Violencia juvenil, pandillaje y barras bravas en Lima y Callao
Enviado por JAVIER MARTÍN LLERENA PORTAL
- Marco teórico
- Estudio situacional de la violencia juvenil en Lima y Callao 2007 – 2008
- Análisis de las manifestaciones de la violencia juvenil, pandillaje y barras bravas En Lima y Callao, 2007-2008
- Rol del Estado, la sociedad civil y privada
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
CAPÍTULO PRIMERO
Marco teórico
1.1 Sociología de la Delincuencia y la Cultura Delincuencial
La sociología de la delincuencia encontró en la clase social un sólido e incuestionable apoyo sobre el que sustentarse para explicar los comportamientos desviados. Las bases teóricas principales se basaron en teorías que tuvieron su origen en el siglo pasado, en los años cincuenta, y que se extendieron básicamente durante los treinta años siguientes. Pero esta claridad teórica no acabó de encontrar un apoyo práctico. Cuando se empezaron a poner en tela de juicio los datos de las estadísticas oficiales procedentes de la policía y de los tribunales y en su lugar se echó mano de los auto-informes, los investigadores se dieron de bruces con una realidad insospechada: la extensa delincuencia de cuello blanco no registrada. Ello indujo a pensar que la relación entre clase social y delincuencia era en realidad un mito sostenido sobre los prejuicios de considerar a una clase social como más peligrosa, detenerla más, juzgarla más y condenarla más. Surgió entonces una prolongada controversia fundamentada sobre dos postulados inamovibles: "no importa cómo se mire la clase social, ya que no incide sobre la delincuencia" frente a "la clase social correlaciona negativamente con la delincuencia; según se baja en la escala aumentan los delitos".
Pero no podemos dejar de lado la resiliencia que se contrapone con estas teorías puesto que la resiliencia es un conjunto de atributos y habilidades innatas para afrontar adecuadamente situaciones adversas, como factores estresantes y situaciones riesgosas. (CEDRO)
Algunos autores (VERA POSECK, Beatriz, Begoña CARBELO BAQUERO, y María Luisa VECINA JIMÉNEZ 2006) definen a la Resiliencia como la capacidad de respuesta inherente al ser humano, a través del cual se generan respuestas adaptativas frente a situaciones de crisis o de riesgo. Esta capacidad deriva de la existencia de una reserva de recursos internos de ajuste y afrontamiento, ya sean innatos o adquiridos. De este modo la resiliencia refuerza los factores protectores y reduce la vulnerabilidad frente a las situaciones riesgosas (abuso de drogas, suicidio, embarazo temprano, fugas de hogar, etc.)
Habilidad para enfrentar eficaz y adecuadamente situaciones adversas y eventos traumáticos, además del desarrollo del potencial de ajuste individual o del sistema.
Es dinámica, varía a lo largo del tiempo de acuerdo con las circunstancias. Con el desarrollo del individuo o del sistema y con la calidad de estímulos a los que están expuestos.
Para nutrirse y fortalecerse requiere del apoyo social y de la disponibilidad de recursos, oportunidades y alternativas de ajuste como factores protectores.Si bien la resiliencia comprende una serie de características y habilidades de ajuste propias del individuo o sistema, por lo general se evidencia en situaciones adversas o de riesgo.
Los seres humanos nacen con la capacidad de hacer frente a las demandas del ajuste de su medio, de desarrollar habilidades sociales y comunicativas, una conciencia crítica, autonomía y propósitos para el futuro. El desarrollo y el reforzamiento de la misma requieren de la estimulación contextual, familiar y de los pares.
Los jóvenes muestran también una serie de características que se asocian directamente con la capacidad de afrontar adecuadamente los problemas cotidianos, las cuales se relacionan con el propio desarrollo personal. Los jóvenes resilientes presentan, entre otras características comunes:
– Adecuado control de emociones en situaciones difíciles o de riesgo, demostrando optimismo y persistencia ante el fracaso.
Habilidad para manejar de manera constructiva el dolor, el enojo, la frustración y otros aspectos perturbadores.
– Capacidad de enfrentar activamente los problemas cotidianos.
– Capacidad para obtener la atención positiva y el apoyo de los demás, estableciendo amistades duraderas basadas en el cuidado y apoyo mutuo.
– Competencia en el área social, escolar y cognitiva; lo cual les permite resolver creativamente los problemas.
– Mayor autonomía y capacidad de auto observación.
– Gran confianza en una vida futura significativa y positiva, con capacidad de resistir y liberarse de estigmas negativos.
– Sentido del humor flexibilidad y tolerancia.
1,1.1 Ambientes que Favorecen la Resiliencia:
a) La presencia de adultos accesibles, responsables y atentos a las necesidades de niños y jóvenes. Pueden ser padres, tíos, abuelos, maestros u otras personas que muestren empatía, capacidad de escucha y actitud cálida. Además es importante que expresen su apoyo de manera que favorezca en los niños y jóvenes un sentimiento de seguridad y confianza en sí mismos.
b) La existencia de expectativas altas y apropiadas a su edad, comunicadas de manera consistente, con claridad y firmeza que le proporcionen metas significativas, lo fortalezcan y promuevan su autonomía, y le ofrezcan oportunidades de desarrollo.
Página siguiente |