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Trujillo del Perú (siglos XVI ? XVIII): Una visión ilustrada de la sociedad regional (página 3)


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Al parecer una estrategia de alternativa frente a la crisis de los precios y de la producción de la caña de azúcar fue la producción arrocera; por lo menos es lo que se desprende de la apreciación de J.I. de Lequanda, cuando señalaba en los noventa del XVIII que aparte de la siembra de frijol, garbanzo, pallares y habas, que eran rentables, era el arroz el que producía en Trujillo

"…crecida utilidad por la venta que logran para Lima, Chile, la Sierra y otros países: de modo que es lo que en parte ayuda a la subsistencia de estos moradores. Según la razón que dan los Partidarios ó Arrendadores de Diezmos, produxo el Valle de Chicama en los tres últimos años el número de 101,200 botijas(36)."

La producción de los obrajes de las serranías inmediatas, propiedad de vecinos de Trujillo generalmente, era traída también para ser incorporada al circuito comercial, se traía así bayetas, pañetes, xergas (sic), así como ganado proveniente de la sierra, incrementando así el comercio(37).

El gran puerto de entrada y salida de los productos de la región por este obispado, era el puerto de Paita, al que llegaban todos los navíos que hacían viaje del Panamá al Callao, ya sea en armada de galeones o en forma individual.

Se descargaba allí todo lo que podía averiarse por mar, para que vaya por tierra a Lima, quedando sólo los artículos muy pesados o de mucho volumen en los barcos para su transporte por mar al Callao(38). Pero además del comercio formal era Paita también puerto de entrada del contrabando en gran escala, como lo comprueba y relata escandalizado el informe de Jorge Juan Antonio de Ulloa, al punto que los sobornos a los funcionarios de aduanas ya estaban regidos por una informal tarifa.

Lo importante de esta digresión es que la ciudad y provincia de Trujillo se hallaban en la ruta de un activo comercio internacional que transitaba por Paita y provenía del otro lado del océano. Había entonces una articulación comercial importante con los otros espacios económicos del virreinato, además de la estrecha conexión que había al interior del ámbito del obispado de Trujillo. Se puede hablar de la existencia de un mercado urbano importante en esta región, si tenemos en cuenta la población de las principales ciudades a fines del siglo XVIII:

Trujillo 5,515 habitantes;

Piura 7,203 habitantes;

Lambayeque 12,024 habitantes;

Cajamarca 12,846 habitantes(39).

Provincia de Saña o Lambayeque

Provincia de Piura

Provincia de Cajamarca

Las tres provincias más importantes, aparte de la provincia de Trujillo, del Obispado de Trujillo en el siglo XVIII

Entre las provincias de Saña, Cajamarca, Trujillo y Piura se daba una importante complementariedad económica, lo que hacía desde el s. XVII haya influencia muy fuerte entre la situación de la economía de estas provincias. Así, una de las causas de la decadencia que se observaría en la provincia de Trujillo en el siglo XVII y XVIII sería la expansión económica de la provincia de Saña(40), la que por su importante integración a través del comercio arriero con la provincia de Piura, así como por el desarrollo de una producción secundaria importante en Lambayeque (jabón, cordobanes, tabaco, sombreros), lo que unido a una mejor situación de la población indígena hizo posible unas mejores condiciones para el desarrollo de la agricultura de la caña de azúcar y del arroz, que podían ser fácilmente exportados por Paita o Chérrepe (puerto en la desembocadura del río Zaña), frente a las dificultades de localización y de provisión de mano de obra mitaya en Trujillo(41).

10. Economía agraria y población en Trujillo

Tiene una importancia fundamental el analizar la situación de la propiedad y de la producción agraria en la provincia de Trujillo, ya que, como las demás vecinas de la costa del Obispado de Trujillo, era la base de su desenvolvimiento económico. Hacia mediados de 1760 ya se había dado un fuerte proceso de formación de las haciendas en los valles de la provincia, en favor de las órdenes religiosas y de los vecinos de Trujillo, principalmente éstos últimos. Esto se había facilitado por la fuerte caída de la población indígena de los valles que comprenden a esta provincia, así como por el reordenamiento de la distribución espacial de la provincia, que posibilitó el acceso a las mejores tierras a los vecinos de Trujillo.

Vamos a solamente describir rápidamente la información que corresponde a la estructura agraria de los valles de la provincia de Trujillo. Encontramos dos grandes áreas en cuanto a la propiedad de la tierra: Las tierras indígenas o tierras tributarias, y las haciendas o área de economía terrateniente.

11. Pueblos y población indígena en Trujillo.

Una constatación inmediata es la escasez aguda de población indígena en el siglo XVIII. Ya desde el siglo XVI Fray Domingo de Santo Tomás, fundador del convento del valle de Chicama, escribía sobre la despoblación de la provincia de Trujillo y las causas que la ocasionaban. Hacia fines del s.XVII Meléndez escribía, refiriéndose a la población indígena de la costa peruana:

"…en la Era de oy se hallan tan acabados, que no aprecen ni aun sombra de loq ue funeron: plaga de todos los pueblos vezinos alas ciudades, y lugares de Españoles . Quien sabe las causas desto, sino Dios?"(42).

Refiriéndose a Trujillo y el problema de la caída demográfica que comentamos, Cieza de León señalaba en fecha tan temprana como a mediados del siglo XVI, haciendo referencia a una de las razones de la mortandad:

"…yo no aprueuo cosa alguna antes lloro las extorsiones y malos tractamientos, y violentas muertes que los Españoles han hecho en estos Indios, obrados por su crueldad, sin mirrar su nobleza y la virtud tan grande de su nasción. Pues todos los más destos valles están ya casi desiertos: auiendo sido en lo passado tan poblados como muchos saben(43)."

Como vemos en el primer gráfico de la página anterior, existía a mediados del XVIII una clara hegemonía a nivel de la economía terrateniente o decimal, como la llama Lorenzo Huertas, sobre las tierras tributarias o ejidales. En Trujillo, como en los demás valles de la costa encontramos el mismo fenómeno de formación de haciendas y de pueblos indígenas como elementos complementarios, contradictorios y excluyentes. Mecanismo importante de este proceso fue la acción de la iglesia, que fue un protagonista importante en la formación de núcleos indígenas (llamados reducciones en la época de Toledo). Refiriéndose al valle de Chicama, escribía Juan Meléndez:

"En nuestros tiempos está casi despoblado todo el valle, y de muchos pueblos que tenia han parado en solos tres, y estos de muy poca gente, que son Chocope, Cao, y Santiago, que cada uno tienen un religioso, que administra sacramentos, y todos estan sugetos al Prior, que con los otros dos, o tres habita, en el Convento de Chicama sitio despoblado del todo, porque fuera del convento, no ay en el mar, que vna venta o tambo para refugio de los passajeros…(44)"

Nuestros sociólogos del XVIII Feyjóo y Lequanda estaban plenamente conscientes de las dimensiones y características del problema demográfico, como eficientes funcionarios vinculados con los problemas concretos de la producción y del manejo tributario de la región. Feyjóo indicaba que los 225 años de vida colonial habían significado una decadencia paulatina y permanente de la población indígena. Mencionaba una referencia demográfica fundamental: hacia mediados del XVI el Arzobispo de Lima Fray Gerónimo de Loayza en un censo del Perú enumeró un total de 8?285,000 personas, mientras que hacia los sesenta del XVIII estimaba Feyjóo que no se llegarían ni a los tres millones de indios. Un elemento decisivo en esta baja de la población es la reducida población joven e infantil, como puede verse en el segundo gráfico de la siguiente página: se trata de una pirámide de base angosta, probablemente por la alta mortalidad vinculada con las condiciones de vida.

Un tema de investigación importante es el de la dinámica demográfica, que tiene una puesta de entrada muy sugestivo en la obra de Feyjóo Ahora bien la disminución de la población no se dio solamente por parte de la población indígena, sino también por parte de la población hispana. Para esta última una explicación puede ser el impacto del celibato religioso en el alto componente de población criolla que optaba por una vida religiosas, no reproductiva(45).

Esta despoblación hizo que la producción indígena sea muy reducida: repercutió en la limitación de las tierras cultivadas. El pueblo de María Magdalena de Cao habiendo sido hacia 1560 el más importante del valle de Chicama con tres mil indios, hacia mediados del XVIII contaba con sólo 69 habitantes. Este pueblo tenía asignadas 947 fanegadas de tierras, por la recomposición del visitador Fray Huerta Gutiérrez a mediados del siglo XVII. De éstas tierras sólo 161 fanegadas eran utilizadas, hallándose las tierras restantes (83%) sin cultivar por la disminución del pueblo, como "por las pensiones i molestias que padecen para conducir el agua…". Esta misma situación se generalizaba a todas los pueblos indígenas del obispado de Trujillo.

Esta caída demográfica fue un resultado y al mismo tiempo facilitó la expansión de las haciendas en Trujillo. Por ejemplo es el caso de la hacienda de Licapa, que había sido un poblado indígena importante con un volumen importante de población. Sin embargo no solo la población de origen hispano expandía la propiedad terrateniente a costa de las tierras indígenas. Feyjóo menciona por lo menos los casos de las tierras de Santa Catalina (205 fanegadas), que incluían las tierras de la Hacienda San Agustín con Guambas, propiedad del convento de San Agustín, que antiguamente "fueron de una población de indios de este nombre, que del todo se perdió"(46). Al parecer las tierras indígenas cercanas a la ciudad de Trujillo tuvieron una demanda temprana y fueron adquiridas por vecinos de la ciudad, como es el caso de la hacienda trapiche San Nicolás del Paso (a menos de dos leguas de Trujillo) de Gaspar Antonio Ramírez y Laredo, que hacia mediados del XVIII ya había incorporado unas tierras llamadas Zacachique, pertenencientes al común de indios de Mansiche. Situación similar era la de tierras de una hacienda de panlevar denominada de Aldea, que poseía en esa misma época don Martín de Aranda (productora de maís y alfalfa), propiedad de los indios de Mansiche quienes las arrendaban por 50 pesos anuales.

Asimismo la expansión de algunos pueblos como San Pedro y San Pablo de Chocope se explica por la incorporación de los pocos indígenas que habían quedado de las antiguas pobalciones de la Concepción y Ticapa, que hacia 1760 ya eran haciendas de españoles(47).

El mal estado de la población indígena en el siglo XVIII puede notarse también por la pobreza de las Cajas de Comunidades. Por ordenanzazas virreinales se dispuso que en cada pueblo se cultiven chacras por el común del pueblo ("tierras ejidales"), destinándose la producción a beneficio de los indios pobres, y para servicios comunales. Sin embargo Feyjóo constata en su informe el mal estado de este fondo común de las comunidades, que quizo reproducir en algo el sistema de previsión prehispánico, lo que al parecer era inviable en el régimen colonial.

12. Las haciendas en Trujillo.

Las haciendas son una gran evidencia en la provincia de Trujillo en el siglo XVII en adelante. En 1760 hallamos a los valles Chimo, Chicama, Virú y Chao literalmente cubiertos de haciendas. Hay dos grandes clases de propietarios: Por un lado las órdenes religiosas (Ver cuadro 2); y por otro lado las propiedades de vecinos particulares de la ciudad de Trujillo. Además de esta distinción por la propiedad, hay una importante en la estructura y en la organización interna de las haciendas: Hay diversos niveles de complejización en la organización interna de la producción, en el nivel tecnológico y en la especialización de los cultivos, así como en la inversión de capital y el consiguiente valor -en este capital incluimos como elemento de diferenciación a la fuerza de trabajo esclava, componente importante del capital de las haciendas coloniales-. Si damos un vistazo a los cuadros 3 y 4, notamos la mayor inversión de capital que implicaba la explotación de una hacienda-trapiche.

Cuadro 3:

Propiedades rurales de órdenes religiosas en las provincias de Trujillo, 1760

Convento/monasterio u otro similar

Propiedad rural

Extensión (fanegadas)

Arrendatario

Ext. total

1.Convento San Agustín

HT Menochuco

90

Juan de Osorio

HPL San Agustín,

Santa Catalina y

Guambos

205

N.D.

295

2.Monasterio Santa Clara

HT Collambay

50

Hosp. Bethlemita

HPL Sta Clara

23

73

3.Convento de Santo Domingo

HT Santo Domingo

50

Da. Josefa Brito

Hac. Panllevar

35

Herdrs. José Queri

H. Pan Llevar

10

Tomás Rodríguez

HPL Llamipe

80

175

4.Convento de

HI La Merced

120

La Merced

H. Panllevar

13.5

D. Josefa de Arriaga

HPL Aranjuez

35

D. Cayetano Bazán

168.5

5.Monasterio del Carmen

H de los curas

9

D. José A. Bonazátegui

HPL del Carmen

24.5

33.5

6.Compañía de Jesús

HPL Cía de Jesús

40

HPL Guañape

180

220

7.Hospital Bethlemita

H. Panllevar

23

23

8.Convento de San Francisco

HPL Merino

4

D. Judas Merino

4

9.Cofradía de Nuestra Señora de la Consolación

HPL Mallar

40

Esteban Domínguez

40

10.Capellanía del cura de Virú

HPL Guamansaña

42

42

Hay que señalar que a pesar de la extensión de las propiedades entre las órdenes religiosas, más importante era la de los vecinos de Trujillo, que detentaban la gran mayoría de la tierra de los valles de la provincia. Sólo tres de las haciendas de órdenes religiosas tenían alguna importancia economía, como puede verse en el cuadro siguiente (cuadro 4). En el cuadro 5 (más abajo) siguiente observamos algunas haciendas de panllevar, de escasa productividad realmente.

Cuadro 4: Haciendas trapiches de órdenes religiosas en

Provincia de Trujillo, 1760

Hacienda

Ext

Producción

Valor

Arrend

Mano de Obra

Collambay

50

800 @ Azúcar, trigo, maíz

20,000

190

26 esclavos

4 indios

Menochuco

90

1000 @ azúcar

18 a 18,000

180

20 esclavos

Santo Domingo

50

80 @ azúcar

16,000

600

10 esclavos

Total

190

 

53,000

970

56 esclavos y 4 indios

Fuente: Miguel, Feyjóo, op. cit.

Es evidente por otro lado la mayor importancia económica de valle de Chicama, en el que se encontraban los principales trapiches de Trujillo, dada la extensión del valle, mientras que en Chimo (hoy llamado Santa Catalina), se congregaban sólo algunas haciendas, siempre con la diferenciación del nivel de desarrollo que señalamos más arriba.

Cuadro 5: Hacienda de Panllevar de órdenes religiosas de la Provincia de Trujillo

Hacienda

Extensión

Producción

Precio

Arrenda

Mano de obra

San Agustín

205

Mieses, menestras y aceite de oliva

200

Nd

Nd

Santa Clara

23

Alfalfares, serzas y legumbres

2,000

Nd

Jornaleros

Betlehemita

23

Alafalfares, ganado mayor y menor y serzas para el hospital

3,000

 

3

Total

251

    

Fuente: Miguel, Feyjóo, op. cit.

Un fenómeno claramente observable es la situación de estagnación en la productividad de las haciendas, las que a pesar de su extensión producen relativamente pequeña cantidad de azúcar o panllevar. Ello indica gran cantidad de tierras improductivas, lo que estaría ligado a la escasez de fuerza de trabajo -y ella a la de capitales para importar mano de obra esclava- ; además es un indicador de la decadencia de la población indígena, que había sido al inicio de la época colonial la proveedora de fuerza de trabajo. Esta escasez de fuerza de trabajo fue una de las preocupaciones de los intelectuales de la época, que no veían una salida clara al problema de la crisis de la economía terrateniente en las mismas condiciones de producción.

A pesar de las dificultades de la aplicación de un proyecto modernizante como el que al parecer, impulsaban Feyjóo, Lequanda y el mismo Martínez Compañón, no sabemos hasta que punto una alternativa de mejora tecnológica fue ensayada. Por lo menos, sin embargo, conocemos la existencia de una propuesta que tendía a una alternativa de mejoramiento tecnológico dentro de las haciendas-trapiche, en los años noventa del XVIII, cuando Joseph Laos y Cabrera en el Mercurio Peruano informaba sobre una nueva máquina de moler caña. Este interesante criollo señalaba que la gran dependencia de las haciendas de la fuerza de trabajo humana hacían muy frágil su prosperidad,

"…el menor revés, por un incendio en los cañaverales, una peste que menoscabe los negros esclavos dexa comunmente á un Hacendado en la miseria, y arruinada una opulenta hacienda"(48).

Otro aspecto observable es, ligado a lo anterior, el enorme endeudamiento de muchas de las principales empresas agrarias, que frecuentemente eran sacadas a remate por la gravedad de su situación financiera, que no les permitía cancelar los réditos o intereses anuales de los censos impuestos sobre el valor total de las haciendas. En muchos casos el valor de los censos o créditos era casi igual al de la misma hacienda, lo que ligado al problema que significaba la decadencia de la agricultura que venía desde por lo menos el final del XVII, explica el abatimiento general de la economía agraria que se observa hacia los sesenta del XVIII. Por ejemplo, la hacienda-trapiche San José, de 440 fanegadas, con 68 esclavos y 30 trabajadores mestizos e indios, fue rematada en "pública almoneda" en 35,000 pesos, de los que sólo se cancelo la suma de 4,000 pesos. El remate fue para cancelar una deuda por 35,000 pesos de censo(49). Este fenómeno nos hace pensar también en la endeblez o inexistencia de un mercado de tierras: la agricultura no era una actividad rentable en Trujillo. Una prueba adicional es el que en los años cincuenta del s.XVIII D. José Muñoz, Marqués de Buena Vista, adquiriera las haciendas de Buena Vista, San Francisco de Lunar, Tambo Real, San Bartolomé de Chao, San Francisco de Oruro, significando més de mil fanegadas de tierra, en los valles de Virú y Santa, por un total de 4,000 pesos "a reconocer a curso", a la Cofradía de la Purísima Concepción de María Santísima (Convento de Jesús de los padrs franciscanos). El escaso precio de tan extensa cantidad de tierras nos evidencia la "poca utilidad" de la tierra en esta región

"…lo que únicamente constituye haciendas es tener muchos esclavos, que mediante su cultivo se cultivan las heredades, i de este modo redunda utilidad ú sus dueños"(50).

Una comprobación de la importancia de la escasez de la fuerza de trabajo como una causa importante de la decadencia es el contraste de la situación con la provincia de Cajamarca, en que los hacendados, por emplear fuerza de trabajo indígena no habrían tenido problemas en mantener un nivel de productividad y rentabilidad aceptable(51).

En la monografía de Feijoo has muchas evidencias para los tres valles de la provincia. Hacemos la distinción de haciendas de panllevar y trapiches para distinguir con claridad esta diferenciación señalada. Incluso entre las empresas de cada uno de estos tipos hay desarrollos diferentes, lo que se expresa en diferencias de extensión de los fundos, números de esclavos y otro personal laboral, incorporación de elementos tecnológicos como molinos, etc., así como la mayor o menor dependencia del crédito externo reflejado en el monto de los censos, que en algunos casos muy excepcionales son ínfimos o no existen, expresando una posibilidad de solvencia inusitada en la época.

 

Cuadro 6:

Haciendas trapiche de propietarios particulares en la Provincia de Trujillo, 1760.

Hacienda/trapiche

Ext. (fngds.)

Producción (arrobas)

Valor

(pesos)

Censos (pesos)

Mano de Obra

VALLE CHIMO

Galindo

239

2000 @ azúcar, muchas mieses y menestras

46,000

40 esclavos

San Nicolás del Paso

79

2000 @ azúcar, olivares y molino de harina

30,128

73 esclavos

La Trinidad

99

2000 @ azúcar.

N.D.

28 esclavos

VALLE CHICAMA 

Chicama

133

1200 @ azúcar, 3oo @ aceite de oliva

23,000

16,000

29 esclavos

Chiclín, Exaltación de La Cruz y La Huaca

319

5,000 @ azúcar, 300 @ aceite de oliva, menestras para autoconsumo

125,000 (1)

115 esclavos

San Fco.

164

2500 @ azúcar, y algunas mieses de autoconsumo

38,000

31,000

50 esclavos

Chiquitoy

337

6 á 7000 @ azúcar, 400 @ aceite

141,442

100,802

43 esclavos

Nepén

200

800 @ azúcar.

20,000

9,500

28 esclavos

Cajanlaque

316

2000 @ azúcar.

30,000

30,000

35 esclavos

Salamanca (inc. Molino)

456

3000 @ azúcar y panllevar

55,000

44 esclavos

El Tutumal

61

2000 @ azúcar.

2,000

8,000

25 esclavos

Moyocape

799

(2) 5000 @azúcar, mucho arroz, maíz y trigo

77,000

67,650

76 esclavos

La Concepción

481

6000 @ azúcar, y algunas mieses

72,000

40,540.53

80 negros, 4 mestizos

Sonopile

400

4000 @ azúcar, algunas mieses

56,000

22,000

58 esclavos

San Jacinto

567

5000 @ azúcar, muchas mieses y menestras

80,000

6,100

89 esclavos

Facalá

673

5 á 6000 @ azúcar, algunas mieses y menestras

100,000

85 esclavos, 2 mestizos, 5 negros libres, 7 mulatos libres, 7 indios

Tulape(3)

361

4000 @ azúcar

75,000

35,000

81 esclavos, 2 mestizos

San José

440

3000 @ azúcar

35000 (4)

31,000

68 esclavos, 12 mestizos, 18 indios

Troche

62

Improductiva

N.D.

N.D.

N.D.

San Antonio

N.D.

18000 (4)

15,700

27 esclavos, 2 familias de españoles

Mocán

430

4000 @ azúcar

71,000

52,678

62 esclavos, 2 negros libres, 1 sambo libre, 8 indios

VALLE VIRÚ 

Tomaval

131

3000 @ azúcar

(1): Este precio incluye además las haciendas de panllevar Sausal, Chala Baja, Chala Alta, Jagüey, Cojitambo, y una estancia en Cajamarca, todo propiedad del Marqués de Herrera y Valle Hermoso, mayorazgo fundado el siglo XVII.

(2): Incluye las haciendas La Viña, Santa Ana, San Juan de Buenaventura, Fallape o "Vizcaíno".

(3): Incluye tierras de Niquiñique, y tiene molino de hacer harina de trigo.

(4): Precio de remate reciente de la hacienda, por deudas.

FUENTE: Elaborado de Miguel Feyjóo, Relación descriptiva de la ciudad y provincia de Trujillo del Perú, Madrid, 1763.

Habían también muchas haciendas y estancias de la provincia, en las que el nivel de desarrollo era menor, y se caracterizaban por la escasez o inexistencia de fuerza de trabajo de cualquier tipo, siendo generalmente abandonadas y expresando el último nivel de crisis de las haciendas de Trujillo.

He allí un panorama del proceso colonial de la ciudad y provincia de Trujillo del Perú, en el contexto del obispado del mismo nombre. Se trata de una panorámica que nos hace redescubrir aspectos interesantes de nuestra historia, y comprender mejor nuestra realidad actual.

Notas

(1) Cosme Bueno, Geografía del Perú Virreinal (S. XVIII/1769/ Editado por C.D. Valcárcel, Lima, 1951, p. 49.

(2) Ver mapa adjunto, elaborado a partir del mapa correspondiente de la colección mandada hacer por el Obispo de Trujillo Baltasar Jaime Martínez Compañón, así como los incluídos en el libro clásico de Miguel de Feyjóo sobre Trujillo del siglo XVIII.

(3) Joseph Ignacio de Lequanda, "Descripción geográfica de la ciudad y partido de Truxillo", Mercurio Peruano, tomo VIII, 1793, Lima, f.39.

(4) Bueno, op. cit, p. 50.

(4ª) Jakob Schlüpmann. "Le commerce maritime à Trujillo au XVIIème et XVIIIème siècles". En: Revue 3, HSAL. Paris, mayo 1995 en este interesante trabajo este historiador alemán analiza el comercio exterior de Trujillo en el periodo de fines de siglo XVII y comienzos del XVIII, usando como fuente principal los archivos del almojarifazgo. Hace referencias al impacto de los piratas en la economía colonial de fines del siglo XVII.

(5) Bueno, op. cit., 49.

(6) Miguel Feyjóo de Sosa, Relación descriptiva de la ciudad y provincia de Trujillo del Perú con notas exactas de su estado político. Siendo Virrei Conde de Super Unda, escrito por el Dr. D. Miguel Feyjóo, Corregidor que fue de dicha ciudad, y Contador Mayor del Tribunal y Audiencia Real de Cuentas del Perú. Que la dedica al Rey Nuestro Señor, Imprenta de Real y Supremo Consejo de las Indias, Madrid, 1763, 15.

(7) Ibid., p. 15-6.

(8) Feyjóo, op. cit., p. 16.

(9) Ibid., p. 17.

(10) Ibid., p. 18.

(11) Ib., p. 18-9.

(12) Juan y Ulloa, op. cit., p. 145.

(13) Feyjóo 1763, p. 31-2.

(14) Luis Varela Orbegoso, "El mayorazgo Moncada-Galindo", En Revista Histórica, 1909.

(15) Ibid., p. 21-2.

(16) Lequanda, "Descripción… de Truxillo …", f. 43.

(17) Feyjóo, op. cit., p. 17.

(18) Feyjóo, op. cit., p. 4.

(19) Op. cit., p. 29.

(20) Varios Autores, Apuntes y estudios históricos sobre la fecha de la fundación de la ciudad de Trujillo. Comisión del Cuarto Centenario de la Fundación de Trujillo. 1535-1935. Trujillo, 1935.

(21) Feyjóo, op. cit., p. 3.

(22) Cf. Roger Ravines, et. al,. Chan Chan Metrópoli Chimú. Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 1980.

(23) Antonio Vásquez de Espinoza, Compendio y descripción de las Indias Occidentales [1629]. Smithsonian Institute, Washington, 1948 365.

(24) Ibid., p. 6.

(25) Lequanda, "Descripción de la ciudad y partido de Truxillo…", f. 96. Ver el gráfico de la página anterior en que se presenta la composición de la población de la provincia de Trujillo por castas y razas, en cada parroquia hay una población mestiza en cada pueblo indígena, y se nota también la endeblez de la población indígena en los pueblos.

(26) Ibid., f. 49.

(27) Ibid., f. 49; ver gráficos de la siguiente página para apreciar características de la población indígena. En el primer gráfico sólo los indios y sambaigos eran tributarios, las demás categorías estaban exentas. El otro gráfico nos indica las peculiaridades de la distribución de los tributarios (indios y sambaigos) en cada pueblo campesino de la provincia de Trujillo.

(28) Cf. Carlos Sempat Assadourian, El sistema de la economía colonial. Mercado interno, regiones y espacio económico. IEP, Lima, 1982.

(29) Una evaluación del monto del excedente por diezmos y otras rentas coloniales en Lorenzo Huertas, Tierras, diezmos y tributos en el obispado de Trujillo (Colonia-República), Seminario de Historia Rural Andina, UNMSM, Lima, 1984.

(30) Feyjóo, op. cit., p. 45-6.

(31) Lequanda, op. cit., p. 96.

(32) Feyjóo, op. cit., p. 36-7.

(33) Lequanda 1793 92-3.

(34) Op.cit.

(35) Op.cit 35.

(36) Lequanda 1793 90.

(37) Lequanda, op. cit., p. 96.

(38) Jorge Juan y Antonio de Ulloa, Noticias secretas de América, Ediciones Mar Océano, Buenos Aires, 1953, p. 27.

(39) Lequanda, op. cit., f. 36.; J.I. Lequanda, "Descripción geográfica del partido de Piura, perteneciente a la Intendencia de Truxillo", Mercurio Peruano, Tomo VIII, Lima, 1793, f. 171. Los datos demográficos de Lequanda en ésta y sus demás monografías provinciales, corresponden a los consignados por Baltasar Jaime Martínez Compañón, quien realizó entre 1785-9 una visita en su diócesis; J.I. Lequanda, "Descripción geográfica del partido de Caxamarca en la Intendencia de Truxillo", En Mercurio Peruano, Tomo X, Lima, 1794, f. 177; J.I. Lequanda, "Descripción del partido de Saña o Lambayeque", Mercurio Peruano, Tomo IX, Lima, 1794, f. 57

(41) Lequanda, "Descripción del partido de Saña…", fs. 76-81.

(42) Juan Meléndez, Tesoros verdaderos de indias, Madrid, 1681 T.I, pp.327-8.

(43) Cieza de León Crónica del Perú. Primera parte [1553], Lima, PUCP/ANH, 1984 192. Ver gráficos de siguiente página con alguna información sobre la población ya afectada por los efectos de la catástrofe demográfica del siglo XVI.

(44) Juan Meléndez, op.cit, p.613.

(45) Feijóo, op.cit., p.13.

(46) Op. cit.,p.39.

(47) Op.cit., p.46.

(48) Joseph Laos y Cabrera, "Noticia de una máquina para moler caña, inventada por el Maestro Joseph Laos y Cabrera", En Mercurio Peruano, T. VIII, Lima, 1793, fs. 97-9.

(49) Feyjóo 1763 54.

(50) Feyjóo, op. cit.. pp.49, 59.

(51) Lequanda 1794 192

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

FUENTES

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Expediente 3073.- 16 de marzo 1607. Mansiche. Sobre suspensión de mita por enfermedad de los indios en Mansiche. 10 fols.

Expediente 3110.- 16 abril 1625. Truxillo. Mandamiento para que se pregone en Truxillo y valle Chicama para que todas las personas españolas, mestizos, mulatos, negros, etc. que no tuvieran justo y lícito entretenimiento lo tomen sirviendo a otros dentro de tres días o salgan de la ciudad.

Expediente 3230.- 12 enero 1700. Truxillo.- Autos del Cabildo de Truxillo y por los Señores Alcaldes Ordinarios de ella para que los mulatos, negros, sambos, mestizos e indios no usen ni traigan espadas, cuchillos ni otras armas ofensivas bajo pena de ser aprehendidos y recibir 200 azotes por las calles públicas de esta ciudad con las armas colgadas al pescuezo y que serían desterrados de esta jurisdicción por dos años. 02 fols.

Biblioteca Nacional del Perú, Sala de Investigaciones

1717 C 3784 Noticia del Tesoro del Gran Chimú, Trujillo, 2 ff.

MSS T 0207 Nuevo Gazofilacio Real.

Biblioteca José Acosta de la Orden Jesuita / Colección Vargas Ugarte

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Última revisión: Chiclayo, Perú, junio 2006

 

 

 

Autor:

José W. Gómez Cumpa

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MSN:

Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo

Licenciado en Sociología; Maestro en Ciencias, mención en Historia; Doctor en Ciencias de la Educación; Coordinador de la Maestría en Evaluación y Acreditación Educativa, Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, Lambayeque

 

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