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Influencia de las nuevas tecnologías en la perspectiva psicosocial de la mujer discapacitada

    ABSTRACT

    Este estudio tiene sus antecedentes teóricos en las contribuciones realizadas desde diferentes ámbitos de investigación que destacan la influencia de las nuevas tecnologías en la perspectiva psicosocial de la mujer discapacitada en las sociedades occidentales. Las mujeres representan la mitad de la población con discapacidad . Un dato relevante para un colectivo, que si bien ha avanzado en muchas áreas de la vida, se siente a menudo discriminado, por la interacción que se produce al ser mujer y discapacitada. Es cierto que en estos últimos años se esta avanzando mucho en diversos frentes para combatir la desigualdad. Se ha tratado de sensibilizar e implicar a los expertos de servicios sociales y de género, se han organizado foros de encuentro y de análisis, se están introduciendo medidas en los planes de empleo y género en algunas comunidades autónomas, y un porcentaje considerable de mujeres con discapacidad han tomado conciencia de que algunos problemas que consideraban personales tienen una dimensión social que permanencia oculta. Todos estos avances han sido posibles gracias al papel que en la actualidad desempeñan las Redes de organizaciones y de las nuevas formas de comunicación. Las nuevas tecnologías, están propiciando y dando impulso a una nueva forma de comunicación. Internet cada vez es más valorado por la mujer con discapacidad como una ayuda para acceder a la información y a los servicios y para intercambiar apoyo sobre sus necesidades especificas como discapacitadas. Supone una ruptura con las barreras e impedimentos a la comunicación, ya que juegan un papel importante en el incremento de la independencia. Esta reducción de la dependencia, ofrece oportunidades de formación y empleo y reduce el aislamiento y la soledad. Por todo ello, este estudio pretende, por una parte, resaltar la importancia de las telecomunicaciones en las mujeres con discapacidad y por otra, ofrecer un listado actualizado de páginas de internet destinadas a ella con información y recursos que, a través de secciones y foros ayudan a la mujer.

    Palabras clave:

     · comunicación

     · desigualdad/exclusión

     · estado de bienestar

     · género

     · grupos de discusión

    1. RESUMEN

    Este estudio tiene sus antecedentes teóricos en las contribuciones realizadas desde diferentes ámbitos de investigación que destacan la influencia de las nuevas tecnologías en la perspectiva psicosocial de la mujer discapacitada en las sociedades occidentales.

    Las mujeres representan la mitad de la población con discapacidad (1). Un dato relevante para un colectivo, que si bien ha avanzado en muchas áreas de la vida, se siente a menudo discriminado, por la interacción que se produce al ser mujer y discapacitada.

    Es cierto que en estos últimos años se está avanzando mucho en diversos frentes para combatir la desigualdad. Se ha tratado de sensibilizar e implicar a los expertos de servicios sociales y de género, se han organizado foros de encuentro y de análisis, se están introduciendo medidas en los planes de empleo y género en algunas comunidades autónomas, y un porcentaje considerable de mujeres con discapacidad han tomado conciencia de que algunos problemas que consideraban personales tienen una dimensión social que permanencia oculta. Todos estos avances han sido posibles gracias al papel que en la actualidad desempeñan las Redes de organizaciones y de las nuevas formas de comunicación.

    Las nuevas tecnologías, están propiciando y dando impulso a una nueva forma de comunicación. Internet cada vez es más valorado por la mujer con discapacidad como una ayuda para acceder a la información y a los servicios y para intercambiar apoyo sobre sus necesidades especificas como discapacitadas. Supone una ruptura con las barreras e impedimentos a la comunicación, ya que juegan un papel importante en el incremento de la independencia. Esta reducción de la dependencia, ofrece oportunidades de formación y empleo y reduce el aislamiento y la soledad.

    Por todo ello, este estudio pretende, por una parte, resaltar la importancia de las telecomunicaciones en las mujeres con discapacidad y por otra, ofrecer un listado actualizado de páginas de internet destinadas a ella con información y recursos que, a través de secciones y foros ayudan a la mujer.

    2. INTRODUCCIÓN

    El papel de la mujer en la sociedad actual ha ido evolucionando en diferentes aspectos. Desde hace décadas, el tópico de la mujer asociada a las tareas del hogar se ha visto modificado por la incorporación de la mujer al mundo laboral. De esta forma, al ocupar otros roles además de los relacionados con las tareas del hogar, hacen de esta transformación de posiciones y roles de la mujer en la sociedad un interesante factor de estudio además de constituir un cambio y esfuerzo para las mujeres con discapacidad.

    Pero una de las más graves dificultades con que se puede encontrar una mujer es con la de tener una discapacidad. En la actualidad, las mujeres discapacitadas representan el 10% de las mujeres a nivel mundial. Aproximadamente 300 millones de mujeres padecen algún tipo de discapacidad.

    Tabla 1. Instituto Nacional de Estadística (1999)

    Concretamente, en nuestro país las cifras ascienden a 2.055.250 mujeres con alguna discapacidad, según se recoge en la Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud del Instituto Nacional de Estadística, realizada por el INE y Fundación ONCE e IMSERSO en 1999, un 58 por ciento del total de población afectada (tabla 1).

    Estos datos son relevantes para un colectivo, que si bien ha avanzado en muchas áreas de la vida, se siente a menudo discriminado, por la interacción que se produce al ser mujer y discapacitada.

    Al pertenecer a dos grupos vulnerables, las mujeres con discapacidad se han enfrentando a una doble discriminación y a múltiples barreras que dificultan la consecución de objetivos de vida considerados como esenciales. De hecho, desde diversas investigaciones se ha estudiado el efecto de padecer una discapacidad en función del sexo y se ha observado que el ser mujer es un agravante para la persona que es discapacitada ya que esta interacción produce diferencias en los ámbitos más importantes de la vida (Gerschick 2000). En este sentido, varios estudios han señalado algunos de los indicadores considerados como esenciales, entre ellos esta población experimenta problemas asociados con la educación y formación, desempleo, aislamiento social, autoestima y percepción personal (Nosek, Howland, Rintala, Joven y Chanpong, 2001).

    2.1.1.Educación y formación

    Debido a percepciones tradicionales del rol de la mujer, en muchas sociedades se entiende que la mujer no necesita formación, si a eso se le añade el que tenga una discapacidad, muchas mujeres discapacitadas se ven privadas de acceso a la educación o acceden a ella de forma limitada al no recibir la formación de la manera más normalizada posible (ver tabla 2).

    Tabla 2. Instituto Nacional de Estadística (1999)

    2.1.2. Empleo, salarios inferiores

    Del mismo modo que para las mujeres ha sido un reto su incorporación al mundo laboral, a la mujer con discapacidad le supone un doble problema (Schaller y DeLaGarza, 1995). Las carencias de formación y los posibles problemas de autonomía personal de las mujeres con discapacidad reducen sus posibilidades de conseguir un puesto de trabajo y mejorar su situación. Generalmente, existen bajas expectativas acerca de las posibilidades profesionales de las mujeres con discapacidad. Estos resultados se deben en parte a que las aspiraciones de las propias mujeres discapacitadas se vean limitadas por su falta de autoestima, valía y confianza en desempeñar su puesto (Patterson, DeLaGarza y Schaller, 1998). Las que trabajan lo hacen, en la mayoría de los casos, en oficios mal remunerados y en situaciones de explotación (Ramiro, 2003). Según un estudio realizado por el Centro Nacional para la Salud de la UE (2002), en el que se analizaba la situación laboral que ocupaban las personas en función del sexo y la discapacidad, se observó que existía aproximadamente un 17% de la población de la UE en edad laboral afectada por una discapacidad y que, la tasa media de empleo de las personas con discapacidad en la UE es del 44% frente al 61% para el conjunto de la población, de estos datos, el 76% de los hombres sin discapacidad están empleados, frente a solo el 36% de hombres con discapacidad. En el caso de las mujeres, el 55% están empleadas frente al 25% de mujeres con discapacidad (Danek, 1992).

    Así mismo, en nuestro país, las tasas de desempleo para las mujeres con discapacidad son aún más altas. Según la encuesta de 1999, están trabajando el 31,5% de los hombres con discapacidad de entre 16 y 64 años, y sólo el 15,9% de las mujeres (Tabla 3).

    Situación laboral en España

    Tabla 3. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, (1998)

     2.1.3. Los servicios socio-sanitarios y apoyo social

    Las mujeres con discapacidad están entre las más importantes consumidoras de cuidados médicos. Los estudios realizados con grupos específicos (autistas, por ejemplo) indican que el tiempo de hospitalización es mayor que en los hombres y que sufren mayores carencias que los varones discapacitados, tal como indica la encuesta anteriormente citada, sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud (Peláez, 2003). A su vez, hay que contar que a gran parte de este sector le resulta muy difícil poder costearse un seguro médico debido a su estado económico. Éste, no solo se refleja en el ámbito sanitario sino que también en otros sectores como acceso a un transporte público adecuado y a otros proveedores de servicios (Nosek, 2000).

    2.1.4. Autopercepción e imagen social

    La influencia de la discapacidad en la imagen corporal de la mujer, no ajustada a los cánones de belleza femeninos que los medios de comunicación crean, hace que en muchas circunstancias las mujeres con discapacidad tengan unos niveles de autoestima muy inferiores por la desvalorización personal y social que perciben de la sociedad (Perduta-Fulginiti, 1996). Así mismo, la propia discapacidad determina negativamente el mantenimiento de relaciones sociales, sobre todo, de índole afectiva repercutiendo negativamente en su salud (Jans y Stoddard, 1999). Por ejemplo, el aislamiento social es ampliamente asociado con problemas de salud y mortalidad (Berkman y Syme, 1979). Éste, es una de las variables más comunes asociadas con la discapacidad (Coyle et al., 2000; Ravesloot, Seekins y Walsh, 1997).

    La conclusión más destacada de los factores mencionados en los puntos anteriores es la evidencia de desigualdad de oportunidades para la mujer discapacitada, debido a percepciones tradicionales de rol desde la propia familia y valores sociales, que interfieren en todos los ámbitos de su vida, sobre todo en su autoestima y su realización personal (Carty, Conine y Hall, 1990).

    Sin embargo, es importante destacar que en estos últimos años se están consiguiendo algunos pasos para combatir la desigualdad y mejorar la calidad de vida de las mujeres discapacitadas (Feldman y Walton-Allen, 1997; Tymchuk y Andron, 1992). De hecho, se han implicado expertos de servicios sociales y de género, se han organizado foros de encuentro y de análisis de la situación. Así mismo, se están introduciendo medidas en los planes de empleo en algunas comunidades autónomas y, un porcentaje considerable de mujeres con discapacidad han tomado conciencia de que algunos problemas que consideraban personales tienen una dimensión social que concierne a la sociedad y que gracias a diferentes fuentes de apoyo pueden cambiar (Cristóbal, 2002).

    El interés por avanzar en este campo ha sido posible en gran parte, al papel que están desempeñando las Redes de Organizaciones a través de sus asociaciones y de las nuevas formas de comunicación, ya que facilitan que la mujer tenga un acceso a la información y a otros recursos que antes eran inaccesibles para ellas (Rodríguez-Porrero, 2002).

    2.2. El papel de las asociaciones de apoyo creadas para la mujer

    Estas redes de organizaciones, están teniendo un papel muy importante para la mujer, y dentro de éstas, es fundamental destacar las asociaciones que están dirigidas por especialistas y profesionales, donde se ofrece información, acceso a recursos y también las asociaciones que forman grupos de apoyo o autoayuda mutua.

    Actualmente, se han creado asociaciones de autoayuda casi para cada problema. Esto es debido a que sus integrantes encuentran en ellas apoyo social y refuerzo, no solo reciben si no que también dan, al compartir sus problemas y sus experiencias en grupo y ver que existen otras mujeres que sienten y sufren lo mismo que ellas (Riessman, 2001). Del mismo modo, el apoyo que se encuentra en estas asociaciones es uno de los predictores más consistente y más fuerte de ajuste personal al establecer relaciones sociales con otras mujeres (Sarason, Sarason y Pierce, 1994). Por ejemplo, en algunos estudios se ha evidenciado la importancia de estas asociaciones de autoayuda para mejorar las relaciones sociales y aumentar la autoestima de la mujer discapacitada. De hecho, diversos estudios se han interesado en estudiar las variables que interfieren en mujeres con discapacidad y se ha observado que estas variables están asociadas a personas con escasas relaciones sociales y baja autoestima, de ahí la importancia de estos grupos para la mujer (Hurst, Boswell, Boogaard y Watson, 1997). Por ejemplo Nosek, et. al., (2003) realizaron un estudio con el propósito de examinar los mecanismos de defensa en 1060 mujeres discapacitadas. Para ello se tomaron medidas a través de encuestas y se midieron variables como las características demográficas (la edad y educación), la severidad o grado de discapacidad y la satisfacción personal. Los resultados mostraron que la variable que más se asociaba con la satisfacción personal era la autoestima y que ésta mediaba la relación de sentirse discapacitada independientemente de la severidad de la discapacidad. A su vez, la autoestima también se relacionaba con tener empleo y con tener relaciones sociales.

    Pero aunque estas asociaciones y grupos de apoyo ocupen un papel importante, existen muchas mujeres con discapacidad que sienten la necesidad de tener apoyo y participar en asociaciones o grupos pero que por circunstancias como falta de movilidad, barreras medioambientales, pudiendo deberse a limitaciones de movilidad, o por otros motivos, como la distancia, tiempo, trabajo o querer mantener el anonimato son incapaces de acceder a estos aumentando el riesgo de aislarse de estas fuentes de apoyo (Cornwell y Schmitt, 1990).

    2.3. El Apoyo a través de las Nuevas Tecnologías

    Pero en estos últimos años, gracias a las nuevas tecnologías, se ha desarrollado una nueva forma de comunicación a través de internet.

    Éste puede definirse como una red de redes de ordenadores que comparten datos y recursos. De esta se nos permite tener acceso a información y a otras personas que a través de las demás formas de comunicación no era posible.

    El abaratamiento de los costes de conexión, las mejoras tecnológicas y la llegada masiva de los ordenadores personales a los hogares, está produciendo un crecimiento exponencial de los usuarios y que Internet pase de ser solo una herramienta de investigación en las Universidades y servicios de defensa, a convertirse en un instrumento de comunicación al que cualquier persona pueda tener acceso.

    2.3.1. Utilización de la red y perfil del usuario

    En la actualidad, como indica la tabla 4, Internet cuenta con más de 700 millones de usuarios en el mundo, concretamente los datos referentes a nuestro país, según la estimación realizada por a Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), en el año 2003, las cifras ascendieron en más de un 20% de los usuarios con Internet.

    USUARIOS CON ACCESO A INTERNET

    Porcentajes sobre la población total

    TABLA 4. Eurostat. Statistics in Eurostat. Pocketbook, edición 2003; Fuente: ITU; Estimación MCYT en 2003.

    De estas cifras y con respecto al perfil de los usuarios de Internet, se puede decir que en nuestro país las edades y el nivel socioeconómico de las personas que más frecuentan este medio se reflejan en las tablas 5 y 6.

    Tabla 5

    Tabla 6

    En cuanto al sexo de los usuarios de Internet, los hombres son los que más emplean Internet, un 57,6% frente al 42,6% de mujeres.

    Como estos datos indican, aunque todavía es mayor el número de hombres que hacen uso de este medio, cada vez son más las mujeres y, más concretamente las mujeres discapacitadas que encuentran en internet una vía de apoyo para acceder a diversos campos donde se ofrecen servicios como asociaciones y comunidades virtuales con el objetivo o interés de intercambiar experiencias, acceder a puestos de trabajo y otros tipos de ayuda que encontraban en asociaciones tradicionales y que con este medio tecnológico pueden acceder y combinar las ventajas de los grupos de apoyo y la posibilidad de tener acceso a ellos sin tener que desplazarse a la vez que, posibilitar en alguna medida más su independencia (ver tabla 7) (d'Abbs,1991; Finch, 1989; Finch y Mason, 1993; Wenger, 1994). Esta reducción de la dependencia, ofrece oportunidades de formación y empleo y minimiza los sentimientos de aislamiento y la soledad (Booth y Booth, 1994; Tymchuk, 1992; Tymchuk y Keltner, 1991).

    Características de las asociaciones en línea

    Tabla 7

    Para ello, se han creado sitios específicos y secciones de ayuda y apoyo para la mujer en portales en los que a través de foros la mujer puede participar y comunicarse con otras mujeres y con profesionales para encontrar ayuda.

    Estos foros consisten en listas de preguntas y respuestas a los que el usuario accede mediante una web para expresar sus opiniones, reflexiones, ideas o filosofías y/o contestar a los de otros. De esta forma todos pueden acceder a las preguntas y respuestas de todos los usuarios que hayan colgado algún mensaje en la web.

    Este nuevo medio, además de ser una vía que facilita la comunicación y el acceso a la ayuda para las mujeres, ofrece la posibilidad de ser una nueva forma de conocer las inquietudes y otros aspectos de éstas, a través del contenido de las narraciones que escriben en los mensajes que envían a los foros, con la particularidad de que, en este medio, pueden expresar aspectos que no revelarían en otros medios en los que se ven cara a cara, ya que en internet pueden mantener su identidad oculta. Por ejemplo, diversas investigaciones se han dedicado a estudiar las diferencias en el contenido de las narraciones que envían a foros de internet los usuarios en función del género para descubrir si ambos sexos diferimos en nuestro patrón lingüístico y en expresar nuestras emociones y han observado diferencias en el uso del lenguaje función de la personalidad, género y educación (Gleser, Gottschalk y Watkins, 1959; Pennebaker y King, 1999; Schnurr, Rosenberg y Oxman, 1992).

    En este estudio, además de resaltar la importancia de la incorporación de las nuevas tecnologías para la ayuda de las mujeres con discapacidad, tiene como objetivo ofrecer un listado de portales de internet con foros en español creados para la mujer y describir sus características generales

    En este estudio, además de resaltar la importancia de la incorporación de las nuevas tecnologías para la ayuda de las mujeres con discapacidad, tiene como objetivo ofrecer un listado actualizado de páginas de internet destinadas a ella. Estas direcciones contienen información a través de secciones y foros que aportan a la mujer con discapacidad apoyo y otros recursos (leyes, proyectos, subvenciones, así como asociaciones e instituciones de interés).

    3. LISTADO DE DIRECCIONES

    BIBLIOGRAFÍA

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    NOTAS

    [1] – Según el Censo Nacional, el 51,03% de la población española son mujeres. Al referirnos al colectivo de personas con discapacidad, ese porcentaje de mujeres se eleva al 53,88% (Ref.: Revista MINUSVAL, Nº 11

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    Raquel Suriá Martínez