedan perturbar el buen desenvolvimiento y desarrollo en esa existencia, en el sexo que su espíritu escogió.

Lamentablemente estos conocimientos del ser humano, como unidad trina que es, han sido intencionalmente ocultados, negándose la existencia del espíritu; y distorsionándose la función del alma como resistencia compensadora o compensador diferencial entre el mayor espíritu, fuerza positiva y el menor cuerpo, fuerza negativa.

Y en la lucha entre esas dos fuerzas contrarias; el alma que es el ser neutral (no tiene ley), será dominada por la materia-cuerpo y su ley de los instintos o por el espíritu con sus facultades y leyes universales que lo rigen.

Por ello, cuando el niño manifiesta inclinaciones contrarias al sexo que en esa existencia escogió, algunos padres en su ignorancia, en vez de corregirle con conocimiento de causa, le reprochan y le confunden al grado de hacerlo sentir culpable, con las consecuencias psicológicas- sociales que ello produce. Otros, nada le dicen, pues para ellos, esas inclinaciones "las trae en los genes" y le dejan seguir. Y así, se les va la vida, sin alcanzar las metas ni las afinidades que en su juicio destino se marcó.

La ciencia a través de Antonio Pardo, (1995) de la Universidad de Navarra, en articulo en línea "Aspectos médicos de la homosexualidad" , refiere que:

"De la homosexualidad se han dado versiones excluyentes: espiritualistas (esa conducta es sólo fruto de una decisión personal), biologistas (es sólo fruto de una dotación genética o neuroanatómica peculiar), o culturales (es sólo fruto de la educación o de los condicionantes psicoafectivos). Cada una de estas tres interpretaciones valora al homosexual de modo distinto. En el primer caso, el homosexual es sólo culpable. En el segundo, es un títere inocente de sus tendencias alteradas. En el tercero, ha sufrido, a su pesar, una influencia externa negativa.

Sin embargo, cualquiera de estas interpretaciones resulta simplista. La conducta del hombre no es resultado sólo de decisiones, ni sólo de pulsiones innatas, ni sólo de hábitos inculcados, sino que es resultado de una interacción compleja de estos factores: pulsiones determinadas genéticamente y decisiones, ambas moduladas por la educación recibida (incluyendo bajo este término tanto los aspectos psicológicos como éticos). Ninguna consideración de la homosexualidad que deje fuera alguna de estas facetas está en condiciones de enfrentarse adecuadamente a los hechos: los malinterpretará y dará a los homosexuales falsas soluciones a sus problemas."

Este autor hace una clara distinción entre lo animal y lo humano, señalando que no existe homosexualidad en los animales:

Por razones de supervivencia, el instinto reproductor de los animales siempre se dirige hacia individuos del sexo opuesto. Por tanto, el animal nunca puede ser propiamente homosexual. Sin embargo, la interacción con otros instintos (especialmente el de dominio) puede producir conductas que se manifiestan como homosexuales. Tales conductas no equivalen a una homosexualidad animal: significan que la conducta sexual animal incluye, además de la reproductora, otras dimensiones.

La conducta sexual humana –agrega- es más compleja que la animal; aunque ésta puede instruir acerca de algunos aspectos en el hombre, en el que están presentes elementos propios inexistentes en los animales, siendo tres los mas relevantes:

El principal es que la conducta sexual humana (al igual que cualquier otra conducta humana) puede ser objeto de decisión, puede ponerse o no por obra. Una decisión así no está dentro de las capacidades del animal: éste obra llevado por sus pulsiones instintivas y las circunstancias ambientales

. Por esta razón, la conducta humana está en una permanente tensión entre las tendencias y las decisiones. La educación humana no es, como en los animales, domesticación (creación de condicionamientos que se apoyan sobre los instintos), sino cultivo de la inteligencia y de la afectividad que permite al hombre decidir libremente, de modo que pueda resistir sus inclinaciones cuando le dificulten obrar bien, o fomentarlas cuando le ayuden (piénsese en el control de la ira para permitir la convivencia social o en el fomento del afecto maternal para permitir la educación de los hijos).

La relativa independencia del hombre con respecto al medio en que vive. Mientras que el animal depende de su dotación íntegra física e instintiva para sobrevivir, el hombre puede tolerar graves carencias físicas y tendenciales, pues cuenta con su inteligencia para resolver los problemas que la vida plantea. Así, mientras que cada animal se encuentra adaptado a un medio concreto, y no puede sobrevivir fuera de él, el hombre se encuentra por todo el planeta. Por esta razón, los genes del hombre relacionados con la conducta no se encuentran, como los de los animales, exquisitamente controlados por las circunstancias externas. En el caso del hombre, las tendencias innatas, ligadas a la dotación genética, pueden descabalarse hasta cierto punto, sin que esto ponga a la especie en peligro de extinción: la inteligencia suple. Así, en el terreno de la sexualidad, mientras que un animal con un error instintivo en su conducta sexual no se reproduce, el hombre con una inclinación innata no dirigida hacia el otro sexo sí puede hacerlo, con lo que puede transmitir su dotación natural alterada. Debido a este segundo factor (herencia no gobernada exclusivamente por el ambiente) en el hombre puede haber verdadera homosexualidad innata, que sería imposible en un animal.

En este punto, vale la pena resaltar la opinión del Dr. Jokin de Irala, antes citado, del relación a los genes: "Mal que pese a muchos, hoy no hay ninguna evidencia a favor de las teorías genéticas de la homosexualidad de Le Vay, Bailey o Hamer."

Y, en tercer lugar, -continua Antonio Pardo:

el desarrollo psicológico humano no consiste en la simple interacción de inclinaciones innatas y decisiones libres: interviene también la educación. En el terreno de la sexualidad, dentro de la influencia educativa, debemos contar el desarrollo psicoafectivo, en el que influye decisivamente el ambiente familiar. De hecho, se ha postulado como una de las posibles causas de la homosexualidad (psicológica en este caso) la existencia de psicopatología familiar (madre hiperprotectora y padre indiferente, etc.)

Finalmente, señala esta autor, que esta visión de la conducta humana como un conjunto integrado de aspectos intelectuales, físicos y psicoafectivos no ha sido apreciada debidamente a lo largo de la historia.

En relación a la Voluntad, Joaquín Trincado, en otra de sus obras, Filosofía Austera Racional, señala que la voluntad es un resultado de los juicios del espíritu, único que hace actos de voluntad y ésta al igual que el pensamiento son efectos incorpóreos, es decir, no son cuerpos; luego la patología nada tiene que ver con la voluntad. Tampoco el incorpóreo espíritu puede enfermarse ni se enferma jamás. Pero si se enferman los instintos de que se compone el alma que le sirve de cuerpo material; cuyo cuerpo (que han llamado Astral, Doble Etéreo y Periespiritu) le sirve por toda su vida para poder encarnarse en cuerpos, con los que puede realizar las obras de la creación.

Los seres humanos no conociendo mas que del cuerpo y del alma, atribuyeron las voliciones como actos de voluntad del alma, lo que ha sido un error, porque el Espíritu lo es todo en el ser humano y sin él, nada ha hecho ni puede hacer; y por lo tanto, los actos de voluntad son del espíritu.

Así, pues la voluntad, será más fuerte o más débil, perfecta o imperfecta, según la luz y el progreso del espíritu, el que tendrá mas o menos organizado su archivo del que ha de formar los juicios a la par que tendrá su maquina cuerpo, en buenas o malas condiciones por infinitas causas y podrá hacer sus actos de voluntad, más o menos bien, según el estado de salud, física y moral. (Trincado, 1933, Pág. 385.)

La educación y el ambiente agobian, tuercen o conducen bien la moral innata de los seres humanos. De allí la importancia que para el hombre y la mujer tiene el conocerse a si mismo (mandato universal de la sabiduría) porque el hombre o la mujer conciente es aquel o aquella, que vive su trinidad, y la sociedad de hoy, que esta en su primer grado de progreso moral, exige hombres y mujeres aptos, concientes de su humanidad, porque el ser humano aun siendo trino, en sus hechos puede ser uno, dúo o trino.

La humanidad en su principio, todos son unos, porque nadie podrá ver en el ser humano de entonces, más que la figura física corporal. Por la inconsciencia en la que vive, el hombre y la mujer no sufre ni goza más que como los animales y como ellos, el UNO INCONSCIENTE hace las cosas por instinto.

Con el raciocinio empieza la semiconsciencia y es terrible este estado, porque el dúo que ya presidente su alma, siente satisfacción en las pasiones que le agradan, y la razón no la tiene clara para precisar el daño que causa a los otros seres humanos. EL DUO SEMICONSCIENTE sólo busca su beneficio material sin importarle los demás. Mientras que El DÚO CONSCIENTE se debate entre la razón y el prejuicio, por lo que hace las cosas según la influencia bajo la que actúa (Ley del contagio: propagación dentro del medio colectivo a través del habito y del medio ambiente, todo con arreglo a la densidad y la intensidad).

Sólo cumple la ley si es bien dirigido y ejecuta con el cuerpo el dictado del alma, que en ellos aparece como primer actor; son buenos ciudadanos; están en la cuesta de la montaña y un poco más arriba encontrarán a su espíritu, se maravillarán de su grandeza y adquirirán el valor para escalar la cúspide; entonces podrán hacer la ley, serán TRINOS, hombres en realidad; hasta ahora saben respetar la ley, que como ley de dúos tiene apariencia de justicia, porque en ella falta el espíritu que todo lo iguala. (Trincado,1931, Pág. 255)

El TRINO CONSCIENTE obedece ya no a los instintos, ni al prejuicio o a la ley positiva, sino a la razón y la verdadera justicia (es señor de si mismo y esclavo de su deber) impulsando y haciendo que la ley y el progreso beneficie a todos, porque ha comprendido que los hechos adquieren importancia en la medida que sus beneficios llegan a un mayor numero de personas

Solo entonces existe la trinidad individualizada y el cuerpo trabaja y goza el alma; siente mas intensamente y se hizo mas elástica para darle al espíritu mas libertad, para que le traiga mejores conocimientos y cada una de las tres entidades vive en su centro y las tres en el centro de cada una: es el hombre o la mujer conciente de su ser, lo que le permite comprender a conciencia que la vida del espíritu es eterna y continuada, y el para qué estamos en este mundo:

… Estamos en la tierra, por que es una de las ciudades del universo; hemos venido aquí, como eternos viajeros que somos y como turistas deseosos de aprender; estamos aquí, por que nos seguimos en familia y necesitamos estrechar lazos de amor, o hacer las paces con enemigos que nos hemos creado en mundos inferiores, donde la ignorancia es mayor; estamos aquí, en fin, para luchar con nuestras inclinaciones y porque "luchar es vivir".

Pero venimos a luchar las luchas del alma que quiere descubrir la verdad. El alma, en ese estado, opone la ciencia, a la ignorancia; la verdad, a la mentira; la fuerza de la razón, contra la razón de la fuerza; la hermandad y el amor, al despotismo y la tiranía. Habrá momentos de duda, pero al fin triunfará el espíritu.

… Cuanto mal y bien hicierais, para vosotros los hacéis porque el bien y el mal refluyen al alma, como las olas al profundo del mar; vuestro mal y vuestro bien; vuestra ignorancia y vuestra sabiduría, es el producto de vuestro trabajo; a la tierra venís a enriqueceros con más conocimientos y virtudes; a ganar afinidades; a olvidar odios y a agrandar la familia universal. He aquí claro y conciso, porque y para qué el hombre está en la tierra: porque tiene que rehabilitarse y ganar morada mejor. (Trincado, 1934)

CONCLUSIÓN:

Cada uno de nuestros espíritus ha reencarnado y obrado en tantas y tantas existencias, unas veces como hombre otras como mujer, y en cada una de ellas hemos amado y forjado innumerables afinidades y sentimientos que perduran imborrables en nuestras almas por la eternidad. Lo afín llama a lo afín y los espíritus afines se reconocen y se atraen aunque hoy sus cuerpos sean otros. Lo que bien puede confundir en especial a un adolescente que desconoce la ley de reencarnación. Un espíritu puede haber sido mujer en seguidas existencias y en esta ahora ser hombre, por lo que en su niñez podrá manifestar de manera natural alguna remanencia, lo que podría confundir a sus padres ignorantes de los que es la vida del espíritu y de allí la importancia de observar las inclinaciones naturales del niño para corregirlas amorosamente. Mas como corregirlas si se desconoce la verdad de la vida? Recordemos que la moral material es el reflejo de la moral espiritual y que la educación y el ambiente pueden agobiar, torcer o conducir bien la moral innata de los seres humanos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Miranda Levy, Carlos (2003). PLATON, La República, Libro VIII. Bibliotecas Virtuales Disponible: http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/OtrosAutoresdelaLiteraturaUniversal/Platon/larepublica/I.asp

PARDO Antonio, (1995). Aspectos médicos de la homosexualidad. Facultades de Medicina, Ciencias y Farmacias. Universidad de Navarra. España. Disponible: http://www.unav.es/cdb/dhbaphomosexualidad.html

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TRINCADO Joaquín, (1931). Conócete a ti mismo. Editorial Nueva Era, 2da edición. Disponible:

http://www.geocities.com/eme_dela_cu/conoceteatimismo/catcap000index.htm

Trincado Joaquín, (1932). Primer Rayo de Luz. Editorial Casperini & Cia, 2da. Edición . Disponible: http://www.geocities.com/eme_dela_cu/

TRINCADO Joaquín, (1933). Filosofía Austera Racional. Editorial Colección Espiritista. Disponible: http://www.geocities.com/eme_dela_cu/

TRINCADO Joaquín, (1934). El Espiritismo en su Asiento. Párrafo IV del Capítulo III. Disponible: http://www.geocities.com/eme_dela_cu/conoceteatimismo/catcap000index.htm

Síntesis Curricular, Abog. Aura Piña, Venezolana, Edo Táchira, San Cristóbal.

  • Coordinadora Nacional del Movimiento de Participación Comunal de la República Bolivariana de Venezuela.
  • Consejera suplente del Consejo de Protección de Niños y Adolescentes del Municipio Valencia, Estado Carabobo.
  • Estudiante de Filosofía Austera Racional en la Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal.
  • Postgrado en Derecho Mercantil.
  • Cursando Modulo III de la Maestría de Integración Latinoamericana y del Caribe en la ULAC, Caracas- República Bolivariana de Venezuela.

Por:

Abog. Aura Piña Rodríguez

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