¿Se deben etiquetar los alimentos transgénicos?Si se trata de etiquetar alimentos derivados de cultivos transgénicos, como por ejemplo el aceite de soya transgénica tolerante a herbicidas, o el aceite o almidón de maíz resistente a insectos (maíz Bt), no veo la necesidad de hacerlo. Un etiquetado de estos productos alimenticios no informaría debidamente al consumidor, pues lo induciría a pensar que por el hecho de que el aceite o almidón proviene de un transgénico ya es sospechoso, lo cual no es cierto.
¿Qué aspectos se deberían recoger en la legislación?En el Reglamento Sectorial de Bioseguridad, en proceso de consulta pública, se establecen criterios adecuados para garantizar un correcto proceso de presentación y evaluación de solicitudes de liberación de transgénicos y una correcta evaluación y gestión de riesgos caso por caso y paso a paso.
PRONTO REGLAMENTO DE TRANGÉNICOS EN EL PERÚ
Nuevamente se habla de los transgénicos en el Perú. El Ministro de Agricultura, Carlos Leyton – que ya en más de una vez ha manifestado estar de acuerdo con las ideas del Ministro de Medio Ambiente, Antonio Brack, cosa que ya hemos saludado – ha comentado que ya tiene casi listo el reglamento de bioseguridad y manejo de transgénicos.
Un alimento transgénico se define como aquél cuyos ingredientes incluyen un organismo genéticamente modificado, el cual a su vez es cualquier vegetal, animal u organismo cuyo material genético ha sido modificado por el hombre de manera intencional, sin mediar ningún método natural de intercambio de genes.
A diferencia de su predecesor, Ismael Benavides, Leyton está dispuesto a conversar con Brack para llegar a un acuerdo.
"Nos encontramos trabajando en el reglamento de bioseguridad pues necesitamos de un documento que junte las propuestas respecto al tema para discutirlo con el Ministerio del Ambiente (Minam)", manifestó.
Esto marca distancia del intento de Benavides de publicar una norma sin consultar con el Minam. Una de las preocupaciones de Leyton es decidir si se permite el ingreso de semillas o no. Comentó que la regulación en la producción de este tipo de productos es relevante para no afectar la biodiversidad de Perú, ni sus pisos ecológicos y las zonas de intervención de programas ambientales y desarrollo sostenible.
Eso sí, el etiquetado de productos transgénicos aún no estará regulado en esta norma.
"El etiquetado de los transgénicos no se incluye porque es un tema que va más allá, y es de un orden más comercial. Por ello se plantea también una norma especial que regule el aspecto de la comercialización de los transgénicos", subrayó.
Esto, si nos parece burocrático, pero en fin, no deja de ser un paso adelante en la regulación de transgénicos en el Perú. Cabe recordar que hace dos semanas la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec) sostuvo que los consumidores exigían el etiquetado de los alimentos transgénicos para que se garantice su derecho a la información.
No sabemos si lo que consumimos tiene transgénicos
Consejo de Ministros, liderado por García, aprobaría hoy el proyecto del código de consumo. Obligación de informar en etiquetas si alimentos contienen transgénicos fue retirada del proyecto
El presidente Alan García liderará el Consejo de Ministros que hoy sesionará en horas de la mañana. En dicha reunión se evaluará el proyecto del código de consumo que se viene elaborando desde el año pasado.
Sobre tal propuesta, El Comercio pudo confirmar que los puntos referidos a la obligación de informar sobre si los productos alimenticios contienen componentes transgénicos fue retirada del subcapítulo de protección de los consumidores de alimentos.
ETIQUETASLa versión que se revisará hoy no menciona la obligación de informar sobre los componentes transgénicos de los alimentos y solo refiere que el etiquetado se regirá de conformidad con la legislación sobre la materia o en su defecto por el Codex Alimentarius.
"Nosotros proponíamos que los componentes de los alimentos, sobre todo los transgénicos, sean rotulados obligatoriamente en las etiquetas. Las empresas presionaron para retirar ese punto y argumentaron que los consumidores no tenemos necesidad de saber esto", señala Jaime Delgado, presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios.
El tema estaba considerado en la versión inicial del anteproyecto, que se comenzó a debatir hacia octubre del año pasado.
"En el proyecto inicial que trabajamos, propusimos dar importancia a la información de lo que un usuario consume. Tiene derecho a saber que lo que consume no le hará daño, por lo que dimos importancia a la información de la composición de los alimentos, si eran transgénicos o no. Esto ya no está en la versión del código que se discutirá", afirmó Walter Gutiérrez, ex decano del Colegio de Abogados y partícipe de la comisión que elaboró la primera versión de esta propuesta de norma.
"De aprobarse la versión que se revisará hoy, advierto que estamos regresando a un sistema de protección al consumidor que queríamos superar", opinó Gutiérrez.
EL ROL DEL CONGRESOSegún el congresista Yonhy Lescano, de la bancada Alianza Parlamentaria, el "proyecto que verá el Ejecutivo es una tomadura de pelo al pueblo peruano".
Para Lescano se trata de un código que no sirve para nada. Explicó que iba en desmedro del consumidor. "Este código lejos de estar basado en las necesidades y derechos de los consumidores ha sido redactado desde la óptica de los proveedores. Me llama la atención que vaya a discutirse en el seno del Consejo de Ministros pues el primer ministro comentó que este código no sería presentado, pues tenía muchos vacíos".
Para Lescano "lo mejor que podría hacer el Congreso posteriormente es desecharlo".
La importancia de la informaciónUno de los debates más intensos cuando se discutió el Código de Consumo fue que las personas estén informadas al momento de optar si consumen productos con componentes transgénicos.
Muchos de los productos alimenticios que venden los establecimientos comerciales del país tienen componentes como el aceite de soya, que son probadamente transgénicos.
En el contexto de la discusión mundial sobre si el consumo de este tipo de alimentos afecta la salud humana, entidades como ASPEC demandaron la mayor transparencia para que se permita al usuario un consumo informado. "Parece que en las discusiones finales de este proyecto, nuestra opinión no ha sido considerada", indicó Jaime Delgado.
SEPA MÁSUn transgénico es un organismo vivo creado artificialmente manipulando sus genes.
La ingeniería genética puede aislar partes del ADN (el material genético) de cualquier virus, bacteria, vegetal, animal e introducirlas en otro.
Existen fresas con genes de pescado del Ártico para poder sembrarlas en temporada de nieve y maíz —usado en alimentación de aves de corral— que produce su propio pesticida.
Se han reportado casos de alergias e intoxicaciones por consumo directo e indirecto de productos como estos.
Se rompe la barrera natural entre las especies animales y vegetales. La técnica es nueva y se desconocen sus efectos a largo plazo.
Un tercio de la población mundial vive en países donde es obligatorio el etiquetado de transgénicos.
Un tipo de soya transgénica —con la que se producen aceites comestibles— lleva genes de bacterias que le permiten producir una sustancia insecticida.
La diferencia fundamental con las técnicas tradicionales de mejora genética es que permiten franquear las barreras entre especies para crear seres vivos que no existían en la naturaleza. Se trata de un experimento a gran escala basado en un modelo científico que está en entredicho.
La ingeniería genética aplicada para la creación de transgénicos parte del principio de que los genes tienen una función en sí mismos, sin considerar cualquier otro factor interno o externo al organismo. Estas incertidumbres hacen que no se pueda descartar el fenómeno de "inestabilidad genética" de los organismos manipulados genéticamente (OMG).
Transgénicos y falta de transparencia representan una grave amenaza
Resulta preocupante y hasta sospechoso el secretismo con que el Poder Ejecutivo pretende manejar un tema de tanta importancia, como el anteproyecto del código de consumoResulta preocupante y hasta sospechoso el secretismo con que el Poder Ejecutivo pretende manejar un tema de tanta importancia, como el anteproyecto del código de consumo. Ha trascendido que dicho documento sería aprobado esta semana —probablemente hoy— por el Consejo de Ministros, a espaldas de los expertos y la ciudadanía.
Esto cobra visos de escándalo cuando se sabe que uno de los asuntos más polémicos, como el de los alimentos transgénicos, se aborda vulnerando el derecho a la información de los consumidores y violando las normas vigentes sobre etiquetado.
La población tiene derecho a saber qué consume, pero lo que se está intentando es dejar sin efecto la obligación de indicar claramente si los productos alimenticios contienen ingredientes transgénicos. Así, un ama de casa no sabrá si el aceite con que prepara el alimento de su familia procede de soya natural o genéticamente modificada, o si el pollo de cada día ha sido engordado con maíz de laboratorios como Monsanto, entre otros, lo que viene ocurriendo a nuestras espaldas.
Tener acceso a tal información es vital, pero el Consejo de Ministros parece decidido a atropellar impunemente este derecho. ¿Qué intereses influyen para decidir contrariamente a los intereses de la población?El anteproyecto señala como "razón" para no etiquetar que "no existe en el Perú un concepto claro de qué es un alimento transgénico, qué niveles de alteración genética existen y cuáles pueden ser potencialmente dañinos para la salud". Este argumento es confuso, pues si desconocemos eso es porque el Gobierno ha fallado en su obligación de investigar profundamente. Y lo que es peor, este argumento demuestra una clara irresponsabilidad pues ante la duda de "cuáles pueden ser dañinos para la salud", debiera primar la vocación de protección al consumidor, justamente informándolo para que ejerza su derecho a decidir.
Es responsabilidad del presidente Alan García y de su Gabinete reconocer los aciertos y logros de otros países en el tema. En la Unión Europea la ley obliga a señalar en las etiquetas claramente si el producto contiene transgénicos, aun si es en cantidades mínimas. Muchas otras naciones, ante la falta de datos científicos que comprueben la seguridad e inocuidad de los transgénicos a largo plazo, han declarado moratorias de 5 a 10 años.
Hace dos años el ministro de Agricultura, Adolfo de Córdova, negó que se estuviera investigando la presencia de cultivos ilegales de transgénicos en el país, pero el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) precisó lo contrario. Y en Barranca se encontró que 12 de 14 muestras de maíz amarillo eran transgénicas. Todo señala ahora que las semillas habrían salido, inconsultamente, de una granja de pollos de la zona que las importa como alimento para sus aves. Los desencuentros entre los sectores Agricultura y Ambiente en torno a este tema que incide directamente en la salud de los peruanos y los ecosistemas han sido de público conocimiento .El Congreso, donde el código se verá posteriormente, debe permanecer alerta y evaluar concienzudamente lo que le alcance el Ejecutivo. En un momento en que el tema de los alimentos naturales y orgánicos hace que la mirada de los importadores, inversionistas, consumidores y gastrónomos del mundo se vuelque hacia los productos naturales peruanos —y cuando se sabe que la tendencia, a corto plazo, de la cocina internacional es el factor salud—, el Ejecutivo nada a contracorriente, le da la espalda a la población y la historia, e intenta borrar, de un plumazo, la gran ventaja comparativa del Perú en el campo agrícola.
¿Es conveniente que los transgénicos ingresen al Perú?Los cultivos transgénicos son resultado de la aplicación de una tecnología avanzada que permitiría solucionar problemas que afectan la producción de alimentos en el Perú. Así, se podría reducir las pérdidas de cosechas por malezas, plagas y enfermedades (por ejemplo, la papa transgénica resistente a hongos desarrollada por el Centro Internacional de la Papa); lograr la tolerancia de cultivos a la sequía, la salinidad y las heladas, etc. Los transgénicos sí deberían tener la posibilidad de ser utilizados en el Perú si existe la demanda por los agricultores.
¿Los transgénicos no son peligrosos para la salud?Los productos alimenticios derivados de cultivos transgénicos se evalúan respecto de su inocuidad antes de su introducción en el mercado alimentario. El esquema de bioseguridad usado en todo el mundo, incluida la legislación peruana (Ley 27104 y su reglamento), se basa sobre el análisis del riesgo relativo a características de los productos, el cual resulta más estricto que la evaluación de productos obtenidos por medios convencionales.
¿Los cultivos nativos no serían contaminados?En principio no existen peligros, pues la liberación de cultivos transgénicos se hace caso por caso y paso a paso. Esto quiere decir que si la autoridad de bioseguridad (en nuestro caso el INIA) recibe una solicitud para liberar un cultivo transgénico de polinización cruzada en un valle o región del Perú donde hay predominancia de cultivos orgánicos de la misma especie, podrá evaluar el riesgo de una posible contaminación genética y no autorizar la solicitud; o podrá establecer medidas para controlar ese riesgo como las distancias mínimas de separación de cultivos que permiten evitar esa posible contaminación. ¿Se deben etiquetar los alimentos transgénicos?Si se trata de etiquetar alimentos derivados de cultivos transgénicos, como por ejemplo el aceite de soya transgénica tolerante a herbicidas, o el aceite o almidón de maíz resistente a insectos (maíz Bt), no veo la necesidad de hacerlo. Un etiquetado de estos productos alimenticios no informaría debidamente al consumidor, pues lo induciría a pensar que por el hecho de que el aceite o almidón proviene de un transgénico ya es sospechoso, lo cual no es cierto.
¿Qué aspectos se deberían recoger en la legislación?En el Reglamento Sectorial de Bioseguridad, en proceso de consulta pública, se establecen criterios adecuados para garantizar un correcto proceso de presentación y evaluación de solicitudes de liberación de transgénicos y una correcta evaluación y gestión de riesgos caso por caso y paso a paso.
NO TODO LO QUE PARECE CHOCOLATE LO ES
La calidad del chocolate está en función del porcentaje de cacao que contiene. Lamentablemente en los últimos años, algunos industriales han reemplazado el cacao por azúcar y grasas hidrogenadas de baja calidad. Tienen el mismo color del chocolate, el sabor y hasta el olor, pero muy poco o nada de cacao. A diferencia de otros países, en donde los chocolates están obligados a declarar en sus etiquetas el porcentaje de cacao que utilizan, en el Perú esto no se hace, por lo cual es mucho más fácil que se engañe a los consumidores.
El chocolate es un tradicional producto elaborado con la mezcla de la pasta de cacao (materia sólida), manteca de cacao (materia grasa) y un poco azúcar (aunque algunas marcas prefieren no usarla). El cacao es una fruta de origen tropical y Centroamericano, la cual contiene diversas propiedades nutricionales que hacen del chocolate un alimento muy nutritivo. El Perú es productor de cacao y de muy buena calidad, aunque lo mejor es para exportarlo. ASPEC ha venido investigando en los últimos meses la composición de los chocolates que se expenden en nuestro país. La sorpresa es que casi ninguno de ellos declara el porcentaje de cacao que utilizan. Incluso cuando se les ha enviado comunicaciones a los fabricantes para que informen de este dato, algunos han contestado que eso es información confidencial, es decir, secreto industrial que no pueden difundir a los consumidores. Esto es obviamente inaceptable. Con el apoyo de diversas organizaciones de consumidores en el mundo, ASPEC ha logrado obtener más de 30 marcas de chocolates extranjeros, en los cuales está indicado claramente el porcentaje de cacao que utilizan. De esta manera los consumidores en otros países tienen como tomar decisiones de forma más informada.
Las Normas de los países desarrollados obligan a las empresas a declarar el porcentaje de cacao, ya que es el principal componente de este producto. Según la Norma Técnica peruana se puede denominar chocolate al alimento que tenga un mínimo de 35% de cacao en su composición, del cual un 18% como mínimo sea manteca de cacao (mantequilla de cacao) y un 14% materia seca de cacao (pasta de cacao). Para el chocolate de leche deberá tener un mínimo de 25% de cacao. Sin embargo la norma no obliga a declarar el porcentaje de cacao en las etiquetas, lo cual es una deficiencia aprovechada por los industriales. No obstante, si un producto contiene menos del porcentaje de cacao indicado en la Norma no puede denominarse chocolate, sino simplemente golosina. El problema en nuestro país es que generalmente el público supone que todo lo que aparenta ser chocolate realmente lo es. En otros países es obligatorio declarar en las etiquetas de chocolates el porcentaje de cacao utilizado, por ejemplo en España, el Real Decreto 1055/2003 de agosto de 2003 que aprueba el reglamento Técnico-Sanitario sobre productos de cacao y chocolate establece en su artículo 6 d) que el etiquetado de productos de cacao y chocolate deberán indicar el contenido de cacao mediante la mención "Cacao…% mínimo". Como en la mayoría de productos, la calidad del chocolate está en función a su precio. Si un chocolate es muy barato, seguramente tiene poco o nada de cacao. El público tiene que ser consciente de esta situación para tomar mejores decisiones. Los productos muy baratos están hechos fundamentalmente de azúcar y grasas hidrogenadas, las cuales no son un buen aporte a la salud de los consumidores, y por el contrario, en un consumo excesivo hasta podrían afectarla.
Conclusiones del tema
1. Primero que nada el estado es quien debe estar al cuidado de las normas de alimentación, en vigilar bien que productos han de entrar al mercado.
2. Es responsabilidad de nosotros saber elegir que productos hemos de consumir, no solo porque estea barato y nos sea más asequible consumamos alimentos de dudosa preparación. Aunque aún sabiendo las consecuencias perjudiciales y nocivas para nuestra salud muchas veces consumimos esta clase de productos.
3. Es importante estar atentos en los ingredientes, en la manera como lo preparan, estar muy juiciosos en las medidas sanitarias que muestran.
4. Informar a la población de las nuevas modificaciones, tratamientos en las frutas, productos orgánicos ya que un país que no se informa, es un país que vive a ciegas, sin un rumbo correcto.
5. Es necesario un mayor control, tanto en la administración y fiscalización de todos los productos entrantes e importados.
6. Es exigible etiquetar aquellos alimentos que son transgénicos, claro está con su correcta denominación.
Autor:
Yorye Hidalgo
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