Se realizó una revisión bibliográfica sobre los beneficios de la actividad física como factor que promueve el envejecimiento activo. El ritmo de envejecimiento se ha incrementado en los últimos años, esto implica que el personal de salud deba estar en condiciones de tratar a una población cada vez mayor, y orientarla acertadamente sobre el proceso natural del envejecimiento. Para establecer patrones de conducta es preciso tener presentes los cambios físicos y fisiológicos en los sistemas orgánicos de un individuo en este periodo y trabajar en base a la reducción de los efectos adversos sobre el bienestar y la calidad de vida en su conjunto. Fueron consignadas un total de 8 referencias bibliográficas.
Palabras clave: envejecimiento activo, ejercicios físicos, calidad de vida
El envejecimiento es uno de los procesos que afecta a las poblaciones a nivel global y ha sido motivo de preocupación durante años. Se caracteriza por el aumento de la proporción de adultos y ancianos en comparación con la de niños y jóvenes. [1] Los criterios existentes incluyen en las clasificaciones y análisis del ritmo de envejecimiento a los adultos cuando alcanzan una edad superior a los 65 años de edad [2]. En Cuba es utilizada una tipología realizada por el Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) donde se valoran por grupos de envejecimiento de acuerdo a cálculos basados en la cantidad de personas que tienen 60 años y más respecto al total. [1]
Es un error atribuirle al término "envejecimiento" sólo la cascada de cambios biológicos, psicoespirituales y sociales que experimenta un individuo [3] al sobrepasar los 65 años de edad. Desde que ocurre la fecundación comienza el envejecimiento y no se detiene hasta la muerte. Sin embargo es enmascarado por el consiguiente aumento de las especializaciones de sistemas de órganos y estructuras para la realización de una regulación más rápida, adecuada y variable ante los estímulos medioambientales, físicos, psicológicos, sociales y culturales que demanda un ser humano en interacción constante de tipo bio-psico-social.
Cuando se alcanza una edad determinada, se hace más visible el descenso de las capacidades y aptitudes somáticas y mentales. En cada paciente el envejecimiento tiene un conjunto de particularidades que le son propias y se conjugan con los hábitos y estilos de vida, la obesidad, el sedentarismo, enfermedades crónicas que aumentan su tasa de aparición en pacientes con una edad avanzada, y la no realización de ejercicios físicos de forma regular, por citar ejemplos.
Los datos demográficos demuestran que la tendencia en muchas naciones es hacia la reducción de la tasa de natalidad y mortalidad poblacional. Con el desarrollo de los servicios de salud que se han acercado cada vez más a la población a partir de la creación en la década del 1980 en Cuba, del Programa del Médico y Enfermera de la Familia, el Materno Infantil y el del Adulto Mayor. El embarazo ha pasado de ser, inevitable para las mujeres fértiles a ser una opción en espera de las mejores condiciones de vida, sociales y psicológicas que a consideración sean las propicias para el crecimiento y desarrollo de los hijos.
Igualmente datos estadísticos sitúan la esperanza de vida de la población cubana en general en el trienio 2011-2013 en 78,45 años. Siendo más específico, las mujeres cubanas tienen una expectativa de vida de 80,45 años y los hombres de 76,5. Lo que se traduce en la necesidad de que los profesionales de la Salud estén en condiciones de tratar a una población cada vez más longeva, y a la vez ayudarles a enfrentar el proceso natural de la vejez en un país como Cuba, considerado entre las 25 naciones más avejentadas. [4]
El envejecimiento, calidad de vida, participación social, independencia personal, aparición de enfermedades o incremento de las limitantes propias sobre el paciente son conceptos relacionados. La cuestión no es sólo envejecer saludablemente, o conservar las capacidades psicoespirituales y cognitivas, es lograr la integración de todos los factores a los que puede interactuar en mayor o menor medida el paciente en una forma de envejecimiento activo.
El envejecimiento activo se define como el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. [5]
Esto toma especial significación en muchos países desarrollados y en otros como Cuba, donde más del 17,6 % de la población tiene 60 años [6]. Si se selecciona la cifra de 11 163 934 habitantes que aporta el Censo de Población y Vivienda realizado en el 2012, inferimos que aproximadamente 1 965 852 cubanos están en la senescencia. Se espera que en años posteriores se incrementen los niveles de envejecimiento poblacional.
La práctica diaria señala que lograr el envejecimiento activo de las personas debe ser una premisa de toda sociedad y país. Con la consecuente reducción de gastos médicos y recursos destinados a atender a una población que se encuentra expuesta a factores que no se analizaron o carecían de importancia cuando estos pacientes tenían menor edad, como son la carga psicológica, el esfuerzo físico, el nivel de participación en actividades familiares, la aceptación del nuevo rol de abuelidad y el grado de comprensión y relación inter e intrageneracional.
Por tanto, se puede establecer características que le son inherentes al proceso de envejecimiento como son: la universalidad, progresividad, irreversibilidad, y acumulación de cambios físicos y fisiológicos. [7]
Entonces lo más sensato es crear patrones de conducta que sean promocionados tanto en hospitales como en consultorios. Principalmente en estos últimos, por el nivel de facilidad en el acceso que tiene la población a los mismos. Uniéndosele la prevención de ciertos tipos generales y particulares de enfermedades que según la edad, sexo, raza y hábitos y estilos de vida; puedan a su vez comprometer el proceso de envejecimiento saludable, participativo y seguro.
Si tenemos en cuenta los cambios orgánicos esquematizados en la información genética individual que se operan a nivel metabólico, con predominio del catabolismo, la disminución de la producción y concentración de ciertas hormonas, la absorción de calcio y potasio, y la influencia del medio ambiente sobre el individuo, podemos generalizar que estos cambios condicionan que la capacidad de esfuerzo y resistencia al estrés físico se reduzca, incidiendo de forma directa sobre su autonomía, calidad de vida y su habilidad y capacidad de aprendizaje motriz. [8]
Entonces es necesario que cada profesional de la salud tenga conocimientos sobre el tema para orientar al grupo poblacional que se encuentra en la vejez, ya sea en Hospitales, Policlínicas o Consultorios del Médico y Enfermera de la Familia. A su vez debe percatarse sobre la incidencia de otros factores como pueden ser: la llegada de la edad laboralmente inactiva o retiro, la pérdida de la confianza en sí mismo, el aislamiento social e intergeneracional, la desconfianza en que se puedan modificar sus hábitos y estilos de vidas pues de forma consciente o inconsciente reconoce la degeneración de la memoria a corto, mediano y largo plazo. Haciendo más difícil la inserción social y participativa en muchos ámbitos.
La actividad física a su vez, no debe ser subvalorada, sino que debe dársele tanta importancia como a la prestación de servicios médicos adecuados, integración social, participación ciudadana y comprensión familiar.
Este es un factor que promueve el envejecimiento activo y generalmente es colocado en los últimos lugares de los patrones de conducta para revertir y retardar la degeneración de sistemas, y estructuras orgánicas es la actividad física. Existe incluso la creencia de que la actividad física es sólo la simple realización de ejercicios físicos y excluimos actividades de menor peso como son caminar, la práctica de la relajación, el cambio frecuente de posición al estar sentados, la independencia personal. Los pacientes en esta etapa de la vida, condicionan psicológicamente que ya se ha caminado mucho en la vida, que lo mejor es relajarse de forma sedentaria, que los cambios deben ser sustituidos por acciones cotidianas, bien conocidas y faltas de importancia. Incluso se comienza a creer firmemente en que es más fácil que todo se les lleve a las manos y actividades en las que antes tenía absoluta independencia, pierdan su carácter individual por considerar el individuo que están fuera de su alcance o posibilidades.
Por otra parte contar con un programa de ejercicios físicos supervisados por un personal calificado se traduce en el aumento del periodo productivo de la vida. Una planificación adecuada de ejercicios aeróbicos, considerando las peculiaridades del grupo involucrado en las clases, se lograrán el aumento de la eficiencia cardíaca, la capacidad respiratoria y se mejorará la postura corporal. Hay que monitorear la Temperatura Corporal, Frecuencia Cardíaca, Respiratoria, y la Tensión Arterial antes y después de las clases. No deben planificarse en el cronograma de las clases ejercicios físicos que sobre carguen las articulaciones o puedan provocar lesiones en ligamentos o tendones y que a su vez estos ejercicios puedan ser asimilados coherentemente ante la disminución de la capacidad de sintetizar y procesar la información recién adquirida.
El buen trabajo muscular localizado, además de reducir la pérdida de la masa muscular relacionada con la edad, (llamada sarcopenia), es fundamental, esencialmente sobre los músculos o grupos de estos que no son ejercitados en actividades sedentarias o cotidianas diarias. La correcta planificación de rutinas de desarrollo del tono muscular debe estar sincronizada con otros ejercicios de fortalecimiento de las capacidades respiratorias, la utilización de la memoria a corto plazo, y que sea mantenido el gasto cardíaco en valores estables, así como la administración de los períodos de descanso entre una rutina de ejercicios y otra.
A continuación se menciona una breve metodología a tener en cuenta a la hora de planificar los ejercicios físicos para el adulto mayor:
El ejercicio debe realizarse sistemáticamente tres veces por semana, preferiblemente en el horario de la mañana.
Tener bien estudiado individualmente la Frecuencia Cardíaca Máxima. Se puede calcular con la fórmula Frecuencia Cardíaca Máxima = 220- edad del individuo.
Beber bastante líquido antes de realizar el ejercicio.
Los ejercicios no deben realizarse en un ambiente caluroso.
Evitar las actividades que requieran movimientos bruscos (saltos, lanzamientos, etc.) y los cambios rápidos de dirección o que aumenten el riesgo de perder el equilibrio.
Los ejercicios van dirigido a la respiración, relajación y tonificación muscular.
Comenzar el programa lento y suave, e ir incrementando progresivamente, para terminar más tarde regresando al estado inicial.
Dejar de hacer ejercicios de inmediato ante algún malestar.
Las rutinas de trabajo-descanso deben estar bien planificadas, pues incluso el descanso debe ser activo.
Existen tres patrones de ejercicios que deben dársele prioridad, como son:
Los ejercicios de coordinación, dirigidos hacia los principales grupos musculares en extremidades superiores e inferiores, tronco, y que a su vez deben integrarse a la realización de semirotaciones. En algunos casos realizar flexiones, aunque no mantenidas.
Juegos pequeños, fundamentalmente del tipo sensorial y movidos, que permita la activación de centros nerviosos en el cerebro. Como pueden ser el pase de pelotas, los cambios de bastón o banderas.
Ejercicios de equilibrio, primero en el lugar y luego con desplazamiento. Popularizándose mucho la práctica del Thai Chi.
Las clases generalmente son divididas en tres periodos o etapas: Inicial, Principal y Final. La etapa Inicial dura aproximadamente entre 5 y 7 minutos, donde se realizan actividades que van desde el intercambio informativo hasta el acondicionamiento y medición de la Tensión Arterial (TA) y la Frecuencia Cardíaca. En la etapa Principal se llevan a cabo los ejercicios planificados según el objetivo de la clase. Por ejemplo la utilización de pomos con un peso de 5 kg para las mujeres y de 8 kg para los hombres. La etapa Final es sumamente importante, pues en ella se deben realizar actividades y ejercicios que reduzcan la Frecuencia Cardíaca hasta los valores previos a la realización de ejercicios.
Todas estas recomendaciones a su vez deben ser valoradas activamente por el profesional encargado de la orientación de las rutinas de ejercicios, para con ello poder seleccionar las que mejor se adecúen al grupo de personas que son objeto del entrenamiento. Es recomendable a su vez la realización de actividades complementarias, que permitan la socialización intrageneracional como son la celebración de cumpleaños colectivos, la integración a un círculo de abuelos. Aunque lo fundamental es la rememoración de anécdotas, historias vividas, entre otras.
La sociedad cubana, al igual que las contemporáneas no está exenta de la problemática del envejecimiento poblacional, y mucho menos de la creación o adecuación de metodologías, vías y estructuras institucionales que sean lo suficientemente integradoras como para enfrentar satisfactoriamente el brusco incremento de los porcentajes de personas mayores de edad en años próximos. Cambiar la insuficiente aplicación de la actividad física como alternativa a la medicación es responsabilidad también de los profesionales de la salud. Visto desde un punto de vista más amplio y probado cualitativamente podemos concluir que la actividad física constituye una de los principales factores promotores del envejecimiento activo.
[1]. Zacca Peña E, Zacca González G. Demografía en la atención Primaria de salud. En: Álvarez Sintes R. Temas de Medicina General Integral Vol.3. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2014: p. 791-792.
[2]. Hombres, envejecimiento y salud. Unidad del envejecimiento y el curso de la vida. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2001.
[3]. Landinez Parra NS, Contreras Valencia K, Castro Villamil Á. Proceso de envejecimiento, ejercicio y fisioterapia. Rev. Cubana de Salud Pública (Ciudad de La Habana) [revista en Internet] 2012 [citado 2015 Jul 3]; 38 (4): 562-580
[4]. Peláez O. Censo genera nuevas informaciones. Periódico Granma. Sábado 4 de abril de 2015; Ciencia y Tecnología: 8.
[5].Organización Mundial de la Salud. Envejecimiento activo: un marco político. Rev. Esp Geriatr Gerontol. 2002; 37(S2):74-105.
[6]. Dirección Nacional de Registros Médicos y Estadísticas de Salud. Anuario Estadístico de Salud. La Habana: MINSAP. 2011.
[7]. Landinez Parra NS, Contreras Valencia K, Castro Villamil Á. Proceso de envejecimiento, ejercicio y fisioterapia. Rev. Cubana de Salud Pública (Ciudad de La Habana) [revista en la Internet] 2012 [citado 2015 Jul 3]; 38 (4): 562-580
[8]. Izquierdo M. Efectos del envejecimiento sobre el Sistema Neuromuscular (1998)
Datos del autor:
Nombre y apellidos: Yoander Nápoles Zaldívar
Fecha de Nacimiento: 14 de marzo de 1995
Lugar de Nacimiento: Banes, provincia Holguín, Cuba
Estudios culminados: Nivel Medio Superior, graduado de Bachiller en Ciencias y Letras.
Estudios actuales: Estudiante de Medicina, 3er Año de la carrera. Alumno Ayudante en Medicina Interna.
Cuba, Holguín, 11 de enero de 2017.
Autor:
Yoander Nápoles Zaldívar.