- Introducción
- Segundo congreso de la FMC
- Primer congreso del PCC
- Tercer congreso de la FMC
- Octavo congreso de la FMC
- Conclusiones
Introducción
En el primer congreso del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro expresó: "la calidad revolucionaria de las mujeres cubanas, la abnegación, la disciplina, el entusiasmo, la pasión por la revolución, sus virtudes, que son las que exigen del militante revolucionario son de las que deben nutrirse nuestro aparato productivo, este debe nutrirse más de esa fuerza"[1]. Las mujeres ya habían demostrado que no son el "sexo débil" como muchas personas las denominan, ellas ya habían demostrado su calidad como luchadoras en la gesta revolucionaria. Entonces por qué seguir en las sombras, el comandante llama a seguir su ejemplo, a tomarlas como referente obligado cuando de capacidad política se trate.
La lucha por la igualdad entre hombres y mujeres constituye uno de los objetivos de los congresos de la FMC y el PCC que se analizarán. Sin embargo, fue en la Asamblea de Guaímaro donde por vez primera se señala este objetivo, si han transcurrido tantos años, por qué aún subsiste la desigualdad entre hombres y mujeres. Podrían señalarse varias causas, sin embargo el factor más importante a nuestro juicio, es el logro de la unidad de criterios, es necesario que todos luchemos juntos por este empeño, todas las organizaciones y personas. Para esto primeramente deberá aparecer como necesidad que movilice el comportamiento humano, lo que la mayoría de las veces sólo se queda en condición de necesidad para las mujeres. Los congresos que se analizarán, reflejan los pequeños pasos que se han dado, así como los principales obstáculos que han impedido que después de 52 años de revolución todavía no se pueda hablar de igualdad de género en nuestro país. A continuación se ofrece un análisis cronológico de algunos de los congresos en los que se ha abordado la necesidad del logro de igualdad de deberes y derechos entre hombres y mujeres.
DESARROLLO
Al realizar un análisis de los principales conceptos abordados en el Segundo Congreso de la FMC celebrado del 25 al 29 de noviembre de1974 y la lectura del discurso del Comandante en Jefe Fidel Castro en el acto de clausura, nos queda claro que una de las máximas de la Revolución cubana es la lucha por la igualdad de mujeres y hombres. Con una proyección muy avanzada para aquel contexto histórico en que se estaba gestando la Revolución. La misma visualiza la necesidad de que las mujeres se incorporen de forma activa en la construcción de la Revolución, por lo que se lleva a cabo la lucha por la incursión de la mujer cubana a todos los niveles de educación, a todas las ramas de la ciencia y la técnica y a todo tipo de funciones políticas y administrativas con la posibilidad de desarrollarse plenamente, luchando por lograr un cambio en la forma de pensar de mujeres y hombres. En este segundo congreso se promueve el derecho de igualdad entre ambos sexos, basado en el respeto mutuo, en la igualdad de oportunidades, en la posibilidad de participar y compartir mutuamente la edificación de la nueva vida. Hasta este momento se había logrado la participación de la mujer en los proyectos de la Revolución, aunque existía la claridad que esto no seria suficiente para romper con las caducas concepciones de la vieja sociedad acerca de la mujer, por lo que el trabajo debía ser mas intencionado y desde todos los frentes para lograr eliminar los prejuicios, costumbres y actitudes discriminatorias que persisten en nuestra cultura.
De esta manera Fidel en el discurso de clausura expresa que la lucha por la igualdad y la lucha por la plena integración de la mujer a la sociedad constituye el eje central de aquel congreso y el objetivo prioritario de la Revolución, considera la lucha de la mujer como una batalla histórica por ganar, pues en la práctica se demuestra que no se ha alcanzado la plena igualdad y aun persisten contenidos discriminatorios que se reflejan hasta en el lenguaje. Fidel termina su intervención con la aspiración de que mujeres y hombres ocupen cargos de dirección dentro del partido, del estado y el gobierno, lo que constituye una necesidad de la Revolución, de la sociedad y de la historia, es decir, en todo momento hace un llamado a la conciencia individual y social de la población a que se reconceptualice lo que se había entendido como relaciones entre mujeres y hombres.
Se realiza del 17 al 22 de diciembre de 1975, Su objetivo central fue "el logro de la plena igualdad de la mujer, ya que si bien había sido este el objetivo del primer congreso de la FMC, la realidad cubana de la época mostraba que no se había logrado y que esto solo se lograría cuando todas las autoridades y organizaciones políticas y de masa asumieran una posición activa ante este empeño.
Se reconoce el carácter histórico de la batalla por la igualdad entre hombres y mujeres, ya que los pasos que se habían dado hasta ese momento fueron el reflejo de un momento histórico concreto. Al hablar de contexto se implican cada uno de los agentes de socialización (familia, escuela, centro laboral y comunidad) así como el país y su situación política y económica, pues esta batalla a diferencia de lo que se cree popularmente no es únicamente tarea de las mujeres y aunque la FMC ha liderado esta lucha, su victoria dependerá de la unidad de fuerzas que se logre para lo que el PCC a decidido asumir protagonismo en este congreso.
¿Por qué se convierte la mujer como centro de atención de la revolución cubana? A esta interrogante se le da respuesta en este informe a partir del reconocimiento de la implicación que tuvo para el triunfo para el triunfo revolucionario el papel de la mujer, Celia, Mariana, Haydé, Vilma, por solo citar a algunas, son vivos ejemplos de la presencia femenina en la gesta revolucionaria. Estas fueron la inspiración de la FMC, federación que surge como consecuencia de los cambios revolucionarios. La misma tiene como finalidad educar ideológicamente a través de cada tarea, crear conciencia para emprender actividades y preparar a la mujer para desempeñar su papel en la edificación del socialismo[2]En este congreso se retoman los fines de esta organización para explicar como esto fue instaurando cada vez más formalmente a la mujer en la vida pública y política del país y en la construcción de la sociedad socialista. Se retoman las leyes y resoluciones que legalizan la inserción femenina en los centros laborales, así como su lugar en la familia. Se considera muy interesante el recuento que se realiza sobre la posición de la mujer en la sociedad. Este análisis permite la toma de conciencia del avance que se exhibe en esa época pero además vislumbra cuanto falta por conquistar en este terreno.
La reflexión que se expresa denota que incluso en el año 1975, cuando apenas comenzaba a incorporarse la mujer a centros laborales ya era víctima de la sobrecarga por las exigencias en el contexto doméstico. En este informe se realiza un llamado a la cooperación familiar, lo que además se sustenta jurídicamente con el código de familia.
Se realiza el reconocimiento de las principales problemáticas que limitaban la actuación social femenina, reconociendo la sobrecarga identificada anteriormente como principal limitante, lo que se conjuga con la posición asumida por los administrativos que negaban puestos de trabajo a las mujeres por sus responsabilidades hogareñas. Otra dificultad tenía que ver con las necesidades de superación femenina. En esta etapa incluso en el discurso popular se evidenciaban las diferencias en cuanto a lo asignado y exigido a hombres y mujeres, lo que situaba en desventaja a las féminas. En este sentido se considera que este congreso propicia la toma de conciencia de estas injustas sobreexigencias y sus resultados o frutos se percibieron a corto plazo con las medidas tomadas y hoy se exhibe un nivel superior de cambios en la sociedad cubana.
Como parte de estos logros se establece en este congreso un plan para la atención de las necesidades de las mujeres trabajadoras que tiene como fin disminuir la carga a la que eran sometidas, entre las acciones realizadas pueden citarse:
Creación de círculos infantiles, seminternados, becas, comedores obreros.
Incremento de centros gastronómicos y comerciales, con un horario asequible a la mujer trabajadora.
Incremento del número de lavanderías.
Estudio del servicio a domicilio.
Implantación de servicios ginecológicos nocturnos.
Divulgación de servicios establecidos para la mujer.
Reconocimiento y estimulación a las mujeres por su doble función social.
Reconocimiento de las necesidades de superación de las féminas. Esta medida trajo consigo otros cambios en función de los horarios de los cursos de superación para no interferir la realización de las tareas domésticas, previéndose además en algunos centros laborales espacios para una mayor relación madre-hijo, considerándose la necesidad de dejar sábados no laborales.
Se establece una política de promoción de la mujer para potenciar su incorporación a puestos de trabajo que antes eran ocupados por hombres.
Elaboración de cursos para la superación femenina.
Por último es meritorio el llamado que se realiza en este congreso a las mujeres jóvenes, ya que si bien los adultos estaban convocados a romper los prejuicios y estereotipos que los condenaban, eran los jóvenes los principales responsables de la construcción de la nueva sociedad. La personalidad de la juventud debe exhibir el desarrollo de una moral coherente con los principios de la revolución cubana. Siendo así, es la juventud femenina la que en primer lugar debe agradecer los cambios que trajo consigo el triunfo revolucionario, siendo fieles a quienes les permitieron formarse y recibir los beneficios de una sociedad socialista. Se debe aprovechar además la posición asumida por una de las organizaciones políticas más importantes del país para apoyar la lucha por la igualdad de derechos y deberes entre hombres y mujeres.
Se realiza del 5 al 8 de marzo de 1980. En las memorias de este congreso se recoge la siguiente tesis "algunos aspectos "
Entre algunas de las fortalezas que se perciben en este congreso se identifican los siguientes elementos:
Valoración positiva de las condiciones de la mujer para asumir tareas y responsabilidades dentro de la nueva sociedad cubana que se estaba gestando con la edificación del socialismo.
Se reafirma la necesidad de trabajar sobre los factores que impiden la igualdad entre hombres y mujeres.
Se identifica como factor objetivo que limita la igualdad entre hombres y mujeres la sobrecarga de roles.
Se identifican como factores subjetivos los prejuicios sobre la igualdad que han provocado incluso la violación de la legislación cubana que protege a la mujer, reconociendo que estos ejercen más influencias que los objetivos y son los más difíciles de eliminar.
Se resalta la actitud de mujeres cubanas que han realizado importantes tareas, sobreponiéndose a dificultades objetivas y a la sobrecarga de trabajo.
Se recomienda la asunción de una posición activa a las mujeres no sólo en la lucha por la igualdad, sino además en la solución de problemas como trabajadoras y la satisfacción de necesidades de superación, así como realizar una adecuada valoración de sus posibilidades.
Se reconoce el importante papel de los medios de difusión masiva en la proyección de la imagen de la mujer en la sociedad cubana, destacando el de la prensa escrita por reflejar la participación de las féminas en el proceso revolucionario, se reconocen los avances en la televisión, el cine y la radio y se señalan las persistentes insuficiencias en las letras de las canciones populares.
Estas medidas representan un estadio superior en la lucha por la igualdad, siendo reflejo de los cambios que promovieron los congresos antes analizados.
De igual forma en el resumen de Relataría en la comisión "La lucha por la igualdad y la promoción de la mujer" del VIII Congreso de la FMC se hace una valoración crítica del lugar que ha ocupado la mujer cubana durante los años de la Revolución que han transcurrido. Se puede visualizar como se han materializado muchas de las ideas expuestas en el segundo congreso de la FMC, lo que nos da la medida de los logros que se han obtenido y sin lugar a dudas hemos dado un salto cualitativamente superior que nos permite compararnos con un antes y un después. Este documento nos permite realizar un análisis crítico sobre el actuar de las mujeres durante estos años, sobre nuestras conquistas, lo que nos queda por hacer y las futuras proyecciones. Durante todo este tiempo las mujeres hemos actuado en correspondencia con la máxima de la Revolución expresada desde aquel segundo congreso, sin embargo hoy no podemos decir que estamos satisfechas porque todavía no hemos alcanzado la plena igualdad pues no se ha producido el cambio desde la consciencia individual y social de la población. Por este motivo nos parecen esenciales las recomendaciones que se brindan en el resumen al expresar que la temática del género no es asunto de mujeres, ni mucho menos de estudios particularmente de las ciencias sociales, sino todo lo contrario, que es una temática que debe ser abordada como eje transversal en todos los contextos de las relaciones entre mujeres y hombres.
Consideramos que la consulta y análisis de estos documentos nos resultan de gran importancia, no solo para el desarrollo de nuestros estudios de género, sino también para conocer como se ha tratado esta temática a través de la historia y cuáles han sido las disposiciones de la Revolución acerca de la apertura de la mujer a la sociedad, a la vida laboral activa y al pleno desarrollo.
A modo de conclusiones podemos decir que la Revolución Cubana ha tenido como uno de los pilares fundamentes de su programa de desarrollo la eliminación de toda forma de discriminación basada en el sexo, que obstaculice o prive a las mujeres del disfrute de los mismos derechos y oportunidades que los hombres. Igualmente en los congresos de la FMC analizados se ha definido como objetivo prioritario y como máxima de trabajo la lucha por la igualdad de la mujer y las posiciones que hemos escalado en todos los frentes de lucha durante estos años de Revolución, es decir que se han definido con claridad los logros alcanzados, los obstáculos a los cuales nos enfrentamos y las batallas que nos quedan por vencer en pos de alcanzar la igualdad plena entre mujeres y hombres, teniendo siempre una visión crítica de nuestra situación, sabiendo a ciencia cierta que todavía nos queda mucho por hacer en materia de igualdad de género.
El camino no ha sido fácil, ni libre de obstáculos y resistencias. Nos corresponde a todos juntos, hombres y mujeres, construir un mundo cada vez más justo y es precisamente esta idea la que defiende nuestro Comandante Raúl Castro cuando hoy nos hace un llamado a ocupar los cargos de dirección dentro de nuestros centros de trabajo y en el propio gobierno, que por los resultados obtenidos en nuestro accionar nos hemos ganado. Hoy a 52 años de Revolución las cubanas sentimos el orgullo de vivir en un país donde se nos respeta y se nos toma en cuenta, donde conocemos lo que hemos logrado, lo que nos falta y hacia donde necesitamos y queremos proyectarnos para poder decir que vivimos en una sociedad donde prevalece la igualdad plena entre mujeres y hombres, en la que ambos construimos una sociedad socialista más justa, equitativa, humana y donde se reconceptualizan los roles que hombres y mujeres desempeñan en la sociedad, en fin, a una verdadera transformación cultural, de los valores y las identidades.
Autor:
Marlien de la Caridad Rodriguez Figueredo
[1] Informe del primer congreso del PCC, p?g. 605.
[2] Informe del primer congreso del PCC, p?g. 566.