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Desde donde vamos a entender el amor a la filosofía y al espíritu critico

Enviado por Alvaro Mina Paz


  1. Abstract
  2. Introducción
  3. Aproximación a la noción de espíritu crítico
  4. Comprensión y discusión
  5. Conclusiones y recomendaciones

Abstract

La presente ponencia se centra en analizar el papel del docente de filosofía en el marco de la formación del espíritu crítico, y estimular el amor por la sabiduría en las nuevas generaciones de estudiantes universitarios. Pretende reflexionar sobre el acto pedagógico en sí y, sitúa su interés, en el ámbito epistemológico.

Busca que el curso de filosofía ofrecido por los docentes de humanidades, se contextualice dentro de una comunidad de indagación, donde el profesor sea un provocador del espíritu crítico y el estudiante un renovador del pensamiento. Entiéndase que, la falta de espíritu crítico es el problema que debe abordar el currículo universitario, ser crítico frente a los supuestos fundamentales de las disciplinas del saber y la sociedad. Formar el espíritu crítico es formar el gusto por un auténtico saber, basado en la investigación y recobrar el asombro por lo desconocido.

En síntesis se pretende realizar una aproximación sobre la episteme del pensamiento crítico.

PALABRAS CLAVES

Amor a la filosofía, espíritu crítico, pedagogía de la filosofía, epistemología del pensamiento crítico, canón cartesiano, canón marxista, filosofía crítica, episteme, critica de la filosofía, hermenéutica y argumentación.

Introducción

Con esta ponencia me propongo abordar algunos asuntos relacionados con la elección de la filosofía como opción profesional de vida y reflexionar sobre los referentes asociados a la imagen de la filosofía en la actualidad.

La universidad y en particular la latinoamericana, tiene la finalidad de ofrecer cada día mejores servicios profesionales a la comunidad que la demanda y, de conformidad con la misión y visión institucional de "búsqueda de la verdad y formar al hombre, a través de la ciencia para que sirva a la sociedad" Jurado, Fabio 2010. Esta tarea es inaplazable. Sin el concurso de la filosofía, sin la existencia de auténticas escuelas de formación, no es posible el éxito del proyecto institucional. Por tanto, es preciso el rigor crítico que garantice una formación intelectual de altísimo compromiso humanístico.

Sin duda, algunos hemos llegado a la filosofía motivados por un espíritu crítico, impulsados por las preguntas acerca del sentido de la existencia y del verdadero sentido de nuestro lugar en el mundo. Otros, han llegado por motivaciones ideológicas debido a una concienciación[1]social o por intereses de orden político, interesados en la posibilidad de actuar políticamente en la vida como organizadores del establecimiento social o renovadores del sistema burgués. En fin, por la contradicción que les producían disciplinas como la matemática, la física o la química. Aunque en principio estas personas pudieran parecer las menos indicadas para el ejercicio de la filosofía, muchas de ellas se sorprendieron finalmente al descubrir que les interesaban los debates, los foros y las discusiones, cuyo abordaje precisa de rigor lógico propio del acervo matemático. 

En la actualidad la enseñanza de la filosofía en las instituciones educativas, se constituye en una oportunidad privilegiada para la formación del espíritu crítico, la autonomía y el aporte a la solución de problemas significativos en la sociedad.

Sin embargo, muchos docentes, encargados de hacerlo, se ven enfrentados a una serie de dificultades que impiden que el sujeto de la educación logre el desarrollo de competencias apropiadas. Por ello, y para que la enseñanza de la filosofía, no se presente como una práctica inútil, se necesita realizar actividades que le permitan al docente nutrirse, actualizarse y reflexionar en torno a nuevas propuestas que fortalezcan el amor a la filosofía y al espíritu crítico. Debe motivarse al estudiante a descubrir el privilegio al pensamiento científico.

Aproximación a la noción de espíritu crítico

La palabra saber, del latín sápere, tiene tres acepciones: una hace referencia al acto mismo de conocer: yo se química, yo sé biología. Otra hace referencia a la destreza para realizar una actividad; los griegos y romanos lo llamaban arte. Por ejemplo yo sé manejar automóvil o pintar. Una tercera acepción alude al hecho de saborear, probar algo: este dulce esta agrio, esta comida está descompuesta.

El concepto de sabiduría se crea en esta línea: tener gusto, tener sabor, percibir la esencia de algo. Lamentablemente, la definición del término filosofía se ha reducido en la mayoría de los casos a la traducción literal de "amor a la sabiduría[2]ésta, desde luego, es una definición romántica. De ahí que, sea necesario aclarar de qué tipo de sabiduría se habla en la época de los griegos clásicos. Dado que, debemos admitir que el término difiere históricamente del nuestro en la actualidad. En estos días, sabiduría es sinónimo de vastedad en la información y desde luego, para los antiguos griegos la "sabiduría" era entendida como un "saber vivir", haciendo buen uso de la razón y de la virtud de la prudencia para interpretar el mundo que nos rodea.

En esta forma, recordamos los usos y las aplicaciones que le daban a ella los siete sabios de Grecia, también conocidos como los siete sensatos o eruditos que vivieron entre los siglos VII y VI antes de la era cristiana y que se interesaron fundamentalmente por la ciencia, la política y la filosofía. Cabe entonces mencionar a: Tales de Mileto, Bías de Priene, Pítaco de Mitilene, Cleóbulo de Lindos, Periandro de Corinto, Quilón de Esparta y Solón de Atenas. 

El término filosofía aparece por primera vez, como ya se observó en la Grecia Clásica. El vocablo es revelado en un pasaje histórico, en donde León, príncipe de los Fliasos interroga a Pitágoras acerca de su significado: admirado el príncipe León por la novedad del nombre, le pregunta al sabio matemático de Pitágoras ¿Quiénes eran los filósofos? ¿Qué diferencia hay entre un filósofo y un simple mortal?; y Pitágoras responde haciendo uso de una analogía con la vida de los hombres que concurren a las festividades o feria de los juegos que se celebran con toda pompa en la época; al igual que allí, señala Pitágoras, unos participan haciendo gala de la destreza física en búsqueda de la gloria, otros traídos por la oportunidad del lucro y desde luego, el deseo de ganancia, compran y venden en procura del éxito mercantil; pero había una clase de hombres, y precisamente la formada en la mayor proporción por hombres libres que concurren en multitudes que no buscan el aplauso, ni el lucro del dinero, sino que acuden para ver y observar, constituyen el público, ávido y deseoso de diversión o entretenimiento; también nosotros, señala Pitágoras acudimos a las festividades en búsqueda de un interés distinto al lucro, la diversión, la fama, el éxito o la gloria. Los filósofos somos una minoría que, desprecia todos estos aspectos antes mencionados pero cuyo único afán y deseo, es conocer la naturaleza de las cosas, es decir, encontrar, qué es lo que mueve o motiva el interés por encontrar la esencia de las cosas. 

Igualmente, para los griegos clásicos, la filosofía representa un afán de saber, saber libre y desinteresado. Pero no es un saber espontáneo, es un saber metódico, un conocimiento sistemático, un saber universal[3]En su sentido más general, es el discernimiento de la razón humana. De este filosofar surge la necesidad de sistematizar, detallar y dar sustento lógico a lo aprehendido de la realidad, lo que ya supone un principio de epistemología de la ciencia.

Otra fuente histórica da testimonio que cierta vez Solón, uno de los siete sabios de Grecia, visitó al rey de Creso, quién lo recibió con eufóricas palabras: "huésped ateniense, he oído que has viajado muchos kilómetros filosofando con afán de saber el porqué de las cosas". De ahí que, Cicerón, definiera que todos aquellos que ponían sus afanes en la contemplación de las cosas, eran considerados sabios o filósofos. 

Una definición más actual del término precisa que la filosofía es un saber crítico y el aprendizaje de ella, requiere de un agudo entrenamiento en operaciones intelectuales como la deducción, inducción, análisis, inferencia, etc. Entonces, ¿En qué sentido es crítica la filosofía? Lo es, y lo ha sido a lo largo de la historia en la medida que cuestiona las verdades, los supuestos y creencias que han construido los pueblos y nos obliga a asumir posturas rigurosas y sustentadas opiniones. Mucho más en la actualidad cuando haciendo uso de la argumentación se convierte en instrumento demoledor contra el dogmatismo. Y constituye una interpretación del saber humano que asume el aprehender de raíz, lo más profundo hasta lo más general. De ahí, las ramas o divisiones de la filosofía: gnoseología, que se ocupa del conocimiento del ser; metafísica o discurso sobre lo inmaterial; ontología o ciencia del ser; cosmología o filosofía de la naturaleza; sicología o explicación de la mente humana; antropología, que es la filosofía del estudio del hombre; lógica o estudio del rigor del pensar; ética que estudia la rectitud de los actos humanos; política que reflexiona sobre las necesidades humanas y los satisfactores sociales.

Desde sus inicios fueron muchas las preguntas críticas relativas al acervo lexical de la filosofía. ¿Es la experiencia fuente del conocimiento? ¿Qué garantiza que los sentidos no nos engañan? ¿Cómo funciona la mente y las operaciones de la misma? ¿Qué mueve al cuerpo? ¿El espíritu es de la misma naturaleza que el cuerpo? ¿Cómo distinguir entre el bien y el mal? ¿Es la justicia una virtud suprema? Los anteriores interrogantes y otros formulados posteriormente a lo largo de la historia de la humanidad, han terminado con múltiples respuestas. 

Aún hoy, se reformulen nuevas preguntas desde la reflexión filosófica, y las respuestas varían dependiendo del devenir histórico. El hecho de preguntar, de indagar convierta a la filosofía en un saber fundamentalmente teórico y convenientemente crítico[4]

En nuestros días, acedemos a la filosofía a través de lecturas especializadas. Este asunto, desde luego, genera nuevas preocupaciones: ¿de qué forma la lectura de la obra del filósofo contribuye a la formación del espíritu crítico del joven estudiante universitario y cómo superar la mera información libresca? ¿Cuál sería el mecanismo de lectura para conseguir el propósito de desarrollar pensamiento crítico que supere toda actitud de pedantería y vanidad intelectual? 

Siento, en efecto, la necesidad de expresar que abrigo el temor, que los docentes de filosofía no estamos promoviendo espíritu crítico[5]en nuestras instituciones educativas; temo que hayamos aceptado la sabiduría no como virtud en el buen sentido socrático, sino como un mero ejercicio de la pedantería intelectual y la erudición académica. Temo que los maestros, hayamos renunciado al ejercicio de crítica razonada para permitirnos ejercer la autoridad en sentido aristotélico propio de la Edad Media. Soy de los que creen que, negarnos el uso de la duda como lo propone el canón cartesiano[6]sólo favorece el dogmatismo.

Recordemos que el canón del cartesianismo se seculariza hacia un tipo de filosofía que no pretende sembrar creencias constructivistas o postulados antropocéntricos. 

A pesar de lo expuesto anteriormente, con optimismo filosófico, propio del cartesianismo, abrigo la esperanza que el ejercicio de la crítica razonada, que debemos privilegiar en toda pedagogía de la filosofía, habilite a nuestros estudiantes para el ejercicio de un pensamiento renovador y transformador en la experiencia de la vida. 

Recordemos que Descartes define la filosofía como el estudio de la sabiduría, tanto para conducir la vida como para la conservación de la salud, la invención o transformación del hombre. Pero es quizá Kant, quién tiene el mérito de haber superado la vieja Metafísica, cuyos objetos eran Dios y el alma. La lección de Kant, nos revela que sólo el conocimiento científico merece ser reconocido con el nombre de conocimiento, es decir que no debemos confundir, conocimiento y saber.

A estas digresiones me ha conducido la permanencia en la cátedra de filosofía. A lo largo de estos semestres académicos vinculado con la universidad[7]he tenido la oportunidad de orientar en la cátedra de filosofía, muchas de estas reflexiones. Dado que nuestras sociedades latinoamericanas están en crisis y siempre lo han estado, según el buen decir de nuestros pensadores; el asunto central no es superar la crisis sino como la entendemos, como la comprendemos y desde luego cómo podemos contribuir a las posibles soluciones. Estas fueron algunas de las grandes inquietudes razonadas en el claustro universitario. 

Parece lógico admitir que hay muchas teorías filosóficas que podrían ayudarnos a comprender la naturaleza de crisis Latinoamericana del presente. Pero ninguna tiene la respuesta al singular problema. Esto significa que sólo en la medida que desarrollemos un pensamiento crítico desde la filosofía y para la filosofía, tendremos las estrategias fecundadoras de un nuevo paradigma del pensamiento filosófico. 

De ahí que, distingo entonces entre filosofía crítica y crítica de la filosofía, como la que propone el canón del marxismo[8]Marx el más grande pensador humanista, heredero de las mejores tradiciones de la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y las teorías sociales de la filosofía francesa, observó que todos los filósofos que le antecedieron en el tiempo tuvieron como única y exclusiva preocupación el análisis y la interpretación del fenómeno. Y propone que, la labor del pensador, del filósofo es coadyuvar a transformar el mundo. Esto lo convierte en teórico del conflicto e irremediablemente crítico.

Así como es prudente advertir la distinción de Barthes, cuando advierte que el escritor puede ser intelectual, como Estanislao Zuleta pienso yo, o profesor como los que abundan en nuestra Facultad de Educación. El filósofo es singularmente crítico pero el profesor de filosofía sólo lo será, si antepone la duda, si controvierte el sistema, si interpela las teorías leídas, y sobre todo, si se atreve a ver en forma distinta la realidad. 

Comprensión y discusión

En esta breve ponencia he querido expresar que la filosofía ha mostrado que no hay una noción definitiva, sino diversos conceptos, todos ellos apuntando desde su propia lógica a determinar para qué, el por qué y el qué, de la filosofía. La esencia de la filosofía según Guillermo Dilthey (1833- 1911) en su ensayo La esencia de la filosofía, la filosofía puede, y debe ser puesta al alcance de todos. Dado que su estructura es del todo lógica racional, argumentativa, demostrativa, y por tanto, comprensible a cualquier persona.

El atractivo por tanto de esta tesis, radica entonces en no limitar el ejercicio profesoral a mero asunto historicista, academicista o retórico, sino promover el espíritu transformador o crítico en las aulas universitarias.

Como otros tantos filósofos Manuel García Morente, inicia su curso de introducción a la filosofía definiendo la filosofía, como algo que el hombre hace, que el hombre ha hecho y que hará en el tiempo. Desde luego meritorio que Pitágoras haya sido probablemente el primer hombre a quien se le haya ocurrido el principio de donde todo lo demás se deriva, lo que existe de verdad, el verdadero ser, el ser en sí y ese algo que no se ve es el "número".

La tradición filosófica reconoce entonces, que Heráclito define la consistencia de las cosas al afirmar que la realidad fluye, cambia se transforma. Y es Parménides quién empuja el pensamiento al descubrir el ser.

En las propuestas curriculares deberá incluirse la formación en el espíritu crítico, tal como lo expresa Betancourt Morejón Julián (1995): hay que reconocer las dudas con que muchas instituciones asumen la noción de espíritu crítico. En ocasiones no pasa de ser una frase de cajón o muletilla, se cree equivocadamente que "espíritu crítico" es sinónimo de insubordinación. Omiten que el más grande sabio de la antigüedad, Aristóteles, fue el resultado de un auténtico espíritu crítico frente a las ideas y planteamientos de su maestro Platón. "soy amigo de platón, dijo pero más amigo de la verdad". Gracias al espíritu crítico Isaac Newton descubre la Ley Universal de la gravedad, al someter a crítica las ideas de Galileo Galiley, y las leyes del movimiento de Johannes Kepler.

El actual desarrollo tecnológico y cultural es resultado de la crítica; espíritu crítico es desarrollar la capacidad de análisis y de síntesis en el sujeto de la educación. Ser crítico es ser capaz de formular preguntas, de interpretar, buscar respuestas, examinar hechos y proponer nuevas teorías. La crítica siempre será creadora, siempre y cuando esté acompañada de un sentido dialectico. Eso explica porque la teoría de Albert Einstein no invalida la mecánica newtoniana o como surgen del sistema hegeliano grandes corrientes como el marxismo. La universidad debe promover el pensamiento crítico o espíritu crítico para formar investigadores, artistas, estadistas o profesionales éticos con su tiempo.

En resumen tenemos la feliz sorpresa de observar la filosofía no como un escenario platónico ni en la erudición aristotélica sino como un ejercicio del pensamiento liberador, transformador y en eso la crítica razonada tiene la palabra.

Conclusiones y recomendaciones

Se diría, pues, que el punto fundamental, es que los profesores de filosofía no buscan el fundamento para una crítica, asumen la vida como un hecho inmutable y desde luego las teorías filosóficas como un todo. Olvidan algo elemental, que hay que conocer para transformar y que toda renovación parte de un conocimiento profundo de las cosas. De ahí que, toda filosofía crítica se interesa por combatir el dogmatismo, cualquiera que sea su naturaleza. Quien asume la filosofía en forma crítica lo que realmente le importa es mostrar que la filosofía es un punto de encuentro, de tolerancia al libre examen de las ideas. 

Si aceptamos el reto implícito en el dictamen kantiano: no se enseña filosofía, se debe enseñar a filosofar. Para esto, se requiere de una lectura atenta, la habilidad de sintetizar, el análisis minucioso, la capacidad de comentar y debatir. Se espera que el estudiante sepa argumentar, aprenda a expresar por escrito los alcances de su investigación. Es esto lo que privilegia al pensamiento crítico.

Finalmente, quisiera concluir, con una pregunta relativa al "ethos"[9] del filósofo y sus valores axiológicos. Ya he mencionado, al comienzo de esta ponencia, lo esencial: "criticidad". Dado que el filósofo representa una institución que piensa y se repiensa, en la búsqueda de un saber mejorado que facilite comprender, interpretar y transformar su entorno. Luego entonces, ¿el profesor de filosofía debe ponerse al servicio de esta gran causa y no convertirse en simple caja de resonancia? ¿Deberá por tanto, ponerse al servicio de las nuevas generaciones que mantengan vivo el interés por una rigurosa tradición intelectual? Es en relación con este punto que la epistemología rama de la filosofía, debe fundar una propedéutica[10]para una pedagogía crítica que habilite el ejercicio de un pensamiento renovador. 

 

 

Autor:

Alvaro Mina Paz

Universidad Santiago de Cali

Facultad Comunicación

Departamento de Humanidades

[1] OTAS En última instancia lo que nos define como Seres Humanos y como vivientes es la conciencia y entendemos por conciencia el reconocimiento del Yo y del mundo. En la filosofía moderna y contemporánea, relación intrínseca al hombre interior, por lo cual puede conocerse de modo inmediato y privilegiada y, por tanto, se puede juzgar a sí mismo de manera inequívoca.

[2] Heidegger, Martín (189-1976): según él, la palabra griega filosofía es un camino sobre el cual estamos en camino. Presumiblemente la palabra fue acuñada por Heráclito como amor por la sabiduría. Amor en general, puede entenderse como una inclinación hacia algo o alguien; por ejemplo, inclinación al conocimiento o a la sabiduría: filosofía. Platón afirma que el amor es el único tema sobre el cual sólo se debe disertar con conocimiento de causa.

[3] Cabe aclarar, estamos perdiendo el hilo de lo universal por creer que único que importa es lo “nuestro”; partir de lo nuestro no es negar la relación con lo universal. Entonces ¿Qué es filosofar en el contexto latinoamericano?

[4] La filosofía de Kant crítica todo el sistema metafísico y abstracto de la sociedad moderna, y él hizo, que esa sociedad tuviera una estructura teórica, sólida y profunda. Desde luego sin proponérselo. Actualmente la filosofía se ha encontrado con nuevos problemas suscitados por el desarrollo técnico y social del mundo y la relación de estos con su entorno.

[5] Esta expresión se utiliza generalmente para designar el pensamiento de Kant, tendiente a evitar tanto el dogmatismo como el escepticismo.

[6] El cartesianismo fue condenado por los jesuitas y Luis XIV prohibió su lectura en Francia. Había aprendido que subvertir el pensamiento tradicional significa herejía. La filosofía en opinión de Descartes es analítica, ella no está hecha para producir sermones sino para hallar certezas científicas.

[7] Universidad Santiago de Cali, Facultad de Comunicación, departamento de Humanidades, cátedra de filosofía.

[8] El marxismo o filosofía del conflicto, cuya característica esencial es que se constituye en instrumento del combate, de lucha y método para encontrar la verdad. En la actualidad el Marxismo es asumido como una corriente filosófica, económica y política, que ha centrado su atención en la interpretación del papel social del hombre en la historia.

[9] Ciencia de los caracteres, de los hábitos y costumbres que afectan el comportamiento.

[10] Curso o ejercicio breve, cuyo objetivo es preparar o servir de introducción en la enseñanza de los temas filosóficos. ( Álvaro Mina Paz: licenciado en Ciencias Sociales, especialista en Docencia Universitaria, docente de la Facultad de Comunicación y Publicidad de la Universidad Santiago de Cali, autor de varios libros y artículos, con difusión nacional e internacional. Miembro activo del Grupo de Investigación en Comunicación y Violencia, GICOVI. Ponencia presentada ante los docentes del Departamento de Humanidades, Universidad Santiago de Cali. Libros: Sophia y pensamiento 5. BIBLIOGRAFÍA Aristóteles (1978) La política: Editorial Espasa- Calpe. Betancourt, William (2004) ¿Qué es Filosofía?: Editorial Universidad del Valle. Betancourt Morejón, Julián (1995) La creatividad una ciencia del futuro. Editorial Academia. Bojacá, Jorge (2000) La lengua de la filosofía: Editorial Hoyos 2000. Descartes, Renato (1973) Meditaciones Metafísicas: Editorial Aguilar. Dilthey, Guillermo (1969) La esencia de la filosofía: Editorial Losada. Drew A. Hyland (1990) Los orígenes de la filosofía en el mito: Editorial Atyeneo. García, Morante (1997) Lecciones preliminares de Filosofía: Editorial Aguilar. Germán, Gil M (2004) Propuesta para una escuela reflexiva y crítica. En Revista Redes Número 1. Edita la Universidad Santiago de Cali. Guattari, Felix (1993) ¿Qué es la Filosofía?: Editorial Anagrama. Heidegger, Martín (1977) ¿Qué es eso de filosofía?: Editorial Ser. Jurado, Valencia. F(2004) La investigación en el aula universitaria. En Revista Forma y Función, Número 6, Edita Universidad Nacional. Kant, Immanuel (1976) Crítica de la Razón Práctica: Editorial Losada. Marx, K (1973) Miseria de la filosofía: Editorial Aguilar. Mina paz, Alvaro (2011) Sophia y pensamiento: Editorial Faid. Morin, E (2000) Los siete saberes necesarios para la educación del futuro: Editorial Magisterio. Pitágoras (1995) Escritos pitagóricos: Editorial Universal. Runes, Dagobert (1996) Diccionario de Filosofía: Editorial Grijalbo. Verneaux, R (1958) Filosofía del hombre: Editorial Herder. Zuleta, Estanislao (1995) Lógica y crítica: Editorial Fundación Estanislao.